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La ciudad de las damas

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Ilustración del Libro La ciudad de las damas

El libro de la ciudad de las damas[1]​ (terminado en 1405) es quizás la obra literaria más famosa de la poeta francesa Christine de Pizan. Está considerada una obra clave en la Querella de las mujeres.[2]

El libro es su respuesta al popular Roman de la Rose de Jean de Meun. Pizan combate las afirmaciones de Meun sobre las mujeres creando una ciudad alegórica.[3]​ Ella defiende a las mujeres citando una amplia gama de mujeres ilustres de la historia. Estas estarán «alojadas» en la Ciudad de las Damas, alegoría que abarca toda la obra. A medida que Pizan construye su ciudad, nombra a mujeres ilustres para defenderse de los argumentos misóginos vertidos por numerosos y sabios autores. Cada mujer nombrada va a ser un ejemplo de esa contraargumentación.

Estilo

Pizan utiliza el idioma francés para componer el libro, pero a menudo usa la sintaxis y las convenciones de estilo latino dentro de su prosa francesa.[4]​ Utiliza el estilo del alegato jurídico que conocería por múltiples juicios que tuvo que hacer en defensa de sus intereses y por la convivencia con su esposo, que fue secretario del rey. Así pues, escribirá en defensa de las mujeres utilizando la dialéctica de los escritos jurídicos. También utilizará muchas expresiones coloquiales y rasgos de la lengua hablada: «¿Qué más decirte, querida?» (parte I, XLVIII).[5]

Estructura

La obra está dividida en tres partes o libros. Cada una de estas partes está dividida a su vez en capítulos: 48, 69 y 19 respectivamente. En cada parte la autora tiene como interlocutora a una de las Damas que se le han aparecido para ayudarle a construir la ciudad que servirá de refugio y defensa a las mujeres virtuosas.

En la primera parte, Razón le ayudará a quitar los juicios negativos sobre las mujeres para construir la ciudad con unos cimientos fuertes y duraderos. Con Derechura construirá los muros y los bellos edificios. Con Justicia la poblará con mujeres ilustres de toda época y condición, con el único requisito de «no ser frívolas ni casquivanas».[6]

Parte I

La parte I comienza con Christine leyendo el Libro de Las lamentaciones de Mateolo, una obra del siglo XIII que trata del matrimonio en la que el autor escribe que las mujeres hacen miserables las vidas de los hombres.[7]​ Al leer estas palabras, Christine se molesta y se avergüenza de ser mujer: «Abandonada a estas reflexiones, quedé consternada e invadida por un sentimiento de repulsión, llegué al desprecio de mí misma y al de todo el sexo femenino, como si Naturaleza hubiera engendrado monstruos».[8]​ Christine cree entonces que las mujeres deben ser realmente malas porque «pensaba que sería muy improbable que tantos hombres preclaros... hayan podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras que me era casi imposible encontrar un texto moralizante... sin toparme antes de llegar al final con algún párrafo o capítulo que acusara o despreciara a la mujeres».[8]

Pero, de repente un rayo de luz le anuncia la presencia de tres damas coronadas, Razón, Derechura y Justicia, que se le aparecen a Christine, diciéndole que están allí por mandato divino y le aconsejan que "dé la vuelta" a lo escrito contra las mujeres y escriba a favor de ellas. Cada dama le dirá cuál será su función al ayudarle a construir la Ciudad de las Damas.

Razón es la primera en unirse a Christine y le ayuda a construir las paredes externas de la ciudad. Ella responde a las preguntas de Christine sobre por qué algunos hombres calumnian a las mujeres, ayudando a Christine a preparar el terreno sobre el cual se construirá la ciudad. Ella le dice a Christine: «coge la azada de tu inteligencia y cava hondo. Por donde veas el trazado de mi regla, cava un foso profundo, yo te ayudaré cargando la tierra en cestas que llevaré a hombros».[8]​ Construirá la ciudad con «altas y fuertes murallas con anchas y hermosas torres» que nadie podrá derribar. Los materiales son las mujeres del pasado. Así Semíramis será la piedra clave para la futura ciudad. Algo de ella se verá reflejado en esta heroína, como ella, una viuda heroica, al igual que otras como Fredegunda, reina de Francia; Blanca de Castilla, madre de San Luis, y Juana de Borbón, viuda del rey Carlos V.[2]

