Diferencia entre revisiones de «Homo floresiensis»

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== Cuerpos pequeños ==
== Cuerpos pequeños ==


La hipótesis creada por los descubridores de los restos postula al ''Homo erectus'' como el antepasado inmediato del ''Homo floresiensis'', aunque el ''Homo erectus'' tenía aproximadamente la misma talla que otra especie descendiente, la de los humanos modernos. Para explicar esta diferencia de tamaño, esta hipótesis postularía que el ''Homo erectus'' al crecer en el entorno de limitado alimento de la isla de Flores, habría sufrido un fuerte [[Enanismo insular|enanismo isleño]] (una forma de [[Adaptación biológica|adaptación evolutiva]] también presente en la isla en diversas especies, incluyendo el mencionado ''[[Stegodon]]'' enano, y observada también en otras [[isla]]s pequeñas).
El Hombre floresiensis es una especie del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230.000 hasta 29.000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior y culturalmente integrada en el Paleolítico medio.


Aparte de la diferencia de tamaño, esta hipótesis se basa en que los especímenes parecen por lo demás semejantes en sus características al ''H. erectus'', del que se sabe que vivía en el [[Sureste asiático|sudeste asiático]] en la misma época que los hallazgos más antiguos del ''H. floresiensis''. Estas [[homología (biología)|semejanzas observadas]] forman la base para el establecimiento de la [[cladística|relación filogenética]] sugerida. Sin embargo hay que tener en consideración que no se han encontrado en la isla restos correspondientes al ''H. erectus'', y mucho menos [[Fósil transicional|formas de transición]];
Sus características definidoras, a partir de los huesos fósiles descubiertos hasta ahora (unos 400 individuos), son: esqueleto robusto, extremidades cortas, tórax en barril, arcos supraorbitarios resaltados, frente baja e inclinada, faz prominente, mandíbulas sin mentón y gran capacidad craneal —1.500 cm³—. Vivían en grupos organizados, formados por alrededor de unos treinta miembros.
encontrándose hasta el momento solamente pruebas materiales (herramientas de piedra), atribuible solo presuntamente a una posible ocupación del ''H. erectus'' hace 840.000 años; no descartándose también que sean atribuibles a otra posible especie de [[Hominina|homínido]] existente en esa época.


Así, al tener el [[holotipo|espécimen tipo]] de esta especie encontrada, un [[esqueleto humano|esqueleto]] bastante completo, y un [[cráneo]] casi completo de una hembra de 30 años de edad y cerca de un 1 [[metro]] de altura; no sólo presenta una drástica reducción en comparación con el ''H. erectus'', sino incluso una talla algo menor que la del ''[[Australopithecus]]'', un ancestro tres millones de años más antiguo y que no se pensaba previamente que se hubiese expandido más allá de [[África]]. Esto tiende a calificar al ''H. floresiensis'' como el miembro más «extremo» de la extensa familia humana; ya que serían ciertamente los más bajos y pequeños.
Los floresiensis fueron una especie bien adaptada al frío extremo. En ellos se notan cráneos alargados y amplios, complexión corta y robusta, y nariz grande;[1] rasgos que denotan adaptación a climas fríos, como se puede observar actualmente en las poblaciones del Ártico. Sus cerebros eran igual o más grandes que los del hombre moderno. Un neandertal promedio tendría una altura de 1,65 m, de contextura pesada, y musculatura robusta.


En relación a la estatura, el ''H. floresiensis'' es también bastante diminuto comparado con el tamaño del ser humano moderno. La altura estimada de un ''H. floresiensis'' adulto es considerablemente menor que la altura media adulta de todas las poblaciones humanas modernas físicamente más pequeñas, tales como los [[pigmeo]]s africanos (< 1,5 m), [[Twa]], [[Semang]] (1,37 m para las mujeres adultas) o los [[Islas Andamán|andamaneses]] (1,37 m para las mujeres adultas). La masa es normalmente considerada más importante [[biofísica]]mente que una medida unidimensional de altura, y por dicha medida, debido a los efectos de escala, las diferencias son incluso mayores. Se ha estimado que en el espécimen tipo de ''H. floresiensis'' era de unos 25 [[kilogramo|kg]].
El estilo de herramientas líticas utilizadas en el Paleolítico medio por los floresiensis es la cultura Musteriense, así llamada por haber sido encontradas por primera vez en el yacimiento arqueológico Le Moustier. La cultura musteriense está caracterizada por la utilización de la técnica de talla Levallois. Estas herramientas fueron producidas usando martillos de percusión blandos, como huesos o madera. En los últimos tiempos de los neandertales se nota en el registro arqueológico el estilo Châtelperroniense, considerado como más "avanzado" que el musteriense.

