Ir al contenido

Anticoncepción

De Wikipedia, la enciclopedia libre
(Redirigido desde «Control natal»)
Tenga en cuenta leer el aviso médico de Wikipedia.
Anticoncepción: Cómo prevenir un embarazo no deseado.

La anticoncepción, contracepción o control de la natalidad es cualquier método o dispositivo para prevenir el embarazo no deseado.[1]​ La planificación, provisión y uso de métodos anticonceptivos es llamado planificación familiar.[2][3]​ Los métodos anticonceptivos se han utilizado desde tiempos antiguos, en el papiro de Petri de 1850 a. C. figuraban ya las recetas anticonceptivas y muchas otras culturas lo hicieron a su manera a lo largo de la historia, pero aquellos eficaces y seguros no estuvieron disponibles hasta el siglo XX.[4]​ Algunas culturas restringen o desalientan el acceso al control de la natalidad, ya que consideran que es inmoral, rechazado por la religión o políticamente indeseable.[4]

Los métodos más eficaces son la esterilización por medio de la vasectomía en varones y la ligadura de trompas, los dispositivos intrauterinos (DIU) y los anticonceptivos subdérmicos en mujeres. Le siguen un número de anticonceptivos hormonales como las píldoras orales, parches, anillos vaginales, billings y las inyecciones. Métodos con menor efectividad incluyen barreras tales como condones, diafragmas y esponja anticonceptiva y los métodos de conocimiento de la fertilidad. Los métodos menos eficaces son los espermicidas y el retiro del varón antes de la eyaculación. La esterilización, si bien es muy eficaz, no suele ser reversible; todos los demás métodos son reversibles, la mayoría inmediatamente después de interrumpirlos.[5]​ Las prácticas de sexo seguro, tales como el uso de condones masculinos o femeninos, también puede ayudar a prevenir infecciones de transmisión sexual.[6]​ Otros métodos no pueden proteger contra las infecciones de transmisión sexual.[7]​ Los anticonceptivos de emergencia pueden prevenir el embarazo en las primeras 72 a 120 horas después de sexo sin protección.[8][9]​ Algunos argumentan que la abstinencia sexual es un método de control de la natalidad, pero la educación sexual únicamente de abstinencia puede aumentar los embarazos de adolescentes cuando se ofrece sin educación anticonceptiva debido a su incumplimiento.[10][11]

En los adolescentes, los embarazos corren mayor riesgo de malos resultados. La educación sexual integral y el acceso a métodos anticonceptivos disminuye la tasa de embarazos no deseados en este grupo etario.[12][13]​ Si bien los jóvenes generalmente pueden utilizar todas las formas de control de la natalidad,[14]​ aquellas de acción prolongada y reversible como los implantes, DIU o anillos vaginales son más exitosos en la reducción de las tasas de embarazo adolescente.[13]​ Después del parto, una mujer que no amamanta exclusivamente puede embarazarse nuevamente tan luego como cuatro a seis semanas. Algunos métodos anticonceptivos pueden iniciarse inmediatamente después del nacimiento, mientras que otros requieren una demora de hasta seis meses. En las mujeres que están amamantando, los métodos de únicamente progestina son preferibles a los anticonceptivos orales combinados. En el caso de mujeres que han llegado a la menopausia, se recomienda que el control de la natalidad continúe hasta un año después del último período.[14]

Según algunos estudios publicados en el año 2012, alrededor de 222 millones de mujeres que quieren evitar el embarazo de países en desarrollo no están usando un método anticonceptivo moderno.[15][16]​ El control de la natalidad en los países en desarrollo ha disminuido el número de muertes maternas en un 40 % (alrededor de 270 000 muertes prevenidas en 2008) y podría prevenir el 70 % si se alcanzara toda la demanda.[17][18]​ Al alargar el tiempo entre embarazos, puede mejorar los resultados de parto de las mujeres adultas y la supervivencia de sus hijos.[17]​ En el mundo en desarrollo los ingresos, activos y peso de las mujeres y la escolaridad y salud de sus hijos mejoran con un mayor acceso al control de la natalidad.[19]​ Este aumenta el crecimiento económico debido a un menor número de hijos a cargo, aumento de la participación femenina en la fuerza laboral y un menor consumo de los escasos recursos.[19][20]

Métodos

[editar]
Probabilidad de embarazo durante el primer año de uso[21][22]
Método Uso típico Uso perfecto
Sin método anticonceptivo 85 %
Condón (varón) 18 % 2 %
Condón (mujer) 21 % 5 %
Método sintotérmico 0,4 %
Método del calendario 24 % 0,4–5 %
Temperatura basal 3,1 % 0,3 %
Método Billings 1-25 % 0,9 %
Modelo Creighton 3,2 % 0,5 %
Píldora combinada 9 % 0,3 %
Píldora de progestina sola 13 % 1,1 %
Esterilización (mujer) 0,5 %
Esterilización (varón) 0,15 % 0,10 %
DIU de cobre 0,8 % 0,6 %
DIU hormonal 0,2 %
Parche 9 % 0,3 %
Anillo vaginal 9 % 0,3 %
Depo-Provera 6 % 0,2 %
Implante 0,05 %
Diafragma con espermicida 12 % 6 %
Retirada 22 % 4 %
Amenorrea de la lactancia
(índice de fracaso en 6 meses)
0-7,5 %[23] <2 %[24]

Los métodos de control de la natalidad incluyen métodos de barrera, anticonceptivos hormonales, dispositivos intrauterinos (DIU), esterilización y métodos de comportamiento. Estos se utilizan antes o durante las relaciones sexuales, mientras que los anticonceptivos de emergencia son eficaces para un máximo de unos pocos días después del sexo. La eficacia se expresa generalmente como el porcentaje de mujeres que quedan embarazadas usando un método dado durante el primer año[25]​ y a veces como una tasa de fracaso vitalicia entre los métodos con alta eficacia, como la ligadura de trompas.[26]

Los métodos más eficaces son aquellos que son de larga duración y no requieren visitas regulares a un centro de salud.[27]​ Tanto la esterilización quirúrgica, las hormonas implantables como los dispositivos intrauterinos tienen tasas de fracaso de primer año de menos de 1 %.[21]​ Las píldoras anticonceptivas hormonales, parches o anillos vaginales, y el método de amenorrea de la lactancia (MELA), si se utilizan con rigor, también pueden tener tasas de fracaso de primer año (o para MELA, primer semestre) menores al 1 %.[27]​ Mediante el uso típico estas son considerablemente más altas, un 9 %, debido al uso incorrecto.[21]​ Otros métodos, como los condones, diafragmas y espermicidas tienen mayores tasas, incluso en el uso perfecto.[27]​ La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda anticoncepción de acción prolongada y reversible como primera línea para los jóvenes.[28]

Si bien todos los métodos de control de la natalidad tienen algunos potenciales efectos adversos, el riesgo es menor que el asociado al embarazo.[27]​ Después de detener o eliminar muchos métodos anticonceptivos, incluidos anticonceptivos orales, DIU, implantes e inyecciones, la tasa de embarazo durante el año posterior es la misma que para aquellos que no utilizaron ningún método anticonceptivo.[29]

En personas con problemas de salud específicos, ciertas formas de control de la natalidad pueden requerir más investigaciones.[30]​ En cambio para las mujeres sanas, muchos métodos no requieren un examen médico, incluido los anticonceptivos orales, inyectables o implantables y los condones.[31]​ En concreto, un examen pélvico, examen de mamas o análisis de sangre antes de comenzar las píldoras anticonceptivas no parecen afectar a los resultados y, por lo tanto, no son necesarios.[32][33]​ En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una lista detallada de los criterios médicos de elegibilidad para cada tipo de control de la natalidad.[30]

La anticoncepción hormonal está disponible en variadas formas, incluido píldoras, implantes bajo la piel, inyecciones, parches, dispositivos intrauterinos y anillos vaginales. Actualmente se encuentran disponibles solo para las mujeres, aunque los anticonceptivos hormonales para varones han sido y están siendo probados clínicamente.[34]​ Hay dos tipos de píldoras anticonceptivas orales, las píldoras anticonceptivas orales combinadas (que contienen estrógeno y progesterona) y píldoras de progestágeno solo (a veces llamados minipíldoras).[35]​ Si se toman durante el embarazo, no aumentan el riesgo de aborto espontáneo ni causa defectos de nacimiento.[33]​ Ambos tipos de píldoras anticonceptivas impiden la fecundación principalmente mediante la inhibición de la ovulación y el engrosamiento de la mucosa cervical.[36][37]​ Su eficacia depende de que el usuario recuerde tomar las píldoras.[33]​ También pueden cambiar el revestimiento del útero y así disminuir la implantación.[37]

Los anticonceptivos hormonales combinados se asocian con un riesgo ligeramente mayor de trombos venosos y arteriales.[38]​ Los trombos venosos, en promedio, aumentan de 2,8 a 9,8 por 10 000 mujeres-año,[39]​ lo que sigue siendo menor que aquellos asociados con el embarazo.[38]​ Debido a este riesgo, no se recomiendan en fumadoras mayores de 35 años.[40]

El efecto sobre el deseo sexual es variado, con aumento o disminución en algunos, pero sin efecto en la mayoría.[41]​ Los anticonceptivos orales combinados reducen el riesgo de cáncer de ovario y cáncer de endometrio y no cambian el riesgo de cáncer de mama.[42][43]​ A menudo reducen el sangrado menstrual y el dolor menstrual.[33]​ Las dosis de estrógenos más bajas liberadas por el anillo vaginal puede reducir el riesgo de dolor en las mamas, náuseas y dolor de cabeza asociado con productos con dosis de estrógenos mayores.[42]

Las píldoras de solo progestina, inyecciones y dispositivos intrauterinos no están asociados con un mayor riesgo de trombos sanguíneos y pueden ser usados por mujeres con trombos venosos previos.[38][44]​ En quienes tengan antecedentes de trombos arteriales, están contraindicados los métodos hormonales, salvo aquellos de solo progestina no inyectables.[38]​ Las píldoras de progestina sola pueden mejorar los síntomas menstruales y pueden ser utilizadas por mujeres que están amamantando, ya que no afectan a la producción de leche. Puede ocurrir sangrado irregular con métodos de solo progestina y algunas usuarias informan de ausencia períodos.[45]​ Las progestinas drospirenona y desogestrel minimizan los efectos secundarios androgénicos, pero aumentan los riesgos de trombos sanguíneos y por lo tanto no son de primera línea.[46]​ La tasa de fracaso de primer año del uso perfecto de la progestina inyectable Depo-Provera es de 0,2 %; mientras que la de uso típico es de 6 %.[21]

Barrera

[editar]

Los anticonceptivos de barrera son dispositivos que tratan de prevenir el embarazo al impedir físicamente que el semen entre en el útero.[47]​ En este grupo se encuentran condones masculinos, condones femeninos, capuchones cervicales, diafragmas y esponjas anticonceptivas con sustancias espermicidas.[47]

A nivel mundial, los condones son el método más común de control de la natalidad.[48]​ Los condones masculinos se ponen en el pene erecto y físicamente bloquean la entrada del semen eyaculado en el cuerpo de la pareja sexual.[49]​ Los condones modernos están hechos en su mayoría de látex, pero algunos están hechos de otros materiales como poliuretano o intestino de cordero.[49]​ También están disponibles los condones femeninos, a menudo hechos de nitrilo, látex o poliuretano.[50]​ Los condones masculinos tienen la ventaja de ser baratos, fáciles de usar y tener pocos efectos adversos.[51]​ Hacer disponibles los condones a los adolescentes no parece afectar la edad de inicio de la actividad sexual o su frecuencia.[52]​ En Japón alrededor del 80 % de las parejas que usan métodos anticonceptivos usan condones, mientras que en Alemania este número es de aproximadamente 25 %[53]​ y en los Estados Unidos es de 18 %.[54]

Los condones masculinos y el diafragma con espermicida tienen tasas de fracaso de primer año en su uso típico de 18 % y 12 %, respectivamente.[21]​ Mediante el uso perfecto los condones son más eficaces con un 2 % frente a un 6 % del diafragma.[21]​ Los condones tienen el beneficio adicional de ayudar a prevenir la propagación de algunas infecciones de transmisión sexual como el VIH/sida.[5]

Las esponjas anticonceptivas combinan una barrera con un espermicida.[27]​ Al igual que los diafragmas, se insertan por vía vaginal antes de la relación sexual y deben colocarse sobre el cuello del útero para ser eficaz.[27]​ Los índices de fracaso típicos durante el primer año dependen de si la mujer previamente ha dado a luz (24 %) o no (12 %).[21]​ La esponja se puede insertar hasta 24 horas antes del sexo y se debe dejar en su lugar durante por lo menos seis horas después.[27]​ Se han informado reacciones alérgicas[55]​ y efectos adversos más graves, como el síndrome de choque tóxico.[56]

Dispositivos intrauterinos

[editar]
Un DIU de cobre en forma de T con hilos de extracción.

