Diferencia entre revisiones de «Señal Real de Aragón»

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=== Primeros testimonios ===
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[[Archivo:Segell cera Ramon Berenguer IV.jpg|thumb|Uno de los sellos conservados de Ramón Berenguer IV. Aunque fuertemente degradado, se percibe una figura ecuestre sosteniendo, a su diestra, un escudo, blocado, con los palos, emblema personal del ''princeps'' de Aragón y conde de Barcelona como «miembro de pleno derecho de la Casa Real de Aragón» desde 1137.<ref name=Pidal />]]
[[Archivo:Segell cera Ramon Berenguer IV.jpg|thumb|Uno de los sellos conservados de [[Ramón Berenguer IV]]. Aunque fuertemente degradado, se percibe una figura ecuestre sosteniendo, a su diestra, un escudo, blocado, con los palos, emblema personal del ''princeps'' de Aragón y conde de Barcelona como «miembro de pleno derecho de la Casa Real de Aragón» desde 1137.<ref name=Pidal />]]
No se ha documentado ninguna referencia documental anterior a la serie de siete sellos ecuestres de Ramón Berenguer, fechado el más antiguo en [[1150]].
No se ha documentado ninguna referencia documental anterior a la serie de siete sellos ecuestres de Ramón Berenguer, fechado el más antiguo en [[1150]].


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==== Origen barcelonés ====
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[[Archivo:Genealogies dels comtes de Barcelona-sXV-13-nec arma comitatus mutare.jpg|250px|left|thumb|Copia del [[siglo XV]] de la ''Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae'' ([[1380]]), genealogía del rei [[Juan I de Aragón]] obra de fray Juan Doménech, en la que se afirma categoricament que [[Ramon Berenguer IV]]: «nunca fué llamada rey sinó administrador del reino, ni cambió la armas condales, de manera que el '''Señal Real''' es aquel que era del conde de Barcelona» ("''Numquam tamen voluit rex appellari, sed administrator regni, nec arma comitatus mutare, unde adhuc signa regalia sunt illa que comitis Barchinone erant''")<ref>Pedro López Elum. "[http://www.anubar.com/coltm/libtm42.htm J.Domenech crónica. Textos medievales 42]". Anubar ediciones, 1975. València ISBN 84-7013-067-6</ref> ]]
[[Archivo:Petronila Ramon Berenguer.jpg|250px|thumb| [[Retratos de la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona]], del siglo XVII, conservado en el Museo del Prado. En la imagen, los palos de Aragón aparecen junto a Ramón Berenguer IV, timbrados con una corona de conde, mientras que junto a la reina Petronila, aparece el escudo llamado «[[Cruz de Alcoraz]]», que en la [[Edad Moderna]] se difundió como emblema privativo y territorial de Aragón. Esta obra es empleada en apoyo de las teorías que se basan en el origen territorial de la Señal Real.]]
[[Archivo:Petronila Ramon Berenguer.jpg|250px|thumb| [[Retratos de la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona]], del siglo XVII, conservado en el Museo del Prado. En la imagen, los palos de Aragón aparecen junto a Ramón Berenguer IV, timbrados con una corona de conde, mientras que junto a la reina Petronila, aparece el escudo llamado «[[Cruz de Alcoraz]]», que en la [[Edad Moderna]] se difundió como emblema privativo y territorial de Aragón. Esta obra es empleada en apoyo de las teorías que se basan en el origen territorial de la Señal Real.]]


===== Leyenda de Wifredo =====
===== Leyenda de Wifredo =====

Los historiadores [[Martín de Riquer]]<ref name="Riquer">Riquer, ''Llegendes històriques catalanes''. Barcelona, Quaderns Crema, 2000. Véase [http://publicacions.iec.cat/repository/pdf/00000013/00000009.pdf reseña] (en catalán) de su publicación.</ref> y Menéndez Pidal de Navascués<ref name=ref_duplicada_1>(Menéndez Pidal, 2004;100)</ref> atribuyen al historiador valenciano [[Pere Antoni Beuter]] ([[1490]]-[[1555]]), en su obra ''Segunda Parte de la Crónica General de España'', impresa en Valencia en 1551, la invención de la leyenda muy difundida que atribuye el origen de las barras de gules en campo dorado a un episodio épico de la biografía del conde [[Wifredo el Velloso]], "Guifré el Pilós", fundador de la [[casa de Barcelona]]. Según este relato, Wifredo, tras contribuir en combate a una victoria [[pueblo franco|franca]] sobre los [[normandos]], recibió del emperador franco [[Luis el Piadoso]] un escudo amarillo en premio sobre el cual, el mismo rey pintó, con los dedos manchados de sangre de las heridas del conde, los cuatro palos rojos.
Los historiadores [[Martín de Riquer]]<ref name="Riquer">Riquer, ''Llegendes històriques catalanes''. Barcelona, Quaderns Crema, 2000. Véase [http://publicacions.iec.cat/repository/pdf/00000013/00000009.pdf reseña] (en catalán) de su publicación.</ref> y Menéndez Pidal de Navascués<ref name=ref_duplicada_1>(Menéndez Pidal, 2004;100)</ref> atribuyen al historiador valenciano [[Pere Antoni Beuter]] ([[1490]]-[[1555]]), en su obra ''Segunda Parte de la Crónica General de España'', impresa en Valencia en 1551, la invención de la leyenda muy difundida que atribuye el origen de las barras de gules en campo dorado a un episodio épico de la biografía del conde [[Wifredo el Velloso]], "Guifré el Pilós", fundador de la [[casa de Barcelona]]. Según este relato, Wifredo, tras contribuir en combate a una victoria [[pueblo franco|franca]] sobre los [[normandos]], recibió del emperador franco [[Luis el Piadoso]] un escudo amarillo en premio sobre el cual, el mismo rey pintó, con los dedos manchados de sangre de las heridas del conde, los cuatro palos rojos.