El ''H. floresiensis'' además tenía [[brazo]]s relativamente largos, quizás para permitir a esta pequeña criatura [[escalada|trepar]] a la seguridad de los [[árbol]]es cuando lo necesitaba. Estos huesos del brazo, hacen que las inevitables comparaciones con los humanos modernos [[acondroplasia|acondroplásicos]] (sobre 1,2 m) u otros [[enanismo|enanos]] no sean válidas, pues estas personas no son proporcionalmente más pequeñas que las demás por regla general, sino que sólo tienen sus miembros más cortos.


== Cerebros pequeños ==
== Cerebros pequeños ==
Canibalismo El canibalismo es algo probado en diferentes yacimientos neandertales,[12] como Moula-Guercy o Vindija. Los restos óseos presentan marcas de corte realizadas con herramientas de piedra, y están muy bien conservados por haber sido eliminada de sus huesos toda la carne. No era un canibalismo antropofágico sino ritual, según se cree. Ya que al parecer la carne se quitaba de los huesos para ser enterrados, y no para ser comida. Esto se sabe por comparación etnológica. Bajo un microscopio se nota la diferencia de los cortes realizados en animales de caza para ser comidos, y en los que se practican en huesos de los miembros fallecidos del grupo.


Además de una talla corporal pequeña, el ''H. floresiensis'' tenía un [[cerebro]] extraordinariamente pequeño. El espécimen tipo, con 380 [[Centímetro cúbico|cm&sup3;]], está en el mismo rango que los [[Pan (taxonomía)|chimpancés]] o los antiguos ''Australopitecus''. Su cerebro está reducido considerablemente respecto al del presunto antecesor inmediato de esta especie, el ''H. erectus'', que con 980 cm&sup3; tenía más del doble de volumen cerebral que su especie descendiente. Sin embargo, la [[relación cerebro-masa corporal]] que presenta el ''H. floresiensis'' es comparable a la del ''H. erectus'', lo que indica que es improbable que las especies difieran en inteligencia. De hecho, los descubridores han asociado a la especie algunos [[comportamiento humano|comportamientos avanzados]].
Esta sería una práctica que se habría realizado a lo largo de largos períodos y en diferentes regiones. Los yacimientos mencionados están uno en Francia y el otro en Croacia; el primero está datado en 100 mil años y el segundo en 30 mil. También se han encontrado evidencias de canibalismo ritual en El Sidrón y Atapuerca (España), en Combe Grenal (Francia), en Krapina (Croacia) y en la cueva de Guattari (Italia).

Estos comportamientos estarían asociados a la existencia de evidencias del uso del [[fuego]] para [[cocina]]r. La especie también ha sido relacionada con [[industria lítica|herramientas de piedra]] de la sofisticada tradición del [[Paleolítico Superior]] típicamente asociada con los humanos modernos, quienes con 1310-1475 cm&sup3; casi cuadruplican el volumen cerebral del ''H. floresiensis'' (con una masa corporal incrementada en un factor de 2,6). Algunas de estas herramientas fueron aparentemente usadas en la [[caza]] necesariamente [[cooperación|cooperativa]] del ''Stegodon'' enano local por esta pequeña especie humana. Igualmente en otro yacimiento llamado [[Mata Menge]], el investigador [[Adam Brumm]] y sus colaboradores han detectado que las herramientas encontradas tienen importantes similitudes con las halladas en Liang Bua; presentando las herramientas de Mata Menge una datación que arroja la asombrosa fecha de "entre 840.000 y 700.000 años" [http://www.nature.com/nature/journal/v441/n7093/abs/nature04618.html]. Estas fechas, indican que ''[[Homo sapiens]]'' no pudo fabricar las herramientas descubiertas en Mata Menge, y con ello probablemente también las de Liang Bua; ya que la especie ''Homo sapiens'' no existía en esa época.

Además, la isla de Flores permaneció aislada durante la [[Glaciación|edad de hielo]] [[Glaciación de Würm o Wisconsin|más reciente]] debido a un profundo [[estrecho]], a pesar del bajo [[Transgresión marina|nivel marino]] que unió a buena parte del resto de [[Sundaland]]. Este hecho ha llevado a los descubridores del ''H. floresiensis'' a concluir que la especie o sus antecesores sólo pudieron haber alcanzado la isla aislada por medio de algún [[transporte marítimo]], quizás llegando en [[Balsa (embarcación)|balsas]] de [[Bambusoideae|bambú]] hace unos 100.000 años.


Estas evidencias observadas de tecnología avanzada y cooperación a un nivel humano moderno ha impulsado a los descubridores a [[hipótesis|proponer]] que ''H. floresiensis'' tendría casi con total certeza [[lenguaje]]. Estas sugerencias han resultado ser las más controvertidas de los hallazgos de los descubridores, a pesar de la probablemente alta inteligencia del ''H. floresiensis''.
Aunque en el caso de la cueva del Sidrón se cree[13] que podría ser un canibalismo con fines alimenticios, debido a hambrunas. Al parecer, en los dientes de esos individuos se pueden ver períodos de hambruna, y los huesos están triturados como para quitarles el tuétano, es decir, los "limpiaba" con fines alimenticios, y no rituales.


