Diferencia entre revisiones de «Barroco italiano»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Ángel Luis Alfaro (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
Ángel Luis Alfaro (discusión · contribs.)
Línea 43: Línea 43:
[[Pintura barroca italiana]]
[[Pintura barroca italiana]]


{{cita|That the Rome of 1630 was a center of artistic interest is scarcely debatable. The polemic was alive there between naturalism -now nearly won by radical Caravaggism, but current in minor circles like those of the ''[[bambocciati]]'', whose works Veázquez must have found interesting- and the classicism represented by the Roman-Bolognese line of Guido Reni and Guercino and enriched by the presence of Poussin and Claude. In these years there was, among the leading artists of Rome, a revived interest in Venice and a resurgence of attention to works of Titian and Veronese that only a few years later would be subsumed in the triumphant baroque of Pietro da cortona. At the moment, however, their common neo-Venetian devotion permitted the harmonious coexistence of artists as disparate as Cortona, Poussin, and Andrea Sacchi.|[[Alfonso Pérez Sánchez]], ''Velázquez and his arts''<ref>En [[Alfonso E. Pérez Sánchez]] y [[Julián Gállego]] (eds.), [https://books.google.es/books?id=E-mx1VLZYnEC&pg=PA35&dq= ''Velázquez''], pg. 35.</ref>}}
{{cita|La Roma de 1630 era sin duda un centro de interés artístico notable. Se vivía en ella la polémica del naturalismo -ya casi vencido en las formulaciones extremas del caravaggismo radical, pero vivo y actuante en círculos menores, como el de los "bambociantes" que no podían menos que interesar a Velázquez- y el clasicismo que representaba la línea romano-boloñesa de Reni y Guercino, enriquecida por la presencia de Poussin. Son los años en que se advierte, en los más dotados artistas vivos en Roma, un interés renacido por Venecia, y un resurgir del estudio de las obras de Tiziano y Veronés que concluirá muy pocos años más tarde por subsumirse en el barroquismo triunfante de un Pietro de Cortona, pero que ahora permite caminar casi al mismo paso, en la común devoción neovéneta, a artistas tan dispares como el propio Cortona, Poussin o Andrea Sacchi.|[[Alfonso Pérez Sánchez]]<ref>[http://www.vallenajerilla.com/berceo/perezsanchez/velazquezysuarte.htm ''Velázquez y su arte''], en vallenajerilla.com Véase el texto en inglés, con alguna pequeña variación: ''That the Rome of 1630 was a center of artistic interest is scarcely debatable. The polemic was alive there between naturalism -now nearly won by radical Caravaggism, but current in minor circles like those of the ''[[bambocciati]]'', whose works Velázquez must have found interesting- and the classicism represented by the Roman-Bolognese line of Guido Reni and Guercino and enriched by the presence of Poussin and Claude ''[sic, ¿Claude Lorraine?]''. In these years there was, among the leading artists of Rome, a revived interest in Venice and a resurgence of attention to works of Titian and Veronese that only a few years later would be subsumed in the triumphant baroque of Pietro da Cortona. At the moment, however, their common neo-Venetian devotion permitted the harmonious coexistence of artists as disparate as Cortona, Poussin, and Andrea Sacchi.'' (''Velázquez and his arts'' en [[Alfonso E. Pérez Sánchez]] y [[Julián Gállego]] (eds.), [https://books.google.es/books?id=E-mx1VLZYnEC&pg=PA35&dq= ''Velázquez''], pg. 35.)</ref>}}


{|align=center
{|align=center

Revisión del 19:36 28 feb 2015

La conversión de San Pablo, de Caravaggio (1601), en su contexto arquitectónico: la Capilla Cerasi de la basílica de Santa María del Popolo (Roma).
Piazza Navona, ejemplo del urbanismo barroco romano.
Altar de la iglesia de Sant'Andrea al Quirinale, de Gian Lorenzo Bernini.

