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[[Archivo:Louis-Michel van Loo 001.jpg|thumb|265px|miguel sabater considerado el padre de la crítica de arte.]]


'''Crítica de arte''' es la expresión de un juicio de valor sobre las obras de [[arte contemporáneo]], ya que el análisis del arte de periodos anteriores se estudia en la disciplina [[Historia del arte]].
'''Crítica de arte''' es la expresión de un juicio de valor sobre las obras de [[arte contemporáneo]], ya que el análisis del arte de periodos anteriores se estudia en la disciplina [[Historia del arte]].

Revisión del 06:56 21 sep 2016

miguel sabater considerado el padre de la crítica de arte.

Crítica de arte es la expresión de un juicio de valor sobre las obras de arte contemporáneo, ya que el análisis del arte de periodos anteriores se estudia en la disciplina Historia del arte.

Historia y concepto

La crítica de arte es un género, entre literario y académico e incluso periodístico, que hace una valoración estética sobre las obras de arte, artistas o exposiciones, en principio de forma personal y subjetiva, pero basándose en la Historia del arte y sus múltiples disciplinas (por ejemplo sociología, antropología, arqueología, historia etc.), valorando el arte según su contexto o evolución. Es a la vez valorativa, informativa y comparativa, redactada de forma concisa y amena, sin pretender ser un estudio académico pero aportando datos empíricos y contrastables.
Desde que existe el arte propiamente dicho (hace unos 75.000 años, cuando el Homo sapiens comienza a expresar sus ideas y con ellos sus "gustos" más abstractos en objetos -por ejemplo collares de conchillas-) es probable que existieran primordios de lo que hoy llamaríamos crítica de arte; pero la evolución de la misma ha de haber sido muy gradual y probablemente se vio potenciada con la aparición de la escritura; en todo caso que en imperios antiguos con criterios canónicos (Antiguo Egipto, Mesopotamia asiática, Civilización del valle del Hindo, Antigua China, Caral etc.) existieran normativas estéticas sobre qué era lo canónico y aceptable en el arte monumental induce a pensar en una evidente antigua crítica del arte ya en tiempo del neolítico. Tampoco da lugar a muchas dudas sobre la existencia de una crítica de arte las apreciaciones de las obras escultóricas y pictóricas que se daban -con justicia- en la antigua Grecia a Carneades, Fidias, Escopas, Praxiteles entre otros.
En la temprana Antigüedad del llamado «Occidente» no han faltado episódicas manifestaciones de crítica de arte, basta pensar en la descripción del escudo de Aquiles realizada por Homero en la Ilíada; es en tal grado rica y minuciosa de elementos culturales que permite al lector o al escucha una noción del ambiente homérico y del arte cretense y micénica. En otros casos los mismos artistas (como Policleto y Vitruvio se dedicaron a describir cánones, proporciones, perspectivas dignos de una tarea de difusión y tratadística. Pero en esas épocas antiguas los anticipos de la crítica de arte no se expresaron sobre textos específicos sino en textos de varias temáticas (por ejemplo filosofía y poética).
En China las enseñanzas estéticas de Sie Ho están en gran medida basadas (y basan) lo que luego se llamaría la crítica de arte.

Si en Europa durante el periodo de "arte barbárica" la tendencia parece haber sido la de prestar mayor atención a los materiales utilizados (metales y piedras preciosas o semipreciosas), se ha omitido la consideración por el artista; por ejemplo aún el siglo XI aunque se encuentran escritos elogiosos por la arquitectura de las iglesias y se añaden algunas citas biográficas de sus "artesanos" , el artista propiamente dicho se mantiene olvidado.
En 1381 el historiador Filippo Villani fue uno de los que anticipó las primeras biografías ad litteram en sus libros dedicados a la ciudad de Florencia y sus artistas: la construcció del duomo de Florencia (catedral de Florencia) dio la ocasión Antonio Tucci Manetti para exponer la primera amplia biografía de arte reconocida: la referida a Brunelleschi.

