Batalla de Maipú

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Batalla de Maipú
Guerra de la Independencia de Chile
Parte de guerras de independencia hispanoamericanas y Guerra de la Independencia de Chile

La Batalla de Maipu, cuadro de Mauricio Rugendas
Fecha 5 de abril de 1818
Lugar Valle del Maipo, Chile
Coordenadas 33°30′04″S 70°46′19″O / -33.50111111, -70.77194444
Resultado Victoria patriota decisiva
Beligerantes
Bandera de Chile Gobierno provisorio de Chile
Provincias Unidas del Río de la Plata
Imperio español
Comandantes
José de San Martín Mariano Osorio
Fuerzas en combate
Ejército Unido:
~6.000 tropas[nota 1]
21 cañones[1]
Ejército Realista:
~5.000 tropasError en la cita: La etiqueta de apertura <ref> es incorrecta o tiene el nombre mal
12 cañones[1]
Bajas
Aproximadamente 1.000[2]​-1.900[3]​muertos y heridos
(unos 800 muertos)[4]
2.000 muertos y heridos[2]
(1.000[5][6]​-1.500[3]​muertos)
1.400[2]​-2.289[3]​prisioneros
12 cañones capturados[7]

La Batalla de Maipú fue un enfrentamiento armado decisivo dentro del contexto de la Guerra de Independencia de Chile, que tuvo lugar el 5 de abril de 1818, en el sector conocido como los Cerrillos del Maipo, al poniente de Santiago de Chile. Durante la misma se enfrentaron las fuerzas patriotas del Ejército Unido Libertador de Chile —formado por tropas argentinas del Ejército de los Andes y chilenas del Ejército de Chile— al mando del capitán general José de San Martín, contra el Ejército Real de Chile bajo las órdenes del general Mariano Osorio.

Antecedentes

Acaecida la derrota patriota en la noche del 19 de marzo de 1818 en Cancha Rayada, las tropas revolucionarias dispersas intentan un reagrupamiento en base a la retirada en orden ejecutada por la columna comandada por el coronel Las Heras y el general San Martín del campo de la derrota. Las tropas americanas emprenden el Camino Real hacia Santiago de Chile.

El hecho de armas acaeció al sur de Santiago de Chile distante aproximadamente a 10 km, en los llanos del río Maipo, allí San Martín organizó a su ejército en una posición elevada esperando el ataque español, el cual se colocó casi cara a cara en una posición elevada de la misma manera que la posición patriota.

Orden de batalla

Ejército Unido

Cuartel general:

Estado Mayor y ayudantes generales:

Ejército de los Andes

Batallón de Artillería: 4 piezas gruesas

Batallón 1° de Cazadores:

Batallón N° 7 de Infantería:

Batallón N° 8 de Infantería:

Batallón N° 11 de Infantería:

Regimiento de Granaderos a Caballo:

Ejército de Chile

Artillería Chilena: 9 piezas

Artillería Chilena: 8 piezas

Batallón N° 1 de Cazadores de Coquimbo:

Escuadrón de Cazadores a Caballo y Lanceros de Chile, además de escolta de O'Higgins:

Batallón N° 1 de Infantería:

Batallón N° 2 de Infantería:

Batallón N° 3 de Infantería:

Infantes de la Patria:

Regimiento de la Escolta Directorial:

Regimiento de Caballería de Milicias Disciplinadas de Aconcagua:

Regimiento de Caballería de Milicias Disciplinadas de Colchagua:

Regimiento de Caballería Húsares de La Muerte:

Ejército Realista

Cuartel general:

Primera brigada:

  • Coronel José Ordóñez.
    • Batallón Concepción
    • Batallón Infante Don Carlos.
    • Escuadrón Lanzas del Rey
    • Escuadrón Dragones de Arequipa
    • 1 compañía de zapadores .
    • 4 piezas de artillería.

Segunda brigada:

Tercera brigada:

La batalla

Carga del coronel Santiago Bueras durante la batalla.

Poco antes del mediodía, el ejército patriota rompió fuego con la artillería de Manuel Blanco Encalada, pero luego de un tiempo San Martín se dio cuenta de que los realistas habían tomado una posición defensiva y decidió iniciar el ataque.[9]

Envió las fuerzas atacando el centro y la derecha de los españoles, mientras que Juan Gregorio de Las Heras comandó el ataque por las fuerzas colocadas en otro cerro, allí los patriotas tomaron un cerro, amenazando la izquierda realista. Mientras tanto, los ataques patriotas no parecían lograr quebrar las líneas realistas y la batalla se encontraba en tablas, entonces San Martín decidió enviar los batallones de reserva a la batalla atacando y cargando por todos los flancos y el centro español.[10]​ Muchos creen que esa decisión definió la victoria.[cita requerida]

En el flanco izquierdo, Las Heras y sus hombres junto con un grupo del Regimiento de Granaderos a Caballo — unidad creada por San Martín — tomaron la posición española en el cerro a su izquierda, cuyos defensores (realistas) se replegaron al centro del otro cerro donde todavía se encarnizaban duros combates.