Mientras van trabajando, ellas están conversando sobre diferentes temas que le preocupan a Pizan: las causas de por qué los hombres difaman a las mujeres y las múltiples prohibiciones y limitaciones impuestas: a cada uno de los planteamientos, la autora contrapone ejemplos de mujeres que superaron ampliamente esos prejuicios misóginos.[2]

Mujeres nombradas

Estas son las mujeres nombradas en la Parte I:[9]

Parte II

El trabajo de edificación continuará bajo la dirección de Derechura. Le ayudará a levantar los edificios y las calles. «Anda, mezcla con tinta este mortero y usa sin reparos esta argamasa, porque yo te proveeré con gran cantidad de ella».[8]​ Sus conversaciones articulan esta segunda parte. Destaca las virtudes femeninas que rigen la ciudad: amor filial, constancia, castidad, fidelidad y amor conyugal. Todo esto les había sido negado a las mujeres durante siglos pero Derechura le pondrá más de setenta y dos ejemplos que desbaraten esa negación.[2]

Christine y Derechura también hablan sobre la institución del matrimonio, y abordan las afirmaciones de los hombres sobre las malas cualidades que las mujeres aportan a la unión conyugal. Derechura corrige este concepto erróneo con ejemplos de mujeres que amaron a sus maridos y actuaron virtuosamente, señalando que no se ocupará de dichas mujeres malas «porque no representan a la naturaleza femenina, sino a su perversión.» (XIII). Esta defensa tan apasionada del matrimonio responde a la postura humanista y laica que defendía el matrimonio frente al celibato. Por lo tanto, defender el matrimonio era algo intrínseco en la defensa de las mujeres.[2]

Otro de los temas fundamentales de esta parte es la educación de las mujeres. Ella misma se pone como ejemplo y argumento. (XXXVI).[8]

Esta parte se cierra cuando Christine se dirige a las mujeres y les pide que oren por ella mientras continúa su trabajo con Justicia para completar la ciudad.

Mujeres nombradas

Estas son las mujeres nombradas en la Parte II.

Parte III

En la Parte III, Justicia se une a Christine para «añadir los últimos retoques» a la ciudad, incluyendo traer una reina para gobernarla, esta será la Reina del Cielo. Además Justicia nombra a Christine 25 santas, la mayor parte de ellas martirizadas, para que acompañen a la Virgen. Ellas serán ejemplo de «fuerza y constancia para padecer horrendos sufrimientos en defensa y gloria de su fe» (III).

Concluirá su obra con otro discurso dirigido a todas las mujeres en el que anuncia la finalización de la Ciudad de las Damas. Les suplica que defiendan y protejan la ciudad y que sigan a su reina (la Virgen María). Les dirá que esta ciudad será no solo su refugio sino un baluarte para defenderse de los ataques de sus enemigos (XIX).

Mujeres nombradas

Estas son las mujeres nombradas en la Parte III.

Fuentes

La obra, aunque pueda parecer de carácter enciclopédico, es decir, una acumulatio al estilo de Bocaccio, es más bien una compilatio, muy popular en el siglo XV, que consistía en redactar un texto nuevo a partir de otros. Por ello, sus fuentes son muy complejas: Platón, Aristóteles, Cicerón, Virgilio, Ovidio, Suetonio o Plinio el Viejo. También hay alusiones bíblicas e historias marianas, además de autores medievales. Por ello no se puede hablar de una única fuente.[3]

El título de la obra parece evocar De civitate Dei de San Agustín. No solo por el título sino por el paralelismo en la defensa, él de los cristianos, ella de las mujeres.[2]​ Además cita esta obra textualmente: «Gloriosa dicta sunt de te, Civitas Dei» (parte III, XVIII)

No obstante, su principal fuente de información fue De Mulieribus Claris (Mujeres ilustres), de Giovanni Boccaccio, posiblemente en la versión francesa, Des Cleres et Nobles Femmes. Este texto fue un tratado biográfico sobre antiguas mujeres famosas. De Pizan también citó el Decamerón de Boccaccio en las últimas etapas de La ciudad de las damas. Los cuentos de Ghismonda y Lisabetta, por ejemplo, se citan como procedentes del Decamerón de Boccaccio.