Barroco italiano es la denominación historiográfica de la dimensión local en Italia del Barroco, un movimiento cultural con extensión intelectual, literaria y en todos los géneros del arte.[1]​ Su localización temporal va de finales del siglo XVI (Caravaggio) a mediados del siglo XVIII (Tiépolo). A lo largo del todo el periodo coexiste con el clasicismo (pintura clasicista, escuela boloñesa en el siglo XVI y XVII, academicismo de la Accademia di San Luca desde 1593, y neoclasicismo en el siglo XVIII -denominación que se dará al movimiento predominante a partir de la segunda mitad de ese siglo-). Comúnmente se identifica con el siglo XVII o Seicento ("años [mil] seiscientos" en italiano -véase también Duecento, Trecento, Quattrocento y Cinquecento-).

Con el nombre de "Barroco" suele denominarse el arte del siglo XVII. Esta denominación es relativamente moderna: la debemos a Francesco Milizia, que la utiliza, en su Dizionario delle belle arti del disegno (1797), para clasificar a todos aquellos artistas que poseen un estilo contrario al clásico. Lo barroco aparece como lo opuesto al clasicismo: es la desmesura, la confusión, el dinamismo frente a la quietud y la medida frente al orden y la claridad del clasicismo romano.

La reacción de la Contrarreforma contra el protestantismo había llegado a su madurez tras el intelectualismo manierista y las normas establecidas en el Concilio de Trento, y buscó la extensión popular en la seducción de los sentidos, más allá de la razón.[3][4]​ Se estimuló a los artistas para que produjeron una excitante imaginería, que contrastara con las inclinaciones iconoclastas de la Reforma luterana.[4]

Las nuevas construcciones resultaron del establecimiento de nuevas órdenes religiosas entre 1524 y 1575: barnabitas, jesuitas, oratorianos, teatinos; cuya influencia se expandió y demandaba la construcción de un nuevo tipo de iglesias, un lugar para la propaganda de la fe católica (la Propaganda Fide se fundó en 1622), de belleza y decoración expansivas, que caracterizó el tránsito entre el Manierismo y el Barroco. Il Gesù, una ruptura del ideal renacentista de iglesia de planta central, diseñada por Giacomo Barozzi da Vignola (1568 -la portada fue modificada por Giacomo della Porta en 1584-), fue la primera y sirvió de modelo de las iglesias jesuíticas.[5]​ Su interior era un ejemplo de cómo el Clasicismo romano podía combinarse con una simplicidad a gran escala. Altas ventanas perforan la bóveda de cañón, al igual que el anillo de ventanas del tambor de la cúpula, para iluminar con luz natural el interior, creando un dramático contraste de luz y oscuridad en un espacio relativamente difuso.[4]​ En 1605 el papa encargó a Carlo Maderno el rediseño de la basílica de San Pedro. Posteriormentre Gianlorenzo Bernini (cuya influencia en la vida artística de su época se ha llegado a calificar de "dictadura")[6]​ se ocupó tanto de la decoración interior como del diseño de la plaza de San Pedro. La relación del Clasicismo y Barroco romano con el Barroco y Clasicismo francés fue muy estrecha (Nicolas Poussin, Academia Francesa en Roma, 1666); y también fueron muy fructíferos los contactos italianos del Barroco español y el Barroco flamenco[7]​ (por ejemplo, los viajes a Italia de Velázquez y Rubens -Guilda de Romanistas de Amberes-).

El mecenazgo papal en Roma fue un caso extremo de diversidad en comparación con las ciudades estado italianas (Barroco veneciano -que continuó la tradición arquitectónica local, y desarrolló en pintura la obra de los mejores vedutisti, como Guardi y Canaletto) y los dominios españoles en Italia (Barroco napolitano -José de Ribera, Luca Giordano-, Seicento lombardo o Barroco milanés[8]​ -Giulio Cesare Procaccini-). El papa, que es tanto cabeza de la iglesia universal como obispo de Roma y soberano temporal de los Estados Pontificios, controlaba estrechamente la ciudad y su urbanismo, encargando construcciones y programas artísiticos. Para 1725, sólo en Roma se habían construido 323 nuevas iglesias, para una población de unos 150,000 habitantes.[3]

En Venecia se imprimía un creciente número de ejemplares de obras devocionales[9]​ para la demanda del clero y de laicos alfabetizados; que se usaban tanto en el culto como en la devoción privada, recordando constantemente la presencia de la religión en la vida cotidiana.[10]

La revolución científica de Giordano Bruno, Galileo y Torricelli sufría en Italia de altibajos en su aceptación o represión por las autoridades civiles y religiosas; por contraste, en Inglaterra triunfó (Bacon, Newton, Royal Society).