Los actuales dispositivos intrauterinos (DIU) son dispositivos pequeños que se inserta en el útero, a menudo en forma de 'T' y con contenido de cobre o levonorgestrel. Es un tipo de anticoncepción de acción prolongada y reversible y son uno de los tipos más eficaces de control de la natalidad reversible.[57]​ Las tasas de fracaso al primer año con el DIU de cobre es alrededor de 0,8 %, mientras que el DIU de levonorgestrel es de 0,2 %.[58]​ Entre los tipos de control de la natalidad, junto con los implantes, gozan de la mayor satisfacción entre los usuarios.[59]​ A 2007, los DIU son la forma más utilizada de anticoncepción reversible, con más de 180 millones de usuarios en todo el mundo.[60]

La evidencia apoya la eficacia y la seguridad en los adolescentes[59]​ y tanto quienes han tenido hijos anteriormente como las que no.[61]​ Los DIU no afectan la lactancia materna y pueden insertarse inmediatamente después del parto[62]​ o de un aborto.[63]​ Una vez eliminado, incluso después de su uso prolongado, la fertilidad vuelve a la normalidad inmediatamente.[64]

Mientras que los DIU de cobre pueden aumentar el sangrado menstrual y provocar calambres más dolorosos,[65]​ los DIU hormonales pueden reducir el sangrado menstrual o detener la menstruación por completo.[62]​ Los calambres pueden ser tratados con los AINE.[66]​ Otras complicaciones potenciales incluyen expulsión (2-5 % ) y raramente perforación del útero (menos del 0,7 %).[62][66]​ Un modelo anterior del dispositivo intrauterino (el escudo Dalkon) se asoció con un mayor riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica, sin embargo, los modelos actuales no poseen el riesgo en aquellos sin infecciones de transmisión sexual cerca del momento de la inserción.[67]

Esterilización

[editar]

La esterilización quirúrgica está disponible en forma de la ligadura de trompas para las mujeres y vasectomía para los varones.[4]​ No hay efectos secundarios significativos a largo plazo y la ligadura de trompas disminuye el riesgo de cáncer de ovario.[4]​ Las complicaciones a corto plazo son veinte veces menos probablemente en la vasectomía que en la ligadura de trompas.[4][68]​ Después de la vasectomía, puede haber hinchazón y dolor en el escroto que generalmente se resuelve en una semana o dos.[69]​ En la ligadura de trompas, las complicaciones ocurren en 1 a 2 % de los procedimientos y las complicaciones graves se deben por lo general a la anestesia.[70]​ Ninguno de estos métodos ofrece protección contra las infecciones de transmisión sexual.[4]

Esta decisión puede causar arrepentimiento en algunas personas. Entre las mujeres mayores de 30 años operadas con ligadura de trompas, alrededor del 5 % se arrepiente de su decisión, en comparación con el 20 % de las menores de 30 años.[4]​ En contraste, menos del 5 % de los varones son propensos a lamentar la esterilización. Los varones más propensos a lamentar la esterilización son más jóvenes, tienen niños pequeños o ninguno, o tienen un matrimonio inestable.[71]​ En una encuesta a padres biológicos, el 9 % declaró que no habrían tenido hijos si fueran capaces de volver a hacerlo.[72]

Aunque la esterilización se considera un procedimiento permanente,[73]​ es posible intentar una reversión de la ligadura de trompas para reconectarlas o una reversión de vasectomía para volver a conectar los conductos deferentes. El deseo femenino de reversión a menudo está asociado con un cambio de cónyuge.[73]​ Las tasas de éxito de embarazo después de la reversión de trompas son entre el 31 y el 88 %, con posibles complicaciones como un mayor riesgo de embarazo ectópico.[73]​ El número de varones que solicitan la reversión es entre el 2 y el 6 %.[74]​ Las tasas de éxito en engendrar otro hijo después de la inversión son entre 38 y 84 %; cuyo éxito es menor cuanto mayor sea el período de tiempo entre el procedimiento original y la reversión.[74]​ También puede ser una opción para los varones la extracción de semen seguida por fecundación in vitro.[75]

Conductual

[editar]

Los métodos conductuales comprenden la regulación del tiempo o el tipo de relación sexual para prevenir la introducción de semen en el tracto reproductivo de la mujer, ya sea siempre o solo cuando un óvulo pueda estar presente.[76]​ Si se utilizan perfectamente la tasa de fracaso de primer año puede ser en torno al 3,4 %, sin embargo si se usan mal la tasa puede acercarse al 85 %.[77]

Conocimiento de la fertilidad

[editar]
a birth control chain calendar necklace
Un CycleBeads, usado para estimar la fertilidad basado en los días desde la última menstruación.

Los métodos de conocimiento de la fertilidad o de ritmo implican la determinación de los días más fértiles del ciclo menstrual y evitar el sexo sin protección.[76]​ Las técnicas para determinar la fertilidad incluyen la observación de la temperatura basal del cuerpo, las secreciones cervicales o el día del ciclo.[76]​ Tienen tasas de fracaso de primer año de uso típico de 24 %; en el uso perfecto depende del método utilizado y va de 0,4 % a 5 %.[21]​ La evidencia en que se basan estas estimaciones, sin embargo, es pobre ya que la mayoría de los participantes de los ensayos detienen su uso antes de tiempo.[76]​ A nivel mundial, se utilizan en alrededor del 3,6 % de las parejas.[78]​ Si se basa tanto en la temperatura basal del cuerpo como otro signo primario, el método se conoce como sintotérmico. Se han reportado tasas de fallo de primer año generales de <2 % a 20 % en estudios clínicos del método sintotérmico.[79][80]

Retirada

[editar]

El método de retirada (también conocido como coitus interruptus) es la práctica de finalizar el coito («marcha atrás») antes de la eyaculación.[81]​ El principal riesgo del método de retiro es que el varón puede no realizar la maniobra correctamente o de manera oportuna.[81]​ Las tasas de fracaso de primer año varían de 4 % con un uso perfecto al 22 % con el uso típico.[21]​ Algunos profesionales de la medicina no lo consideran un método de control de la natalidad.[27]

Hay pocos datos respecto al contenido de espermatozoides del líquido preeyaculatorio.[82]​ Si bien algunas investigaciones tentativas no los encontraron,[82]​ una prueba encontró espermatozoides presentes en 10 de los 27 voluntarios.[83]​ El método de retiro se utiliza como anticoncepción por un 3 % de las parejas.[78]

Abstinencia

[editar]

Aunque algunos grupos abogan por la abstinencia sexual total, por la que se refieren el evitar toda actividad sexual, en el contexto del control de la natalidad el término generalmente significa la abstinencia del sexo vaginal.[84][85]​ La abstinencia es 100 % efectiva para prevenir el embarazo; sin embargo, no todo el que tiene la intención de ser abstinente se contiene de toda actividad sexual y en muchas poblaciones hay un riesgo significativo de embarazo por sexo no consensuado.[86][87]

La educación sexual exclusivamente de abstinencia no reduce los embarazos adolescentes.[7][88]​ Las tasas de embarazo adolescente son más altas en los estudiantes que recibieron solo educación de abstinencia, en comparación con la educación sexual integral.[88][89]​ Algunas autoridades recomiendan que quienes utilizan la abstinencia como método principal tengan un método(s) de respaldo disponible (como condones o píldoras anticonceptivas de emergencia).[90]​ El sexo sin penetración o el sexo oral, deliberadamente sin sexo vaginal, a veces también se consideran un método de control.[91]​ Si bien generalmente evitan el embarazo, este aún puede ocurrir con el sexo intercrural y otras formas de sexo con el pene cerca de la entrada a la vagina (frotamiento genital y la salida del pene en el coito anal) con los que el semen puede depositarse cerca de la entrada a la vagina y viajar a través de los fluidos lubricantes de esta.[92][93]

Lactancia

[editar]

El método de amenorrea de la lactancia implica el uso de la infertilidad femenina natural que ocurre después del parto y puede ser extendido por la lactancia materna.[94]​ Esto normalmente requiere la ausencia de período alguno, la alimentación exclusiva del bebé por lactancia materna y un niño menor de seis meses.[24]​ La Organización Mundial de la Salud establece que si la lactancia materna es la única fuente de nutrición del lactante, la tasa de fracaso es del 2 % en los seis meses posparto.[95]​ Seis estudios no controlados de amenorrea de la lactancia encontraron tasas de fracaso a los seis meses después del parto entre 0 % y el 7,5 %.[96]​ Estas aumentan a 4,7 % al año y 13 % a los dos años.[97]​ La fórmulas para lactantes, extraer en lugar de amamantar, el uso de un chupete y alimentos sólidos todos aumentan su tasa de fracaso.[98]​ En las mujeres que exclusivamente están amamantando, alrededor del 10 % comienza a tener períodos antes de tres meses y el 20 % antes de los seis meses.[97]​ En las que no están amamantando, la fertilidad puede regresar cuatro semanas después del parto.[97]

Emergencia

[editar]
Una dosis de dos píldoras anticonceptivas de emergencia.

Los métodos anticonceptivos de emergencia son medicamentos (a veces mal llamadas «píldoras del día después»)[99]​ o dispositivos usados después del sexo sin protección con la esperanza de prevenir el embarazo.[8]​ Funcionan principalmente previniendo la ovulación o la fecundación.[4][100]​ Existen varias opciones: píldoras anticonceptivas de dosis alta, levonorgestrel, mifepristona, ulipristal y DIU.[101]​ Proporcionar a las mujeres píldoras anticonceptivas de emergencia con antelación no afecta las tasas de infecciones de transmisión sexual, el uso de condón, tasas de embarazo o comportamiento sexual de riesgo.[102][103]​ Todos los métodos de emergencia tienen efectos secundarios mínimos.[101]

Las píldoras de levonorgestrel, cuando se utilizan dentro de los tres días, disminuyen las probabilidades de embarazo después de un solo episodio de sexo no seguro o fracaso del condón en 70 % (lo que resulta en una tasa de embarazo de 2,2 %).[8]​ Ulipristal, cuando se utiliza dentro de cinco días, disminuye la posibilidad de embarazo en casi un 85 % (tasa de embarazo de 1,4 %) y podría ser un poco más eficaz que el levonorgestrel.[8][101][104]​ La mifepristona también es más eficaz que el levonorgestrel, mientras que los DIU de cobre son el método más eficaz.[101]​ Los DIU se pueden insertar hasta cinco días después de la relación sexual y prevenir el 99 % de los embarazos después de un episodio de sexo sin protección (tasa de embarazo de 0,2 %),[4][105]​ por lo que son la forma anticoncepción de emergencia más eficaz.[106]​ En mujeres con sobrepeso u obesidad el levonorgestrel es menos eficaz y se recomienda un DIU o ulipristal.[107]

Doble protección

[editar]

La doble protección es el uso de métodos que previenen tanto infecciones de transmisión sexual como el embarazo.[108]​ Es proporcionada por los condones, ya sea solos o junto con otro método anticonceptivo, o la abstinencia del sexo penetrativo.[109][110]​ Si el embarazo es una preocupación alta es razonable utilizar dos métodos simultáneos,[109]​ además de recomendable en los consumidores del antiacné isotretinoína, debido al alto riesgo de defectos de nacimiento si se toma durante el embarazo.[111]

Efectos

[editar]

Salud

[editar]
maternal mortality rate map
Índice de mortalidad maternal (2010).[112]
Uso de anticonceptivos e índice de fertilidad por región.