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{{Cita|...pidió el conde Iofre Valeroso al emperador Loís que le diesse armas que pudiesse traher en el escudo, que llevava dorado sin ninguna divisa. Y el emperador, viendo que havía sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegóse a él, y mojóse la mano derecha de la sangre que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del escudo dorado, de alto a baxo, haziendo quatro rayas de sangre, y dixo: ''"Éstas serán vuestras armas, conde."'' Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que agora dezimos de Aragón.<ref name="Alcoberro">Beuter, ''Segunda Parte de la Crónica General de España'' (1550), citado por [http://www.raco.cat/index.php/BCNQuadernsHistoria/article/view/105558/171512 A. Alcoberro, "Mites i llegendes"], en ''Barcelona Quaderns d'Història'', nº9, 2003, pág. 144.</ref>}}
{{Cita|...pidió el conde Iofre Valeroso al emperador Loís que le diesse armas que pudiesse traher en el escudo, que llevava dorado sin ninguna divisa. Y el emperador, viendo que havía sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegóse a él, y mojóse la mano derecha de la sangre que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del escudo dorado, de alto a baxo, haziendo quatro rayas de sangre, y dixo: ''"Éstas serán vuestras armas, conde."'' Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que agora dezimos de Aragón.<ref name="Alcoberro">Beuter, ''Segunda Parte de la Crónica General de España'' (1550), citado por [http://www.raco.cat/index.php/BCNQuadernsHistoria/article/view/105558/171512 A. Alcoberro, "Mites i llegendes"], en ''Barcelona Quaderns d'Història'', nº9, 2003, pág. 144.</ref>}}


[[Archivo:Genealogies dels comtes de Barcelona-sXV-09.jpg|150px|left|thumb|Copia del [[siglo XV]] de un manuscrito del [[siglo XIV]]]]Esta leyenda tal cual, carece de fundamento histórico, pues ni el uso heráldico ni el emperador fueron contemporáneos de Wifredo. Riquer y Menéndez Pidal consideran que Beuter adaptó para su relato una crónica de la ''Demanda del Santo Grial'' en la que se describen las armas de los "Córdoba" de Castilla, que empleaban también palos rojos en su escudo. Posteriormente, el emperador de la leyenda fue sustituido por [[Carlos el Calvo]] en un intento de hacerla más verosímil cronológicamente.<ref>Según Alcoberro, fue Francisco Diago, en su [http://books.google.es/books?id=7Ipxo_hftQgC&printsec=titlepage&hl=ca&source=gbs_v2_summary_r&cad=0 ''Historia de los victoriosissimos antiguos Condes de Barcelona''] (1603) el primero en hacerlo (Alcoberro, ''op.cit.'' (2003, 144).</ref> El motivo legendario de los dedos ensangrentados aparece como explicación de algunos "mon" japoneses.<ref name=ref_duplicada_1 />
Esta leyenda tal cual, carece de fundamento histórico, pues ni el uso heráldico ni el emperador fueron contemporáneos de Wifredo. Riquer y Menéndez Pidal consideran que Beuter adaptó para su relato una crónica de la ''Demanda del Santo Grial'' en la que se describen las armas de los "Córdoba" de Castilla, que empleaban también palos rojos en su escudo. Posteriormente, el emperador de la leyenda fue sustituido por [[Carlos el Calvo]] en un intento de hacerla más verosímil cronológicamente.<ref>Según Alcoberro, fue Francisco Diago, en su [http://books.google.es/books?id=7Ipxo_hftQgC&printsec=titlepage&hl=ca&source=gbs_v2_summary_r&cad=0 ''Historia de los victoriosissimos antiguos Condes de Barcelona''] (1603) el primero en hacerlo (Alcoberro, ''op.cit.'' (2003, 144).</ref> El motivo legendario de los dedos ensangrentados aparece como explicación de algunos "mon" japoneses.<ref name=ref_duplicada_1 />


El heraldista Fluvià reformuló una versión revisada de la leyenda, apoyándose en una inicial miniada de la versión catalana de la ''[[Crónica de San Juan de la Peña]]'' donde aparece el conde Wifredo de Arría (padre legendario de Wifredo el Velloso) rindiendo vasallaje al emperador [[Carlomagno]], y donde portan los escudos reales. Generalmente, como otras miniaturas europeas, refieren al emperador tres flores de lis aunque está demostrado que nunca usó, pues fue anterior a los usos heráldicos. Del mismo modo, otros historiadores invalidan la presencia de los palos en el escudo de Wifredo, ya que concluyen que se debe a que la crónica fue hecha en el taller de [[Pedro IV de Aragón|Pedro IV]] en la segunda mitad del [[siglo XIV]], por lo tanto, no contemporáneo.<ref>Alberto Montaner Frutos, ''El señal real del rey de Aragón: historia y significado''. Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.</ref>
El heraldista Fluvià {{Referencia requerida|reformuló una versión revisada de la leyenda}}, apoyándose en una inicial miniada de la versión catalana de la ''[[Crónica de San Juan de la Peña]]'' donde aparece el conde Wifredo de Arría (padre legendario de Wifredo el Velloso) rindiendo vasallaje al emperador [[Carlomagno]], y donde portan los escudos reales. Generalmente, como otras miniaturas europeas, refieren al emperador tres flores de lis aunque está demostrado que nunca usó, pues fue anterior a los usos heráldicos. Del mismo modo, otros historiadores invalidan la presencia de los palos en el escudo de Wifredo, ya que concluyen que se debe a que la crónica fue hecha en el taller de [[Pedro IV de Aragón|Pedro IV]] en la segunda mitad del [[siglo XIV]], por lo tanto, no contemporáneo.<ref>Alberto Montaner Frutos, ''El señal real del rey de Aragón: historia y significado''. Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.</ref>


== Historiografía ==
== Historiografía ==

Revisión del 18:25 15 feb 2010

Señal Real de Aragón.

El Señal Real de Aragón,[1]señal del rey de Aragón, conocido tradicionalmente en español como barras de Aragón,[2][3]​ también llamado armas de los reyes de Aragón y condes de Barcelona (en catalán y aragonés escrito habitualmente con la grafía Senyal Real o Senyal Reial)[4]​ es un escudo de armas o composición heráldica que reproducida gráficamente alterna cinco franjas verticales de color amarillo, con cuatro franjas de color rojo, y cuya descripción o blasón es el siguiente:[5]

en campo de oro, cuatro palos de gules

Durante la Edad Media fue usado como emblema personal distintivo de los soberanos de la Corona de Aragón y sus descendientes, así como de su dignidad, siendo difundido progresivamente su uso en otros ámbitos al integrarse en las armas de diferentes linajes nobiliarios por transmisión, así como en órdenes religiosas y escudos de villas y ciudades, mediante concesión real. Igualmente, y a partir de los Reyes Católicos su uso quedó asociado a las armas de los reyes de España y consecuentemente, integrado más tarde en el Escudo nacional de España. Con evidencias constatables a partir de fines del siglo XV, su atribución fue reivindicada por las varias entidades territoriales ibéricas que conformaban la Corona de Aragón, acentuándose las controversias en este campo en el siglo XIX y XX. Tras la constitución del estado autonómico tras la Transición española, el símbolo fue adoptado oficialmente por las comunidades de Aragón, Islas Baleares, Comunidad Valenciana y en Cataluña, como emblema de la Generalidad, si bien, es usado también de manera oficiosa territorialmente.[6]

También se conoce popularmente como cuatro palos o cuatro gules y de manera equívoca como cuatro barras, barras catalanas o barras de Aragón, puesto que en heráldica se emplea el vocablo «barra» para referirse a una franja diagonal, mientras que palo es correctamente referido a una franja vertical.

