Plaguicida

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Avioneta vertiendo plaguicidas.

Según la definición de la FAO, un plaguicida es «cualquier sustancia destinada a prevenir, destruir, atraer, repeler o combatir cualquier plaga, incluidas las especies indeseadas de plantas o animales, durante la producción, almacenamiento, transporte, distribución y elaboración de alimentos, productos agrícolas o alimentos para animales, o que pueda administrarse a los animales para combatir ectoparásitos. El término incluye las sustancias destinadas a utilizarse como reguladores del crecimiento de las plantas, defoliantes, desecantes, agentes para reducir la densidad de fruta o inhibidores de la germinación, y las sustancias aplicadas a los cultivos antes o después de la cosecha para proteger el producto contra la deterioración durante el almacenamiento y transporte. El término no incluye normalmente los fertilizantes, nutrientes de origen vegetal o animal, aditivos alimentarios ni medicamentos para animales».[1]

En la definición de plaga se incluyen insectos, hierbas, pájaros, mamíferos, moluscos, peces, nematodos, o microbios que compiten con los humanos para conseguir alimento, destruyen la propiedad, propagan enfermedades o son vectores de estas, o causan molestias. Los plaguicidas no son necesariamente venenos, pero pueden ser tóxicos para los humanos u otros animales.

Pero de acuerdo a la Convención de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes, 9 de los 12 más peligrosos y persistentes compuestos orgánicos son plaguicidas.[2][3]

El término plaguicida está más ampliamente difundido que el nombre genérico exacto: biocida (literalmente: matador de la vida). El término plaguicida sugiere que las plagas pueden ser distinguidas de los organismos no nocivos, que los plaguicidas no lo matarán, y que las plagas son totalmente indeseables.[4]

Durante los años 1980, la aplicación masiva de plaguicidas fue considerada, generalmente, como una revolución de la agricultura. Eran relativamente económicos y altamente efectivos. Su aplicación llegó a ser una práctica común como medida preventiva aun sin ningún ataque visible. Desde entonces, la experiencia ha demostrado que este método no sólo perjudica el medio ambiente, sino que a la larga es también ineficaz. Donde se han utilizado los plaguicidas de manera indiscriminada, las especies de las plagas se han vuelto resistentes y difíciles o imposibles de controlar. En algunos casos se ha creado resistencia en los vectores principales de las enfermedades (p.ej. los mosquitos de la malaria), o han surgido nuevas plagas agrícolas. Por ejemplo, todos los ácaros fueron fomentados por los plaguicidas, porque no abundaban antes de su empleo. Sobre la base de esta experiencia, los especialistas en la protección de cultivos han desarrollado un método más diversificado y duradero: el manejo integrado de plagas.

Usos

Sus usos más comunes pueden ser matar ratas y mosquitos que pueden transmitir enfermedades como la fiebre amarilla y la malaria.[5]​ También pueden matar insectos que nos causan picaduras o que dañan a nuestros animales o a nuestras propiedades.[5]​ Los herbicidas también pueden proteger nuestras frutas y verduras. Los herbicidas se usan para eliminar las malezas y también para controlar a las plantas invasoras que pueden infligir daños en el medio ambiente. Los herbicidas también se usan en lagos y lagunas para controlar el crecimiento de algas y plantas acuáticas que puedan interferir con la natación, la pesca o que den malos olores.[6]​ Se usan para controlar las termitas y el moho que pueden dañar las construcciones.[5]​ En los lugares de almacenaje de alimentos se usan para controlar a los roedores e insectos que infectan los granos y otros alimentos. Cada plaguicida trae aparejados algunos riesgos; el uso adecuado de plaguicidas reduce esos riesgos a un nivel considerado aceptable por las agencias que regulan su uso, tales como la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) y por la Agencia Reguladora del Manejo de Pestes (PMRA) de Canadá.

Los plaguicidas pueden ahorrar dinero a los agricultores al prevenir las pérdidas de cosechas por insectos y otras plagas. En un estudio se calculó que los agricultores en los Estados Unidos ahorraron el equivalente de cuatro veces el coste de los plaguicidas.[7]​ Otro estudio demostró que el no usar plaguicidas resultaba en una pérdida del 10% del valor de las cosechas.[8]​ Otro estudio realizado en 1999 encontró que una prohibición de plaguicidas en los Estados Unidos puede resultar en un aumento del coste de los alimentos, pérdidas de empleos y aumento del hambre mundial.[9]

Estructura química del DDT, recientes estudios involucran este insecticida con el cáncer de mamas, en animales es tóxico para toda la cadena alimentaria por bioacumulación, su uso actual está prohibido.

