Diferencia entre revisiones de «Homo sapiens»

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=== Evolución humana ===
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En principio, en cuanto perteneciente al infraorden de los [[catarrino]]s, el ''Homo sapiens'' parece tener su ancestro, junto con todos los primates catarrinos, en un período que va de los 50 a 33 millones de [[año]]s antes del presente (AP), uno de los primeros catarrinos, quizás el primero, es el ''[[Propliopithecus]]'', incluyendo al ''[[Aegyptopithecus]]'', en este sentido, el ser humano actual, al igual que primates del "[[Viejo Mundo]]" con características más primitivas, probablemente descienda de esa antigua especie. En cuanto a la [[Bipedación|bipedestación]], ésta se observa en ciertos primates a partir del [[Mioceno]]. Ya se encuentran ejemplos de bipedación en el ''[[Oreopithecus|Oreopithecus bambolii]]'' y la bipedestación parece haber sido común en ''[[Orrorin]]'' y ''[[Ardipithecus]]''. La mutación que llevó al bipedación fue exitosa porque dejaba libre las [[mano]]s como para fabricar artefactos y, particularmente, porque en la marcha un homínido ahorra mucha más [[energía]] andando sobre dos patas que sobre cuatro, puede acarrear objetos durante la marcha y otear más lejos. Sin embargo, de remontarse la bipedestación a quizás a unos 8 millones de años aP, la andadura o forma de marcha típica del humano moderno se consolida aproximadamente hace al menos unos 1,5 millones de años con el ''[[Homo erectus]]'' o con el ''[[Homo ergaster]]'', previo a éstos los primates antropoides apoyaban toda la planta del pie haciendo una flexión y descargando el peso en el calcanio, la andadura moderna implica la existencia de un pequeño ángulo entre el dedo gordo y el eje del pie, así como la presencia del arco longitudinal de la planta y una distribución medial del peso (notar que en las mujeres la andadura distribuye el peso más hacia las partes internas del pie debido a la mayor anchura de la pelvis).<ref>Según estudio a partir de los hallazgos en [[Heret]] (actual [[Kenia]]) de la [[Rutgers University]] coordinado el antropólogo John Wik Harris y estudio de la [[Bornemooth University]] coordinado por Mathew R. Bennet publicado en [[Science]] de febrero [[2009]]</ref>
En principio, en cuanto Rubén apareció se volvio todo el mundo gilipollas y
perteneciente al infraorden de los [[catarrino]]s, el ''Homo sapiens'' parece tener su ancestro, junto con todos los primates catarrinos, en un período que va de los 50 a 33 millones de [[año]]s antes del presente (AP), uno de los primeros catarrinos, quizás el primero, es el ''[[Propliopithecus]]'', incluyendo al ''[[Aegyptopithecus]]'', en este sentido, el ser humano actual, al igual que primates del "[[Viejo Mundo]]" con características más primitivas, probablemente descienda de esa antigua especie. En cuanto a la [[Bipedación|bipedestación]], ésta se observa en ciertos primates a partir del [[Mioceno]]. Ya se encuentran ejemplos de bipedación en el ''[[Oreopithecus|Oreopithecus bambolii]]'' y la bipedestación parece haber sido común en ''[[Orrorin]]'' y ''[[Ardipithecus]]''. La mutación que llevó al bipedación fue exitosa porque dejaba libre las [[mano]]s como para fabricar artefactos y, particularmente, porque en la marcha un homínido ahorra mucha más [[energía]] andando sobre dos patas que sobre cuatro, puede acarrear objetos durante la marcha y otear más lejos. Sin embargo, de remontarse la bipedestación a quizás a unos 8 millones de años aP, la andadura o forma de marcha típica del humano moderno se consolida aproximadamente hace al menos unos 1,5 millones de años con el ''[[Homo erectus]]'' o con el ''[[Homo ergaster]]'', previo a éstos los primates antropoides apoyaban toda la planta del pie haciendo una flexión y descargando el peso en el calcanio, la andadura moderna implica la existencia de un pequeño ángulo entre el dedo gordo y el eje del pie, así como la presencia del arco longitudinal de la planta y una distribución medial del peso (notar que en las mujeres la andadura distribuye el peso más hacia las partes internas del pie debido a la mayor anchura de la pelvis).<ref>Según estudio a partir de los hallazgos en [[Heret]] (actual [[Kenia]]) de la [[Rutgers University]] coordinado el antropólogo John Wik Harris y estudio de la [[Bornemooth University]] coordinado por Mathew R. Bennet publicado en [[Science]] de febrero [[2009]]</ref>


