Index librorum prohibitorum

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Portada de la primera edición del Index librorum prohibitorum, impreso en Venecia en 1564.

El Index librorum prohibitorum, en español Índice de libros prohibidos es una lista de aquellas publicaciones que la Iglesia católica catalogó como libros perniciosos para la fe; además establecía, en su primera parte, las normas de la Iglesia con respecto a la censura de los libros. Fue promulgado por primera vez a petición del Concilio de Trento por el papa Pío IV el 24 de marzo de 1564 —impreso en Venecia por Paolo Manuzio—. El Index conoció más de cuarenta ediciones, a cargo de la Congregación del Índice, creada por el papa Pío V en 1571. La última edición fue la de 1948 hasta que el 8 de febrero de 1966 el papa Pablo VI lo suprimió.[1]

Orígenes

En 1515 el papa León X estableció la censura previa para toda la Cristiandad latina, siguiendo lo acordado en el V Concilio de Letrán que dictó la prohibición de imprimir libros sin la autorización del obispo. Esta orden fue aplicada especialmente cuando se produjo la ruptura de la Cristiandad occidental con motivo de la difusión de la Reforma protestante que hallara en la imprenta un formidable aliado. Así en 1523 Carlos V prohíbe la difusión de las obras de Martin Lutero en todos sus dominios, incluida la Monarquía Hispánica y el Imperio Germánico, lo que será ratificado al año siguiente para todo el orbe católico por el papa Clemente VII.[2]

En este contexto de crisis religiosa y política algunas autoridades e instituciones católicas —fieles a la ortodoxia romana y papal frente a los protestantes, partidarios de las ideas de Lutero y de otros reformadores— confeccionan listas o «índices» de libros prohibidos por ser considerados heréticos. El primer «índice» lo ordena el rey de Inglaterra Enrique VIII y es publicado en 1529 —antes de su ruptura con Roma—. Carlos V encarga esta tarea a la Universidad de Lovaina, que hace pública su lista de libros prohibidos en 1546 —en 1542 había publicado su índice la Sorbona de París—.[3]​ En 1551 la Inquisición española adopta como propio el índice de Lovaina, y lo edita, con un apéndice dedicado a los libros escritos en castellano,[3]​ naciendo así el primer Índice de libros prohibidos de la Inquisición española.[4]

En 1559 el papa Paulo IV promulga el Index librorum prohibitorum de la Inquisición romana, pero el que abarcaba todo el ámbito de la Cristiandad católica fue promulgado a petición del Concilio de Trento por el papa Pío IV el 24 de marzo de 1564.[4]

Contenido y ediciones

El Index contenía nombres de autores cuyas obras estaban prohibidas en su totalidad y obras aisladas de otros autores o anónimas y también un detallado repertorio de los capítulos. Para el mantenimiento del Index después de la primera edición se instituyó en 1571 la Sagrada Congregación del Índice. El Índice fue actualizado regularmente hasta su suspensión, en 1966, con materiales que se fueron agregando tanto por la Congregación como por el Papa. Otras congregaciones, como el Santo Oficio, pasaban a la anterior sus propias correcciones, para que las incorporara. Al final la lista debía ser aprobada por el Papa, que podía indultar a algún autor o añadir otro, como ocurrió en el caso de Lamennais.

Ilustración publicada por la Congregación del Índice en el Index (edición de 1711), en la que se representa al Espíritu Santo quemando libros prohibidos mediante la emanación de un haz sobrenatural que se refleja en el cuerpo de dos santos católicos.

La lista incluyó a autores literarios como Rabelais (obra completa) o La Fontaine (Contes et nouvelles), pensadores como Descartes o Montesquieu y científicos o protocientíficos como Conrad Gessner o Copérnico. Este último entró en la lista como consecuencia del proceso de la Inquisición contra Galileo, por un decreto de la Congregación General del Índice de 5 de marzo de 1616, que obligaba expurgar ciertos pasajes, incompatibles con la fe, que mostraban como seguro que la Tierra se mueve en torno a un Sol inmóvil (teoría heliocéntrica).[5]​ Las enmiendas fueron publicadas en 1620, pero la obra de Copérnico (De revolutionibus orbis coelestium) no salió del Index hasta 1758. Johannes Kepler, que defendió en 1618 el heliocentrismo de Copérnico, fue a su vez incluido en el Índice.

