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Diferencia entre revisiones de «Argentina en la Segunda Guerra Mundial»

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=== Primeros años ===
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[[Roberto Marcelino Ortiz]] era el presidente de Argentina a principios de la guerra, en 1939. El país estaba en un periodo de conservadurismo político y la crisis económica denominada como la ''[[Década Infame]].'' La ''[[Concordancia (Argentina)|Concordancia]]'' estuvo acusado de corrupción y fraude electoral. La [[Unión Cívica Radical]] estuvo dividida entre FORJA, una línea que apoyaba al presidente radical depuesto [[Hipólito Yrigoyen]], y el liderazgo oficial de [[Marcelo Torcuato de Alvear]], cercano al ''Concordancia.'' El Partido Socialista y el Demócrata Progresista eran conservadores también. El Partido Comunista fue inicialmente negado a los [[sindicato]]s por su prioridad de avanzar sus intereses por la [[Unión Soviética]].
[[Roberto Marcelino Ortiz]] era el presidente de Argentina a principios de la guerra, en 1939. El país estaba en un periodo de conservadurismo político y crisis económica denominada como la ''[[Década Infame]].'' La ''[[Concordancia (Argentina)|Concordancia]]'' estuvo acusado de corrupción y fraude electoral. La [[Unión Cívica Radical]] estuvo dividida entre FORJA, una línea que apoyaba al presidente radical depuesto [[Hipólito Yrigoyen]], y el liderazgo oficial de [[Marcelo Torcuato de Alvear]], cercano al ''Concordancia.'' El Partido Socialista y el Demócrata Progresista eran conservadores también. El Partido Comunista fue inicialmente negado a los [[sindicato]]s por su prioridad de avanzar sus intereses por la [[Unión Soviética]].


El ejército argentino era altamente [[Germanofilia|germanófilo]]; esta influencia había crecido desde 1904 y por las ambas guerras mundiales. Esto no implicaba un rechazo de democracia sino una admiración de la [[Historia militar de Alemania|historia militar]] alemana. Esta admiración, combinado con un [[Argentine nationalism|nacionalismo argentino]] intenso, influyó a ser el factor principal del ejército hacia la guerra: para quedarse [[País neutral|neutral.]] Los argumentos a favor fueron variados de tradición militar argentina (La Argentina fue neutral durante la [[Primera Guerra Mundial]] y la [[Guerra del Pacífico]]), a la percepción de la guerra como conflicto entre países extranjeros sin intereses argentinos en juego, la [[anglofobia]] y el rechazo de intentos extranjeros para forzar a Argentina a unirse a la guerra. Sólo unos pocos dirigentes militares apoyaron a [[Adolf Hitler]]. La guerra da como resultado un pequeño impulso a la economía argentina, cuando el comercio con Gran Bretaña estuvo reducido. Así empezó un proceso de [[Industrialización por sustitución de importaciones|industrialización de sustitución de la importación]], el cual tuvo algunos antecedentes durante la [[Gran Depresión]]. Esta industrialización empezó un proceso de migración interna, moviéndose las personas que vivían en un ambiente rural o en pueblos pequeños a centros urbanos.
El ejército argentino era altamente [[Germanofilia|germanófilo]]; esta influencia había crecido desde 1904 y por las ambas guerras mundiales. Esto no implicaba un rechazo de democracia sino una admiración de la [[Historia militar de Alemania|historia militar]] alemana. Esta admiración, combinado con un [[Argentine nationalism|nacionalismo argentino]] intenso, influyó a ser el factor principal del ejército hacia la guerra: para quedarse [[País neutral|neutral.]] Los argumentos a favor fueron variados de tradición militar argentina (La Argentina fue neutral durante la [[Primera Guerra Mundial]] y la [[Guerra del Pacífico]]), a la percepción de la guerra como conflicto entre países extranjeros sin intereses argentinos en juego, la [[anglofobia]] y el rechazo de intentos extranjeros para forzar a Argentina a unirse a la guerra. Sólo unos pocos dirigentes militares apoyaron a [[Adolf Hitler]]. La guerra da como resultado un pequeño impulso a la economía argentina, cuando el comercio con Gran Bretaña estuvo reducido. Así empezó un proceso de [[Industrialización por sustitución de importaciones|industrialización de sustitución de la importación]], el cual tuvo algunos antecedentes durante la [[Gran Depresión]]. Esta industrialización empezó un proceso de migración interna, moviéndose las personas que vivían en un ambiente rural o en pueblos pequeños a centros urbanos.

