Usuario:Kordas/Israel

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Origen del nombre[editar]

Durante los últimos tres mil años, Israel ha identificado, en el uso común y en el religioso, tanto la Tierra de Israel (Eretz Israel) como todo el pueblo judío,[1]​ quien ha seguido refiriéndose a la anterior como su patria, Tierra Santa o la Tierra Prometida, pese a que posteriormente los romanos cambiaron la denominación del territorio por la de Siria Palestina tras aplastar la rebelión de Bar Kojba.

El sustantivo procede de un pasaje del Tanaj, la biblia hebrea, donde el patriarca bíblico Jacob provocó la admiración de un ángel tras vencerle en una lucha que duró toda una noche. Éste lo bendijo y le cambió su nombre por el de Yisra'el, «Dios lucha» (Génesis, 32:28-30).[2]​ Las tribus confederadas que se reconocían como descendientes de Jacob se llamaron a sí mismas «Hijos de Israel» o «israelitas». En cuanto a la arqueología, la mención más antigua que se conoce del nombre Israel distinta a un nombre personal es un relato épico grabado en la estela de Merenptah del Antiguo Egipto, que data del año 1210 a. C., donde es empleado como un gentilicio, designando a un pueblo o grupo de gente sin asociación con un lugar geográfico concreto.[3]

Con el establecimiento del nuevo Estado judío a mediados del siglo XX, se barajaron varios nombres para el mismo, como «Eretz Israel», «Sion», «Judea» y «Nueva Judea», que fueron finalmente desestimados.[4]​ El nombre moderno que adoptó el país fue Medinat Yisrael en hebreo y Dawlat Isrā'īl en árabe, los dos idiomas oficiales, con el mismo significado de «Estado de Israel». El gentilicio del país en español es israelí, y su plural israelíes, adoptado por su gobierno pocas semanas después de la independencia.[5]​ El término israelita suele utilizarse en español en referencia a los antiguos habitantes del Reino de Israel, aunque también se emplea como sinónimo de judío o hebreo, e incluso de israelí, sobre todo en Hispanoamérica.

Historia[editar]

Raíces históricas[editar]

La antigua tierra de Canaán, situada al suroeste del llamado Creciente Fértil, fue desde antiguo tierra de tránsito y punto intermedio entre las florecientes civilizaciones del río Tigris y el Éufrates, por un lado, y el valle del Nilo por el otro. La región estuvo dividida en pequeñas ciudades-estado o reinos locales independientes, como Moab, Edom, Judá, Israel, Aram o Fenicia, que hubieron de hacer frente a las sucesivas invasiones tanto de imperios limítrofes (Egipto, Asiria o Babilonia), como de nómadas arábigos o los Pueblos del Mar como los filisteos. En esa tierra vieron la luz dos de los mayores hitos de la civilización occidental: el alfabeto semítico, origen de muchos alfabetos antiguos y modernos, y un monoteísmo del que proceden las religiones abrahámicas, extendiéndose ambos logros por todo Occidente. También vio nacer las primeras ciudades del mundo (como Jericó), hace siete mil años, en plena revolución neolítica, así como uno de los primeros puertos del mundo, la antigua Jaffa.

La Tierra de Israel ha sido sagrada para el pueblo judío desde tiempos bíblicos, albergando los lugares más sagrados del judaísmo. De acuerdo con la Torá, fue prometida por Yahveh a los tres Patriarcas del pueblo judío como su patria;[6][7]​ algunos estudiosos han situado este período en los inicios del segundo milenio a. C.[8]​ En tiempos de Akenatón (c. 1350 a. C.) existían numerosas tribus hebreas situadas en la ribera oriental del río Jordán, tratando de cruzarlo y asentarse en las tierras más fértiles de la ribera occidental. En los últimos tiempos de Ramsés II, con Canaán dividida entre egipcios e hititas, nuevas tribus hebreas llegaron a orillas del Jordán. Varias de ellas se aliaron para invadir Canaán, realizando esta coalición a la manera tribal, identificándose como los descendientes de los hijos de Jacob, Yisra'el, nieto del patriarca Abraham, por lo que se autodenominaron hijos de Israel.