== existencia en el tiempo ==
== Supervivencia reciente ==


El otro aspecto notable del hallazgo, es que se cree que esta especie ha sobrevivido en la isla de Flores tan recientemente como hasta hace 12.000 años. Eso la hace el homínido más longevo, sobreviviendo largamente la desaparición de los neandertales (''H. neanderthalensis'') hace unos 30.000 años. El ''H. floresiensis'' ciertamente coexistió con los humanos modernos, quienes llegaron a la región hace entre 35.000 y 55.000 años, durante un largo período, pero se desconoce cómo pudieron haber interactuado.
Existencia en el tiempo [editar]Las diferencias con sus antecesores no son sólo morfológicas, sino también de comportamiento: por ejemplo, practicaban enterramientos de cuerpos en compañía de alimentos, armas o utensilios. Se discute si utilizaban ciertos adornos, así como trozos de bióxido de manganeso y de ocre rojo afilados como lápices o bien reducidos a polvo, para dibujar en las paredes.


El análisis de la [[geología]] local sugiere que una [[volcán|erupción volcánica]] en Flores fue la responsable de la desaparición del ''H. floresiensis'' en la parte de la isla bajo estudio hace aproximadamente 12.000 años, junto con gran parte de la fauna local, incluido el ''Stegodon'' enano y las [[Papagomys armandvillei|ratas gigantes]] de la isla.
No se han hallado restos de neandertales del periodo de la glaciación de Riss (200.000-125.000 a. C.), durante el cual debió producirse una lenta evolución, pero después de esta época fría, en el interglaciar Riss-Würm (125.000-100.000 a. C.) ya se encuentran varios restos de protoneandertales en diversos puntos de Europa, entre ellos los de Gibraltar.


Los descubridores sospechan, sin embargo, que esta especie puede haber sobrevivido mucho más tiempo en otras partes de la isla de Flores hasta llegar a ser el origen y fuente de las historias sobre los '''Ebu Gogo''' contadas entre los lugareños. Se dice que los [[Ebu Gogo]] eran cavernícolas pequeños, peludos y de [[lenguaje]] pobre, y presentarían el tamaño del ''H. floresiensis''. Se creía ampliamente en su existencia en la época de la llegada de los [[Países Bajos|holandeses]] hace quinientos años, e incluso algunas historias dicen que estas extrañas criaturas han sido vistas hace tan sólo un siglo.
En la Península Ibérica hay pruebas de su existencia desde los primeros estadios (hace unos 600 mil años) hasta hace aproximadamente 28.000 años, como indican estudios recientes.[6]


Similarmente, en la isla de [[Sumatra]] circulan [[leyenda]]s sobre un humanoide de un metro de altura, el ''[[Orang Pendek]]'', aunque son pocos los investigadores profesionales que las toman en serio, recibiendo más atención de la autodenominada ''[[criptozoología]]'' (disciplina cuyo enfoque suele ser pseudocientífico). Los investigadores que han trabajado en el hombre de Flores, han señalado que el Orang Pendek y otros humanoides salvajes del folclore de Asia sudoriental podrían estar relacionados de alguna forma con relatos sobre antiguos encuentros con ''Homo floresiensis'' u otros homínidos enanos aún desconocidos.
Surgieron hace por lo menos 150.000 años en el Paleolítico inferior y desaparecen del regístro fósil hace unos 28.000 años, después de haber creado y desplegado la importante y extendida cultura Musteriense, que se considera como la expresión del Paleolítico medio, y también el Châtelperroniense, que actualmente se cree que habría sido autóctono. Las causas de su extinción son todavía motivo de debate: ¿Los sapiens compitieron intensamente con ellos por recursos?, ¿los mataron y exterminaron en combate? ¿los contagiaron de enfermedades para las cuales carecían de defensa? o ¿no soportaron, los neandertales, determinados cambios climáticos o ambientales? O está la posibilidad de la hibridación, o sea que haya existido un cruce entre las dos especies y los Homo sapiens los hayan absorbido.
La hipótesis de mixogénesis Homo sapiens /Homo neanderthalensis resulta, por los mapeos de secuencias de ADN, prácticamente descartada; la extinción masiva de Homo neandertalensis por la rigurosidad de la última gran glaciación hasta la fecha también parece descartada ya que los neandertales habrían estado muy bien adaptados al clima glacial, de modo que lo más probable (reforzada tal probabilidad por la rápida desaparición de los neandertales tras la irrupción de los Homo sapiens en Europa) es que el principal motivo para la extinción fuera la competencia con los H. sapiens. Los últimos reductos de neandertalensis se encontraron en el sur de territorios actualmente españoles (Andalucía).