El Señal Real en el Libro del conocimiento (h. 1385), que muestra un escudo de oro palado de gules referido en el texto: «Partí [...] e fui al reinado de Aragón, un reino muy viciosso e abondado. E fallé en él cinco cibdades grandes. A la mayor, do coronan los reyes, dizen Çaragoça. A la otra Valenzia, a la otra Tarragona et a la otra Barçalona e a la otra Tortosa. [...] E el rey dénde ha por señales nueve bastones amarillos e bermejos atales».

Su origen, descrito en algunas leyendas, es explicado en diferentes teorías, algunas contradictorias y todavía objeto de controversia, frecuentemente con un transfondo no únicamente científico. Las evidencias más antiguas conservadas de este símbolo se encuentran en los siete sellos de Ramón Berenguer IV (1113? -1162), Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón, estudiados por Tomás Muñoz y Rivero en 1856,[7]​ que datan al menos del año 1150, año de la impronta más antigua de ellos y contemporánea al surgimiento de algunos de los emblemas heráldicos más antiguos conocidos. En 1982, el hallazgo del emblema en las decoraciones que acompañan a la tumba de Ramón Berenguer II (1053-1082) en la catedral de Gerona fue presentado por algunos especialistas como evidencia de su origen asociado a los soberanos del condado de Barcelona justificándose por extensión, su reivindicación controvertida como símbolo exclusivo de Cataluña. Posteriores publicaciones han sido dedicadas a explicar los errores de interpretación de esa versión y sus contradicciones con las evidencias disponibles.

Junto con las entidades españolas, incluyendo numerosos municipios distribuidos por toda la geografía, y en particular, en las regiones de la antigua corona de Aragón, el emblema de los palos es empleado también en otros países: está integrado en las armas de Andorra y en el símbolo de las regiones francesas de Languedoc-Rosellón y Provenza-Alpes-Costa Azul y de los departamentos de Pirineos Orientales y Lozère, así como en los de diversas poblaciones de estos territorios, como Formiguères, Latour-de-Carol o Le Perthus; aparece también en las provincias italianas de Reggio Calabria, Catanzaro y Lecce, y especialmente como enseña abreviada en Nápoles. También aparece en villas y ciudades de América Latina.

Derivado del escudo de armas, también se encuentran diferentes apliaciones vexilológicas, en forma de estandartes o banderas como la señera.

Historia

El Señal Real fue durante la Edad Media empleado como símbolo personal o dinástico. En este caso, aparece en el folio 62r del Armorial de Gelre (1370-1395) timbrado con yelmo, mantelete, corona y cimera en forma de dragón, en referencia a Pedro IV de Aragón, nombrado Die Coninc v. Arragoen, junto con otros emblemas asociados a diferentes vasallos.[8]

Se tiene noticia del distintivo desde los inicios de la heráldica en el siglo XII, considerándose por tanto uno de los emblemas heráldicos más antiguos, aunque su origen y significado es confuso y discutido. Algunos historiadores lo atribuyen al linaje de Aragón,[9]​ mientras que otros a la Casa de Barcelona, al existir pruebas sobre posibles símbolos preheráldicos en distintos territorios[cita requerida], así como surgir en el momento del cambio dinástico en el reino de Aragón con la unión entre la descendiente del rey Ramiro II, Petronila de Aragón, y el heredero de la casa de Barcelona y conde de Barcelona, Ramón Berenguer IV.

En cualquier caso, el rey Pedro el Ceremonioso considerará el Señal Real como asociado al linaje condal.[10]​ Hacia finales del siglo XIV comenzará un proceso, entre las altas esferas de poder y administración política de la monarquía, que lo llevará de modo progresivo a su consideración como señal territorial asociado a cada uno de los distintos estados de la Corona, lo cual no necesariamente significará que en los siglos posteriores esta asociación territorial sea exclusiva ni privativa de uno de los estados en relación a los demás.[11]​ De hecho, la territorialización del Señal Real tuvo lugar paralelamente tanto en el principado de Cataluña,[12][13]​ como en Valencia y, aunque en menor medida debido a la competencia con la Cruz de Alcoraz o la Cruz de Íñigo Arista, en Aragón.[14]

Inicialmente el número de palos no fue fijo, y fue variando tanto por razón del artista o gusto. Se ha aducido para estas variaciones razones de índole política. Por ejemplo, se dice que Ramón Berenguer III "el Grande" (1097-1131) usaba en sus sellos tres palos, por haber reunido los condados de Barcelona, Besalú y Provenza, pero no hay testimonios del blasón en esta época, pues el más antiguo documentado es de la primera mitad del siglo XIII en una moneda de Provenza, ya de Ramón Berenguer V.[15]​ En los reales de plata de Martín el Humano (1356-1410) se representa un escudo losanjado con dos palos, con la leyenda «+ Valencie: Maioricarum : Sar», sin citar otros reinos.[16]​ Por su parte, se especula también con que Juan II (1458-1479) incluye seis palos dado que el monarca tuvo bajo su cetro a Navarra, Aragón, Sicilia, Valencia, Mallorca y los condados de Barcelona, Urgel y Rosellón, equivalentes ya al Principado de Cataluña.[17]​ Sin embargo, Faustino Menéndez Pidal de Navascués, en el libro del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Símbolos de España, considera que tanto la leyenda de las huellas ensangrentadas, como la teoría de la contabilidad de los palos, son hipótesis contrarias a la emblemática:

El olvido de la situación emblemática condujo a hipótesis tan en pugna con ella como el invento de Beuter de las huellas ensangrentadas,[18]​ los «cetros» en número variable de Narciso Sentenach,[19]​ o el sentido «hermético» de los palos.[20]
Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, capítulo «Los reyes de Aragón», págs. 95-138. ISBN 978-84-259-1110-1

En Leones y castillos: emblemas heráldicos en España (Real Academia de la Historia, 1999),[21]​ Menéndez Pidal de Navascués afirma con respecto a la pretendida hipótesis de la contabilidad de los palos de gules:

El número de los palos que tienen las armas de Aragón [...] demuestra una vez más que era variable, en razón con el tamaño de la superficie a cubrir, y de ninguna manera existió esa extraña contabilidad que algunos han dicho, según la cual se iban añadiendo palos, como en un ábaco, al incorporar nuevos estados a la Corona.