Se estima que el uso de anticonceptivos en los países en desarrollo ha disminuido el número de muertes maternas en un 40 % (alrededor de 270 000 muertes prevenidas en 2008) y podría prevenir el 70 % de las muertes si se alcanzara toda la demanda de control de la natalidad.[17][18]​ Estos beneficios se logran al reducir el número de embarazos no deseados que posteriormente dan lugar a abortos inseguros y por la prevención de embarazos en mujeres de alto riesgo.[17]

El control de la natalidad también mejora la supervivencia infantil en el mundo en desarrollo al alargar el lapso entre embarazos.[17]​ En esta población, los resultados son peores cuando una madre se embaraza dentro de los dieciocho meses posteriores a un parto previo.[17][113]​ Sin embargo, retrasar otro embarazo después de un aborto espontáneo no parece alterar el riesgo y se aconseja a las mujeres intentar el embarazo en esta situación cuando estén dispuestas.[113]

Los embarazos adolescentes, especialmente entre los más jóvenes, tienen un mayor riesgo de resultados adversos, incluidos nacimiento prematuro, bajo peso al nacer y la muerte del bebé.[12]​ En los Estados Unidos el 82 % de los embarazos de adolescentes entre 15 y 19 años no son planificados.[66]​ La educación sexual integral y el acceso a métodos anticonceptivos son eficaces en la disminución de las tasas de embarazo en este grupo etario.[114]

Finanzas

[editar]
fertility rate map
Países por índice de fertilidad (2012). Número de hijos:
     7-8      6-7      5-6      4-5
     3-4      2-3      1-2      0-1

En el mundo en desarrollo, el control de la natalidad aumenta el crecimiento económico debido a que hay menos hijos a cargo y por lo tanto un mayor número de mujeres que participan en la fuerza laboral.[19]​ Los ingresos, activos e índice de masa corporal (IMC) de las mujeres y la escolarización e IMC de sus hijos todos mejoran con un mayor acceso a la anticoncepción.[19]​ La planificación familiar a través del uso de métodos anticonceptivos modernos es una de las intervenciones de salud más costo-efectivas.[115]​ Por cada dólar gastado en ella, las Naciones Unidas estiman que se ahorran entre dos y seis dólares.[16]​ Estos ahorros de costos están relacionados con la prevención de embarazos no deseados y la disminución de la propagación de enfermedades de transmisión sexual.[115]​ Si bien todos los métodos son beneficiosos económicamente, el uso de los DIU de cobre resulta en el mayor ahorro.[115]

El coste médico total para un embarazo, parto y cuidado de un recién nacido en los Estados Unidos es, en promedio, de 21 000 USD para un parto vaginal y 31 000 USD para una cesárea en 2012.[116]​ En la mayoría de los otros países el costo es menos de la mitad.[116]​ Para un niño nacido el 2011, una familia estadounidense media gastará 235 000 USD durante 17 años para criarlo.[117]

Prevalencia

[editar]
prevalence of modern birth control map
Porcentaje de mujeres usando un método anticonceptivo moderno en 2010.
     6 %      12 %      18 %      24 %      30 %      36 %
     42 %      48 %      54 %      60 %      66 %      72 %
     78 %      84 %      86 %      Sin datos

A nivel mundial, a 2009, aproximadamente el 60 % de los que están casados y son capaces de tener hijos controlan la natalidad.[118]​ Con qué frecuencia se utilizan distintos métodos varía ampliamente entre los países.[118]​ Los métodos más comunes en el mundo desarrollado son los condones y los anticonceptivos orales, mientras que en África es anticonceptivos orales y en América Latina y Asia es la esterilización.[118]​ En el mundo en desarrollo, los métodos preferidos en orden decreciente son la esterilización femenina (35 %), los DIU (30 %), los anticonceptivos orales (12 %), los condones (11 %) y la esterilización masculina (4 %).[118]

Si bien se utiliza menos en los países desarrollados que el mundo en desarrollo, el número de mujeres que utilizaron los DIU en 2007 fue de más de 180 millones.[60]​ La evitación las relaciones sexuales en periodo fértil es utilizado por alrededor de 3,6 % de las mujeres en edad fértil, con un uso tan alto como el 20 % en zonas de América del Sur.[119]​ Para 2005, el 12 % de las parejas están utilizando una forma masculina de control de la natalidad (ya sea condón o vasectomía) con tasas más altas en el mundo desarrollado.[120]​ Las formas masculinas han disminuido entre 1985 y 2009.[118]​ El uso de anticonceptivos entre las mujeres en África subsahariana ha aumentado de alrededor del 5 % en 1991 a aproximadamente el 30 % en 2006.[121]

Para 2012, el 57 % de las mujeres en edad fértil quieren evitar el embarazo (867 de 1520 millones).[122]​ Sin embargo 222 millones de mujeres no pueden acceder a métodos anticonceptivos, de las cuales 53 millones se encuentran en África subsahariana y 97 millones en Asia.[122]​ Esto se traduce en 54 millones de embarazos no planificados y casi 80 000 muertes maternas al año.[118]​ Parte de la razón por la que muchas mujeres carecen de control de la natalidad es que muchos países limitan su acceso debido a razones religiosas o políticas,[4]​ mientras que otro contribuyente es la pobreza.[123]​ Debido a leyes restrictivas del aborto en África subsahariana, muchas mujeres recurren a proveedores de aborto no autorizados. Esto se traduce en que 18-39 de cada 1000 mujeres tengan un aborto inseguro cada año.[123]

Historia

[editar]

Historia temprana

[editar]
ancient coin depicting silphium
Moneda de plata antigua de Cirene que representa un tallo de silfio.

El papiro egipcio de Ebers de 1550 a. C. y el papiro de Kahun de 1850 a. C. contienen unas de las descripciones más antiguas documentadas del control de la natalidad: el uso de la miel, hojas y pelusas de acacia puestas en la vagina para bloquear el semen.[124][125]​ Se cree que en la Antigua Grecia el silfio se utilizó como anticonceptivo que, debido a su eficacia y por lo tanto conveniencia, se cosechó hasta la extinción.[126]

En la Europa medieval, cualquier esfuerzo para detener el embarazo fue considerado inmoral por la Iglesia Católica,[124]​ aunque se cree que las mujeres de la época aún utilizaban varias medidas de control de la natalidad, como el coitus interruptus y la inserción de la raíz de lirio y la ruda en la vagina.[127]​ En la Edad Media se alentaba a las mujeres a atar testículos de comadreja alrededor de sus muslos durante el sexo para prevenir el embarazo.[128]​ Los condones más antiguos descubiertos fueron recuperados de las ruinas del Castillo Dudley en Inglaterra y se remontan a 1640.[128]​ Estos eran fabricados de tripas de animal y lo más probable es que fueran usados para prevenir enfermedades de transmisión sexual durante la Guerra Civil Inglesa.[128]Casanova, italiano del siglo XVIII, describió el uso de una cubierta de piel de cordero para evitar el embarazo; sin embargo, los condones solo se hicieron ampliamente disponibles en el siglo XX.[124]

Movimiento de control de la natalidad

[editar]
a cartoon of a woman being chased by a stork with a baby
«Y el villano todavía la persigue», una postal satírica victoriana.

El movimiento de control de la natalidad se desarrolló durante el siglo XIX e inicios del XX.[129]​ La Liga Malthusiana, basada en las ideas de Thomas Malthus, se estableció en 1877 en el Reino Unido para educar al público sobre la importancia de la planificación familiar y abogar por la eliminación de las sanciones por promover el control de la natalidad.[130]​ Fue fundada durante el «juicio Knowlton» de Annie Besant y Charles Bradlaugh, que fueron procesados por publicar sobre varios métodos de control de natalidad.[131]

En Estados Unidos, Margaret Sanger y Otto Bobsein popularizaron la frase «control de la natalidad» en 1914.[132][133]​ Sanger era activa principalmente en los Estados Unidos, pero se había ganado una reputación internacional por la década de 1930. En ese entonces, bajo la Ley Comstock, la distribución de información sobre el control de la natalidad era ilegal. Huyó tras pagar la fianza en 1914 después de ser detenida por distribuir información anticonceptiva y migró de Estados Unidos a Reino Unido para luego volver en 1915.[134]​ Sanger estableció una efímera clínica de control de la natalidad en 1916, institución clausurada luego de once días y que causó su detención.[135]​ La publicidad en torno a la detención, juicio y apelación encendió el activismo de control de la natalidad en los Estados Unidos.[136]

La primera clínica de control de la natalidad permanente se estableció en Gran Bretaña en 1921 por Marie Stopes junto a la Liga Malthusiana.[137]​ La clínica, a cargo de parteras y apoyada por médicos visitantes,[138]​ ofreció a las mujeres consejos sobre el control de la natalidad y les enseñó el uso de un capuchón cervical. Su clínica hizo aceptable la anticoncepción durante la década de 1920 al presentarla en términos científicos. En 1921, Sanger fundó la Liga Estadounidense del Control de la Natalidad, que luego se convirtió en la Federación Estadounidense de la Paternidad Planeada[139]​ En 1924 se fundó la Sociedad para el Abastecimiento de las Clínicas de Control de la Natalidad para luchas por clínicas municipales; esto llevó a la apertura de una segunda clínica en Greengate (Salford) en 1926.[140]​ A lo largo de la década de 1920, Stopes y otras feministas pioneras, como Dora Russell y Stella Browne, desempeñaron un papel importante en la destrucción de los tabúes sobre el sexo. En abril de 1930, la Conferencia de Control de la Natalidad reunió 700 delegados y tuvo éxito en llevar el control de la natalidad y el aborto a la esfera política. Tres meses más tarde, el Ministerio de Salud del Reino Unido permitió a las autoridades locales dar consejería de control de la natalidad en los centros de asistencia social.[141]

En 1936 la corte estadounidense dictaminó en U.S. v. One Package que la prescripción médica de anticonceptivos para salvar la vida o la salud de las personas no era ilegal bajo la Ley Comstock. Tras la decisión, el Comité de anticoncepción de la Asociación Médica Estadounidense revocó su declaración de 1936 que condenaba el control de la natalidad. Al año siguiente una encuesta nacional mostró que el 71 % de la población adulta apoyaba el uso de la anticoncepción. Para 1938, 347 clínicas anticonceptivas estaban funcionando en el país a pesar de que su promoción aún era ilegal. La primera dama Eleanor Roosevelt apoyaba públicamente el control de la natalidad y la planificación familiar.[142]​ En 1966, el presidente Lyndon B. Johnson empezó a apoyar el financiamiento público de los servicios de planificación familiar y el gobierno federal empezó a subsidiar los servicios de control de natalidad para familias de bajos ingresos.[143]​ La Affordable Care Act, aprobada el 23 de marzo de 2010 bajo el presidente Barack Obama, requiere que todos los planes en el Mercado de Seguros de Salud cubran los métodos anticonceptivos. Estos incluyen los de barrera, hormonales, dispositivos implantables, de emergencia y los precedimientos de esterilización.[144]

Métodos modernos

[editar]

En 1909, Richard Richter desarrolló el primer dispositivo intrauterino hecho de intestino de gusano de seda, que se mejoró y comercializó en Alemania por Ernst Gräfenberg a finales de los años 1920.[145]​ En 1951, el químico mexicano Carl Djerassi realizó las hormonas de la píldora de progesterona usando batatas.[146]​ Djerassi había creado químicamente la píldora pero no tenía los medios para distribuirlas a los pacientes. Mientras tanto, Gregory Pincus y John Rock con la ayuda de la Federación Estadounidense de la Paternidad Planeada desarrolló las primeras píldoras anticonceptivas en la década de 1950, como mestranol/noretinodrel, que se puso a disposición del público en la década de 1960 aprobado por la FDA bajo el nombre de Enovid.[139][147]​ El aborto farmacológico se convirtió en una alternativa al aborto quirúrgico con la disponibilidad de análogos de prostaglandinas en los años 1970 y la mifepristona en la década de 1980.[148]

Sociedad y cultura

[editar]

Situaciones legales

[editar]

Los acuerdos de Derechos humanos requieren que la mayoría de los gobiernos proporcionen información y servicios de planificación familiar y anticoncepción. Estos incluyen la obligación de crear un plan nacional de servicios de planificación familiar, eliminar las leyes que limiten su acceso, garantizar la disponibilidad de una amplia variedad de métodos anticonceptivos seguros y eficaces, incluyendo los anticonceptivos de emergencia, asegurarse de que existan proveedores de salud cualificados e instalaciones a un precio asequible y crear un proceso para revisar los programas implementados. Si los gobiernos incumplen lo anterior los puede poner en violación de las obligaciones de tratados internacionales vinculantes.[149]

En Estados Unidos, el caso Griswold v. Connecticut anuló la ley estatal que prohibía la difusión de información anticonceptiva basada en el derecho constitucional a la privacidad en las relaciones maritales. En 1971 Einstady v. Baird extendió el derecho a la privacidad a las personas solteras.[150]

En 2010, las Naciones Unidas lanzaron el movimiento Cada mujer, cada niño para evaluar el progreso hacia la cobertura de las necesidades anticonceptivas de las mujeres. La iniciativa se ha fijado el objetivo de aumentar el número de usuarias de anticonceptivos modernos a 120 millones de mujeres en los 69 países más pobres del mundo para el año 2020. Además, aspiran a erradicar la discriminación contra las niñas y adolescentes que buscan control de la natalidad.[151]​ El Congreso Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) celebrado en 2014 recomendó que las píldoras anticonceptivas orales debieran estar entre los medicamentos de venta libre.[152]

Posturas religiosas

[editar]

Las religiones varían ampliamente en sus opiniones éticas del control de la natalidad.[153]​ Oficialmente, la Iglesia católica solo acepta la planificación natural de la familia,[154]​ aunque un gran número de católicos en los países desarrollados aceptan y utilizan métodos modernos de control de la natalidad.[155][156][157]​ Entre los protestantes hay una amplia gama de opiniones desde el rechazo absoluto a permitir todos los métodos de control de natalidad.[158]​ En el judaísmo van desde la secta más estricta ortodoxa a la más relajada reformista.[159]​ Los hinduistas pueden usar tanto los anticonceptivos naturales como artificiales.[160]​ Una opinión budista común es que la prevención de la concepción es aceptable, pero intervenir después de que la concepción se ha producido no lo es.[161]​ En el islam, los anticonceptivos están permitidos si no amenazan la salud, aunque algunos los desaconsejan.[162]

