Domingo Santa María

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Domingo Santa María González

Domingo Santa María González como presidente (1881).


Presidente de la República de Chile
18 de septiembre de 1881-18 de septiembre de 1886
Gabinete Ministros de Estado de D. Santa María
Predecesor Aníbal Pinto Garmendia
Sucesor José Manuel Balmaceda Fernández


Presidente del Senado de Chile
15 de mayo de 1888-22 de octubre de 1888
Predecesor José Ignacio Vergara
Sucesor Adolfo Valderrama Sáenz de la Peña


Senador de la República de Chile
por Concepción y Ñuble
1 de junio de 1888-18 de julio de 1889
Predecesor Francisco Segundo Puelma Castillo
Sucesor Manuel Amunátegui Aldunate

1 de junio de 1879-18 de septiembre de 1881
Predecesor Francisco Massenlli Guarda
Sucesor Marcial González Ibieta


Ministro del Interior de Chile
20 de agosto de 1879-16 de agosto de 1880
Presidente Aníbal Pinto Garmendia
Predecesor Antonio Varas de la Barra
Sucesor Manuel Recabarren Rencoret

Ministro de Relaciones Exteriores y Colonización de Chile
17 de abril de 1879-20 de junio de 1879
Presidente Aníbal Pinto Garmendia
Predecesor Miguel Luis Amunátegui Aldunate
Sucesor Melquíades Valderrama Sáenz de la Peña


Diputado de la República de Chile
por La Serena, Valparaíso, San Felipe, Curicó y Putaendo
1 de junio de 1864-1 de junio de 1876

8 de junio de 1858-1 de junio de 1861


Ministro de Hacienda de Chile
18 de enero de 1863-10 de mayo de 1864
Presidente José Joaquín Pérez Mascayano
Predecesor José Victorino Lastarria Santander
Sucesor Alejandro Reyes Cotapos


Intendente de Colchagua
26 de mayo de 1847-c. 1849
Presidente Manuel Bulnes Prieto
Predecesor Nicolás Jaramillo Niño
Sucesor Ambrosio Andonáegui

Información personal
Nombre en español Domingo Santa María Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 4 de agosto de 1824
Santiago, Chile
Fallecimiento 18 de julio de 1889 (64 años)
Santiago, Chile
Causa de muerte Ataque cardíaco
Residencia Santiago, Chile
Nacionalidad Chilena
Lengua materna Español
Familia
Padres Luis Santa María González
Ana Josefa González Morandé
Cónyuge Emilia Márquez de la Plata Guzmán (matr. 1846)
Educación
Educado en Universidad de Chile
Información profesional
Ocupación Abogado y político
Partido político Partido Liberal
Firma

Domingo Santa María González (Santiago, 4 de agosto de 1825 - ibídem, 18 de julio de 1889) fue un abogado y político chileno, que ejerció como presidente de Chile entre 1881 y 1886. Luego fue senador desde 1888 hasta su fallecimiento en 1889.

Anteriormente, se desempeñó como diputado por La Serena, Valparaíso, San Felipe, Curicó y Putaendo y, fue ministro de Estado en las carteras de Hacienda, Relaciones Exteriores e Interior, estos últimos durante el gobierno de Aníbal Pinto.

Primeros años e inicio de su carrera política

Hijo de Luis Santa María González y Ana Josefa González Morandé. Cursó sus estudios en el Instituto Nacional, donde posteriormente fue profesor, y en la Universidad de Chile, donde obtuvo su título de abogado en 1847.[1]

Hombre inteligente y resuelto, cuya trayectoria política se inició tempranamente a los 22 años.[2]

El 7 de junio de 1846 contrajo matrimonio con Emilia Márquez de la Plata Guzmán, con la que tuvo cinco hijos.[3]​ Se inició en la política ese mismo año al convertirse en secretario en la Sociedad del Orden.

