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Durante la denominada [[crisis salina del Mesiniense]] en la que el [[Mar Mediterráneo]] se desecó por completo, la conexión terrestre de Europa a África permitió la llegada al [[Campo de Cartagena]] de una gran cantidad de especies vegetales africanas, en la actualidad conocidas como endemismos iberoafricanos, como la [[Tetraclinis|Sabina mora o ciprés de Cartagena]], el [[Maytenus senegalensis|el arto]], el [[Ziziphus lotus|azufaifo]], el [[Periploca angustifolia|cornical]], la [[Anthemis Chrysantha|manzanilla de escombreras]] o el [[Caralluma europaea|chumberillo de lobo]].
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Revisión del 23:05 26 ago 2009

La bahía de Portmán, colmatada por los residuos mineros.
Mina las Matildes, centro de interpretación de la minería.

La Sierra minera de Cartagena-La Unión es una formación montañosa que se extiende a lo largo de 25 Km. de costa desde el este de la ciudad de Cartagena hasta el Cabo de Palos, pasando por el término municipal de La Unión en la Región de Murcia (España). Su máxima elevación se produce en el cerro del Sancti Spíritus en las cercanías de Portmán a 431 m. de altitud.

Esta sierra fue intensamente explotada por sus minas de plata, plomo y otros minerales metálicos en la antigüedad. En el siglo XIX conoció un nuevo proceso de explotación minera que generó graves problemas medioambientales hasta el cese definitivo de la minería en 1990.

Origen geológico

Orogénesis de la sierra minera

La Sierra minera forma parte de las últimas estribaciones orientales de las Cordilleras Béticas, formadas en el terciario, durante la denominada orogenia alpina, por subducción de las placa tectónica africana bajo la europea. Geológicamente la sierra minera está compuesta por dos unidades tectónicas superpuestas: [1]

Origen geológico de los yacimientos minerales

Durante el mioceno superior, el Campo de Cartagena sufrió uno de los episodios más recientes de vulcanismo de la Península Ibérica. Hace unos siete millones de años comenzaron a producirse numerosas erupciones volcánicas en toda la zona, de las que son restos las islas del Mar Menor, la Isla Grosa, El Carmolí o el Cabezo Beaza. Las últimas erupciones se produjeron hace sólo un millón de años en el Cabezo Negro de Tallante.

Asociados a esta actividad volcánica se generaron potentes procesos hidrotermales en los que el agua procedente del interior de la tierra, con presencia de minerales disueltos, y sometida a fuertes presiones y altas temperaturas, dio lugar a los ricos yacimientos minerales de la sierra. [4]

Yacimientos minerales

Galena.

Los principales yacimientos minerales de la sierra formados por los mencionados procesos hidrotermales están constituidos especialmente por minerales metálicos como la galena, blenda, pirita, calcopirita y magnetita. [5]​ De la transformación de estos minerales se ha producido en diferentes épocas en las minas de Cartagena y La Unión:

- Plata

- Plomo

- Zinc

- Hierro

Las minas de Cartagena en la antigüedad

Crátera griega del poblado minero ibérico de Los Nietos. Museo Arqueológico de Cartagena.
Torta de mineral de plomo procedentes del pecio de los barcos fenicios de Mazarrón. ARQUA.

Primeras evidencias arqueológicas de la explotación minera

Las primeras evidencias arqueológicas de explotación minera en el sureste proceden de los numerosos pecios de origen fenicio que atestiguan intercambios comerciales de productos mineros con oriente desde el siglo VII a. C.. Prueba de este tráfico comercial es por ejemplo el cargamento de un barco fenicio encontrado hundido en las cercanías de la Isla Grosa compuesto por lingotes de plomo y estaño junto con manufacturas púnicas y unos colmillos de elefante con inscripciones fenicias. Este cargamento se conserva en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática. [6]​ - [7]

Un yacimiento excepcional que también se expone en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática es el de los barcos fenicios de Mazarrón cuyo cargamento de plomo, aunque no procede exactamente de la zona minera de Cartagena, demuestra la existencia de explotaciones mineras en la región desde el siglo VII a. C..[8]

