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Diferencia entre revisiones de «Basílica de San Pedro»

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En la tradición católica, la basílica es el lugar de enterramiento de [[Simón Pedro|San Pedro]], que fue uno de los [[Apóstol#Los doce Apóstoles|doce apóstoles]] de [[Jesús de Nazaret]] y, según la tradición, fue el primer [[Papa|Obispo de Roma]] y por lo tanto el primero [[Anexo:Papas|en la línea de la sucesión papal]]. La tradición y la evidencia histórica sostienen que la [[tumba de San Pedro]] está directamente debajo del [[Altar|altar mayor]] de la basílica. Por esta razón, muchos Papas han sido enterrados en San Pedro desde la [[Cristianismo primitivo|época paleocristiana]]. En el sitio de la actual basílica han sido construidas iglesias desde el [[siglo IV]]. La construcción de la actual basílica, sobre la [[Antigua Basílica de San Pedro|antigua basílica]] [[Constantino I|constantiniana]], comenzó el [[18 de abril]] de [[1506]] y finalizó el [[18 de noviembre]] de [[1626]].<ref name="cathency">{{Harvnb|Baumgarten|1913}}</ref>
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Revisión del 01:11 20 abr 2011

Basílica de San Pedro
Parte de un Sitio Patrimonio de la Humanidad

[[Archivo:Sãopedro1.jpg

]]|280px]]
Localización
País Ciudad del Vaticano
Ubicación Ciudad del Vaticano
Dirección Plaza de San Pedro
Coordenadas 41°54′08″N 12°27′12″E / 41.902222222222, 12.453416666667
Información general
Estilo arquitectura del Renacimiento y arquitectura barroca
Parte de Peregrinaje de las siete iglesias de Roma y Ciudad del Vaticano
Construcción 18 de abril de 1506jul.
Detalles técnicos
Material cemento
Diseño y construcción
Arquitecto Miguel Ángel, Giuliano da Sangallo, Donato d'Angelo Bramante, Rafael Sanzio, Giovanni Giocondo, Antonio da Sangallo el Joven, Baldassarre Peruzzi, Bernardo Rossellino, Giacomo della Porta, Jacopo Vignola, Pirro Ligorio, Carlo Maderno y Gian Lorenzo Bernini
Fundador Julio II
Otros Punto principal de peregrinación de los fieles católicos
Información religiosa
Culto catolicismo
Diócesis Diócesis de Roma
https://www.vatican.va/various/basiliche/san_pietro/index_it.htm


En la tradición católica, la basílica es el lugar de enterramiento de San Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret y, según la tradición, fue el primer Obispo de Roma y por lo tanto el primero en la línea de la sucesión papal. La tradición y la evidencia histórica sostienen que la tumba de San Pedro está directamente debajo del altar mayor de la basílica. Por esta razón, muchos Papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana. En el sitio de la actual basílica han sido construidas iglesias desde el siglo IV. La construcción de la actual basílica, sobre la antigua basílica constantiniana, comenzó el 18 de abril de 1506 y finalizó el 18 de noviembre de 1626.[1]

San Pedro es famoso por ser un lugar de peregrinación, por sus funciones litúrgicas y por sus asociaciones históricas. Se asocia con el papado, con la Contrarreforma y con numerosos artistas, el más significativo de todos Miguel Ángel. Como una obra de arquitectura, es considerado como el mayor edificio de su época. A diferencia de la creencia popular, San Pedro no es una catedral, ya que no es la sede de un obispo. Es correctamente una basílica papal. La Archibasílica de San Juan de Letrán es la catedral de Roma.

Historia

La antigua basílica y las obras durante el Renacimiento

Imagen conjunta representando el loci Circi Neronis, la basílica antigua y la basílica nueva.
Proyecto de Bramante.
Proyecto de Rafael.