En 1847, contando 23 años, fue nombrado intendente de Colchagua, donde también estrenó su habilidad para dar vuelta los resultados electorales, pero su excesiva intervención le costó el cargo de intendente, siendo destituido por Manuel Montt.[4]

Fuera de la intendencia, se convirtió en acérrimo opositor de Manuel Montt Torres.[1]

En 1856 ingresó en la Facultad de Leyes y Ciencias Políticas de la universidad, presentando una memoria histórica Sucesos ocurridos en Chile desde la caída de O'Higgins hasta la promulgación de la constitución de 1823.[3]

Participó en el movimiento revolucionario de 1851 contra el gobierno, pero sin comprometerse. Después del fracaso se autoexilió en Perú y a su regreso abrió una oficina de abogados.[5]

El 8 de junio de 1858 asumió como diputado suplente en reemplazo de Vicente Zorrilla Sáinz de la Peña, quien no pudo acudir a juramentar el cargo.[3]

Luego en 1859, otra vez participó en un movimiento revolucionario. Esta vez fue proscrito a Magallanes y luego el destierro a Europa.[4][5]

En 1862 regresó desde Europa junto con Benjamín Vicuña Mackenna en virtud de la amnistía dictada por José Joaquín Pérez Mascayano, en cuya administración ocupó la cartera de Hacienda.[4]​ Al mismo tiempo, comenzó una breve carrera en el poder judicial, llegando a ministro de la Corte de Apelaciones.[1]

Fue diputado entre 1868 y 1876, y en 1879 ocupó por vez primera un sillón en el Senado.[3]

Desde este puesto y junto a Benjamín Vicuña Mackenna inició ataques a la conducción de la guerra y la gestión del ministro plenipotenciario, don Rafael Sotomayor Baeza, siendo uno de sus principales enemigos en el gobierno. Su acción fue nefasta entorpeció los canales de comunicación entre el ejército y el gobierno, llegando a poner en peligro la estabilidad del gobierno de Pinto y del devenir de la conducción del conflicto bélico contra dos países en curso.

Aníbal Pinto le ofreció participar en el gobierno, y el mismo año fue designado ministro de Relaciones Exteriores, de Interior y de Guerra y Marina por el presidente Aníbal Pinto Garmendia, donde entre otros actos y bajo cortinas preparó adecuadamente su maquinaria electoral para ser elegido presidente.

Siendo ministro de Relaciones Exteriores y a instancia de la personalidad débil del gobernante Aníbal Pinto, realizó gestiones por medio de su embajador José Manuel Balmaceda y consiguió la neutralidad de Argentina en el conflicto bélico con la alianza Perú-boliviana y el Tratado de 1881 que incluyó la renuncia de Chile a la Patagonia oriental a cambio de la renuncia de la Argentina a la Patagonia occidental.

Elección

En las elecciones presidenciales de 1881 su candidatura estuvo en peligro debido al clamor popular por la candidatura de Manuel Baquedano, pero con la ayuda del exministro de defensa José Francisco Vergara Etchevers, logró imponerse en el país, a lo que se sumó la declinación de la candidatura del general Baquedano. La intervención electoral fue denunciada por Carlos Walker Martínez.[6]

La elección se presentó entonces sin lucha, y Santa María fue elegido presidente con 225 votos de un total de 305 electores. Asumió a los 57 años de edad.

Presidencia

Gestión gubernamental

Domingo Santa María.

La primera preocupación del ministerio y del presidente era terminar la Guerra del Pacífico, pues si bien se había ocupado Lima, la lucha en la sierra continuaba. Se logró después de la batalla de Huamachuco hacer que Perú firmara el Tratado de Ancón, en donde cedió Tarapacá perpetua e incondicionalmente, y Arica y Tacna temporalmente, hasta que un plebiscito decidiera su destino. Se firmó también una tregua con Bolivia el 4 de abril de 1884, tregua redactada por la propia mano de Santa María. Con esta exitosa gestión internacional, terminaba la guerra.[1]

Cuando se acercaron las elecciones de diputados y un tercio de los senadores, el Ministro del Interior renunció. Este deseaba hacer valer su influencia para realizar una elección sin tantos excesos. Pero Santa María tenía como objetivo principal expulsar a todos los conservadores del parlamento, por lo que Vergara fue reemplazado por José Manuel Balmaceda.[cita requerida]

