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Batalla de Dabajuro

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Batalla de Dabajuro
Parte de Guerra de Independencia de Venezuela
Fecha 7 de junio de 1822
Lugar Dabajuro, Falcón, Venezuela
Resultado Victoria realista
Beligerantes
Bandera de la Gran Colombia Gran Colombia Bandera de España Imperio español
Comandantes
Carlos Soublette
Judas Tadeo Piñango  (P.D.G.)
Francisco Tomás Morales
Fuerzas en combate
Según Díaz y Torrente: 2.000[1][2]
Según Baralt: 400[3]
Según Restrepo: 700[4]
Según Montenegro: 900[5]
Según Díaz y Torrente: 1.500[1][2]
Según Baralt: 1.200-1.500[3]
Según Restrepo: 1.200[4]
Según Montenegro: 1.500[6]
Bajas
167 muertos y heridos[7]​ y 300 fusiles, 10 cajas de guerra, 3 cornetas y gran cantidad de equipaje capturados[1] Desconocidas, mayores[7]

La Batalla de Dabajuro fue un enfrentamiento militar librado en 1822 en el contexto de la Guerra de Independencia de Venezuela, entre las fuerzas realistas y patriotas con victoria de las primeras.

Antecedentes

Mientras José Antonio Páez impone un nuevo asedio a Puerto Cabello,[8]​ el 1 de marzo de 1822, el brigadier Francisco Tomás Morales con 1.500 efectivos,[9]​ que iba en el bergantín Hércules, piso tierra en Chichiriviche y de ahí siguió por tierra a Tocuyo de la Costa.[10]​ Él contaba con un fuerte apoyo del populacho coriano:[11]​ «la mayor parte de sus habitantes eran realistas decididos, y hubo otros jefes que los capitanearon para hacer una cruda guerra á la República».[12]​ Junto a los pastusos, estos fueron de los gentíos más afectados por las guerras de independencia. Destacaron por su lealtad y su táctica de «guerra lenta».[13]​ Por ejemplo, desde 1810-1811 los corianos movilizaron más de 1.000 milicianos urbanos y caquetíos los pueblos de Santa Ana y Moruy, muchos armados solo con arcos y lanzas, para rechazar la invasión del marqués del Toro y apoyar la expedición de Domingo de Monteverde.[14]

El apoyo popular, la decisión y capacidades de sus dirigentes sumados a una difícil geografía permitieron a estos pueblos lograr ofrecer una prolongada y firme resistencia a los republicanos aunque a un grave coste económico y demográfico.[15]​ El rechazo a las revoluciones liberales que vivió el oeste venezolano es comparable al de Pasto en Nueva Granada o a «la lucha obstinada de los realistas franceses en la Vendée» durante la Revolución francesa. Desde la resistencia al marqués del Toro en 1810, a las guerrillas del cura Andrés Torrellas y el indio Reyes Vargas hasta después de Carabobo, los corianos y marabeños defendieron la causa realista al grito de «¡Vivan Dios y el Rey!». Efectivamente, sin ese apoyo Morales jamás hubiera podido salir de Puerto Cabello y organizar las campañas de 1822-1823.[16]

La República era un concepto abstracto, difícilmente comprensible para la mayoría de la población. En cambio, el Rey era un principio de la vida que no necesitaba ser probado, de allí la enorme dificultad de suplantar la conciencia monárquica por la conciencia republicana, porque era sustituir algo real, algo que todo el mundo asumía como real, por un concepto abstracto cuya realización nadie había visto.[17]

Estos pueblos vivieron la independencia en tres momentos: 1810-1812, 1813-1821 y 1821-1823.[18]​ El primero fue una guerra entre ciudades donde resistieron a los intentos de la Junta Suprema de Caracas y sus milicias de imponer el nuevo orden.[19]​ Los corianos rechazaron al invasor dirigidos por su aristocracia organizada en su cabildo.[20]​ Acabó desarrollándose un equilibrio de fuerzas entre ambos,[21]​ durante esos años los monárquicos no pudieron avanzar hacia el interior venezolano[22]​ hasta la llegada de los refuerzos traídos por Domingo de Monteverde.[23]​ En el segundo período la guerra estuvo lejos de su territorio, hubo un repunte económico y Coro fue premiada con el título de «Muy Noble y Leal», un escudo de armas, la «distinción con el mote de confianza de Coro», comercio libre en su puerto, una franquicia fiscal y la creación de una provincia propia.[24]​ Todo eso aun cuando tenía una importancia estratégica relativamente menor.[25]​ Obtuvo estos premios por tener una relativamente grande población española e importancia comercial, y estar estrechamente vinculada al boom azucarero de Cuba.[26]​ La última fase la élite local empieza a desquebrajarse entre quienes desean seguir resistiendo y los que prefieren la sumisión (muchos de los primeros acaban por huir a Cuba, Puerto Rico y España).[27]​ Después de Carabobo, esta aceptó la derrota y la resistencia quedó encabezada por el populacho.[28]​ A pesar de que la Corona podía ayudar cada vez menos los corianos formaron guerrillas al mando de Manuel Carrera y Colina, la guerra se centra en el territorio de la provincia y sus ciudades cambian constantemente de manos.[29]​ A diferencia de otras regiones donde los realistas organizaron una resistencia irregular, aquí hubo poco apoyo indígena porque sus comunidades (fielmente monárquicas) habían sido devastadas en los años anteriores.[30]

Debe mencionarse que los historiadores posteriores como José Manuel Restrepo atribuían el rechazo de amplios sectores de la población a la «lucha justa contra España» a «el fanatismo religioso, el fanatismo por la monarquía y su funesta ignorancia llamándolos los hijos descarriados de Colombia».[31]​ Efectivamente, hay casos como el sacerdote Torrellas que «Semejante a aquellos sacerdotes vendeanos, decía misa antes de combatir, arengaba desde el púlpito a sus soldados, los bendecía y luego al grito de ¡Vivan Dios y el Rey! los lanzaba a una guerra sin cuartel».[16]​ Sin embargo, debe mencionarse Restrepo demuestra un claro «sesgo ideológico», «desconfiaba de los movimientos populares» (como habían sido las partidas de Coro y Pasto) y busca causas morales más que sociales a «las perturbaciones políticas» porque él estaba «interesado en la construcción de un estado fuerte».[32]​ Había asumido la «leyenda negra» de los realistas (especialmente los pastusos).[33]​ Hubo otros factores, como el miedo de los terratenientes criollos por un nuevo levantamiento servil como el de José Leonardo Chirino en 1795,[34]​ la rivalidad existente desde el siglo XVI entre Coro y Caracas porque la segunda le robo a la primera la sede de la capital política y religiosa del país,[35]​ una menor rivalidad entre la élite coriana y los peninsulares por el acceso a cargos administrativos,[36]​ o que las ciudades del oeste venezolano no dependían económicamente de Caracas por la poca conexión, sino del comercio naval con Cuba, Saint-Domingue, Curazao, Veracruz, Cartagena y Aruba (lo que las hizo bastante ricas).[37]

La emancipación venezolana se divide en grandes períodos bélicos. El primero, 1810/1811-1816, donde derrotas y victorias patriotas se fueron alternando. El segundo, 1817-1821, desde la conquista de Guayana, que sirvió de base de operaciones hasta llegar a Carabobo. Una tercera, posterior a la gran victoria.[38]​ Otros son dividen la guerra en 1810-1812, 1812-1814 y 1814-1823.[39]​ Clasificaciones más detallistas y basadas en etapas constitucionales hablan de: «Etapa de las Acciones Precursoras» como la rebelión de Chirino (1795) y la expedición de Miranda (1806); «Lapso de las Conspiraciones propiciadas por los Criollos o Mantuanos» (1808-1810); «Período Cívico-constitucional», cuando empieza el proceso emancipador propiamente dicho, como la Primera República (1810-1812); «Segunda República» que marca el comienzo de la «Dictadura de Simón Bolívar» (1813-1814/1815); «Tercera República», igual de breve que las anteriores, dura hasta la unión con Nueva Granada (1816-1819); «Período de la Gran Colombia» (1819-1830).[40]

Campaña

Al mismo tiempo, el coronel José Rafael de Las Heras sale de Maracaibo con 1.200 infantes, 100 jinetes y 2 cañones para recuperar Coro.[10][41]​ El monárquico contaba con la ventaja naval de la fragata de guerra Ligera, el bergantín Hércules y varios transportes menores.[42]

Entre el 5 y 6 de marzo, Las Heras desembarca en Casigua mientras Morales entra en Coro con los batallones Barinas y Hostalrich, donde se entera de los movimientos del patriota.[10]​ El brigadier sale de la ciudad el día 20 para encarar al coronel republicano dejando al coronel Juan Tello en la ciudad. Marchaba con 2.100 infantes, 300 jinetes y 50 artilleros[41]​ apoyados por 2 cañones.[43]​ Otros rebajan su hueste a solo 1.200 efectivos,[44]Rafael María Baralt dice que eran 2.000[45]​ y Alexander Walker 3.000.[46]​ Según Ángel Laborde estaban:[n 1]​ coronel Tello en Coro con el batallón Leales Corianos (600[10]​-700[47]​plazas) y una compañía del Barinas (200 pl.);[48]​ comandante José Torres en Casicure con el batallón homónimo (500 pl.) y un escuadrón de los Dragones de Coro (200 pl.)[10][49]​ cuya orden específica era vigilar a los republicanos en Maracaibo;[47]​ teniente coronel Lorenzo Morillo en la sierra con el batallón Cazadores del General (400 pl.) y alguna caballería (150 pl.);[10]​ coronel Manuel Lorenzo en El Tocuyo con los batallones Barinas y Hostalrich (700[47]​-750[10]​pl.); por último, en diversos puntos fronterizos de la provincia aún quedaban 500 ó 600 guerrilleros. Totalizando unos 3.400 combatientes.[10]​ En cambio, en el Archivo Paéz se dice que Morales tenía en Coro 2.000 hombres «fuera de 600 enfermos, 600 en la Sierra al mando de Morillito, 800 en Cacicure y Casigua y 300 en Paraguaná». En total, 4.300 combatientes pero probablemente solo 3.200 estaban disponibles.[n 2]

Mención aparte merece la columna volante de Fieles Corianos, compuesta por una compañía de caballería y cuatro de infantería, en total 370 plazas,[50]​ fue creada junto al Leales Corianos por Carrera,[51]​ mandada por el comandante Bernardo Mirayes,[52]​ fue derrotada el 9 de mayo de 1821, cuando Urdaneta sorprendió a sus avanzadillas en Camanigure y Matícora, persiguiendo a la columna hasta llegar a Coro.[n 3]​ El hecho que sufriera de constantes deserciones es considerado indicativo que el apoyo popular a la causa real empezaba a decaer.[50]

Su lenta marcha permite a Las Heras dar media vuelta y retirarse a Los Puertos de Altagracia y Maracaibo. Morales lo sigue hasta Los Puertos, alejándose de Coro como querían sus enemigos. El 5 de abril general Carlos Soublette sale de Barquisimeto con 2.000 infantes y 200 jinetes, vence a Tello en Chipare y entran su vanguardia en Coro al comando del coronel Judas Tadeo Piñango el 17 de abril. Sin embargo, una fuerte peste deja 700 enfermos en el hospital y le obliga a retirarse a Carora.[10][41][53]​ Por el camino de Pedregal se lleva a 300 enfermos en hamacas mientras quedan atrás 200 muertos y enfermos.[10]

La noticia de la entrada de Piñango en Coro llega a Morales tres días después.[44]​ Este último comprende que está a punto de quedar mortalmente aislado de Puerto Cabello entre dos enemigos, decide distraer a sus enemigos en Maracaibo con un ataque secundario mientras él recupera Coro.[41]​ Maracaibo estaba defendida por 1.000 grancolombianos y 250 legionarios irlandeses a las órdenes del mayor Thomas Ilderton Ferrier.[46]​ Entre el 22 y 23 de abril, desembarcan 600 realistas al mando del teniente coronel Lorenzo Morillo en La Cañada y 216 soldados del Casicure con el capitán Juan Ballesteros en el Empedrado, así amenazarían Maracaibo desde el sur y el norte respectivamente.[54]​ Debe mencionarse que otros autores hablan de 500 soldados con Morillo y 400 con Ballesteros.[55]​ El 24 de abril Ballesteros fue vencido y muerto por el regimiento Tiradores; Las Heras también cayó en el combate. Al saberlo, Morillo y su tropa se rinden y son embarcados a Jamaica.[56]

Batalla

Soublette salió de Carora el 18 de mayo y cinco días después vencía en Pedregal a una columna del coronel realista Simón Sicilia. Sigue hacia Dabajuro vía Urumaco y Zazárida en busca del brigadier realista. Morales salió de Los Puertos el 3 de junio con rumbo a Dabajuro.[57]

A las 10:00 horas del 7 Soublette marchó hacia Dabajuro formando el columna de ataque para lanzar un ataque sorpresivo contra un enemigo más numeroso. Al campamento monárquico llegaban dos caminos pero el republicano prefirió el diestro por ser más ancho y plano. Tras dos o tres horas de marcha su vanguardia hizo prisioneros a algunos vigías enemigos, así se enteró que las fuerzas realistas eran ampliamente superiores, más de lo supuesto, y habían marchado por el camino zurdo estando por entonces en su retaguardia.[3][4]

Soublette decidió aprovechar para intentar sorprenderlo desde atrás y quitarle la artillería, pero desconocía que Morales había mandado a parte de tropas a descansar mientras algunas estaban al costado derecho del camino, con la artillería, en orden de batalla. El terreno era llano y sin árboles, por lo que era detectable todo ejército a gran distancia. Soublette comprendió su error demasiado tarde, cuando estaba demasiado cerca del enemigo, si se retiraba su fuerza sería destruida por la caballería de Morales.[3]

Soublette ordenó a los batallones Boyacá (derecha) y Orinoco (centro) y una columna de indios de Siquisique (izquierda) atacar al batallón realista criollo Barinas, que estaba en formación de combate vigilando la retaguardia realista. A pesar del duro fuego de fusiles y artillería, los patriotas forzaron al Barinas a huir en desbanda. Los indios y el Orinoco habían llegado primero, aunque los de Siquisique huyeron cuando apareció el Boyacá la victoria parecía segura pero justo llegaron refuerzos peninsulares a reemplazarle, logrando separar al Boyacá del Orinoco.[4][6][58]​ A las 15:00 la reserva patriota, el batallón Occidental, aprovechó de atacar sorpresivamente y capturar la artillería enemiga pero es forzado a replegarse con igual velocidad a una posición elevada, donde se le une parte del Orinoco. El Boyacá y parte del Orinoco se retiran a Casicure sin ser molestados, mientras Soublette se atrinchera con el resto de sus hombres en la loma hasta la noche, cuando huye a Dabajuro.[7]​ Según José Manuel Restrepo cien patriotas fueron muertos o capturados.[4]

Consecuencias

El 9 Soublette llegaba a Mitare, donde se le unen las partidas guerrilleras del coronel y cura Andrés Torrellas. Al día siguiente continua hacia Carora, donde llegó tras cinco jornadas de marcha.[7]​ A partir de entonces, los monárquicos se hicieron dueños de la provincia coriana por varios meses.[59]​ El brigadier realista decidió respetar el Tratado de Armisticio y Regularización de la Guerra y la mayoría de los prisioneros no fue ejecutado, salvo unos pocos oficiales.[60]​ Ahí permaneció hasta el 10 de julio. Una semana después emprendía una nueva ofensiva sobre Coro.[45]​ Esta vez iba apoyado por Juan de los Reyes Vargas con una división de 1.000 infantes y 100 jinetes y se esperaba que otra división a las órdenes de Lino de Clemente saliera de Maracaibo.[42]

Una tropa de 2.000 realistas[61]​ entraron a Coro el 25 de julio, siete días después de reiniciar la marcha. Morales volvió a Puerto Cabello desde La Vela de Coro el día anterior para suceder a Miguel de la Torre como nuevo capitán general. Pero sabedor de que no podría resistir la ofensiva se llevó a 700[42]​ a 1.200[62]​ con él. Como el batallón Barinas (400 efectivos)[42]​ le siguió pero por tierra hasta Cumarebo, quedaron en Coro solo las guerrillas de Carrera.[45][42][63]​ Tras esto, los patriotas perdieron el interés en continuar la ofensiva.[45]​ El 4 de agosto el brigadier tomaba el mando.[63]​ El 8 de agosto Morales se decidía a marchar sobre Valencia.[1]

La provincia de Coro perdió la mitad de su población entre 1819 y 1825 (como indica la siguiente tabla)[64]​ producto de que la guerra se prolongó y centró en su territorio en 1821-1823.[65]​ En el período anterior, 1810 a 1820, Coro perdió 4.000 habitantes (y Maracaibo 6.000).[n 4]

Población de la provincia de Coro:
Año Población Fuente
1800 32.000 Alexander von Humboldt[66]
1810 30.000 Humboldt[67]
1819 53.284 Rafael Lasso de la Vega, obispo de Maracaibo[67]
1825 23.509 Censo oficial de la Gran Colombia[67]
1829 29.271 Sociedad Económica Amigos del País[67]
1839 40.476 Agustín Codazzi[67]

El territorio costero era fácil de penetrar y dominar,[68]​ por ello fueron completamente saqueadas las villas de esa zona, quedando sin ganado de ningún tipo por la hambruna que mató a muchos (para empeorar la situación, a la guerra le siguió en Coro un período de sequías).[69]​ Parte de la población abandonó las villas y trató de refugiarse en las serranías de difícil acceso, que en siglos anteriores les dieron cobijo de ataques de piratas.[68]

Población de las principales villas de Coro (1819-1825):[70]
Villa Habitantes
1819
Habitantes
1825
Diferencia Villa Habitantes
1819
Habitantes
1825
Diferencia
Coro[n 5] 7.201 3.471 -3.730 La Vela de Coro 1.801 891 -910
Cumarebo 4.045 623 (pueblo)
546 (puerto)
-2.866 Píritu 536 356 -179
Carorita 748 279 -469 Jacura 1.376 740 -636
Capadare 1.897 1.848 -49 Tocuyito
San Miguel
845 674 -171
Guaybacoa 593 116 -477 Acurigua
Macoruca
933 164 -735
Cabure 1.346 1.981 635 San Luis 2.789 1.920 -869
Agua Larga 1.016 633 -383 Pecaya 1.819 953 -866
Pedregal 1.917 608 -1.309 Santa Ana 3.500 343 -3.157
Moruy 1.224 305 -919 Buenavista 1.025 164 -861
Jadacaquiva 846 316 -530 Pueblo Nuevo
[de Paraguaná]
2.454 387 2.067

Sin embargo, el grado de violencia vivida fue menor en comparación a lo sucedido en Pasto y rápidamente después de la guerra se apartaron de la memoria colectiva a los dirigentes monárquicos y enzarzaron a los dirigentes republicanos.[71]

Referencias

  1. a b c d Díaz, 1829: 263
  2. a b Torrente, 1830: 347
  3. a b c d Baralt, 1841: 78
  4. a b c d e Restrepo, 1858: 205
  5. Montenegro, 1837: 378-379
  6. a b Montenegro, 1837: 380
  7. a b c d Baralt, 1841: 79
  8. Hernández, 1999: 33; Manzo, 1981: 87
  9. De Grummond, 1999: 196
  10. a b c d e f g h i j Eljuri-Yúnez, 1973: 33
  11. Madariaga, 1975: 329; Sanz, 2002: 224
  12. Restrepo, 1858: 141
  13. Pérez, 1982: 209
  14. Febres, 1973: 87, 97; Lovera, 2007: 104; Ibíd., 2011: 23; Semprún, 1992: 84
  15. Zarama, 2004: 111-113
  16. a b Muñoz, 1987: 63
  17. Zarama, 2004: 98
  18. Lovera, 2007: 98
  19. Zarama, 2004: 99, 102
  20. Zarama, 2004: 98, 102
  21. Semprún, 1992: 84
  22. Febres, 1973: 84
  23. Semprún, 1992: 248; Zarama, 2004: 102
  24. Zarama, 2004: 99, 105
  25. Zarama, 2004: 113
  26. Zarama, 2004: 105
  27. Zarama, 2004: 107
  28. Zarama, 2004: 110
  29. Zarama, 2004: 108
  30. Zarama, 2004: 112
  31. Zamara, 2004: 114-115
  32. Zarama, 2004: 114
  33. Zarama, 2004: 115
  34. Zarama, 2004: 95
  35. Zarama, 2004: 93, 97
  36. Zarama, 2004: 94
  37. Zarama, 2004: 93
  38. Mudarra, 1971: 17, 22
  39. Cordero, 1993: 148
  40. Mudarra, 1971: 17
  41. a b c d Esteves, 2007: 173
  42. a b c d e Restrepo, 1858: 206
  43. Baralt, 1841: 78; Díaz, 1829: 263; Montenegro, 1837: 380; Torrente, 1830: 347
  44. a b De Grummond, 1999: 197
  45. a b c d Baralt, 1841: 80
  46. a b Walker, 1822: 549
  47. a b c Pérez, 1972: 264
  48. Eljuri-Yúnez, 1973: 33; Pérez, 1972: 264
  49. Borgues, 1965: 32
  50. a b Lovera, 2007: 109
  51. Zarama, 2004: 99, 108
  52. León, 1985: 328
  53. Baralt, 1841: 75
  54. De Grummond, 1999: 197; Eljuri-Yúnez, 1973: 33; Esteves, 2007: 173
  55. Walker, 1822: 550
  56. De Grummond, 1999: 197; Eljuri-Yúnez, 1973: 33; Esteves, 2007: 173-174; Walker, 1822: 550
  57. Esteves, 2007: 174
  58. Baralt, 1841: 78-79
  59. Esteves, 2007: 176
  60. Baralt, 1841: 79-80
  61. Baralt, 1841: 80; Pérez, 1972: 335
  62. Torrente, 1830: 348-349
  63. a b Montenegro, 1837: 381
  64. Lovera, 1990: 193; Ibíd., 2007: 136
  65. Baptista, 1984: 179; Lovera, 1990: 194; Ibíd., 2007: 136
  66. Chacón, 2009: 238; Lumbreras, 2003: 156
  67. a b c d e Lovera, 2007: 136
  68. a b Lovera, 1990: 194
  69. Baptista, 1984: 179
  70. Baptista, 1984: 179; Lovera, 1990: 193
  71. Zarama, 2004: 129

Notas

  1. Laborde Navarro, Ángel. Opúsculo histórico acerca de los principales sucesos de la reciente guerra hecha en las Provincias de Venezuela, etc. Manuscritos 1828. Museo Naval. Ministerio de Marina, Madrid, España. Copia mecanográfica existente en la Biblioteca del autor y en la Academia Nacional de la Historia. 11.
  2. Carta de José R. de Martín al gobernador de La Guaira, coronel Francisco de Paula Avendaño y López de Brito (1792-1870), escrita en Curazao el 21 de marzo de 1822, disponible en Archivo del general José Antonio Páez: 1821-1823. Tomo II, 1973, Caracas: Academia Nacional de la Historia, editado por el Ministerio de Relaciones Interiores de Venezuela, prólogo Carlos Felice Cardot, pp. 58. Citada en González, 1974: 198; Ibíd., 1988: 246 pero con el error que ahí se habla de «200» en lugar de «2.000» como en el archivo original, lo que lleva a mal cálculo.
  3. Arbeláez, 1945: 156. Carta de Urdaneta al ministro de Guerra, Coro, 12 de mayo de 1821.
  4. Miscelánea de comercio, artes y literatura. Nº 67, lunes 3 de abril de 1820, Madrid, editor Francisco Martínez Dávila, pp. 3. En compilación Miscelánea de comercio, artes y literatura. Números 1-177, Imprenta de Repullés. Basada en datos de la Gaceta de Caracas.
  5. Los historiadores afirman que Coro, entre 1800 y 1810, vio crecer su población de 6.000 a 10.000 almas (Toro, 2008: 22). James Biggs fue testigo de la llegada de Francisco de Miranda a la ciudad en 1806, corrobora la cifra anterior sobre la población de la ciudad y sostiene que su puerto tenía otros 2.000 pobladores (1950: 233).

Bibliografía

Fuentes decimonónicas

Modernas

  • Arbeláez Urdaneta, Carlos (1945). Biografía del General Rafael Urdaneta: ultimo presidente de la gran Colombia. Imprenta del Estado Zulia.
  • Baptista González, Carlos (1984). Historia de Paraguaná. Tomo I. Editorial Venezolana.
  • Biggs, James (1950). Historia del intento de don Francisco de Miranda para efectuar una revolución en Sur América: en una serie de cartas dirigidas a un amigo suyo en los Estados Unidos por un caballero que fué oficial bajo las órdenes de aquel general a las cuales se agregan rasgos de la vida de Miranda y noticias geográficas de Caracas. Avila Gráfica. Traducción y Prólogo de José Nucete-Sardi.
  • Borges, Analola (1965). "Francisco Tomás Morales, general en jefe del ejército realista en Costa Firme". Anuario de Estudios Atlánticos. Vol. 1, núm. 11. pp. 11-92.
  • Carrera Damas, Germán (1997). Una nación llamada Venezuela: proceso sociohistórico, 1810-1974. Caracas: Monte Ávila editores.
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  • Cordero Velásquez, América (1993). "El Proceso Emancipador de Venezuela y sus Períodos". En Los grandes períodos y temas de la historia de Venezuela: V centenario. Coordinado por Luis Cipriano Rodríguez. Caracas: Instituto de Estudios Hispanoamericanos & Decanato de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Central de Venezuela, pp. 117-187. ISBN 9789800006603.
  • De Grummond, Jane Lucas (1999). Renato Beluche: Smuggler, Privateer, and Patriot, 1780--1860. Baton Rouge: Louisiana State University Press. ISBN 9780807124598.
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