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Las fuentes más cercanas al difunto cantautor afirman que Mariana fue el gran amor de Tanguito, la musa que inspiró canciones como ''Amor de primavera'', ''Natural'' y ''La princesa dorada''. También se dice que cuando Tanguito murió, Mariana partió sola rumbo a Brasil, y en la actualidad se desconoce su paradero.{{cita requerida}}
Las fuentes más cercanas al difunto cantautor afirman que Mariana fue el gran amor de Tanguito, la musa que inspiró canciones como ''Amor de primavera'', ''Natural'' y ''La princesa dorada''. También se dice que cuando Tanguito murió, Mariana partió sola rumbo a Brasil, y en la actualidad se desconoce su paradero.{{cita requerida}}


Tanguito no tuvo niguna novia con ese nombre, eso solo es un invento para la pelicula, q por cierto, es muy diferente a lo q fue realmente la vida de Tanguito


== Primer sencillo como solista ==
== Primer sencillo como solista ==

Revisión del 17:52 6 oct 2009

Tanguito
Archivo:Tanguito record cover.jpg
Tapa del disco póstumo Tango (1973) del cantautor Tanguito; la foto lo muestra cantando en La Cueva.
Información artística
Otros nombres Tanguito, Tango, Ramsés VII, Susano Valdez, Dónovan el Protestón, Drago.
Género(s) rock
Instrumento(s) guitarra
Período de actividad 1962/1972
Discográfica(s) Music Hall, RCA Victor, Mandioca, Talent
Artistas relacionados Moris, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Los Gatos

Tanguito (San Martín, Gran Buenos Aires (Argentina); 16 de septiembre de 1945Puente Pacífico, Buenos Aires, 19 de mayo de 1972) es el seudónimo de José Alberto Iglesias, un cantautor argentino de rock, casi desconocido en su época pero reverenciado en la actualidad.

Se lo considera pionero del rock argentino, junto a otros cantautores como Charly García, Moris, Pappo, Litto Nebbia, Oscar Moro y Luis Alberto Spinetta.

Infancia y adolescencia

De origen muy humilde, Tanguito nació en la periferia de la Ciudad de Buenos Aires en 1945. Sus padres eran José Iglesias, vendedor ambulante, y Juana Correa, empleada de servicio doméstico. Junto a José Alberto el matrimonio tuvo una hija, Carmen, nacida en 1950.

Tanguito no se destacó por sus logros escolares: poco dedicado al estudio durante la escuela primaria, abandonó el secundario con la intención de estudiar jardinería y paisajismo en la escuela del Jardín Botánico, pero tampoco se aplicó a ello. Su verdadero interés estaba en la música, especialmente en el rock and roll. Decidió dedicarse a ello en la primera juventud.

A los 17 años, José se presentaba en los clubes de los barrios de Mataderos y Flores cantando, en su mayoría, versiones de temas ajenos de rock & roll. También ganó fama como bailarín del mismo género, a pesar de que la mayor parte de la gente en los suburbios bailaban tango (ver más abajo la relación de este hecho con su apodo).

Primeras grabaciones

En medio de sus actuaciones suburbanas, en las que llegó a compartir escenario con Sandro y Los de Fuego, los Pick Ups y los Bobby Cats —cuyo cantante era Billy Bond)— entre otros, Tanguito hizo su debut discográfico como cantante y líder de Los Dukes en la primavera de 1963. Con tan solo 18 años, grabó el tema Decí por qué no querés, de Palito Ortega y Dino Ramos, y otro de su autoría, Mi Pancha. A fines de enero de 1964 apareció una nueva obra discográfica de Los Dukes. El disco simple incluía los temas Carnaval, carnaval de Ball y Roger (en versión castellana y arreglos de Santos Lipesker) y Maquillada de Freddie Cora.

Aunque los discos fracasaron, para Los Dukes las actuaciones en vivo iban muy bien: durante mucho tiempo brindaron 11 conciertos por fin de semana. Algunos amigos de Tango opinan que ese período fue el comienzo de la relación entre Tanguito y los estimulantes. Es muy posible que haya empezado a utilizarlos para ser capaz de resistir ese agotador ritmo de casi cuatro recitales por día.