Los conservadores no presentaron lucha, excepto Carlos Walker Martínez, quien se presentó como candidato a diputado. Pero como ya se dijo el presidente no iba a dejar a ningún conservador, por lo que ordenó realizar todos los fraudes posibles para evitarlo. Se estimaba el número de sufragantes en 20 000 votos como máximo, pero resultaron 34 000. Fue necesario enmendar el error en el escrutinio electoral, donde se leyeron papeletas falsas sin que la oposición pudiera hacer nada, al haber 200 soldados de infantería y 300 garroteros “protegiendo” el lugar.[6]

En el resto del país no hubo lucha, pero algunos liberales descontentos con el gobierno lograron incluirse en las listas de este, además de los radicales, que después se pelearían con el presidente.

La lucha religiosa contra el catolicismo

Durante la presidencia de Pinto quedó vacante el arzobispado de Santiago. El presidente propuso a la Santa Sede la candidatura de Francisco de Paula Taforó para arzobispo, según el derecho de patronato que se creía heredero de los reyes de España. Los ultramontanos hicieron que Roma rechazara a Taforó, por lo que el arzobispado quedó vacante.[7]

Santa María intentó postular nuevamente a Taforó, pero seguía siendo resistido por la Santa Sede, que para encontrar una solución, envió a un legado papal, Celestino del Frate. Santa María lo recibió de forma cortés, pero al ver que se resistía a aceptar a su candidato a arzobispo, le envió sus pasaportes de vuelta y lo despidió con una nota de lo más grosera. Ordenó al Ministro en Roma, Alberto Blest Gana, que cortara las relaciones con la Santa Sede.[7]

No contento con esto, el presidente envió los proyectos de las llamadas leyes laicas: de cementerios laicos (promulgada en 1883), que eliminaba la reja que separaba a los católicos de los disidentes en los cementerios haciéndolos comunitarios o laicos; la ley de matrimonio civil (1884), que establecía que los matrimonios debían ser registrados ante un Registro Civil, sin hacer necesariamente el rito del casamiento católico; y la Ley del Registro Civil de (1884), que remplazaba (pero no anulaba) a las parroquias y conventos en el registro de nacimientos, matrimonios y defunciones por una oficina pública en todas las comunas, ciudades y pueblos, sus funcionarios se denominaron civiles.[4][2]

En respuesta a la ley de cementerios laicos, la Iglesia prohibió a sacerdotes dar el pase para entierros en cementerios laicos. A su vez, Santa María prohibió enterrar en los templos, forzando en algunos casos esta situación creándose los cementerios laicos actuales.[7]​ Uno de estos casos ocurre el 2 de enero de 1884, cuando fallecía la anciana Dolores Egaña de Ríos, suegra del influyente José Clemente Fabres. En su lecho de muerte, Egaña le hizo prometerle a Fabres que la sepultaría en un cementerio católico, pero la noche del 4 un grupo de policías penetró por la fuerza a la casa familiar cuando el cadáver iba a ser conducido para su velatorio, y sacó el cadáver, sepultándolo en un cementerio laico contra la voluntad de la familia.[8]

En 1886, se llega a un acuerdo y Mariano Casanova es nombrado arzobispo de Santiago.

Nuevos fraudes electorales

Políticamente, los ánimos estaban muy caldeados. El presidente se había peleado con los radicales y liberales sueltos (llamados también luminarias o disidentes), y los conservadores le odiaban. Por eso la intervención electoral de 1885 fue mucho más difícil para el gobierno y violenta.[cita requerida]

Los conservadores se pusieron en pie de lucha para resistir los fraudes, y se enfrentaron a los garroteros contratados por el gobierno resultando trifulcas en que resultaron muertos y heridos. Los excesos del gobierno llegaron al extremo de robar las papeletas de votación, que estaban siendo trasladadas al registro.[cita requerida]

Últimos años de gobierno y candidatura de Balmaceda

José Manuel Balmaceda y Domingo Santa María (al centro), junto a distinguidos hombres públicos de la época.

Balmaceda renunció al ministerio debido a un telegrama caído en poder de los opositores, que le mostraba interviniendo en la selección de los candidatos. Además el ministro era el candidato del presidente para sucederlo, así que después de ganar una interpelación, renunció y su puesto fue ocupado por Ramón Barros Luco.

