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Español caribeño

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Subvariedades del español caribeño, que incluyen Florida, las Antillas, el panameño y el norte de Sudamérica.

El español caribeño es un conjunto de variedades diatópicas de la lengua española[1]​ predominante en las Antillas mayores y la Cuenca del Caribe. Se habla en los territorios isleños de Cuba, la República Dominicana, Puerto Rico, y en territorios continentales de Colombia, Venezuela y Panamá, así como en territorios del estado de la Florida en Estados Unidos.

Se reconoce por la notable influencia de los dialectos canario y andaluz (por el contacto histórico entre los puertos),[2]​ la gran influencia africana y las palabras del taíno, también es el que más se oye en Miami y Nueva York (Estados Unidos) y el empleado por los cantantes de salsa, merengue, bachata,y reguetón.

Características generales

El español caribeño consiste en una serie de variedades diatópicas de la lengua española, con rasgos comunes circunscritos al Caribe hispánico. El español no estándar caribeño no es una lengua criolla como se ha llegado a sostener, sino que se trataría de un semicriollo o un continuum poscriollo procedente de una posible variedad pancaribeña del español, que se habría reestructurado con base en un pidgin afroportugués. El elemento cohesionador de las variedades lingüísticas del Caribe, y no solo del español, es el subsahariano. Éste se traduce por ciertos hábitos de pronunciación y la predominancia de ciertas estrúcturas gramaticales.[1]

El léxico tiene un aporte sustancial de términos subsaharianos (básicamente de las lenguas Níger-Congo) e indígenas americanos, así como vocabulario español marinero. Importante es también el aporte del idioma inglés, y de la influencia árabe, tanto en uso de palabras de origen árabe, como en aspectos como en ritmo, entonación, y pronunciación de ciertos sonidos, como la ḥāʾ, la ḫāʾ, correspondientes a los sonidos de la J y G en América Latina y en España respectivamente, es decir pronunciación infraglotal y supraglotal de dichos fonemas, los cuales no existen en las demás lenguas latinas, sonido que fue formalmente introducido en el llamado reajuste de las consonantes silbantes. , El español del Caribe fue la lengua franca de los esclavos africanos, y se impuso a las lenguas indoamericanas. Si en algunas regiones es hoy en día la lengua predominante, en otras es segunda lengua tras el criollo local. Si el Caribe se caracteriza por su gran diversidad de culturas y lenguas, el español hablado allí, en todas sus variantes, tiene un papel unificador e integrador de los diversos grupos humanos y de las diversas nacionalidades presentes en la región.[1]

Características lingüísticas específicas

Fonología

El habla caribeña, a diferencia del español de México o español andino, no debilita las vocales aunque frecuentemente presenta elisiones o leniciones (debilitamientos) en las consonantes. Entre los cambios típicos del español caribeño se encuentra que:

  • Las vocales se nasalizan cuando están próximas a una consonante nasal, ésta se enmucede o bien se realiza como /ŋ/. Por ejemplo, en San Juan [sãˑˈhwã] o [sãŋˑˈhwãŋ].
  • La realización de /-s/ como [h] a final de sílaba es marca distintiva en el Caribe. El fenómeno es común a todas las clases sociales así como en Canarias y en menor medida Andalucía (ya que ahí frecuentemente no existe ni siquiera [h]). Generalmente también se elide o asimila con la consonante siguiente o precedente: isla [ˈilːa] , inspirar > [inːpiˈɾa(ɾ)].
  • La modificación de /s/ a [h] en posición inicial de sílaba, también ocurre a veces en Puerto Rico.
  • Tal como en Andalucía o Canarias hay elisión o confusión de líquidas. Por ejemplo la /r/ se elide ante cualquier palabra que comience con vocal y al final de la frase: comer > comé [koˈme]. Y delante de una consonante, así sea dentro de una misma palabra o conjunto de ellas, la /l/ y /r/ se confunden (esto es más común en República Dominicana y Puerto Rico): puerta, puelta; rebelde, reberde. En países como Venezuela, esta forma de habla es considerada inculta, pero también es muy usada al centro y oriente de este país. A pesar de pertenecer a la variante diatópica de República Dominicana y Puerto Rico, la lateralización y la ultracorrección son características también consideradas incultas por la comunidad entendida.
    • En Cuba y en Colombia éstas se asimilan con las consonantes siguientes: por donde, pod donde. Cabe destacar que en el caso cubano este fenómeno no se encuentra generalizado por toda la isla, sino más bien en La Habana y en otras zonas de la porción más centro- occidental, aunque si bien en las últimas décadas esta tendencia ha cobrado fuerza pero siendo aún excluida del lenguaje estándar -culto.
    • En la República Dominicana, Puerto Rico, Cuba y Panamá, existe un acorte de palabras y de sustituciones en diferentes partes de dichos países (Norte, Sur, Este y Oeste): "Vamos para la playa, Vamo pa´ la playa".
    • En Puerto Rico la /r/ es articulada frecuentemente como una fricativa uvular, más o menos parecida a la francesa o portuguesa [ʁ] o a la [χ] uvular dialectal castellana.
    • La /r/ puede ser también convertida a [h]: virgen > vihhen [ˈbiˑhːen].
    • En la Región Caribe colombiana, algunas regiones de Venezuela, en República Dominicana, Puerto Rico, Cuba y en Panamá se suele perder el sonido de la /d/ : dedicado > dedicáo.
  • La pronunciación nasalizada de una vocal seguida por "n" o "m".

