Historia de Albacete

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Yacimiento arqueológico de la Edad de Bronce de El Acequión.
A principios del siglo XX se encontraron en la localidad de El Salobral, sendas Esfinges Gemelas, pertenecientes a la cultura íbera.
Estatuaria íbera en el Museo Provincial de Albacete.
Los orígenes de la ciudad de Albacete están vinculados a los de Chinchilla de Montearagón.

La historia de Albacete es la propia de una de las ciudades más importantes del país, clave en la historia de España por su estratégica situación, una encrucijada de caminos en pleno centro de la península ibérica.

Orígenes

Los orígenes de Albacete no se pueden precisar con exactitud, aunque en sus inmediaciones (Acequión, Pozo Moro y Balazote), e incluso dentro de su municipio, se ha encontrado restos procedentes de la cultura íbera, y romana. Entre ellos cabe citar por su importancia el yacimiento arqueológico de El Acequión, datado en la Edad de Bronce, que constituye uno de los mayores exponentes del Bronce Manchego, las Esfinges gemelas de El Salobral, halladas en 1901. Dotadas de un significado mágico, tienen carácter apotropaico (es decir, defendía el monumento funerario frente al expolio y protegía la memoria del difunto) y psicopompo (un vehículo para conducir el alma del difunto al mundo de ultratumba). La esfinge conservada en España conserva restos de policromía, especialmente un rojo intenso, considerado el color de vida por su parecido con el de la sangre humana. Por sus rasgos estilísticos se fecha su cronología a finales del siglo VI a. C..[1]

No obstante, y gracias a algunos hallazgos cerámicos, se estima que los mismos han de remontarse a la época andalusí, habiendo nacido como una pequeña alquería, documentada al menos desde el siglo IX, próxima a Chinchilla de Monte-Aragón, plaza de la que dependió durante casi toda la Edad Media, siendo su nombre original البسيط Al-Basit (La Llanura). De la misma época existen algunos documentos que hacen referencia a un viejo castillo situado en la zona que data de la época Califal.

Según las crónicas de la época, poco más tarde, en 1146 tuvo lugar en las inmediaciones de lo que hoy es la ciudad de Albacete la batalla de al-Luŷŷ, que le costó la corona y la vida al rey levantino Sayf al-Dawla, muerto por soldados del reino de Castilla.[2]

Tras la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, los reyes cristianos rompen las defensas almohades y se adentran en los despoblados y desprotegidos territorios de La Mancha albacetense. La pequeña Al-Basit es tomada en 1241, bajo el reinado de Fernando III el Santo de Castilla por Pelayo Pérez Correa (quien también tomaría amplias zonas del Levante) y entregada como aldea a la villa de Chinchilla en 1.269, dentro del poderoso Concejo de Alarcón.[3]

En la historia de esta provincia, y en general, en la historia de la Edad Media española, tiene un gran peso la figura de don Manuel, hermano del rey Alfonso X el Sabio, que había logrado un importante señorío tras la conquista de los reinos musulmanes levantinos.

Carta de Privilegio y Confirmación de Albacete del siglo IV, Archivo Histórico Provincial.

El señor del Marquesado de Villena inicia una ingente labor de repoblamiento, con la esperanza de triunfar allí donde el rey y la Orden de Santiago habían fracasado. Mediante el Privilegio de Villazgo, promulgado en la localidad conquense de Castillo de Garcimuñoz en 1375, se concede a Albacete' el título de villa independiente de Chinchilla. No obstante, el señorío de Villena y más tarde marquesado, padecería numerosas vicisitudes en los años siguientes. Durante un lustro, las tierras albaceteñas son escenario de un conflicto bélico entre los partidarios de los Reyes Católicos y los de Juana la Beltraneja, apoyada por don Diego López Pacheco, segundo marqués de Villena. El fin del Marquesado de Villena se inicia en 1475, con la sublevación de Alcaraz y todo su Concejo.

