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Poco se conoce del Tíbet antes del [[siglo VII]]. Desde este siglo hasta el [[siglo X]] el Tíbet fue un país independiente en donde la tierra era poseída por familias nobles, monasterios budistas y pequeños terratenientes. Esta forma de sociedad se mantuvo hasta [[1930]]. En aquel entonces 70.000 personas pertenecian a la clase previlegiada en una población total de 1,5 millones de habitantes.
Poco se conoce del Tíbet antes del [[siglo VII]]. Desde este siglo hasta el [[siglo X]] el Tíbet fue un país independiente en donde la tierra era poseída por familias nobles, monasterios budistas y pequeños terratenientes. Esta forma de sociedad se mantuvo hasta [[1930]]. En aquel entonces 70.000 personas eran siervos en una población total de 1,5 millones de habitantes.


En el [[siglo XIII]] el Tíbet fue dominado por el [[Imperio Mongol]]. Los gobernantes mongoles le dieron gran autonomía secular a la escuela de Sa-skya del budismo tibetano. Durante tres siglos el Tíbet siguió siendo gobernado por dinastías seculares. En el [[siglo XVI]], [[Altan Khan]], de la tribu mongol de Turnet, le dio respaldo al gobierno religioso del [[Dalái Lama]], siendo el budismo la religión predominante entre mongoles y tibetanos. En el [[siglo XVII]] el [[jesuita]] [[António de Andrade]] logró atravesar las montañas del Himalaya y penetrar en el Tíbet, convirtiéndose en el primer europeo en conseguirlo.
En el [[siglo XIII]] el Tíbet fue dominado por el [[Imperio Mongol]]. Los gobernantes mongoles le dieron gran autonomía secular a la escuela de Sa-skya del budismo tibetano. Durante tres siglos el Tíbet siguió siendo gobernado por dinastías seculares. En el [[siglo XVI]], [[Altan Khan]], de la tribu mongol de Turnet, le dio respaldo al gobierno religioso del [[Dalái Lama]], siendo el budismo la religión predominante entre mongoles y tibetanos. En el [[siglo XVII]] el [[jesuita]] [[António de Andrade]] logró atravesar las montañas del Himalaya y penetrar en el Tíbet, convirtiéndose en el primer europeo en conseguirlo.

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Este artículo trata sobre la República de Tibet, para el Gobierno tibetano en el exilio ver; Administración Central Tibetana
Tíbet
Región Autónoma

Coordenadas 31°42′20″N 86°56′25″E / 31.705556, 86.940278
Capital Lhasa
 • Población 171.719 hab (ciudad, 2000)
Idioma oficial Tibetano y chino mandarin
Entidad Región Autónoma
 • País China
Secretario
Gobernador
Zhang Qingli
Qiangba Puncog
Subdivisiones 7 prefecturas
73 distritos
692 cantones
Superficie Puesto 2
 • Total 1.228.400 km²(de 33)
Población (2004) Puesto 32
 • Total 2,840,000 hab.
 • Densidad 2,2 hab./km²33
PIB (nominal)  
 • Total 39.590 millones de yuanes (32º)
 • PIB per cápita 13.861 yuanes (28º) (2008)
IDH (2006) 0,621 (31 .º) – Medio
Huso horario UTC+08:00
ISO 3166-2 CN-54
Etnias Tibetanos - 92,8%
Han - 6,1%
Hui - 0,3%
Monpa - 0,3%
Otros - 0,2%
Ciudades más pobladas Xigazê, Zedang, Chamdo y Nagchu
Minoría designada Etnia tibetana
Sitio web oficial

El Tíbet es una región autónoma del suroeste de China, enclavada en el Asia Central, cuya capital es Lhasa. Conjunto de tierras de gran elevación (más de 4.500 m), rodeada de las cordilleras de mayor altitud de la Tierra. En el concepto occidental "Tíbet" puede referirse a Región Autónoma del Tíbet o RAT (una subdivisión administrativa de la República Popular China), o al Tíbet histórico que consiste en las provincias de Amdo, Kham, y Ü-Tsang.

La lengua mayoritaria es el tibetano. En el Tíbet se encuentra el pico más alto del mundo, el monte Everest, haciendo frontera con Nepal.

Historia

Poco se conoce del Tíbet antes del siglo VII. Desde este siglo hasta el siglo X el Tíbet fue un país independiente en donde la tierra era poseída por familias nobles, monasterios budistas y pequeños terratenientes. Esta forma de sociedad se mantuvo hasta 1930. En aquel entonces 70.000 personas eran siervos en una población total de 1,5 millones de habitantes.