Revisión del 23:30 28 feb 2018

La historia de Argentina durante la Segunda Guerra Mundial es un periodo complejo de tiempo que empezó en 1939, siguiendo con el estallido de guerra en Europa, y acabando en 1945 con la rendición de Japón. La influencia alemana en Argentina era fuerte, principalmente debido a la presencia de un número grande de inmigrantes alemanes, y la rivalidad tradicional de Argentina con Gran Bretaña, fundamentando la creencia que el gobierno argentino era comprensivo a la causa alemana.[1]​ Debido a los lazos cercanos entre Alemania y Argentina, el último fue neutral durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de las disputas internas y la presión de los Estados Unidos para unir a los Aliados. Argentina finalmente dio su apoyo a los Aliados por presión, rompió relaciones con las Potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial el 26 de enero de 1944, y le declaró la guerra a Alemania y Japón el 27 de marzo de 1945.

Historia

Primeros años

Roberto Marcelino Ortiz era el presidente de Argentina a principios de la guerra, en 1939. El país estaba en un periodo de conservadurismo político y crisis económica denominada como la Década Infame. La Concordancia estuvo acusado de corrupción y fraude electoral. La Unión Cívica Radical estuvo dividida entre FORJA, una línea que apoyaba al presidente radical depuesto Hipólito Yrigoyen, y el liderazgo oficial de Marcelo Torcuato de Alvear, cercano al Concordancia. El Partido Socialista y el Demócrata Progresista eran conservadores también. El Partido Comunista fue inicialmente negado a los sindicatos por su prioridad de avanzar sus intereses por la Unión Soviética.

El ejército argentino era altamente germanófilo; esta influencia había crecido desde 1904 y por las ambas guerras mundiales. Esto no implicaba un rechazo de democracia sino una admiración de la historia militar alemana. Esta admiración, combinado con un nacionalismo argentino intenso, influyó a ser el factor principal del ejército hacia la guerra: para quedarse neutral. Los argumentos a favor fueron variados de tradición militar argentina (La Argentina fue neutral durante la Primera Guerra Mundial y la Guerra del Pacífico), a la percepción de la guerra como conflicto entre países extranjeros sin intereses argentinos en juego, la anglofobia y el rechazo de intentos extranjeros para forzar a Argentina a unirse a la guerra. Sólo unos pocos dirigentes militares apoyaron a Adolf Hitler. La guerra da como resultado un pequeño impulso a la economía argentina, cuando el comercio con Gran Bretaña estuvo reducido. Así empezó un proceso de industrialización de sustitución de la importación, el cual tuvo algunos antecedentes durante la Gran Depresión. Esta industrialización empezó un proceso de migración interna, moviéndose las personas que vivían en un ambiente rural o en pueblos pequeños a centros urbanos.

Crecen las divisiones

Reacciones e instancias hacia la guerra devenía más compleja como el conflicto adelantó. Los partidos políticos principales, los diarios y los intelectuales apoyan a los Aliados,[cita requerida] pero el vicepresidente Ramón Castillo mantuvo neutralidad. Ortiz, quién estaba enfermo de diabetes, era incapaz de servir como presidente, pero no dimita. La posición de Argentina vis-à-vis en la guerra generó disputas entre ellos, con Castillo prevaleciendo. El FORJA neutralidad soportada y consideró la posición una posibilidad de conseguir librada de qué vea tan británico inmiscuyéndose con la economía argentina. Algunos trotskistas promovieron la lucha contra el nazismo como un paso temprano de una lucha de clase internacional.

El ejército y algunos nacionalistas más el soporte de la industria, promovieron la neutralidad como una forma de oposición al Reino Unido. Los planes estuvieron hechos para invadir el británico-aguantó Islas Malvinas, pero no fue puesto a operación.