Será durante los siglos XIV y XV cuando se erijan en distintos puntos de la villa tres fortalezas localizadas en los tres puntos con mayor altitud; una situada en la actual Plaza de las Carretas, otra en la "Villanueva" o Alto de la Villa, actualmente Villacerrada, y la tercera en el Cerrillo de San Juan.[4]

Finalmente, los Reyes Católicos y sus partidarios ganan la contienda y la Corona se apropia de todas las villas, expropia el Marquesado y las encomiendas de la Orden de Santiago, y hace sentir el peso de la nueva política. La nobleza, aún la perdedora, es compensada con creces y las ciudades ven recortados sus fueros y privilegios.

Los sucesos históricos que convulsionan Castilla en los siglos siguientes, afectan a Albacete de diversas maneras. Durante la Guerra de las Comunidades de Castilla y salvo un breve período la capital, igual que otras grandes villas, permanecen fieles a la monarquía.

Edad Moderna

En 1710 Felipe V concede a la ciudad el privilegio de organizar una feria franca. En la imagen, puerta de hierros del recinto ferial.

Durante la guerra de las Comunidades de Castilla Albacete se mantuvo al principio leal a Carlos I, pero a finales de septiembre de 1520, posiblemente el día 29, tuvo lugar en la ciudad una revuelta que terminó instaurando en ella una administración comunera: las autoridades vigentes en el momento, como regidores y alcaldes, fueron expulsadas y reemplazadas por otras nombradas por los vecinos. [5]​ Se sucedieron entonces los episodios comunes en todas las ciudades sublevadas: préstamos forzosos, destierros de los traidores o sospechosos etc. Pero el movimiento comunero no perduró por mucho tiempo en Albacete. A comienzos de diciembre, la ciudad volvió a las filas realistas, y en marzo de 1521, se preparó para enviar contingentes armados de refuerzo al prior de San Juan, que combatía a la rebelde Toledo. El 24 de dicho mes hacen alarde, y el 25 se reúnen para partir el 28 al amanecer, dirigidos por Gabriel de Guzmán. Ese día y el siguiente parten un total de 126 infantes y 12 caballeros. El sistema de recluta en algunos casos fue forzoso, lo que conllevó a quejas y deserciones de soldados. Problema que Guzmán intentó solucionar ordenando apresar a quienes se negasen a ir al ejército y solicitando a otros para llenar el lugar de los desertores. Para aprovisionar de armas a dicho contingente enviado, Albacete se valió de las armas guardadas por el concejo y de las requisas que éste mandó hacer a los vecinos. El 29 de abril salió además una nueva expedición, esta vez compuesta por 102 infantes y 10 caballeros. La anterior regresó el 10 de mayo y ésta uno o dos días después, es decir, de forma anticipada. Es por ello que cuando el 20 de mayo se terminó de pagar a ambos contingentes, se requirió a los soldados que habían partido el 29 de abril que devolviesen el dinero que habían recibido de más.

Durante el siglo XVI, Albacete continuó su lento, aunque progresivo crecimiento, llegando a contar con 5.000 habitantes. Durante este siglo, en 1526, Carlos I regalará el señorío de Albacete a su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal como presente de boda, permitiendo la instalación en la zona de diversas órdenes monacales (franciscanos –conventos de San Francisco y de Franciscanas de la Encarnación –, justinianas –convento de San Lorenzo Justiniano– o agustinosconvento de San Agustín–), comenzando a erigirse también en esta época la Iglesia de San Juan que posteriormente se convertiría en Catedral.[6]

Durante el siglo XVIII, Albacete se encuentra estructurado partiendo de tres núcleos: Alto de la Villa, El Cerrico y la Cuesta, con el límite situado al norte de la ciudad, en la actual Autovía A-31. Los tres núcleos tenían una población de unos 8.000 habitantes, que durante la guerra de sucesión española tomarán partido por el futuro Felipe V de España, el cual, en septiembre de 1710, concederá a la ciudad el privilegio de una feria franca (aunque ésta ya se venía celebrando desde el siglo XIV).

Precisamente para este fin se acordará construir un recinto permanente en el paraje conocido como Santa Catalina, en las "eras" o "ejidos", situado al oeste de la villa (muy cercana al molino del acequión), en donde durante el siglo XVII se había establecido una comunidad de franciscanos que prestarán reticencia a esta actuación mediante varios pleitos.