Probablemente cuando los ancestros del ''Homo sapiens'' vivían en [[selva]]s comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en [[vitamina C]], pudieron perder la capacidad [[Metabolismo|metabólica]], que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina; ya antes parecen haber perdido la capacidad de digerir la [[celulosa]]. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes, la pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes como la vitamina C habría sido compensada por una [[mutación]] favorable que permite al ''Homo sapiens'' una metabolización óptima (ausente en primates) del [[almidón]] y así una rápida y "barata" obtención de [[energía]], particularmente útil para el cerebro. El ''Homo sapiens'' parece ser una criatura bastante indefensa y como respuesta satisfactoria la única solución evolutiva que ha tenido es su complejísimo [[sistema nervioso central]]. Espoleado principalmente por la busca de nuevas fuentes de alimentación. Se ha observado que la cefalización aumentó paralelamente al incremento de consumo de carne.{{cita requerida}} La habilidad humana para digerir alimentos con alto contenido de almidón como las papas, podría explicar el éxito del homo sapiens en el planeta, sugiere un estudio genético.<ref>{{cita web
Probablemente cuando los ancestros del ''Homo sapiens'' vivían en [[selva]]s comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en [[vitamina C]], pudieron perder la capacidad [[Metabolismo|metabólica]], que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina; ya antes parecen haber perdido la capacidad de digerir la [[celulosa]]. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes, la pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes como la vitamina C habría sido compensada por una [[mutación]] favorable que permite al ''Homo sapiens'' una metabolización óptima (ausente en primates) del [[almidón]] y así una rápida y "barata" obtención de [[energía]], particularmente útil para el cerebro. El ''Homo sapiens'' parece ser una criatura bastante indefensa y como respuesta satisfactoria la única solución evolutiva que ha tenido es su complejísimo [[sistema nervioso central]]. Espoleado principalmente por la busca de nuevas fuentes de alimentación. Se ha observado que la cefalización aumentó paralelamente al incremento de consumo de carne.{{cita requerida}} La habilidad humana para digerir alimentos con alto contenido de almidón como las papas, podría explicar el éxito del homo sapiens en el planeta, sugiere un estudio genético.<ref>{{cita web

Revisión del 13:52 27 ene 2010

 
Homo sapiens

Imagen de la Pioneer 11 y Voyager I y II, representando a un varón y una mujer.
Taxonomía
Superreino: ( Dominio): Eukaryota
Reino: Animalia
Subreino: Eumetazoa
(sin rango) Bilateria
Superfilo: Deuterostomia
Filo: Chordata
Subfilo: Vertebrata
Infrafilo: Gnathostomata
Superclase: Tetrapoda
Clase: Mammalia
Subclase: Theria
Infraclase: Placentalia
Superorden: Euarchontoglires
Orden: Primates
Suborden: Haplorrhini
Infraorden: Simiiformes
Parvorden: Catarrhini
(sin rango): Euarchonta
Superfamilia: Hominoidea
Familia: Hominidae
Subfamilia: Homininae
Tribu: Hominini
Subtribu: Hominina
Género: Homo
Especie: H. sapiens
Linnaeus, 1758
Subespecies

Los seres humanos constituyen, desde el punto de vista biológico, una sola especie animal: Homo sapiens. Son también llamados genéricamente hombres, aunque ese término se aplica también específicamente a los individuos de sexo masculino, por lo que se propone el uso de términos como ser humano, especie humana y evitar la confusión con el varón. Incluso existe una propuesta para usar términos más neutros de género como humán/humanes.[1]

En el pasado, el género Homo fue más diversificado, y durante el último millón y medio de años incluyó numerosas otras especies. Desde la extinción del Homo neanderthalensis, hace 25.000 años y del Homo floresiensis, hace unos 12.000 años, el Homo sapiens es la única especie viva del género Homo que aún prevalece en el tiempo.