La trigésima segunda edición, de 1948, última publicada, contenía aproximadamente 4 000 títulos censurados por varias razones: herejía, deficiencia moral, sexo explícito, inexactitudes políticas, entre otras. La lista incluía junto a una parte de la lista histórica, buena parte de los novelistas del siglo XIX, como Zola o Balzac, cuyas obras estaban prohibidas completas, o Victor Hugo, del que Los miserables no fueron retirados hasta 1959. Entre los pensadores se encuentran Michel de Montaigne (los Ensayos), Descartes (varias obras, incluidas las Meditaciones metafísicas), Pascal (Pensées), Montesquieu (Lettres persannes), Spinoza (Opera posthuma publicada en 1677, que contenía no sólo su Tratado teológico-político, sino también su Ética y su Tratado político, entre otros), David Hume, Kant (Crítica de la razón pura), Beccaria (De los delitos y las penas), Berkeley, Condorcet (Esquisse d'un tableau historique des progrès de l'esprit humain), o Bentham. Algunos autores modernos llegaron a tiempo de ser incluidos en la lista antes de su abolición, por ejemplo, Maurice Maeterlinck, cuyas obras fueron prohibidas íntegras, lo mismo que las de los autores siguientes: Anatole France (incluido en 1922),[6]André Gide (1952)[6]​ o Jean Paul Sartre (1959).[6]​ Otra inclusión significativa es la del sexólogo holandés Theodoor Hendrik van de Velde, autor del manual de sexo El matrimonio perfecto, en el que se animaba a los matrimonios a disfrutar del sexo.

Los autores notables por su ateísmo, como Schopenhauer, Marx o Nietzsche, o por su hostilidad a la Iglesia Católica, no suelen figurar en el Índice, puesto que tales lecturas están prohibidas ipso facto. Se incluye, más bien, a aquellos autores y obras de los que los fieles pueden no ser inmediatamente conscientes de que sus posiciones son gravemente contrarias a la doctrina de la Iglesia, como Erasmo de Rotterdam, Michel de Montaigne, La evolución creadora, de Henri Bergson o, por ejemplo, las actas del Congrès d'histoire du christianisme (Congreso de historia del cristianismo) de 1933.

Algunos de los títulos integraron este índice por tener un contenido político definido: en 1926, la revista Action française, que defendía causas de extrema derecha, fue puesta en la lista.

Los efectos de este índice se sintieron por todos lados, más allá del mundo católico. Durante muchos años, en lugares como Quebec, España, Italia y Polonia (países católicos), fue muy difícil encontrar copias de estos libros, especialmente fuera de las grandes ciudades.

Final del Index

Como lista oficial y la excomunión que implicaba su lectura fue abandonada el 14 de junio de 1966, bajo el papado de Pablo VI, tras el final del Concilio Vaticano II. No obstante, puede ser considerado un pecado venial para los católicos el hecho de leer libros que eran injuriosos contra la fe o la moral católica.

El Vaticano, sin embargo, hizo públicas nuevas regulaciones acerca de libros, escritura y medios de difusión, que incluyó en dos artículos del actual Código de Derecho Canónico:

831
1—Sin causa justa y razonable, no escriban nada los fieles en periódicos, folletos o revistas que de modo manifiesto suelen atacar a la religión católica o las buenas costumbres; los clérigos y los miembros de institutos religiosos sólo pueden hacerlo con licencia del Ordinario del lugar.
2—Compete a la Conferencia Episcopal dar normas acerca de los requisitos necesarios para que clérigos o miembros de institutos religiosos puedan tomar parte en emisiones de radio o de televisión en las que se trate de cuestiones referentes a la doctrina católica o a las costumbres.
832
Los miembros de institutos religiosos necesitan también licencia de su Superior mayor, conforme a la norma de las constituciones, para publicar escritos que se refieran a cuestiones de religión o de costumbres.

Autores u obras prohibidas

Edición del Índice del papa Alejandro VII de 1664.

En el Index aparecían tres listas que agrupaban:

  • Todas las obras y escritos de un autor prohibido.
  • Libros específicos de un autor prohibido.
  • Escritos específicos de un autor incierto.

Algunos autores notables cuya obra completa integraba la lista son los siguientes:

Entre los libros específicos se encontraban:

Véase también

Notas

  1. Martínez de Sousa, José (1992). Pequeña historia del libro (2ª edición). Barcelona: Labor. p. 133. ISBN 84-335-3526-9. 
  2. Martínez de Sousa, José (1992). Pequeña historia del libro (2ª edición). Barcelona: Labor. pp. 131-133. ISBN 84-335-3526-9. 
  3. a b Kamen, Henry (2011) [1999]. La Inquisición española. Una revisión histórica (3ª edición). Barcelona: Crítica. p. 109. ISBN 978-84-9892-198-4. 
  4. a b Martínez de Sousa, José (1992). Pequeña historia del libro (2ª edición). Barcelona: Labor. p. 133. ISBN 84-335-3526-9. 
  5. Decreto de la Sagrada Congregación del Índice sobre expurgación o prohibición de obras heliocentristas (en inglés).
  6. a b c Modern History Sourcebook: Index librorum prohibitorum, 1557–1966. Fordham University—The Jesuit University of New York (en inglés).

Enlaces externos