La primera constancia arqueológica de un asentamiento dedicado a la explotación minera de la sierra data de la época ibérica: En el pueblo de Los Nietos, junto al Mar Menor, se descubrió en los años sesenta un poblado ibérico que en el siglo IV a.C. ejercía el papel de base comercial de la zona en la que se intercambiaban productos derivados de la minería por mercancías procedentes Grecia. [9]

El dominio carthaginés sobre las minas de Cartagena

Según algunos historiadores, como el conocido arqueólogo Schulten, el establecimiento de los carthagineses en el sureste de España y la fundación de la ciudad de Qart Hadasht, la actual Cartagena, en 227 a.C. por Asdrúbal tuvo como objetivo principal el control de la riqueza generada por las minas de plata de Cartagena. [10]

"Con la plata de las minas de Cartagena pagaron ellos sus mercenarios, y, cuando por la toma de ésta en 209 a.C. Carthago perdió estos tesoros, Aníbal ya no fue capaz de resistir a los romanos, de manera que la toma de Cartagena decidió también la guerra de Aníbal." SCHULTEN A. "Fontes Hispaniae Antiquae"
Archivo:Dishekel hispano-cartaginés-2.jpg
Dishekel carthaginés de plata con la efigie de Amílcar Barca acuñado en Cartagena.

Con la plata extraída de estas minas se habría producido muy probablemente la acuñación en la ciudad de una conocida serie de monedas carthaginesas con las efigies de la familia Barca encontradas en Mazarrón y en otros puntos del Levante en el siglo XIX. [11]

Las minas de Carthago Nova en las fuentes clásicas

Las menciones a la abundancia mineral de toda Hispania son una constante en las descripciones de la península realizadas por los historiadores clásicos en la antigüedad.

La extraordinaria riqueza de las minas de plata de Carthago Nova atrajo enseguida la atención de los geógrafos clásicos. Las primeras referencias escritas que se refieren concretamente a las minas de Cartagena proceden del historiador Polibio de Megalópolis, quien vistió la ciudad en 147 a. C.. Tras describir minuciosamente la ciudad, el escritor relaciona la existencia de una colina con un posible templo dedicado a Aletes, descubridor de las minas de plata.

"... Las otras elevaciones del terreno, simplemente unos altozanos, rodean la parte septentrional de la ciudad. De estos tres, el orientado hacia el este se llama el de Hefesto, el que viene a continuación, el de Aletes, personaje que, al parecer, obtuvo honores divinos por haber descubierto las minas de plata".Polibio, Historias 10, 11.1.

Un siglo más tarde, el geógrafo Estrabón parafraseando a Polibio, describe con un poco más de extensión las minas de plata de Carthago Nova. [12]

Anclas romanas de plomo. ARQUA.
"Polibio, al mencionar las minas de plata de Cartagena, dice que son muy grandes, que distan de la ciudad unos veinte estadios (unos cuatro km.), que ocupan un área de cuatrocientos estadios (unos setenta y cinco km.), que en ellas trabajan cuarenta mil obreros y que en su tiempo reportaban al pueblo romano 25.000 dracmas diarios. Y omito todo lo que cuenta del proceso del laboreo, porque es largo de contar; pero no lo que se refiere a la ganga argentífera arrastrada por una corriente, de la que, dice, se machaca y por medio de tamices se la separa del agua; los sedimentos son triturados de nuevo y nuevamente filtrados y, separadas así las aguas, machacados aún otra vez. Entonces, este quinto sedimento se funde y, separado el plomo, queda la plata pura. Actualmente las minas de plata están todavía en actividad; pero tanto aquí como en otros lugares, han dejado de ser públicas".Estrabón, Geografía, Libro III

Tradicionalmente se ha considerado que el siguiente texto de Diodoro de Sicilia, contemporáneo de Estrabón, hacía referencia a las minas de plata de Cartagena, aunque sin mencionarlas expresamente: [10]

"Siendo desconocido este uso (de la plata) entre los naturales del país, los fenicios lo utilizaban para sus ganancias comerciales, y cuando se dieron cuenta de ello adquirieron la plata a cambio de pequeñas mercancías. Así, los fenicios que la llevaron hasta Grecia y Asia, y todos los otros pueblos, adqurieron grandes riquezas. Hasta tal punto se esforzaron los mercaderes en su afán de lucro que cuando sobraba mucha plata porque los barcos estaban llenos de carga, sustituían el plomo de las anclas por plata". Diodoro de Sicilia (Biblioteca histórica V, 35, 4-5).

