Diferencia entre revisiones de «Novela picaresca»

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== Bibliografía ==
== Bibliografía ==
*[[Alonso Zamora Vicente]], ''Qué es la novela picaresca''. Buenos Aires: Editorial Columba, 1962.
*[[Alonso Zamora Vicente]], ''Qué es la novela picaresca''. Buenos Aires: Editorial Columba, 1962.
*[[Marcel Bataillon, Barcelona, Ariel, 1978.
*[[Marcel Bataillon]], ''Le roman picaresque'' (1969).
*Marcel Bataillon, ''Novedad y fecundidad del Lazarillo de Tormes''. Salamanca: Anaya, 1968.
*[[Américo Castro]], ''Perspectiva de la novela picaresca''. Madrid, 1935. (Recogido en su ''Hacia Cervantes'', Madrid, Taurus, 1957)
*[[Víctor García de la Concha]], ''Nueva lectura del Lazarillo: el deleite de la perspectiva'', Madrid, Castalia, 1993.
*[[Fernando Lázaro Carreter]], ''Lazarillo de Tormes en la picaresca'', Barcelona, Ariel, 1978.
*[[José Antonio Maravall]], ''La literatura picaresca desde la historia social'', Madrid, Taurus, 1986.
*[[José Antonio Maravall]], ''La literatura picaresca desde la historia social'', Madrid, Taurus, 1986.
*[[Marcelino Menéndez Pelayo]], ''Orígenes de la novela en España''. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1943.
*[[Marcelino Menéndez Pelayo]], ''Orígenes de la novela en España''. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1943.

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Lazarillo de Tormes visto por Francisco de Goya.

La novela picaresca es un género literario narrativo en prosa de carácter pseudoautobiográfico muy característico de la literatura española, si bien trascendió a la literatura europea. Surgió en los años de transición entre el Renacimiento y el Barroco durante el llamado Siglo de Oro español.

Características

La novela picaresca nació como parodia de las demasiado idealizadoras narraciones del Renacimiento: epopeyas, libros de caballerías, novela sentimental, novela pastoril... El fuerte contraste con la realidad social generó como respuesta irónica antinovelas de carácter antiheroico protagonizadas por anticaballeros que amaban a antidamas en países que, como España, mostraban lo bruto y lo sórdido de la realidad social de los hidalgos empobrecidos, los miserables desheredados y los conversos marginados frente a los caballeros y los indianos enriquecidos que vivían en otra realidad que era observada solamente por encima de sus cuellos engolados.

Por otra parte, la novela picaresca es según Herrero García,

Un producto pseudoascético, hijo de las circunstancias peculiares del espíritu español, que hace de las confesiones autobiográficas de pecadores escarmentados un instrumento de corrección.

En España el género sacaba la sustancia moral, social y religiosa del contraste cotidiano entre dos estamentos, el de los nobles y el de los siervos. Durante el siglo XVII comienza a vulgarizarse y degradarse la hidalguía y Don Quijote o el hidalgo pobre que se hace servir por el Lazarillo son ilustraciones de este fenómeno en la literatura española, que tienen también correlato en el mundo farsesco reflejado por el género teatral del entremés. El humilde guitón, bigardo o pícaro de cocina como tal es un anticaballero errante en una «epopeya del hambre» a través de un mundo crapuloso, donde sólo se sobrevive gracias a la estafa y el engaño y donde toda expectativa de ascenso social es una ilusión; los vagabundeos de un Pablos o de un Guzmán constituyen el contrapunto irónico a los de los valientes caballeros. El Lazarillo de Tormes (1554) es el comienzo de una crítica de los valores dominantes de la honra y de la hipocresía que hallará su culminación y configuración canónica con la Primera parte de Guzmán de Alfarache (1599), de Mateo Alemán.

Cubierta de una de las ediciones de 1554 del Lazarillo de Tormes

Las características de este género son las siguientes:

1. El protagonista es un pícaro, de muy bajo rango social o estamento y descendiente de padres sin honra o abiertamente marginados o delincuentes. Perfilándose como un antihéroe, el pícaro resulta un contrapunto al ideal caballeresco. Su aspiración es mejorar de condición social, pero para ello recurre a su astucia y a procedimientos ilegítimos como el engaño y la estafa. Vive al margen de los códigos de honra propios de las clases altas de la sociedad de su época y su libertad es su gran bien, pero también tiene frecuente mala conciencia.

2. Estructura de falsa autobiografía. La novela picaresca está narrada en primera persona como si el protagonista, un pecador arrepentido y antihéroe, fuera el autor y narrara sus propias aventuras con la intención de moralizar, empezando por su genealogía, antagónica a lo que se supone es la estirpe de un caballero. El pícaro aparece en la novela desde una doble perspectiva: como autor y como actor. Como autor se sitúa en un tiempo presente que mira hacia su pasado y narra una acción cuyo desenlace conoce de antemano.