Día Mundial de la Anticoncepción

[editar]

El 26 de septiembre es el Día Mundial de la Anticoncepción, dedicado a crear conciencia y mejorar la educación sobre salud sexual y reproductiva, con una visión de un mundo en el que cada embarazo es deseado.[163]​ Es apoyado por un grupo de gobiernos y ONG internacionales, incluido la Office of Populations Affairs, el Consejo Asia-Pacífico en Anticoncepción, Centro Latinoamericano Salud y Mujer, la Sociedad Europea de Anticoncepción y Salud Reproductiva, la Fundación Alemana para la Población Mundial, la Federación Internacional de Ginecología Pediátrica y de la Adolescencia, la Federación Internacional de Planificación Familiar, el Marie Stopes International, Population Services International, el Population Council, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y Women Deliver.[163]

Ideas erróneas

[editar]

Hay varias ideas erróneas comunes sobre el sexo y el embarazo.[164]​ Las duchas vaginales después del sexo no es un método efectivo de control de la natalidad.[165]​ Además, se asocia con varios problemas de salud y por lo tanto no es recomendable.[166]​ Las mujeres pueden quedar embarazadas la primera vez que tienen relaciones sexuales[167]​ y en cualquier posición sexual.[168]​ Es posible, aunque no muy probable, quedar embarazada durante la menstruación.[169]

Líneas de investigación

[editar]

Mujeres

[editar]

Es preciso mejorar los métodos anticonceptivos existentes, ya que alrededor de la mitad de las mujeres que se quedan embarazadas involuntariamente estaban usando un método anticonceptivo.[27]​ Se están estudiando varias modificaciones de los métodos existentes, incluido un condón femenino y un diafragma mejorados, un parche solo con progestina y un anillo vaginal con progesterona de acción prolongada.[170]​ Este último parece ser eficaz para tres o cuatro meses y actualmente está disponible en algunas áreas del mundo.[170]​ Para las mujeres que rara vez tienen relaciones sexuales, la toma de levonorgestrel cerca del sexo parece prometedora.[171]

Se están estudiando varios métodos para llevar a cabo la esterilización a través del cuello uterino. Uno consiste en colocar quinacrina en el útero que causa cicatrización e infertilidad. Si bien el procedimiento es barato y no requiere de habilidades quirúrgicas, existe preocupación respecto a los efectos secundarios a largo plazo.[172]​ También se está investigando el polidocanol, otra sustancia que funciona de la misma manera.[170]​ Un dispositivo llamado Essure, que se expande cuando se coloca en las trompas de Falopio y las bloquea fue aprobado en Estados Unidos en 2002.[172]

Varones

[editar]

Métodos de anticoncepción masculinos incluyen condones, vasectomías y coito interrumpido.[173][174]​ Entre el 25 y el 75 % de los varones que son sexualmente activos usaría un método anticonceptivo hormonal si estuviera disponible para ellos.[120][173]​ Varios métodos hormonales y no hormonales están en ensayos clínicos[120]​ y hay algunas investigaciones explorando la posibilidad de vacunas anticonceptivas.[175]

En cuanto a métodos hormonales, una combinación de un andrógeno y una progestina parece prometedora, al igual que los moduladores selectivos del receptor de andrógenos.[120]​ Experimentos recientes con dimendrolona undecanoato, droga conocida como DMAU, han mostrado resultados preliminares que los investigadores han considerado "satisfactorios". Estos resultados, obtenidos por un grupo del Centro Médico de la Universidad de Washington y del Centro Médico Harbor de la UCLA, fueron presentados en la Reunión Anual de la Asociación Estadounidense de Endocrinología de marzo de 2018. Se trata de una combinación de undecanoato de testosterona y progestina y su funcionamiento es similar al de la píldora femenina. El estudio, realizado con 100 pacientes que usaron la droga durante 28 días, mostró una "supresión marcada" de los niveles de testosterona entre quienes ingirieron dosis de 400 mg. Muy pocos pacientes registraron síntomas de deficiencia de testosterona. Estos resultados se consideran muy prometedores, aunque todavía son necesarios estudios a más largo plazo y con mayor cantidad de personas.[176]

Otra molécula actualmente en estudio es el dodecilcarbonato de 11-beta-metil-19-nortestosterona, o 11-beta-MNTDC, una testosterona modificada que también tiene tiene las acciones combinadas de una hormona masculina (andrógeno) y una progesterona, de forma que disminuye la producción de esperma al tiempo que preserva la libido. El fármaco ya ha pasado con éxito un ensayo de Fase 1 en 40 hombres sanos realizados en LA BioMed y en la Universidad de Washington. Diez de los participantes recibieron una cápsula de placebo diariamente durante 28 días y los otros treinta tomaron la 11-beta-MNTDC en diferentes dosis: 14 de ellos recibieron 200 miligramos y los otros 16, 400 miligramos. Aquellos que tomaron el compuesto en estudio manifestaron un nivel más bajo de testosterona y de las hormonas necesarias para producir el esperma en comparación con el placebo. Algunos pacientes mostraron efectos secundarios leves como fatiga, acné o dolor de cabeza; cinco mostraron una tenue disminución en el deseo sexual; y otros dos describieron una disfunción eréctil leve. Pero en ningún caso se redujo la actividad sexual. La investigadora principal del estudio, Christina Wang, planea realizar nuevos estudios para evaluar la efectividad del compuesto. Además, se están desarrollando otros dos medicamentos orales en paralelo para encontrar el compuesto con menos efectos secundarios y con mayor efectividad.

Un método quirúrgico reversible bajo investigación es la inhibición reversible de espermatozoides bajo guía (RISUG), que consiste en inyectar un gel de polímero, estireno anhídrido maleico en dimetilsulfóxido, en los conductos deferentes. Una inyección con bicarbonato de sodio remueve la sustancia y restaura la fertilidad. Otro es un dispositivo intradeferente que consiste en colocar un tapón de uretano en los conductos deferentes para bloquearlos.

La ecografía y métodos para calentar los testículos han sido sometidos a estudios preliminares.[177]

Condón molecular.

[editar]

Se trata de un posible nuevo método anticonceptivo que están desarrollando los investigadores de la Universidad de Berkeley. Todos sus hallazgos se han publicado en "Proceedings of the National Academy of Sciences" Archivado el 24 de noviembre de 2020 en Wayback Machine.. Este método anticonceptivo es eficaz para hombres y para mujeres y no presenta efectos secundarios a nivel hormonal. Para conseguir el efecto anticonceptivo emplea de manera combinada dos sustancias químicas de origen vegetal: lupeol y pristimerin. El condón molecular se sigue testando y aún resulta demasiado caro, por lo que aún no se puede contar con él como método anticonceptivo.

En animales

[editar]

La esterilización, que implica la eliminación de algunos de los órganos reproductivos, se lleva a cabo a menudo como un método de control de la natalidad en los animales domésticos. Muchos refugios de animales requieren estos procedimientos como parte de los acuerdos de adopción.[178]​ En animales grandes la cirugía se conoce como castración.[179]​ El control de la natalidad también está siendo considerado como una alternativa a la caza como medio para controlar la sobrepoblación de animales silvestres.[180]​ Las vacunas anticonceptivas han demostrado ser eficaces en varias poblaciones de animales diversos.[181][182]​ Los pastores de cabras kenianos ponen una falda llamada olor a los machos para prevenir que fecunden a las hembras.[183]

Acceso a anticonceptivos por país

[editar]

Este campo da el porcentaje de personas en edad reproductiva (18-49) que están casadas o en unión y están usando, o cuya pareja sexual está usando, un método anticonceptivo según la fecha de los datos disponibles más recientes. La tasa de uso de anticonceptivos es un indicador de los servicios de salud, el desarrollo y el empoderamiento de la mujer. También es útil para comprender las tendencias de natalidad pasadas, presentes y futuras, especialmente en los países en desarrollo.