Pero es importante señalar que frente a Bocaccio que defiende el orden natural, ella defiende el orden social. Por ello, su enumeración de mujeres que han contribuido al progreso de la humanidad.[2]

También la influencia de Boccaccio se puede ver en la postura de de Pizan sobre la educación femenina. En la historia de Rhea Ilia, Boccaccio aboga por el derecho de las mujeres jóvenes a elegir una vida secular o religiosa. Afirma que es perjudicial colocar a las jóvenes en los conventos mientras son «ignorantes, jóvenes o bajo coacción». Boccaccio afirma que las niñas deben «educarse bien desde la infancia en el hogar de los padres, se les debe enseñar la honestidad y el comportamiento digno de elogio». Luego, cuando crezcan y sepan lo que es, por su propia voluntad algunas «eligen la vida monástica». Boccaccio cree que a las jóvenes se les debe enseñar acerca de la vida y las virtudes antes de consagrarse a Dios.

Si bien no dice que las mujeres deberían tener una educación formal, todavía aboga para que las mujeres tengan voz en sus vidas y el derecho a estar bien informadas sobre su posible futuro. Por lo tanto, la creencia de Boccaccio en educar a las jóvenes acerca de la vida secular y religiosa podría haber sido un trampolín para la creencia de de Pizan en la educación femenina. Sin embargo, según Margaret King y Albert Rabil, la actitud de Boccaccio era «sexista porque elogiaba los valores tradicionales de castidad, silencio y obediencia en las mujeres y representaba a las mujeres en la esfera pública como sufrimiento y como forma de castigo por trascender los límites».[10]

El texto de Boccaccio se usa principalmente para las Partes I y II del libro, mientras que la Parte III depende más de Miroir historical (1333) de Jean de Vignay.[11]​ Este texto es la traducción francesa de las relatos históricos de Speculum Maius, una enciclopedia de Vincent de Beauvais que comenzó después de 1240. De hecho, como le parece imposible enumerar todas las mujeres dice: «Si quieres saber más solo tienes que consultar el Speculum Historiale» aunque no nombra al autor. (Parte III, IX) Se puede también establecer una comparación con The legend of Good Women de Chaucer, al que posiblemente leyera Christine.[5]

Temas

Hay tres temas generales que recorren toda la obra: «la calumnia hacia el sexo femenino, la necesidad de educación de la mujer y el enriquecimiento de la vida espiritual como liberación».[12]​ Agrupará las historias dependiendo del origen de la personalidad o del vicio o virtud al que estén asociadas de forma común.

Christine quiere hacer tomar conciencia de las mujeres como colectivo que debe crecer dignamente siendo más fuerte en su día a día. Para ello ofrece esta larga exposición de modelos positivos, como un speculum en el que mirarse, a la manera de los tratados tradicionales de educación.[12]

Proyección

Christine quería que su obra tuviera difusión. Para ello la ofreció a personajes de alto rango. Se conservan 26 manuscritos.[12]