Primeros testimonios

Uno de los sellos conservados de Ramón Berenguer IV. Aunque fuertemente degradado, se percibe una figura ecuestre sosteniendo, a su diestra, un escudo, blocado, con los palos, emblema personal del princeps de Aragón y conde de Barcelona como «miembro de pleno derecho de la Casa Real de Aragón» desde 1137.[22]

No se ha documentado ninguna referencia documental anterior a la serie de siete sellos ecuestres de Ramón Berenguer, fechado el más antiguo en 1150.

El primer testimonio seguro son los sellos de la cancillería de Alfonso II, hijo del anterior y de Petronila. Se adujo como prueba de su vinculación a la casa condal barcelonesa un sarcófago de 1082 de Ramón Berenguer II, donde aparecen 15 palos de oro y gules, lo que ha llevado a pensar a algunos heraldistas (Fluvià) que este es el origen de las cuatro barras. Sin embargo, esta es una decoración añadida con motivo de su traslado en 1385 al interior de la Catedral de Gerona por iniciativa de Pedro IV de Aragón, por lo que la pintura aludida sería 300 años posterior, puesto que, según argumentan especialistas en heráldica y académicos como Alberto Montaner Frutos y Faustino Menéndez Pidal de Navascués, la pintura no habría podido conservarse a la intemperie en su emplazamiento original durante tres siglos.[23][22]

Origen aragonés

Historiadores como Guillermo Fatás, y heraldistas como Guillermo Redondo argumentan que el emblema proviene de la temprana vinculación del reino de Aragón con la Santa Sede. Siguiendo esta idea, el origen del señal de la Casa de Aragón sería el viaje de Sancho Ramírez (1064-1094) a Roma en 1068 para consolidar el joven reino de Aragón ofreciéndose en vasallaje al Papa, vasallaje documentado incluso en la cuantía del tributo de 600 marcos de oro al año. De ahí que se haya aducido que tras ese viaje los reyes de Aragón tomaran como emblema las conocidas barras rojas y oro, en recuerdo del antiguo vínculo vasallático, inspirándose en los colores propios de la Santa Sede, documentados en las cintas de lemnisco de los sellos vaticanos, y visibles hoy todavía en la umbrella Vaticana. Hay que recordar, sin embargo, que en la segunda mitad del siglo XII, el señal de la Casa de Aragón era un mero distintivo familiar, y no territorial, de manera que no era posible la identificación con él de sus súbditos, que lo reconocerían sólo como atributo de su rey o de la autoridad de él emanada.

Origen barcelonés

Copia del siglo XV de la Genealogia regum Navarrae et Aragoniae et comitum Barchinonae (1380), genealogía del rei Juan I de Aragón obra de fray Juan Doménech, en la que se afirma categoricament que Ramon Berenguer IV: «nunca fué llamada rey sinó administrador del reino, ni cambió la armas condales, de manera que el Señal Real es aquel que era del conde de Barcelona» ("Numquam tamen voluit rex appellari, sed administrator regni, nec arma comitatus mutare, unde adhuc signa regalia sunt illa que comitis Barchinone erant")[24]
Retratos de la reina Petronila de Aragón y el conde Ramón Berenguer IV de Barcelona, del siglo XVII, conservado en el Museo del Prado. En la imagen, los palos de Aragón aparecen junto a Ramón Berenguer IV, timbrados con una corona de conde, mientras que junto a la reina Petronila, aparece el escudo llamado «Cruz de Alcoraz», que en la Edad Moderna se difundió como emblema privativo y territorial de Aragón. Esta obra es empleada en apoyo de las teorías que se basan en el origen territorial de la Señal Real.
Leyenda de Wifredo

Los historiadores Martín de Riquer[25]​ y Menéndez Pidal de Navascués[26]​ atribuyen al historiador valenciano Pere Antoni Beuter (1490-1555), en su obra Segunda Parte de la Crónica General de España, impresa en Valencia en 1551, la invención de la leyenda muy difundida que atribuye el origen de las barras de gules en campo dorado a un episodio épico de la biografía del conde Wifredo el Velloso, "Guifré el Pilós", fundador de la casa de Barcelona. Según este relato, Wifredo, tras contribuir en combate a una victoria franca sobre los normandos, recibió del emperador franco Luis el Piadoso un escudo amarillo en premio sobre el cual, el mismo rey pintó, con los dedos manchados de sangre de las heridas del conde, los cuatro palos rojos.

El texto de Beuter dice así:

...pidió el conde Iofre Valeroso al emperador Loís que le diesse armas que pudiesse traher en el escudo, que llevava dorado sin ninguna divisa. Y el emperador, viendo que havía sido en aquella batalla tan valeroso que, con muchas llagas que recibiera, hiziera maravillas en armas, llegóse a él, y mojóse la mano derecha de la sangre que le salía al conde, y passó los quatro dedos ansí ensangrentados encima del escudo dorado, de alto a baxo, haziendo quatro rayas de sangre, y dixo: "Éstas serán vuestras armas, conde." Y de allí tomó las quatro rayas, o bandas, de sangre en el campo dorado, que son las armas de Cathaluña, que agora dezimos de Aragón.[27]

Esta leyenda tal cual, carece de fundamento histórico, pues ni el uso heráldico ni el emperador fueron contemporáneos de Wifredo. Riquer y Menéndez Pidal consideran que Beuter adaptó para su relato una crónica de la Demanda del Santo Grial en la que se describen las armas de los "Córdoba" de Castilla, que empleaban también palos rojos en su escudo. Posteriormente, el emperador de la leyenda fue sustituido por Carlos el Calvo en un intento de hacerla más verosímil cronológicamente.[28]​ El motivo legendario de los dedos ensangrentados aparece como explicación de algunos "mon" japoneses.[26]

El heraldista Fluvià reformuló una versión revisada de la leyenda[cita requerida], apoyándose en una inicial miniada de la versión catalana de la Crónica de San Juan de la Peña donde aparece el conde Wifredo de Arría (padre legendario de Wifredo el Velloso) rindiendo vasallaje al emperador Carlomagno, y donde portan los escudos reales. Generalmente, como otras miniaturas europeas, refieren al emperador tres flores de lis aunque está demostrado que nunca usó, pues fue anterior a los usos heráldicos. Del mismo modo, otros historiadores invalidan la presencia de los palos en el escudo de Wifredo, ya que concluyen que se debe a que la crónica fue hecha en el taller de Pedro IV en la segunda mitad del siglo XIV, por lo tanto, no contemporáneo.[29]