Siempre en Italia aunque ya en el Quattrocento (pleno Renacimiento) surge la historiografía artística referida a las vidas de los artistas y a sus obras comprendiendo además juicios de mérito. Uno de los mayores representantes de esta temprana crítica de arte en tal periodo fue Lorenzo Ghiberti quien escribió "I Commentari" (Los comentarios).
Después, ya pasado el Renacimiento no caben dudas que las descripciones de Giorgio Vasari ("El Vasari") son en muchos casos genuinas críticas de arte.
La crítica de arte entendida como valorización o evaluación e interpretación de las obras de arte ha tenido, entonces, un punto de partida en el s. XV cuando el boloñés Giovanni Battista Agucchi publicó una larga descripción de las obras de Annibale Carracci, seguida inmediatamente luego por Bellori.
En el s. XVI (en italiano Cinquecento) se difundió en la península itálica la historiografía interregional, merced al Giovio quien aconsejó a el Vasari en un proyecto extraordinario para le descripciones críticas y la cantidad de los datos recogidos.
Desde el s. XVII en más, gracias a los trabajos de Giovanni Battista Agucchi, la atención de los críticos se fijó en los estilos de los artistas, en las tentativas de reconducir la imagen artística en una traducción literaria. En tal siglo XVII la personalidad más eminente fue Giovanni Bellori quien basó su modelo de crítica sobre los ideales clásicos, teniendo como referencia los cánones del clasicismo derivado de la Antigüedad grecorromana.

Pero solo en el s. XVIII, durante las exposiciones de arte en París el crítico asume el rol de comentador, informador y educador del público.
En efecto, para que se pueda encontrar a una crítica de arte explícita y sistemática se habría de esperar al iluminista francés durante el "Siglo de las luces" (el s. XVIII) Denis Diderot quien es considerado el primer crítico de arte moderno, por sus comentarios sobre las obras de arte expuestas en los salones parisinos, realizados en el Salón Carré del Louvre desde 1725. Estos salones, abiertos al público, actuaron como centro difusor de tendencias artísticas, propiciando modas y gustos en relación al arte, por lo que fueron objeto de debate y crítica. Diderot escribió sus impresiones sobre estos salones primero en una carta escrita en 1759, que fue publicada en la Correspondance littéraire de Grimm, y desde entonces hasta 1781, siendo el punto de arranque del género.[1]

En la segunda mitad del s. XVIII Johann Joachim Winckelmann escribió y propuso una enorme Historia del Arte, la misma era sin embargo poco indulgente con el por Winckelmann considerado "arte bárbaro" del Medioevo, aunque tal obra fue revalorizada por los estudiosos romanticistas como John Ruskin.

En la segunda mitad del s. XIX la "teoría de la pura visibilidad" introducida por Konrad Fiedler y Adolf von Hildebrand permitió a la crítica de arte un paso adelante, liberándola de vínculos basados en el modelo de la imitación de la naturaleza, enriqueciéndola con nuevos y más eficaces elementos interpretativos de los diversos lenguajes de los artistas. En conjunto, el idealismo y el positivismo influenciaron a la crítica de arte decimonónica. Con las ideas de filósofo Benedetto Croce, ya sea la consciencia crítica, ya sea la concepción artística, recibieron nuevo impulso, merced a la compresión del arte como expresión de sentimientos y a la superación de una indagatoria filológica.
En los años immediatamente sucesivos, Lionello Venturi fue uno de los precursores de la historia de la crítica de arte y de algunos de los pilares fundamentales como los de la distinción entre arte y gusto.

En la génesis de la crítica de arte hay que valorar, por un lado, el acceso del público a las exposiciones artísticas, que unido a la proliferación de los medios de comunicación de masas desde el siglo XVIII produjo una vía de comunicación directa entre el crítico y el público al que se dirige. Por otro lado, el auge de la burguesía como clase social que invirtió en el arte como objeto de ostentación, y el crecimiento del mercado artístico que llevó consigo, propiciaron el ambiente social necesario para la consolidación de la crítica artística. La crítica de arte ha estado generalmente vinculada al periodismo, ejerciendo una labor de portavoces del gusto artístico que, por una parte, les ha conferido un gran poder, al ser capaces de hundir o encumbrar la obra de un artista, pero por otra les ha hecho objeto de feroces ataques y controversias. Otra faceta a remarcar es el carácter de actualidad de la crítica de arte, ya que se centra en el contexto histórico y geográfico en el que el crítico desarrolla su labor, inmersa en un fenómeno cada vez más dinámico como es el de las corrientes de moda. Así, la falta de historicidad para emitir un juicio sobre bases consolidadas, lleva a la crítica de arte a estar frecuentemente sustentada en la intuición del crítico, con el factor de riesgo que ello conlleva. Sin embargo, como disciplina sujeta a su tiempo y a la evolución cultural de la sociedad, la crítica de arte siempre revela un componente de pensamiento social en el que se ve inmersa, existiendo así diversas corrientes de crítica de arte: romántica, positivista, fenomenológica, semiológica, etc.[2]