Hasta hace poco, la biología utilizaba un nombre trinomial Homo sapiens sapiens para esta especie, pero más recientemente se ha descartado el nexo filogenético entre el Neandertal y la actual humanidad,[2]​ por lo que se usa exclusivamente el nombre binomial. Homo sapiens pertenece a una estirpe de Primates, los hominoideos. Evolutivamente se diferenció en África y de ese ancestro surgió la familia de la que forman parte los homínidos.

Filosóficamente, quizá no haya tarea más compleja para la Humanidad que definirse a sí misma, debido a la complejidad que esto representa. Desconocemos los alcances y el destino de nuestra propia especie. El papel del hombre en el Universo es múltiple: como admirador, artífice y como ser que ha procurado, en algún modo, trascender y dejar una impronta o huella en el Universo.

Nombre científico

El nombre científico, asignado por Linneo en 1758,[3]​ alude al rasgo biológico más característico: sapiens significa "sabio" o "capaz de conocer", y se refiere a la consideración del hombre como «animal racional», al contrario que todas las otras especies. Es precisamente la capacidad del ser humano de realizar operaciones conceptuales y simbólicas muy complejas —que incluyen, por ejemplo, el uso de sistemas lingüísticos muy sofisticados, el razonamiento abstracto y las capacidades de introspección y especulación— uno de sus rasgos más destacados. Posiblemente esta complejidad, fundada neurológicamente en un aumento del tamaño del cerebro y, sobre todo, en el desarrollo del lóbulo frontal, sea también una de las causas, a la vez que producto, de las muy complejas estructuras sociales que el ser humano ha desarrollado, y que forman una de las bases de la cultura, entendida biológicamente como la capacidad para transmitir información y hábitos por imitación e instrucción, en vez de por herencia genética. Esta propiedad no es exclusiva de esta especie y es importante también en otros primates.

Una connotación moderna del ser humano es la de Homo Faber, que significa Hombre que fabrica, Hombre que crea, haciendo alusión a la tecnología de que dispone y ha sido artífice por medio de la civilización.

El naturalista sueco Carl von Linné (1707-1778) definía ya la posición de los humanos en el marco general de las especies naturales, en correlación con las especies zoológicas y botánicas. Además de incluir a la especie humana y a los monos en el orden especial de los primates, Linnéo estableció una clasificación que dividía de forma muy simplista a la especie humana, según sus rasgos físicos, en estos cuatro grupos:

  • El Homo americanus: raza cobriza. Se caracteriza por la piel rojiza, el pelo negro, liso y grueso, la nariz ancha, la escasa pilosidad.
  • El Homo europaeus: raza blanca. Se caracteriza por la piel blanca, el pelo claro abundante.
  • El Homo asiaticus: raza amarilla. Se caracteriza por la piel cetrina, por el pelo oscuro y una estatura baja.
  • El Homo afer: raza negra. Se caracteriza por la piel negra, por el pelo negro y crespo, por la nariz simiesca y por los labios gruesos.

En la actualidad existen defensores de incluir al ser humano, chimpancé, Pan troglodites, y bonobo Pan paniscus, en el mismo género, dada la cercanía filogenética, que es muy superior a la que se encuentra en otras especies animales sí agrupadas genericamente.[4]

Biología

Cuerpo humano

El organismo humano, a pesar de su similitud con otros mamíferos superiores, posee el nivel de complejidad más alto y especializado de la escala evolutiva, pues cada órgano, tejido, aparato y sistema, está en compleja interrelación que lo mantiene en equilibrio. Sobre él han surgido a lo largo de la historia movimientos para admirarlo y tratar de comprenderlo, especialmente en la edad del humanismo en Grecia y el Renacimiento europeo.

En cuanto a su locomoción y movimiento, es uno de los más plásticos del reino animal, pues existe una gama infinita de movimientos posibles, lo que le capacita para actividades trascendentes como el arte escénico y la danza, el deporte y un sinnúmero de actividades cotidianas.