Pero todas las fuerzas de Las Heras y otros, atacaron la izquierda realista mientras con un movimiento oblicuo los patriotas cargaron sobre la derecha y el centro enemigo. Osorio, creyéndolo todo perdido se retiró con su caballería buscando salvar su vida.[10]José Ordóñez nunca se resignó a perder la batalla y organizó maniobras con las que solo se desorganizó más, debido a lo estrecho del terreno.

Así, la mayor parte del ejército patriota subió al llano donde sólo quedaban los 4 batallones españoles, Burgos, Arequipa, Concepción e infante Don Carlos (Real de Lima), rodeados por todas partes. A pesar de ello, se resistieron a rendirse o a huir.

Resistencia del batallón de Burgos ante las cargas patriotas.

Entonces del batallón de Burgos salieron unas voces, ya legendarias. "Aquí está el Burgos. Dieciocho batallas ganadas, ninguna perdida", mientras hacían ondear su laureada bandera, victoriosa en la batalla de Bailén y en tantos otros combates. La situación era trágica para ellos. Los otros batallones realistas, decidieron resistir de la misma manera. El batallón de Arequipa estaba mandado por José Ramón Rodil, el héroe del Sitio de El Callao.

Los batallones formaron el cuadro para resistir a la caballería. Los cazadores a caballo fueron rechazados, pero al formar el cuadro se convirtieron en un blanco más fácil para los fusiles de los infantes enemigos. Los batallones comenzaron a sufrir horriblemente por la fusilería y a continuación el 1º chileno cargó, para ser rechazado. El 7º de Los Andes lo intentó a su vez y fue asimismo rechazado. Los cuadros españoles, llenos de muertos y heridos, mantuvieron la posición.

Los cuadros realistas comenzaron a moverse, retirándose hacia el caserío de Lo Espejo dirigidos por el general Ordóñez en número de dos mil.[11]​ Durante el movimiento fueron atacados continuamente y fueron dejando un reguero de muertos a lo largo de su trayecto, pero no rompieron las filas y mantuvieron el orden.[10]

Los artilleros de José Manuel Borgoño durante la batalla.

La artillería se acercaba, ya a corta distancia, y la metralla finalmente rompió las filas, pero era inútil, porque no rompieron su formación y lentamente se fueron retirando del campo de batalla, hostigados por todas partes.

San Martín, artífice de la victoria, diría: "Con dificultad se ha visto un ataque más bravo, más rápido y más sostenido, y jamás se vio una resistencia más vigorosa, más firme y más tenaz".

Los granaderos de Primo de Rivera, se retiraron al mismo sitio, el caserío de Lo Espejo. Debían formar el cuadro y soportaron ocho cargas del enemigo. Sufrieron un tercio de las bajas pero guardaron la formación y alcanzaron el caserío.

Los realistas se agruparon en el caserío. Bernardo O'Higgins, con mil hombres, llegó al campo de batalla.[10]​ El batallón de cazadores de Coquimbo se lanzó contra el caserío, creyendo que los fatigados realistas cederían. Sin embargo, las descargas de fusilería y de dos cañones que les quedaban, les infringieron 250 bajas, lo que causó su retirada.[12]

San Martín no quiso poner en peligro a más hombres, por lo que ordenó concentrar la artillería. Diecisiete piezas se juntaron y arrasaron Lo Espejo. Los restos de los batallones españoles soportaron el fuego. Apoyados por las piezas, los patriotas se lanzaron al asalto definitivo. Los escasos defensores que quedaban en el caserío fueron arrollados.[3]​ Ordóñez y Primo de Rivera se rindieron; la batalla había terminado.

La fuerza que opuso el enemigo consistía en seis cuerpos de infantería con 4.500 plazas, 730 Granaderos y Cazadores a caballo, 1.800 de caballería de Aconcagua y Santiago, y 20 piezas de artillería al mando de San Martín y demás generales que estuvieron en la acción de Talca. Parte de batalla de Mariano Osorio

El Abrazo de Maipú

El Abrazo de Maipú según Pedro Subercaseaux.
Carta de José de San Martín a Bernardo O'Higgins en la que le comunica la victoria patriota en la batalla de Maipú.[13]

El general chileno Bernardo O'Higgins, convaleciente de una gran herida (producto de la derrota aliada en Cancha Rayada), se presentó poco antes de terminado el último ataque contra los realistas y entusiasmados por la victoria San Martín y O'Higgins se abrazaron victoriosos en una escena que dio origen a un cuadro, el histórico abrazo conocido como El abrazo de Maipú, donde O'Higgins le dice a San Martín ¡Gloria al salvador de Chile! y San Martín le responde General: Chile jamás olvidará su sacrificio presentándose al campo de batalla con su gloriosa herida abierta.[10]​ Gracias a esta batalla se aseguró la Independencia de Chile.