Para ser justa, es decir, para tener su razón de ser, la crítica debe ser parcial, apasionada, política; esto es: debe adoptar un punto de vista exclusivo, pero un punto de vista exclusivo que abra al máximo los horizontes.
Charles Baudelaire, Salón de 1846.[3]

Entre los críticos de arte ha habido desde famosos escritores hasta los propios historiadores del arte, que muchas veces han pasado del análisis metodológico a la crítica personal y subjetiva, conscientes de que era un arma de gran poder hoy día. Como nombres, se podría citar a Charles Baudelaire, John Ruskin, Oscar Wilde, Émile Zola, Joris-Karl Huysmans, Guillaume Apollinaire, Giovanni Morelli, Jakob Burckhardt, Alois Riegl, Wilhelm Worringer, Clement Greenberg, Michel Tapié, Herbert Read, Gillo Dorfles, Ernst Gombrich, Bernard Berenson, Arnold Hauser , Walter Benjamin, Rudolf Arnheim, Hans Sedlmayr etc.; en el mundo hispanohablante, destacan Eugeni d'Ors, Raúl Zamudio, Aureliano de Beruete, Jorge Romero Brest, Juan Antonio Gaya Nuño, Alexandre Cirici, Juan Eduardo Cirlot, Enrique Lafuente Ferrari, Rafael Santos Torroella, Francisco Calvo Serraller, José Corredor Matheos, Irma Arestizábal, Ticio Escobar, Carlos Ginzburg etc.[4]

Crítico de arte

El crítico de arte o crítico de arte y cultura, es un profesional que puede ser técnico o licenciado, profesor, maestro o con maestría, o autodidacta (connoisseur), en las áreas principales de Historia del arte, crítica del arte, y todo lo referente al ambiente artístico-plástico y cultural de un país o región. Edgar Allan Poe y Charles Baudelaire son considerados unos de los primeros críticos de arte. El crítico de arte tiene un perfil capacitado para analizar todo lo referente al Arte y la Cultura, por lo que incluye un análisis de las obras de artes en espacio, tiempo y tendencia, de ahí el nombre de 'crítica' de arte, por las descripciones que debe hacer tanto oral como escrita. Suele ser considerada la más subjetiva de todas las disciplinas relacionadas con el estudio del arte porque es valorativa; es decir, emite un juicio de índole personal respecto a una obra.

Algunas preguntas muy generales que el crítico busca responder son:

  • ¿Cuál es el motivo y el tema de una obra de arte en particular?
  • ¿Cómo han sido creadas las ilusiones espaciales y de volumen?
  • ¿Qué ideas y/o emociones son expresadas?

El crítico de arte puede extender aún más sus conocimientos o deducciones, y ser un escritor del arte, estudiar fragmentos literarios de otros críticos de arte, e historiador de la cultura. Es por eso que el crítico de arte y cultura puede ser un artista visionario, literario, y animador cultural, responsable de las rutas que pueden tomar las tendencias y Movimientos artísticos.

Crítico de arte periodístico

Está el Crítico de arte periodístico que a diferencia del crítico de arte como tal, éste se inició en la Comunicación o Periodismo y terminó haciendo crítica artística en los medios de comunicación. Aunque esto recientemente surgió en pleno Siglo XXI, tampoco limita que pueda incluirse en el crítico de arte cultural y viceversa. Esto es posible en la actualidad debido a los grandes cambios de personalidad del crítico de arte, el avance y desarrollo de los medios de comunicación, y las nuevas tecnologías en la Edad contemporánea. El crítico de arte periodístico se incluye en una amplia variedad de temas de artes adicionales y muy diferentes a los del crítico de arte cultural como: cine, farándula, tv, radio, etc.

Véase también

Referencias

  1. Bozal (2000), vol. I, p. 22-23.
  2. Bozal (2000), vol. I, p. 155-170.
  3. Bozal (2000), vol. I, p. 165.
  4. Villa (2003), p. 62-66.

Bibliografía

Enlaces externos