En el siglo XIII el Tíbet fue dominado por el Imperio Mongol. Los gobernantes mongoles le dieron gran autonomía secular a la escuela de Sa-skya del budismo tibetano. Durante tres siglos el Tíbet siguió siendo gobernado por dinastías seculares. En el siglo XVI, Altan Khan, de la tribu mongol de Turnet, le dio respaldo al gobierno religioso del Dalái Lama, siendo el budismo la religión predominante entre mongoles y tibetanos. En el siglo XVII el jesuita António de Andrade logró atravesar las montañas del Himalaya y penetrar en el Tíbet, convirtiéndose en el primer europeo en conseguirlo.

Al principio del siglo XVIII China envió un comisionado chino a Lhasa para hacerse cargo del gobierno. Diferentes facciones tibetanas se rebelaron contra el comisionado, el cual fue asesinado. Posteriormente el ejército Qing invadió el Tíbet y derrotó a los rebeldes, reinstalando a otro comisionado. Dos mil soldados chinos permanecieron en el Tíbet y sus labores defensivas fueron apoyadas por fuerzas locales organizadas por el comisionado.

En 1904 los británicos enviaron un fuerte contingente militar e invadieron Lhasa, forzando en esta forma la apertura de la frontera entre la India (entonces colonia inglesa) y el Tíbet. En 1906 los británicos firmaron un tratado con China por el cual el Tíbet se convertía en un protectorado británico.

En 1907 se firmó un nuevo tratado entre Gran Bretaña, China y Rusia donde se le daba a China la soberanía sobre el Tíbet. En 1910 el poder central Qing ejerció por primera vez el gobierno directo sobre el Tíbet. Sin embargo, en 1911 el estallido de la guerra civil en China obligó a las tropas de este país estacionadas en el Tíbet a regresar a aquel país, oportunidad que aprovechó el Dalai Lama para restablecer su control sobre el Tíbet. En 1913 el Tíbet y Mongolia firmaron un acuerdo reconociendo su mutua independencia de China. En 1914 se negoció un tratado entre China, Tíbet y Gran Bretaña denominado Convención de Simla. Durante esta convención los invasores británicos trataron de dividir al Tíbet en dos regiones, lo cual no prosperó. Sin embargo los representantes de Tíbet y de Gran Bretaña firmaron un acuerdo a espaldas de China, mediante el cual el Tíbet sería una región autónoma de China y los británicos se adjudicarían 90.000 kilómetros cuadrados de territorio tradicionalmente tibetano que corresponde al actual estado de Arunachal Pradesh. Después de declarada la independencia de India, esta nación consideró esta región como suya en función a la frontera establecida en el mencionado tratado. China, sin embargo, rechazó tal posición, indicando que dicho tratado no tenía ninguna validez ya que no fue firmado por ellos y el Tíbet no era una nación independiente, sino un protectorado de China. La disputa por esta región ocasionó la guerra entre China e India en 1962.

Al estallar la Revolución de Xinhai y la Primera Guerra Mundial Tíbet perdió interés para las potencias occidentales y para China. En esa coyuntura el decimotercer Dalái Lama tomó el gobierno del Tíbet sin interferencia alguna de otros países.

En 1950 el ejército chino entró en el Tíbet, derrotando fácilmente al débil ejército tibetano. En 1951 se redactó el Plan para la Liberación Pacífica del Tíbet, el cual fue firmado por representantes del Dalai Lama y el Panchen Lama bajo la presión del gobierno chino. Este plan contemplaba la administración conjunta del gobierno chino con el gobierno del Tíbet. En aquella época la mayoría de los tibetanos vivían bajo un régimen de servidumbre por cuanto la mayor parte de la tierra era poseída por los lamas. El plan fue implantando pero no sobre todo el territorio, por cuanto las regiones de Kham Oriental y Amdo fueron consideradas como provincias chinas, llevándose a cabo una reforma radical de la tenencia de las tierras. En junio de 1956 y a consecuencia de esta reforma, estalló una rebelión en estas dos regiones, la cual, respaldada por la CIA estadounidense, se extendió hasta Lhasa. El ejército chino logró doblegar la rebelión en 1959, en acciones militares que ocasionaron la muerte a miles de tibetanos. El decimocuarto Dalái Lama y sus principales colaboradores huyeron a la India, desde donde siguieron respaldando acciones rebeldes contra el ejército chino hasta 1969 cuando la CIA decidió no proveer más ayuda.