La especie humana aún mantiene un notorio dimorfismo sexual en el nivel anatómico, por ejemplo, la talla media actual entre los varones caucásicos (si crecen bien nutridos y con poco estrés) hacia los 21 años es de 1,75 m, la talla media de las mujeres caucásicas en iguales condiciones es de 1,62 m, y los pesos promedios respectivos son de 75 kg y 61 kg respectivamente; aunque así como se ha notado una "tendencia secular" al aumento de las tallas (especialmente durante el siglo XX), muchos indicadores sugieren que es probable desaparezca el dimorfismo sexual en lo que a tallas y pesos respecta.

Mente

La mente se refiere colectivamente a aspectos del entendimiento y conciencia que son combinación de capacidades como el raciocinio, la percepción, la emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad. La mente, para los materialistas, es un resultado de la actividad del cerebro.

El término pensamiento define todos los productos que la mente puede generar incluyendo las actividades racionales del intelecto o las abstracciones de la imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc. Junto con los cetáceos superiores (delfines y ballenas), los antropoides no homínidos (gorila, chimpancé) y el elefante, alcanza el mayor desarrollo en la escala evolutiva y aun muchas de sus interacciones nos son desconocidas.

Nutrición humana

Etología

Ciclo vital

La especie humana es entre los animales pluricelulares actuales una de las más longevas; se tienen documentados casos de longevidad que sobrepasan los 100 años. Tal longevidad es un carácter genotípico que, sin embargo, debe ser coadyuvado por condiciones vivenciales favorables. En el Imperio romano, hacia el año 1 d. C., la esperanza de vida rondaba sólo los 25 años, debido en gran parte a la elevada mortalidad infantil[cita requerida]. La edad de la pubertad es aproximadamente a los 11 años en las niñas y a los 13 años en los niños, aunque las edades varían según la persona.

Sexualidad

Entre otras implicaciones, la importancia del lenguaje simbólico en el Homo sapiens, hace que los significantes sean los soportes del pensar o los pensamientos. En nuestra especie, el pensar humano, a partir de los tres años y medio de edad se hace prevalentemente simbólico.

Asociado con lo anterior (y esto lo explica el psicoanálisis), debe notarse que la especie humana es prácticamente la única que se mantiene en celo sexual continuo: es realmente destacable que en la especie humana no exista un estro propiamente dicho. En las mujeres existe un ciclo de actividad ovárica en virtud del cual existen cambios fisiológicos en todo su sistema reproductivo y del cual derivan ciertos cambios conductuales. Sin embargo, como en las mujeres la aceptación sexual no se circunscribe a una parte del ciclo reproductivo, no se debería usar el término "estro" o "celo" en el ser humano, dado que la aceptación sexual es independiente de su ciclo reproductivo. Ya entre chimpancés y, sobre todo, bonobos, se nota una conducta próxima.

Ahora bien; dada la dificultad de vivir solamente practicando relaciones sexuales, un "mecanismo" evolutivo compensatorio habría sido el de la sublimación -la cual se considera asociada a la existencia de un lenguaje y un pensar simbólicos-, si se da una sublimación esto parece significar que, también se da una represión (en el sentido freudiano) que origina a lo inconsciente. El Homo sapiens es, en este sentido, un animal pulsional. Según la reflexología de Pavlov el Homo sapiens no se restringe a un "primer sistema de señales" (el de estímulo/respuesta y respuesta a un estímulo substitutivo), sino que el ser humano se encuentra en un nivel de "segundo sistema de señales". Este segundo sistema es, principalmente el del lenguaje simbólico que permite una heurística, que es la capacidad para realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines.

Por otra parte, la especie humana es de las pocas, junto con el bonobo (Pan paniscus) en el reino animal que copula cara a cara, lo cual tiene implicaciones emocionales de gran relevancia para la especie.

Cabe anotar que con el surgimiento de la teoría de la inteligencia emocional, desde la psicología sistémica, el ser humano no debe reducirse a sus pulsiones, las cuales sublima o reprime, sino que se entiende como un ser sexuado, que vive esta dimensión en relación con la formación recibida en la familia y la sociedad. La sexualidad se forma entonces desde los primeros años y se va entendiendo como una vivencia procesual acorde a su ciclo vital y su contexto socio-cultural.