Historiografía

Labra heráldica en la Generalidad de Aragón (h. 1450), donde se aprecia en el centro el señal real junto a otros escudos que representaban a mediados del siglo XV al Reino de Aragón privativo, como el denominado «de Íñigo Arista», que constituyó una novedad heráldica introducida en el siglo XIV por Pedro IV el Ceremonioso y consideró, en sus propias palabras, «señal antiguo del Rey de Aragón».[30]

El origen catalán del emblema está señalado en el siglo XVI por historiadores reconocidos, como el aragonés Jerónimo Zurita, al comentar las concesiones debidas al enlace, en lo que, referenciando a autores catalanes, conviene que el conde no sería rey sino príncipe (de princeps, quien ejerce el mando), y Petronila fuera reina, «y que las armas reales fuesen las de los condes de Barcelona que son cuatro bastones rojos en campo de oro». Zurita no duda de lo primero, aunque sí sobre las armas, pues afirma haber visto la «Cruz de Alcoraz» en algunos de los sellos y divisas de los reyes de Aragón desde los tiempos de su nieto Pedro II de Aragón (confundiendo, tal vez, a Pedro II con Pedro III).[31]​ Sin embargo, no duda del origen catalán (condal de Barcelona) de los bastones. Según él, los descendientes del matrimonio simplemente habrían dado preferencia a las armas propias del condado y no a las que heredaban de Petronila (cruz de gules en campo de plata con cuatro cabezas de reyes moros), por «descender los reyes por línea de varón de aquellos príncipes».[32]​ La historiografía de la Edad Moderna, a partir de él, contribuyó a perpetuar esta adscripción, rechazada en los recientes trabajos de Alberto Montaner Frutos y otros destacados historiadores y genealogistas.[33]

Desde el siglo XIV, y en numerosas crónicas, armoriales y genealogías, se difunde la creencia de la época que atribuía las armas de gules y oro a los condes de Barcelona.[33]​ Así, Juan de Molina en «Cronica D´Aragon» (1524) afirmaba: «colorado y amarillo que son las armas del condado de Barcelona» (fol. XXV), remontando su uso a los tiempos de Wifredo el Velloso (fol. XVII). Montaner Frutos previene contra el «el uso, anacrónico y abusivo, del criterio de autoridad» otorgado a las crónicas del siglo XVI, que recogen solo «las creencias usuales de su época y carecen de validez.»[33]
Escudo de armas que cuartela las armas reales con las de Sicilia, ya en la órbita de la Corona de Aragón.

Montaner Frutos atribuye la confusión sobre el origen condal al estudio que la Renaixença hizo en el siglo XIX de estos símbolos[34]​ utilizando historiografía del siglo XVI y apoyada en la creencia de que Pedro IV tenía conocimientos heráldicos rigurosos en siglo XIV. Pedro IV pensó que eran ésas las armas de su linaje, pues no atendió al derecho por el que se regulaba la sucesión dinástica en los documentos del enlace entre Petronila y Ramón Berenguer emitidos tanto por Ramiro II de Aragón, como por Petronila, que firmó como reina. Pedro IV usó con profusión otros símbolos caballerescos, como la llamada «Cruz de Íñigo Arista» y los adoptó por primera vez en la creencia de que era el señal de los antiguos reyes de Aragón. Según estos historiadores modernos se equivocaba, pues alegan que fue a su linaje, y no al revés, al que se le cedió el señal de los cuatro palos. También fue introducida por él la Cruz de San Jorge, fundando incluso una orden de caballería valenciana caracterizada por estas armas.[35]​ Según esta tesis, argumentada por un sector de la historiografía actual, el linaje de los reyes de Aragón sería el único portador de los cuatro palos de gules en campo dorado, puesto que Alfonso II lo hereda del derecho sucesorio que le concede un lugar como miembro de la Casa de Aragón. También lo heredarían sus hijos como dignidad familiar y siempre vinculado al título principal de rey de Aragón (en el derecho aragonés medieval conocido como "matrimonio en Casa"),[36]​ linaje al que, según algunos historiadores, accede por el matrimonio con la heredera de la casa, Petronila de Aragón, al haberse impedido la posibilidad sucesoria por vía masculina.[37]​ Esta tesis se apoya en que la designación habitual en la documentación medieval es la que refiere al símbolo como «señal real» (habitualmente escrito «senyal»), esto es, del rey titular de Aragón (corona o reino), sin que aparezca en ningún documento ni la denominación de «senyera», ni la del linaje de los "Condes-Reyes", ambas denominaciones surgidas en la historiografía decimonónica. Por otra parte, el título de rey de Aragón es el principal de esta Casa, que utilizaron todos los reyes de Aragón arriba mencionados, incluyendo a Martín I el Humano o Alfonso V el Magnánimo. Argumentan que sólo si se consignaba el título completo del monarca aparecía el de «Conde de Barcelona», por lo que, dado su carácter secundario no tendría especial relevancia.

Difusión

Los territorios españoles que la utilizan son:

Armorial español del siglo XVI. Se representan armas del rey de Mallorca, el rey de Nápoles, el rey de Jerusalén y el rey de Aragón.
  • Numerosos municipios de los anteriores territorios.

Otros territorios que las utilizan son:

Y otras entidades como la orden de la Merced y clubes deportivos de las ciudades y regiones anteriores.