Edad Contemporánea

Siglo XIX

La llegada del ferrocarril en 1.855 fue un revulsivo para el crecimiento de la ciudad. En la imagen, locomotora situada en el Parque Lineal de Albacete.

La localización de Albacete, a finales del siglo XVIII aún era un lugar poco salubre debido a la gran cantidad de aguas estancadas, lo que propiciaba la aparición de enfermedades, por lo que las autoridades se plantean sendos proyectos para propiciar el desagüe de las mismas, iniciándose en 1805 la construcción del futuro Real Canal de María Cristina.[7]

La Guerra de Independencia española (1808-1812) tuvo una importante incidencia en la ciudad. Entre otros hechos, durante estos años se produjo un vacío de poder al trasladarse las autoridades a las sierras albaceteñas de Alcaraz y del Segura desde donde se coordinaron la lucha y resistencia al ejército napoleónico, el cual saqueó en numerosas ocasiones la ciudad.

Durante este siglo también se sucedieron varias epidemias de cólera que retrasarían el crecimiento de la población, aunque numerosos hechos marcarán el devenir futuro de la ciudad. En 1833 se configura, con algunas variantes, la actual provincia de Albacete a partir de territorios procedentes de las provincias de Cuenca, La Mancha y Murcia, logrando la ciudad el rango de capitalidad de la misma, a lo que se le sumará el establecimiento de la Real Audiencia Territorial en 1834 (órgano jurisdiccional que abarcaba varias provincias limítrofes), y la llegada del ferrocarril en 1855 gracias a la construcción de la línea entre Alcázar de San Juan y Cartagena cuyo trazado transcurría por Albacete.[8]

Habrá que esperar hasta 1862 para que, por decreto de la reina Isabel II, Albacete logre el rango de ciudad.[9]

Ya en 1888 se inaugura el alumbrado eléctrico, y se empieza a asistir a la incipiente instalación de las primeras fábricas y talleres, que junto con las consecuencias de la desamortización de Mendizábal, traía consigo una gran variación en la forma de la ciudad, al aprovechar diversos conventos para configurar plazas como la del Altozano, y modificar el urbanismo de la ciudad.

Siglo XX

Albacete fue, durante la Guerra civil española, Cuartel General de las Brigadas Internacionales. En la imagen, monumento a las mismas en el Campus Universitario de la ciudad.

El siglo XX empieza a despuntar, y Albacete cuenta en 1.900, con 21.512 habitantes, y presenta unas tasas de crecimiento anual muy elevadas que se traducirán en nuevas infraestructuras. Además, inicia su andadura en el sector financiero tanto el "Banco de Albacete" como una Caja de Ahorros, y se van desarrollando incipientes infraestructuras que permiten el desarrollo de algunas pequeñas industrias, como la metalurgia, la cuchillería o la alimentación, que potencian el crecimiento poblacional de la ciudad que alcanzará cerca de los 42.000 habitantes en 1.930.[9]

La historia de la aviación en Albacete comienza en la segunda década del siglo XX con la construcción en 1916 de un aeródromo a las afueras de la ciudad (en la zona de Los Llanos y La Pulgosa), tras la visita en 1913 de una comisión del Parque de Aerostación de Guadalajara, quienes solicitan el establecimiento de dicha infraestructura, que se trasladará al paraje conocido como La Torrecica en 1923, convirtiéndose dicho centro en la sede de la Compañía Española de Aviación (CEA), encargada de la formación de los oficiales pilotos, y que dará un acento de apertura e innovación para la ciudad, y que se mantendrá operativa, en su faceta instructiva, hasta 1932 (aunque seguirá activo al tráfico civil).[10]

Durante la Guerra Civil española, debido a la estratégica situación de la ciudad como nudo de comunicaciones, Albacete se convierte en el Cuartel General de las Brigadas Internacionales. Como el resto de España, sufre con dureza los rigores de la Guerra Civil, siendo bombardeada en diversas ocasiones. Aún hoy en día se pueden ver las huellas de la Guerra Civil, quedando los refugios antiaéreos de la Plaza del Altozano restaurados como Centro de Interpretación de la paz y con la posibilidad de ser visitados.