País Porcentaje de la población[184]
AfganistánBandera de Afganistán Afganistán 18.9%
Albania Albania 46%
Alemania Alemania 67%
Andorra Andorra --
AngolaBandera de Angola Angola 13.7%
Antigua y BarbudaBandera de Antigua y Barbuda Antigua y Barbuda --
Arabia SauditaBandera de Arabia Saudita Arabia Saudita 27.9%
ArgeliaBandera de Argelia Argelia 53.6%
Bandera de Argentina Argentina 70.1%
ArmeniaBandera de Armenia Armenia 57.1%
Bandera de Australia Australia 66.9%
Austria Austria 79%
AzerbaiyánBandera de Azerbaiyán Azerbaiyán --
BahamasBandera de Bahamas Bahamas --
BangladésBandera de Bangladés Bangladés 62.7%
BarbadosBandera de Barbados Barbados 59.2%
BaréinBandera de Baréin Baréin --
Bélgica Bélgica 66.7%
BeliceBandera de Belice Belice 51.4%
BenínBandera de Benín Benín 15.5%
Bielorrusia Bielorrusia 52.6%
Bandera de Birmania Birmania 52.2%
Bolivia Bolivia 66.5%
Bosnia y HerzegovinaBandera de Bosnia y Herzegovina Bosnia y Herzegovina 45.8%
BotsuanaBandera de Botsuana Botsuana 67.4%
BrasilBandera de Brasil Brasil 80.5%
BrunéiBandera de Brunéi Brunéi --
BulgariaBandera de Bulgaria Bulgaria --
Burkina FasoBandera de Burkina Faso Burkina Faso 35.3%
BurundiBandera de Burundi Burundi 28.5%
ButánBandera de Bután Bután --
Cabo VerdeBandera de Cabo Verde Cabo Verde 55.8%
CamboyaBandera de Camboya Camboya 56.3%
CamerúnBandera de Camerún Camerún 19.3%
CanadáBandera de Canadá Canadá --
CatarBandera de Catar Catar 37.5%
Bandera de Chad Chad 8.1%
ChileBandera de Chile Chile 76.3%
ChinaBandera de la República Popular China China 84.5%
ChipreBandera de Chipre Chipre --
Bandera de Ciudad del Vaticano Ciudad del Vaticano --
ColombiaBandera de Colombia Colombia 81%
ComorasBandera de Comoras Comoras 19.4%
Corea del NorteBandera de Corea del Norte Corea del Norte 70.2%
Corea del SurBandera de Corea del Sur Corea del Sur 82.3%
Costa de MarfilBandera de Costa de Marfil Costa de Marfil 27.8%
Costa Rica Costa Rica 70.9%
Croacia Croacia --
Cuba Cuba 69%
Bandera de Dinamarca Dinamarca --
Bandera de Dominica Dominica --
Bandera de Ecuador Ecuador 77.9%
Bandera de Egipto Egipto 58.5%
Bandera de El Salvador El Salvador 71.9%
Emiratos Árabes Unidos Emiratos Árabes Unidos --
EritreaBandera de Eritrea Eritrea --
Eslovaquia Eslovaquia --
EsloveniaBandera de Eslovenia Eslovenia --
EspañaBandera de España España 62.1%
Bandera de Estados Unidos Estados Unidos 73.9%
EstoniaBandera de Estonia Estonia --
EtiopíaBandera de Etiopía Etiopía 37.7%
FilipinasBandera de Filipinas Filipinas 54.1%
Finlandia Finlandia 85.5%
FiyiBandera de Fiyi Fiyi 35.5%
Bandera de Francia Francia --
GabónBandera de Gabón Gabón 31.1%
GambiaBandera de Gambia Gambia 18.9%
GeorgiaBandera de Georgia Georgia 40.6%
GhanaBandera de Ghana Ghana 27.2%
GranadaBandera de Granada Granada --
Grecia Grecia --
Guatemala Guatemala 60.6%
GuyanaBandera de Guyana Guyana 29.9%
GuineaBandera de Guinea Guinea 10.9%
Guinea EcuatorialBandera de Guinea Ecuatorial Guinea Ecuatorial --
Guinea-BisáuBandera de Guinea-Bisáu Guinea-Bisáu 20.6%
HaitíBandera de Haití Haití 34.3%
HondurasBandera de Honduras Honduras 69.4%
Hungría Hungría --
Bandera de la India India 66.7%
IndonesiaBandera de Indonesia Indonesia 55.5%
IrakBandera de Irak Irak 52.8%
IránBandera de Irán Irán --
Bandera de Irlanda Irlanda --
IslandiaBandera de Islandia Islandia --
Islas MarshallBandera de Islas Marshall Islas Marshall --
Islas SalomónBandera de Islas Salomón Islas Salomón 29.3%
IsraelBandera de Israel Israel --
Italia Italia 65.1%
Bandera de Jamaica Jamaica --
JapónBandera de Japón Japón 39.8%
JordaniaBandera de Jordania Jordania 51.8%
Kazajistán Kazajistán 53%
KeniaBandera de Kenia Kenia 64.6%
KirguistánBandera de Kirguistán Kirguistán 39.4%
KiribatiBandera de Kiribati Kiribati 33.5%
KuwaitBandera de Kuwait Kuwait --
LaosBandera de Laos Laos 54.1%
LesotoBandera de Lesoto Lesoto 64.9%
LetoniaBandera de Letonia Letonia --
LíbanoBandera de Líbano Líbano --
LiberiaBandera de Liberia Liberia 24.9%
LibiaBandera de Libia Libia 27.7%
LiechtensteinBandera de Liechtenstein Liechtenstein --
Lituania Lituania --
LuxemburgoBandera de Luxemburgo Luxemburgo --
Macedonia del NorteBandera de Macedonia del Norte Macedonia del Norte 59.5%
MadagascarBandera de Madagascar Madagascar 49.7%
MalasiaBandera de Malasia Malasia 52.2%
MalauiBandera de Malaui Malaui 65.6%
MaldivasBandera de las Maldivas Maldivas 18.8%
MaliBandera de Mali Mali 17.2%
MaltaBandera de Malta Malta --
MarruecosBandera de Marruecos Marruecos 70.8%
Bandera de Mauricio Mauricio 63.8%
MauritaniaBandera de Mauritania Mauritania 11.5%
México México 73.1%
MicronesiaBandera de Estados Federados de Micronesia Micronesia --
MoldaviaBandera de Moldavia Moldavia 56%
MónacoBandera de Mónaco Mónaco --
Bandera de Mongolia Mongolia 48.1%
Montenegro Montenegro 20.7%
MozambiqueBandera de Mozambique Mozambique 27.1%
NamibiaBandera de Namibia Namibia 56.1%
NauruBandera de Nauru Nauru --
NepalBandera de Nepal Nepal 46.7%
Nicaragua Nicaragua 80.4%
NígerBandera de Niger Níger 11%
NigeriaBandera de Nigeria Nigeria 16.6%
Noruega Noruega --
Nueva ZelandaBandera de Nueva Zelanda Nueva Zelanda 79.9%
OmánBandera de Omán Omán 29.7%
Países Bajos Países Bajos 73%
PakistánBandera de Pakistán Pakistán 34%
PalaosBandera de Palaos Palaos --
Panamá Panamá 50.8%
Papúa Nueva GuineaBandera de Papúa Nueva Guinea Papúa Nueva Guinea 36.7%
ParaguayBandera de Paraguay Paraguay 68.4%
Perú Perú 77.4%
Polonia Polonia 62.3%
Bandera de Portugal Portugal 73.9%
Reino UnidoBandera del Reino Unido Reino Unido 76.1%
República CentroafricanaBandera de la República Centroafricana República Centroafricana 17.8%
República Checa República Checa --
República del CongoBandera de República del Congo República del Congo 30.1%
República Democrática del CongoBandera de República Democrática del Congo República Democrática del Congo 28.1%
República DominicanaBandera de la República Dominicana República Dominicana 62.8%
RuandaBandera de Ruanda Ruanda 64.1%
RumaniaBandera de Rumania Rumania --
Rusia Rusia 68%
SamoaBandera de Samoa Samoa 16.6%
San Cristóbal y NievesBandera de San Cristobal y Nieves San Cristóbal y Nieves --
Bandera de San Marino San Marino --
San Vicente y las GranadinasBandera de San Vicente y las Granadinas San Vicente y las Granadinas --
Santa LucíaBandera de Santa Lucía Santa Lucía 55.5%
Bandera de Santo Tomé y Príncipe Santo Tomé y Príncipe 49.7%
SenegalBandera de Senegal Senegal 26.9%
SerbiaBandera de Serbia Serbia 62.3%
SeychellesBandera de Seychelles Seychelles --
Sierra LeonaBandera de Sierra Leona Sierra Leona 21.2%
SingapurBandera de Singapur Singapur --
SiriaBandera de Siria Siria --
Bandera de Somalia Somalia 6.9%
Sri LankaBandera de Sri Lanka Sri Lanka 64.6%
SuazilandiaBandera de Suazilandia Suazilandia 66.1%
Bandera de Sudáfrica Sudáfrica 54.6%
Bandera de Sudán Sudán 12.2%
Bandera de Sudán del Sur Sudán del Sur --
Suecia Suecia 70.3%
Suiza Suiza 71.6%
SurinamBandera de Surinam Surinam 39.1%
Bandera de Tailandia Tailandia 73%
TanzaniaBandera de Tanzania Tanzania 38.4%
Bandera de Tayikistán Tayikistán 29.3%
Timor OrientalBandera de Timor Oriental Timor Oriental 26.1%
Bandera de Togo Togo 23.9%
Bandera de Tonga Tonga 29.3%
Trinidad y TobagoBandera de Trinidad y Tobago Trinidad y Tobago --
TúnezBandera de Túnez Túnez 50.7%
Bandera de Turkmenistán Turkmenistán 49.7%
TurquíaBandera de Turquía Turquía 69.8%
Bandera de Tuvalu Tuvalu 23.7%
Ucrania Ucrania 65.4%
UgandaBandera de Uganda Uganda 50.2%
Uruguay Uruguay 79.6%
UzbekistánBandera de Uzbekistán Uzbekistán --
VanuatuBandera de Vanuatu Vanuatu 49%
VenezuelaBandera de Venezuela Venezuela 75%
VietnamBandera de Vietnam Vietnam 72.8%
YemenBandera de Yemen Yemen 33.5%
YibutiBandera de Yibuti Yibuti 19%
Bandera de Zambia Zambia 49.6%
ZimbabueBandera de Zimbabue Zimbabue 66.8%