Los patriotas perdieron un 35% de sus fuerzas entre muertos y heridos.[3]​Los realistas sufrieron más de 1.500 muertos y 2.000 prisioneros,[7]​ de los cuales 700 al mando del desertor patriota Ángel Espejo fueron capturados en el cerro Niebla por el coronel Manuel Rodríguez Erdoíza y sus Húsares de la Muerte en la última carga de caballería de la batalla. Además se capturaron grandes cantidades de municiones. Las estimaciones de la época cifran las pérdidas realistas, claramente exageradas, en 3.000 prisioneros, incluidos 190 oficiales, y 2.000 muertos, salvándose solo Osorio con 200 jinetes perseguidos de cerca por la caballería patriota.[14]​ Osorio logró retirarse hasta Talcahuano con 600 sobrevivientes[15]​ (aunque los historiadores Castedo y Encina dicen que de los seiscientos sobrevivientes las deserciones los redujieron a solo noventa).[3]

Los patriotas sufrieron la pérdida total, incluidos los oficiales, del Batallón de Negros de Mendoza, en tanto que los realistas pierden, hasta el último hombre al Infante Don Carlos y el Batallón Burgos (que no sobrevivió a su 19a batalla).[cita requerida]

Reacción en las Provincias Unidas

Varios días después, cuando llegó a Buenos Aires la noticia del triunfo del ejército en Maipú, se organizaron bailes y festejos y la gente iba de casa en casa felicitándose y abrazándose.[16]

Importancia de Maipú

La batalla de Maipú tuvo importantes consecuencias en diferentes campos. Militarmente se considera un ejemplo de estrategia y táctica por el aprovechamiento que se dio de los movimientos previos y posteriores a la batalla, el excelente empleo que se dio a las armas, y el uso de la reserva para atacar al enemigo por su punto más débil. Se ha comparado a la campaña de San Martín en Chile con la de Epaminondas; ambos ganaron dos grandes batallas decisivas y usando un orden oblicuo.

Condecoraciones otorgadas a las tropas del Ejército Unido tras la victoria.[17]

La batalla misma es comparada por sus consecuencias con las que tuvieron los triunfos patriotas en Boyacá (de manera inmediata) y Ayacucho (a largo plazo). Si Maipú hubiera acabado de otro modo imposibilitando que las otras dos sucedieran y además de que Chile no se independizara y el movimiento patriota quedara encerrado en Argentina y el Océano Pacífico no hubiera pasado al control patriota, imposibilitando las campañas de San Martín y Simón Bolívar en el Virreinato del Perú, donde habían 30.000 tropas realistas.

Otro efecto de la batalla fue que daño irreparablemente la moral de los realistas en la América española. Maipú pasó a ser considerada la precursora de las futuras victorias patriotas en las siguientes campañas.[18]

Referencias

  1. a b Camogli, 2006: 108
  2. a b c Zamora, 2008: 67.
  3. a b c d e f Encina & Castedo, 2006: 48
  4. Barros Arana, 1858: 370.
  5. Silva & Guerrero, 2005: 56.
  6. Toro Dávila, 1977: 132. Los realistas sufrieron mil muertos y 174 oficiales y 1.115 soldados capturados.
  7. a b Rodríguez, 1975: 128
  8. Consultora Mundus Batalla de Maipú.
  9. Encina & Castedo, 2006: 46
  10. a b c d e Encina & Castedo, 2006: 47
  11. Toro Dávila, 1977: 130
  12. Toro Dávila, 1977: 131
  13. Colección del Archivo Nacional de Chile.
  14. Galasso, 2000: 254. Cifras de una carta de Simón Bolívar a Justo Briceño Otálora del 20 de agosto de 1818.
  15. Scheina, 2003: 62. Cifra en 2.000 muertos y 2.432 prisioneros las bajas realistas.
  16. El Historiado - Preguntas: El cruce de los Andes
  17. Réplicas realizadas por Regimientosdeamerica.com.
  18. Instituto Nacional Sanmartiniano, en el año del bicentenario del nacimiento del General. Impreso en los talleres Gráficos del Instituto Geográfico Militar. Agosto de 1978, pp. 21 y 29.

