Diferencia entre revisiones de «Partido Comunista de España»

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* ''[[Mundo Obrero]]''. Periódico Mensual del Partido Comunista de España
* ''[[Mundo Obrero]]''. Periódico Mensual del Partido Comunista de España

Revisión del 18:04 7 jun 2009

Partido Comunista de España (PCE)
Presidente Felipe Alcaraz
Secretario/a general Francisco Frutos Gras
Fundación 13 de abril de 1921
Ideología marxismo revolucionario,[1]republicanismo y comunismo[2]
Partidos
creadores
Partido Comunista Español  [1]
Partido Comunista Obrero Español  [1]
Sede C/Olimpo, 35. 28043 Madrid
País España
Colores rojo
Afiliación internacional Partido de la Izquierda Europea
Sitio web www.pce.es
1 Escisiones del PSOE.

El Partido Comunista de España (PCE) es un partido político marxista español escindido del PSOE el 14 de noviembre de 1921 por la negativa del segundo a sumarse a la III Internacional convocada por Lenin.

Fue formado por la unión del Partido Comunista Español (que había sido fundado a su vez el 15 de abril de 1920 por la Federación de Juventudes Socialistas) y el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), fundado a su vez por los delegados de izquierda del Congreso del Partido Socialista Obrero Español el 13 de abril de 1921.

Antecedentes y fundación

Tras la constitución del Partido Comunista Español y el Partido Comunista Obrero Español, surgidos de la disidencia tercerista del PSOE y ambos adheridos a la Internacional Comunista auspiciada por Lenin, existían en España dos secciones españolas del Komintern. Éste forzó la fusión de ambos, que se produjo en una Conferencia de Fusión celebrada del 7 al 14 de noviembre de 1921 en Madrid, de la cual, uniendo ambos partidos (Partido Comunista Español y PCOE), surgiría el nuevo Partido Comunista de España – Sección Española de la Internacional Comunista (PCE - SEIC), fusionándose también las Juventudes Comunistas de ambas organizaciones en la Unión de Juventudes Comunistas de España.

En su I Congreso, que se celebró en Madrid el 15 de marzo de 1922, el PCE planteó la necesidad de lograr la unidad de la clase obrera en torno a la vanguardia constituida por el Partido, con el objetivo de alcanzar el socialismo.

El II Congreso, celebrado el 8 de julio de 1923, eligió a Óscar Pérez Solís, que había sido cofundador del PCOE en 1921, como Secretario General del PCE. Ya en ese momento el PCE temía la involución y llamaba a la unidad de los trabajadores. El 13 de septiembre, el general Miguel Primo de Rivera, en connivencia con el rey Alfonso XIII daba un golpe de Estado y establecía la dictadura. Los locales del PCE son clausurados y las detenciones de militantes se suceden.

Con un PCE ilegal, el III Congreso se celebra en París en agosto de 1929. Tras la caída de la dictadura en enero de 1930 y la llegada de la dictablanda, el gobierno del general Berenguer restablece algunas libertades y legaliza algunos partidos políticos, entre los que no se encuentra el PCE.

El 23 de agosto de 1930 aparece el primer número semanal del órgano del PCE: Mundo Obrero, que en diciembre del año siguiente se transformó en diario.

II República

Tras la proclamación de la II República, el PCE volvió a la luz en una situación muy precaria, después de estar prácticamente siempre en la clandestinidad o casi, pasaba a ser legal, pero contaba con menos de un millar militantes.

El 17 de marzo de 1932 se celebró el IV Congreso del PCE en Sevilla. La tarea central fue desterrar los métodos sectarios muy arraigados en la dirección y pasar a la construcción de un gran partido comunista de masas, como sucedía en la Unión Soviética. En esta labor jugaron un gran papel camaradas elegidos para el Comité Central como José Díaz, Dolores Ibárruri, Vicente Uribe, Antonio Mije, Manuel Delicado, Pedro Checa y otros.

El 3 de diciembre de 1933 Cayetano Bolívar Escribano fue elegido diputado por Málaga, siendo el primer diputado comunista de la historia, y saliendo de la cárcel para ocupar su escaño. Posteriormente, en la llamada Revolución de 1934 contra la política del gobierno radical-cedista, el PCE desempeñó un papel menor que el del PSOE (cuya base es la protagonista de la misma junto a las Juventudes Socialistas y UGT) y la CNT, que no participa en ella excepto en Asturias. Sin embargo tuvo que volver a la clandestinidad. En ese momento el PCE se adhiere a la política de crear un Frente Popular que agrupe a todas las fuerzas de izquierda. Ésta política era una proposición teórica de la Internacional Comunista. Tras la victoria electoral del Frente Popular el 16 de febrero de 1936, el prestigio del Partido Comunista creció rápidamente: en cinco meses pasa de 30.000 a 100.000 afiliados.