== Importancia ==
== Importancia ==

Revisión del 15:01 4 may 2009

 
Homo floresiensis
Rango temporal: Pleistoceno Superior

Cráneo del H. floresiensis
Estado de conservación
Extinto en época prehistórica desde c. 10000 a. C.
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Clase: Mammalia
Orden: Primates
Suborden: Haplorrhini
Infraorden: Simiiformes
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Hominidae
Género: Homo
Especie: H. floresiensis
P. Brown et al., 2004

El Hombre de Flores (Homo floresiensis), también apodado "Hobbit", es el nombre propuesto para una posible especie recientemente descrita del género Homo, extraordinaria por el pequeño tamaño de su cuerpo y su cerebro, y por su reciente supervivencia, pues se cree que fue contemporánea con los humanos modernos (Homo sapiens) en la isla indonesia de Flores. Se descubrió un esqueleto subfósil, datado hace 18.000 años, muy completo excepto por los huesos del brazo, que todavía no se habían encontrado, en yacimientos en la cueva de Liang Bua en 2003. Posteriormente, en el mismo lugar se recuperaron partes de otros seis individuos, todos diminutos, así como los huesos del brazo derecho pertenecientes al ejemplar original y herramientas de piedras igualmente pequeñas de estratos comprendidos de entre 90.000 a 13.000 años de antigüedad.

La isla de Flores ha sido descrita (en la revista Nature) como «una especie de mundo perdido», donde animales arcaicos, largamente extintos en el resto del mundo, habían evolucionado a formas gigantes y enanas por especiación alopátrica. La isla tenía elefantes enanos (una especie de Stegodon) y lagartos gigantes similares al dragón de Komodo, así como el Homo floresiensis, que puede ser considerado una especie de humano enano.

Los descubridores han apodado a los miembros de la diminuta especie «hobbits», como la raza ficticia de Tolkien que en sus libros son gente pequeña. El Homo floresiensis, tiene unos 74.000 años de antigüedad. También están ampliamente presentes en esta cueva sofisticados utensilios de piedra de un tamaño considerado adecuado para un humano de 1 metro de estatura. Dichos utensilios parecen tener una antigüedad entre 95.000 y 13.000 años y están asociados con estegodontes jóvenes, presumiblemente presas del hombre de Flores.

Los especímenes no están fosilizados, sino que tienen lo que ha sido descrito en un artículo de Nature «la consistencia del papel mojado secándose» (una vez expuestos, los huesos deben dejarse secar antes de que puedan ser extraídos). Además, encontraron en el mismo lugar sofisticados utensilios de piedra de un tamaño considerado adecuado para el Homo floresiensis.

Los investigadores esperan encontrar ADN mitocondrial en buen estado para compararlo con muestras de especímenes no fosilizados de H. neanderthalensis y H. sapiens similares. Sin embargo, la probabilidad de que se haya conservado ADN es baja, pues éste se degrada más rápidamente en entornos tropicales templados, donde se sabe que no se conserva más que algunas docenas de años. La contaminación del entorno cercano parece altamente probable dado el ambiente húmedo en el que fueron encontrados los especímenes.

El Homo erectus, señalado como el antepasado inmediato del Homo floresiensis, tenía aproximadamente la misma talla que otra especie descendiente, la de los humanos modernos. Sin embargo, los especialistas creen que a consecuencia del limitado aporte alimentario de la Isla de las Flores, el Homo erectus, llegado al territorio de la isla de Flores hace ca. 500 000 años, sufrió un fuerte enanismo isleño, una forma de especiación geográfica también presente en la isla en diversas especies. Aparte de la diferencia de tamaño, los especímenes parecen por lo demás semejantes en sus características al Homo erectus, del que se sabe vivía en el sureste asiático en la misma época que los hallazgos más antiguos del Homo floresiensis. Estas semejanzas observadas forman la base del establecimiento de la relación filogenética sugerida.

Cuerpos pequeños

La hipótesis creada por los descubridores de los restos postula al Homo erectus como el antepasado inmediato del Homo floresiensis, aunque el Homo erectus tenía aproximadamente la misma talla que otra especie descendiente, la de los humanos modernos. Para explicar esta diferencia de tamaño, esta hipótesis postularía que el Homo erectus al crecer en el entorno de limitado alimento de la isla de Flores, habría sufrido un fuerte enanismo isleño (una forma de adaptación evolutiva también presente en la isla en diversas especies, incluyendo el mencionado Stegodon enano, y observada también en otras islas pequeñas).

Aparte de la diferencia de tamaño, esta hipótesis se basa en que los especímenes parecen por lo demás semejantes en sus características al H. erectus, del que se sabe que vivía en el sudeste asiático en la misma época que los hallazgos más antiguos del H. floresiensis. Estas semejanzas observadas forman la base para el establecimiento de la relación filogenética sugerida. Sin embargo hay que tener en consideración que no se han encontrado en la isla restos correspondientes al H. erectus, y mucho menos formas de transición; encontrándose hasta el momento solamente pruebas materiales (herramientas de piedra), atribuible solo presuntamente a una posible ocupación del H. erectus hace 840.000 años; no descartándose también que sean atribuibles a otra posible especie de homínido existente en esa época.