Véase también

Notas

  1. El empleo del género masculino en señal es propio del léxico heráldico, tal y como recuerda Montaner Frutos:
    [...] mantengo el género masculino propio de la antigua documentación aragonesa y catalana, como forma específica de designación, avalada además por su empleo en castellano, en estos mismos casos, por autores del Siglo de Oro, como el traductor de las Ordinaciones de Pedro IV, Miguel Clemente.
    Alberto Montaner Frutos, El señal del rey de Aragón: Historia y significado, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1995, pág. 5. ISBN 84-7820-283-8.
  2. En español el emblema es comúnmente conocido mediante la expresión «barras de Aragón», que se puede leer desde fines del siglo XVI en Ginés Pérez de Hita, Guerras civiles de Granada, Madrid, Juan de la Cuesta, 1595 («los reyes de Aragón les dieron por armas las barras de Aragón, rojas de color de sangre, en campo de oro»); en Fuenteovejuna (1612), de Lope de Vega, donde Esteban proclama, en elogio de la monarquía «¡Vivan Castilla y León, / y las barras de Aragón /, y muera la tiranía!» e incluso en la novohispana Sor Juana Inés de la Cruz (véase Inundación castálida, ed. de Georgina Sabàt de Rivers, Madrid, Castalia (Clásicos Castalia 117), 1982, pág. 323. ISBN 978-84-7039-311-2), cuando escribe:
    Todos celebran gozosos
    de Pedro el triunfo feliz
    que unió la francesa lis
    a las barras de Aragón; [...]
    Juana Inés de la Cruz, «Primero nocturno».
  3. Aunque el término «barra» es impropio en heráldica, este es el nombre con que fue denominado el blasón secularmente en español, como señala Guillermo Fatás Cabeza en «El escudo de Aragón», en Aragón, reino y corona, [Zaragoza], Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Madrid y Secretaría de Estado de Cultura, [2000], págs. 167-174; catálogo de la exposición celebrada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid del 4 de abril al 21 de mayo de 2000, ISBN 978-84-8324-084-7:
    Aunque el léxico heráldico moderno define la barra como una pieza en forma de franja que cruza el escudo en diagonal, desde el ángulo superior derecho (según el espectador) al inferior izquierdo, la tradición secular ha llamado "Barras de Aragón" al emblema palado y rojigualdo característico de la Casa Real de Aragón, que lo denominó "Senyal Real", término del que proceden la denominación de "senyera" que, por antonomasia, se da al Señal Real de Aragón en los países hispanos de la Corona de expresión no castellana.
    loc. cit., pág. 170.
  4. «Al menos desde mediados del reinado de Jaime I se denomina constantemente a ese emblema signum regium en latín y senyal reyal en romance.», Montaner Frutos, op. cit., pág. 41.
  5. El más antiguo blasonado estudiado se encuentra en el Walford's roll, un armorial inglés creado hacia el 1275:
    Le Roy d'Arragon palé de or et de goules
    (Menendez Pidal 2004, 127)
  6. Diario Avui, Diàleg, pag. 18, 26/07/2005, L'escut de Catalunya
  7. «Los sellos de Ramón Berenguer IV», en El arte de España, IV, 1866, pags. 169 y ss. Citado por Menendez Pidal, El escudo de España, Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 2004.
  8. El Armorial de Gelre, en heraldique-europeenne.org
  9. Según el artículo «Palos de Aragón» de la Gran Enciclopedia Aragonesa, distintos autores han propuesto que el emblema derivaría de la temprana vinculación del rey de Aragón con el Papado, documentada desde el vasallaje que prestó Sancho Ramírez al Papa y por el que obtuvo el título de rey viajando a Roma en 1068:
    De tal vinculación procederían según hipótesis de distintos autores, las «barras» aragonesas, que serían derivadas de la forma de los lemniscos o cintas con que los Papas autentificaban, al sujetarlas con su sello, sus documentos oficiales.
    «Palos de Aragón», en Gran Enciclopedia Aragonesa en línea.
    Por otro lado, varios autores, como Montaner Frutos, aducen que la vinculación del emblema al linaje de la Casa de Aragón se da por la pertenencia de Ramón Berenguer desde 1137 como miembro de esta Casa tras los acuerdos matrimoniales pactados con Ramiro II, y su uso del emblema posterior, en 1150:
    En lo que hace a la cuestión heráldica, toda vez que [..] no hay duda de que el primer poseedor de los palos de oro y gules fue Ramón Berenguer IV, no puede haberla tampoco de que ese emblema personal lo era entonces (1150) de un miembro de la Casa de Aragón, dentro de la cual se hizo símbolo hereditario a partir de su adopción por los tres hijos de aquél, Alfonso, Pedro y Sancho.
    Montaner Frutos, op. cit., págs. 27-28.
  10. FLUVIÀ I ESCORSA, Armand de, Els quatre pals: L'escut dels comtes de Barcelona, Barcelona, Rafael Dalmau (Episodis de la Història, 300), pág. 131.
  11. A este respecto aduce Montaner Frutos (cfr. op. cit., págs. 102 y 105-107) que los palos no serán considerados en exclusiva como emblema territorial asociado al principado de Cataluña, sino que el significado de estos alterna con la denotación propia de señal del rey, sin que sea posible discriminar en muchas ocasiones el sentido territorial del de dignidad real. Además, cabe destacar que también se usó como emblema territorial para Cataluña desde la Edad Media el blasón cuartelado de la Cruz de San Jorge unido al señal real de los palos de oro y gules, por considerar la cruz georgiana emblema tradicional de Barcelona y ser usado por la Generalitat:
    [...] desde finales del siglo XV, con un apogeo en el siglo XVII, se atribuyen regularmente armas propias a los distintos territorios de la Corona, si bien no siempre se distingue netamente entre armas de dignidad y armas territoriales. En esta tesitura, salvo donde ya existían soluciones netamente diferenciadas (bien dinásticas, como en Sicilia, bien de atribución, como en Cerdeña), se advierte la vacilación (igual a la manifestada en época de Pedro IV) entre adoptar sin más las armas del soberano o combinarlas con otros símbolos considerados propios; [..] en Cataluña [se añaden a los palos], la cruz de San Jorge (primer cuartel de las armas de Barcelona y emblema de la Generalitat.
    Montaner, op. cit., pág. 102.
    Dado que la cruz de San Jorge era el emblema tradicional de la ciudad de Barcelona y también de la Generalidad de Cataluña, se consideró a menudo que las armas propias del principado eran las que unían esta señal con las de sus soberanos, los palos de oro y gules. Por ello, en los siglos XVI y XVII se emplearon, de forma similar a la aragonesa, diversas variantes del escudo de Cataluña. Los modelos básicos son dos: el que acoge únicamente los palos y el que los combina con la cruz georgiana. En cuanto a la presencia de los palos en múltiples sellos de las autoridades catalanas, que Fluvià (1994: 54) aduce acumulativamente, no garantizan que en esta época ni en las anteriores se tuviesen dichas armas por más propias del principado. Ese uso se explica por el hecho de corresponder a oficiales del rey o a instituciones reales, frente a la cruz de San Jorge usada por la Diputación del General o Generalitat de Cataluña. Ese mismo empleo se da en los casos similares de los otros territorios de la Corona, como en el de las comunidades de realengo aragonesas [...] Sólo en el siglo XIX, con la pujante renaixença catalana, al hilo de la leyenda de Guifredo el Velloso y a causa de los defectos interpretativos de los heraldistas decimonónicos, se consideraron los palos de gules y oro como armas únicas de Cataluña y aún como exclusivamente suyas. El actual emblema de la Comunidad Autónoma Catalana prescinde por eso de la cruz de San Jorge y emplea únicamente los palos, comúnmente llamados barres.
    Montaner, op. cit., págs. 105-107
  12. El Parlamento de Barcelona, reunido el 12 de junio de 1396 en presencia de la reina María de Luna, entre diferentes resoluciones, ordena: "que les galees no porten banderas, cendals ne panyos de senyal alcú sinó del comptat de Barchelona, ço es, barres grogues e vermelles tant solament.", Cortes de los antiguos reinos de Aragón y de Valencia y principado de Cataluña, Real Academia de la Historia, Madrid, 1901, Tomo IV, pág. 282. Véase también: CONDE, Rafael, La bula de plomo de los reyes de Aragón y la cruz «de Alcoraz», Emblemata, 11 (2005), nota 65 en pp. 71-2.
  13. El rey Martín el Humano, el 26 de enero de 1406, en las Cortes catalanas de Perpiñán: "Fil, yo us do la bandera nostra antiga del principat de Cathalunya (...) la dita nostra bandera reyal.", en Ricard ALBERT; Joan GASSIOT, Parlaments a les Corts Catalanes, Barcelona, Els Nostres Classics, 1928, pág. 71.
  14. Faustino Menéndez Pidal de Navascués, «Los emblemas de España», en Eloy Benito Ruano (colaborador) y la Real Academia de la Historia de España, España: Reflexiones sobre el ser de España, Madrid, Real Academia de la Historia, 1997, pág. 454. ISBN 978-84-89512-04-7.
  15. Cfr. El artículo «Palos de Aragón», en Gran Enciclopedia Aragonesa en línea:
    En Provenza, la primera moneda conocida —con cronología dudosa— que muestra «barras», es de Ramón Berenguer V (1209-1245), en la época de Jaime I, a cuyo reinado pertenecía otra pieza con las mismas características acuñada en Barcelona; en ambos casos, las «barras» ocupan el lugar de la cabeza del soberano ya que en el reverso continúa la cruz y la dignidad que expresa el monarca, explícitamente, es la de rex.
  16. Lo Rat Penat en el escudo de armas de Valencia, de Luis Tramoyeres Blasco
  17. La bandera en la Armada, las primeras enseñas, Cataluña y Aragón
  18. En BEUTER, Pedro Antonio, Segunda parte de la corónica general de España..., Valencia, 1551, [Beuter] adaptó a las armas reales un antiquísimo esquema, que se utilizó también para otras con franjas rojas, como las que trajeron los Córdoba. Probablemente fue conocido por el cronista valenciano mediante un episodio de la Demanda del Santo Grial (RIQUER, Martí de, Heràldica catalana, I, p. 56-58). El tema parece universal. Algún mon japonés también se ha explicado como las huellas dejadas sobre las ropas al limpiar la espada sangrienta. (DORWER, J. N., The elements of japanese design, Tokio, 1971). Apud Menéndez Pidal de Navascués (2000).
  19. Sus antecedentes se hallan en la Memoria sobre el incierto origen de las barras de Aragón, ... redactada por J. Sans y de Barutell en 1812 y publicada por la R. A. de la Historia en 1832 (Memorias, VII, pp. 201-235). El tema de la «contabilidad heráldica» [...] es por fin desarrollado y difundido por SENTENACH, Narciso, El escudo de España, Madrid, 1916 (2ª ed.). Apud Menéndez Pidal de Navascués (2000)
  20. Recordarían el nombre del conde Borrell a través de la equivalencia del piamontés ‘borelle’ (bolas) con el toscano palle, semejante a pali (palos). Apud Menéndez Pidal de Navascués (2000)
  21. Faustino Menéndez Pidal de Navascués, Leones y castillos: emblemas heráldicos en España, Madrid, Real Academia de la Historia, 1999 págs. 185-186. ISBN 978-84-89512-39-9
  22. a b Faustino Menéndez Pidal de Navascués, Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, págs. 95-138, ISBN 978-84-259-1110-1
    En 1982 se dio gran importancia al descubrimiento de la pintura a franjas verticales rojas y doradas en el exterior del sarcófago de Ramón Berenguer II Cap d'Estopes († 1082) y del que se atribuye a Ermesenda de Carcasona al abrir los sepulcros de la catedral de Gerona labrados en el siglo XIV por mandato de Pedro IV. Se intentó presentar el hallazgo como la prueba definitiva del origen de los palos en los condes de Barcelona anteriores a Ramón Berenguer IV.