En cuanto a las razones de Castillo de quedarse neutral, hay varias interpretaciones. Un foco de interpretación es la tradición argentina de neutralidad. Otros veían a Castillo como un nacionalista, no siendo influidos por la estructura de poder en Buenos Aires (desde entonces sea de Catamarca), así que, con el soporte del ejército, sencillamente pueda desafiar la presión para unir los Aliados. Una perspectiva similar considera en cambio que Castillo sencillamente tuvo ningún poder de ir contra los deseos del ejército, y si declarase la guerra seria depuesto en un golpe militar. Una tercera interpretación considera que sólo los Estados Unidos quisieron que Argentina declare la guerra, mientras que el Reino Unido estuvo beneficiado por la neutralidad argentina porque el país era capaz de suministrar al británico con ganado. Esta interpretación, aun así, falla para reconocer las peticiones constantes para declarar guerra de facciones afines a los anglosajones. Más probablemente, sea una combinación de los deseos de la diplomacia británica y el ejército argentino, el cual prevaleció sobre el pro-facciones de guerra. Uno de los principales dirigentes pro eje fue el Ministro de relaciones exteriores Enrique Ruiz Guiñazú, desde su puesto mantuvo fuertes contactos con el cónsul argentino en Berlín, Jorge Amuchástegui, durante el ascenso de Adolf Hitler, quien causó controversia por negar el pasaporte, o incluso quitárselo, a ciudadanos judeo-argentinos.[2][3]

El diputado socialista Enrique Dickmann creó una comisión en el Congreso Nacional para investigar un rumor de intento alemán para tomar la Patagonia y entonces conquistar el resto del país[cita requerida]. El diputado conservador Videla Dorna reclamó que el riesgo real era una invasión comunista similar, y la FORJA creyó que una invasión alemana era sólo un riesgo potencial, mientras que el dominio británico de la economía argentina era una realidad.

Una misión diplomática con el británico Freeman Freeman-Thomas arregló tratados comerciales por los cuales Argentina envió miles de ganado a Gran Bretaña en ningún cargo, decorado con los colores argentinos y con la frase "Buena suerte" escrita encima. Alvear, El Pampero y FORJA criticaron este arreglo, y Arturo Jauretche dijo que había provincias argentinas adoleciendo desnutrición.; Pearl Harbor

La situación cambió dramáticamente después del ataque japonés en Pearl Harbor y la subsiguiente declaración de guerra a Japón. Los Estados Unidos querían que todos los países latinoamericanos se unieran a los Aliados. La resistencia argentina hacia esto motivo un embargo y bloqueo en contra de Argentina. Castillo, aun así, declaro el estado de emergencia en Argentina después del ataque.

El barco de mercader argentino Uruguay, hundido por el submarino alemán U-37.[4]
...Y se declara Victoria mis leales caballeros!, averiado por el U-201.[5]

Parcelas militares

Castillo el plazo se debió a fin en 1944. Inicialmente, estaba arreglado que Agustín Pedro Justo iría por la presidencia una segunda vez, pero después de su muerte inesperada en 1943 Castillo tuvo que buscar otro candidato para proponer. Como resultado, apoyó a Robustiano Patrón Costas. El ejército no fue dispuesto de apoyar el fraude electoral que sería necesario de asegurar la victoria de Robustiano Patrón Costas para continuar políticas conservadoras.

Un grupo de los generales así crearon una organización secreta, el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), para desbancar Castillo de poder. Juan Domingo Perón era parte de este grupo, pero no apoyó un golpe temprano, preguntando en cambio para derrocar el gobierno una vez el plotters había desarrollado un plan para hacer reformas necesarias.

Es desconocido si Costas habría mantenido neutralidad o no. Como este fue propuesto por Castillo, quién se quedó neutral, Costas pudo haber sido neutral también. Algunas débiles declaraciones de apoyar a Gran Bretaña y sus lazos con las facciones pro-aliadas pueden sugerir en cambio que pudo haber declarado la guerra si se hubiera vuelto presidente.