Literatura

Tablado de la comedia del arte, círculo de los bamboccianti, ca. 1700.

Literatura barroca italiana[11]

Música

Música barroca italiana (música barroca, música italiana)

Primavera, de Las cuatro estaciones de Vivaldi, 1725.

Artes plásticas

Pintura

Pintura barroca italiana

La Roma de 1630 era sin duda un centro de interés artístico notable. Se vivía en ella la polémica del naturalismo -ya casi vencido en las formulaciones extremas del caravaggismo radical, pero vivo y actuante en círculos menores, como el de los "bambociantes" que no podían menos que interesar a Velázquez- y el clasicismo que representaba la línea romano-boloñesa de Reni y Guercino, enriquecida por la presencia de Poussin. Son los años en que se advierte, en los más dotados artistas vivos en Roma, un interés renacido por Venecia, y un resurgir del estudio de las obras de Tiziano y Veronés que concluirá muy pocos años más tarde por subsumirse en el barroquismo triunfante de un Pietro de Cortona, pero que ahora permite caminar casi al mismo paso, en la común devoción neovéneta, a artistas tan dispares como el propio Cortona, Poussin o Andrea Sacchi.
La vocación de San Mateo, Caravaggio, 1599-1600.
Archivo:Volta della Galleria Farnese.jpg
Bóveda de la Galleria Farnese (Palazzo Farnese, Roma), de Annibale Carracci, 1597-1601.
Atalanta e Hipómenes (Guido Reni), ca. 1620-1625.

El final del siglo XVI significó la irrupción del tenebrismo o caravaggismo (seguidores de Caravaggio, como Giovanni Battista Caracciolo, Bartolomeo Manfredi o Artemisia Gentileschi) frente al clasicismo tardo-manierista de la escuela boloñesa (los Carracci, Accademia degli Incamminati, Guercino, Domenichino). Ambas tendencias no eran incompatibles, como demuestra la obra de alguno de los maestros del periodo (caso de Guido Reni).

Judith decapitando a Holofernes, de Artemisa Gentileschi, ca. 1611-1612
La Virgen presenta al Niño a Santa María Magdalena dei Pazzi, de Luca Giordano, 1685, capilla mayor de la iglesia homónima[13]​ (Florencia).
El milagro de la Santa Casa de Loreto, de Gianbattista Tiepolo, 1743.

En la década de 1630 Pietro da Cortona y Andrea Sacchi mantuvieron un debate en la romana Accademia di San Luca en el que defendían sus opuestos estilos pictóricos (que historiográficamente se denominan "Barroco" y "Clasicismo" respectivamente). La discusión se centró esencialmente en el número de figuras en una pintura, y se expresó en términos literarios, con Cortona argumentando en favor de una aproximación "épica" con abundancia de figuras, y Sacchi haciendo lo propio por una aproximación "trágica", que consideraba más conveniente para la transmisión de mensajes.

Visión de San Romualdo, de Sacchi, ca. 1631.
Batalla de Alejandro contra Darío, de Cortona, ca. 1644-1650.

En realidad, tanto los maestros cercanos a Cortona (Giovan Battista Gaulli o Ciro Ferri) como los cercanos a Sacchi (Nicolas Poussin, Claudio de Lorena o Carlo Maratta) compartían gran parte de su estilo, como por ejemplo el uso del color. La publicación en 1672 de las Vidas de los artistas de Gian Pietro Bellori promovió el idealismo clásico, omitiendo la inclusión de artistas como Cortona, Bernini o Borromini (aunque sí incluyó a Caravaggio).

Además de Roma y Bolonia, el resto de las ciudades italianas mantuvieron la vitalidad de sus escuelas de pintura, de secular tradición. Destacaron en Génova Bernardo Strozzi y Giovanni Benedetto Castiglione; en Venecia Francesco Maffei, Andrea Celesti, Sebastiano Ricci o el vedutista Luca Carlevarijs (ya en el XVIII, Jacopo Amigoni, Guardi, Canaletto o Tiepolo); en Milán Giulio Cesare Procaccini; en Nápoles José de Ribera lo spagnoletto o Luca Giordano, etc. El milanés Caravaggio realizó la mayor parte de su obra en Roma, terminando su corta y agitada vida entre Nápoles, Malta, Sicilia y de nuevo en Roma.