    Lo que hubiera sido concluyente [es] que esos pigmentos no se usasen en el XIV. [...] Sólo podría concluirse que tales pinturas no son posteriores a 1365, cuando se cubrió el sarcófago con el sepulcro nuevo. [...] Además, las pinturas se hallan en buen estado de conservación y sin retoques ¿cómo habrían resistido tres siglos en su antiguo emplazamiento de la entrada del templo desde el siglo XI hasta el XIV? Es muy probable que los sarcófagos fueran decorados por fuera, de la manera dicha, en tiempos de Pedro IV; hay noticias de haber procurado este rey en 1384 ornamentaciones heráldicas de sepulcros antiguos de sus antepasados (RUBIÓ Y LLUCH, Antonio, Documents per l'historia de la cultura catalana mig-eval, II, Barcelona, 1921, p. 296.). Pero la objeción de más peso procede de otras consideraciones [...] habría que aceptar que se utilizaban entonces ornamentaciones emblemáticas en tumbas. [...] No existe, por supuesto, ningún caso semejante, sea conocido por prueba material o por referencia. [...] Pedro IV aceptaba prolongar el uso de sus armas a los ascendientes por varonía, por eso se figuraron sus palos en los sepulcros nuevos de Gerona. [...] el primer testimonio auténtico de las armas que usaron los reyes de Aragón se halla en los sellos de Ramón Berenguer IV, cuya impronta más antigua es del año 1150. Como en ellos se titula ya príncipe de Aragón, resultan las matrices posteriores a 1137. En estos sellos hallamos ya los bastones o palos en el escudo blocado de las representaciones ecuestres del conde y quizá en la enseña de su lanza. [...]