Relaciones entre Castillo y el Reich

A mediados de la Segunda Guerra Mundial, Juan C Goyeneche mantuvo contactos secretos en Berlín con los jefes máximos del Tercer Reich. Goyeneche en una misión en la que actuó en nombre del presidente argentino Ramón Castillo y de grupos nacionalistas de Buenos Aires- logró en Berlín algo impensable en aquellos años para cualquier político latinoamericano de segunda línea: ser recibido por los más altos jerarcas nazis y hasta obtener una promesa de apoyo al gobierno argentino del propio Adolf Hitler. Goyeneche llegó a Berlín finalmente en octubre de 1942, y fue alojado en el Hotel Adlon, a cuenta del estado nazi.[6]​ Visitó el Frente Oriental para examinar a los hombre de la División Azul.[7]​ A su vuelta de Rusia solicitó a Otto Reinebeck el director de la agencia de asuntos latinoamericanos del ministerio de exteriores nazi que le organizara sendos encuentros con Adolf Hitler y Joachim von Ribbentrop.[7]

El 30 de noviembre de 1942 mantuvo una reunión con Ribbentrop con Sandstede como intérprete; Ribbentrop le manifestó el apoyó nazi a un incremento del comercio entre ambos países en caso de una victoria nazi en la guerra, el apoyo del Tercer Reich a la toma de las Islas Malvinas por parte de Argentina y el apoyo al desarrollo de lazos más fuertes entre España y Argentina. A pesar de esto Goyeneche encontró desagradable a Ribbentrop. Posteriormente se reuniría con Walter Schellenberg, el líder del Ausland-Sicherheitsdienst, y con el propio Heinrich Himmler en enero de 1943. No se sabe con certeza si Goyeneche se llegó a reunir directamente con Hitler. El diplomático estadounidense W. Wendell Blancke sostuvo que llegó a ver documentos que describían una reunión entre ambos el 7 de diciembre de 1942..[8]​El presidente Castillo fue destituido por la Revolución de '43, que tuvo lugar el 4 de julio de 1943. Está considerado el fin de la Década Infame. Asumiendo Arturo Rawson.


Revolución de 1943

Un diario que anuncia el principio de la Revolución de '43.

El nuevo gobierno procedió con ambas políticas, progresivas y reaccionarias. pone precios máximos para productos populares, redujo alquileres, anuló los privilegios del Chadopyff e hizo hospitales gratuitos. Rawson reconoció a un delegado de la embajada británica el 5 de julio y prometió que en tres días rompería relaciones con las Potencias del Eje y les declararía la guerra. Un nuevo golpe tuvo lugar, reemplazando a Rawson con Pedro Pablo Ramírez. Así Rawson gobernó justo tres días, el periodo más corto para un presidente no interino en la historia argentina. Ramírez gobernó designó como Ministro de Relaciones Exteriores al contralmirante Segundo Storni, un nacionalista moderado aliadófilo, partidario de que la Argentina declarara la guerra al Eje Roma-Berlín-Tokio. El gobierno tuvo discusiones diplomáticas con los Estados Unidos, y Argentina pidió aviones, combustible, barco, y tecnología militar. Segundo Storni (es A pesar de que Argentina no se unió a la guerra, era cercana a los Aliados, enviándoles alimentos, y que hasta entonces las Potencias del Eje no habían tomado acción contra el país como para justificar una declaración de guerra. En ese camino, el 5 de agosto de 1943 le envió una carta personal al Secretario de Estado norteamericano, Cordell Hull, anticipándole que era intención de Argentina romper relaciones con las potencias del Eje, pero también le solicitaba paciencia para ir creando un clima de ruptura en el país, a la vez que algún gesto de los Estados Unidos en materia de suministro de armamentos, que fuera aislando a los «neutralistas».

La naturaleza del golpe confundía durante sus primeros días: los oficiales de la embajada alemana pensaron que se trataba de un golpe aliado y quemaron su documentación.

El Partido Comunista dirigió política local en línea con las alineaciones diplomáticas de la Unión Soviética. Como resultado, apoyo la neutralidad y se opuso a la influencia británica en Argentina durante las etapas tempranas de la guerra, en línea con el Tratado de No-Agresión entre Alemania y la Unión Soviética. El lanzamiento de la invasión alemana de la Unión Soviética y la consecuente entrada soviética en la guerra cambió esa actitud. Los comunistas devenían pro-guerra y no apoyó las huelgas laborales más lejanas contra fábricas británicas localizaron en Argentina. Este cambio redujo el apoyo de los trabajadores al Partido Comunista, y empezaron a apoyar a Perón y al nuevo gobierno en cambio.Juan Domingo Perón y Edelmiro Julián Farrell, del ministerio de guerra, adoptaron mejores relaciones con las uniones.

