Diferencia entre revisiones de «Idioma español en Filipinas»

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y entro 10 años en el futuro el español filipino sera aprobado y sera un idioma oficial.


==Premios Literarios en español en Filipinas==
==Premios Literarios en español en Filipinas==

Revisión del 10:47 18 jul 2009

El español (castellano en Filipinas) fue el primer idioma oficial de Filipinas desde la llegada de los españoles en 1565 y llegó a ser la lingua franca del país hasta principios del siglo XX. En 1863 se creó un sistema de educación pública que impulsó considerablemente el conocimiento del español en el país. El héroe nacional José Rizal escribió la mayoría de sus obras en español, al igual que los revolucionarios y nacionalistas del siglo XIX. La Revolución Filipina se articuló en idioma español, y la Primera República Filipina fundada en 1899 eligió el español como idioma oficial. La propia Constitución de Malolos, al igual que el himno nacional filipino fueron escritos en español. En la primera mitad del siglo XX, el español fue la lengua de la prensa, cultura, comercio, y hasta cierto punto la política filipina. El español mantuvo su estatus oficial (junto con el inglés y el tagalog) hasta 1973.

En 2009, la académica y presidenta filipina Gloria Macapagal-Arroyo ha sido galardonada con el Premio Internacional Don Quijote 2009,[1][2]​ que reconoce la iniciativa educativa de la República de Filipinas de introducir la lengua española en los planes de estudio nacionales, que amplía el área de colaboración política, institucional y económica que se desarrolla en lengua española.

Historia

El español comienza a predominar sobre las muchas lenguas nativas de Filipinas a partir de 1565, fecha en que la expedición de Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta procedente de la Nueva España, hoy México, llega a Cebú y funda el primer establecimiento español en las islas.

Al principio, el aprendizaje del español era opcional, no obligatorio. Como en América, los misioneros predicaban la fe católica a los nativos en lenguas locales. En 1593, se fundó la primera imprenta local. En 1595 se establece la primera insitución académica del país, el Colegio de San Ildefonso, fundado por los jesuitas en Cebú y que más tarde se conviertiría en la Universidad de San Carlos. En Manila se funda la Universidad de Santo Tomás por la Orden de los Hermanos Predicadores (Dominicos) en 1611. Ambas universidades se disputan el reconocimiento de universidad más antigua de Asia.

Fotografía de Intramuros destruido, durante de la II Guerra Mundial.

En 1863, la reina Isabel II de España decreta la creación de un sistema escolar público en todos los territorios españoles. Esto da lugar a la creación de escuelas públicas con enseñanza en español en la mayoría de pueblos y ciudades de Filipinas. A prinicipios del Siglo XX el español se mantiene como la lengua franca del país, y el idioma de la educación, prensa, comercio, política y justicia. Incluso después de la ocupación norteamericana y la imposición del inglés como lengua de instrucción en colegios públicos, el español sigue predominando en las principales ciudades, y como vehículo principal de comunicación entre filipinos de distinta procedencia.

El predominio del español se prolonga aproximadamente hasta la Segunda Guerra Mundial (1940-1945). A partir de entonces, con las nuevas generaciones educadas en inglés el español va perdiendo relevancia. Además, la destrucción del barrio de Intramuros por la aviación norteamericana durante la Batalla de Manila acaba con el prinicipal núcleo de cultura hispánica y lengua española de Filipinas.

Influencia en los otros idiomas

Hay aproximadamente 8.000 raíces españolas en tagalo, y alrededor de 6.000 raíces españolas en bisayo y otros dialectos filipinos. El sistema numérico en español, el calendario, el tiempo, etc. siguen siendo usados con leves modificaciones.

Algunas palabras arcaicas españolas se han preservado en tagalo y otras lenguas locales, tales como:

  • bapor (‘vapor’, barco),
  • kastila se utilizaba para referirse a los españoles (castellanos) y a su idioma.
  • kwarta (‘cuarta’),
  • pera (‘perra’ o ‘monedas’),
  • relos (‘reloj’, originalmente con el sonido francés de la j),
  • sabón, ‘jabón’ (la j se pronunciaba como el francés je),
  • baraha (‘baraja’, baraja de naipes),
  • lamesa/mesa (‘mesa’),
  • kaldereta (‘caldereta’, guiso de carne),
  • tinidor (‘tenedor’),
  • silya (‘silla’),
  • baso (‘vaso’),
  • bankito (‘banqueta’ silla pequeña),


El chavacano, también llamado zamboangueño o chabacano, es una lengua criolla basada en el español de las Filipinas. El chabacano se concentra sobre todo en el sur, en las provincias de Zamboanga e Isabela - Basilán y partes de Davao, aunque algunos hablantes también se encuentran en Luzón (Cavite y Ternate).

A principios del siglo XVII el impresor tagalog Tomas Pinpin emprendió la tarea de escribir un libro en tagalo con caracteres latinos a fin de enseñar el castellano a los tagalos. Su libro, publicado por la prensa dominica donde él trabajaba, apareció en 1610, el mismo año en que el Padre Blancas de San José publicaba la primera Gramática del tagalo.

El texto de Pinpin, por su parte, utilizaba el tagalo para disertar sobre el castellano. El libro de Pinpin fue el primero en ser escrito y publicado por un filipino nativo. Como tal, resulta instructivo cuando explica el interés que le animaba a traducir del tagalo a principios de la época colonial. Pinpin elabora su traducción más bien eludiendo que no rechazando las normas de acentuación del castellano.

Falsos amigos

Las palabras siguientes son engañosas. Parecen ser españolas o son las palabras españolas que cambiaron de significado en varias lenguas filipinas.

  • aparador significa ‘gabinete de ropa’ (parecido a «aparador»)
  • baho significa ‘huele mal’ (parecido a «bajo»)
  • barkada significa ‘pandilla’ (parecido a «barcada»)
  • kontrabida significa ‘malvado’ (parecido a «contra vida»)
  • sabi significa ‘decir’ (parecido a «sabe»)
  • siguro significa ‘quizás’ (parecido a «seguro»).
  • syempre significa ‘por supuesto’ (parecido a «siempre»)
  • pirmi en bisayo y chavacano significa ‘siempre’ (parecido a «firme»)
  • basta significa ‘a condición que’.
  • lupa significa ‘suelo, tierra’
  • luto significa ‘cocinar’
  • maske/maski significa ‘aún’ o ‘sin embargo’ (parecido a «más que»)
  • kubeta significa ‘retrete’ (parecido a «cubeta»)
  • kasilyas en bisayo y chavacano significa ‘retrete’ (parecido a «casillas»)
  • lamierda/lamyerda significa ‘salir de juerga’ (parecido a «la mierda»)
  • puto significa ‘una torta de arroz’ (parecido al masculino de «puta»; en algunos países de hispanoamérica significa ‘homosexual’ y en otros "mujeriego").
  • sugal significa ‘jugada con dinero’ (parecido a «jugar»)
  • mamón significa ‘pan mullido’.
  • pera significa ‘dinero’
  • kasí/kasé significa ‘porque’, ‘es que’ (proveniente del inglés because), parecido a «casi».
  • silbí significa propósito, el uso (parecido a «servir»)
  • palengke significa ‘mercado’ (parecido a «palenque»)

No obstante la palabra que se usa para designar "caja fuerte" tiene casi el mismo significado en español, pues se dice "caja de hiero"

Filipinismos (Palabras de origen filipino)

Las palabras siguientes se pueden encontrar en Diccionario de la lengua española de la RAE

Ver RAE.

Nacionalismo idiomático

El español en Filipinas fue vector de nacionalismo ante dos imperios: España y Estados Unidos de América. La actitud nativista criticó el español en Filipinas como una imposición colonial, cosa desde todo punto errónea. Más bien, los frailes y funcionarios se esforzaban en aprender las lenguas indígenas. De todas formas, las élites nativas decidieron ilustrarse en español, y éstas a su vez fueron imitadas por la población urbana. Considerando este fenómeno, se hace necesario al estudioso de la historia y la cultura filipinas conocer un idioma en el que se escribió una extensa cantidad de documentación de carácter jurídico y administrativo en época colonial, además de un importante corpus de interés histórico, lingüístico y literario. En él figuran las primeras grandes obras de la literatura filipina, así como algunas de las más completas y detalladas gramáticas descriptivas que se han escrito sobre muchas de las lenguas nativas del país.

Esto se llevaba a cabo por clérigos de las distintas órdenes, en especial jesuitas, justo cual ocurriera en Hispanoamérica con lenguas como el quechua, el guaraní o el náhuatl). También en español se escribieron la primera constitución como república independiente, su himno nacional, sus proclamas, sus decretos gubernamentales, etc.

Durante la época colonial española y, hasta cierto punto, durante la de administración estadounidense, el español fue la lengua franca que sirvió al propósito de unificación nacional, toda vez que el tagalo no poseía aún el prominente papel que después obtuvo. Cada región tenía su lengua y cultura propias, y el habitante de ellas se veía a sí mismo como ilocano, pampangueño, cebuano, etc. Es decir, todavía sin conciencia de ser filipino.

La lengua comienza a generalizarse a partir de los decretos de modernización de los gobiernos de Isabel II de España, a mediados del siglo XIX. Los miembros del estamento social mestizo o español que contribuyó a la extensión de la lengua y cultura hispánicas eran conocidos como los «ilustrados». Tras el mutis de España y bajo dominación estadounidense, ellos se dieron a sí mismos la misión de relevar a España en la propagación de una identidad y nacionalidad de raíz hispánica, aun a costa de enfrentarse a los designios estadounidenses de destruir todo vestigio de cultura hispánica en las Islas.

No prosperó la causa hispánica en Filipinas, sobre todo tras perecer gran parte de aquellos «ilustrados» en el bombardeo estadounidense de 1945 sobre Manila, alma y cabeza de la futura nación insular y, tras la guerra, por verse engrosada dicha ciudad por masas migrantes ajenas a todo sentido hispanizante.

A finales del siglo XIX, el escritor nativo José Rizal, con sus novelas Noli me tangere y El filibusterismo, publicadas en Bélgica y Alemania respectivamente, contribuye por su parte a destacar la componente malaya en el sentido nacionalista filipino, pero exigiendo a España que promueva la educación y, por supuesto, la generalización de la lengua española como vehículo de información. De la obra de Rizal, el grupo independentista Katipunan extrajo las consignas más ardorosas para combatir la dominación española.

Ambas novelas eran un virulento alegato contra los abusos y defectos de la administración colonial, en especial del omnímodo poder conferido por España a las órdenes religiosas, que en Filipinas se mostraban obscurantistas y opresoras según la visión de Rizal, reconocido masón. Rizal escribió también en tagalo, siendo notorias sus contribuciones a la lingüística de dicho idioma nativo.

Las órdenes religiosas de las islas se enfurecieron con la publicación de las obras de Rizal, y sus Provinciales no cejaron hasta conseguir que las autoridades españolas aprehendiesen y ejecutasen a Rizal, hoy considerado mártir del colonialismo y padre de la patria filipina.

Época de dominación estadounidense

En 1898, la junta constituyente de la joven República Filipina, activa en Malolos, Bulacán, estableció el español como primera lengua oficial. Terminaba entonces el dominio colonial español. La mayoría de los medios de comunicación como prensa, radio, documentos y decretos gubernamentales, así como la educación, utilizaban todavía el español. El español mantuvo su prestigio y uso hasta bien avanzado el siglo XX. Algunos investigadores afirman que tardó más de cincuenta años en imponerse el inglés sobre el español, sobre todo por la dificultad que entrañaba el aprendizaje del inglés y (en un principio) porque la posesión del castellano era señal de elevado estatus cultural y económico. Aunque el inglés era promovido y aun forzado por la administración colonial americana como lengua de la educación y del gobierno, gran parte de la literatura de entonces se escribió en lengua española. La razón es que la mayor parte de las elites de aquella generación, educadas en español, por primera vez experimentaban la libertad de disentir, esta vez contra los intentos estadounidenses de desmantelar la cultura hispánica del archipiélago. Los directorios militares estadounidenses reprimieron duramente la resistencia, tanto la de signo nativista cuanto la de signo hispanista.

Durante el período de dominación española sobresalieron algunos escritores de consideración, en especial José Rizal y Alonso, alabado por Miguel de Unamuno y leído hoy en traducciones inglesas o nativas por todos los escolares de Filipinas. Con todo, la verdadera Edad de Oro del castellano en Filipinas sucede tras la marcha de España, cuando el estamento social nativo o mestizo que había cooperado con la obra colonizadora alcanza su mayoría de edad social. La literatura hispano-filipina que entonces se produce, y que podríamos llamar clásica, es obra de escritores «ilustrados» como José Rizal, Pedro Alejandro Paterno, Graciano López Jaena, Jesús Balmori, Antonio M. Abad, Manuel Bernabé, Adelina Gurrea, Guillermo Gómez Windham, Claro Mayo Recto... A estos, ya entrada la segunda mitad del siglo XX se añaden Evangelina Guerrero, Federico Espino Licsi, Edmundo Farolán Romero, director de Revista Filipina y Guillermo Gómez Rivera, éstos dos últimos todavía activos a principios del siglo XXI.

El nacionalismo de raíz hispánica al principio se propagaba en español, en especial a través de los escritos de Marcelo H. del Pilar (Plaridel), fundador de la publicación quincenal La Solidaridad, que aparecía en Madrid y más tarde en Barcelona. El primer periódico en español de Cebú, titulado El Boletín de Cebú, aparece en 1886. Hacia 1915, por presiones de los intereses estadounidenses, los periódicos locales comienzan a publicar sesiones en inglés. En Cebú, donde también existieron grupos de hispanizantes, el escritor José del Mar ganó en 1965 con su obra Perfiles el premio Zóbel, instituido para contribuir al mantenimiento del español como lengua cultural de las islas.

Irónicamente, la mayor parte de la literatura filipina en lengua española se publicó durante los días de la dominación americana. Uno de los más notorios escritores nativos en español, Claro Mayo Recto, seguía escribiendo en español hasta 1946. Otros conocidos escritores que usaron el castellano en dicho periodo fueron los poetas Isidro Marfori, Cecilio Apóstol (autor de Pentelicas, 1941), Fernando Ma. Guerrero (Crisálidas, 1914), Flavio Zaragoza Cano (Cantos a España y De Mactan a Tirad) y otros.

Entre los periódicos editados en español sobresalieron por su militancia hispanizante El Renacimiento, La Democracia, La Vanguardia, El Debate, El Pueblo de Iloilo, El Tiempo y La Voz de Manila entre otros. Tres revistas, The Independent, Philippine Free Press and Philippine Review se publicaban con secciones tanto en español como en inglés.

Situación actual del español en Filipinas

Según fuentes del Instituto Cervantes, se encuentran un total de 3.180.000 hablantes de español sin contar los hablantes de zamboangueño. El español fue idioma oficial hasta la promulgación de la Constitución de 1973 y asignatura obligatoria en universidades hasta 1987. El uso del español como primera lengua en Filipinas es casi anecdótico, salvo por lo que respecta a las familias mestizas muy acomodadas. Existe un programa de radio de la radio estatal filipina BBS, llamado 'Filipinas ahora mismo' el cual emite 5 horas diarias en castellano, en 6 emisoras locales desde marzo de 2007.[3]


No obstante las principales lenguas filipinas, tienen en el español una base importante de su vocabulario, llegando en algunas en torno al 20%, por lo que el español es considerado como una lengua sencilla de aprender.

El Instituto Cervantes de Manila y la Consejería de Educación de la Embajada de España en Manila, la Academia Filipina de la Lengua Española, así como diversos grupos de hispanistas han iniciado una nueva ola que impulsa el aprendizaje del idioma español en el país. Entre ellos, la propia presidenta de Filipinas Gloria Macapagal-Arroyo. El objetivo es lograr que en este país, como ya se ha conseguido en Brasil, el español pueda retornar a la enseñanza reglada.

Un importante avance sería que Filipinas, como así lo ha solicitado, forme finalmente parte de las Cumbres Iberoamericanas, dado que por su relativa proximidad, Filipinas tiene un floreciente comercio con los países sudamericanos.

Sin embargo, para que el español volviese a la enseñanza obligatoria en las escuelas públicas habría que reformar la constitución como en su día lo hizo (en aquella ocasión para suprimirlo) la entonces presidenta Corazón Aquino. La actual presidenta de Filipinas Gloria Macapagal Arroyo, pidió al gobierno de España que colaborara en sus esfuerzos de reintroducción del idioma en las escuelas de aquél país. Tras sucesivos contactos entre el ministro español de asuntos exteriores, el titular del ministerio de educación filipino y la dirección del Instituto Cervantes, en noviembre de 2008 el Gobierno de Filipinas anunció a bombo y platillo la reincorporación del español en la enseñanza secundaria para mediados del 2009. Este anuncio fue interpretado por muchos medios oficiales y de comunicación como la vuelta del español a la escuela pública en Filipinas. Incluso en medios más sensacionalistas se hablaba de un inusitado resurgimiento del interés por el español en Filipinas y una hipotética vuelta a la oficialidad del español en aquél país. Pero el esperanzador proyecto no ha respondido a las expectativas creadas al respecto. Del lado filipino el proyecto se limita a 17 escuelas (una por provincia) diseminadas por un archipiélago de cerca de 90 millones de almas. En estos centros tan sólo los alumnos que hayan demostrado una total competencia linguística en inglés y filipino-tagalo podrán optar a una tercera lengua a elegir entre el español, el mandarín, el japonés o el francés. Para que los cursos se impartan será necesario un número mínimo de entre 30 y 35 alumnos interesados. Por parte española la aportación ha corrido a cargo del Instituto Cervantes mediante "la formación" de 34 maestros de español mediante un cursillo de español acelerado de 2 meses y que se irá completando durante el resto del curso a través de internet. En el 2005, había al menos 20.492 personas estudiando español en el país, sea en institutos privados o en escuelas públicas, según el Instituto Cervantes. En la actualidad, la cultura del idioma español en Filipinas está abanderada por el Instituto Cervantes. Una de sus iniciativas a la lectura ha hecho que, durante marzo y agosto de 2009, el metro de Manila llevará impreso en los trenes los poemas en inglés y español de quince poetas españoles, filipinos y latinoamericanos.[4]

Dentro de la cultura popular, existen algunos grupos musicales de éxito en español, como: Bambú, Imago, Asin, Pupil, Yano y Esponja Cola.

En 2009, la académica y presidenta filipina Gloria Macapagal-Arroyo ha sido galardonada con el Premio Internacional Don Quijote 2009,[5][6]​ al introducir la enseñanza de la lengua española en los planes de estudio nacionales.

Premios Literarios en español en Filipinas

  • Premio Zóbel, fundado en 1920, es el más antiguo premio literario instituido en Filipinas.


Véase también

Notas

García Castellón, Manuel. Estampas y cuentos de la Filipinas Hispánica (Una antología de prosa filipina en castellano). Madrid: Editorial Clan, 2002.

A los terminos en lengua española procedentes del vocabulario tradicional hispano-filipino se les denominan filipinismo

Enlaces externos