El barroco triunfante de la segunda mitad del siglo XVII[15]​ dio paso a un siglo XVIII que presenciará, por un lado el triunfo de un sensual Rococó en los ámbitos privados y por otro el triunfo de un severo academicismo en los ámbitos públicos, especialmente a partir del descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano.

Escultura

Escultura barroca italiana[16]

Apolo y Dafne, de Gianlorenzo Bernini, 1622-1625.
La capilla Cornaro de la iglesia de Santa María de la Victoria (Roma), de Gianlorenzo Bernini. La pieza principal es el éxtasis de Santa Teresa (1647-1651).
Inocencio X, de Alessandro Algardi, 1645–1649.

Alessandro Algardi y Gianlorenzo Bernini rivalizaron como máximos exponentes de la escultura en la Italia de las décadas centrales del siglo XVII. En el taller de Bernini se formaron Antonio Raggi y Ercole Ferrata. Discípulo de Ferrata fue Melchiorre Cafà (Éxtasis de Santa Catalina, Monte Magnanapoli). En Génova destacó Filippo Parodi; en Nápoles, Francesco Queirolo[17]​ (el Disinganno[18]​ en la Cappella Sansevero, donde demuestra un extraordinario virtuosismo en la representación de un cuerpo envuelto en una red-);[19]​ en Sicilia, Giacomo Serpotta (decoración al estuco de oratorios en Palermo).

Arquitectura

Arquitectura barroca italiana[22]

Tras Bernini y Borromini, Carlo Fontana fue el arquitecto más influyente de Roma (fachada cóncava de San Marcello al Corso).

En su corte de Turín, la casa de Saboya, necesitada de plasmar en obras ambiciosas su reciente promoción política (residencias de la casa real de Saboya), fue particularmente receptiva al nuevo estilo y empleó a un destacado trío de arquitectos: Guarino Guarini, Filippo Juvarra y Bernardo Vittone.[23]

Plaza de San Pedro de Roma, donde, bajo la cúpula renacentista de Miguel Ángel, destacan los elementos barrocos: la fachada de la basílica (de Carlo Maderno) y la columnata (de Gianlorenzo Bernini).
Cúpula elíptica de San Carlo alle Quattro Fontane, de Borromini (1634-1637).
Sant'Ivo alla Sapienza, de Francesco Borromini.
San Marcello al Corso, de Carlo Fontana, 1681-1687.

La arquitectura del Barroco veneciano, siguiendo la tradición local,[24]​ tuvo a Baldassarre Longhena como su mayor exponente.[25]​ Tras la peste de 1630 comenzó la construcción de Santa Maria della Salute, de planta central. En el cuerpo octogonal de la basílica, Longhena añadió un santuario bordeado a cada lado por dos ábsides, solución similar a la adoptada por Andrea Palladio en la basílica del Santissimo Redentore, que acentúa el eje longitudinal del templo, una nave convertida en el cuerpo central. El estilo barroco es evidente en la conformación de la masa externa, sobre el Gran Canal: el cuerpo octogonal, cubierto por una gran cúpula, está flanqueado por la corona del santuario y dos torres-campanario. Longhena también construyó edificios civiles: la Ca' Pesaro presenta un plan aparentemente convencional, pero el papel de luces y sombras sobre la fachada ricamente decorada le confiere un estilo típicamente barroco. Los detalles plásticos llegan a su extremo en la fachada de la iglesia del Ospedaletto (completada in la década de 1670), decorada con atlantes, cabezas gigantes y máscaras de león. Otros arquitectos venecianos de la época fueron Andrea Tirali[26]​ (Tolentini, Palacio Manfrin Venier), Giuseppe Sardi[27]​ (Santa Maria del Giglio)[28]​ o Domenico Rossi[29]​ (San Stae, Ca' Corner della Regina).[30]

La última fase de la arquitectura barroca italiana se ejemplifica en Nápoles por el Palacio de Caserta, de Luigi Vanvitelli. En tránsito a la arquitectura neoclásica, siguiendo el modelo de otros palacios borbónicos (Palacio de Versalles, Palacio Real de Madrid), se integra en el paisaje circundante. Sus dimensiones son extraordinarias; se le considera el mayor edificio de la Europa del siglo XVIII.