El DDT, un compuesto organoclorado, ha sido usado fumigando las paredes de las casas para combatir la malaria desde la década de 1950. La Organización Mundial de la Salud ha apoyado estas medidas en algunas de sus declaraciones.[10]​ Sin embargo un estudio en 2007 parece involucrar al DDT en el cáncer de mama cuando se sufre exposición al mismo antes de la pubertad.[11]​ También puede ocurrir envenenamiento por DDT y otros compuesto clorados cuando entran en la cadena alimentaria. Los síntomas incluyen excitación nerviosa, temblores, convulsiones y muerte. Los científicos calculan que el DDT y otros compuestos químicos en la categoría de organofosfatos han salvado 7 millones de vidas desde 1945 al prevenir enfermedades como la malaria, peste bubónica, tripanosomiasis y tifus.[4]​ Sin embargo el DDT no siempre es efectivo, ya que los insectos desarrollan resistencia al mismo. Esta resistencia se empezó a notar desde 1955 y ya en 1972 diecinueve especies de mosquitos han llegado a ser resistentes al DDT.[12]​ En 2000 un estudio en Vietnam demostró que los métodos de control que no usan DDT son más efectivos.[13]​ El efecto ecológico del DDT en los organismos es un ejemplo de bioacumulación. Su uso está actualmente prohibido por el Convenio de Róterdam que involucra un gran número de países.

Clasificación

[cita requerida]

Los plaguicidas pueden clasificarse atendiendo a diversos aspectos:

Según el destino de su aplicación pueden considerarse:

  • Plaguicidas de uso fitosanitario, productos fitosanitarios: destinados a su utilización en el ámbito de la sanidad vegetal o el control de vegetales.
  • Plaguicidas de uso ganadero: destinados a su utilización en el entorno de los animales o en actividades relacionadas con su explotación.
  • Plaguicidas de uso en la industria alimentaria: destinados a tratamientos de productos o dispositivos relacionados con la industria alimentaria.
  • Plaguicidas de uso ambiental: destinados al saneamiento de locales o establecimientos públicos o privados.
  • Plaguicidas de uso en higiene personal: preparados útiles para la aplicación directa sobre el ser humano.
  • Plaguicidas de uso doméstico: preparados destinados para aplicación por personas no especialmente calificadas en viviendas o locales habitados, es el más peligroso, ya que alrededor de 10 millones de personas mueren a causa de vectores.

Según su acción específica pueden considerarse:

  1. Insecticida
  2. Acaricida
  3. Fungicidas
  4. Desinfectante y Bactericida
  5. Herbicida
  6. Fitorregulador y productos afines
  7. Rodenticida y varios
  8. Específicos post-cosecha y simientes
  9. Protectores de maderas, fibras y derivados
  10. Plaguicidas específicos varios

Según el estado de presentación o sistema utilizado en la aplicación:

  • Gases o gases licuados.
  • Fumigantes y aerosoles.
  • Polvos con diámetro de partícula inferior a 50 µm.
  • Sólidos, excepto los cebos y los preparados en forma de tabletas.
  • Líquidos.
  • Cebos y tabletas.

Según su constitución química, los plaguicidas pueden clasificarse en varios grupos, los más importantes son:

Algunos de estos grupos engloban varias estructuras diferenciadas, por lo que, en caso de interés, es posible efectuar una subdivisión de los mismos.

Según su grado de peligrosidad para las personas,[14]​ los plaguicidas se clasifican de la siguiente forma:

  1. De baja peligrosidad: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea no entrañan riesgos apreciables.
  2. Tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos de gravedad limitada.
  3. Nocivos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.
  4. Muy tóxicos: los que por inhalación, ingestión o penetración cutánea puedan entrañar riesgos extremadamente graves, agudos o crónicos, e incluso la muerte.

La clasificación toxicológica de los plaguicidas en las categorías de baja peligrosidad, nocivos, tóxicos o muy tóxicos se realiza atendiendo básicamente a su toxicidad aguda, expresada en DL50 (dosis letal al 50%) por vía oral o dérmica para la rata, o en CL 50 (concentración letal al 50%) por vía respiratoria para la rata, de acuerdo con una serie de criterios que se especifican en las normas y leyes competentes, atendiendo principalmente a las vías de acción más importantes de cada compuesto.

Efectos ambientales

El uso de plaguicidas crea una serie de problemas para el medio ambiente. Más del 98% de los insecticidas fumigados y del 95% de los herbicidas llegan a un destino diferente del buscado, incluyendo especies vegetales y animales, aire, agua, sedimentos de ríos, mares y alimentos.[15]​ La deriva de plaguicidas ocurre cuando las partículas de plaguicidas suspendidas en el aire son llevadas por el viento a otras áreas, pudiendo llegar a contaminarlas. Los plaguicidas son una de las causas principales de la contaminación del agua y ciertos plaguicidas son contaminantes orgánicos persistentes que contribuyen a la contaminación atmosférica.