3. Determinismo: aunque el pícaro intenta mejorar de condición social, fracasa siempre y siempre será un pícaro. Por eso la estructura de la novela picaresca es siempre abierta. Las aventuras que se narran podrían continuarse indefinidamente, porque no hay evolución posible que cambie la historia.

4. Ideología moralizante y pesimista. Cada novela picaresca está narrada desde una perspectiva final de desengaño; vendría a ser un gran «ejemplo» de conducta aberrante que, sistemáticamente, resulta castigada. La picaresca está muy influida por la retórica sacra de la época, basada en muchos casos, en la predicación de «ejemplos», en los que se narra la conducta descarriada de un individuo que, finalmente, es castigado o se arrepiente.

5. Intención satírica y estructura itinerante. La sociedad es criticada en todas sus capas, a través de las cuales deambula el protagonista en una estructura itinerante en la que se pone al servicio cada vez de un elemento representativo de cada una. De ese modo el pícaro asiste como espectador privilegiado a la hipocresía que representa cada uno de sus poderosos dueños, a los que critica desde su condición de desheredado porque no dan ejemplo de lo que deben ser.

6. Realismo, incluso naturalismo al describir algunos de los aspectos más desagradables de la realidad, que nunca se presentará como idealizada sino como burla o desengaño.

Trayectoria del género

El elemento picaresco ha sido una constante en la literatura universal. Aparece en el Satyricon de Petronio Árbitro, en El asno de oro de Lucio Apuleyo y en otras obras clásicas, pero también en la Edad Media a través de la literatura goliardesca uno de cuyos representantes hispánicos es Juan Ruiz, arcipreste de Hita, y su Libro de Buen Amor; en las maqamat árabes configuradas como género a fines del siglo X por el persa Al Hamadani; en los fabliaux franceses; en la novela en verso Espill (Espejo, 1460), del valenciano Jaume Roig; en las aventuras folclóricas del astuto campesino medieval Till Eulenspiegel recopiladas por primera vez en 1515 en una antología alemana, probablemente basada en un original más antiguo de la Baja Sajonia; en Giovanni Boccaccio y en el Arcipreste de Talavera Alfonso Martínez de Toledo, en La Celestina de Fernando de Rojas y sobre todo sus continuaciones, entre las que destaca la de Feliciano de Silva; en las autobiografías y biografías de criminales estudiadas por Parker, en La lozana andaluza de Francisco Delicado, etcétera. Pero la trayectoria canónica del género en España es la siguiente:

Obras asimilables al género, pero que no comparten todas sus características, son Rinconete y Cortadillo de Miguel de Cervantes, El diablo Cojuelo de Luis Vélez de Guevara, La varia fortuna del soldado Píndaro (1626) de Gonzalo de Céspedes y Meneses, las novelas cortesanas con matices picarescos Las harpías de Madrid y coche de las estafas (1631), La niña de los embustes, Teresa de Manzanares, Aventuras del bachiller Trapaza y su continuación La garduña de Sevilla y anzuelo de las bolsas (1642) de Alonso de Castillo Solórzano, Los antojos de mejor vista de Rodrigo Fernández de Ribera, El castigo de la miseria de María de Zayas y Sotomayor; muy próximos al costumbrismo están Antonio Liñán y Verdugo con sus Avisos y guía de forasteros que vienen a la corte (1620) y El día de fiesta por la tarde de Juan de Zabaleta, que describen una serie de tipos sospechosos de la sociedad madrileña de la época; de sesgo más autobiográfico que picaresco es la Vida de Diego de Torres y Villarroel. Una derivación hispanoamericana de la picaresca española es El Periquillo Sarniento (1816), de José Joaquín Fernández de Lizardi, y El lazarillo de ciegos caminantes desde Buenos Aires hasta Lima (Gijón, 1773), narración de elementos picarescos compuesta por Concolorcorvo, pseudónimo de Alonso Carrió de la Vandera (1715–1783).