Perón contrarrestó las quejas comunistas, diciendo que "Lo que buscan las excusas es muy bien sabido. Dicen que somos 'nazis', pero somos tan lejanos del nazismo como de cualquier otra ideología extranjera. Somos argentinos y queremos, sobre todo, el bien común para los argentinos. No queremos más fraude, ni más mentiras. No queremos que quienes no trabajan vivan de quienes lo hacen".

El Secretario de Estado estadounidense Cordell Hull respondió que Argentina era el único país latinoamericano que no había roto relaciones con con el Eje, aquella comida argentina era vendida de manera lucrativa, y que la tecnología militar de Estados Unidos estaba pretendida para países ya en guerra, algunos del cual afrontaba combustible más severo escaseces que era Argentina.[cita requerida] Storni dimitió después de este rechazo.

Los Estados Unidos tomaron medidas más dura para aumentar la presión hacia Argentina. Todas las compañías argentinas sospechosas de tener lazos con el Eje eran puestas en listas negras, y el suministro de newsprint estuvo limitado a pro-diarios aliados. había también boicots. Exportaciones americanas de electrodomésticos electrónicos, aceite y sustancias químicos infraestructura de producción estuvo parada. Las propiedades de cuarenta y cuatro compañías argentinas estuvieron cogidas, y planificó los préstamos estuvieron parados. No obstante, también vea la situación como posibilidad para los Estados Unidos para tener una influencia más grande encima Argentina que Gran Bretaña.Winston Churchill renegó sobre la política dura de los Estados Unidos en contra Argentina, señalando fuera de aquellos suministros argentinos eran vitales al británicos, y que por sacar su presencia diplomática del país incluso forzarían Argentina para buscar protección alemana. La diplomacia británica buscó para garantizar el suministro de comida argentina por firmar un tratado que lo cubre.


La ruptura de las relaciones genera malestar dentro del ejército, y Ramírez consideró sacar el Farrell influyente y Perón del gobierno. Aun así, su facción descubrió el plan de Ramírez. [cita requerida]Rompieron arriba del GOU, para evitar dejando el militar leal a Ramírez sabe eran conscientes de su parcela, y entonces inició un golpe en contra le. Edelmiro Julián Farrell devenía entonces el presidente nuevo de Argentina, en febrero 24.

Los Estados Unidos negaron reconocimiento a Farrell, cuando mantenga el neutralismo política. Farrell lo confirmó encima Marcha 2, y los Estados Unidos rompieron relaciones con Argentina dos días más tarde.

Por este tiempo, los Estados Unidos consideraron la opción de Brasil de apoyo en un ataque en contra Argentina, más que atacar Argentina ellos. El embajador brasileño en Washington apunto que fuera de aquel Buenos Aires podría ser completamente destruido por la fuerza de aire brasileña. Esto habría dejado Argentina para ser dominada sin la intervención abierta de los Estados Unidos, quién apoyaría Brasil por proporcionar barcos y bombas.

El 26 de enero de 1944, el gobierno argentino rompía las relaciones diplomáticas con Alemania y Japón (Italia estaba ocupada por los aliados): "Declárase el estado de guerra entre la República Argentina y el Imperio del Japón", y recién en el artículo 3 se le declaraba la guerra a Alemania por carácter transitivo: "Declárase igualmente el estado de guerra entre la República Argentina y Alemania, atento al carácter de esta última aliada del Japón". El nuevo gobierno argentino tomó medidas tendientes a mejorar su imagen: cese total del intercambio comercial con los países del Eje, cierre de publicaciones pronazis, intervención de empresas alemanas, arresto de un número importante de espías nazis o sospechosos de serlo.[9]

Formalmente la República Argentina se une a los Aliados el 27 de marzo de 1945, durante el gobierno del general Edelmiro Farrell. Argentina aportó cerca de 5 mil voluntarios, entre ellos, 400 mujeres, que participaron activamente de las acciones aliadas durante 4 años.[10]

Fin de la guerra

El submarino alemán U-977 en Mar del Plata, después de rendirse a la Armada Argentina en agosto de 1945.

La Liberación de París en agosto de 1944, la cual dirigiría a la completa Liberación de Francia, dio nuevas esperanzas a las facciones pro-aliados en Argentina, quién lo vio cuando un omen de la caída posible del gobierno argentino, y piden nuevas elecciones. Las manifestaciones a favor de París pronto se convirtieron en manifestaciones contra el gobierno, dirigiendo a incidentes con la policía.