La basílica actual tiene techo de oro y es el resultado de una obra desarrollada durante varios siglos. Comenzó por ser un monumento conmemorativo, en el lugar donde San Pedro fue martirizado y enterrado, no lejos del circo de Nerón. Entre el 326 y el 330, Constantino, hizo construir una basílica, a expensas del Papa Silvestre I, que fue terminada 30 años después. Ante el altar mayor de esta iglesia fueron coronados muchos emperadores: en el día de Navidad del año 800, lo fue Carlomagno, a quien el Papa León III impuso la corona imperial romana. En el siglo XV, debido a que la basílica paleocristiana, se encontraba bastante deteriorada y amenazaba con derrumbarse, el Papa Nicolás V en 1452 encargó su reconstrucción a Bernardo Rosellino, pero los trabajos se interrumpieron tres años después, a la muerte del Papa, cuando los muros tan sólo alcanzaban a levantarse un metro del suelo. Cincuenta años después, bajo el pontificado de Julio II, se reiniciaron las obras, con la idea de que el nuevo edificio fuera el marco adecuado para acoger la sepultura de este Papa ambicioso y amante de las artes. La construcción del edificio actual se inicia el 18 de abril de 1506. El proyecto fue encargado al arquitecto Bramante, y consistía en un edificio con planta de cruz griega inscrita en un cuadrado y cubierta por cinco cúpulas (un claro ejemplo de planta centralizada típica del Renacimiento), la central en el crucero y las restantes en los ángulos; los trabajos se iniciaron con la demolición de la basílica paleocristiana; muchos puritanos lamentaron la demolición de esta estructura. Sin embargo, Bramante no pudo ver avanzar demasiado la obra, pues murió en 1514, cuando sólo se habían edificado poco más que los cuatro grandes pilares que debían sostener a la gran cúpula central.

Sus sucesores en la dirección del edificio, Rafael Sanzio, Fra Giocondo da Verona y Antonio da Sangallo el Joven cambiaron el plan bramantesto, optando por diseños que se inspiraban en la tradicional planta de cruz latina; ninguno de ellos fue llevado a cabo. Posteriormente, el Papa Pablo III encomendó la dirección de las obras a Miguel Ángel, quien retomó la idea de Bramante de planta en cruz griega. El diseño original de Bramante presentaba problemas estructurales que debieron ser corregidos. Bajo la dirección de Miguel Ángel se alzaron los muros del ábside, de una imponente monumentalidad. No obstante, la más importante aportación del gran genio fue la gran cúpula que se encuentra justo sobre el altar mayor y el sitio donde la tradición indica que se localiza la tumba del apóstol Pedro; una estructura que, a pesar de su peso, parece flotar en el aire. Veinticuatro años después de la muerte de Miguel Angel, fue concluida la cúpula según el diseño definitivo de Fontana y Giacomo della Porta, que apenas variaron los planes del maestro. Los mosaicos del interior de la misma son de Giuseppe Cesari, y representan las distintas jerarquías de santos en la gloria celestial, estando representado Dios Padre en la linterna central.

La cúpula tiene un diámetro de 42,5 metros y una altura de 132 metros, y es sin duda una de las obras maestras del Renacimiento y uno de los símbolos de la Cristiandad. La inscripción que recorre el interior de la base de la cúpula, cuyas letras miden 2 metros de altura, dice:

TV ES PETRVS ET SVPER HANC PETRAM ÆDIFICABO ECCLESIAM MEAM ET TIBI DABO CLAVES REGNI CÆLORVM

«Tú eres Pedro, y sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del Reino de los Cielos»

El Barroco y épocas posteriores

La Basílica, representada por Viviano Codazzi en una pintura de 1630. Nótense las dos torres-campanario, más tarde suprimidas.
Baldaquino de Bernini en el interior de la Basílica.

La configuración actual de la basílica en forma de cruz latina fue obra de Carlo Maderno, quien durante el pontificado de Pablo V añadió tres crujías nuevas y proyectó la fachada, compuesta de órdenes gigantes de columnas y balconadas. La basílica se dio por concluida en 1626 y consagrada solemnemente por el Papa Urbano VIII, aunque todavía quedaban muchos detalles por finalizar.

Gian Lorenzo Bernini, a instancias de Alejandro VII, proyectó la inmensa Plaza de San Pedro y la columnata que la rodea. Encima de ella y por todo el perímetro de la plaza se aprecian numerosas estatuas de santos y santas de todas las épocas y lugares. Encima de la fachada de la basílica, las estatuas de once de los Apóstoles (exceptuando Judas Iscariote), San Juan Bautista y, en el centro, Cristo. Bernini fue también el responsable de acometer los diseños y planos para las torres campanario que debían completar la fachada dejada por Maderno; la única torre completada bajo la dirección de Bernini, entre 1638 y 1641, tuvo que ser demolida poco después de su elevación ante los evidentes signos de inestabilidad de la estructura. Los relojes que ocupan los extremos de la fachada se incluyeron a finales del siglo XVIII, y son obra de Giuseppe Valadier, quien, asimismo, situó la inmensa campana fundida previamente en uno de los cuerpos laterales, que son cuanto puede considerarse como campanario una vez se determinó no volver a plantear la construcción de torres en la fachada.