La expansión del PCE tuvo en los momentos previos a la Guerra Civil y en los inmediatamente posteriores dos grandes hitos: El primero fue la unificación de la Juventud Socialista y la Juventud Comunista el 1 de abril de 1936 que dio lugar a la formación de la Juventud Socialista Unificada (JSU), que eligió como Secretario General a Santiago Carrillo, quien años más tarde se convertiría en secretario general del PCE. El segundo fue la constitución del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC) el 23 de julio de 1936 tras un proceso previo a la guerra, pero que se aceleró al inicarse ésta, y que fue la fusión de cuatro partidos: el Partido Comunista de Cataluña, la sección catalana del PSOE, la Unión Socialista y el Partido Proletario.

Guerra Civil Española

Al igual que sucede con todos los grupos políticos que se vieron envueltos en ella, la actuación del PCE durante la Guerra Civil es muy controvertida. Al participar junto a las demás fuerzas republicanas en la represión que siguió al levantamiento militar franquista, militantes comunistas torturaron y asesinaron a miembros de la derecha encarcelados en la zona republicana. Sin embargo, y debido a la férrea disciplina que imponía el partido, las actuaciones de incontrolados eran menos frecuentes que entre otras organizaciones menos disciplinadas.

También en los conflictos que se produjeron dentro del propio bando republicano mantuvo luchas con anarquistas, socialistas y otros comunistas alejados de la ortodoxia dictada por Moscú o trotskistas. Gran parte de su fuerza se debió a que era el representante del gobierno soviético, el único, junto al de México que no abandonó a su suerte al legítimo gobierno republicano. Basó su apoyo en los sectores del aparato del Estado y del Ejército contrarios a las medidas revolucionarias, a las colectivizaciones y ciertas formas de milicias populares. El debate que se produjo entre (fundamentalmente) el PCE por una parte y los grupos anarquistas y trotskistas por otro se centraba sobre si se debía hacer la revolución a la vez que la guerra, o si se debía ganar la guerra primero y dejar las medidas revolucionarias para después. La postura del PCE le enfrentó abiertamente con el POUM y la CNT-FAI. Fue artífice de la militarización de las milicias en el ejército republicano, hecho que enfrió y deshumanizó al proceso revolucionario que estaba produciéndose a la par que la guerra. Los miembros del PCE, en cambio, opinaban que el proceso revolucionario producía desconfianza en los sectores de la izquierda republicana no revolucionarios. Para el PCE, el dilema entre guerra y revolución era una falacia, y apoyó inequívocamente la legalidad republicana.

Durante la guerra civil, el partido alcanza los 300.000 militantes, y la JSU que dirige Santiago Carrillo, controlada también por los comunistas, el medio millón de afiliados. Sin embargo, aunque no se puede negar la fuerza que ambas organizaciones alcanzaron, es necesario tener en cuenta que en esa época, era conveniente para muchas ocasiones poseer un carné de alguna organización, y en ese sentido, la pertenencia al PCE abría muchas puertas. Tampoco era inusual que la gente se afiliara a más de una organización.

Fue esencial en la formación de las Brigadas Internacionales, de fuerte influencia soviética, y en las relaciones con la Unión Soviética, principal proveedor de armas, intendencia e instructores militares para la República.

El PCE se alineó con la legalidad republicana. Animó a los sectores mas reformistas de la CNT a que participara en el gobierno y no le importó colaborar con partidos opuestos a su ideología, como el PNV, de fuerte componente cristiano o los partidos republicanos burgueses. Para mantener esta colaboración, el PCE trató de conseguir que se respetaran los intereses de la pequeña y media burguesía, rural y urbana.