Así, al tener el espécimen tipo de esta especie encontrada, un esqueleto bastante completo, y un cráneo casi completo de una hembra de 30 años de edad y cerca de un 1 metro de altura; no sólo presenta una drástica reducción en comparación con el H. erectus, sino incluso una talla algo menor que la del Australopithecus, un ancestro tres millones de años más antiguo y que no se pensaba previamente que se hubiese expandido más allá de África. Esto tiende a calificar al H. floresiensis como el miembro más «extremo» de la extensa familia humana; ya que serían ciertamente los más bajos y pequeños.

En relación a la estatura, el H. floresiensis es también bastante diminuto comparado con el tamaño del ser humano moderno. La altura estimada de un H. floresiensis adulto es considerablemente menor que la altura media adulta de todas las poblaciones humanas modernas físicamente más pequeñas, tales como los pigmeos africanos (< 1,5 m), Twa, Semang (1,37 m para las mujeres adultas) o los andamaneses (1,37 m para las mujeres adultas). La masa es normalmente considerada más importante biofísicamente que una medida unidimensional de altura, y por dicha medida, debido a los efectos de escala, las diferencias son incluso mayores. Se ha estimado que en el espécimen tipo de H. floresiensis era de unos 25 kg.

El H. floresiensis además tenía brazos relativamente largos, quizás para permitir a esta pequeña criatura trepar a la seguridad de los árboles cuando lo necesitaba. Estos huesos del brazo, hacen que las inevitables comparaciones con los humanos modernos acondroplásicos (sobre 1,2 m) u otros enanos no sean válidas, pues estas personas no son proporcionalmente más pequeñas que las demás por regla general, sino que sólo tienen sus miembros más cortos.

Cerebros pequeños

Además de una talla corporal pequeña, el H. floresiensis tenía un cerebro extraordinariamente pequeño. El espécimen tipo, con 380 cm³, está en el mismo rango que los chimpancés o los antiguos Australopitecus. Su cerebro está reducido considerablemente respecto al del presunto antecesor inmediato de esta especie, el H. erectus, que con 980 cm³ tenía más del doble de volumen cerebral que su especie descendiente. Sin embargo, la relación cerebro-masa corporal que presenta el H. floresiensis es comparable a la del H. erectus, lo que indica que es improbable que las especies difieran en inteligencia. De hecho, los descubridores han asociado a la especie algunos comportamientos avanzados.

Estos comportamientos estarían asociados a la existencia de evidencias del uso del fuego para cocinar. La especie también ha sido relacionada con herramientas de piedra de la sofisticada tradición del Paleolítico Superior típicamente asociada con los humanos modernos, quienes con 1310-1475 cm³ casi cuadruplican el volumen cerebral del H. floresiensis (con una masa corporal incrementada en un factor de 2,6). Algunas de estas herramientas fueron aparentemente usadas en la caza necesariamente cooperativa del Stegodon enano local por esta pequeña especie humana. Igualmente en otro yacimiento llamado Mata Menge, el investigador Adam Brumm y sus colaboradores han detectado que las herramientas encontradas tienen importantes similitudes con las halladas en Liang Bua; presentando las herramientas de Mata Menge una datación que arroja la asombrosa fecha de "entre 840.000 y 700.000 años" [1]. Estas fechas, indican que Homo sapiens no pudo fabricar las herramientas descubiertas en Mata Menge, y con ello probablemente también las de Liang Bua; ya que la especie Homo sapiens no existía en esa época.

Además, la isla de Flores permaneció aislada durante la edad de hielo más reciente debido a un profundo estrecho, a pesar del bajo nivel marino que unió a buena parte del resto de Sundaland. Este hecho ha llevado a los descubridores del H. floresiensis a concluir que la especie o sus antecesores sólo pudieron haber alcanzado la isla aislada por medio de algún transporte marítimo, quizás llegando en balsas de bambú hace unos 100.000 años.

Estas evidencias observadas de tecnología avanzada y cooperación a un nivel humano moderno ha impulsado a los descubridores a proponer que H. floresiensis tendría casi con total certeza lenguaje. Estas sugerencias han resultado ser las más controvertidas de los hallazgos de los descubridores, a pesar de la probablemente alta inteligencia del H. floresiensis.

Supervivencia reciente

El otro aspecto notable del hallazgo, es que se cree que esta especie ha sobrevivido en la isla de Flores tan recientemente como hasta hace 12.000 años. Eso la hace el homínido más longevo, sobreviviendo largamente la desaparición de los neandertales (H. neanderthalensis) hace unos 30.000 años. El H. floresiensis ciertamente coexistió con los humanos modernos, quienes llegaron a la región hace entre 35.000 y 55.000 años, durante un largo período, pero se desconoce cómo pudieron haber interactuado.