Aunque el Panchen Lama estaba virtualmente prisionero en Lhasa, los chinos lo mostraron como el jefe del gobierno del Tíbet en ausencia del Dalai Lama, quien tradicionalmente había sido el gobernante de la región. En 1965 China introdujo cambios sustanciales cuando desposeyeron de las tierras a los lamas e introdujeron la educación secular. Durante la Revolución Cultural en China el Tíbet sufrió serios daños a su patrimonio cultural, incluyendo su herencia budista. Más de 6000 monasterios budistas fueron destruidos y varios monjes budistas fueron asesinados o hechos prisioneros.[cita requerida]

Desde 1979 se han venido haciendo reformas económicas, pero no políticas. La mayor parte de la libertad religiosa ha sido restituida siempre que los lamas no cuestionen el derecho de China a gobernar al Tíbet.

En 1989 el Panchen Lama falleció, y el Dalái Lama y el gobierno de China reconocieron diferentes reencarnaciones. Respetando la religión de los tibetanos, el gobierno de China reconoció oficialmente la reencarnación del Panchen Lama, de acuerdo con la tradición Vajrayana budista. Para ello se valieron del procedimiento que se utilizó en la dinastía Qing mediante el cual el Panchen Lama era elegido en una especie de lotería utilizando una urna de oro donde el nombre de los posibles Panchen Lama estaban insertados en bolas de cebada. Por su parte el Dalai Lama nombró a Gedhun Choeky Nyima como el undécimo Pachen Lama, mientras que el gobierno chino eligió al niño llamado Gyancain Norbu. Gyancain fue criado en Pekín y aparece en público muy esporádicamente. Choeky y su familia, de acuerdo a los exiliados tibetanos, parecieran estar prisioneros. El gobierno chino afirma que está libre bajo una identidad falsa a fin de proteger su privacidad.

En la actualidad si bien existen discrepancias acerca de cuan opresiva es la dominación china en Tíbet, lo cierto es que internacionalmente se considera esta región como parte de China y ningún país extranjero ha reconocido al gobierno del Dalai Lama en el exilio.

Lo que sí parece cierto es que, si bien las condiciones de vida en el Tibet han mejorado considerablemente bajo el régimen chino[cita requerida], la Revolución Cultural (1966-1976) y la actual y continua inmigración de chinos Han han afectado a la cultura y las tradiciones de este pueblo.

Problemas en el Tíbet a lo largo de la historia

En 1949 el Ejército Popular de Liberación invadio el Tíbet. Las facciones de tibetanos leales al Dalai Lama, principalmente aquellos que apoyaban el régimen feudal de la teocracia lamaísta, iniciaron en Lhasa el 10 de marzo de 1959, el Levantamiento Nacional Tibetano con la mayor manifestación en la historia de ese país para exigir la independencia. El ejército de China aplasto el movimiento y el Dalai Lama tuvo que huir del Tíbet con sus allegados y otros refugiados en busca de asilo político.

Durante los siguientes años, el Dalai Lama ha buscado el apoyo de la ONU, la cual emitió resoluciones adoptadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959, 1961 y 1965, solicitando a China que respetara los derechos humanos del pueblo tibetano y su deseo de autodeterminación. Para 1988, el Dalai Lama modificó sus demandas con la intención de llegar a un acuerdo y propuso la creación de un Tíbet democrático y con gobierno autónomo, en asociación con la República Popular de China.

Desde 1959 hasta la actualidad, el momento más crítico fue la revolución cultural, que afectó no sólo a Tíbet sino a toda China. Algunos monasterios budistas resultaron seriamente dañados y se reprimió a los religiosos. Desde el fin de la revolución cultural, la cultura tibetana ha sido promocionada de forma imparable. Libros y periódicos pueden comprarse escritos en lengua tibetana y existen varios canales de radio y televisión en esta lengua. En 2007 se inauguró la primera emisora de televisión que emite 24 horas al día en tibetano. La educación es bilingüe y los niños tibetanos aprenden simultáneamente chino mandarín y tibetano.

Las inversiones chinas en la provincia autónoma han crecido espectacularmente y esto se ha traducido en la construcción de carreteras, aeropuertos, centrales eléctricas, puentes y ferrocarriles. En 2007 comenzó la explotación del ferrocarril transtibetano, que ha aportado miles de nuevos turistas a Lhasa, no sin polémica por parte de los sectores religiosos.