Interiores

Interiores barrocos italianos[32]

Pietro da Cortona fue uno de los pintores del siglo XVII que empleó el trampantojo o ilusionismo arquitectónico para la decoración de interiores. Entre sus principales encargos estuvieron los frescos del Palazzo Barberini, el programa pictórico mayor en la ciudad de Roma desde la Capilla Sixtina.[10]

This, his most famous painting, is a triumph of illusionism for the centre of the ceiling appears open to the sky and the figures seen from below appear to come down into the room as well as soar out of it.
Comentario de Harold Osborne[33]​ sobre La Divina Providencia (The Oxford Companion of Art).[4]

El estuco se convirtió en un material clave en todos los espacios de los interiores barrocos, usándose en nichos, techos, muros, etc.

Baldaquino de San Pedro, de Gianlorenzo Bernini.
Triunfo de la Divina Providencia y cumplimiento de Sus Fines bajo el pontificado de Urbano VIII, fresco de techo en el Palacio Barberini, de Pietro de Cortona (1633-1639).
Quadratura de Andrea Pozzo en la iglesia de San Ignacio (Roma), 1685.

Artes suntuarias y decorativas

[36][37]

Altar mayor de la iglesia de Santa Corona[38]​ (Vicenza), de Domenico Corbarelli.
Cabinet florentino exportado a Polonia, tercer cuarto del siglo XVII.