La explotación de las minas de Carthago Nova durante la dominación romana

Lingotes de plomo en el ARQUA.

En el en el año 209 a. C., en el marco de la Segunda Guerra Púnica, Escipión el Africano, movido por el interés de tomar el control de las minas de plata de Cartagena, capturó Qart Hadasht, rebautizándola como posesión romana con el nombre de Carthago Nova y otorgándole el estatus de municipio romano. [13]

En un primer momento, la explotación de las minas de plata pasó a estar bajo control directo del estado romano. Roma explotó las minas de Cartagena tanto "a cielo abierto" como en galerías subterráneas. De esta época procede la famosa mina del Cabezo Rajao en donde se vació un filón superficial de galena argentífera que dejó una gran raja en la montaña, origen de su etimología actual. [5]

Como ya se ha mencionado en el texto de Polibio, hasta cuarenta mil esclavos trabajaban en la extracción de mineral en unas penosas condiciones humanas.

"Los que se ocupan del trabajo de las minas proporcionan a sus dueños increíbles ganancias, mientras agotan sus cuerpos trabajando día y noche, debajo de la tierra, en las galerías, y muchos mueren por exceso de sufrimientos. No hay para ellos asueto ni descanso en sus trabajos. Al contrario, son obligados a base de azotes de los capataces a soportar una terrible serie de dolores que acaban miserablemente con sus vidas. Algunos, que resisten mucho tiempo por la potencia de su cuerpo o por el valor de su espíritu, soportan durante un largo periodo los sufrimientos; pero para ellos es preferible la muerte a la vida. Tal es la magnitud de sus padecimientos". DIODORO DE SICILIA. Bibliotheca Historica.

A pesar de que la intensa y extensa actividad minera de los siglos XIX y XX borró muchos de los vestigios arqueológicos de la minería antigua, por toda la sierra minera y alrededores del Campo de Cartagena se encuentran todavía numerosísimos vestigios de la explotación minera en la antigüedad. Esos restos arqueológicos se pueden clasificar en cuatro tipos: [14]

  • Labores y establecimientos mineros. Se incluyen pozos y galerías, así como explotaciones a cielo abierto, terreras y escoriales de material. La mayor parte de los yacimientos se concentran en la zona del mencionado Cabezo Rajao y en la mina denominada del Sancti Spiritus.
  • Instalaciones para el tratamiento del mineral en los que aparecen lavaderos de mineral, molinos para la trituración de la roca y depósitos de estériles.
  • Fundiciones con sus escoriales en donde se procesaba el mineral para obtener lingotes.
  • Dependencias de habitación de los trabajadores de las minas y de administración y almacenaje del producto minero.

Con la reactivación de la actividad minera a mitad del siglo XIX comienzan a aparecer las primeras evidencias arqueológicas de la explotación antigua de la sierra minera. Las excavaciones sistemáticas y los estudios arqueológicos, tanto de las minas de Cartagena como de las de Mazarrón, comenzaron a realizarse exhaustivamente a partir de los años cuarenta del siglo XX. Fruto de estas excavaciones pueden verse actualmente expuestas en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena así como en el Museo Arqueológico de La Unión numerosas piezas arqueológicas tales como: herramientas -martillos, picos y campanas - de hierro, escaleras y poleas de madera y espuertas y prendas de vestir - alpargatas, gorros, rodilleras- realizadas en esparto. [15]

Carthago Nova se convirtió en el centro económico de la minería no sólo de las cercanas explotaciones de la Sierra de Cartagena-La Unión sino también de las de Mazarrón, Águilas y zonas mineras de Almería - Sierra Almagrera y Sierra de Gádor haciendo de Carthago Nova una de las más prósperas ciudades de la Hispania romana. [16]