Con el fin de la guerra, Albacete irá creciendo de forma progresiva, y superará los 64.200 habitantes en 1.944. Estas cifras se traducen en un crecimiento del 2,14% entre 1.900 y 1.930, y hasta un 4,2% en la década entre 1.930 y 1.940.[11]

Tras el acceso a la autonomía de Castilla-La Mancha, Albacete se convierte en la capital judicial de la Comunidad al instalarse en la ciudad el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha en 1982, a lo que se sumará la construcción del Campus Universitario a partir de 1985.[12]

Siglo XXI

El siglo XXI ha significado para la ciudad la consecución de una importante red de infraestructuras. En 2010 la ciudad celebra el III Centenario de la Feria de Albacete, declarándose interés turístico internacional.


Véase también

Referencias

  1. Diario La Tribuna de Albacete (ed.). «Dos esfinges gemelas separadas por más de 1.000 kilómetros». Consultado el 8 de julio de 2012. 
  2. Albacete Siempre Abierto (ed.). «Historia de Albacete». Archivado desde el original el 22 de junio de 2012. Consultado el 22 de junio de 2012. 
  3. Albacete turístico (ed.). «Historia de Albacete». Archivado desde el original el 20 de junio de 2012. Consultado el 22 de junio de 2012. 
  4. Historia de Albacete.com (ed.). «Breve historia de nuestra ciudad». Archivado desde el original el 29 de noviembre de 2012. Consultado el 29 de julio de 2012. 
  5. Callejas Torralba, José Luis. La revolución de las Comunidades de Castilla en Albacete. 
  6. Albacete Turístico (ed.). «Historia de Albacete». Archivado desde el original el 6 de mayo de 2012. Consultado el 27 de mayo de 2012. 
  7. «Breve historia de Nuestra ciudad». Historia de Albacete.com. Archivado desde el original el 29 de noviembre de 2012. Consultado el 29 de julio de 2012. 
  8. «Historia de Albacete». Albacete Siempre Abierto. Archivado desde el original el 22 de junio de 2012. Consultado el 29 de julio de 2012. 
  9. a b «Historia de nuestra ciudad». Albashopping. Archivado desde el original el 28 de febrero de 2009. Consultado el 23 de junio de 2012. 
  10. Aena (ed.). «HISTORIA DEL AEROPUERTO DE ALBACETE». Consultado el 24 de junio de 2011. 
  11. Carlos Panadero Moya (Centro de Estudios de Castilla-La Mancha) (ed.). «Notas para la interpretación de la historia contemporánea de Albacete (1833 - 1939)». Consultado el 23 de junio de 2012. 
  12. «FECHAS HISTÓRICAS DE ALBACETE». Elrincondeantoniomartinez.es. Archivado desde el original el 24 de abril de 2014. Consultado el 29 de julio de 2012. 

Bibliografía

  • Carrión, José et al. (1985). Realidades...aloclaro: Castilla-La Mancha. Editorial Popular, S.A. OCLC 16820309. 
  • Asín Vergara, Rafael et al. (1999). El nacimiento de una Región, Castilla-La Mancha 1975-1995. Celeste Ediciones. OCLC 490613191. 
  • Pillet Capdepón., Félix (2007). Geografía de Castilla-La Mancha. Almud, Ediciones de Castilla-La Mancha, [2007]. OCLC 173606240. 
  • Sánchez Sánchez, Isidro et al (1998). Castilla-La Mancha contemporánea, 1800-1975. Celeste Ediciones. OCLC 42888279. 
  • González-Calero, Alfonso (2007). Cultura en Castilla-La Mancha en el siglo XX. Almud, Ediciones de Castilla-La Mancha. OCLC 272370821. 
  • Palacio, Juan Ignacio (2002). Estructura económica de Castilla-La Mancha. Celeste Ediciones. OCLC 51029971. 
  • García Bresó, Javier (Coord.) (2000). Cultura y pertenencia en Castilla-La Mancha: notas antropológicas. Celeste Ediciones. OCLC 490729166. 
  • Pardo, Miguel et al (2000). Historia económica de Castilla-La Mancha (siglos XVI-XX). Celeste Ediciones. OCLC 47710781. 

Enlaces externos