Estas tribus hebreas, que tenían el mismo origen que los amorreos y hablaban un dialecto de la misma lengua semítica que ya se hablaba en Canaán, cruzaron el río Jordán alrededor del año 1240 a. C. y conquistaron Jericó, desde donde se extendieron por las regiones montañosas de la zona, adoptando el alfabeto semítico y muchos otros aspectos de la cultura cananea. Según la versión tradicional, a finales del siglo XI a. C. Saúl estableció el primero de una serie de reinos israelitas en Canaán, los cuales la gobernarían intermitentemente durante los siguientes mil años.[9]​ Hacia el año 1000 a. C. se establecieron dos reinos, Israel y Judá, que llegaron a formar una monarquía unida en oposición militar a los filisteos y otros pueblos limítrofes. Según la historia tradicional basada en las Escrituras, este reino unificado fue gobernado por los reyes David y Salomón antes de su separación definitiva (en el año 924 a. C.); la estela de Tel Dan es aceptada generalmente como la más antigua (y única hasta la fecha) evidencia arqueológica de la existencia de la dinastía de David.[10]

Posteriormente, bajo los sucesivos dominios extranjeros de Asiria, Babilonia, el Imperio aqueménida, Macedonia, y el Imperio seléucida, la presencia de judíos se vio sustancialmente disminuida a consecuencia de las sucesivas expulsiones de que fueron objeto. El pueblo de Israel fue independiente tan sólo tres veces después del exilio babilónico: la primera ocasión fue durante el dominio seléucida, cuando surgió la dinastía asmonea, una oligarquía formada por la familia sacerdotal de los Macabeos. La dinastía asmonea consiguió liberarse del yugo seléucida y gobernó al pueblo judío a lo largo de un siglo, desde el año 164 a. C. hasta el 63 a. C., cuando el país fue sometido a Roma por Pompeyo. La segunda etapa independiente se produjo durante la Primera Guerra Judeo-Romana (66-73), cuando los judíos se sublevaron por primera vez contra Roma (instaurada ya en imperio). Durante esta guerra se produjo la conquista de Jerusalén y la destrucción del Segundo Templo, así como la muerte de más de un millón de judíos y el origen del éxodo de muchos supervivientes.

El último momento de plena independencia del pueblo judío fue el breve período de la rebelión de Bar Kojba. Durante tres años (132-135) las fuerzas judías resistieron al Imperio romano, hasta que finalmente la revuelta fue aplastada por el emperador Adriano. El fracaso de la revuelta ocasionó la expulsión definitiva de los judíos del país y la reconstrucción de Jerusalén como colonia romana con el nombre de Aelia Capitolina. Una vez destruido el estado judío y exiliada la mayor parte de su población, los romanos cambiaron intencionadamente la denominación del país, que pasó a denominarse Siria Palestina o simplemente Palestina, un nombre derivado de los antiguos adversarios de los judíos, los filisteos. Curiosamente la Mishná y el Talmud, dos de los textos más importantes del judaísmo, fueron escritos en el exilio a partir de esta época.[11]

Bibliografia

  • Morçöl, Göktuğ (2006), Handbook of Decision Making, CRC Press, ISBN 1574445480 .

Notas y referencias

  1. Levine, Robert A. «See Israel as a Jewish Nation-State, More or Less Democratic». The International Herald Tribune. ISSN 0294-8052. Consultado el 29 de julio de 2008. 
  2. Biblegateway Biblia Reina Valera de 1995 Genesis, 32:28: "Entonces el hombre dijo: --Ya no te llamarás Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido."
  3. Barton y Bowden, 2004, p. 126. "The Merneptah Stele... is arguably the oldest evidence outside the Bible for the existence of Israel as early as the 13th century BCE."
  4. «Popular Opinion». The Palestine Post. 7 de diciembre de 1947. p. 1. 
  5. «On the Move». TIME Magazine. 31 de mayo de 1948. Consultado el 6 de agosto de 2007. 
  6. «Deuteronomio, 30:5 (Reina-Valera 1995)». Consultado el 14 de noviembre de 2008. «Jehová, tu Dios, te hará volver a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; te hará bien y te multiplicará más que a tus padres.» 
  7. «Nehemías, 1:9 (Reina-Valera 1995)». Consultado el 14 de noviembre de 2008. «pero si os volvéis a mí y guardáis mis mandamientos y los ponéis por obra, aunque vuestra dispersión sea hasta el extremo de los cielos, de allí os recogeré y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí mi nombre.» 
  8. «Walking the Bible Timeline». Walking the Bible. Public Broadcast Television. Consultado el 29 de septiembre de 2007. 
  9. Friedland y Hecht, 2000, p. 8. "Por mil años Jerusalén fue la sede de la soberanía judía, el señorío de sus reyes, la localización de sus consejos legislativos y cortes."
  10. UNED. Dra. Ana Mª Vázquez Hoys. «Estela de Dan». Consultado el 24 de enero de 2009. 
  11. Morçöl, 2006, p. 304