Otros caracteres muy andaluces son:

  • la lenición de “ch” [ʧ] > [ʃ]
  • la modificación de “j-g” /x/ > [h] que es general: Los Ángeles [loˈhãhelɛ] y
  • la velarización de /n/ en todo final: camión > [kaˈmiõŋ].

Morfología

  • El voseo se perdió durante el siglo XIX en las islas y la mayor parte de los países continentales, desde entonces el Caribe es por lo general una zona tuteante. La excepción serían el noroccidente de Venezuela (estados Falcón y Zulia), el norte del departamento del Cesar, el sur del departamento de La Guajira en la Costa Atlántica Colombiana y la Península de Azuero de Panamá.
  • Por efecto de la elisión de /s/ final de sílaba, algunos utilizan “se” como marcador plural, pero está limitado a palabras que en forma singular terminan en vocal tónica: café, cafese.
  • Es muy usado el diminutivo.
  • En Colombia, Cuba, Venezuela, algunas regiones de Panamá y la República Dominicana se usan los diminutivos usando las raíces: “ico” e “ica”, no “ito” ni “illo”. Este diminutivo se utiliza si la palabra termina en t + vocal, no así en las otras terminaciones. Por ejemplo galleta y zapato tienen como diminutivos galletica y zapatico, no así perro y casa (perrito y casita, respectivamente).

Sintaxis

  • Se suele colocar el pronombre sujeto delante de un infinitivo: Para yo saberlo. Antes de yo entrar a la casa.
  • Se suele no invertir el sujeto en las preguntas ¿Qué tú quieres?, ¿Cómo tú te llamas?.
  • En la República Dominicana, Panamá, Venezuela y la región Caribe colombiana, es muy común también las estructuras ¿Qué es lo que?, ¿Cuándo es que?, ¿Cómo es que?, etc. cuando se está preguntando.
  • Hay un uso intensivo de “ser”. Lo hice fue en invierno. Teníamos era que descansar mucho.
  • Se usan los pronombres personales tónicos de tercera persona (él/ella) para referirse a cosas. Él (el árbol) parece Bongo pero es Magüey. o Ella (la iglesia) tiene las campanas de bronce
  • Como en el habla canaria, se suele usar la tercera persona masculina plural del pronombre personal proclítico (los) cuando la forma verbal refiere la primera persona del singular. Los (nos) fuimos.
  • En la República Dominicana, Cuba, Puerto Rico, Panamá, Venezuela y la región Caribe colombiana, existe la tendencia a redundar el uso de los pronombres sujeto. Yo estaba caminando...y yo veía...; ya tú sabes (por cuestiones fonéticas).

Léxico

El español caribeño debe al kikongo, al andaluz, al canario y al taíno la mayor parte de su léxico, el cual diverge en cierta medida de otras formas del español. También se vio enriquecido por los aportes de las grandes oleadas de inmigrantes hispanos a principios del siglo XX, sobre todo gallegos, asturianos y vascos.

Además hay que destacar que el español caribeño ha sido una de las variedades diatópicas que más directamente ha incorporado léxico proveniente del inglés norteamericano y del Caribe anglófono, no solo por contacto geográfico, sino también por las profundas relaciones económicas, políticas y culturales. Baste recordar que Cuba y Puerto Rico fueron destinos de la inversión estadounidense, incluso desde la época del colonialismo español, fenómeno luego acrecentado a partir de 1898 cuando ambos territorios insulares experimentaron diferentes tipos de dependencia política con respecto a su vecino del norte. Estos vínculos han hecho que el español hablado en Cuba y en Puerto Rico, junto con el mexicano, ostenten considerable nivel de predominio en el español hablado dentro de Estados Unidos. Ello se corresponde también con las proporciones y la relevancia política de las comunidades de inmigrantes de estos países en ciudades como Miami y Nueva York, así como con el protagonismo de sus compositores e intérpretes en la industria musical, con producciones distribuidas en todos los ámbitos geográficos del español, vía que obviamente contribuye a la difusión de los rasgos de la variedad caribeña.

A modo de conclusión, hay que decir que el Caribe, escenario de sincretismos culturales a lo largo de su historia, ostenta variedades del español muy ricas en cuanto a diversidad de rasgos fonéticos, sintácticos y léxicos, indistintamente coherentes con los del español andaluz, el canario, el centro-norte ibérico o con los de las regiones de la América continental hispanohablante.

Véase también

Referencias

  1. a b c Marlen A. Domínguez Hernández, Los problemas del español del Caribe (Hispánico) (Insular) y la identidad, Facultad de Artes y Letras, Universidad de La Habana, Cuba.
  2. Echenique Elizondo, Ma. Teresa, et al., Las Lenguas de un Reino - Historia Lingüística Hispánica, p. 331.

Bibliografía

Enlaces externos