Notas

  1. Rudolf Wittkower, Art and Architecture in Italy, 1600-1750, fuente citada en en:Italian Baroque art
  2. El concepto de Barroco, en Historia del arte en España: Desde los orígenes hasta la ilustración, vol. 1, pg. 223.
  3. a b John Varriano, Italian Baroque and Rococo Architecture, New York: Oxford University Press, 1986.
  4. a b c d Robbie G. Blakemore, History of Interior Design and Furniture: From Ancient Egypt to Nineteenth-Century Europe, Wiley, 1997, ISBN 0471286761
  5. Marilyn Stokstad, ed. (2005). Art History. 3rd Edition. New Jersey: Prentice Hall. 
  6. Enciclopedia online del Museo del Prado
  7. Pintura barroca flamenca
    • Giovanni Denti, Architettura a Milano tra controriforma e barocco, Firenze, Alinea Editrice, 1988.
    • Attilia Lanza, Marilea Somarè, Milano e i suoi palazzi - Porta Orientale, Romana e Ticinese, Milano, Libreria Meravigli editrice, 1992.
    • Attilia Lanza, Marilea Somarè, Milano e i suoi palazzi - Porta Vercellina, Comasina e Nuova, Milano, Libreria Meravigli editrice, 1993.
    • Pamela M. Jones, Federico Borromeo e l'Ambrosiana: Arte e Riforma cattolica nel XVII secolo a Milano, Milano, Vita e Pensiero, 1997.
    • AA.VV., Touring Club Italiano: Guida d'Italia - Milano, Guide rosse d'Italia, Milano, Touring Club Editore, 1998.
    • Eugenia Bianchi, Stefania Buganza, Il Seicento e il Settecento - Itinerari di Milano e provincia, Milano, NodoLibri, 1999.
    • Valerio Terraroli, Lombardia barocca e tardobarocca, Milano, Skira editore, 2004.
    • Simonetta Coppa, Federica Bianchi, Lombardia barocca, Milano, Jaca Book, 2009.
    Fuentes citadas en it:Barocco a Milano
  8. Karl Holl, fuente citada en en:Devotional literature
  9. a b Holmes, 1997
  10. Elisa Martínez Garrido, EL MANIERISMO Y EL BARROCO ITALIANOS: LA ÉPOCA DE LA CONTRARREFORMA, Universidad Complutense de Madrid.
  11. Velázquez y su arte, en vallenajerilla.com Véase el texto en inglés, con alguna pequeña variación: That the Rome of 1630 was a center of artistic interest is scarcely debatable. The polemic was alive there between naturalism -now nearly won by radical Caravaggism, but current in minor circles like those of the bambocciati, whose works Velázquez must have found interesting- and the classicism represented by the Roman-Bolognese line of Guido Reni and Guercino and enriched by the presence of Poussin and Claude [sic, ¿Claude Lorraine?]. In these years there was, among the leading artists of Rome, a revived interest in Venice and a resurgence of attention to works of Titian and Veronese that only a few years later would be subsumed in the triumphant baroque of Pietro da Cortona. At the moment, however, their common neo-Venetian devotion permitted the harmonious coexistence of artists as disparate as Cortona, Poussin, and Andrea Sacchi. (Velázquez and his arts en Alfonso E. Pérez Sánchez y Julián Gállego (eds.), Velázquez, pg. 35.)
  12. I Luoghi della Fede a cura della Regione Toscana, fuente citada en it:Chiesa di Santa Maria Maddalena dei Pazzi
  13. Rosci, fuente citada en [[:it:Quadroni di San Carlo
  14. La periodización del Barroco no es unánime. El "Barroco triunfante", que puede identificarse con el Barroco decorativo de finales del siglo XVII, seguiría al Barroco pleno de las décadas centrales del siglo; en el Summa Artis de Pijoán ese "triunfante" se identifica con la urbanización barroca de Bernini y Borromini; mientras que en alguna fuente, en cambio, se asocia a las primeras décadas del XVII (Roma muestra la cara más oscura y degenerada del Barroco, exposición Los bajos fondos del Barroco - La Roma del vicio y de la miseria, Villa Medici, 2014-2015). También es usual denominar a los periodos barrocos como "Barroco temprano" o "inicial" (Early Baroque), "Barroco pleno" o "alto" (High Baroque) y "Barroco tardío", "bajo" o "final" (Low o Late Baroque), coincidente o no con el Rococó. Early and High Baroque in Italy en Britannica. También hay algún uso de Barocco sobrio ("Barroco sobrio") para definir a la tendencia clasicista.
  15. Bruce Boucher, Italian Baroque Sculpture, Thames and Hudson, 1998
  16. Jane Turner, fuente citada en it:Francesco Queirolo
  17. "Desengaño" Ficha en Museo Sansevero
  18. Web oficial, fuente citada en it:Cappella Sansevero
  19. Armellini, fuente citada en it:Chiesa di Santa Caterina a Magnanapoli
  20. Serpotta.it, fuente citada en it:Oratorio del Rosario di San Domenico
  21. Fuentes citadas en en:Italian Baroque architecture
  22. Treccani, fuente citada en it:Bernardo Antonio Vittone
  23. C. Norberg - Schulz, Architettura Barocca, p. 183.
  24. N. Pevsner, J. Fleming, H. Honour, Dizionario di architettura, cit., voce Longhena, Baldassarre.
  25. Treccani, fuente citada en it:Andrea Tirali
  26. Piffaretti, fuente citada en it:Giuseppe Sardi (1624-1699)
  27. Gaier, fuente citada en it:Santa Maria del Giglio (Venezia)
  28. Lenzo, fuente citada en it:Domenico Rossi
  29. Alesia Rossada, fuente citada en it:Ca' Corner della Regina
  30. Claudia Poli Vignolo, fuente citada en it:Palazzo Litta
  31. Miller, Judith (2005). Furniture: world styles from classical to contemporary. DK Publishing. ISBN 0-7566-1340-X. Alvar Gonzalez-Palacios, "Bernini as a furniture designer" The Burlington Magazine 112 No. 812 (November 1970). Fuentes citadas en en:Italian Baroque interior design
  32. pt:Harold Osborne
  33. Irolli.it, fuente citada en en:Basilica della Santissima Annunziata del Vastato
  34. Travelitalia, fuente citada en en:Temple of Minerva (Assisi)
  35. Web oficial, fuente citada en en:Opificio delle pietre dure
  36. Rita Venturini, I colori del sacro-Tarsie di marmi e pietre dure negli altari dell'alto mantovano 1680-1750, Fotografie di Massimo Telò, Mantova, 1997, fuente citada en it:Corbarelli
  37. Ferdinando Bandini, La chiesa venuta da Gerusalemme, Santa Corona, Vicenza, Ed. Fotogramma, 2002, fuente citada en it:Chiesa di Santa Corona