Un amigo de Tanguito llamado Horacio Martínez obtuvo, en el otoño de ese mismo año, un importante contacto editorial con el sello discográfico RCA y sedujo a José con la posibilidad de registrar un disco como solista. Entusiasmado, el cantante abandonó a Los Dukes y comenzó a preparar el material, pero diversas circunstancias abortaron el proyecto, para el que había elegido el seudónimo de Ramsés VII (ver abajo).

A pesar de ello, Martínez logró que el cantante fuera admitido como artista en La Cueva, mítico reducto porteño donde comenzaba a gestarse el fenómeno que más tarde sería conocido como rock nacional.

Los tiempos de La Cueva

Existía en la Avenida Pueyrredón 1723 (esquina Juncal, Recoleta) un sótano en el que anteriormente había funcionado un cabaret llamado Jamaica, más tarde El Caimán y por último La Cueva de Pasarotus. En el otoño (austral) de 1964, se lo reformó, se rebautizó simplemente La Cueva y se convirtió en un reducto de rock and roll y jazz, donde los músicos maduros tocaban pero también iban a explorar los nuevos estilos de los artistas jóvenes.

Allí se reunían personalidades del rock argentino como Moris, Javier Martínez, Alejandro Medina, Sandro, Billy Bond, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Horacio Martínez, Charly Camino, Carlos Mellino, Ciro Fogliata y Pajarito Zaguri, además de los periodistas Pipo Lernoud y Miguel Grinberg (ambos también poetas). Lernoud se ha hecho célebre, además, por ser el creador y director de la legendaria revista Expreso Imaginario. La importancia de este punto de encuentro se hace evidente por el hecho de que Nebbia y Fogliatta formaron allí Los Gatos, Billy Bond su Pesada, Mellino y Medina Los Seasons y muchos más.

A partir de 1966 Tanguito comenzó a frecuentar La Cueva y no faltó una sola noche hasta el cierre definitivo del local el año siguiente. Poco después de la llegada de Tango, Grinberg presentó una iniciativa destinada a lograr que el gran público conociese a esos artistas y, a través de ellos, oficializar de alguna manera el movimiento rockero argentino.

El evento se llamó De aquí, de allá y de todas partes y consistió en una serie de conciertos que se efectuaron los días 7, 12 y 14 de diciembre de 1966, donde se presentaron muchos de los nombrados más Bob Vincent y Susana. Los tres recitales se llevaron a cabo en el Teatro de la Fábula (Agüero 444, Almagro). Tanguito participó de De aquí... con dos temas, cantados en su mal inglés: Tutti Frutti de Little Richard y Perro Feroz de Leiber y Stoller, dos clásicos himnos del rock que formaban parte del repertorio de Elvis Presley. Según Grinberg, Tanguito se tomó la responsabilidad de estas, sus primeras presentaciones públicas, con gran ahínco y sin faltar a un solo ensayo.

La Perla del Once

Durante los tiempos de La Cueva y De aquí..., el grupo de amigos solía recalar en el legendario bar La Perla del Once (Jujuy y Av. Rivadavia, Plaza Once).

Lernoud recuerda esas reuniones: «Se llegaba a La Perla al salir de La Cueva, caminando lo más derecho posible hacia la izquierda unas 20 cuadras. En ese lugar se armaba una cosa muy caliente. Todo el mundo traía su cuadernito, su libretita, sus papelitos donde tenía anotado algo: una canción o una frase que había leído. No era que nos sentábamos y nos quedábamos callados. Era todo el tiempo divague, conversar y mostrar lo que teníamos escrito».

«La balsa»

En La Perla, después de caminar unas 20 cuadras en dirección sur, los amigos solían pedir allí, frente a la Plaza de Miserere, su desayuno (del día siguiente).

Tradicionalmente se ha referido que en una de esas mañanas, Tanguito fue al baño y comenzó a componer La balsa, posiblemente inspirado por el bolero La Barca, que poco antes había escuchado junto a Zaguri. La afirmación anterior proviene de varios participantes del grupo, basándose en el similar sentido de los versos de ambas composiciones. La Barca reza:

Hoy mi playa se viste de amargura
porque tu barca tiene que partir
a cruzar otros mares de locura
cuida que no naufrague en tu vivir...