La creciente pujanza económica y comercial de la ciudad hizo que en el año 44 a. C. recibiera el título de colonia bajo la denominación de "Colonia Vrbs Iulia Nova Karthago (C.V.I.N.K)", siendo la tercera ciudad en Hispania en recibir el estatus colonial tras Corduba y Tarraco, y durante el principado del emperador Augusto (27 a. C.-14 d.C.), la ciudad fue sometida a un ambicioso programa de urbanización y monumentalización, que incluyó, entre otras intervenciones urbanísticas, la construcción de un impresionante Teatro romano y un foro de grandes dimensiones. A la nueva colonia se le otorgó incluso el privilegio de emitir moneda propia en valores de ases, semises y cuadrantes. [17]

Semis de bronce acuñado en Carthago Nova

El agotamiento de la actividad minera en la antigüedad

Durante el siglo I comenzaron a darse los primeros síntomas de agotamiento de la actividad minera en Cartagena. La menor rentabilidad hizo que el estado romano abandonase la explotación directa de las minas y las arrendase a particulares o a grandes sociedades privadas. La producción minera continuó descendiendo hasta una total paralización a finales del siglo II. [18]

El cese de la minería supuso la rápida decadencia de la ciudad de Carthago Nova, el abandono de la mitad del espacio urbano y la ruina de la mayoría de los edificios construidos en época augustea. [19]​ Durante los siglos siguientes no habría actividad en las minas de Carthago Nova más que de una forma muy residual.

Reactivación de la actividad minera

La reapertura de las minas en el siglo XIX

Panorámica de la mina blanca.
El Palacio de Aguirre en Cartagena, obra del empresario minero d.Camilo Aguirre encargada al arquitecto modernista Víctor Beltrí en 1898.

Durante el reinado de Fernando VII, en 1825, se produjo un hecho trascendental en la historia de la minería española: Se promulga la ley de minas que concede libertad para iniciar actividades mineras sin necesidad de contar con licencia del rey. Unos años después, en 1839, se descubrió en la Sierra Almagrera de Almería el riquísimo filón Jaroso, que generó a una auténtica fiebre de la minería en todo el sureste español. [20]

En Cartagena se comenzaron a constituir sociedades anónimas para la explotación de las minas. Se reabrieron los antiguos pozos mineros romanos al mismo tiempo que apareció una nueva actividad: el beneficio de los antiguos escoriales romanos a los que, con las nuevas tecnologías industriales, se les extraía rendimiento de los restos de minerales que aún conservaban. Hacia 1850 había en Cartagena treinta y ocho fábricas de fundición de plata. Por otro lado, con la aparición de nuevas tecnologías industriales, se hizo posible una nueva actividad económica: la explotación de los carbonatos y sulfuros de plomo. Sobre 1860, con la llegada de las primeras máquinas de vapor, se comenzó a explotar el zinc, y por último, ya a finales del siglo XIX, se inició el aprovechamiento de las piritas de las que se obtenía hierro. Durante el siglo XIX, la producción de plomo de las minas de Cartagena y La Unión constituyó el grueso de la producción nacional. [20]

En los años siguientes se desarrollaron de forma extraordinaria la minería, los asentamientos y las infraestructuras relacionados con la minería en Cartagena y en la sierra:[21]

  • En 1860, los pueblos de Herrerías y El Garbanzal se independizaron del municipio de Cartagena y dieron lugar al nuevo municipio de La Unión en cuyo término municipal se incluyó también Portmán.

La actividad minera generó un intenso proceso inmigratorio de mano de obra procedente fundamentalmente de Andalucía, en especial de la provincia de Almería, así como del resto de la Región de Murcia. [23]

Con la riqueza generada por la actividad minera se creó en Cartagena una poderosa burguesía enriquecida que invirtió sus ingentes fortunas en lujosas casas y palacetes de estilo modernista. Este nuevo estilo arquitectónico cambió por completo la fisonomía urbana tanto de la ciudad de Cartagena como de La Unión. Arquitecto fundamental en este nuevo proceso urbanístico fue el arquitecto Víctor Beltrí con obras como el Gran Hotel, la Casa Maestre, la Casa Llagostera, el Palacio de Aguirre, todas en Cartagena o el Mercado público de La Unión. [24]

La crisis de la actividad minera tras la Primera Guerra Mundial

Evolución de la demografía del municipio de La Unión en el siglo XX. Se aprecia el descenso de hasta 2/3 de su población a raiz de la crisis minera.