Bernini se ocupó también de gran parte de la decoración interior del templo. Su obra más destacada a este respecto es el espectacular baldaquino de bronce macizo sobre el altar mayor de la basílica. El bronce utilizado en la construcción del baldaquino fue extraído de los casetones de la cúpula del Panteón de Agripa de Roma, lo cual dio pie a la frase Quod non fecerunt barbari, fecerunt Barberini, expresión latina que significa: Lo que no hicieron los bárbaros, lo han hecho los Barberini, en referencia a Urbano VIII, bajo cuyo papado se completó. Formado por cuatro columnas torsas con decoración vegetal y decorado con volutas, ángeles y telas simuladas, por todas partes aparecen las abejas, símbolo heráldico de los Barberini a cuya familia pertenecía el pontífice.

Bernini intervino, además, en la decoración del interior del ábside, que proyectó como una fulgurante Gloria en torno a un óculo con la paloma del Espíritu Santo, situando debajo un relicario con la Cathedra Petri sostenida por las gigantescas esculturas broncíneas de los Padres de la Iglesia. También ideó la decoración de los pilares de la cúpula, que concibió como nichos que albergasen las reliquias más nombradas de la basílica; bajo su dirección se colocaron cuatro monumentales esculturas, representando a Santa Elena, San Andrés, Santa Verónica y San Longinos, ocupándose él mismo de la relización de la última. El gran arquitecto fue sin duda el favorito de los papas durante el siglo XVII y su huella es omnipresente en el interor del templo. Además de las obras citadas, ideó también la decoración de la Capilla del Sacramento, con un templete flanqueado por ángeles adoradores; el monumento funerario de la condesa Matilde di Canossa, protectora del papado en el medievo; así como los sepulcros de los papas Urbano VIII y Alejandro VII, ambos piezas clave de la escultura barroca.

Otros muchos artistas trabajaron para la basílica a lo largo de los siglos. Entre ellos son de obligada cita el escultor Alessandro Algardi, autor del célebre relieve La expulsión de Atila, obra maestra del Barroco, y el maestro del Neoclasicismo Antonio Canova, que esculpió la sepultura del Papa Clemente XIII.

Algunas obras anteriores a la propia construcción de la basílica sirven hoy para su ornamento. Entre ellas, son destacables el mosaico representando La tempestad del lago Tiberíades, más conocido como La Navicella, obra de Giotto (muy retocado posteriormente), situado a los pies del templo; o el monumento funerario del Papa Inocencio VIII, obra de Antonio Pollaiuolo.

Con todo, la obra de arte más conocida de cuantas alberga la basílica en su interior es la Piedad, obra juvenil de Miguel Ángel, una de sus grandes realizaciones, que se venera en la primera capilla de la derecha.

Vista de noche de la basílica.