Se rumoreaba que algunos de los políticos argentinos en Uruguay crearían un gobierno en el exilio, pero el proyecto nunca funciono. Franklin D. Roosevelt soportado Hull reclamaciones aproximadamente Argentina, diciendo cosas similares contra el país. Él Churchill citado también cuando declare que la historia juzgaría todas las naciones para su función en la guerra, ambos beligerantes y neutrales.

Por el año 1945, la Segunda Guerra Mundial se acercaba a su fin. Los soviéticos liberaron Varsovia, y cerraban en la frontera alemana. Berlín ya estaba bajo ataque; la victoria aliada era inevitable. Perón, el presidente del gobierno argentino, previó que los Aliados dominarían la política internacional por décadas, y a pesar de que Argentina exitosamente resistió la presión de unirse a la guerra, mantenerse neutral hasta el fin de la guerra forzaría el país a aislarse, o peor, enfrentar un ataque militar. Las negociaciones estuvieron aliviadas por la salida de Hull como Secretario de Estado, siendo reemplazado por Edward Stettinius, Jr.. Las demandas a Argentina eran: el llamado a elecciones, declararle la guerra a las Potencias del Eje, erradicar cualquier presencia nazi en el país, y cooperar completamente con organizaciones internacionales. Perón estuvo de acuerdo: las organizaciones alemanas estuvieron disminuidas, las manifestaciones pro-nazis estuvieron prohibidas, y los bienes alemanes estuvieron confiscados. La armada mercante argentina fue instruida para ignorar el bloqueo alemán.

Aquellas medidas aliviaron las relaciones con los Estados Unidos. Cuando los Aliados avanzaron sobre Fráncfort, Argentina finalmente formalizó las negociaciones. El 27 de marzo, con el decreto 6945, Argentina le declaró la guerra a Japón, y a Alemania como un aliado de Japón. FORJA se distanció del gobierno debido a esto, pero Arturo Jauretche entendería las razones más tarde. Jauretche razonó que los Estados Unidos eran opositores de Argentina debido a su percibido nazismo por rechazar una declaración de guerra, mientras que la neutralidad estuvo basada en cambio en los intereses argentinos; intereses que era ya no estaban en juego con un declaración de guerra en un punto cuándo el país no de hecho une el conflicto. Jauretche admitió que Perón el pragmatismo era mejor para el país que su perspectiva idealista propia de mantener una instancia neutra hasta el final de la guerra.

Unos cuantos días más tarde, el 10 de abril, el Reino Unido, Francia, los Estados Unidos y los otros países latinoamericanos restauraron relaciones diplomáticas con Argentina. La hostilidad diplomática en contra de Argentina por los Estados Unidos aún seria muy remarcada después de la muerte inesperada de Franklin D. Roosevelt, quién estuvo tenido éxito por Harry S. Truman. El embajador Spruille Braden organizaría la oposición al gobierno de Farrell y Perón.

La derrota nazi en el Teatro europeo de la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar un mes más tarde, saludado con manifestaciones de alegría en Buenos Aires. Manifestaciones similares tuvieron lugar en agosto, después de la rendición de Japón, llevando la guerra a su definitivo final. Farrell levanto el estado de emergencia, declarado por Castillo después del ataque de 1941 en Pearl Harbor.

Argentinos en la Segunda Guerra Mundial

Durante la Segunda Guerra Mundial, 5,000 argentinos sirvieron a los tres servicios armados británicos, a pesar de que Argentina era oficialmente un país neutral durante la guerra.[11][12]​ Aproximadamente 750 voluntarios argentinos sirvieron con ambos a la Fuerza Real Aérea y la Fuerza de Aire canadiense Real, mayoritariamente en Núm. 164 (argentino) escuadrón, cuyo escudo aburre el sol de la Bandera de Argentina y el motto, "Determinó Volamos (Firmes Volamos)".[13][11]