A partir de 1918, fecha en la que termina la Primera Guerra Mundial, este apogeo dorado del sector minero en Cartagena comienza a descender súbitamente: Por un lado, la demanda de plomo, utilizada en proyectiles y armamento, cae en picado, al tiempo que aparecen fuertes competidores en el mercado internacional. Con la crisis económica de 1929 y el consiguiente descenso de la demanda internacional, la producción de las minas desaparece casi por completo.[5]

Como consecuencia del cierre de explotaciones mineras, se produce una despoblación sin precedentes en el municipio de La Unión que pierde hasta 2/3 de sus habitantes.[23]

La minería después de la Guerra Civil

A partir de los años 50, se produjo una nueva reactivación de la actividad minera. La empresa de capital francés Peñarroya se hizo con la propiedad gran parte de la sierra. Esta concentración de la propiedad y la introducción nuevas tecnologías de explotación - algunas con generación graves problemas medioambientales - permitieron hacer de nuevo rentable la minería hasta los años 80 en que por causa de la crisis internacional y el agotamiento de los yacimientos se produjo el cierre definitivo de las minas.[21]

En 1988, la empresa Peñarroya vendió la propiedad de todas sus explotaciones mineras a Portmán Golf. Esta empresa presentó un gran proyecto para convertir el entorno de la bahía de Portmán en un resort turístico de lujo con campos de golf, proyecto que en 2009 todavía no se ha llevado a cabo.

Aspectos medioambientales

Tetraclinis articulata, joya botánica de la Sierra de Cartagena.

La especial localización geográfica del municipio de Cartagena y las particularidades de su climatología, han provocado que las sierras de Cartagena-La Unión concentren una de las mayores biodiversidades de la península ibérica. [25]

Durante la denominada crisis salina del Mesiniense en la que el Mar Mediterráneo se desecó por completo, la conexión terrestre de Europa a África permitió la llegada al Campo de Cartagena de una gran cantidad de especies vegetales africanas, en la actualidad conocidas como endemismos iberoafricanos, como la Sabina mora o ciprés de Cartagena, el el arto, el azufaifo, el cornical, la manzanilla de escombreras o el chumberillo de lobo. [26]

Junto a estos iberoafricanismos, aparecen en las sierras de Cartagena-La Unión especies exclusivas de las zonas áridas de Almería y Murcia, como la varica de San José, así como endemismos que únicamente se encuentran en el Campo de Cartagena, como la siempreviva de Cartagena, el rabogato del Mar Menor, la Zamarrilla de Cartagena, el garbancillo de Tallante o la jara de Cartagena y otras especies típicas del paisaje mediterráneo, como el pino carrasco, el lentisco, la carrasca o el palmito. Esta riqueza botánica conforma uno de los patrimonios vegetales más importantes de la Península Ibérica y se concentrada fundamentalmente en las sierras litorales, donde la humedad aportada por las nieblas procedentes del mar mitiga de forma muy importante la aridez del clima. [27]

Durante muchos siglos, y hasta el comienzo de la explotación intensiva de las minas en el siglo XIX, los ecosistemas originarios de la sierra de Cartagena se mantuvieron de forma más o menos inalterada: Todas las sierras de Cartagena, así como La Manga del Mar Menor se encontraban cubiertas de una espesa cubierta vegetal. [28]

"... Dijeron que sobre la conservación de los montes se ha tratado muchas veces y se han visitado y que no se halla en ninguna parte donde plantar pinos nuevos, y que en la sierra, así de levante como de poniente se crían muchos de su mismo natural, por ser la tierra acomodada para ello, y porque se han visto que conviene respeto de que hay muchos pinos nuevos en la parte de poniente." Acta Capitular del Ayuntamiento de Cartagena de 1598.

En el siglo XIX comenzó la explotación intensiva de las minas de Cartagena y, con ella, empezó a desaparecer la antigua cubierta vegetal. Este problema se agravó especialmente cuando, a partir de 1952, la empresa Peñarroya generalizó la apertura explotaciones a cielo abierto, como la Descubierta Emilia, un tipo de explotación mucho más barata que la de la mina subterránea, pero que provocaba graves problemas medioambientales por la pérdida de suelo y la generación inmensos movimientos de tierras.