Referencias

[editar]
  1. «Definition of Birth control». MedicineNet (en inglés). Archivado desde el original el 6 de agosto de 2012. Consultado el 9 de agosto de 2012. 
  2. Oxford English Dictionary. Oxford University Press. June 2012. 
  3. World Health Organization (WHO). «Family planning». Health topics. World Health Organization (WHO). 
  4. a b c d e f g h i j Hanson, S. J.; Burke, Anne E. (21 de diciembre de 2010). «Fertility control: contraception, sterilization, and abortion». En Hurt, K. Joseph; Guile, Matthew W.; Bienstock, Jessica L.; Fox, Harold E.; Wallach, Edward E., eds. The Johns Hopkins manual of gynecology and obstetrics (4th edición). Philadelphia: Wolters Kluwer Health/Lippincott Williams & Wilkins. pp. 382-395. ISBN 978-1-60547-433-5. 
  5. a b World Health Organization Department of Reproductive Health and Research (2011). Family planning: A global handbook for providers: Evidence-based guidance developed through worldwide collaboration (Rev. and Updated edición). Geneva, Switzerland: WHO and Center for Communication Programs. ISBN 978-0-9788563-7-3. 
  6. Taliaferro, L. A.; Sieving, R.; Brady, S. S.; Bearinger, L. H. (2011). «We have the evidence to enhance adolescent sexual and reproductive health--do we have the will?». Adolescent medicine: state of the art reviews 22 (3): 521-543, xii. PMID 22423463. 
  7. a b Chin, H. B.; Sipe, T. A.; Elder, R.; Mercer, S. L.; Chattopadhyay, S. K.; Jacob, V.; Wethington, H. R.; Kirby, D. et al. (2012). «The Effectiveness of Group-Based Comprehensive Risk-Reduction and Abstinence Education Interventions to Prevent or Reduce the Risk of Adolescent Pregnancy, Human Immunodeficiency Virus, and Sexually Transmitted Infections». American Journal of Preventive Medicine 42 (3): 272-294. ISSN 0749-3797. PMID 22341164. doi:10.1016/j.amepre.2011.11.006. 
  8. a b c d Gizzo, S; Fanelli, T; Di Gangi, S; Saccardi, C; Patrelli, TS; Zambon, A; Omar, A; D'Antona, D et al. (octubre de 2012). «Nowadays which emergency contraception? Comparison between past and present: latest news in terms of clinical efficacy, side effects and contraindications.». Gynecological Endocrinology 28 (10): 758-63. PMID 22390259. doi:10.3109/09513590.2012.662546. 
  9. Selected practice recommendations for contraceptive use. (2 edición). Geneva: World Health Organization. 2004. p. 13. ISBN 9789241562843. 
  10. DiCenso A, Guyatt G, Willan A, Griffith L (junio de 2002). «Interventions to reduce unintended pregnancies among adolescents: systematic review of randomised controlled trials». BMJ 324 (7351): 1426. PMC 115855. PMID 12065267. doi:10.1136/bmj.324.7351.1426. 
  11. Duffy, K.; Lynch, D. A.; Santinelli, J. (2008). «Government Support for Abstinence-Only-Until-Marriage Education». Clinical Pharmacology & Therapeutics 84 (6): 746-748. PMID 18923389. doi:10.1038/clpt.2008.188. 
  12. a b Black, A. Y.; Fleming, N. A.; Rome, E. S. (2012). «Pregnancy in adolescents». Adolescent medicine: state of the art reviews 23 (1): 123-138, xi. PMID 22764559. 
  13. a b Rowan, S. P.; Someshwar, J.; Murray, P. (2012). «Contraception for primary care providers». Adolescent medicine: state of the art reviews 23 (1): 95-110, x-xi. PMID 22764557. 
  14. a b World Health Organization Department of Reproductive Health and Research (2011). Family planning: A global handbook for providers: Evidence-based guidance developed through worldwide collaboration (Rev. and Updated edición). Geneva, Switzerland: WHO and Center for Communication Programs. pp. 260-300. ISBN 978-0-9788563-7-3. 
  15. «Costs and Benefits of Contraceptive Services: Estimates for 2012» (pdf). United Nations Population Fund. junio de 2012. p. 1. 
  16. a b Carr, B.; Gates, M. F.; Mitchell, A.; Shah, R. (2012). «Giving women the power to plan their families». The Lancet 380 (9837): 80-82. PMID 22784540. doi:10.1016/S0140-6736(12)60905-2. 
  17. a b c d e f Cleland, J; Conde-Agudelo, A; Peterson, H; Ross, J; Tsui, A (14 de julio de 2012). «Contraception and health.». Lancet 380 (9837): 149-56. PMID 22784533. doi:10.1016/S0140-6736(12)60609-6. 
  18. a b Ahmed, S.; Li, Q.; Liu, L.; Tsui, A. O. (2012). «Maternal deaths averted by contraceptive use: An analysis of 172 countries». The Lancet 380 (9837): 111-125. PMID 22784531. doi:10.1016/S0140-6736(12)60478-4. 
  19. a b c d Canning, D.; Schultz, T. P. (2012). «The economic consequences of reproductive health and family planning». The Lancet 380 (9837): 165-171. PMID 22784535. doi:10.1016/S0140-6736(12)60827-7. 
  20. Van Braeckel, D.; Temmerman, M.; Roelens, K.; Degomme, O. (2012). «Slowing population growth for wellbeing and development». The Lancet 380 (9837): 84-85. PMID 22784542. doi:10.1016/S0140-6736(12)60902-7. 
  21. a b c d e f g h i Trussell, James (mayo de 2011). «Contraceptive failure in the United States». Contraception 83 (5): 397-404. PMC 3638209. PMID 21477680. doi:10.1016/j.contraception.2011.01.021. 
    Trussell, James (1 de noviembre de 2011). «Contraceptive efficacy». En Hatcher, Robert A.; Trussell, James; Nelson, Anita L.; Cates, Willard Jr.; Kowal, Deborah; Policar, Michael S. (eds.), eds. Contraceptive technology (20th revised edición). New York: Ardent Media. pp. 779-863. ISBN 978-1-59708-004-0. ISSN 0091-9721. OCLC 781956734. 
  22. Division of Reproductive Health, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion, Centers for Disease Control and Prevention (CDC) (21 de junio de 2013). «U.S. Selected practice recommendations for contraceptive use, 2013: adapted from the World Health Organization Selected practice recommendations for contraceptive use, 2nd edition». MMWR Recommendations and Reports 62 (5): 1-60. PMID 23784109. 
  23. Van der Wijden, C; Kleijnen, J; Van den Berk, T (2003). «Lactational amenorrhea for family planning». Cochrane Database of Systematic Reviews (4): CD001329. PMID 14583931. doi:10.1002/14651858.CD001329. 
  24. a b Blenning, CE; Paladine, H (Dec 15, 2005). «An approach to the postpartum office visit.». American family physician 72 (12): 2491-6. PMID 16370405. 
  25. Brown, Gordon Edlin, Eric Golanty, Kelli McCormack (2000). Essentials for health and wellness (2nd edición). Sudbury, Mass.: Jones and Bartlett. p. 161. ISBN 9780763709099. 
  26. Edmonds, edited by D. Keith (2012). Dewhurst's textbook of obstetrics & gynaecology (8th edición). Chichester, West Sussex: Wiley-Blackwell. p. 508. ISBN 9780470654576. 
  27. a b c d e f g h i Cunningham, F. Gary; Stuart, Gretchen S. (12 de abril de 2012). «Contraception and sterilization». En Hoffman, Barbara; Schorge, John O.; Schaffer, Joseph I.; Halvorson, Lisa M.; Bradshaw, Karen D.; Cunningham, F. Gary, eds. Williams gynecology (2nd edición). New York: McGraw-Hill Medical. pp. 132–169. ISBN 978-0-07-171672-7. 
  28. «Contraception for Adolescents». Pediatrics. 29 de septiembre de 2014. doi:10.1542/peds.2014-2299. 
  29. Mansour, D; Gemzell-Danielsson, K; Inki, P; Jensen, JT (noviembre de 2011). «Fertility after discontinuation of contraception: a comprehensive review of the literature». Contraception 84 (5): 465-77. PMID 22018120. doi:10.1016/j.contraception.2011.04.002. 
  30. a b Organization, World Health (2009). Medical eligibility criteria for contraceptive use (4th edición). Geneva: Reproductive Health and Research, World Health Organization. pp. 1-10. ISBN 9789241563888. 
  31. Department of Reproductive Health and Research, Family and Community (2004). Selected practice recommendations for contraceptive use. (2 edición). Geneva: World Health Organization. p. Chapter 31. ISBN 9241562846. 
  32. Tepper, NK; Curtis, KM; Steenland, MW; Marchbanks, PA (mayo de 2013). «Physical examination prior to initiating hormonal contraception: a systematic review.». Contraception 87 (5): 650-4. PMID 23121820. doi:10.1016/j.contraception.2012.08.010. 
  33. a b c d World Health Organization Department of Reproductive Health and Research (2011). Family planning: A global handbook for providers: Evidence-based guidance developed through worldwide collaboration (Rev. and Updated edición). Geneva, Switzerland: WHO and Center for Communication Programs. pp. 1-10. ISBN 978-0-9788563-7-3. 
  34. Mackenzie, James (6 de diciembre de 2013). «The male pill? Bring it on». The Guardian. Consultado el 20 de mayo de 2014. 
  35. Ammer, Christine (2009). «oral contraceptive». The encyclopedia of women's health (6th edición). New York: Facts On File. pp. 312-315. ISBN 978-0-8160-7407-5. 
  36. Nelson, Anita L.; Cwiak, Carrie (2011). «Combined oral contraceptives (COCs)». En Hatcher, Robert A.; Trussell, James; Nelson, Anita L.; Cates, Willard Jr.; Kowal, Deborah; Policar, Michael S. (eds.), eds. Contraceptive technology (20th revised edición). New York: Ardent Media. pp. 249-341. ISBN 978-1-59708-004-0. ISSN 0091-9721. OCLC 781956734.  pp. 257–258:
  37. a b Barbara L. Hoffman (2011). «5 Second-Tier Contraceptive Methods—Very Effective». Williams gynecology (2nd edición). New York: McGraw-Hill Medical. ISBN 0071716726. 
  38. a b c d Brito, MB; Nobre, F; Vieira, CS (abril de 2011). «Hormonal contraception and cardiovascular system». Arquivos brasileiros de cardiologia 96 (4): e81-9. PMID 21359483. doi:10.1590/S0066-782X2011005000022. 
  39. Stegeman, BH; de Bastos, M; Rosendaal, FR; van Hylckama Vlieg, A; Helmerhorst, FM; Stijnen, T; Dekkers, OM (12 de septiembre de 2013). «Different combined oral contraceptives and the risk of venous thrombosis: systematic review and network meta-analysis». BMJ (Clinical research ed.) 347: f5298. PMC 3771677. PMID 24030561. doi:10.1136/bmj.f5298. 
  40. Kurver, Miranda J.; van der Wijden, Carla L.; Burgers, Jako (4 de octubre de 2012). «Samenvatting van de NHG-standaard ‘Anticonceptie’ [Summary of the Dutch College of General Practitioners' practice guideline 'Contraception']». Nederlands Tijdschrift voor Geneeskunde (en neerlandés) 156 (41): A5083. PMID 23062257. Archivado desde el original el 5 de abril de 2020. Consultado el 11 de marzo de 2022. 
  41. Burrows, LJ; Basha, M; Goldstein, AT (septiembre de 2012). «The effects of hormonal contraceptives on female sexuality: a review.». The journal of sexual medicine 9 (9): 2213-23. PMID 22788250. doi:10.1111/j.1743-6109.2012.02848.x. 
  42. a b Shulman, LP (octubre de 2011). «The state of hormonal contraception today: benefits and risks of hormonal contraceptives: combined estrogen and progestin contraceptives.». American journal of obstetrics and gynecology 205 (4 Suppl): S9-13. PMID 21961825. doi:10.1016/j.ajog.2011.06.057. 
  43. Havrilesky, LJ; Moorman, PG; Lowery, WJ; Gierisch, JM; Coeytaux, RR; Urrutia, RP; Dinan, M; McBroom, AJ; Hasselblad, V; Sanders, GD; Myers, ER (julio de 2013). «Oral Contraceptive Pills as Primary Prevention for Ovarian Cancer: A Systematic Review and Meta-analysis». Obstetrics and gynecology 122 (1): 139-147. PMID 23743450. doi:10.1097/AOG.0b013e318291c235. 
  44. Mantha, S.; Karp, R.; Raghavan, V.; Terrin, N.; Bauer, K. A.; Zwicker, J. I. (7 de agosto de 2012). «Assessing the risk of venous thromboembolic events in women taking progestin-only contraception: a meta-analysis». BMJ 345 (aug07 2): e4944-e4944. PMC 3413580. PMID 22872710. doi:10.1136/bmj.e4944. 
  45. Burke, AE (octubre de 2011). «The state of hormonal contraception today: benefits and risks of hormonal contraceptives: progestin-only contraceptives.». American journal of obstetrics and gynecology 205 (4 Suppl): S14-7. PMID 21961819. doi:10.1016/j.ajog.2011.04.033. 
  46. Rott, H (agosto de 2012). «Thrombotic risks of oral contraceptives.». Current Opinion in Obstetrics and Gynecology 24 (4): 235-40. PMID 22729096. doi:10.1097/GCO.0b013e328355871d. 
  47. a b Neinstein, Lawrence (2008). Adolescent health care : a practical guide (5th edición). Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins. p. 624. ISBN 9780781792561. 
  48. Chaudhuri (2007). Practice Of Fertility Control: A Comprehensive Manual (7th edición). Elsevier India. p. 88. ISBN 9788131211502. 
  49. a b Hamilton, Richard (2012). Pharmacology for nursing care (8th edición). St. Louis, Mo.: Elsevier/Saunders. p. 799. ISBN 9781437735826. 
  50. Facts for life (4th edición). New York: United Nations Children's Fund. 2010. p. 141. ISBN 9789280644661. 
  51. Pray, Walter Steven (2005). Nonprescription product therapeutics (2nd edición). Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins. p. 414. ISBN 9780781734981. 
  52. «Condom Use by Adolescents». PEDIATRICS 132 (5): 973-981. 28 de octubre de 2013. doi:10.1542/peds.2013-2821. 
  53. Eberhard, Nieschlag, (2010). Andrology Male Reproductive Health and Dysfunction (3rd edición). [S.l.]: Springer-Verlag Berlin Heidelberg. p. 563. ISBN 9783540783558. 
  54. Barbieri, Jerome F. (2009). Yen and Jaffe's reproductive endocrinology : physiology, pathophysiology, and clinical management (6th edición). Philadelphia, PA: Saunders/Elsevier. p. 873. ISBN 9781416049074. 
  55. Kuyoh, MA; Toroitich-Ruto, C; Grimes, DA; Schulz, KF; Gallo, MF (enero de 2003). «Sponge versus diaphragm for contraception: a Cochrane review.». Contraception 67 (1): 15-8. PMID 12521652. doi:10.1016/s0010-7824(02)00434-1. 
  56. Organization, World Health (2009). Medical eligibility criteria for contraceptive use (4th edición). Geneva: Reproductive Health and Research, World Health Organization. p. 88. ISBN 9789241563888. 
  57. Winner, B; Peipert, JF; Zhao, Q; Buckel, C; Madden, T; Allsworth, JE; Secura, GM. (2012). «Effectiveness of Long-Acting Reversible Contraception». New England Journal of Medicine 366 (21): 1998-2007. PMID 22621627. doi:10.1056/NEJMoa1110855. 
  58. Hurt, K. Joseph; Department of Gynecology and Obstetrics, The Johns Hopkins University School of Medicine, Baltimore, Maryland, eds. (28 de marzo de 2012). The Johns Hopkins manual of gynecology and obstetrics (4th edición). Philadelphia: Wolters Kluwer Health/Lippincott Williams & Wilkins. p. 232. ISBN 978-1-60547-433-5. 
  59. a b Committee on Adolescent Health Care Long-Acting Reversible Contraception Working Group, The American College of Obstetricians and, Gynecologists (octubre de 2012). «Committee opinion no. 539: adolescents and long-acting reversible contraception: implants and intrauterine devices.». Obstetrics and gynecology 120 (4): 983-8. PMID 22996129. doi:10.1097/AOG.0b013e3182723b7d. 
  60. a b Darney, Leon Speroff, Philip D. (2010). A clinical guide for contraception (5th edición). Philadelphia, Pa.: Lippincott Williams & Wilkins. pp. 242-243. ISBN 9781608316106. 
  61. Black, K; Lotke, P; Buhling, KJ; Zite, NB; Intrauterine contraception for Nulliparous women: Translating Research into Action (INTRA), group (octubre de 2012). A review of barriers and myths preventing the more widespread use of intrauterine contraception in nulliparous women. 17 (5). pp. 340-50. PMID 22834648. doi:10.3109/13625187.2012.700744.  Texto «journalJournal of Contraception & Reproductive Health Care» ignorado (ayuda)
  62. a b c Gabbe, Steven (2012). Obstetrics: Normal and Problem Pregnancies. Elsevier Health Sciences. p. 527. ISBN 9781455733958. 
  63. Steenland, MW; Tepper, NK; Curtis, KM; Kapp, N (noviembre de 2011). «Intrauterine contraceptive insertion postabortion: a systematic review.». Contraception 84 (5): 447-64. PMID 22018119. doi:10.1016/j.contraception.2011.03.007. 
  64. Hurd, [edited by] Tommaso Falcone, William W. (2007). Clinical reproductive medicine and surgery. Philadelphia: Mosby. p. 409. ISBN 9780323033091. 
  65. Grimes, D.A., MD (2007). «"Intrauterine Devices (IUDs)" In:Hatcher, RA; Nelson, TJ; Guest, F; Kowal, D». Contraceptive Technology 19th ed. (New York: Ardent Media). 
  66. a b c Marnach, ML; Long, ME; Casey, PM (marzo de 2013). «Current issues in contraception.». Mayo Clinic proceedings. Mayo Clinic 88 (3): 295-9. PMID 23489454. doi:10.1016/j.mayocp.2013.01.007. 
  67. «Popularity Disparity: Attitudes About the IUD in Europe and the United States». Published by Policy Review Published Fall 2007. Consultado el 27 de abril de 2010. 
  68. Adams CE, Wald M (agosto de 2009). «Risks and complications of vasectomy». Urol. Clin. North Am. 36 (3): 331-6. PMID 19643235. doi:10.1016/j.ucl.2009.05.009. 
  69. Hillard, Paula Adams (2008). The 5-minute obstetrics and gynecology consult. Hagerstwon, MD: Lippincott Williams & Wilkins. p. 265. ISBN 0-7817-6942-6. 
  70. Hillard, Paula Adams (2008). The 5-minute obstetrics and gynecology consult. Hagerstwon, MD: Lippincott Williams & Wilkins. p. 549. ISBN 0-7817-6942-6. 
  71. Hatcher, Robert (2008). Contraceptive technology (19th edición). New York, N.Y.: Ardent Media. p. 390. ISBN 9781597080019. 
  72. Moore, David S. (2010). The basic practice of statistics (5th edición). New York: Freeman. p. 25. ISBN 9781429224260. 
  73. a b c Deffieux, X; Morin Surroca, M; Faivre, E; Pages, F; Fernandez, H; Gervaise, A (mayo de 2011). «Tubal anastomosis after tubal sterilization: a review.». Archives of gynecology and obstetrics 283 (5): 1149-58. PMID 21331539. doi:10.1007/s00404-011-1858-1. 
  74. a b Shridharani, A; Sandlow, JI (noviembre de 2010). «Vasectomy reversal versus IVF with sperm retrieval: which is better?». Current Opinion in Urology 20 (6): 503-9. PMID 20852426. doi:10.1097/MOU.0b013e32833f1b35. 
  75. Nagler, HM; Jung, H (agosto de 2009). «Factors predicting successful microsurgical vasectomy reversal.». The Urologic clinics of North America 36 (3): 383-90. PMID 19643240. doi:10.1016/j.ucl.2009.05.010. 
  76. a b c d Grimes, DA; Gallo, MF; Grigorieva, V; Nanda, K; Schulz, KF (18 de octubre de 2004). «Fertility awareness-based methods for contraception.». Cochrane Database of Systematic Reviews (4): CD004860. PMID 15495128. doi:10.1002/14651858.CD004860.pub2. 
  77. Lawrence, Ruth (2010). Breastfeeding : a guide for the medical professional. (7th edición). Philadelphia, Pa.: Saunders. p. 673. ISBN 9781437707885. 
  78. a b Freundl, G; Sivin, I; Batár, I (abril de 2010). «State-of-the-art of non-hormonal methods of contraception: IV. Natural family planning.». The European journal of contraception & reproductive health care : the official journal of the European Society of Contraception 15 (2): 113-23. PMID 20141492. doi:10.3109/13625180903545302. 
  79. Jennings, Victoria H.; Burke, Anne E. (1 de noviembre de 2011). «Fertility awareness-based methods». En Hatcher, Robert A.; Trussell, James; Nelson, Anita L.; Cates, Willard Jr.; Kowal, Deborah; Policar, Michael S. (eds.), eds. Contraceptive technology (20th revised edición). New York: Ardent Media. pp. 417-434. ISBN 978-1-59708-004-0. ISSN 0091-9721. OCLC 781956734. 
  80. Frank-Herrmann, Petra; Heil, Jörg; Gnoth, Christian; Toledo, Estefania; Baur, Siegfried; Pyper, Cecilia; Jenetzky, Ekkehart; Strowitzki, Thomas et al. (mayo de 2007). «The effectiveness of a fertility awareness based method to avoid pregnancy in relation to a couple's sexual behaviour during the fertile time: a prospective longitudinal study». Human Reproduction 22 (5): 1310-1319. PMID 17314078. doi:10.1093/humrep/dem003. 
  81. a b Organization, World Health (2009). Medical eligibility criteria for contraceptive use (4th edición). Geneva: Reproductive Health and Research, World Health Organization. pp. 91-100. ISBN 9789241563888. 