    La pugna moderna se dirige, por un lado, a atribuirlo a los anteriores condes de Barcelona, ajenos al reino de Aragón, y por otro a negar la presencia del emblema en los sellos de Ramón Berenguer IV. La titulación de Ramón Berenguer IV en esta época no prejuzga la atribución del emblema a ninguna de las dos jurisdicciones que reunía en su persona; aparte de las jurisdicciones heredadas, era miembro de pleno derecho de la casa real de Aragón, según la fórmula jurídica tradicional del «casamiento en casa».
    Faustino Menéndez Pidal de Navascués, loc. cit., 2000, págs. 97-99.
  23. Alberto Montaner Frutos en El señal del rey de Aragón: historia y significado, Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.
  24. Pedro López Elum. "J.Domenech crónica. Textos medievales 42". Anubar ediciones, 1975. València ISBN 84-7013-067-6
  25. Riquer, Llegendes històriques catalanes. Barcelona, Quaderns Crema, 2000. Véase reseña (en catalán) de su publicación.
  26. a b (Menéndez Pidal, 2004;100)
  27. Beuter, Segunda Parte de la Crónica General de España (1550), citado por A. Alcoberro, "Mites i llegendes", en Barcelona Quaderns d'Història, nº9, 2003, pág. 144.
  28. Según Alcoberro, fue Francisco Diago, en su Historia de los victoriosissimos antiguos Condes de Barcelona (1603) el primero en hacerlo (Alcoberro, op.cit. (2003, 144).
  29. Alberto Montaner Frutos, El señal real del rey de Aragón: historia y significado. Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.
  30. Alberto Montaner Frutos y Guillermo Redondo Veintemillas, Aragón en sus escudos y banderas, Zaragoza, CAI, 2007(Mariano de Pano y Ruata, 26), págs. 20-21. ISBN 978-84-96869-06-6.
  31. Rafael Conde, La bula de plomo de los reyes de Aragón y la Cruz «de Alcoraz», pág. 64.
  32. Jerónimo Zurita, «Que el conde don Ramón Berenguer tomó título de príncipe de Aragón», Anales de Aragón, Libro II, Capítulo I.
  33. a b c Cfr. v. gr. Alberto Montaner Frutos, El señal del rey de Aragón: historia y significado, 1995, pág. 11 y nota al pie 13, donde previene contra «el uso anacrónico y abusivo» de utilizar en la argumentación actual del origen de los palos citas de las creencias habituales del siglo XVI sobre este punto, que eran difundidas por los historiadores aragoneses en esta época, incluido Zurita:
    En este sentido, hay que prevenir igualmente contra el uso, anacrónico y abusivo, del criterio de autoridad empleado por Udina (1949 y 1988 [Federico Udina Martorell (1949): «En torno a la leyenda de las "barras catalanas"», Hispania, vol. IX, pp. 531-65. e ìdem (1988): «Problemática acerca del escudo de los palos de gules», en I Seminario sobre heráldica y genealogía, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», pp. 45-68.]) y por Fluvià (1994 [Armand de Fluvià i Escorsa (1994): Els quatre pals: L'escut dels comtes de Barcelona, Barcelona, Rafael Dalmau (Episodis de la Història, 300).]) al citar a historiadores aragoneses que desde el siglo XVI han afirmado que los palos fueron traídos al reino de Aragón por Ramón Berenguer IV, desplazando así a las que serían armas propias del mismo, la cruz de Alcoraz, es decir, la de San Jorge cantonada de cuatro cabezas de moro. Tales autores no hacen más que recoger las creencias usuales de su época y carecen de validez. Máxime cuando está comprobado que la llamada cruz de Alcoraz es en realidad una innovación de Pedro III y no se documenta hasta 1281.
    A. Montaner Frutos, op. cit., pág. 11 y n. 13.
  34. Sólo en el siglo XIX, con la pujante renaixença catalana, al hilo de la leyenda de Guifredo el Velloso y a causa de los defectos interpretativos de los heraldistas decimonónicos, se consideraron los palos de gules y oro como armas únicas de Cataluña y aún como exclusivamente suyas.
    Alberto Montaner Frutos, op. cit., 1995.
  35. Alberto Montaner Frutos, El señal del rey de Aragón: historia y significado, 1995.
  36. Según detallan las declaraciones de Ramiro II de los documentos matrimoniales:
  37. Esta teoría ha sido cuestionada recientemente por el profesor J. Serrano Daura, ante la ausencia de referencias a esta institución consuetudinaria del derecho aragonés antes del siglo XV, y que las cláusulas que fueron establecidas por Ramiro II sobre la sucesión a la corona de Aragón no se ajustan a las peculiaridades de esta institución, por lo que no sería trasladable al siglo XII. Véase Serrano Daura, «La donació de Ramir II d'Aragó a Ramon Berenguer IV de Barcelona de 1137 i la institució del "casamiento en casa"», Estudis històrics i documents dels arxius de protocols, 15, Barcelona, 1997, págs. 7-14 (traducción al castellano: «La donación de Ramiro II de Aragón a Ramón Berenguer IV de Barcelona, de 1137, y la institución del "casamiento en casa"», Higalguía, 270, Madrid, 1998, págs. 709-719).

Fuentes

  • FATÁS CABEZA, Guillermo, «El escudo de Aragón», en Aragón, reino y corona, [Zaragoza], Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Madrid y Secretaría de Estado de Cultura, [2000], págs. 167-174. Catálogo de la exposición celebrada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid del 4 de abril al 21 de mayo de 2000. Cfr. esp. el epígrafe «Las Barras de Aragón», págs. 170-172. ISBN 978-84-8324-084-7
  • FATÁS, Guillermo y REDONDO, Guillermo, La bandera de Aragón, Zaragoza, Guara, (Colección Básica Aragonesa, 3), 1978.
  • —, Blasón de Aragón: el escudo y la bandera, Zaragoza, Diputación General de Aragón, D.L. 1995.
  • —, «Palos de Aragón», Gran Enciclopedia Aragonesa, vol. IX, Zaragoza, 1981.
  • FLUVIÀ I ESCORSA, Armand de, Els quatre pals: l'escut dels comtes de Barcelona, Barcelona, Rafael Dalmau (Episodis de la Història, 300), 1994.
  • MENÉNDEZ PIDAL DE NAVASCUÉS, Faustino, «Palos de oro y gules», Studia in Honorem Prof. M. de Riquer, Barcelona, Jaume Vallcorba (Quaderns Crema), vol. IV, 1991, págs. 669-704.
  • —, Símbolos de España, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2000, capítulo «Los reyes de Aragón», págs. 95-138. ISBN 978-84-259-1110-1
  • —, El Escudo de España, Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 2004, ISBN 84-88833-02-4
  • MONTANER FRUTOS, Alberto, El señal del rey de Aragón: historia y significado. Zaragoza, Institución "Fernando el Católico", 1995.

Enlaces externos