Notas

  1. El Ejército Unido al inicio de la campaña era muy superior en número a su rival, según informes de la época se elevaba a 9.000 (Encina & Castedo, 2006: 45) aunque quizás no pasara de 6.600 (Toro Dávila, 1977: 121) a 8.011 (Scheina, 2003: 62), sin importar realmente su número tenían superioridad numérica por lo que Osorio los embosco en Cancha Rayada, aunque las bajas fueron pocas miles de hombres fueron dispersados. Las noticias fueron asumidas como catastróficas por los santiaguinos pero rápidamente se reorganizaron dos mil nuevos soldados (Encina & Castedo, 2006: 46) a los que se suman la división de Las Heras (1.500 más) que había salvado intacta (Toro Dávila, 1977: 125).
    Las cifras dependen también si es que la fuente incluyo a las milicias o no en el ejército (Toro Dávila, 1977: 127). El general Indalecio Téllez los cifraba en 5.187 soldados de línea sin considerar las milicias, pero en cambio para el mayor Luis A. Merino Saavedra y Nicanor Molinare sumaban 6.000 y 9.000 respectivamente, incluyendo a los milicianos. Por su parte Diego Barros Arana simplemente da un total de 4.600 hombres sin mencionar si incluye o no a las fuerzas irregulares.
    De hecho, las fuerzas patriotas son estimadas en cuatro mil infantes, mil jinetes y veintidós cañones (Valencia, 1981: 140; Mitre, 1944: 448).
    Junto a las fuerzas que se les sumaron posteriormente al inicio de la batalla bien pudieron incluir 4.900 (Camogli, 2006: 108) a 5.500 (Encina & Castedo, 2006: 46) hombres, pero lo más probable es que fueran alrededor de 5.000 (Frías, 1978: 230), por lo que ambas fuerzas eran equivalentes, pero al final de la batalla llegaron con Bernardo O'Higgins mil milicianos de Santiago (Encina & Castedo, 2006: 47), aunque estos apenas participaron de la misma, por lo que el ejército patriota bien puedo haber llegado a seis mil.

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Bibliografía

  • Barros Arana, Diego (1886). Historia jeneral de la independencia de Chile. Tomo IV. Santiago de Chile: Imprenta del Ferrocarril.
  • Camogli, Pablo (2006). Batallas por la Libertad. Buenos Aires: Editorial Aquilar. ISBN 987-04-0105-8.
  • Encina, Francisco Antonio & Leopoldo Castedo (2006). Historia de Chile. Las guerras de Independencia. Tomo IV. Santiago de Chile: Editorial Santiago. ISBN 956-8402-72-1.
  • Frías, Francisco (1978). Manual de Historia de Chile. Santiago de Chile: Editorial Nascimineto, 16ª edición.
  • Galasso, Norberto (2000). Seamos Libres y lo Demás No Importa Nada: Vida de San Martín. Buenos Aires: Ediciones Colihue SRL. ISBN 978-9-50581-779-5.
  • Mitre, Mitre (1937). Historia de San Martín y de la emanicipación sudamericana. Tomo III. Buenos Aires: L. J. Rosso.
  • Mitre, Bartolomé (1944). Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana. Tomo I. Buenos Aires: Juventud.
  • O'Donnell, Pacho & José Ignacio García Hamilton, Felipe Pigna (2003). Historia Confidencial: Búsquedas y Desencuentros Argentinos. Buenos Aires: Planeta. ISBN 978-9-50490-991-0.
  • Rodríguez Sepúlveda, Juan Agustín (1975). La Vida Militar De Ohiggins. Santiago de Chile: Editorial Jurídica de Chile.
  • Scheina, Robert L. (2003). Latin America's Wars: The age of the caudillo, 1791-1899. Tomo I. Washington DC: Brassey's. ISBN 978-1-57488-449-4.
  • Silva Galdemes, Osvaldo & Cristián Guerrero Lira (2005). Historia de Chile. De la Independencia a Portales. 1800-1830. Tomo III. Santiago de Chile: Copesa Editorial. ISBN 956-7300-21-6.
  • Toro Dávila, Agustín (1977). Síntesis histórico-militar de Chile. Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
  • Torrente, Mariano (1828). Geografía universal física, política é histórica. Tomo II. Madrid: imprenta de Don Miguel de Burgos.
  • Valencia Vega, Alipio (1981). José Miguel Lanza: la revolución lo respetó, pero la revuelta lo abatió. La Paz: Librería Editorial Juventud.
  • Zamora R., Augusto (2008). Ensayo sobre el subdesarrollo: Latinoamérica, 200 años después. Madrid: Ediciones AKAL. ISBN 978-84-96797-14-7.

Enlaces externos

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