La balsa dice:

Tengo que conseguir mucha madera
tengo que conseguir de donde pueda.
Y cuando mi balsa esté lista partiré hacia la locura
con mi balsa yo me iré a naufragar.

El primer verso de La balsa rezaba: «Estoy muy solo y triste en este mundo de mierda». Por presiones de la autocensura de los sellos grabadores, finalmente Nebbia adaptaría la frase inicial a «Estoy muy solo y triste en este mundo abandonado». Más tarde, Litto Nebbia concluyó la canción —dotándola de una melodía con un remoto aire a bossa nova— y se la mostró a sus compañeros de Los Gatos Salvajes. Como les gustara, y teniendo contrato con la RCA para efectuar una sesión de prueba para un single, Los Gatos entraron a estudios para grabar La balsa el 19 de junio de 1967. La cara B llevaría el tema Ayer nomás, con letra de Nebbia y Lernoud y música de Moris. El sencillo resultante apareció en las disquerías el 3 de julio siguiente. Fue el primer disco de Los Gatos y la primera composición de Tanguito que quedara registrada.

La versión de Los Gatos de La balsa se vendió estupendamente bien (250.000 copias en escasas semanas), y, en consecuencia, fue la única obra de Tanguito que le proporcionó pingües ganancias debido a las regalías. Sumergido durante toda su vida en la pobreza, Tanguito salió, entusiasmado, a comprar cosas: pantalones, zapatos, botas, camisas, dos guitarras y cantidades asombrosas de discos. Una de las guitarras se la obsequió enseguida a otro colega músico aún más pobre que él.

En la escena pública

Apenas aparecido el disco de Los Gatos, un juez ordenó la clausura definitiva de La Cueva. La medida venía motivada por un fuerte y sostenido acoso que la policía llevaba contra ella. Se detenía a los menores presentes, se buscaban drogas y se labraban incesantes actas que llevaban a los propietarios a los Tribunales. Los allanamientos se sucedieron durante mucho tiempo y desembocaron en el cierre perpetuo del local. Eran tiempos de dictadura militar y de durísimo régimen represivo.

En esa época, Pipo Lernoud, ahora asociado con Mario Rabey, concretó un nuevo evento para el Día de la Primavera (austral, el 21 de septiembre): una presentación formal de los hippies argentinos, a celebrarse en la Plaza San Martín, ubicada en una de las zonas más adineradas de Buenos Aires.

En determinado momento del festejo, se formó una ronda. Tanguito quedó en el centro y, allí, cantó varios temas con su guitarra. El extraño espectáculo de varios cientos de jóvenes de largos cabellos y coloridas ropas en esa área de la ciudad atrajo a los medios periodísticos, entre los que se encontraban algunas cámaras de televisión que registraron la actuación de Tanguito. Varios días después, el programa Sábados Circulares de Nicolás Mancera quiso saber quién era el artista del centro de la ronda, y convocó a Tanguito para cantar en televisión. En esa oportunidad interpretó varios temas, entre ellos La balsa.

Ante el moderado éxito de esa presentación, otro periodista, Antonio Carrizo, concedió a Tanguito su primer y único contrato televisivo, para hacer algunas actuaciones en el programa Sábados Continuados.

Los amores de Tanguito

Tanguito no sólo se destacó por ser un excelente cantautor de rock argentino: a veces también era polémico, sobre todo en lo sentimental; muchos romances se le han atribuido, sobre todo uno con una joven fan llamada Mariana (en referencia, años más tarde se filmó la película Tango feroz: la leyenda de Tanguito).

Las fuentes más cercanas al difunto cantautor afirman que Mariana fue el gran amor de Tanguito, la musa que inspiró canciones como Amor de primavera, Natural y La princesa dorada. También se dice que cuando Tanguito murió, Mariana partió sola rumbo a Brasil, y en la actualidad se desconoce su paradero.[cita requerida]

Primer sencillo como solista

A propuesta del sello RCA, Tanguito fue convocado para grabar ambas caras de un disco simple el 18 de enero de 1968, acompañado por la notable orquesta de Horacio Malvicino. Los dos temas (La princesa dorada, de Tanguito y Lernoud y El hombre restante, suya y de Javier Martínez) salieron a la venta el 4 de abril, bajo el nombre de Ramsés VII, uno de los numerosos seudónimos del artista. Pero la compañía no lo publicitó ni lo distribuyó correctamente, por lo que la placa pasó inadvertida y pronto cayó en el olvido. Posiblemente la falta de apoyo por parte de la compañía norteamericana precipitó la ruptura. Tanguito firmó entonces un contrato con la discográfica Mandioca, que dedicaba íntegramente su catálogo a la música rock.

