Diferencia entre revisiones de «Cuarta edad»
Sin resumen de edición |
|||
Línea 48: | Línea 48: | ||
== Referencias == |
== Referencias == |
||
{{listaref}} |
{{listaref}} |
||
== Enlaces externos == |
|||
* [http://www.cuartaedad.com Cuartaedad.com: vivir más y mejor, envejecer con salud] |
|||
[[Categoría:Tercera edad]] |
[[Categoría:Tercera edad]] |
Revisión del 14:37 27 ene 2010
La expresión cuarta edad hace referencia a la última fase de la vida de las personas que alcanzan una vejez avanzada, considerándose habitualmente su comienzo a partir de los 80 años de edad[1] que representan «el umbral del cambio» según la geriátra Pilar Mesa Lampre.[2] Estas personas sufren la gran mayoría de las enfermedades crónicas altamente discapacitantes, psiquiátricas como el mal de Alzheimer o la demencia senil, o motoras como la artrosis, lo que las hace en muchos casos dependientes tanto de su familia y entorno afectivo como de la atención sociosanitaria. Así, en España, casi la mitad de las personas mayores de 80 años padecen algún grado de discapacidad.[3]
En las sociedades desarrolladas la esperanza de vida esta en continuo aumento, por lo que en estos países el porcentaje de personas mayores de 80 años es cada vez mayor. Así, por ejemplo, en 2003 vivían en España 1.756.844 personas mayores de 80 años, y en 2005 ya eran 1.903.756 personas.[2] A la vez, también aumenta la edad media de estas personas, y el número de hogares unipersonales habitados por octogenarios, normalmente mujeres por su mayor longevidad.[1]
El umbral del cambio
Cada vez es más frecuente, gracias a las mejoras en los estilos de vida y la atención sanitaria, que personas encuadradas en el grupo de edad tradicionalmente asociado a la ancianidad, la tercera edad, se encuentren en plenitud de facultades físicas y mentales por encima de los 65, los 70 o incluso los 75 años. Sin embargo, hacia los 80 años es frecuente que comiencen a acumularse patologías degenerativas y crónicas, que hace años iban apareciendo antes pero que hoy se retrasan hasta este límite de edad. En ese momento de umbral se manifiestan varias patologías simultáneamente o en un breve lapso, lo que produce en la persona un grave cambio físico, psíquico y emocional, al que se ha asociado la entrada en esta otra fase de la vida: la cuarta edad.[2]
Características del envejecimiento avanzado
Para Rowe y Kahn el envejecimiento humano es:[4]
- lineal: un proceso que se va produciendo a lo largo de toda la vida y que, en un determinado momento, cristaliza;
- inevitable: no puede detenerse, terminando sólo con la muerte del individuo;
- variable: no tiene por qué ser semejante en individuos que nacieran en la misma época y situación;
- asíncrono: sigue diferente ritmo de desgaste en cada órgano.
Aunque el proceso de envejecimiento sea variable en función de las personas, hay una serie de rasgos comunes al envejecer avanzado propio de la cuarta edad:[5]
- deterioro de las funciones físicas por el desgaste provocado a lo largo de los años vividos;
- menor adaptabilidad al cambio, por disminución de la versatilidad orgánica y psicológica;
- mayor posibilidad de caer en enfermedades agudas, pues el organismo y la psicología son más vulnerables;
- reducción en la capacidad de ser autónomo;
- tendencia al aislamiento por carecer de recursos psicológicos para seguir la corriente social dominante;
- sensación de acabamiento por tener menor vitalidad y por la amenaza de la muerte cercana.
Enfermedades asociadas
Cuando se examinan por órganos, sistemas y aparatos, los cuadros patológicos que más a menudo aparecen en el anciano avanzado son:[5]
- aparato digestivo: reflujo gastroesofágico, úlcera gastroduodenal, colecistopatía calculosa, colecistitis, cáncer colorrectal;
- aparato respiratorio: neumonía, gripe, bronquitis crónica, enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, cáncer de pulmón;
- aparato circulatorio: infarto agudo de miocardio, angina de pecho, insuficiencia cardíaca, enfermedad embólica, hipertensión arterial, hipotensión ortostática, arterioesclerosis obliterante, tromboflebitis, síndrome varicoso;
- sistema nervioso: enfermedad de Alzheimer, demencia senil, enfermedad de Parkinson, accidente cerebrovascular con hemiplejia, epilepsia, neuropatía periférica;
- aparato sensorial: cataratas, glaucoma, sordera, síndrome vertiginoso;
- aparato urinario: hiperplasia prostática, incontinencia urinaria, cáncer de próstata, litiasis urinaria, cáncer de vejiga, insuficiencia renal;
- sistema osteoarticular: artrosis, fracturas, osteoporosis, artritis metabólica, enfermedad de Paget;
- sistema endocrino: diabetes, hipotiroidismo, deshidratación, hipocalcemia, obesidad, malnutrición;
- sistema psíquico: depresión, ansiedad, síndrome delirante.
Cuidados específicos
En la cuarta edad de las personas el planteamiento sociosanitario varía: el objetivo prioritario no es sólo alargar la vida, si no mantener la independencia personal durante el mayor tiempo posible, alargar la vida independiente. Para ello es necesario conjugar atenciones desde muy diversos ámbitos:[2]
- Cuidados médicos;
- cuidados interdiscilinarios para la dependencia;
- soporte social;
- ayudas técnicas;
- ayuda nutricional;
- soporte afectivo;
- protección frente a malos tratos y abusos.
Referencias
- ↑ a b http://www.reis.cis.es/REISWeb/PDF/REIS_073_06.pdf
- ↑ a b c d «La cuarta edad [Pag. 1 de 4]». Texto « CONSUMER EROSKI» ignorado (ayuda)
- ↑ Informe La salud de los españoles, publicado por el Instituto Nacional de Estadística.
- ↑ ROWE, J. W.; KAHN, I. R. (1987). «Human Aging: Usual and Successful». Science (en inglés) (Pennsylvania: American Association for the Advancement of Science) (237): 143-149.