A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de las otras especies sexuadas, la mujer sigue viviendo mucho tiempo tras la menopausia. En las otras especies la hembra suele fenecer al poco tiempo de llegada la misma.

La cantidad máxima natural de prole que puede tener una mujer parece estar en los 25 hijos. [cita requerida]

Por la indicada prematuración, la madurez sexo-genital es -en relación a otras especies- muy tardía entre los individuos de la especie humana, actualmente en muchas zonas la menarquia está ocurriendo a los 11 años, esto significa que, aunque la madurez sexo-genital es siempre lenta en la especie humana, existe un adelantamiento de la misma respecto a épocas pasadas (del mismo modo suele darse una menopausia cada vez más tardía). Pero si la madurez sexo-genital es tardía en la especie humana, aún más suele serlo la madurez intelectual y, en especial la madurez emotiva.

Origen y evolución

Feto, por Leonardo da Vinci.
Hombre de Vitruvio, por Leonardo da Vinci

Evolución humana

En principio, en cuanto perteneciente al infraorden de los catarrinos, el Homo sapiens parece tener su ancestro, junto con todos los primates catarrinos, en un período que va de los 50 a 33 millones de años antes del presente (AP), uno de los primeros catarrinos, quizás el primero, es el Propliopithecus, incluyendo al Aegyptopithecus, en este sentido, el ser humano actual, al igual que primates del "Viejo Mundo" con características más primitivas, probablemente descienda de esa antigua especie. En cuanto a la bipedestación, ésta se observa en ciertos primates a partir del Mioceno. Ya se encuentran ejemplos de bipedación en el Oreopithecus bambolii y la bipedestación parece haber sido común en Orrorin y Ardipithecus. La mutación que llevó al bipedación fue exitosa porque dejaba libre las manos como para fabricar artefactos y, particularmente, porque en la marcha un homínido ahorra mucha más energía andando sobre dos patas que sobre cuatro, puede acarrear objetos durante la marcha y otear más lejos. Sin embargo, de remontarse la bipedestación a quizás a unos 8 millones de años aP, la andadura o forma de marcha típica del humano moderno se consolida aproximadamente hace al menos unos 1,5 millones de años con el Homo erectus o con el Homo ergaster, previo a éstos los primates antropoides apoyaban toda la planta del pie haciendo una flexión y descargando el peso en el calcanio, la andadura moderna implica la existencia de un pequeño ángulo entre el dedo gordo y el eje del pie, así como la presencia del arco longitudinal de la planta y una distribución medial del peso (notar que en las mujeres la andadura distribuye el peso más hacia las partes internas del pie debido a la mayor anchura de la pelvis).[5]

Probablemente cuando los ancestros del Homo sapiens vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad metabólica, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina; ya antes parecen haber perdido la capacidad de digerir la celulosa. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes, la pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes como la vitamina C habría sido compensada por una mutación favorable que permite al Homo sapiens una metabolización óptima (ausente en primates) del almidón y así una rápida y "barata" obtención de energía, particularmente útil para el cerebro. El Homo sapiens parece ser una criatura bastante indefensa y como respuesta satisfactoria la única solución evolutiva que ha tenido es su complejísimo sistema nervioso central. Espoleado principalmente por la busca de nuevas fuentes de alimentación. Se ha observado que la cefalización aumentó paralelamente al incremento de consumo de carne.[cita requerida] La habilidad humana para digerir alimentos con alto contenido de almidón como las papas, podría explicar el éxito del homo sapiens en el planeta, sugiere un estudio genético.[6]

El pliegue epicántico de los párpados existente en gran parte de las poblaciones del Asia y de América, el pliegue que hace 'bridados' en su aspecto externo a los ojos, ha sido una especialización de poblaciones que durante las glaciaciones debieron pervivir en lugares con abundancia de nieve: los ojos vulgarmente llamados "rasgados" entonces fueron el modo de adaptación para que los ojos no padecieran un excesivo reflejo de la luz solar reflejada por la nieve.

Las primeras modificaciones importantes que aparecen en la filogénesis de las especies que constituyen la línea evolutiva que desemboca en el Homo sapiens. Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve (aunque se mida en millones de años), esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática (por ejemplo, el corazón recibe -relativamente- "poca" sangre).