Pero, lamentablemente, su personalidad ya comenzaba a dar muestras de inestabilidad. Comenzó a deambular por las calles borracho o drogado, a ser detenido por la policía y a evidenciar problemas de conducta que empeorarían a medida que pasaba a consumir sustancias más potentes.

Segunda y última grabación

Hasta mediados de 1968, Tanguito había coqueteado con el alcohol, la marihuana y las pastillas para dormir, pero no había tocado las «drogas duras». Sin embargo, a partir de entonces, se aficionó a inyectarse anfetaminas intravenosas. Ello lo llevó, tal vez, a cambiar de ambiente y de amistades. Comenzó a alejarse de los músicos que compartieron La Cueva con él y se dedicó a amigos que simplemente conocía en la calle. Los siguientes párrafos pertenecen a un artículo de Claudio Gabis, guitarrista de Manal, publicado en el diario Página 12 del 29-11-1989:[1]

"Lo conocí, (cumpliendo rigurosamente con la leyenda) en La Perla del Once" (...) "Lo recuerdo sentado con uno de sus "Valerios" (una variante del eterno oficio de escudero) en una mesita al fondo del salón, visiblemente aislado del numeroso grupo que copaba una larga mesa diez metros más allá…" (...) "Me llamó la atención, también, su separación del resto de la gente"

En 1970 Tanguito aceptó grabar un disco para Mandioca. Para ello se reservaron varias fechas (siempre en horario nocturno) en los estudios TNT de la Calle Moreno. En sus salas (muy bien dotadas tecnológicamente para la època), se gestaron discos de Moris, Manal, Almendra y Vox Dei. A Tanguito se le ofreció la posibilidad de elegir que músicos iban a acompañarlo , y su decisión fue que lo hicieran Javier Martinez, Claudio Gabis y Alejandro Medina, es decir: Manal. En la primera y segunda fecha previstas, Tanguito no acudió al estudio. Los "Manales" lo esperaron inutilmente. La tercera si lo hizo, pero el único miembro del trío que estuvo presente fue su amigo incondicional Javier Martinez. Tanguito, por lo tanto, grabó solo con su voz y su guitarra los temas: Natural. Amor de Primavera, La Balsa, Todo el día me pregunto y los restantes que se incluyeron más tarde en su único álbum. A fines de la primavera de 1970, Mandioca publicó el compilado Pidamos peras a Mandioca, en el que se incluyó su tema "Natural". La crítica consideró el tema de Tango como el más logrado de la placa,

Caída libre y derrumbe

Para fines de 1970, a la gravedad de su toxicomanía se había agregado un grado terminal de alcoholismo. Tanguito fue puesto en prisión numerosas veces por este motivo (en aquellos tiempos estaba prohibido circular por las calles estando ebrio, edicto policial que fue derogado recién en 1983).

En una de esas oportunidades, fue abandonado en una celda, y, a pesar de sus ruegos, se le negó ingerir alcohol. En consecuencia, cayó en un grave episodio de delirium tremens que le causó tan graves daños neurológicos que a partir de entonces nunca volvió a reconocer a sus amigos.

Era el principio del fin: Tanguito había iniciado el derrumbe definitivo que, menos de un año y medio más tarde, le costaría la vida.

Su amigo Spinetta afirmó en una oportunidad: «Yo jamás me inyecté, pero sé que Tango es sinónimo de jeringa. Yo lo viví. Estábamos en mi casa y tenía que ayudarlo a picarse [inyectarse] porque era terrible. Por ahí hasta era peor si no se picaba, porque se moría tanto como picándose».[2]​ El músico se refiere al síndrome de abstinencia, muchas veces tan letal como las sobredosis.

La muerte de Tanguito

Tumba de Tanguito en el cementerio de San Martín.