En marzo de 2008 se desencadenó una revuelta con un número de víctimas por determinar. Los disturbios comenzaron cuando integristas atacaron comercios y personas de etnia Han (la mayoritaria en China). Como resultado de estos disturbios, algunos países se plantearon la posibilidad de no acudir a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, como sucedió con el dirigente francés Nicolas Sarkozy; el propio Sarkozy tuvo que dar marcha atrás en sus declaraciones cuando una huelga de consumidores puso en aprietos a la cadena mayorista Carrefour en China. El gobierno chino hizo gestos de acercamiento al Dalai Lama a continuación de los incidentes de Lhasa.

La realización de los Juegos Olímpicos en Pekín durante el 2008 generó ácidas protestas por parte de tibetanos y simpatizantes de la causa tibetana en todo el mundo. La policía de países con grandes cantidades de refugiados tibetanos como India y Nepal tuvo que mantener el orden ante las protestas. En Japón, un país donde más del 98% de la población es budista, se realizaron multitudinarias protestas pro-tibetanas ante la llegada del presidente chino Hu Jintao.[1]

Además del apoyo mostrado por los japoneses, el entonces candidato presidencial Barack Obama solicitó al presidente George W. Bush que no asistiera a los Juegos Olímpicos de Pekín si el gobierno chino no dialogaba con el Dalai Lama, el presidente de Francia Nicolas Sarkozy y el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon no asistieron a la apertura de los JJ.OO.,[2]​ también hubo un comunicado emitido por 12 intelectuales chinos que apoyaban la autonomía de Tíbet y solicitaban al gobierno de Pekín detener el conflicto étnico.[3]

Sin embargo, algunos países también han mostrado apoyo a China, por ejemplo, Rusia no permitió al Dalai Lama ingresar al país hasta el 2004 a pesar de las protestas de China, esto porque la tercera comunidad religiosa de Rusia es la budista, que es mayoritaria en varias repúblicas rusas.[4]​ De forma similar, el presidente de Costa Rica, Dr. Óscar Arias, le denegó el ingresó al Dalai Lama en el 2008 para evitar perturbar las relaciones con China[5][6]​ a pesar de las protestas de la comunidad budista costarricense.

En su más reciente polémica, el Dalia Lama por invitación del gobierno visitó Taiwán, un país mayormente budista y que es reclamado por China como parte de su territorio, para orar por las víctimas de los recientes huracanes, lo cual encendió la ira del gobierno chino que lo consideró una provocación. El Dalai Lama aseguró que su labor era puramente humanitaria y religiosa.[7]

División

Cuenta con una prefectura de nivel de ciudad: Lhasa y seis prefecturas.

Mapa # Nombre Hanzi Hanyu Pinyin Idioma Tibetano Wylie Tipo
1 Ngari 阿里地区 Ālǐ Dìqū མངའ་རིས་ས་ཁུལ་ Mnga'-ris Sa-khul Prefectura
2 Nagqu 那曲地区 Nàqū Dìqū ནག་ཆུ་ས་ཁུལ་ Nag-chu Sa-khul Prefectura
3 Qamdo 昌都地区 Chāngdū Dìqū ཆབ་མདོ་ས་ཁུལ་ Chab-mdo Sa-khul Prefectura
4 Xigazê 日喀则地区 Rìkāzé Dìqū གཞིས་ཀ་རྩེ་ས་ཁུལ་ Gzhis-ka-rtse Sa-khul Prefectura
5 Lhasa 拉萨市 Lāsà Shì ལྷ་ས་གྲོང་ཁྱེར་ Lha-sa Grong-khyer Ciudad con nivel de prefectura
6 Shannan 山南地区 Shānnán Dìqū ལྷོ་ཁ་ས་ཁུལ་ Lho-kha Sa-khul Prefectura
7 Nyingchi 林芝地区 Línzhī Dìqū ཉིང་ཁྲི་ས་ཁུལ་ Nying-khri Sa-khul Prefectura

Geografía y ecosistema

El Tíbet histórico constaba de 2,5 millones de km² en un promedio de altitud de más de 4.000 m

Actualmente, el Tíbet se divide en tres provincias: Amdo (en el nordeste), Kham (la más oriental) y U-Tsang (suroeste).

El paisaje tibetano resulta impresionante. En el Tíbet nacen ríos como el Brahmaputra (tsangpo en tibetano), el Yangtsé (drichu) o el Indo (sengue khabab). Actualmente hay un grave problema con la ubicación de residuos nucleares en el Tíbet y con la enorme deforestación que se está llevando a cabo en la zona. También hay que destacar una fuerte explotación de los recursos minerales. El gran peligro del ecosistema tibetano es que resulta muy valioso pero, a la vez, extremadamente delicado y frágil.