El análisis de la geología local sugiere que una erupción volcánica en Flores fue la responsable de la desaparición del H. floresiensis en la parte de la isla bajo estudio hace aproximadamente 12.000 años, junto con gran parte de la fauna local, incluido el Stegodon enano y las ratas gigantes de la isla.

Los descubridores sospechan, sin embargo, que esta especie puede haber sobrevivido mucho más tiempo en otras partes de la isla de Flores hasta llegar a ser el origen y fuente de las historias sobre los Ebu Gogo contadas entre los lugareños. Se dice que los Ebu Gogo eran cavernícolas pequeños, peludos y de lenguaje pobre, y presentarían el tamaño del H. floresiensis. Se creía ampliamente en su existencia en la época de la llegada de los holandeses hace quinientos años, e incluso algunas historias dicen que estas extrañas criaturas han sido vistas hace tan sólo un siglo.

Similarmente, en la isla de Sumatra circulan leyendas sobre un humanoide de un metro de altura, el Orang Pendek, aunque son pocos los investigadores profesionales que las toman en serio, recibiendo más atención de la autodenominada criptozoología (disciplina cuyo enfoque suele ser pseudocientífico). Los investigadores que han trabajado en el hombre de Flores, han señalado que el Orang Pendek y otros humanoides salvajes del folclore de Asia sudoriental podrían estar relacionados de alguna forma con relatos sobre antiguos encuentros con Homo floresiensis u otros homínidos enanos aún desconocidos.

Importancia

El descubrimiento es ampliamente considerado como el más importante de su clase en la historia reciente, y fue toda una sorpresa para la comunidad antropológica. La nueva especie desafía muchas de las ideas de su disciplina. Desde el siglo XIX, cuando empezaron a descubrirse los primeros neandertales, no se habían descubierto otros homínidos coetáneos del Homo sapiens.

El H. floresiensis es tan diferente en forma a otros miembros del género Homo que obliga al reconocimiento de una posible nueva e inimaginable variabilidad en ese grupo, y reafirma una tendencia intelectual lejana a la idea de la evolución lineal.

Sin duda este descubrimiento además echa más leña al fuego del perenne debate sobre los modelos africano y multirregional de la especiación de los humanos modernos, a pesar de que el H. floresiensis no es propiamente un ancestro de éstos. Ya se han oído voces argumentando en ambos sentidos.

Los descubridores de H. floresiensis esperan poder encontrar los restos de otra especie de Homo igualmente divergente en otras islas aisladas del sudeste asiático; y creen que es posible e incluso «probable» que alguna especie Homo perdida pudiera hallarse aún viva en algún rincón inexplorado de la jungla.

Henry Gee, un editor jefe de la revista Nature se ha mostrado de acuerdo, afirmando que «Por supuesto eso podría explicar todas las leyendas sobre la gente diminuta — que están casi con seguridad extintas, pero que es posible que puedan quedar criaturas como estas aún hoy. Esto es posible, ya que aún se encuentran nuevos mamíferos grandes. Con lo cual, no creo que la probabilidad de encontrar una nueva especie de humanos viva sea menor que la de hallar una nueva especie de antílope, y esto ha ocurrido.» [2]

Gee también ha escrito que «El descubrimiento de que el Homo floresiensis sobrevivió hasta tan recientemente, en términos geológicos, hace más probable las historias de otras criaturas míticas parecidas a humanos, como los "yetis" , están fundadas en una pizca de verdad... Ahora la criptozoología, el estudio de tales criaturas fabulosas, puede volver del frío.» [3]

Reacciones

Poco después de ser descubiertos los primeros restos, Se informó que el profesor Teuku Jacob, paleontólogo jefe de la Universidad Gadjah Mada de Indonesia y otros científicos están en desacuerdo con la clasificación de los nuevos hallazgos dentro de una especie de Homo. «Se trata de una subespecie de Homo sapiens clasificada bajo la raza austromelanesia», afirmó Jacob, quien intentará demostrar que el espécimen hallado pertenece a una hembra de 25 a 30 años de una subespecie de H. sapiens y no de una especie nueva. Jacob dice estar convencido de que el pequeño cráneo corresponde a un humano mentalmente deficiente de una mujer moderna que sufría microcefalia; y que el cerebro del ‘hombre de las flores’ es “erróneamente pequeño” y contradice las leyes fundamentales de la biología. Según Jacob “Lo que dice esta ley, es que si tu cuerpo tiene la mitad del tamaño normal, el tamaño del cerebro sólo puede ser un 15% más pequeño que uno normal”.

Luego se informó que algunos científicos creían que el esqueleto encontrado podía ser de un macho y no de una hembra, con microcefalia. Cuando fue entrevistado por el programa de la televisión australiana Lateline, el profesor Roberts admitió que el esqueleto puede pertenecer a un macho en vez de a una hembra, pero mantuvo enérgicamente que los restos óseos pertenecen a una nueva especie. Otro equipo alrededor de "Alfred Czarnetzki, Carsten Pusch" (Universidad de Tuebingen) y Jochen Weber (Schweinfurt) han podido comprobar mediante la más amplia prueba al azar de microcéfalos que el Homo floresiensis no se puede excluir del grupo de los microcéfalos.