Picaresca europea

La novela picaresca española influyó extraordinariamente en la narrativa europea de su tiempo, la cual la imitó primero (como por ejemplo, en la Vida de Jack Wilton (1594) del inglés Thomas Nashe (1567–1601), o La novela cómica (16511657) del francés Paul Scarron, o El español de Brabante (1617), del holandés Gerbrand Adriaensz Bredero (1585-1618) o Historia verdadera de Isaac Winkelfelder y Jobst von der Schneid, de Nikolaus Ulenhart (aparecido en el mismo volumen de la traducción al alemán del Lazarillo de Tormes en 1617), para después crear también auténticas obras maestras del género, por ejemplo, Fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders (1722) de Daniel Defoe, o La historia de Tom Jones, un expósito (1749) de Henry Fielding; otras obras importantes fueron Las aventuras de Roderick Random (1748) y Peregrine Pikle (1751), de Tobias George Smollett, todas obras de la literatura inglesa; hay, por otra parte, elementos picarescos en la famosa La vida y opiniones del caballero Tristram Shandy (1759–1767) de Laurence Sterne.

En Alemania la obra maestra es, fuera del precedente autóctono de las leyendas en torno al pícaro Till Eulenspiegel, recopiladas por primera vez en 1515, El aventurero Simplicius Simplicíssimus (1669), de Hans Jakob Christoph von Grimmelshausen, que compuso alguna otra obra más del género, la más lograda de la cuales es La pícara Coraje (1670), una novela picaresca feminista.

En Francia, aparte de las imitaciones demasiado serviles y ya mencionadas de Paul Scarron, se considera que la obra maestra del género es Las aventuras de Gil Blas de Santillana (cuatro vols., 1715–1735), de Alain René Lesage.

En la actualidad puede decirse que algunos ejemplos de la llamada novela negra policíaca están muy cerca de la novela picaresca y reactualizan sus tópicos con mucha fuerza.

Bibliografía

  • Alonso Zamora Vicente, Qué es la novela picaresca. Buenos Aires: Editorial Columba, 1962.
  • Marcel Bataillon, Le roman picaresque (1969).
  • Marcel Bataillon, Novedad y fecundidad del Lazarillo de Tormes. Salamanca: Anaya, 1968.
  • Américo Castro, Perspectiva de la novela picaresca. Madrid, 1935. (Recogido en su Hacia Cervantes, Madrid, Taurus, 1957)
  • Víctor García de la Concha, Nueva lectura del Lazarillo: el deleite de la perspectiva, Madrid, Castalia, 1993.
  • Fernando Lázaro Carreter, Lazarillo de Tormes en la picaresca, Barcelona, Ariel, 1978.
  • José Antonio Maravall, La literatura picaresca desde la historia social, Madrid, Taurus, 1986.
  • Marcelino Menéndez Pelayo, Orígenes de la novela en España. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1943.
  • Enrique Moreno Báez, Lección y sentido del Guzmán de Alfarache. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948.
  • Mireya Suárez, La novela picaresca y el pícaro en la literatura española. Madrid, 1926.
  • Claudio Guillén, The anatomies of roguery. A comparative study in the origins and nature of picaresque literature, New York and London: Garland Publishing Inc., 1987.
  • Claudio Guillén, «Luis Sánchez, Ginés de Pasamonte y los inventores del género picaresco», en VV. AA. Homenaje á. Rodríguez-Moñino, Madrid, Castalia, 1967, I, pp. 221-231.
  • Francisco Rico, La novela picaresca y el punto de vista. Barcelona: Seix Barral, 2000.
  • Alexander Augustine Parker, Los pícaros en la literatura: la novela picaresca en España y Europa (1599-1753) Madrid: Gredos, 1971.
  • Ángel Valbuena Prat, La novela picaresca española. Estudio, selección, prólogo y notas. Madrid, Aguilar, 1943
  • Alberto del Monte, Itinerario del romanzo picaresco spagnolo. Florencia, Sansoni, 1957; traducido como Itinerario de la novela picaresca española. Barcelona: Lumen, 1971.
  • Rafael Benítez Claros, Existencialismo y picaresca. Madrid: Editora Nacional, 1958.
  • Frank Wadleigh Chandler, La novela picaresca en España. Madrid: La España Moderna, 1913.
  • Joseph L. Laurenti, Ensayo de una bibliografía sobre la novela picaresca española. Madrid: CSIC, 1968.
  • Joseph L. Laurenti, Estudios sobre la novela picaresca española. Madrid: CSIC. 1970.
  • Jenaro Tálens, Novela picaresca y práctica de la transgresión. Madrid: Júcar, 1975.
  • Enrique Tierno Galván, Sobre la novela picaresca y otros escritos. Madrid: Tecnos, 1974.
  • F. Cabo Aseguinolaza, El concepto de género y la literatura picaresca. Universidad de Santiago de Compostela: Servicio de Publicaciones e Intercambio Científico, 1992.
  • Juan Carlos Rodríguez, La literatura del pobre, Granada, Comares, 2001.
  • A. Ruffinatto, Las dos caras del Lazarillo. Texto y Mensaje, Madrid, Castalia, 2000.

Véase también

Enlaces externos