Dictadura de Franco

Tras la victoria de Franco, los demócratas en general y los comunistas en particular pasan a vivir momentos duros. El régimen de Franco, ferozmente antidemocrático, pero imbuido de una verborrea anticomunista, demonizó al PCE, encarcelando, torturando y asesinando a sus miembros, sometiendo a algunos de ellos a juicios sumarísimos que carecían de cualquier garantía mínima para que los encausados pudieran ser juzgados con equidad. El gobierno franquista aplicó la ley retroactivamente, calificando de insurgentes a los que se mantuvieron fieles a la legalidad constitucional. En esas durísimas condiciones, el PCE se tuvo que reorganizar en la clandestinidad (País Vasco, Galicia, Andalucía, Extremadura, Valencia, Navarra y Cataluña mantuvieron organización), en el exilio (México, Cuba, Chile, Uruguay, Francia y África del norte, además de la Unión Soviética) y en las cárceles (en las que había dirigentes como Girón o Ascanio).

Al poco tiempo de iniciarse la Segunda Guerra Mundial, el Secretario General José Díaz muere en Tiflis, y es sustituido por Dolores Ibárruri, "Pasionaria". El partido se iba reorganizando poco a poco y en 1943, Mundo Obrero, "Verdad", "Unidad", "El Obrero" y "Nuestra bandera" se publicaban en diversas zonas de España. De hecho, durante mucho tiempo, el PCE fue la principal, cuando no la única, fuerza organizada contra la dictadura de Franco. Entre 1944 y 1948 impulsa la lucha guerrillera, el llamado maquis, en la que el PCE sobrevaloró sus fuerzas o minusvaloró las del gobierno franquista, y que terminó con la muerte de muchos militantes comunistas y una dura represión sobre la población civil de las zonas en las que actuaba esta guerrilla, que hizo perder apoyos en una población rural que pasaba además graves dificultades económicas y muy manipulada por una iglesia alineada inequívocamente en ese período junto a los gobernantes. Por todo ello, el partido decidió abandonar la vía guerrillera en 1948, aunque algunos focos se mantuvieran hasta 1952.

En 1947 se producen en el metal de Madrid y en las empresas textiles de Cataluña los primeros movimientos reivindicativos, durísimamente reprimidos por el franquismo. A partir de ese momento la situación vuelve a empeorar para los comunistas, pues a la represión anterior se une la guerra fría, durante la cual el gobierno dictatorial pasa a ser un importante auxilio en la política de los Estados Unidos frente a la Unión Soviética, que es quien marca la línea del PCE. Siguiendo la táctica leninista, el partido opta por combinar la lucha clandestina con el aprovechamiento de los resquicios legales que el sistema permite: los comunistas participan en los sindicatos verticales y en todas las organizaciones de masas que existen (hermandades de acción católica, gremios...). En las elecciones de enlaces sindicales de 1950 ya son elegidos numerosos obreros comunistas y otros concienciados. Este movimiento dará origen a las Comisiones Obreras. Mientras tanto Radio España Independiente, desde los Pirineos, emite para España la visión del PCE.

El 12 de marzo de 1951 el PSUC llama a la Huelga General en Cataluña. En el País Vasco, Navarra y Madrid se producen otras huelgas. A los obreros se les van uniendo estudiantes e intelectuales, muchos de ellos ya pertenecientes a una nueva generación crecida durante el franquismo. En septiembre de 1954 se celebra el V Congreso del PCE. En él se establece la nueva táctica, en dos etapas. En la primera se propugnaba la creación de un frente amplio que liquidara la dictadura y formara un gobierno provisional. Este gobierno debería restablecer las libertades democráticas, amnistiar a presos y exiliados políticos, y adoptar medidas urgentes para mejorar las condiciones de vida de la población. Tras ello se deberían convocar elecciones y desarrollar la democracia. En junio de 1956 el PCE diseña su política de "Reconciliación Nacional". En ese momento, los estudiantes cuentan con una fuerza creciente, el SEU se ha liquidado y empiezan a surgir movimientos democráticos burgueses en el interior de España, algunos de cuyos miembros procedían de sectores disconformes de la derecha, e incluso de la propia Falange. A partir de esos momentos, la línea divisoria entre las dos españas, va desplazándose y pasa a ser la que marca la postura ante las libertades democráticas, en lugar del lugar ocupado durante la Guerra Civil. Para conseguir aliar a todas las fuerzas democráticas se entiende que hay que cancelar responsabilidades de la guerra civil y la posguerra:

"...El Partido Comunista representa sin duda a la parte del pueblo que más ha sufrido en estos veinte años; a la clase obrera, los jornaleros agrícolas, los campesinos pobres, la intelectualidad avanzada. Si de hacer el capítulo de agravios se tratara, nadie lo tendría mayor que el nuestro. Nosotros entendemos que la mejor justicia para todos los que han caído y sufrido por la libertad consiste, precisamente, en que la libertad se establezca en España. Una política de venganza no serviría a España para salir de la situación en que se encuentra. Lo que España necesita es la paz civil, la reconciliación de sus hijos, la libertad."[3]

Pero el régimen franquista había recibido un importantísimo espaldarazo en 1955: apoyado y avalado por los Estados Unidos entra a formar parte de la ONU. La lucha clandestina debe continuar, pues el régimen se siente fortalecido y acentúa la represión. En 1957 el PCE participa en los boicots que se producen en Madrid y Barcelona, así como en las luchas obreras que se producen en Sevilla, Alcoy, Valladolid y muy especialmente en las de los mineros de Asturias de marzo de 1958.