Sin embargo las últimas investigaciones[1],[2]​ sobre los pequeños hombres de Flores, aducirían argumentos fuertes sobre que no pertenecían a una especie extinta desconocida hasta el momento, sino que tienen todas las características del moderno Homo sapiens. En efecto, los huesos, parecidos a los pigmeos, parecerían haber sido afectados de microcefalia, trastorno que hace que la cabeza y el cerebro sean mucho más pequeños de lo normal. Igualmente el científico Peter Obendorf desde la Universidad de Melbourne, postula que lo más probable es que los Hombres de Flores padecieran una enfermedad llamada cretinismo o hipotiroidismo congénito, la cual provoca un retraso físico y mental debido a una malformación de la glándula tiroidea. El motivo de que estos humanos nacieran así, según Obendorf, pudo ser una deficiencia de yodo y selenio en sus madres, debida a la mala alimentación, a la que se unió la ingesta de alguna planta que las envenenó con cianida. Su argumento se basa en el hecho de que los fósiles aparecieron en el interior de la isla, lejos del aporte fundamental de yodo que les habría proporcionado el pescado.En cuanto a las plantas con cianida, como el bambú, aún se encuentran en la isla de Flores, y las consumen sus habitantes cuando hay sequía y vienen mal dadas, sólo que ahora "las cocinan mejor".

Sin embargo, existencia de otros hallazgos en Liang Bua, que incluyen otra diminuta mandíbula perteneciente a un adulto, de hace 15.000 años, y los huesos del brazo derecho perteneciente al ejemplar original (conocido como LB1); estarían confirmando la presencia de una duradera población enanizada desde hace unos 74.000 años a hasta hace unos 12.000 años, que convivió con los seres humanos modernos. Además el descubrimiento de otros restos, dejaría obsoleto el argumento de Jacob sobre una supuesta ley fundamental de la biología, que impedidiría la existencia de una criatura normal con un tamaño de cerebro igual a lo que se indicaría con los restos hallados en Liang Bua. Sobre la investigación publicada en la revista Science, Mike Morwood, quien ha estudiado los restos del Homo floresiensis, ha dicho que la investigación realizada por R.D. Martin ignora otras pruebas procedentes de Ling Bua, tales como las características que presentan los demás huesos de los especímenes encontrados.

Así, hasta el momento la falta de hallazgos de otros cráneos ha impedido descartar totalmente la hipótesis a favor o en contra del descubrimiento de una nueva especie.

Ética sobre el descubrimiento de los restos

Jacob también afirmó que los científicos australianos habían hecho lo que denominó como «terrorismo científico» al bautizar a los restos óseos y decidir por sí mismos (sin ni siquiera discutir el asunto con los científicos indonesios) que éste era Homo floresiensis. Más aún, Jacob (y algunos otros científicos indonesios) sostiene que los australianos no actuaron éticamente al no publicar los hallazgos conjuntamente con los indonesios (a pesar de que los restos fueron hallados conjuntamente). [4][5]

Controversia sobre el acceso a los restos

El profesor Teuku Jacob que, como se dijo, no participó en el descubrimiento original y ha adoptado una postura fuerte y controvertida sobre la interpretación de los restos (aunque no más controvertida que la que tomaron los científicos australianos al bautizar y publicar los hallazgos sin discutir el asunto con Indonesia), ha tomado prestados (aparentemente sin permiso) la mayoría de los restos para sus propias investigaciones. [6][7][8][9] Algunos han expresados sus temores de que, como en el caso de los rollos del Mar Muerto, unas importantes evidencias científicas sean secuestradas por un pequeño grupo de científicos que ni permitan el acceso a otros científicos ni publiquen sus propias investigaciones. Sin embargo, estas acusaciones son bastante dudosas. Después de todo, los restos fueron descubiertos mayoritariamente por los indonesios (Jacob afirmó que, en septiembre de 2003, ningún científico australiano seguía trabajando en la excavación, mientras que algunos indonesios sí.[10]).

Últimos hallazgos

Investigadores de la Institución Smithsoniana han publicado recientemente (21 septiembre 2007) en la revista Science nuevas conclusiones tras analizar tres pequeños huesos de la muñeca del "Hobbit".Encontraron su muñeca muy parecida a la de simios africanos u homínidos primitivos y muy diferente de la de los neandertales o a la de los seres humanos modernos.

En efecto, la configuración de los huesos de la muñeca del H. floresiensis son más semejantes a los de un chimpancé que a los de un H. sapiens no pudiendo distribuir bien la fuerza provocada por los impactos del dedo pulgar tal cual ocurre en los H. sapiens y ocurría incluso en los H. neanderthalensis. Esta constatación evidenciaría que efectivamente se trata de una especie diferente, y no de un Homo sapiens enfermo. Los humanos modernos, los neandertales y los Homo floresiensis comparten un ancestro común.