Datos de interés

Vista de la cúpula, diseñada por Miguel Ángel.
La Piedad, obra maestra de Miguel Ángel.
  • Entre los fondos utilizados para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro se encontraban las indulgencias vendidas por Albrecht, Arzobispo de Mainz y Magdeburg. Johann Tetzel fue enviado a Alemania a vender indulgencias. Un monje alemán, Martín Lutero, se excusó de vender estas indulgencias y escribió una carta a Albrecht de Mainz, en contra de éstas. También incluyó su "Cuestionamiento de Martín Lutero al poder y eficacia de las indulgencias", las que luego se conocieron como "Las 95 tesis". Posteriormente, esto se convirtió en un factor en el comienzo de la Reforma protestante.
  • En la nave central se reunió el concilio Vaticano II de 1962 a 1965.
  • La mayoría de los papas están enterrados en esta basílica.
  • La estatua de bronce efigiando a San Pedro que se encuentra en la parte derecha de la nave central de la Basílica fue probablemente hecha por Arnolfo di Cambio con motivo del año santo de 1300 (aunque otros sostienen que es del siglo IV o V). Los peregrinos besan su pie derecho como señal de adhesión y fidelidad al Papa. Muestra de ello es lo desgastado que se encuentra el pie tras siglos de llevarse a cabo esta práctica. En la fiesta de San Pedro y San Pablo (29 de junio) se la viste con ricos ornamentos.
  • El altar mayor, bajo el Baldaquino, es conocido también como "altar de la Confesión" por estar encima del lugar conocido como Confessio, lugar donde está enterrado el Apóstol. Se llama así porque según la tradición, en ese lugar fue martirizado, "confesando" de esa manera su fe.
  • El fondo de la basílica (el ábside) está presidido por el monumento que representa un enorme trono de bronce, la Cathedra Petri, símbolo de la potestad del Papa. En realidad, es un relicario que contiene restos de una silla de madera y marfil que, según la tradición, usaba el mismo San Pedro —si bien, según otros, se trataba del asiento que ocupaba el emperador Constantino en la primitiva basílica—. Encima del trono hay dos ángeles de bronce sosteniendo las llaves y la tiara, símbolos de la autoridad papal. Tras él se abre el llamativo ventanal que representa al Espíritu Santo como una paloma, rodeado de una vorágine de ángeles y santos. Al pie de este monumento hay un altar usado por el Papa para ciertas ceremonias, llamado precisamente "altar de la Cátedra".
La Cátedra de Pedro y la Gloria, de Bernini.
  • En los pilares que sostienen la cúpula hay cuatro grandes nichos con estatuas de santos, con un balcón encima de cada uno, en los cuales, tras sendas rejas, hay relicarios con diversas reliquias: encima de la estatua de San Longinos (el soldado romano que atravesó con su lanza el costado de Cristo, posteriormente convertido al cristianismo) se encuentra la reliquia de la misma Lanza Sagrada; encima de la estatua de la emperatriz santa Elena (la madre de Constantino, quien trajo de Tierra Santa las reliquias de la Pasión), se encuentra un gran trozo de la Cruz; encima de la estatua de santa Verónica (la mujer que según la tradición le secó el rostro a Jesús durante el Vía Crucis) se conserva esta misma tela con el rostro de Cristo impreso (lo cual dio origen a la devoción al Divino Rostro); finalmente, encima de la estatua de San Andrés, hermano de Pedro, se conservaba el cráneo de este apóstol, pero Pablo VI lo regaló a los ortodoxos (quienes veneran especialmente a este santo) como signo de buena voluntad. En lo alto de cada pilar hay también cuatro enormes medallones de mosaico que representan a los cuatro evangelistas con su respectivo animal simbólico.
  • En la fachada se abren cinco puertas, aunque una de ellas (la Puerta Santa) permanece cerrada, incluso tapada con cemento por su lado interior. Esta puerta sólo se abre cada 25 años para los años santos. La abre solemnemente el Papa al inicio de ese periodo, permaneciendo abierta para que los fieles puedan acceder a la basílica y ganar la Indulgencia jubilar. Al final de dicho año, el Papa la clausura. Las otras tres basílicas papales de Roma también tienen puertas santas.
Planimetría.
  • En el centro de la fachada vemos el balcón central, llamado "Balcón de las bendiciones" porque desde aquí el Papa imparte la bendición Urbi et Orbi (a Roma y al mundo). Esto sucede tras ser elegido Papa, y además en 2 ocasiones cada año: el día de Pascua de Resurrección, y el día de Navidad. Tras este balcón se encuentra un enorme salón, usado por el Papa para algunas audiencias y otros actos, llamado "Aula de las bendiciones".
  • Es posible la visitar la cúpula, desde donde se observan unas excelentes vistas de la Plaza de San Pedro, la Ciudad del Vaticano y la ciudad de Roma, pero se debe vestir con recato, estando prohibida la entrada a personas con tirantes y pantalones cortos (tanto hombres como mujeres).
  • Desde 1277, está conectada con el Castillo Sant'Angelo por un corredor fortificado, llamado Passetto, de unos 800 metros de longitud.
  • Esta basílica constituye el mayor templo de la cristiandad en cuanto a dimensiones.

Referencias

Enlaces externos

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