El fracaso de su simple y la poca difusión del compilado habían quebrado la débil resistencia del artista. A un abuso cada vez mayor de las drogas intravenosas se sumó la mendicidad y la vida en la calle. Por consiguiente, la policía comenzó a detenerlo cada vez con más frecuencia. En varias oportunidades se le decomisaron drogas, lo cual empeoró su situación. En vez de terminar en una simple comisaría se lo recluyó varias veces en la Cárcel de Villa Devoto. Aparte de contravenciones relativamente leves como «disturbio en la vía pública», «vagancia», «ebriedad» y «mendicidad» comenzó a acusárselo de delitos más graves. En febrero de 1971, la División de Seguridad Personal de la Policía Federal, lo denunció por «narcotráfico».[3]

Su salud mental siguió esta pendiente declinante: preso en Devoto, fue internado varias veces en el Hospital Neuropsiquiátrico Borda, que había inaugurado un servicio de Drogadicción. Tanguito pasó muchos meses allí recluido, y fue tratado mediante electroshocks y los actualmente en desuso por dañinos y peligrosos shocks insulínicos. Finalmente, en mayo de 1972 fue declarado oficialmente demente y trasladado a la Unidad 13 del mismo nosocomio, una unidad penitenciaria donde se encierra a los criminales psicópatas.

Sin embargo, una madrugada pudo fugarse y se allegó a la estación Palermo (conocida en esa época como Pacífico), probablemente para abordar un tren del Ferrocarril San Martín que lo hubiese trasladado a su hogar. Ese día, 19 de mayo de 1972, a la hora 10:50 y por motivos nunca esclarecidos, Tanguito cayó, acabando su vida destrozado por las ruedas del tren sobre el puente que cruza la avenida Santa Fe. Tenía 26 años.

La noticia de su muerte no fue recogida por ningún medio y el trágico episodio jamás fue investigado. Por lo tanto, no se conoce la causa real de su muerte. Pudo haber sido accidental, suicidio o incluso homicidio, ya que varios de sus amigos siguen afirmando que un policía lo arrojó del tren.[4],[5]

Ediciones póstumas

En 1973, el sello grabador Talent, heredero de Mandioca y también dirigido por Jorge Álvarez, publicó a modo póstumo aquellas desprolijas pruebas que Tanguito había grabado en 1970. El disco, titulado simplemente Tango, pasó sin pena ni gloria debido a su escasa calidad técnica y artística. Es notable el hecho de que, además de las canciones, se escuchan en el registro ruidos, toses y fragmentos de diálogos entre Tanguito y Javier Martínez. De hecho, el cantante de Manal dice, al comienzo del track correspondiente a La balsa: «En el baño de La Perla del Once compusiste La balsa». La frase se repite muchas veces en la grabación, lo que llevó al sello a sufrir un grave problema con Nebbia, que interpretó que se lo quería apartar de la coautoría de la obra. El disco de vinilo fue re-editado en 1982 (en plena fiebre del rock nacional) con escaso éxito.

Finalmente, en el verano de 1993, Tango se editó en disco compacto, como parte de la campaña de apoyo a la película Tango feroz: la leyenda de Tanguito, inspirada en la vida del artista y dirigida por Marcelo Piñeyro. En esa oportunidad, por primera y única vez —si exceptuamos a La balsa en la versión de Los Gatos—, la obra de Tanguito se vendió bien. La edición de 2000 copias se agotó inmediatamente, 21 años después de la muerte del autor.

Influencia

Tanguito ha sido reconocido como una de las figuras más trascendentes e influyentes de la historia del rock argentino. Miguel Grinberg afirmó que Tango fue el principal impulsor del pasaje de la lengua inglesa a la castellana en el rock nacional, apoyado por sus letras líricas, sencillas y contundentes.

A pesar del poco suceso de sus grabaciones, la crítica de su tiempo lo alabó en el mismo sentido —en las escasas oportunidades en que se ocupó de él—. Así, por ejemplo, la revista La Bella Gente, en su número 13 (diciembre de 1970) publica este comentario sobre Natural, el tema de Tango incluido en el compilado de Mandioca: «Tanguito logra aquí, posiblemente por primera vez, llevar al disco toda la autenticidad y el feeling con que solía cantar en las plazas de Buenos Aires. Es la revelación de este disco: Natural es un tema simplísimo y muy hermoso: Tango —algo ronco, lo cual le queda muy bien— tiene un mensaje musical nuevo y algunas otras cosas para decirnos. Merece ser escuchado».