En enero de 1960 se reunió el VI Congreso del PCE, en plena crisis económica. El salario real de los trabajadores había caído en más e un 40% debido a la suspensión de las horas extra, primas y pluses. Los despidos eran cada vez más frecuentes y el paro avanzaba. Pero estas dificultades alcanzaban no sólo a los obreros, sino también a la pequeña burguesía, y a los comerciantes, afectados también por la caída en el poder adquisitivo de la mayor parte de la población. Santiago Carrillo fue elegido Secretario General, y Dolores Ibárruri presidenta. La sustitución de Stalin por Jruschov al frente del PCUS y de la Unión Soviética había hecho cambiar la política de todos los partidos comunistas. Pero además, el PCE, siguiendo la estela del Partido Comunista Italiano va buscando una vía autónoma y ebozando lo que se denominará eurocomunismo. Sin embargo, en este camino, la actitud a veces excesivamente personalista del nuevo secretario general irá apartando a cuantos discrepan de la línea de la dirección: en 1964 Fernando Claudín y Jorge Semprún son expulsados de modo sumarísimo del Partido. Ese mismo año se produce la escisión de un sector en contra de la política de reconciliación nacional y el eurocomunismo, que pasa a constituir el Partido Comunista de España (marxista-leninista) y tras la condena de la invasión soviética de Checoslovaquia en 1968 se escindirán el Partido Comunista de España (VIII-IX Congresos) y el Partido Comunista Obrero Español.

El VII Congreso (1965) y el VIII (1972) trazan definitivamente la línea que seguirá el PCE, política que se concreta en la constitución en París con otros partidos y personalidades independientes de la Junta Democrática de España el 30 de julio de 1974, organismo clave en la transición española y más adelante en Coordinación Democrática (la llamada "platajunta"), unión entre la Junta y la Plataforma de Convergencia auspiciada por el PSOE.

Desde 1977 a la actualidad

Francisco Frutos, actual secretario general del PCE en 2005, durante un acto con el Partido Comunista chileno

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Durante la Transición española el PCE vuelve a la legalidad (9 de Abril de 1977), presentándose a las elecciones con Santiago Carrillo como candidato. En realidad, se había producido un profundo problema en el seno del PCE. Los militantes del interior se veían como los custodios del Partido hasta que los "históricos" exiliados pudieran retornar. Cuando así ocurrió, la militancia del interior -muy próxima a la realidad española y representante de las posturas rupturistas con la dictadura- puso efectivamente en las manos de los exiliados retornados -tremendamente apartados de la realidad española por su larga ausencia- la dirección de la organización. Esta dirección, ya totalmente eurocomunista, modera su discurso y renuncia a reivindicaciones históricas (como la República) aceptando la monarquía parlamentaria, la democracia burguesa y el capitalismo. A inicios de los años 80 el partido dejó de considerarse marxista-leninista, para pasar a definirse únicamente como marxista revolucionario.

Esta evolución provocó muchas convulsiones y pudo ayudar a que, pese a ser el partido obrero más numeroso (con más de 250.000 militantes en 1977 y 205.000 en 1979), controlar la central sindical mayoritaria (Comisiones Obreras) y tener gran presencia en la calle, sólo obtuviera en torno a un 10% de los votos en las elecciones de 1977 y 1979. Otra de las consecuencias es que los sectores pro-soviéticos opuestos a la línea eurocomunista del PCE (unos 10.000 militantes) se escinden del Partido y terminarían por formar el Partido Comunista de los Pueblos de España, y posteriormente se escindirían de la Unión de Juventudes Comunistas de España los Colectivos de Jóvenes Comunistas, que pasarían a ser la organización juvenil del PCPE.