Pigmentación

Es casi seguro que la Eva mitocondrial y el Adán ó los Adanes, los primeros Homo sapiens eran melanodérmicos, esto es: de tez oscura. Esto es porque la piel oscura es una excelente adaptación a la exposición solar alta de las zonas intertropicales del planeta Tierra; la tez oscura (por melanina) protege de las radiaciones UV (ultravioletas), y obtiene de ellas por metabolismo un nutriente llamado folato indispensable para el desarrollo del embrión y del feto, empero, a medida que las poblaciones humanas migraron a latitudes más allá de los 45º (tanto Norte como Sur) la melanina paulatinamente ha sido menos necesaria, más aún, en las cercanías de las latitudes de los 50º la casi total falta de este pigmento en la dermis, cabello y ojos ha sido una adaptación para captar más radiaciones U.V. -relativamente escasas en tales latitudes; salvo que se produzcan huecos de ozono-, en tales latitudes la tez muy clara posibilita una mayor metabolización de vitamina D a partir de las radiaciones UV.

Mitos sobre los orígenes

A lo largo de la historia se han ido desarrollando distintas concepciones míticas, religiosas, filosóficas y científicas respecto del ser humano, cada una con su propia explicación sobre el origen del hombre, trascendencia y misión en la vida.

Cultura

Lenguaje y semiótica

El lenguaje designa todas las comunicaciones basadas en la interpretación, incluyendo el lenguaje humano, pero la mayoría de las veces el término se refiere a lo que los humanos utilizan para comunicarse, es decir, a las lenguas naturales. El lenguaje es universal y es usado por naturaleza en las personas y en los animales. Sin embargo, filósofos como Martin Heidegger consideran que el lenguaje propiamente tal es sólo privativo del hombre. Es famosa la tesis de Heidegger según la cual el lenguaje es la casa del ser (Haus des Seins) y la morada de la esencia humana. Este criterio es similar al de Ernst Cassirer quien ha definido al Homo sapiens como el animal simbólico por excelencia; tan es así que es casi imposible suponer un pensamiento humano sin la ayuda de los símbolos, particularmente de los significantes que subyacen como fundamentos elementales para todo pensar complejo y que transcienda a lo instintivo.

Actualmente la especie humana muestra esta faceta hablando en torno a 6.000 idiomas diferentes, si bien más del 50% de los 6.700 millones de personas que actualmente conforma la colectividad humana, sabe hablar al menos una de las siguientes ocho lenguas: chino mandarín, español, inglés, árabe, hindi, portugués, bengalí y ruso.

Espiritualidad y trascendencia

En muchas civilizaciones los seres humanos se han visto a sí mismos como diferentes de los demás animales, y en ciertos ámbitos culturales (como las religiones del Libro o buena parte de la metafísica del Occidente) la diferencia se asigna a una entidad inmaterial llamada alma, en la que residirían la mente y la personalidad, y que, en algunos casos, se imagina que puede existir con independencia del cuerpo.

Arte y Cultura

Posiblemente, la manifestación más clara de humanidad es el arte —en el sentido amplio del término—, que produce la cultura. Por ejemplo, los individuos de una determinada especie de ave fabrican un nido, o emiten un canto, cuyas características son específicas, comunes a todos los individuos de esa especie. En cambio, cada hombre puede imprimir a sus acciones los rasgos propios de su individualidad; por eso, cuando se analiza un cuadro, una forma de escribir, una manera de fabricar herramientas, etc., se puede deducir quién es su autor, su artífice, su artista.

Paralelamente, también somos la única especie que dedica su tiempo y energía a algo inútil desde el punto de vista puramente práctico. El arte es una de las manifestaciones de la creatividad humana, pero una manifestación vacía y negativa desde el punto de vista de la supervivencia. Si bien, esta actividad en principio dañina, en realidad es la herramienta con la cual desarrollamos nuestra cultura, nuestra unión, y nuestra fuerza como pueblo. Nos divide y separa de unos pueblos; y nos hermana con otros. En esta telaraña que envuelve a nuestras sociedades, a nuestro planeta.