Los temas de Tanguito han sido interpretados numerosas veces por otros importantes artistas: La Balsa ha merecido muchas versiones; Amor de primavera fue tocado muchas veces por Invisible y Natural se ha convertido en poco menos que un himno al amor, sobre todo después de la exitosa película de Marcelo Piñeyro, como también El despertar de un refugio atómico considerada también como un testamento póstumo del cantautor.

Ah, sólo quiero viajar no sé dónde iré
sólo puedo puedo divagar
porque lo demás está prohibído
Camino por el sueño,
extasiarme en sueños,
soñar despierto.
Hoy sólo quiero estar conmigo,
tres puntos suspensivos.
Quiero decir tantas cosas
pero de qué sirve,
si un dormido les habla a otros,
a otros dormidos,
sólo para que sueñen mejor.
Y nuevamente en la ruta,
ruta de mis sueños,
comenzaré a hacer uso
uso de mi dedo, de mi idea.

Anecdotario de un artista excéntrico

Tanguito colgado de una soga para colgar ropa, en una muestra del humor que siempre lo caracterizó.

La vida de Tanguito se vio sobrecargada de anécdotas que demuestran su extraño espíritu y su retorcido sentido del humor: en cierta época se lo reconocía fácilmente porque caminaba por la calle vestido con una malla de baile y con un gorro de baño en la cabeza.

Su pobreza le impedía gastar dinero, pero no le prohibía darse ciertos gustos: según un sitio web que lo homenajea, «Muchas veces entraba a un bar, miraba chicas, hablaba y, cuando el mozo se acercaba, Tanguito le preguntaba: “¿Tiene café?” “Sí”. “Ah, bueno, gracias”. Y se iba».[6]

No se privaba de viajar en taxi, pero siempre carecía del dinero para pagar los viajes. Por consiguiente, al llegar a destino se bajaba y escapaba a la carrera. En más de una ocasión, por el contrario, entraba a la casa a la cual iba de visita y obligaba al anfitrión a abonar el viaje. Su costumbre de pedir dinero era de universal conocimiento, al punto de que sus amigos lo apodaban «Prestame cien pesitos».

Los taxis fueron su perdición, debido a que era muy distraído. Grinberg manifiesta: «El tipo [Tanguito] cobró la guita [‘dinero’, en lunfardo] de La Balsa, que en esa época era una cantidad alucinante. Fue a una disquería y dijo: «Déme el mejor grabador, el mejor tocadiscos y todos los discos que tenga...», una montaña así de discos importados. Se metió en un taxi... ¡y cuando bajó se lo olvidó todo arriba!».

Estando sin un centavo, prometió a algunos amigos que haría que un policía le diera dinero. No le creyeron, pero Tanguito se acercó al oficial, le habló, y finalmente obtuvo lo que quería. Invirtió ese dinero en comprar un sándwich para sus amigos en La Perla del Once.

Una vez, al bajar de un colectivo de la línea 5, comprobó azorado que se había olvidado la guitarra en el asiento. Subiendo desesperado al ómnibus siguiente, hizo descostillar al conductor al ordenarle: «¡Siga a ese colectivo!».

Hasta su forma de hablar era graciosa:

Tango era un personaje... Una vez unos policías lo pararon en Pueyrredón y Córdoba. Le preguntaron dónde vivía. Dijo: “Caseros City”. “¿Ocupación?” “Musician”. “¿Adónde se dirige?” “Le Cave...”. Mezclaba todo.
Javier Martínez

Tango se divertía, pero también sufrió. Su amigo Grinberg recuerda las bromas crueles a las que era sometido:

Tanto se habla del amigo Tango, y sin embargo yo lo recuerdo como uno de los tipos mas maltratados de La Cueva. Maltratado, ¿cómo lo puedo explicar...? Él vivía lejos, en Caseros, entonces andaba siempre con su bolsita, con las medias, una camisa blanca, con todas las cositas que llevaba. Y, bueno, era usual que le escondieran la bolsita en La Cueva. ¿Viste que en el secundario siempre hay un tipo al que todos tienen de punto? Bueno, Tanguito era el punto de La Cueva. Yo me acuerdo, de noche, tarde, que se tenía que ir, y pedía la bolsa, pedía la bolsa. Y me acuerdo de dos o tres noches, de una ronda de ocho o diez tipos pasándose la bolsa como jugando al vóley, y con Tango en el medio, tratando de agarrarla y diciendo: `Che, por favor, me tengo que ir...´. Me acuerdo las verdugueadas de los cueveros hacia Tango.
Miguel Grinberg

Moris relata, con respecto a la persecución policial que sufría su amigo:

Golpeó mi puerta un oficial de la policía. Me preguntó si era amigo de Tango, y por supuesto le dije que sí. El policía me dijo: «Mire, nosotros andamos buscándolo a pesar de que sabemos que en el fondo es un buen tipo. Lo suyo no es un problema personal: es un problema social».

Prácticamente el único rasgo negativo de la personalidad de Tanguito era su tendencia a pedir y no devolver, y su voracidad por apropiarse del trabajo de otros. Siempre dijo que era el autor de la canción Errol Flynn, que estuvo muy de moda en 1968 y que en definitiva no era suya, sino de Moris, Pajarito Zaguri y Giannoni.

La letra de Amor de primavera no es de Tanguito sino de Hernán Pujó. Pujó no figuró en el crédito porque Tanguito no lo puso, como tampoco me hizo figurar a mí en La princesa dorada. Yo lo conocía como la puta madre [argentinismo por ‘muy bien’], pero nunca supe si se hacía el sota [el desentendido] o si era un turro [mala persona], aunque fuera a un nivel muy lindo.
Pipo Lernoud
Era capaz de afanarte [‘robarte’, en lunfardo] la viola [‘guitarra’, en lunfardo]. Decía: «A ver, prestámela que voy a tocar a lo de un amigo que vive a dos cuadras...». Se iba, y cuando lo veías de nuevo y le preguntabas sobre la viola, te contestaba: «Ah, no, vos sabés que me la pidió un primo mío que se iba a Mendoza...».
Miguel Grinberg

Significado de algunos seudónimos

Algunos de los numerosos seudónimos utilizados por José A. Iglesias tienen curiosos orígenes:

  • Tango o Tanguito: Los hombres suburbanos —en tiempos de la adolescencia de Iglesias— solamente bailaban tango. Él, por el contrario, pasaba por ser un experto bailarín de rock. Por eso, sus amigos le pedían que bailara: «Bailate un tango, José. Un tanguito», y él bailaba un rock. La frase, repetida hasta el cansancio, quedó asociada con él, que pronto fue conocido por esos apodos.
  • Ramsés VII: Proviene de la admiración del músico por el faraón egipcio Ramsés II. La cifra «VII» (‘séptimo’) se debe a la inclinación que Tanguito sentía a componer en base a séptimas dominantes (las más básicas de la música).
  • Donovan el Protestón: De la costumbre de protestar constantemente, pero no en el sentido político sino por estar triste, solo o sin dinero. De allí también el primer verso de La Balsa.
  • Drago: Se debe a un artefacto doméstico productor de soda, el Sifón Drago, referencia a su prominente nariz.

Discografía

NOTA: Todos los temas pertenecen a Tanguito, excepto los que se indican entre paréntesis.

Con Los Dukes:

Como solista:

    • La princesa dorada (de Tanguito y Pipo Lernoud)/El hombre restante (de Tanguito y Javier Martínez) (simple), 1968
    • Pidamos peras a Mandioca (LP, recopilación de varios artistas que incluye un solo tema de Tanguito: Natural), 1970
    • Tango (LP), 1973
      • Natural
      • Todo el día me pregunto (de Javier Martínez)
      • El despertar de un refugio atómico
      • Diamantes de espuma
      • Amor de primavera (de Tanguito y Hernán Pujó)
      • Jinete
      • Balada de Ramsés 7.º
      • La balsa
    • Tango (LP, reedición), 1985
    • Tango (CD), 1993

Referencias

Véase también

Enlaces externos

Referencias