Se cultivan cereales como el trigo, el maíz o la cebada. También cultivan mostaza, col, coliflor, coriandro, patata, arroz, remolacha azucarera y tabaco entre otros.

En el Tíbet crecen árboles frutales como los manzanos y cerezos y otros como castaños y nogales, por citar algunos. Una planta muy cultivada es, sin duda, el té (en sus múltiples variedades). Muchas de las plantas que crecen allí se utilizan para la medicina, pues existen más de dos mil de ellas para tratar el cáncer, úlceras, malaria, diabetes, anemia, tuberculosis.

Hay mucha variedad de animales: 40 especies endémicas de mamíferos, 23 de pájaros, 2 de reptiles y 10 de batracios. Algunos son: el yak, el antílope tibetano, el oso panda gigante y el panda rojo y la marmota de los Himalayas. La mayor parte de la flora y fauna tibetana se concentra en las zonas más húmedas del este y del sur.

Degradación del entorno tibetano

Vida rural en el Tíbet.

Desde la década de 1980 ha habido una explotación a gran escala del entorno natural tibetano, con técnicas de caza y pesca que pueden conducir a la extinción de varias especies. Todo ello porque no se respetan las regulaciones actuales en la materia ni se restringe el tráfico de pieles. Otros graves problemas que pueden afectar el ambiente a largo plazo son la creación de depósitos de residuos nucleares en la zona, así como la destrucción sistemática de extensos bosques, florestas y zonas verdes con fines comerciales. Se calcula que se ha visto afectado hasta el 80% de la extensión de bosques.

La biodiversidad de la meseta tibetana tiene características únicas, pero no es fácil medir el nivel de su degradación debido a restricciones para realizar mediciones independientes. Los cambios radicales en el entorno natural tibetano podrían afectar al monzón —del que dependen las cosechas de la India, Nepal, Tailandia, Birmania, China y otros países asiáticos— y que se origina en el Tíbet. Este hecho es muy importante para los tibetanos.

Gastronomía

A causa de la gran altitud y las duras condiciones ambientales del Tíbet, su gastronomía es muy rica en calorías, proteínas y grasas. La alimentación diaria de los nómadas tibetanos se basa en dos alimentos muy energéticos: la tsampa, que consiste en harina de cebada tostada, y el té tibetano (chas), que es té con mantequilla de yak y sal. Otros platos más elaborados son, por ejemplo, el thug-pa (sopa de verduras, carne y pasta) y los momos (pasta con forma de ravioli —de un tamaño más grande que una croqueta— rellena de carne o verdura, hechos al vapor), así como los khabse (galletas). Igualmente se come carne de yak, oveja o cabra. También aprovechan la leche para hacer laxi, yogur batido y un poco de miel con carne de buey.

Lengua

En la lengua tibetana, las palabras acostumbran a ser monosilábicas aunque se les añade un sufijo que normalmente denomina si es masculino, femenino, plural, verbo, etc. El alfabeto tibetano proviene de la época del rey Songsten Gampo. Este rey (el que introdujo el budismo al Tíbet) envió un grupo de eruditos a la India para que estudiaran los textos budistas y los tradujeran a la lengua tibetana. Asimismo, estos eruditos debían estudiar detalladamente los alfabetos indios. Escogieron el brahmi y, modificándolo, se creó el alfabeto tibetano.

Budismo

Jóvenes monjes en el monasterio Drepung.

El budismo mahayana entró en el Tíbet gracias a Guru Rinpoché en el siglo VIII. Antes existía la tradición Bön. Con el auge del budismo, la antigua tradición casi desapareció, aunque más tarde fue recuperada y se fundaron 300 monasterios. Parte de la creencia Bön creó el budismo tibetano. La tradición Mahayana o Gran Vehículo no se limita a buscar la liberación personal, sino que tiene como finalidad expandir la sabiduría lograda y enseñar el camino a todos los seres. Este vehículo toma diferentes formas según las culturas: el Zen en Japón, el Tantra o Vajrayana en Tíbet.

Bibliografía

  • Laird, Thomas (2008). La historia del Tíbet. Conversaciones con el Dalai Lama. Barcelona: Editorial Paidós. ISBN 978-84-493-2116-0. 
  • Harrer, Heinrich. Siete años en el Tibet. Ediciones B; España. ISBN 84-406-7026-5. 

Véase también

Enlaces externos



Referencias