Estas prácticas provocaron la desaparición de una importantísima extensión de terreno convertido ahora en una zona estéril y la desaparición de numerosos hábitats y especies, como la jara de Cartagena, una planta descrita antiguamente como abundante en la sierra minera, que es dada por extinguida hasta su redescubrimiento en 1983.[29]

Con todo, el mayor de los problemas vino de la eliminación de las ingentes cantidades de estériles o residuos de la minería, que en forma de fangos eran vertidos por la empresa Peñarroya directamente al mar en la bahía de Portmán. Los vertidos comenzaron en 1958, autorizados por las autoridades del franquismo y contenían una alta concentración de metales pesados, como cadmio o plomo, así como de productos muy tóxicos usados en el lavado del mineral como sulfato de cobre, cianuro sódico, sulfato de cinc o ácido sulfúrico. Cuando la empresa Peñarroya abandonó definitivamente la explotación de las minas en 1990 dejó una bahía completamente colmatada por 33 millones de metros cúbicos de residuos tóxicos, la línea de costa había avanzado 700 metros sobre el mar y en el fondo marino los sedimentos llegaban hasta 12 Km mar adentro. [30][31]

A pesar de la intensa degradación generada por las labores mineras, la sierra de Cartagena-La Unión conserva en buen estado porciones importantes de su territorio que aún conservan importantes valores naturales. Estas zonas han sido protegidas dentro del parque natural de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila.

Patrimonio cultural e industrial

Vista general del yacimiento de la Villa romana del Paturro.
Mercado público de La Unión, obra de Víctor Beltrí de 1901
Museo arqueológico en Portmán.

Producto de la intensa actividad humana a través de los siglos, la sierra minera de Cartagena-La Unión atesora un valioso legado histórico, arqueológico y cultural. [32]​ Se pueden destacar:

Yacimientos Arqueológicos

Arquitectura

Museos

La Unión cuenta con tres museos relacionados con la minería.[33]

  • Museo Arqueológico de La Unión, situado en Portmán. Se trata de un pequeño museo en el que se conservan algunos restos de las explotaciones romanas de las minas, así como el mosaico descubierto en 1969 en la Villa del Paturro.
  • Museo Minero de La Unión. Posee una espectacular colección de minerales, instrumental minero y maquetas a escala de los procesos de extracción y lavado de mineral.

Patrimonio industrial minero

Disperso por toda la sierra se encuentran los restos del pasado industrial reciente de la minería en la zona: instalaciones, realizadas en ladrillo visto y hierro, entre las que se encuentran: [34]

Casi todos estos elementos se encuentran en estado muy ruinoso por el abandono de la actividad minera.

Centros de interpretación de la minería

Algunas instalaciones industriales han sido recuperadas o están en proceso de serlo:

  • Mina Agrupa Vicenta. Mina de pirita en galería en el municipio de La Unión. Prevista su apertura a finales de 2009.

El cante de las minas

Miguel Poveda ganador del Festival del Cante de las minas en 1993.

Con la apertura de yacimientos mineros en el siglo XIX, miles de obreros andaluces, especialmente de las provincias de Granada y Almería, emigraron a Cartagena y La Unión para trabajar en las minas. Con ellos llegó también a la zona el cante flamenco. [35][36]​ De la malagueña, la granaína y el taranto de Almería, palos herederos del fandango, traídos por los obreros andaluces y su contacto con los fandangos locales, surgieron los denominados cantes minero-levantinos: [37]

  • La taranta. Cante difícil, largo y de profunda hondura procedente del fandango almeriense.
  • La minera: Cante también difícil y hondo basado en las penalidades del trabajo en la mina.
  • La cartagenera: Procede del "aflamencamiento" de los fandangos locales del siglo XVIII. No trata temas mineros.
  • El fandango minero.
  • La levantica.
  • La murciana.

Desde el año 1961 se celebra en La Unión todos los meses de agosto el Festival Internacional del Cante de las Minas. En este festival se rememoran aquellos cantes, que sufridamente alzaban los antepasados mineros durante su largo día de trabajo dentro de la mina y se ha convertido en uno de los festivales más importantes del mundo del flamenco en España.

Protección legal

Vista del Parque Natural de Calblanque.