En 1982 quedó aún más rezagado al concentrarse el voto de la izquierda en el PSOE, que gana con mayoría absoluta. Santiago Carrillo dimitió como secretario general, siendo sustituido por Gerardo Iglesias. En 1983 el PCE recupera parte del voto perdido en las elecciones municipales y celebra su X Congreso, que confirma a Iglesias en el cargo. Para ese año apenas conservaba a 85.000 militantes. En 1985 expulsa a los carrillistas de los órganos de dirección y éstos se escinden para fundar el PTE-UC. Ese año la afiliación había bajado a 67.000.

En 1986 el PCE participó con otras fuerzas políticas en la fundación de Izquierda Unida (IU), constituida primero como coalición electoral y posteriormente como movimiento político y social. En el XIII Congreso del PCE se decidió transferir su soberanía a los órganos de IU. Actualmente, el PCE es el único partido de ámbito estatal que forma parte de la coalición Izquierda Unida.

En 1987 Julio Anguita González pasó a ser el Secretario General del PCE y Coordinador General de Izquierda Unida. Bajo su dirección, tanto el PCE como IU recuperarán buena parte de la ilusión interna, preceptos ideológicos como el republicanismo y el anticapitalismo, y lograrán obtener los mejores resultados de la democracia. Un trastorno cardiovascular aparta a Anguita de la política de primera línea. Fuertes problemas internos y presiones externas debilitan de nuevo al PCE. En 1998 pasa a ocupar la Secretaría General Francisco Frutos, quien continúa en la misma. Actualmente la dirección encabezada por Frutos se encuentra enfrentada a la dirección de IU, encabezada por Gaspar Llamazares, miembro también del PCE.

En junio de 2005 se celebró el XVII Congreso del Partido, que cuenta en la actualidad con 27.000 militantes. En este congreso fueron elegidos como secretario general Francisco Frutos y como presidente Felipe Alcaraz, quien reunirá varias responsabilidades hasta ahora pertenecientes al secretario general. Su Presidenta de Honor a Perpetuidad es Dolores Ibárruri, La Pasionaria.

Actualmente, los comunistas habían presentado a la secretaria general del PCPV, Marga Sanz, como aspirante a ser la candidata a la presidencia de gobierno, por la coalición de izquierdas IU, de la que ellos forman parte desde su fundación en los años ochenta. Los resultados de las primarias ofrecieron un 37,48% de apoyo a la candidata de la lista alternativa, frente al 62,52% del otro miembro del PCE Gaspar Llamazares. A ella estaban convocados por correo postal 57.545 afiliados, de los cuales 21.909 (un 38 por ciento) han ejercido su derecho a voto. A esta cifra hay que añadir 4.300 votos devueltos por Correos y otros 85 votos nulos.

El Partido comunista afronta el 2008 con un panorama tan incierto como clarificador, aparte de las elecciones al parlamento del Estado y del parlamento andaluz, habrá Asamblea Federal de IU y Nacional d'Esquerra Unida i Alternativa.

Resultados electorales


RESULTADOS ELECTORALES DEL PCE TRAS LA DICTADURA
Año Líder Votos % Representantes
Generales 1977
Santiago Carrillo
1.709.890
9.33%
20 diputados
Generales 1979
Santiago Carrillo
1.938.487
10.77%
23 diputados
Municipales 1979
Santiago Carrillo
2.139.603
12.70%
3.708 concejales
Generales 1982
Santiago Carrillo
846.515
4.02%
4 diputados
Municipales 1983
Gerardo Iglesias
1.500.015
8.17%
2.495 concejales

(Fuente: Ministerio del Interior y El Mundo)

Personalidades destacadas

Secretarios/as Generales

Período
Secretario General
1921-1925 Antonio García Quejido
1925-1932 José Bullejos
1932-1942 José Díaz
1942-1960 Dolores Ibárruri
1960-1982 Santiago Carrillo
1982-1988 Gerardo Iglesias
1988-1998 Julio Anguita
1998-2008 Francisco Frutos

Véase también

Personalidades

Partidos, federaciones y juventudes

Publicaciones

Sindicatos

Otros

Referencias

  1. «:Mundo Obrero:». Consultado el 2009. 
  2. «PCE - prodigy MSN Encarta». Consultado el 2009. 
  3. Declaración de junio de 1956 que formula la política de Reconciliación Nacional. Citado por S.Carrillo y S.S.Montero en "PCE" (ver Bibliografía)

Bibliografía

  • Gerald Brenan. "El laberinto español"
  • Santiago Carrillo y Simón Sánchez Montero. "PCE"

Enlaces externos