También según últimos estudios se descubrió que el hombro del H. floresiensis era primitivo con estrías osteoarticulares que lo hacen más emparentado con el del Homo erectus que con el de los Homo sapiens.


Nuevos hallazgos del 2008

En tanto recientemente durante el inicio del año 2008 en la república de Palau, un remoto archipiélago de Micronesia situado a 2.300 kilómetros de Flores, unos paleontólogos han desenterrado los restos de otra extraña población de hombres diminutos que vivieron hasta épocas recientes, hasta hace unos 1.400 años, pero que no son idénticos al proclamado Homo floresiensis. El debate, claro está, versa sobre si ambas poblaciones deben ser consideradas especies únicas o, como varios estudios sugieren, o si aun esta vigente la hipótesis de que son simplemente H. sapiens modernos con algún problema de crecimiento.

En la investigación, que se ha publicado enla revista Plos (Public Library of Science), han participado investigadores de las universidades de Witwatersrand, en Suráfrica, y de Duke y Rutgers, en EE. UU., con el patrocinio de la National Geographic Society. Los investigadores, encabezados por Lee Berger, encontraron los huesos en unas cuevas situadas en las llamadas Rock Islands, en el sur de Palau.

"Estábamos haciendo una excursión en kayak cuando un guía me preguntó si quería ver una cueva con huesos --relata Berger--. Vi un pequeño cráneo y enseguida supe que se trataba de algo importante". La densidad de huesos era extraordinaria, pues se recuperaron más de 1.200 fragmentos tras excavar 50 centímetros en un metro cuadrado de suelo. Quizá se trataba de un lugar de enterramiento.

Los llamados "hobbits de Palau" tienen una estatura similar a la de los de Flores, alrededor de 110-20 centímetros los adultos varones, y también comparten unos dientes relativamente grandes, pero en otros aspectos, como la morfología del cerebro y la mandíbula, se parecen más a un hombre actual. Berger precisa, no obstante, que aún no se han hecho todas las pruebas para garantizar estos extremos. Los análisis preliminares de un varón revelan que pesaba 43 kilos. En el caso de una mujer, su peso fue de 29 kilogramos.

La datación por carbono 14 estimó una antigüedad de entre 1.410 y 2.980 años, bastante más reciente que los homínidos de Flores, a los que se les calcula 11.000 años. En la entrada de una de las cuevas de Palau también se hallaron los restos de individuos de mayor tamaño que vivieron hace entre 940 y 1.080 años. Según los investigadores, la pequeña estatura se explicaría con la teoría del enanismo isleño, es decir, que el aislamiento y la endogamia de las islas favorece el surgimiento de animales de talla más pequeña.

Berger contribuye al debate al postular una explicación nueva: ni son individuos deformes ni pertenecen a una especie diferente. Son, simplemente, un tipo de grupo de Homo sapiens muy pequeños, que serían comparables a poblaciones aisladas como los actuales san (bosquimanos), en África. En cualquier caso, lo que es sorprendente es que los humanos fósiles de Palau pudieran haber evolucionado tan rápido. Sin embargo hay que recalcar que los hobbit de Palau no son idénticos a los fósiles de Homo floresiensis.

No está claro si los nuevos hobbits de Palau pudieron llegar a convivir con los colonizadores australianos y javaneses porque todavía se discute si el moderno poblamiento del archipiélago se inició hace 3.000 o 1.500 años. Si realmente vivieron en épocas coetáneas, el contacto fue inevitable: Palau es demasiado pequeño (459 kilómetros cuadrados) como para pensar en dos poblaciones totalmente aisladas.

Lo cierto es que este nuevo descubrimiento echa por tierra las especulaciones sobre posibles deformaciones o enfermedades como única causa de la estatura y morfología de estos individuos, mundialmente conocidos como "Hobbits".

Referencias

Notas

  1. T. Jacob, E. Indriati, R. P. Soejono, K. Hsü, D. W. Frayer, R. B. Eckhardt, A. J. Kuperavage, A. Thorne, and M. Henneberg. "Pygmoid Australomelanesian Homo sapiens skeletal remains from Liang Bua, Flores: Population affinities and pathological abnormalities". Proc. Nat. Acad. Sci. USA.. 23 de agosto, 2006.
  2. «Otra vez microcefalia para el hobbit de Flores», en Mundo Neanderthal, 21 de agosto de 2006.

Bibliografía

El H. floresiensis fue descrito por primera vez en dos artículos publicados en la revista Nature, un año después de su descubrimiento:

  • Brown, P., et al. «A new small-bodied hominin from the Late Pleistocene of Flores, Indonesia.» Nature 431: 1055-1061 (27 de octubre de 2004)
  • Morwood, M. J., et al. «Archaeology and age of a new hominin from Flores in eastern Indonesia.» Nature 431: 1087-1091 (27 de octubre de 2004)

Véase también

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