Ciencia

Sociedad

Una sociedad humana, entidad poblacional o hábitat, es aquella que se considera a sí misma, a los habitantes y a su entorno; todo ello interrelacionado con un proyecto común, que les da una identidad de pertenencia. Asimismo, el término connota un grupo con lazos económicos, ideológicos y políticos. Tal sociedad supera al concepto de nación-estado, este plantenado a la sociedad occidental como una sociedad de naciones, etc.

Hábitat

En relación a la capacidad para realizar grandes modificaciones ambientales, cabe decir que el Homo sapiens es actualmente un poderoso agente geomorfológico, llegando incluso a ser la única especie capaz de hacer desaparecer prácticamente todo vestigio de vida en el planeta, desde mediados de siglo XX; es en éste y otros sentidos que el ser humano es actualmente el mayor superpredador y el ser vivo más poderoso del planeta, en comparación de los demás organismos vivos. Sin embargo, sigue siendo frágil ante posibles eventos cataclísmicos que pudieran afectar su hábitat, como las glaciaciones.

El Homo erectus, por ser un animal muy vulnerable en estado de naturaleza es muy dependiente de la tecnología (ergo: es dependiente de la ciencia por primitiva que esta sea), así es que se dice del Homo sapiens que es "Homo faber".

Quizás, dado que todo sistema retroalimentado de forma natural llega a su fin, el fin de un ecosistema llega cuando la vida ha logrado evolucionar hasta lograr seres con un grado de conciencia capaz de programarse en función de la educación recibida y no según lo termodinámicamente sostenible. La educación es, por tanto, la demostración evidente de si somos parte de un sistema aún mayor o intentamos independizarnos de todo, estableciendo nuestras formas de obtener nuestros recursos, sin tener en cuenta los ya establecidos por la propia naturaleza.

Por ejemplo: La naturaleza nos dota de capacidades físicas para buscar alimentos en el medio que nos rodea de una manera termodinámicamente eficaz. Nosotros establecemos que lo mejor es racionalizar los medios que la naturaleza nos da y replicarlos de forma industrial, aplicando procesos que no se dan de forma natural, aumentando el consumo energético por redundar algo que ya existe y ampliándolo a algo totalmente termodinámicamente innecesario, como es el hecho de que te lleven el alimento a casa, de intervenir los códigos genéticos de los alimentos para hacerlos resistentes a enfermedades, de influir en qué alimentos contendrán semillas y cuáles no y un largo etcétera, que a día de hoy nos hace la vida más cómoda, pero que ignoramos cómo nos van a afectar esos cambios en nuestra estructura genética y, por lo tanto, si nuestra descendencia portará características fundamentales para sobrevivir a un medio natural o, por el contrario, nacerán y dependerán tan íntimamente del medio artificial que cualquier modificación a ese medio le incapacite de tal manera que provoque su extinción.

Población

Véase también: Población humana, Razas y Etnias

Véase también

Referencias

  1. Jesús Mosterin, 2006-2008, La naturaleza humana
  2. Krings, M. et al. 1997, Neandertal DNA Sequences and the Origin of Modern Humans
  3. Linneo, C. (1758): Systema naturae per regna tria naturae, secundum classes, ordines, genera, species, cum characteribus, differentiis, synonymis, locis. (10ª ed.). La descripción que aportó para Homo sapiens fue simplemente: Nosce te ipsum ("Conócete a ti mismo").
  4. Hecht, Jeff (19 de mayo de 2003). «Chimps are human, gene study implies». New Scientist. 
  5. Según estudio a partir de los hallazgos en Heret (actual Kenia) de la Rutgers University coordinado el antropólogo John Wik Harris y estudio de la Bornemooth University coordinado por Mathew R. Bennet publicado en Science de febrero 2009
  6. «BBC Mundo». Consultado el 2009.  Texto « El almidón "estimuló la evolución" » ignorado (ayuda); Texto « Ciencia y Tecnología » ignorado (ayuda)

Bibliografía

  • Morgan Allman, John (2003), El cerebro en evolución. Ariel: Barcelona.
  • Bryson, Bill (2003), "Una breve historia de casi todo" . RBA Libros : Barcelona

Enlaces externos

En inglés: