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Diferencia entre revisiones de «Sífilis»

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La '''josefina''' es una enfermedad infecciosa de curso crónico, [[infección de transmisión sexual|transmitida principalmente por contacto sexual]], producida por la [[Spirochaetes|espiroqueta]] ''[[Treponema pallidum]]'', subespecie ''pallidum'' (pronunciado ''pál lidum''). Sus manifestaciones clínicas son de características e intensidad fluctuantes, apareciendo y desapareciendo en las distintas etapas de la enfermedad: [[úlcera]]s en los [[órganos sexuales]] y manchas rojas en el cuerpo. Produce [[lesión|lesiones]] en el [[sistema nervioso]] y en el [[aparato circulatorio]]. Existe en todo el mundo y se ha descrito desde hace siglos.<ref name = "Tampa2014" /><ref name = "Singh1999" />
La '''Sífilis''' es una enfermedad infecciosa de curso crónico, [[infección de transmisión sexual|transmitida principalmente por contacto sexual]], producida por la [[Spirochaetes|espiroqueta]] ''[[Treponema pallidum]]'', subespecie ''pallidum'' (pronunciado ''pál lidum''). Sus manifestaciones clínicas son de características e intensidad fluctuantes, apareciendo y desapareciendo en las distintas etapas de la enfermedad: [[úlcera]]s en los [[órganos sexuales]] y manchas rojas en el cuerpo. Produce [[lesión|lesiones]] en el [[sistema nervioso]] y en el [[aparato circulatorio]]. Existe en todo el mundo y se ha descrito desde hace siglos.<ref name = "Tampa2014" /><ref name = "Singh1999" />


== Etimología ==
== Etimología ==

Revisión del 08:47 20 dic 2017

Sífilis

Imagen del Treponema pallidum subsp. pallidum, responsable de causar sífilis
Especialidad infectología
dermatología
eMedicine med/2224 emerg/563 derm/413
Sinónimos
  • Lúes
  • Mal venéreo
Treponema pállidum.

La Sífilis es una enfermedad infecciosa de curso crónico, transmitida principalmente por contacto sexual, producida por la espiroqueta Treponema pallidum, subespecie pallidum (pronunciado pál lidum). Sus manifestaciones clínicas son de características e intensidad fluctuantes, apareciendo y desapareciendo en las distintas etapas de la enfermedad: úlceras en los órganos sexuales y manchas rojas en el cuerpo. Produce lesiones en el sistema nervioso y en el aparato circulatorio. Existe en todo el mundo y se ha descrito desde hace siglos.[1][2]

Etimología

El nombre «sífilis» fue creado por el poeta y cirujano veronés Girolamo Fracastoro en su poema épico latino Syphilis sive morbus gallicus (‘sífilis o la enfermedad francesa’) en 1530. El protagonista de la obra es un pastor llamado Sífilus (quizá una variante de Síphylus, un personaje de Las metamorfosis de Ovidio), que cuidaba de los rebaños del rey Alcihtous. Molesto con el dios griego Apolo, ya que éste quemaba los árboles y consumía los brotes que alimentaban a las ovejas, decidió no adorarlo a él sino al rey. En represalia, Apolo lo castigó junto con todo el reino, afectándolos de una enfermedad horrible, que llamó «sífilis» por el pastor. Agregándole el sufijo -is a la raíz Syphilus, Fracastoro creó el nuevo nombre de la enfermedad, y lo incluyó en su libro de medicina De contagionibus (‘Sobre las enfermedades contagiosas’, Venecia, 1584).[1]

En este texto, Fracastoro registra que en la época, en Italia y Alemania la sífilis se conocía como el «morbo francés», y en Francia, como «el morbo italiano».

Denominaciones en desuso

Manifestaciones (clavos sifilíticos) de la segunda etapa de la sífilis.
Lesiones (en el pecho) de la segunda etapa de la sífilis.

La sífilis también ha sido conocida como avariosis, búa, buba (o bubas), gálico, lúes venérea, o mal de bubas.

Nombres xenófobos

Las distintas denominaciones utilizadas entre los siglos XV y XVII dan idea de la vasta extensión de la enfermedad, y de la costumbre de culpar de ella a los países vecinos.[1][3]

Historia

La sífilis según Alberto Durero.

El origen y antigüedad de la sífilis representan una de las controversias no resueltas más importantes en la historia de la medicina. Las preguntas fundamentales de esta controversia son: ¿Llegó la sífilis al Viejo Mundo desde el Nuevo Mundo a través de la tripulación de Cristóbal Colón —como parece indicarlo que la primera epidemia de esta enfermedad en Europa fuese registrada en 1493—? o bien, ¿se originó la sífilis en el Viejo Mundo y permaneció como una enfermedad no identificada hasta que a finales del siglo XV se hizo notoria por una mayor virulencia o transmisibilidad? En relación con esa controversia se han elaborado tres hipótesis del origen de la sífilis, que generan debate en el campo de la antropología y la historiografía.[4][5]

Hipótesis precolombina

La hipótesis precolombina sostiene que las treponematosis, incluida la sífilis, son un conjunto de variantes de una enfermedad que se fue extendiendo tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo. En Europa sus manifestaciones se habrían confundido con la lepra. De acuerdo con esta hipótesis, la pinta apareció en África y Asia alrededor del 15000 a. C., con un reservorio natural animal. El pian se habría desarrollado como consecuencia de mutaciones de la pinta alrededor del X milenio a. C. extendiéndose por todo el mundo excepto en América que se encontraba aislada. La sífilis endémica emergió del pian alrededor del VII milenio a. C. como consecuencia de los cambios climáticos (aparición de clima árido). Alrededor del Siglo XXX a. C. la sífilis transmitida sexualmente apareció en el sudoeste asiático debido a las bajas temperaturas de la época postglacial, y de ahí se extendió a Europa y el resto del mundo. Desde entonces ha sufrido diversas mutaciones y manifestaciones clínicas, siendo notoria la forma clínica, «venérea», predominante en el siglo XV, probablemente acentuada por la reincorporación de cepas desde América.[1][6][7]

La epidemiología de la primera presentación de sífilis de fines del siglo XV no define si la enfermedad era nueva o si provenía de una enfermedad anterior.

Las lesiones en esqueletos de la edad neolítica se deben a la sífilis. Incluso en esqueletos del 2000 a. C. en Rusia, con lesiones óseas patognomónicas. Aunque tales lesiones se pueden confundir con lesiones lepromatosas. Quizá Hipócrates haya descrito los síntomas de la sífilis en su etapa terciaria.

También en las ruinas de Pompeya (que fue enterrada en el año 79 por el volcán Vesubio) se han encontrado esqueletos con signos que podrían ser de sífilis congénita.

De acuerdo con un trabajo científico de la Universidad de Bradford (Reino Unido) hecho público en junio de 1999, en un cementerio de una abadía agustiniana en el puerto de Kingston upon Hull (noreste de Inglaterra) usado entre 1119 y 1539, se encontraron 245 esqueletos, de los cuales tres tenían signos claros de sífilis. La datación con C14 indicó que el varón con las señales más evidentes de sífilis había fallecido entre 1300 y 1450.

Algunos científicos piensan que la sífilis pudo ser introducida en América tras los contactos entre vikingos.[8]

En octubre de 2010, una excavación de esqueletos llevada a cabo en Gran Bretaña supuso un nuevo sustento para esta hipótesis, por cuanto los exámenes de los expertos indicaron que la enfermedad era conocida en este país dos siglos antes del viaje de Cristóbal Colón.[9]

Hipótesis unitaria

Esta hipótesis, que algunos consideran variante de la hipótesis precolombina, sostiene que todas las treponematosis corresponden a una sola enfermedad original, desarrollada muy antiguamente, quizás en el Paleolítico superior en el Africa subsahariana, y que desde ahí y desde entonces se extendió globalmente siendo sus variaciones consecuencia de las diferencias geográficas y climáticas. En otras palabras, la pinta, el pian, la sífilis y otras treponematosis son respuestas adaptativas del T. pallidum a diferencias ambientales. Existe evidencia de la existencia de treponematosis prácticamente en todos los continentes en la época precolombina. En América, las manifestaciones de la treponematosis en la época precolombina eran la sífilis venérea, en clima templado (América del Sur), y el pian, en clima tropical (Caribe). Esta hipótesis indica que el pian pudo haberse extendido desde Africa Occidental hacia la península ibérica en relación con el comercio de esclavos africanos negros, 50 años antes del viaje de Cristóbal Colón. El pian, endémico en África en ese momento, se manifestó en Europa de diversas formas, siendo una de ellas la sífilis venérea, es decir, de transmisión sexual.[1][5]

Hipótesis colombina o del intercambio colombino

Esta hipótesis sostiene que la sífilis era una infección de transmisión sexual (ITS) del Nuevo Mundo que la tripulación de Cristóbal Colón habría llevado a Europa. Fue elaborada por Gonzalo Fernández de Oviedo y Ruy Díaz de Isla, dos médicos españoles presentes al momento del retorno de Cristóbal Colón desde América, en 1493.[1]

Fernández de Oviedo (1478 – 1557), en su breve Sumario de la Natural Historia de las Indias (1526) dice:

(...) La primera vez que aquesta enfermedad en España se vido fue después que el almirante don Cristóbal Colón descubrió las Indias y tornó a estas partes, y algunos cristianos de los que con él vinieron que se hallaron en aquel descubrimiento y los que el segundo viaje hicieron, que fueron más, trajeron esta plaga, y de ellos se pegó a otras personas (...) porque de ninguna manera se pega tánto como del ayuntamiento de hombre a mujer (...) y los cristianos que se dan a la conversación y ayuntamiento de las indias, pocos hay que escapen de este peligro.[10]

Otro cronista de Indias que barajó la misma tesis fue Francisco López de Gómara (1511 – 1566):

Que las bubas vinieron de las Indias. Los de aquesta isla Española son todos bubosos, y como los españoles dormían con las indias, hinchiéronse luego de bubas, enfermedad pegajosísima y que atormenta con recios dolores. Sintiéndose atormentar y no mejorando, se volvieron muchos de ellos a España por sanar, y otros a negocios, los cuales pegaron su encubierta dolencia a muchas mujeres cortesanas, y ellas a muchos hombres que pasaron a Italia a la guerra de Nápoles en favor del rey don Fernando el Segundo contra franceses, y pegaron allá aquel su mal. En fin, que se les pegó a los franceses; y como fue a un mismo tiempo, pensaron ellos que se les pegó de italianos, y llamáronle mal napolitano. Los otros llamáronle mal francés, creyendo habérselo pegado franceses. Empero también hubo quien le llamó sarna española.[3]

Los defensores actuales dicen que está demostrado que hay esqueletos de nativos americanos precolombinos con lesiones sifilíticas y vinculan a la tripulación del primer viaje de Colón (1492) y con la epidemia de sífilis en el sitio de los alemanes contra Nápoles (1494).[11][12][13][14]

Plutarco Naranjo critica la hipótesis colombina desarrollada por Gonzalo Fernández de Oviedo y Ruy Díaz de Isla indicando que sus observaciones son errores históricos o fantasías, y que, por el contrario, la sífilis llegó a América desde Europa. Según este autor, no había en las expediciones personal con el conocimiento médico suficiente para identificar o reconocer las distintas enfermedades venéreas; así mismo, Fernández de Oviedo carecería de dicho conocimiento y no había reconocido enfermos ni en Europa ni en el Nuevo Mundo. Otra observación que hace Plutarco Naranjo, es que el médico Diego Álvarez de Chanca, que acompañó a Cristóbal Colón y describió con lujo de detalles diversas enfermedades tanto de los marineros que los acompañaron como de los aborígenes, no hizo mención a ningún tipo de enfermedad con manifestaciones cutáneas que sugirieran el diagnóstico de sífilis. Finalmente, este autor hace notar el hecho de que la sífilis continuó expandiéndose en el Viejo Mundo mientras que en el Nuevo no se presentaron epidemias.[5]

Otros detractores de esta hipótesis han intentado demostrar la presencia de la sífilis en Europa con anterioridad al viaje de Colón mediante la datación de esqueletos europeos con evidencias de lesiones siflíticas antes de 1492, pero los resultados no han sido concluyentes, y muchas de sus evidencias han resultado en dataciones repetidas y confirmadas con una antigüedad posterior al año 1492. Aún hay 16 huesos europeos anteriores a 1492 con lesiones que podrían ser de tipo sifilítico, evidencias que no son aceptadas por los adeptos a esta hipótesis, arguyendo que dichas dataciones se han alterado y aparecen más antiguas, debido al consumo de alimentos provenientes del océano que traen material orgánico de mayor antigüedad.[1][4]

Siglo XV al siglo XIX

Das Christuskind straft die Menschheit mit Syphilis (‘el niño Cristo castiga a la humanidad con la sífilis’, 1496), xilografía de Joseph Grünpeck.

Desde Nápoles, la enfermedad barrió Europa a partir de 1495, con tasas de morbilidad y mortalidad elevadísimas. Como lo describe Jared Diamond: «En esa época, las pústulas de la sífilis frecuentemente cubrían el cuerpo desde la cabeza a las rodillas, haciendo que se desprendiera la carne de la cara de las personas, y matando en pocos meses». Además la enfermedad era más frecuentemente fatal que hoy en día. Diamond concluye que «hacia 1546 la enfermedad habría evolucionado hasta convertirse en la sífilis con los síntomas que se conocen actualmente».[cita requerida]

Se cree que la causa principal de esta pandemia (en Europa, gran parte de Asia y norte de África) luego del siglo XVI se debió probablemente a la rápida urbanización.[15]

En el siglo XVIII, miles de europeos contraían la sífilis.[15]​ En el siglo XIX, Flaubert, estudiando los prostíbulos de Egipto, encontró que las rameras sin excepción estaban todas infectadas con sífilis.[16][17]

Las crónicas de la época le echaban la culpa de la sífilis a las enormes migraciones de ejércitos (en la época de Carlos VIII, a fines del siglo XV).

Algunos escritores sostienen que hubo simultáneamente una epidemia de gonorrea, que se suponía el mismo mal que la sífilis. Otros dicen que quizá fue una epidemia de una enfermedad concomitante pero desconocida.

Siglo XX

En 1901 el bacteriólogo alemán Paul Ehrlich sintetizó el Salvarsán, un compuesto orgánico del arsénico, concebido específicamente para el tratamiento de la sífilis y que se convirtió en uno de los primeros fármacos sintéticos eficaces para la curación de enfermedades infecciosas. El Salvarsán (y su derivado, el Neosalvarsán) se abandonaron a partir de 1944, en favor del tratamiento antibiótico con penicilina, mucho más eficaz. Para probar la penicilina, durante los años 1946 a 1948 Estados Unidos llevó a cabo experimentos sobre sífilis en ciudadanos de Guatemala sin el consentimiento ni conocimiento de los hombres y mujeres que fueron utilizados como cobayas.

En 1905 Schaudinn y Hoffmann descubrieron el agente etiológico de la enfermedad.

En 1913, Hideyo Noguchi ―un bacteriólogo japonés que trabajaba en el Instituto Rockefeller― demostró que la presencia de la espiroqueta Treponema pallidum (en el cerebro de un paciente con parálisis progresiva) era la causante de la sífilis.

En España se han duplicado en seis años los casos de sífilis, pasando de cuatro casos por cada 100 000 habitantes en 2006 a 7,8 en 2012.[18]

Etiología

El organismo causante de la sífilis es el Treponema pallidum subsp pallidum. Este microorganismo es una bacteria móvil espiroforme (con forma de hilo en espiral), perteneciente al orden Spirochaetales, familia Spirochaetaceae, genero Treponema. Su diámetro es de 0,10 a 0,18 micrómetros y su longitud entre 6 y 20 micrómetros. El promedio de torsiones de espiral de un T. pallidum es de 6 a 14. Su movilidad, como sacacorchos, está dado por endoflagelos, que le permiten una rápida rotación, torcerse y doblarse en ángulos.[2]

Esta bacteria se propaga por multiplicación simple con división transversal. Al contrario que otras bacterias de su familia, solo se puede cultivar in vitro durante un breve período, con un máximo de supervivencia de 7 días a 35 °C, en medio particularmente enriquecido y en presencia de CO2 por sus particulares exigencias nutritivas y metabólicas. En nitrógeno líquido se mantiene su vitalidad, y prolifera de manera excelente en testículos de conejo. En sangre conservada en hemoteca para transfusiones la bacteria sobrevive entre 24 y 48 horas.

Epidemiología

La sífilis se contagia principalmente por contacto sexual, seguido por el contagio vía transplacentaria. Besar, recibir transfusiones sanguíneas o inocularse accidentalmente son vías de transmisión menos importantes hoy día. Estudios de parejas han establecido tasas de transmisión de entre un 18 a un 80%, mientras que estudios prospectivos dan tasas de entre un 9 a un 63%. Finalmente, la probabilidad general esperada de transmisión entre parejas es de un 60%.[2]

Formas de contagio: Mediante el contacto de la piel con la secreción que generan los chancros, o por contacto con los clavos sifilíticos de la persona enferma; al realizar sexo oral sin preservativo (ya sea que los chancros estén en la boca, en el pene o en la vulva), o a través del beso si hay lesiones sifilíticas en la boca. Puede ser contagiada por el uso compartido de jeringas. Si la madre está infectada puede transmitirla a sus hijos a través de la placenta (sífilis congénita) o a través del canal de parto (sífilis connatal). En ambos casos, el bebé puede morir pronto o desarrollar sordera, ceguera, perturbaciones mentales, parálisis o deformidades.[19]

Chancro (primera etapa de la sífilis) desarrollado en el sitio de contagio

Es prácticamente imposible que se transmita por una transfusión de sangre, porque la sangre se analiza antes de su transfusión, y porque el Treponema pallidum no sobrevive más de 48 horas en la sangre conservada en hemoteca.

En comunidades que viven bajo pobres condiciones higiénicas, la sífilis endémica puede transmitirse por contacto no sexual. Pero no se transmite por el asiento en sanitarios, actividades cotidianas, tinas de baño o compartir utensilios o ropa.[20]

Es importante notar que el sujeto en la fase precoz de la enfermedad resulta altamente contagiante (la úlcera venérea está llena de treponemas), pero se sostiene que después de cuatro años el individuo infectado no puede difundir más el microorganismo mediante relaciones sexuales. En las relaciones entre hombre y mujer es más fácil que se contagie el hombre. El período en el que más personas se contagian es entre los 20 y los 25 años de edad. El recontagio es muy común en varones homosexuales.[21]​ En los años ochenta y noventa en Europa hubo una relativa disminución de los casos de sífilis, relacionados con el temor al contagio por VIH, que conllevó al uso generalizado del preservativo, que representa una eficiente barrera contra el contagio, tanto del VIH como del Treponema pállidum.

Según datos de la OMS, en el mundo existen 12 millones de nuevos casos de sífilis:

  • África subsahariana: 4 000 000
  • Sur de Asia y Asia Pacífico: 4 000 000
  • Latinoamérica y el Caribe: 3 000 000
  • Norte de África y Oriente Medio: 370 000
  • Europa Occidental: 140 000
  • Europa Oriental y Asia Central: 100 000
  • Norteamérica: 100 000
  • Australia y Nueva Zelanda: 10 000

Cuadro clínico

Treponema pallidum puede sobrevivir en un hospedador humano durante varias décadas, ya que éste presenta un mecanismo de resistencia a los sistemas efectores de la respuesta inmune al recubrirse de proteínas del hospedador para camuflarse hasta que alcanza el Sistema Nervioso Central.

Los síntomas de la sífilis son numerosos y ligeramente variados. Antes de la aparición de las pruebas serológicas, el diagnóstico preciso era imposible. De hecho, se la llamaba «la gran imitadora» ya que ―en la fase primaria y secundaria― sus síntomas pueden confundirse fácilmente con los de otras enfermedades, haciendo que el sujeto le reste importancia y no acuda al médico.

El 90 % de las mujeres que la padecen no saben que la tienen porque, en la mayoría de los casos, el chancro aparece dentro del cuello uterino. Cuando la bacteria entra al organismo, se disemina rápidamente y poco a poco invade todos los órganos y tejidos.

Primera etapa

Después de un período de incubación de 10 días a 6 semanas (3 semanas promedio), en el sitio de inoculación ―la boca, el pene, la vagina o el ano― se presenta una pápula no dolorosa que rápidamente se ulcera, convirtiéndose en una llaga circular u ovalada de borde rojizo, parecida a una herida abierta, a esta se le llama chancro.

Es característica su consistencia cartilaginosa, con base y bordes duros.

En el varón los chancros suelen localizarse en el pene o dentro de los testículos, aunque también en el recto, dentro de la boca o en los genitales externos, mientras que en la mujer, las áreas más frecuentes son: cuello uterino y los labios genitales mayores o menores.

Durante esta etapa es fácil contagiarse con la secreción que generan los chancros. Una persona infectada durante esta etapa puede infectar a su pareja al tener relaciones sexuales sin protección.

El chancro desaparece al mes o mes y medio, pero no porque el enfermo se esté curando, sino porque la segunda etapa está por empezar.

Segunda etapa

Clavos sifilíticos en la espalda (segunda etapa de la sífilis).

Puede presentarse medio año después de la desaparición del chancro y dura de tres a seis meses, provocando ronchas rosáceas indoloras llamadas «clavos sifilíticos» en las palmas de las manos y plantas de los pies (que a veces pueden aparecer en otros sitios como pecho, cara o espalda), fiebre, dolor de garganta y de articulaciones, pérdida de peso, caída de cabello, ceja rala, cefaleas y falta de apetito.[22]

A veces, unas erupciones planas llamadas condiloma latum brotan alrededor de los genitales y ano. Los clavos sifilíticos pueden ser muy contagiosos si existen heridas, pudiendo incluso contagiar a alguien por el hecho de darle la mano. Cuando la segunda fase termina, la sífilis permanece en el organismo durante mucho tiempo,[19]​ hasta que vuelve a despertar en la tercera fase.

Tercera etapa

En la tercera fase (llamada también fase final), entre uno y veinte años después del inicio de la infección, la sífilis se vuelve a despertar para atacar directamente al sistema nervioso o algún órgano.[23]

En esta fase se producen los problemas más serios y puede llegar a provocar la muerte. Algunos de los problemas son:

Lesión (en la nariz) en la tercera etapa de la sífilis.

Aunque un tratamiento con penicilina puede matar la bacteria, el daño que haya hecho en el cuerpo podría ser irreversible.

Sífilis congénita

Los bebés de las mujeres con sífilis pueden infectarse mediante la placenta o durante el parto. La mayoría de los recién nacidos con sífilis congénita no presentan síntomas, aunque en algunos casos se puede presentar una erupción cutánea en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Entre los síntomas posteriores se incluyen sordera, deformidades en los dientes y nariz en silla de montar (cuando colapsa el puente nasal).[24]

Tratamiento

Antiguamente se trataba con mercurio, lo cual hizo famosa la frase «una noche con Venus y una vida con Mercurio», pero este tratamiento era más tóxico que beneficioso.

El tratamiento de elección para tratar la sífilis es la penicilina, en todas sus fases. En las fases primaria y secundaria, se usa penicilina G benzatínica en una dosis de 2,4 millones de UI por vía intramuscular por una vez. En las fases tardía y tardía latente se usa penicilina G benzatínica en una dosis de 2,4 millones de UI intramuscular semanal por tres veces, totalizando 7,2 millones de UI.[25]

Para la neurosífilis, el tratamiento es penicilina G cristalina administrada por vía endovenosa a razón de 18 a 24 millones de UI al día en una infusión continua o dividida en 6 dosis diarias, por 10 a 14 días por una vez para que se difunda el antibiótico por el LCR (líquido cefalorraquídeo), que es donde se encuentra la bacteria durante esta última fase. No obstante, este tratamiento no asegura una eficacia clínica.[25]

En pacientes alérgicos a la penicilina se puede optar entre doxiciclina y ceftriaxona.[25]

Secuelas

Tratada a tiempo, la enfermedad tiene cura sencilla sin dejar secuelas. [cita requerida]

El padecer la sífilis aumenta el riesgo de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (como el VIH), ya que los chancros son una vía fácil de entrada en el organismo.

Si no se trata a tiempo, puede ocasionar:

En algunos casos, las personas que supuestamente ya han obtenido la cura todavía pueden infectar a los demás. [cita requerida]

El haber padecido sífilis y haberse curado no implica inmunidad, ya que rápidamente se puede volver a contraer. Esto se debe a que la bacteria que produce la sífilis (Treponema pallidum) cuenta con tan solo nueve proteínas en su cubierta, lo cual no es suficiente para que el sistema inmunitario humano la reconozca y pueda producir anticuerpos para combatirla o inmunizarse. [cita requerida]

Reducir el riesgo

La abstinencia (no tener ningún contacto sexual) es la manera más segura de evitar la infección. Monogamia mutua (tener relaciones sexuales con una sola pareja no infectada, quien sólo tiene relaciones sexuales contigo) es otra manera de evitar la infección.

El uso de condones de látex consistente y correcta para el sexo vaginal y anal puede reducir el riesgo de transmisión, pero mientras el condón puede proteger el pene o la vagina, no protege de contactos con otras áreas como el escroto o área anal. 1-.http://www.quierosaber.org/ets/sifilis.html+©+2017+Quierosaber.+All+rights+reserved.

Diagnóstico y exámenes

  • Examen de reagina plasmática rápida (RPR) (Enciclopedia Médica)También en inglés
  • Examen FTA-ABS (Enciclopedia Médica)También en inglés
  • Examen VDRL en LCR (Enciclopedia Médica)También en inglés
  • Preguntas para el doctor: La prueba de la sífilis (Departamento de Salud y Servicios Humanos)
  • Prueba serológica para la sífilis (VDRL) (Enciclopedia Médica)También en inglés. 2-https://medlineplus.gov/spanish/syphilis.html 31 mayo 2017

Experimentos sobre sífilis en Guatemala (1946-1948)

Durante los años 1946 a 1948 se llevaron a cabo en Guatemala experimentos sobre sífilis, dentro de un programa patrocinado y ejecutado por el gobierno de Estados Unidos. Fueron experimentos con humanos en los cuales médicos, generalmente estadounidenses, infectaron sin consentimiento de las víctimas ―a numerosos guatemaltecos, soldados, reos, pacientes psiquiátricos, prostitutas e, incluso, niños en orfandad―, inoculándoles sífilis y otras enfermedades venéreas como gonorrea, para comprobar la efectividad de nuevos fármacos, tanto antibióticos ―en especial penicilina―, como distintos tratamientos preventivos.[26][27]

Véase también

Bibliografía

  • Fernández de Oviedo, Gonzalo (1995). Sumario de la natural historia de las Indias. Santa Fe de Bogotá: Instituto Caro y Cuervo; Universidad de Bogotá "Jorge Tadeo Lozano". 
  • Crosby, Alfred (1972). The Columbian Exchange: Biological and Cultural Consequences of 1492. Greenwood Press. 

Referencias

  1. a b c d e f g Tampa, M; Sarbu, I; Matei, C; Benea, V; Georgescu, SR (marzo de 2014). «Brief History of Syphilis» [Historia breve de la sífilis]. J Med Life (en inglés) (Carol Davila - University Press) 7 (1): 4-10. PMID 24653750. Consultado el 20 de enero de 2017. 
  2. a b c Singh, Ameeta E; Romanowski, Barbara (1999). «Syphilis: Review with Emphasis on Clinical, Epidemiologic, and Some Biologic Features» [Sífilis: Revisión con énfasis en las características clínicas, epidemiológicas y algunas biológicas]. Clin Microbiol Rev (en inglés) (American Society for Microbiology) 12 (2): 187-209. PMID 10194456. Consultado el 20 de enero de 2017. 
  3. a b López de Gómara, Francisco. López de Gómara. Historia General de las Indias. Cap. XXIX «XXIX». Historia General de las Indias. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Consultado el 20 de enero de 2017. 
  4. a b Armelagos, George J; Zuckerman, Molly K; Harper, Kristin N (marzo de 2012). «The Science behind Pre-Columbian Evidence of Syphilis in Europe: Research by Documentary» [La ciencia detrás de la evidencia precolombina de la sífilis en Europa: Investigación por documentos]. Evol Anthropol (en inglés) 21 (2): 50-57. PMID 22499439. doi:10.1002/evan.20340. Consultado el 23 de enero de 2017. 
  5. a b c Rodríguez Cuenca, José Vicente (junio de 2006). «12. Treponematosis». Las enfermedades en las condiciones de vida prehispánica de Colombia (1 edición). Univ. Nacional de Colombia. ISBN 9588063426. Consultado el 5 de mayo de 2017. «La historia de la treponematosis, entre ellas la sífilis, la más temida de las enfermedades venéreas, ha sido polémica pues sus orígenes han suscitado reñidas controversias, a raíz de la gran expansión que tuvo después del descubrimiento de América en 1492. Sobre sus orígenes existen en general tres planteamientos...» 
  6. Giacania, Lorenzo; Lukehart, Sheila A (enero de 2014). «The Endemic Treponematoses» [Las treponematosis endémicas]. Clin Microbiol Rev (en inglés) (American Society for Microbiology) 27 (1): 89-115. PMID 24396138. doi:10.1128/CMR.00070-13. Consultado el 22 de enero de 2017. 
  7. Crosby, Jr, Alfred W (abril de 1969). «The Early History of Syphilis: A Reappraisal» [Historia temprana de la sífilis: una reevaluación]. American Anthropologist (en inglés) (American Anthropological Association) 71 (2): 218-227. Consultado el 22 de enero de 2017. 
  8. Keys, David (2007). «English syphilis epidemic pre-dated European outbreaks by 150 years». Independent News and Media Limited. Archivado desde el original el 15 de octubre de 2007. Consultado el 22 de septiembre de 2007. 
  9. «Colón no trajo la sífilis a Europa». elmundo.es. 25 de octubre de 2010. Consultado el 5 de mayo de 2017. 
  10. Oviedo. Sumario, Cap. LXXV, p. 119
  11. Julio C. Tello. La Antigüedad de la sífilis en el Perú (tesis doctoral). Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Facultad de Medicina.
  12. M. Henneberg, R. J. Henneberg: «Reconstructing medical knowledge in ancient Pompeii from the hard evidence of bones and teeth», en J. Renn, y G. Castagnetti (eds.): Homo faber: studies on nature (págs. 169-187). Technology and Science at the Time of Pompeii, “L’ERMA” di Bretschneider, Roma (Italia), 2002.
  13. M. Henneberg, y R. J. Henneberg: «Treponematosis in an ancient Greek colony of Metaponto, Southern Italy 580-250 BCE», en: O. Dutour, G. Palfi, J. Berato, J. P. Brun (eds.): The origin of syphilis in Europe, before or after 1493? Centre Archeologique du Var (Francia): Editions Errance Toulon-París, 1994.
  14. Baker, et al.
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