En adición, el uso de plaguicida reduce la biodiversidad, reduce la fijación de nitrógeno,[16]​ contribuye al declive de polinizadores (reducción de los polinizadores en muchos ecosistemas, desde finales del siglo 20),[17][18][19][20]​ destruye hábitats (especialmente para aves),[21]​ y amenaza a especies en peligro de extinción.[4]

También ocurre que algunas pestes se adaptan a los plaguicidas y no mueren. Lo que es llamado resistencia a plaguicidas, para eliminar la descendencia de esta peste, será necesario un nuevo plaguicida o un aumento de la dosis de plaguicida. Esto causara un empeoramiento del problema de contaminación del ambiente.

Efectos en la salud

Según datos de la OMS, unas 10 personas mueren al año por el uso de plaguicidas y 20 quedan intoxicadas de forma aguda por su utilización en la agricultura y la ganadería.

Aunque para la población en general, en cuanto consumidora de productos agrícolas, los riesgos de sufrir consecuencias en su salud por el uso de plaguicidas son muy bajos, siempre que las condiciones de aplicación y eliminación de residuos hayan sido cumplidas correctamente, para los obreros de su manufactura, transporte y aplicación, así como para los agricultores, sobre todo del tercer mundo y de cultivos intensivos, el riesgo es muy grande.[22][23]

Por estas razones la Asociación Médica de Estados Unidos recomienda limitar la exposición a los plaguicidas y el uso de alternativas menos peligrosas:

Existe incertidumbre acerca de los efectos de la exposición prolongada de dosis bajas de plaguicidas. Los sistemas de supervisión actuales son inadecuados para definir los riesgos potenciales relacionados con el uso de plaguicidas y con enfermedades relacionadas a plaguicidas. . . Teniendo en cuenta estas faltas de datos, es prudente. . . limitar la exposición a plaguicidas. . . y usar los plaguicidas químicos menos tóxicos o recurrir a alternativas no químicas.[24]

De hecho, recientemente se ha demostrado cómo los plaguicidas propician la propagación y el inicio del Parkinson.[25]

Alternativas

Hay alternativas al uso de plaguicidas que incluyen métodos de cultivo usando controles biológicos, tales como feromonas y plaguicidas microbianos, ingeniería genética, métodos de disrupción de la reproducción de insectos.[4]​ Estos métodos están ganando popularidad por ser más saludables y a veces también más efectivos. En Estados Unidos la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) está registrando mayores números de plaguicidas de bajo riesgo. Las prácticas de cultivo incluyen los policultivos (cultivar una variedad de plantas, lo opuesto a monocultivo), rotación de cosechas, cultivar una cosecha donde las plagas estén ausentes o en épocas en que sean menos problemáticas, usar las llamadas cosechas trampas que atraen a las pestes hacia otras plantas para que no ataquen a la cosecha principal.[4]​ Medidas mecánicas en vez de químicas, por ejemplo el agua caliente puede tener casi tan buen efecto sobre pulgones como los plaguicidas.[4]

Otro método es la liberación de otros organismos que combaten a las plagas, como ser sus predadores y parásitos naturales.[4]​ También se usan plaguicidas biológicos como hongos patógenos de la peste, bacterias, virus.[4]

También es posible alterar el ciclo biológico del insecto por medio de esterilización de los machos que luego son liberados para que se apareen con hembras que no podrán producir crías.[4]​ Esta técnica fue usada por vez primera con el gusano barrenador del ganado en 1958 y ha sido usada posteriormente en la mosca del Mediterráneo y en la mosca tsetse[26]​ y en la polilla Lymantria dispar.[27]​ Estos procedimientos pueden ser costosos, llevar mucho tiempo y servir sólo para ciertas especies de pestes.[4]

No obstante algunos problemas hay evidencias de que los plaguicidas alternativos pueden ser tan efectivos o aun más que los tradicionales. Por ejemplo en Suecia fue posible reducir a la mitad el uso de plaguicidas en los cultivos con una reducción mínima de las cosechas.[4]​ En Indonesia los agricultores redujeron el uso de plaguicidas en las plantaciones de arroz en un 65% y experimentaron un aumento del 15% de las cosechas.[4]

Ventajas y riesgos

Las ventajas del uso de plaguicidas son la reducción de la brecha de productividad y la del nivel de insalubridad en la agricultura.

Aunque estos efectos sean positivos, hay que compararlos con el riesgo de provocar el deceso de otros seres vivos y consiguiente desastre ecológico como con el poco conocido insecticida Detritus De Tijereta. Ciertos plaguicidas son "tan efectivos" que los han tenido que prohibir para evitar la desaparición de las plagas al cien por ciento.