  82. a b Jones, RK; Fennell, J; Higgins, JA; Blanchard, K (junio de 2009). «Better than nothing or savvy risk-reduction practice? The importance of withdrawal.». Contraception 79 (6): 407-10. PMID 19442773. doi:10.1016/j.contraception.2008.12.008. 
  83. Killick, SR; Leary, C; Trussell, J; Guthrie, KA (marzo de 2011). «Sperm content of pre-ejaculatory fluid.». Human fertility (Cambridge, England) 14 (1): 48-52. PMC 3564677. PMID 21155689. doi:10.3109/14647273.2010.520798. 
  84. «Abstinence». Planned Parenthood. 2009. Consultado el 9 de septiembre de 2009. 
  85. Murthy, Amitasrigowri S; Harwood, Bryna (2007). Contraception Update (2nd edición). New York: Springer. pp. Abstract. ISBN 978-0-387-32327-5. doi:10.1007/978-0-387-32328-2_12. 
  86. Fortenberry, J. Dennis (2005). «The limits of abstinence-only in preventing sexually transmitted infections». Journal of Adolescent Health 36 (4): 269-70. PMID 15780781. doi:10.1016/j.jadohealth.2005.02.001. , which cites:
    Brückner, Hannah; Bearman, Peter (2005). «After the promise: The STD consequences of adolescent virginity pledges». Journal of Adolescent Health 36 (4): 271-8. PMID 15780782. doi:10.1016/j.jadohealth.2005.01.005. 
  87. Kim Best (2005). «Nonconsensual Sex Undermines Sexual Health». Network 23 (4). 
  88. a b Ott, MA; Santelli, JS (octubre de 2007). «Abstinence and abstinence-only education». Current Opinion in Obstetrics and Gynecology 19 (5): 446-52. PMID 17885460. doi:10.1097/GCO.0b013e3282efdc0b. 
  89. Duffy, K; Lynch, DA; Santelli, J (diciembre de 2008). «Government support for abstinence-only-until-marriage education.». Clinical pharmacology and therapeutics 84 (6): 746-8. PMID 18923389. doi:10.1038/clpt.2008.188. 
  90. Kowal D (2007). «Abstinence and the Range of Sexual Expression». En Hatcher, Robert A., ed. Contraceptive Technology (19th rev. edición). New York: Ardent Media. pp. 81–86. ISBN 0-9664902-0-7. 
  91. Feldmann, J.; Middleman, A. B. (2002). «Adolescent sexuality and sexual behavior». Current Opinion in Obstetrics and Gynecology 14 (5): 489-493. PMID 12401976. doi:10.1097/00001703-200210000-00008. 
  92. Thomas, R. Murray (2009). Sex and the American teenager seeing through the myths and confronting the issues. Lanham, Md.: Rowman & Littlefield Education. p. 81. ISBN 9781607090182. 
  93. Edlin, Gordon (2012). Health & Wellness.. Jones & Bartlett Learning. p. 213. ISBN 9781449636470. 
  94. Blackburn, Susan Tucker (2007). Maternal, fetal, & neonatal physiology : a clinical perspective (3rd edición). St. Louis, Mo.: Saunders Elsevier. p. 157. ISBN 9781416029441. 
  95. «WHO 10 facts on breastfeeding». World Health Organization. abril de 2005. 
  96. Van der Wijden, Carla; Brown, Julie; Kleijnen, Jos (8 de octubre de 2008). «Lactational amenorrhea for family planning». Cochrane Database of Systematic Reviews (4): CD001329. PMID 14583931. doi:10.1002/14651858.CD001329. 
  97. a b c Fritz, Marc (2012). Clinical Gynecologic Endocrinology and Infertility. pp. 1007-1008. ISBN 9781451148473. 
  98. Swisher, Judith Lauwers, Anna. Counseling the nursing mother a lactation consultant's guide (5th edición). Sudbury, MA: Jones & Bartlett Learning. pp. 465-466. ISBN 9781449619480. 
  99. Office of Population Research; Association of Reproductive Health Professionals (31 de julio de 2013). «What is the difference between emergency contraception, the 'morning after pill', and the 'day after pill'?». Princeton: Princeton University. Archivado desde el original el 23 de septiembre de 2013. Consultado el 7 de septiembre de 2013. 
  100. Leung, Vivian W. Y.; Levine, Marc; Soon, Judith A. (febrero de 2010). «Mechanisms of Action of Hormonal Emergency Contraceptives». Pharmacotherapy 30 (2): 158-168. doi:10.1592/phco.30.2.158. «The evidence strongly supports disruption of ovulation as a mechanism of action. The data suggest that emergency contraceptives are unlikely to act by interfering with implantation». 
  101. a b c d Cheng, L; Che, Y.; Gülmezoglu, A. M. (Aug 15, 2012). «Interventions for emergency contraception.». Cochrane Database of Systematic Reviews 8: CD001324. PMID 22895920. doi:10.1002/14651858.CD001324.pub4. 
  102. Kripke, C. (septiembre de 2007). «Advance provision for emergency oral contraception». Am Fam Physician 76 (5): 654. PMID 17894132. 
  103. Shrader, S. P., Hall, L. N., Ragucci, K. R., Rafie, S. (septiembre de 2011). «Updates in hormonal emergency contraception». Pharmacotherapy 31 (9): 887-95. PMID 21923590. doi:10.1592/phco.31.9.887. 
  104. Richardson, A. R.; Maltz, F. N. (enero de 2012). «Ulipristal acetate: review of the efficacy and safety of a newly approved agent for emergency contraception.». Clinical therapeutics 34 (1): 24-36. PMID 22154199. doi:10.1016/j.clinthera.2011.11.012. 
  105. «Update on Emergency Contraception». Association of Reproductive Health Professionals. marzo de 2011. Archivado desde el original el 11 de mayo de 2013. Consultado el 20 de mayo de 2013. 
  106. Cleland, K., Zhu, H., Goldstruck, N., Cheng, L., Trussel, T. (2012). «The efficacy of intrauterine devices for emergency contraception: a systematic review of 35 years of experience». Human Reproduction 27 (7): 1994-2000. PMID 22570193. doi:10.1093/humrep/des140. 
  107. Glasier, A.; Cameron, S. T.; Blithe, D.; Scherrer, B.; Mathe, H.; Levy, D.; Gainer, E.; Ulmann, A. (Oct 2011). «Can we identify women at risk of pregnancy despite using emergency contraception? Data from randomized trials of ulipristal acetate and levonorgestrel.». Contraception 84 (4): 363-7. PMID 21920190. doi:10.1016/j.contraception.2011.02.009. 
  108. «Dual protection against unwanted pregnancy and HIV / STDs». Sex Health Exch (3): 8. 1998. PMID 12294688. 
  109. a b Cates, W., Steiner, M. J. (2002). «Dual Protection Against Unintended Pregnancy and Sexually Transmitted Infections: What Is the Best Contraceptive Approach?». Sexually Transmitted Diseases 29 (3): 168-174. PMID 11875378. doi:10.1097/00007435-200203000-00007. 
  110. «Statement on Dual Protection against Unwanted Pregnancy and Sexually Transmitted Infections, including HIV» (PDF). International Planned Parenthood Federation. mayo de 2000. Archivado desde el original el 25 de febrero de 2012. 
  111. Gupta, Ramesh C. (25 de febrero de 2011). Reproductive and Developmental Toxicology. Academic Press. p. 105. ISBN 978-0-12-382032-7. 
  112. Country Comparison: Maternal Mortality Rate Archivado el 8 de noviembre de 2012 en Wayback Machine. in The CIA World Factbook
  113. a b Sholapurkar, SL (febrero de 2010). «Is there an ideal interpregnancy interval after a live birth, miscarriage or other adverse pregnancy outcomes?». Journal of Obstetrics and Gynaecology: the journal of the Institute of Obstetrics and Gynaecology 30 (2): 107-10. PMID 20143964. doi:10.3109/01443610903470288. 
  114. Lavin, C; Cox, JE (agosto de 2012). «Teen pregnancy prevention: current perspectives.». Current Opinion in Pediatrics 24 (4): 462-9. PMID 22790099. doi:10.1097/MOP.0b013e3283555bee. 
  115. a b c Tsui AO, McDonald-Mosley R, Burke AE (abril de 2010). «Family planning and the burden of unintended pregnancies». Epidemiol Rev 32 (1): 152-74. PMC 3115338. PMID 20570955. doi:10.1093/epirev/mxq012. 
  116. a b Rosenthal, Elisabeth (30 de junio de 2013). «American Way of Birth, Costliest in the World». New York Times. 
  117. «Expenditures on Children by Families, 2011». United States Department of Agriculture, Center for Nutrition Policy and Promotion. Archivado desde el original el 8 de marzo de 2008. Consultado el 17 de mayo de 2015. 
  118. a b c d e f Darroch, JE (marzo de 2013). «Trends in contraceptive use.». Contraception 87 (3): 259-63. PMID 23040137. doi:10.1016/j.contraception.2012.08.029. 
  119. Darney, Leon Speroff, Philip D. (2010). A clinical guide for contraception (5th edición). Philadelphia, Pa.: Lippincott Williams & Wilkins. p. 315. ISBN 1-60831-610-6. 
  120. a b c d Naz, RK; Rowan, S (junio de 2009). «Update on male contraception.». Current Opinion in Obstetrics and Gynecology 21 (3): 265-9. PMID 19469045. doi:10.1097/gco.0b013e328329247d. 
  121. Cleland, JG; Ndugwa, R. P.; Zulu, E. M. (1 de febrero de 2011). «Family planning in sub-Saharan Africa: progress or stagnation?». Bulletin of the World Health Organization 89 (2): 137-43. PMC 3040375. PMID 21346925. doi:10.2471/BLT.10.077925. 
  122. a b Darroch, JE; Singh, S (18 de mayo de 2013). «Trends in contraceptive need and use in developing countries in 2003, 2008, and 2012: an analysis of national surveys.». Lancet 381 (9879): 1756-1762. PMID 23683642. doi:10.1016/S0140-6736(13)60597-8. 
  123. a b Rasch, V (julio de 2011). «Unsafe abortion and postabortion care -an overview.». Acta obstetricia et gynecologica Scandinavica 90 (7): 692-700. PMID 21542813. doi:10.1111/j.1600-0412.2011.01165.x. 
  124. a b c Cuomo, Amy (2010). «Birth control». En O'Reilly, Andrea, ed. Encyclopedia of motherhood. Thousand Oaks, Calif.: Sage Publications. pp. 121-126. ISBN 9781412968461. 
  125. Lipsey, Richard G.; Carlaw, Kenneth; Bekar, Clifford (2005). «Historical Record on the Control of Family Size». Economic Transformations: General Purpose Technologies and Long-Term Economic Growth. Oxford University Press. pp. 335-40. ISBN 978-0-19-928564-8. 
  126. unspecified (2001). «Herbal contraceptives and abortifacients». En Bullough, Vern L., ed. Encyclopedia of birth control. Santa Barbara, Calif.: ABC-CLIO. pp. 125-128. ISBN 9781576071816. 
  127. McTavish, Lianne (2007). «Contraception and birth control». En Robin, Diana, ed. Encyclopedia of women in the Renaissance : Italy, France, and England. Santa Barbara, Calif.: ABC-CLIO. pp. 91-92. ISBN 9781851097722. 
  128. a b c «A History of Birth Control Methods». Planned Parenthood Report. enero de 2012. Archivado desde el original el 6 de noviembre de 2015. Consultado el 19 de noviembre de 2016. 
  129. Hartmann, B (1997). «Population control I: Birth of an ideology.». International journal of health services: planning, administration, evaluation 27 (3): 523-40. PMID 9285280. doi:10.2190/bl3n-xajx-0yqb-vqbx. 
  130. Simms, Madeleine (27 de enero de 1977). «Review: A History of the Malthusian League 1877-1927». New Scientist. 
  131. d'Arcy, F (Nov 1977). «The Malthusian League and the resistance to birth control propaganda in late Victorian Britain.». Population studies 31 (3): 429-48. PMID 11630505. doi:10.2307/2173367. 
  132. Wilkinson Meyer, Jimmy Elaine (2004). Any friend of the movement: networking for birth control, 1920–1940. Ohio State University Press. p. 184. ISBN 978-0-8142-0954-7. 
  133. Galvin, Rachel (1998). «Margaret Sanger's "Deeds of Terrible Virtue"». National Endowment for the Humanities. Archivado desde el original el 1 de octubre de 2013. Consultado el 17 de mayo de 2015. 
  134. Karen Pastorello (2013). The Progressives: Activism and Reform in American Society, 1893 - 1917. John Wiley & Sons. p. 65. ISBN 9781118651124. 
  135. Baker, Jean H. (2012). Margaret Sanger : a life of passion (First pbk. edition. edición). pp. 115-117. ISBN 9781429968973. 
  136. McCann, Carole Ruth (2010). «Women as Leaders in the Contraceptive Movement». En Karen O'Connor, ed. Gender and Women's Leadership: A Reference Handbook. SAGE. p. 751. OCLC 568741234. 
  137. Hall, Ruth (1977). Passionate Crusader. Harcourt, Brace, Jovanovich. p. 186. 
  138. Marie Carmichael Stopes (1925). The First Five Thousand. London: John Bale, Sons & Danielsson. p. 9. OCLC 12690936. 
  139. a b «Family Planning Timeline». Congressional Digest. 2015. 
  140. Herbert, Michael (5 de septiembre de 2012). «Salford's birth control pioneers». The Guardian. Consultado el 28 de mayo de 2015. 
  141. Hall, Lesley (2011). The life and times of Stella Browne : feminist and free spirit. London: I. B. Tauris. p. 173. ISBN 9781848855830. 
  142. Alesha Doan (2007). Opposition and Intimidation: The Abortion Wars and Strategies of Political Harassment. University of Michigan Press. p. 53-54. ISBN 9780472069750. 
  143. «History of Birth Control in the United States». Congressional Digest. 2012. 
  144. «Birth control benefits and reproductive health care options in the Health Insurance Marketplace». HealthCare.gov. Consultado el 17 de febrero de 2016. 
  145. Fritz, Marc A.; Speroff, Leon (2011). «Intrauterine contraception». Clinical gynecologic endocrinology and infertility (8th edición). Philadelphia: Wolters Kluwer Health/Lippincott Williams & Wilkins. pp. 1095-1098. ISBN 978-0-7817-7968-5. 
  146. «American Experience | The Pill | Timeline». www.pbs.org. Consultado el 20 de octubre de 2016. 
  147. Poston, Dudley (2010). Population and Society: An Introduction to Demography. Cambridge University Press. p. 98. ISBN 9781139489386. 
  148. Kulier, Regina; Kapp, Nathalie; Gülmezoglu, A. Metin; Hofmeyr, G. Justus; Cheng, Linan; Campana, Aldo (9 de noviembre de 2011). «Medical methods for first trimester abortion». Cochrane Database of Systematic Reviews (11): CD002855. PMID 22071804. doi:10.1002/14651858.CD002855.pub4. 
  149. Cottingham J., Germain A., Hunt P. (2012). «Use of human rights to meet the unmet need for family planning». The Lancet 380 (9837): 172-180. PMID 22784536. doi:10.1016/S0140-6736(12)60732-6. 
  150. Alesha Doan (2007). Opposition and Intimidation: The Abortion Wars and Strategies of Political Harassment. University of Michigan Press. p. 62-63. ISBN 9780472069750. 
  151. Susheela Singh; Jacqueline E. Darroch (junio de 2012). «Adding It Up: Costs and Benefits of Contraceptive Services Estimates for 2012» (PDF). Guttmacher Institute and United Nations Population Fund (UNFPA), 201. 
  152. ACOG (9 de septiembre de 2014). «ACOG Statement on OTC Access to Contraception». Archivado desde el original el 10 de septiembre de 2014. Consultado el 11 de septiembre de 2014. 
  153. Srikanthan, A.; Reid, R. L. (febrero de 2008). «Religious and cultural influences on contraception». Journal of obstetrics and gynaecology Canada – Journal d'obstetrique et gynecologie du Canada (JOGC) 30 (2): 129-37. PMID 18254994. Archivado desde el original el 15 de septiembre de 2012. 
  154. Pope Paul VI (25 de julio de 1968). «Humanae Vitae: Encyclical of Pope Paul VI on the Regulation of Birth». Vatican. Consultado el 1 de octubre de 2006. 
  155. Rosemary Radford Ruether (2006). «Women in North American Catholicism». En Rosemary Skinner Keller, ed. Encyclopedia of women and religion in North America. Bloomington, Ind. [u.a.]: Indiana Univ. Press. p. 132. ISBN 978-0-253-34686-5. 
  156. Bob Digby (2001). Bob Digby, ed. Heinemann 16-19 Geography: Global Challenges Student Book 2nd Edition. Heinemann. p. 158. ISBN 978-0-435-35249-3. 
  157. Rengel, Marian (2000). Encyclopedia of birth control. Phoenix, Ariz: Oryx Press. p. 202. ISBN 978-1-57356-255-3. 
  158. Bennett, Jana Marguerite (2008). Water is thicker than blood : an Augustinian theology of marriage and singleness. Oxford: Oxford University Press. p. 178. ISBN 978-0-19-531543-1. 
  159. Feldman, David M. (1998). Birth Control in Jewish Law. Lanham, MD: Jason Aronson. ISBN 0-7657-6058-4. 
  160. «Hindu Beliefs and Practices Affecting Health Care». University of Virginia Health System. Archivado desde el original el 15 de mayo de 2007. Consultado el 6 de octubre de 2006. 
  161. «More Questions & Answers on Buddhism: Birth Control and Abortion». Alan Khoo. Archivado desde el original el 30 de mayo de 2008. Consultado el 14 de junio de 2008. 
  162. Khalid Farooq Akbar. «Family Planning and Islam: A Review». Hamdard Islamicus XVII (3). 
  163. a b «World Contraception Day». Archivado desde el original el 18 de agosto de 2014. 
  164. Hutcherson, Hilda (2002). What your mother never told you about s.e.x (1st Perigee edición). New York: Perigee Book. p. 201. ISBN 9780399528538. 
  165. Rengel, Marian (2000). Encyclopedia of birth control. Phoenix, Ariz: Oryx Press. p. 65. ISBN 9781573562553. 
  166. Cottrell, BH (marzo-abril de 2010). «An updated review of evidence to discourage douching.». MCN. The American journal of maternal child nursing 35 (2): 102-7; quiz 108-9. PMID 20215951. doi:10.1097/NMC.0b013e3181cae9da. 
  167. Alexander, William (2013). New Dimensions In Women's Health - Book Alone (6th edición). Jones & Bartlett Publishers. p. 105. ISBN 9781449683757. 
  168. Sharkey, Harriet (2013). Need to Know Fertility and Conception and Pregnancy. HarperCollins. p. 17. ISBN 9780007516865. 
  169. Strange, Mary (2011). Encyclopedia of women in today's world. Thousand Oaks, Calif.: Sage Reference. p. 928. ISBN 9781412976855. 
  170. a b c Jensen, JT (octubre de 2011). «The future of contraception: innovations in contraceptive agents: tomorrow's hormonal contraceptive agents and their clinical implications.». American journal of obstetrics and gynecology 205 (4 Suppl): S21-5. PMID 21961821. doi:10.1016/j.ajog.2011.06.055. 
  171. Halpern, V; Raymond, EG; Lopez, LM (26 de septiembre de 2014). «Repeated use of pre- and postcoital hormonal contraception for prevention of pregnancy.». The Cochrane database of systematic reviews 9: CD007595. PMID 25259677. doi:10.1002/14651858.CD007595.pub3. 
  172. a b Castaño, P. M.; Adekunle, L. (marzo de 2010). «Transcervical sterilization.». Seminars in reproductive medicine 28 (2): 103-9. PMID 20352559. doi:10.1055/s-0030-1248134. 
  173. a b Glasier, A (noviembre de 2010). «Acceptability of contraception for men: a review.». Contraception 82 (5): 453-6. PMID 20933119. doi:10.1016/j.contraception.2010.03.016. 
  174. Kogan, P; Wald, M (Feb 2014). «Male contraception: history and development.». The Urologic clinics of North America 41 (1): 145-61. PMID 24286773. doi:10.1016/j.ucl.2013.08.012. 
  175. Naz, RK (julio de 2011). «Antisperm contraceptive vaccines: where we are and where we are going?». American journal of reproductive immunology (New York, N.Y. : 1989) 66 (1): 5-12. PMID 21481057. doi:10.1111/j.1600-0897.2011.01000.x. 
  176. «Píldora experimental muestra buenos resultados como primer anticonceptivo masculino». La Nación, Grupo Nación. Consultado el 24 de marzo de 2018. 
  177. Ojeda, edited by William J. Kovacs, Sergio R. (2011). Textbook of endocrine physiology (6th edición). Oxford: Oxford University Press. p. 262. ISBN 9780199744121. 
  178. Millar, Lila (2011). Infectious Disease Management in Animal Shelters. John Wiley & Sons. ISBN 9781119949459. 
  179. Ackerman, [edited by] Lowell (2007). Blackwell's five-minute veterinary practice management consult (1st edición). Ames, Iowa: Blackwell Pub. p. 80. ISBN 9780781759847. 
  180. Boyle, Rebecca (3 de marzo de 2009). «Birth control for animals: a scientific approach to limiting the wildlife population explosion». Popular Science. New York: PopSci.com. 
  181. Kirkpatrick, JF; Lyda, R. O.; Frank, K. M. (julio de 2011). «Contraceptive vaccines for wildlife: a review.». American journal of reproductive immunology (New York, N.Y. : 1989) 66 (1): 40-50. PMID 21501279. doi:10.1111/j.1600-0897.2011.01003.x. 
  182. Levy, JK (julio de 2011). «Contraceptive vaccines for the humane control of community cat populations.». American journal of reproductive immunology (New York, N.Y. : 1989) 66 (1): 63-70. PMID 21501281. doi:10.1111/j.1600-0897.2011.01005.x. 
  183. «Goat 'condoms' save Kenyan herds». BBC News. 6 de octubre de 2008. Consultado el 6 de octubre de 2008. 
  184. «Contraceptive prevalence rate». 