Barros Luco intentó realizar una suerte de convención entre todos los grupos políticos excepto los conservadores: los liberales de gobierno, liberales sueltos, radicales y luminarias. Al fracasar el consenso, renunció y la cartera fue encargada a José Ignacio Vergara. La oposición, que alcanzó varios puestos en el Congreso a pesar de la descarada intervención, aplicó como venganza a Santa María una de las armas más peligrosas que le facultaba la constitución de 1833, el entorpecimiento de la ley de contribuciones, sin el cual el Estado no podía funcionar.

Superado este evento con la ayuda de los nacionales, se proclamaron las candidaturas de Balmaceda por los liberales de gobierno y nacionales, y de José Francisco Vergara por los radicales y liberales disidentes. Durante el proceso, Vergara renunció a su candidatura, por lo que fue elegido José Manuel Balmaceda como presidente de Chile.

Después de terminar su período de gobierno, asumió como Presidente del Senado.[9]

Apariencia física

José Antonio de Lavalle, político y diplomático de Perú, quien condujo en 1879 un intento de mediación peruano en el conflicto entre Chile y Bolivia, escribió sobre Santa María:

Era Don Domingo Santa María hombre a la sazón de 55 años, poco más o menos, aunque el curso de éstos había hecho muy pocos estragos en su robusta naturaleza, pues raras canas surcaban aún su espeso, ondeado y negro cabello y su nutrido bigote. Alto, grueso, sin ser por eso obeso, ancho de espaldas y corto de cuello; moreno de color, facciones muy acentuadas, ojos aunque pequeños vivos y expresivos; y, sin podérsele calificar de buenmozo, tenía un aspecto muy agradable y sobre todo, mucho atractivo. Sus maneras eran finas, sin afectación; su porte franco y sencillo; su vestir serio y esmerado, sin exageración en ningún sentido. Tenía mucho talento, muchísimo en mi pobre juicio; su instrucción era general y variada en todos ramos, muy profunda, según se me ha asegurado, en jurisprudencia, y muy seria en literatura. Parecía ser de mucho carácter y muy enérgico, sin ser por eso rudo.
José Antonio de Lavalle, Mi Misión en Chile, Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, Lima, Perú, 1979, pág. 46

Su auto definición

"Se ha dicho que soy sectario y que me guía un odio ciego a la Iglesia. No es cierto, soy bastante inteligente para saber distinguir entre los ridículos que la Iglesia ha creado para dominar las conciencias de los hombres por esa terrible palabra que llaman fe, y lo que es un pensamiento razonado y lógico de un hombre capaz de comprender que rige al mundo algo superior, y que la Iglesia embarulla para ejercer un dominio universal en nombre de Cristo (...) Y a pesar de tener estas ideas, aunque soy libre pensador en materias religiosas y creer en un Cristo humano y piadoso, la Iglesia no se ha separado del Estado, porque no ha querido y ha luchado por mantener la unión (...). Hoy por hoy, la separación de la Iglesia del Estado importaría una revolución. El país no está preparado para ello. Se me ha llamado autoritario. Entiendo el ejercicio del poder como una voluntad fuerte, directora, creadora del orden y de los deberes de la ciudadanía. Esta ciudadanía tiene mucho de inconsciente todavía y es necesario dirigirla a palos. Y esto que reconozco que en este asunto hemos avanzado más que cualquier país de América. Entregar las urnas al rotaje y a la canalla, a las pasiones insanas de los partidos, con el sufragio universal encima, es el suicidio del gobernante, y yo no me suicidaré por una quimera".
Domingo Santa María[10]