Por sus valores geológicos e histórico-industriales, así como por la intensa transformación del paisaje generada por la actividad minera, la sierra minera ha sido declarada Bien de interés cultural (B.I.C.) por Decreto de 30 de abril de 2009 del Consejo de Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, con categoría de sitio histórico.[21]

Por lo que se refiere a valores medioambientales, en su zona oriental, desde Portmán hasta Cala Reona, se ha delimitado el espacio de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, protegido con las categorías de parque natural y LIC (Lugar de Importancia Comunitaria).[38]​ Además, recientemente, se ha propuesto su declaración como Reserva de la biosfera por la Unesco. [39]​ Al oeste de Portmán, se encuentra la Sierra de La Fausilla protegida como Zona de Especial Protección para las Aves. [40]

Referencias

  1. Antonio del Ramo y Francisco Guillén. «Geología de la zona interna de las Cordilleras Béticas en Murcia.». Región de Murcia Digital. Consultado el 20 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  2. Instituto Geológico Minero. «Mapa del Insituto Geológico Minero. Zona del Llano del Beal. (Es necesario darse de alta como usuario para el acceso)». Consultado el 20 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  3. Instituto Geológico Minero. «Mapa del Instituto Geológico Minero. Zona de Cartagena.(Es necesario darse de alta como usuario para el acceso).». Consultado el 20 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  4. Antonio del Ramo. «Volcanes en la Región de Murcia. Episodios volcánicos.». Región de Murcia Digital. Consultado el 20 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  5. a b c Pedro Antonio López Sánchez. «El distrito minero de Cartagena.». Grupo Mineralógico de Alicante. Consultado el 26 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
  6. Tesoros del Arqua
  7. Mas García, Julio (1986). «"Infraestucturas y desarrollo económico de la Qart-Hadasht ibérica".». Enciclopedia de la Historia de Cartagena. Volumen IV. Ediciones Mediterráneo. pp. 193-197. ISBN 84-85856 |isbn= incorrecto (ayuda). 
  8. los barcos fenicios de Mazarrón
  9. García Cano, Carlos (1996). «Informe sobre el poblado ibérico de la Loma del Escorial (Los Nietos) Cartagena.». Memorias de Arqueología de la Región de Murcia nº5. Editora Regional de Murcia. ISBN 84-7564-177-6. 
  10. a b Blázquez Martínez, José María (1969). «Explotaciones mineras en Hispania durante la República y el Alto Imperio Romano.». Anuario de Historia Económica y Social en España 2. 
  11. Beltrán Martínez, Antonio (1986). «"Acuñaciones púnicas de Cartagena".». Enciclopedia de la Historia de Cartagena. Volumen IV. Ediciones Mediterráneo. pp. 257-267. ISBN 84-85856 |isbn= incorrecto (ayuda). 
  12. "Las tierras de Alicante y Murcia según la Geografía de Estrabón"
  13. "La rápida marcha de Escipión para conquistar Cartagena obedece muy posiblemente, no tanto a la necesidad de privar a los cartagineses del mejor puerto del que disponían en la costa levantina en sus relaciones con África e Italia, cuanto a la necesidad de controlar las ricas minas de plata de los alrededores que financiaron la segunda guerra púnica. Perdidas éstas, Anibal se mantuvo prácticamente a la defensiva en Italia."
    JOSÉ MARÍA BLÁZQUEZ. Explotaciones mineras en Hispania durante la República y el Alto Imperio Romano. Anuario de Historia Económica y Social en España 2, (1969).
  14. Antolinos Marín, Juan Antonio (1998). «"Prospección minero-metalúrgica antigua en la Sierra de Cartagena y su territorio adyacente".». Memorias de Arqueología de la Región de Murcia. Editora Regional de Murcia. ISBN 84-7564-294-2. 
  15. Antolinos Marín, J.Antonio y Soler Huertas, Begoña (2007). «Los orígenes de la arqueominería en la Región de Murcia: Los hallazgos en la Sierra Minera de Cartagena-La Unión.». Mastia. Revista del Museo Arqueológico Municipal de Cartagena (6). 1579-3303,. 
  16. Antolinos Marín, Juan Antonio (1998). «"Prospección minero-metalúrgica antigua en la Sierra de Cartagena y su territorio adyacente".». Memorias de Arqueología de la Región de Murcia. Editora Regional de Murcia. ISBN 84-7564-294-2. «
    "El distrito minero de Carthago Noua lo conformaba la sierra de Cartagena, los cotos mineros de Mazarrón, Águilas y, probablemente también, las zonas mineras de Almería, en particular la sierra Almagrera y sierra de Gádor"
    ».
     