Insecticidas comúnmente utilizados en soja

Muchos insecticidas utilizados en los afidos de la soja son altamente tóxicos para las abejas. Los siguientes son los insecticidas comúnmente utilizados en soja.[28]

Véase también

Referencias

  1. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ed. (1986). «DEFINICIONES PARA LOS FINES DEL CODEX ALIMENTARIUS». Consultado el 22 de marzo de 2016. 
  2. http://www.pops.int/documents/guidance/beg_guide.pdf
  3. Gilden RC, Huffling K, Sattler B (enero de 2010). «Pesticides and health risks». J Obstet Gynecol Neonatal Nurs 39 (1): 103-10. PMID 20409108. doi:10.1111/j.1552-6909.2009.01092.x. 
  4. a b c d e f g h i j k l Miller GT (2004), Sustaining the Earth, 6th edition. Thompson Learning, Inc. Pacific Grove, California. Chapter 9, Pages 211-216.
  5. a b c The benefits of pesticides: A story worth telling. Purdue.edu. Retrieved on September 15, 2007.
  6. Helfrich, LA, Weigmann, DL, Hipkins, P, and Stinson, ER (June 1996), Pesticides and aquatic animals: A guide to reducing impacts on aquatic systems. Virginia Cooperative Extension. Del 14 oct. 2007.
  7. Kellogg RL, Nehring R, Grube A, Goss DW, and Plotkin S (February 2000), Environmental indicators of pesticide leaching and runoff from farm fields. United States Department of Agriculture Natural Resources Conservation Service. Revisado en 3-10-2007.
  8. Kuniuki S (2001). Effects of organic fertilization and pesticide application on growth and yield of field-grown rice for 10 years. Japanese Journal of Crop Science Volumen 70, Número 4, Páginas 530-540.
  9. Knutson, R.(1999). Economic Impact of Reduced Pesticide Use in the United States.Agricultural and Food Policy Center. Texas A&M University.
  10. Organización Mundial de la Salud (15 de Septiembre, 2006), WHO gives indoor use of DDT a clean bill of health for controlling malaria. (Del 13 de Septiembre, 2007).
  11. http://www.sustainableproduction.org/downloads/EnvandOccCausesofCancer-2007Update-DownloadVersion_000.pdf
  12. PANNA: PAN Magazine: In Depth: DDT & Malaria
  13. http://web.archive.org/web/http://www.afronets.org/files/malaria.pdf
  14. La OMS establece una clasificación en: Clase Ia - Clasificados como “Extremadamente Peligrosos” y Ib - Clasificados como “Altamente Peligrosos” [1] (consultada el 31/05/2010) La página presenta los productos que entran en estas dos categorías que son las más peligrosas.
  15. Cornell University. Toxicity of pesticides. Pesticide fact sheets and tutorial, module 4. Pesticide Safety Education Program. Referencia del 10 de octubre de 2007 .
  16. Rockets, Rusty (June 8, 2007), Down On The Farm? Yields, Nutrients And Soil Quality. Scienceagogo.com. Retrieved on September 15, 2007.
  17. HackenbergLetter from David Hackenberg to American growers from March 14, 2007 Plattform Imkerinnen — Austria accessdate:2007-03-27
  18. Wells, M,Vanishing bees threaten U.S. crops, BBC News, March 11 2007, accessdate 2007-09-19 London
  19. Haefeker, Walter. Betrayed and sold out – German bee monitoring, 2000-08-12, accessdate 2007-10-10
  20. Zeissloff, Eric Schadet imidacloprid den bienen, 2001. Accessdate=2007-10-10 in German
  21. Palmer, WE, Bromley, PT, and Brandenburg, RL. Wildlife & pesticides - Peanuts. North Carolina Cooperative Extension Service. Retrieved on 2007-10-11.
  22. Cf. US Environmental Protection Agency (August 30, 2007), Pesticides: Health and Safety. National Assessment of the Worker Protection Workshop #3.
  23. Cf. Mª Dolores Roldan Tapia, «De los cultivos al cerebro: el efecto de los pesticidas», Mente y Cerebro, 33, 2008, págs. 50-51.
  24. The American Medical Association’s Council on Scientific Affairs, 1997
  25. Un español confirma la relación directa entre los pesticidas y el Parkinson
  26. (July 2007), The biological control of pests. Como aparece el 17 de septiembre de 2007.
  27. SP-401 Skylab, Classroom in Space: Part III - Science Demonstrations, Chapter 17: Life Sciences. History.nasa.gov. Como aparece el 17 de septiembre de 2007.
  28. Insecticidas comúnmente usados en soja. Kansas State University. Extensión, agosto de 2004.

Enlaces externos