Maureen Dunlop, nacido en Quilmes, dejó a sus padres anglo-australianos para unirse al Auxiliar de Transporte del Aire (ATA). Grabe encima 800hrs servicio, ferrying Spitfires, Mosquitos P-51 Mustangs, Tifones, y los tipos bombarderos que incluyen el Wellington y Lancaster al frontline estaciones de RAF. Después de que el ser fotografió salir su Fairey Barracuda, presente en la cubierta de Correo de Cuadro encima septiembre 16, 1942 y devenía un wartime alfiler-arriba. Dunlop Regresó a Argentina después de la guerra, y trabajo continuado como comercial piloto quién también voló para y entrenó pilotos de la Fuerza Aérea Argentina. Ella más tarde levantado puro-sangre caballos árabes con su marido en su stud granja, "Milla Lauquen Stud".[14][15][16]

Casi 500 argentinos sirvieron en la Marina Real británica alrededor del mundo, del norte del Océano Atlántico al sur del Pacífico.[17]​ Muchos eran parte de las fuerzas especiales, como John Godwin.

Muchos miembros de la comunidad anglo-argentina también fueron voluntarios en no-funciones de combate, o proveían dinero y suministros para las tropas británicas. En abril de 2005, un especial remembrance el servicio estuvo aguantado en la iglesia de RAF de St Clement Danes en Londres.[12]

El 9 de mayo de 2015, los restos del Capitán de Grupo de voluntario argentino Kenneth Langley Charney DFC & Barra, fueron repatriados y enterrados en el Cementerio Británico, en Buenos Aires. Charney nació en Quilmes, Argentina, en 1920, y murió en Andorra en 1982.[18]

Presencia nazi

Antes de la guerra Argentina era un albergue nazi fuerte y muy bien organizado que estuvo controlado por el embajador alemán de ese momento. Entre 1945 y 1946, bajo el gobierno de Juan Domingo Perón, el gobierno permitió la entrada de dirigentes nazis que huían de Europa después del derrumbamiento de Alemania. El número de fugitivos nazis que huyeron a Argentina superó los 300. En mayo de 1960, el administrador del Holocausto Adolf Eichmann estuvo capturado en Argentina por la agencia de seguridad israelí Mossad, llevado a juicio, y ejecutado, en Israel.[19]

Galería

Ve también

  • Operación Bolivar
  • Teatro americano (1939-1945)

Bibliografía

  • Galasso, Norberto (2006). Perón: Formación, ascenso y caída (1893-1955). Buenos Aires: Colihue. 2006. ISBN 950-581-399-6.  950-581-399-6.
  • Mendelevich, Pablo (2010). El Final (en español). Buenos Aires: Ediciones B. ISBN 978-987-627-166-0.
  • Ruiz Moreno, Isidoro J. (1997). La Neutralidad Argentina en la Segunda Guerra Mundial. Buenos Aires: Emecé. 1997. ISBN 950-04-1762-6.  950-04-1762-6.

Referencias

  1. Latinoamérica Durante Segunda Guerra mundial.
  2. Generales y embajadores. (Ediciones B-Vergara)I.S.B.N : 9501523691 pag 283.
  3. «Los Vaivenes de la Política Argentina En los años del Nazismo». www.delacole.com. Consultado el 15 de noviembre de 2017. 
  4. "Uruguay (mercader de Vapor)".
  5. Victoria — Historia y Arqueología Marítima Archivado el 23 de octubre de 2013 en Wayback Machine.
  6. Uki, 2003, p. 7.
  7. a b Goñi, 2003, p. 7.
  8. «Esquela». ABC (Madrid): 91. 14 de noviembre de 1982. 
  9. Rogelio García Lupo, La Revolución de los generales, Buenos Aires, Editorial Jamaica, 1963.
  10. La historia de los 5 mil argentinos que pelearon en la Segunda Guerra Mundial, infobae
  11. a b PR Newswire. 6 abril 2005.
  12. a b "Cómo Argentines ayudó británico gana guerra".
  13. Silencio de rotura de pilotos argentino sobre Guerra Mundial Dos
  14. Telégrafo diario. 15 junio 2012.
  15. "Maureen Dunlop: Piloto para el Transporte de Aire Auxiliar quién hizo la cubierta de Correo de Cuadro".
  16. "Pionero hembra piloto quién voló Spitfires durante Segunda Guerra mundial y devenía chica de cubierta de la revista muere envejecida 91".
  17. ISBN 978-987-45062-3-8
  18. Heraldo de Buenos Aires
  19. "Argentina, un Puerto para Nazis, Balks en De apertura Sus Archivos".