  17. Moneda-hispánica
  18. Lillo Carpio, Pedro (1989). «La Colonia Vrbs Iulia Nova Carthago». La Región de Murcia y su Historia. Ediciones Mediterráneo S.A. p. 118. ISBN 84-85-856-61-9. «
    "Con la pax romana las explotaciones mineras entran en un lento declinar. La mano de obra ya no es tan fácilmente localizable por la ausencia de guerras (...) En el siglo I a.C. los arrendamientos a particulares son frecuentes, posiblemente porque no dan al erario público el rendimiento suficiente y una acelerada manumisión hace descender alarmantemente la mano de obra disponible. (...) A principios del siglo III d.C. las minas de Carthago Nova y sus instalaciones metalúrgicas son vestigios de un fulgurante pasado."
    ».
     
  19. Martín Camino, MIguel (1996). «"Del final de la edad del bronce al mundo bizantino"». Manual de Historia de Cartagena. Compobell S.L. ISBN 84-87529-36-4. «
    "A partir de la documentación arqueológica conocida puede deducirse actualmente que desde el siglo II d.C. se fue produciendo un progresivo deterioro del urbanismo de Carthago Nova. (...) Una de las causas de esta situación puede achacarse inicialmente a la decadencia de la clase curial que, al límite de sus posibilidades financieras, había invertido, voluntariamente, gran parte de sus riquezas en el desarrollo y embellecimiento de las ciudades. Ello vinculado a la crisis de sus principales fuentes de enriquecimiento, sobre todo de la minería que ya no alcanzaba la rentabilidad de siglos pasados."
    ».
     
  20. a b Estevan Senís, MªTeresa (1967). «Explotación minera de la Sierra de Cartagena (1840-1919)». Saitabi: revista de la Facultat de Geografia i Història (Universitat de València) (17). 0210-9980. 
  21. a b c «Boletin Oficial de la C.A.R.M.». Consultado el 24 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
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    "El "boom" minero de mediados de siglo puso fin a uno de los móviles de este trasvase (se refiere a la despoblación del municipio de Cartagena). El área se trocó en núcleo de atracción laboral, convergiendo sobre ella un poderoso caudal que, al coincidir con el agotamiento de los mejores yacimientos de Gádor y Almagrera, llegará principalmente por los caminos de Almería. Verdaderas riadas de mineros y jornaleros procedentes de los términos de Berja, Adra, Dalías, Vera y Cuevas de Vera, se trasladarán a la cuenca, quedando la población originaria en proporción de 8 a 1. También la Región aportó contingentes de consideración, Lorca principalmente".
    ».
     
  24. Pérez Rojas, Fco.Javier (1986). Cartagena 1874-1936: Transformación urbana y arquitectura. Editora Regional de Murcia. ISBN 84-7564-038-9. 
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    La Bahía de Portmán y sus alrededores anegados con más de 33 MILLONES de metros cúbicos ( más de 60 millones de toneladas) es el mayor desastre medioambiental de España y el Mediterráneo, superando con creces los 5 millones de capacidad de la presa de Aznalcóllar y las 77.000 toneladas de petróleo transportadas por el Prestige.
    ».
     

    }}

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    Peñarroya ha extraído cientos de toneladas de plata, piritas y plomo y creó, a su amparo, miles de puestos de trabajo. Uno de los motores del desarrollo industrial de Cartagena deja tras de sí un grave problema ecológico, con 50 kilómetros cuadrados de sierra triturada y una bahía -la de Portman- que se convirtió en el mayor foco de contaminación del Mediterráneo.
    ».
     
  32. «La Unión. Patrimonio histórico. Región de Murcia Digital.». Consultado el 25 agosto|fechaacceso= y |Añoacceso= redundantes (ayuda). 
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