Véase también

Referencias

  1. Christine de Pisan. «Le Livre de la Cité des dames». Biblioteca Digital Mundial. Consultado el 13 de enero de 2018. 
  2. a b c d e f g Vargas Martínez, Ana (2010). «"La Ciudad de las Damas" de Christine de Pizan. .Obra clave de la querella de las mujeres». La Querella de las mujeres: Análisis de textos. ISBN 978-84-87090-49-3. Consultado el 21 de diciembre de 2017. 
  3. a b Fernández González, Etelvina (2007). «El conocimiento del pasado a través del Libro de la Ciudad de las Damas de Christine de Pizan». Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte. ISSN 2530-3562. Consultado el 20 de diciembre de 2017. 
  4. La Teoría Política de Chrisine Pizan.
  5. a b de Pizan, Cristina (2000). Marie-Jose Lemarchand, ed. La ciudad de las damas. Introducción: Siruela. p. 22-23. ISBN 9788478442683. 
  6. Alonso Flores, Ruth (2015). «La ciudad de las damas de Cristina de Pizán: Un planteamiento social femenino en la Edad Media». Trabajos Fin de Grado UVa. Consultado el 13 de enero de 2018. 
  7. Brown-Grant, Rosalind.
  8. a b c d e De Pizan, Cristina (2013). La ciudad de las damas (Maríe-José Lemarchand, trad.). Siruela. p. 27. ISBN 978-84-15937-54-8. 
  9. «Mesa de Contenidos». Archivado desde el original el 14 de mayo de 2014. Consultado el 18 de diciembre de 2017. 
  10. King, Margaret; Rabil, Albert (1997). Introduction. "Dialogue on the Infinity of Love." Tullia d'Aragona. 1547 (Rinaldina Russell y Bruce Merry, trads.). The University of Chicago. 
  11. «Manuscrito digitalizado». The British Library. Consultado el 13 de enero de 2018. 
  12. a b c Sala Villaverde, Alicia (2015). «Cristina de Piza, una innovadora en el mundo medieval». Uned. Consultado el 13 de enero de 2018. 

Bibliografía

  • Blumenfeld-Kosinski, Renate and Kevin Brownlee. The Selected Writings of Christine De Pizan: New Translations, Criticism. New York, Norton Critical Editions, 1997.
  • Boccaccio, Giovanni. De mulieribus claris. English & Latin. Famous women. Ed. by Virginia Brown. Cambridge: Harvard University Press, 2001.
  • Brabant, Margaret. Politics, gender, and genre: the political thought of Christine de Pizan. Boulder: Westview Press, 1992.
  • Brown-Grant, Rosalind. Introduction. The Book of the City of Ladies by Christine Pizan. 1405. Trans. Rosalind Brown-Grant. London: Penguin, 1999. xvi-xxxv. Print.
  • De Pizan, Christine. The Book of the City of Ladies. 1405. Trans. Rosalind Brown-Grant. London: Penguin, 1999. Print.
  • De Pizán, Cristina La ciudad de las damas Ed..Siruela 2013 ISBN 978-84-15937-54-8
  • De Pizan, Christine. A Medieval woman's mirror of honor: the treasury of the city of ladies. Trans. by Charity Cannon Willard, ed. by Madeleine Pelner Cosman. Tenafly: Bard Hall Press, 1989.
  • Fenster, Thelma. "‘Perdre son latin’: Christine de Pizan and Vernacular Humanism." Christine de Pizan and the Categories of Difference. Ed. Marilynn Desmond. Minneapolis: U of Minnesota P: 1998. 91-107. Print. Medieval Cultures 14.
  • Forhan, Kate Langdon. The Political Theory of Chrisine Pizan. Burlington: Ashgate: 2002. Print. Women and Gender in the Early Mod. World.
  • Gaunt, Simon. Gender and genre in medieval French literature. Cambridge: Cambridge University Press, 1995.
  • King, Margaret, and Albert Rabil. Introduction. "Dialogue on the Infinity of Love." Tullia d'Aragona. 1547. Trans. Rinaldina Russell and Bruce Merry. Chicago: The University of Chicago, 1997.
  • Miller, Paul Allen, Platter, Charles, and Gold, Barbara K. Sex and gender in medieval and Renaissance texts: the Latin tradition. Albany: State University of New York Press, 1997.
  • Quilligan, Maureen. The allegory of female authority: Christine de Pizan's Cité des dames. Ithaca: Cornell University Press, 1991.
  • Vargas Martínez, Ana La Querella de las mujeres Ed. Fundamentos, Madrid. ISBN 9788424513054

Enlaces externos