Ministros de Estado

Domingo Santa María junto a sus ministros.
Estandarte presidencial
Ministerios de Estado
del Gobierno de Domingo Santa María González
Ministerio Titular Período
Ministerio del Interior José Francisco Vergara Echevers
José Manuel Balmaceda
Ramón Barros Luco
José Ignacio Vergara
1881 - 1882
1882 - 1885
1885
1885 - 1886
Ministerio de Relaciones Exteriores José Manuel Balmaceda
Luis Aldunate Carrera
Aniceto Vergara Albano
Aníbal Zañartu Zañartu
Francisco Freire Caldera
1881 - 1882
1882 - 1884
1884 - 1885
1885 - 1886
1886
Ministerio de Guerra y Marina Carlos Castellón Larenas
Patricio Lynch
Carlos Antúnez
1881 - 1884
1884
1884 - 1886
Ministerio de Hacienda Luis Aldunate Carrera
Pedro Lucio Cuadra
Ramón Barros Luco
Pedro Nolasco Gandarillas
Hermógenes Pérez de Arce Lopetegui
1881 - 1882
1882 - 1884
1884 - 1885
1885
1885 - 1886
Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública José Eugenio Vergara
José Ignacio Vergara
Emilio Crisólogo Varas
1881 - 1883
1883 - 1885
1885 - 1886

Obra de Santa María

Gracias a las entradas producidas por el salitre, Santa María inició un vasto programa de obras públicas, abarcando principalmente el problema del ferrocarril, las cárceles, hospitales y las escuelas públicas (de 656 al inicio de su periodo a 910 al dejarlo). También realizó cambios en la administración, reformó las oficinas de tesoro y contabilidad, de la planta y dotación de aduanas, y la que organizaba la Casa de Moneda. Promulgó las leyes sobre formación de presupuestos y cuenta de inversión; la de garantías individuales y la de régimen interior, que cambió la administración de las municipalidades. También hizo una reforma electoral en 1884, por la cual se extendió el derecho a sufragio a todos los varones chilenos de 25 años de edad, que supieran leer y escribir, sin consideración de su renta. La edad se redujo a 21 en el caso de los casados.[4]

Se levantó la Escuela Naval, el malecón y la quinta sección de la Aduana de Valparaíso. Se instalaron nuevas Aduanas en siete puertos y muelles en diez. Con la extensión del ferrocarril, también se extendieron líneas de telégrafos. Durante su gobierno se instalaron las primeras líneas telefónicas[4]​ y él inauguró la línea entre Concepción y Santiago. También introdujo el alumbrado eléctrico.[1]

Durante su gobierno, la Araucanía fue definitivamente anexada mediante la Pacificación de la Araucanía al territorio chileno mediante la fuerza quienes eliminaron a los mapuches disidentes.[9]​ También ratificó en los comienzos de su gobierno el Tratado de 1881 con Argentina cediéndole todo el territorio patagónico oriental.

Últimos años

Redactor de "El Orden", publicación que servía para difundir las ideas de la Sociedad del Orden, organización liberal presidida por Ramón Errázuriz, así como colaborador del periódico El Museo y Revista de Santiago. Miembro histórico del Instituto Histórico y Geográfico de Brasil.[5]

Murió el 18 de julio de 1889 de un ataque al corazón.[1]

Referencias

  1. a b c d e f Universidad de Chile. «Domingo Santa María (1881 - 1886)». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  2. a b «Domingo Santa María (1825-1889)». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  3. a b c d Memoria Chilena. «Cronología». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  4. a b c d e f Icarito (15 de julio de 2010). «Gobierno de Domingo Santa María». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  5. a b c Biblioteca del Congreso Nacional. «Reseña Biográfica Parlamentaria - Domingo Santa María González». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  6. a b Walker Martínez, Carlos (1889). Historia de la Administración Santa María Tomo I. Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  7. a b c Educarchile. «Las Leyes Laicas». Archivado desde el original el 4 de septiembre de 2014. Consultado el 4 de septiembre de 2014. 
  8. Fabres, José Clemente. «UN ESCANDALOSO ATENTADO A LA SOCIEDAD DE SANTIAGO». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 
  9. a b Educarchile. «Santa María González, Domingo (1825 – 1889)». Archivado desde el original el 4 de septiembre de 2014. Consultado el 4 de septiembre de 2014. 
  10. Memoria Chilena. «Domingo Santa María». Consultado el 3 de septiembre de 2014. 

Enlaces externos


Predecesor:
José Victorino Lastarria

Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile

1865-1867
Sucesor:
Diego Barros Arana