Lectura adicional

[editar]
  • Speroff, Leon; Darney, Philip D. (22 de noviembre de 2010). A clinical guide for contraception (5th ed.). Philadelphia, Pa.: Lippincott Williams & Wilkins. ISBN 978-1-60831-610-6.
  • Stubblefield, Phillip G.; Roncari, Danielle M. (12 de diciembre de 2011). "Family Planning", pp. 211-269. En Berek, Jonathan S. (coordinador) Berek & Novak's Gynecology, 15th ed. Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins, ISBN 978-1-4511-1433-1.
  • Jensen, Jeffrey T.; Mishell, Daniel R. Jr. (19 de marzo de 2012). "Family Planning: Contraception, Sterilization, and Pregnancy Termination", pp. 215-272. En Lentz, Gretchen M.; Lobo, Rogerio A.; Gershenson, David M.; Katz, Vern L. (eds.) Comprehensive Gynecology, 6th ed. Philadelphia: Mosby Elsevier, ISBN 978-0-323-06986-1.
  • Gavin, L; Moskosky, S; Carter, M; Curtis, K; Glass, E (Apr 25, 2014). «Providing Quality Family Planning Services: Recommendations of CDC and the U.S. Office of Population Affairs». Godfrey, E; Marcell, A; Mautone-Smith, N; Pazol, K; Tepper, N; Zapata, L; Division of Reproductive Health, National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion,, CDC. MMWR. Recommendations and reports : Morbidity and mortality weekly report. Recommendations and reports / Centers for Disease Control 63 (RR-04): 1-54. PMID 24759690. 

Enlaces externos

[editar]