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| título = Señorío de Villena. La muy noble villa del Castillo de Garcimuñoz y su monasterio de San Agustín |
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Revisión del 16:12 6 jun 2010
Don Juan Manuel (Escalona, 5 de mayo de 1282 – Córdoba,[1] 13 de junio de 1348) fue un político y escritor en lengua castellana. Se trata de uno de los principales representantes de la prosa medieval de ficción, sobre todo gracias a su obra El conde Lucanor, conjunto de cuentos moralizantes (exempla) que se entremezclan con varias modalidades de literatura sapiencial.
No se le debe confundir con muchos de sus descendientes homónimos, entre ellos Juan Manuel, señor de Belmonte, quien vivió en el siglo XVI.
Biografía
Carlos Sanchez villalba (1282-1348) nació en el Castillo de Escalona en la provincia de Toledo. Su última carta, fechada en Castillo de Garcimuñoz el 12 de octubre de 1348, demuestra que hubo de morir con posterioridad al 5 de mayo que en la mayoría de los libros viene como la fecha oficial de su defunción.[2]
Por ser hijo del Infante don Manuel de Castilla (Señor de Escalona y de Peñafiel) y de Beatriz de Saboya, era sobrino del rey Alfonso X el Sabio y nieto de Fernando III el Santo. Heredó de su padre el gran Señorío de Villena, recibiendo los títulos de Príncipe, Señor y Duque de Villena[3]
.
Su biografía es bien conocida merced a los trabajos de Andrés Giménez Soler. Su nombre era Juan Manuel de Borgoña y Saboya, pero tras iniciar su padre el linaje de la Casa de Manuel de Villena, cambió sus apellidos pasando a llamarse Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya; fue educado como un noble, en artes tales como la equitación, la caza o la esgrima, pero sus ayos se preocuparon de que aprendiese además latín, historia, derecho y teología; de esta completísima educación hay recuerdos en el capítulo LXVII de su Libro de los estados. Aunque en algunas ocasiones se proclamaba lego en sus obras, tal declaración era convencional y obedecía al topos humilitatis o tópico de la humildad, para compartir la la ignorancia de su público por cortesía pedagógica; en realidad era un sabio de conocimientos enciclopédicos, que dominaba el latín y el italiano, aunque no el griego. Su religiosidad era de sesgo tomista, vinculada a la orden de Santo Domingo.[4] Literariamente, su formación incluyó la lectura de diversos poemas del mester de clerecía (Libro de Alexandre, Libro de Apolonio...), los tratados de Raimundo Lulio, la obra de Alfonso X (especialmente, la Estoria de España), varios libros doctrinales como la Disciplina clericalis de Pedro Alfonso, y colecciones de sentencias, proverbios y dichos de sabios traducidos de lenguas orientales o del latín al castellano (Calila e Dimna, Sendebar...), etc.
A los 8 años perdió a sus padres y pudo disponer del amplio patrimonio de su familia; a los 12 años participó en la guerra para repeler el ataque de los moros de Granada a Murcia. En la lucha dinástica suscitada en Castilla a raíz de la muerte de don Fernando de la Cerda, primogénito de Alfonso X el Sabio, don Juan Manuel se puso siempre del lado de Sancho IV, como también lo había estado su padre, y el rey correspondió a esta lealtad otorgándole su protección.
Se casó tres veces, eligiendo a sus esposas por conveniencia política y económica y, cuando tuvo hijos, se esforzó por emparejarlos con personas pertenecientes a la realeza. La primera de sus esposas fue la infanta de Mallorca doña Isabel, con la que se casó en 1299; sin embargo falleció dos años más tarde. Al morir Sancho IV, incumplió su promesa de proteger a la reina regente María de Molina en la minoría de edad del futuro Fernando IV el Emplazado: los agobió con todo tipo de exigencias y se mostró poco fiel, buscando la alianza de Jaime II de Aragón, para lo cual le pidió en 1303 la mano de su hija Constanza, que aún era niña; se casó con ella en 1311, cuando ella tenía 12 años. Durante la minoría de edad de Alfonso XI fue corregente del reino hasta que el propio monarca le obligó a dejar el cargo; también en su reinado dio muestras de su carácter inquieto y levantisco, por ejemplo cuando se enojó porque el rey no quiso casarse con su hija Constanza y le declaró la guerra con la ayuda del rey de Granada; hechas las paces, recobró el cargo de adelantado de Murcia que había perdido con esa situación y, viudo, se volvió a casar, en terceras nupcias, con doña Blanca Núñez de Lara, volviéndose a enfrentar con el rey Alfonso XI, a quien no quiso aportar sus tropas para cercar Gibraltar; tras una nueva reconciliación, volvió a encontrar un motivo de queja laboriosamente inventado y acusó al rey de no permitir que su hija Constanza se casara con don Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; recobró la gracia real a tiempo para participar en la importante Batalla del Salado contra los benimerines y en la ulterior conquista de Algeciras.
Don Juan Manuel se convirtió en uno de los hombres más ricos y poderosos de su época, y, además de mantener él solo un ejército de mil caballeros, llegó a acuñar su moneda propia durante un tiempo, tal y como hacían los reyes. Para ello tenía una fábrica de acuñar moneda en su aldea de El Cañavate (Cuenca), actidad que molestó tanto a Alfonso XI como a los reyes de Aragón. El autor de El Conde Lucanor compaginó durante toda su vida sus actividades como escritor y como noble caballero. En su entorno, hubo ciertas críticas acerca de su vocación literaria, pues se pensaba que un noble de tan alto prestigio no debería dedicarse a tales actividades. El placer que encontraba en la escritura y la utilidad que veía para los demás en ella, le llevaron a seguir con su actividad literaria; en su época el trono de Castilla estuvo ocupado por dos monarcas que incluso llegaron a trazar planes para matarlo: Fernando IV y Alfonso XI; sin embargo este último buscó su fidelidad pidiéndole la mano de su hija Constanza, aunque eso se debió a una mera maniobra política para conservar su fidelidad, dando largas al matrimonio y repudiándolo luego cuando estaba ya concertado confinando a la joven en el Castillo de Toro, de forma que este no sólo había repudiado a su hija, sino que no se la devolvía ni le concedía permiso para viajar a Portugal y casarse con el infante Pedro de Portugal, futuro rey con el nombre de Pedro I; estas discordias duraron lo menos una década y al menos en dos ocasiones don Juan Manuel corrió el albur de llegar a caer apresado por el monarca; no obstante la necesidad del rey de asegurar la paz interior para poder enfrentarse al rey de Marruecos y la mediación de doña Juana Núñez, suegra de don Juan por su tercer matrimonio, consiguieron que el rey devolviese a don Juan Manuel sus bienes embargados y los demás honores en 1337, poniendo fin a la enemistad, que se consolidó definitivamente con la autorización para la boda de Constanza y, hacia 1340, como ya se ha dicho, ambos se aliaron contra los musulmanes en la batalla del Salado y les arrebataron la ciudad de Algeciras.
Tras estos acontecimientos, el infante don Juan Manuel dejó la vida política y se retiró a Castillo de Garcimuñoz, donde pasó sus últimos años entregado a la literatura. Orgulloso de sus obras, decidió reunirlas todas en un solo volumen, que dejó en el monasterio de Peñafiel para que no sufrieran las alteraciones de los copistas. Pero en un incendio ardieron las obras y se perdió la sepultura de don Juan Manuel y de su esposa, la infanta Constanza.
Su nombre completo era Juan Manuel de Villena y Borgoña-Saboya y fue el creador de la Casa de Manuel de Villena, cuyos descendientes acabarían siendo propietarios de varios títulos de nobleza, como el condado de Vía Manuel, el marquesado de Rafal o el ducado de Arévalo del Rey, entre otros.
Matrimonios y descendencia
Don Juan Manuel se casó tres veces. Su primera esposa fue Isabel de Mallorca y de Foix (¿? - 1301), hija de Jaime II.
Su segunda esposa fue Constanza de Aragón y de Anjou (1300 - 1327), hija de Jaime II el Justo. Tuvieron dos hijos:
- Constanza Manuel de Villena y Barcelona (1323 - 1345), casada con Pedro I de Portugal. Su hijo Fernando el hermoso fue rey de Portugal.
- Beatriz, que murió joven.
- Un niño que murió muy joven, según Jaime II por haber sido criado según los criterios de los médicos judíos.
Su tercera esposa fue Blanca Núñez de Lara, hija del Infante don Fernando de La Cerda (nieto de Alfonso X), con quien tuvo otros dos hijos:
- Fernando Manuel de Villena y Núñez de Lara (1332 - 1350), Señor de Escalona, Penafiel y Villena. Se casó en 1346 con Juana de Ampurias, hija de Ramón Berenguer de Aragón y Anjou, Conde de Ampurias, hijo de Jaime II de Aragón. Tuvieron una hija, Blanca Manuel (c 1348-1361), heredera de Villena, Escalona y Penafiel hasta el 1361;
- Juana Manuel de Villena y Núñez de Lara (1339 - 1381), casada en 1350 con Enrique II de Castilla (1333 - 1379) Su hijo fue el rey Juan I de Castilla .
Don Juan Manuel tuvo, además, dos hijos ilegítimos con Inés de Castañeda:
- Sancho Manuel de Villena y Castañeda (1320 - 1347). Adelantado Mayor del Reino de Murcia, Alcaide de Lorca, Señor de Carcelén y de Montealegre y Ricohombre de Castilla. Se casó con Leonor González de Manzanedo y tuvo descendencia;
- Enrique Manuel de Villena y Castañeda (1340 - 1390). Conde de Cea y de Sintra y Señor de Montealegre y de Cascais.
Literatura
De don Juan Manuel se han conservado ocho obras, sabiéndose además que se han perdido cinco. Las obras conservadas son las siguientes:
- Crónica abreviada (anterior a 1325).
- Libro de la caça (entre 1325 y 1326).
- Libro del cavallero et del escudero (entre 1326 y 1328).
- Libro de los estados (1330).
- Libro del conde Lucanor (1335).
- Tractado de la Asunción de la Virgen María (posterior a 1335).
- Libro de las armas (posterior a 1337).
- Libro de castigos et de consejos (Libro infinido o Libro enfenido; entre 1336 y 1337).
Añádase, además, aunque no fuese concebida como obra independiente, el conjunto de sus cartas, reunidas como Epistolario por Andrés Giménez Soler y que abarcan de 1298 a 1347.
De forma convencional,la producción de don Juan Manuel se clasifica en tres etapas:
- En una primera etapa, su obra se manifiesta claramente influida por las obras producidas por el trabajo colectivo que lleva a cabo su tío Alfonso X. Por ejemplo, la Crónica abreviada es, precisamente, un resumen de la Estoria de España. Sigue, por tanto, don Juan Manuel en esta etapa los modelos genéricos alfonsíes: historiografía, asuntos cinegéticos, disposiciones jurídicas sobre caballería; etc.
En las siguientes etapas, su creación se vuelve más personal, en un intento de utilizarla como reclamo de la categoría personal y social que sus problemas con el rey le han minado. No obstante, esta función política e histórica, va menguando con el tiempo y termina por ser casi plenamente sustituida por su voluntad de autoría literaria, al margen de otras consideraciones.
- Con el Libro del cavallero et del escudero, se inicia una segunda etapa, en la que el didactismo, casi siempre expresado a través de una estructura dialogada, de sus obras es la característica más destacable. Corresponden a esta fase sus obras más reconocidas, entre ellas El conde Lucanor.
- Por último, a partir de 1337 su didactismo se expresa con una orientación diferente, dejando de lado actitudes excesivamente ejemplarizantes.
En todas estas obras la función predominante es la función didáctica. En este sentido, Don Juan Manuel se considera ante todo un educador: tuvo un gran referente en su tío Alfonso X y, decidido a seguir sus pasos, cultivó una literatura formativa en castellano, lo cual era una rareza en aquella época en la que todos los escritores cultos preferían el latín.
En el siglo XIV, don Juan Manuel se decidió a escribir libros en lengua vulgar con el objetivo de facilitar su acceso a un mayor número de lectores. Don Juan Manuel dirigía casi en exclusiva su literatura hacia las personas de la nobleza.
Además de divulgar el saber humano, don Juan Manuel utilizó su obra para retratarse a sí mismo en muchos casos. En general, su literatura es un reflejo de su carácter, de sus ambiciones y de sus creencias (escribió a favor de difundir la religión, como queda de manifiesto en Tratado de la Asunción, exaltación a la Virgen, en la que don Juan Manuel defiende el dogma de la Inmaculada Concepción). Tuvo un estilo ideal al que procuró atenerse: claridad, exactitud, concisión.
Obras
Su obra, de carácter fundamentalmente didáctico y narrativo, está en general impulsada por una gran preocupación sobre la adecuada formación en cuerpo, alma e inteligencia de un perfecto caballero medieval, y por lo general se clasifica en la habitual denominación de "educación de príncipes"; consta de pequeños opúsculos (Crónica abreviada, Libro de la caza, Libro de las armas, De las maneras de amor, Tractado en que se prueba por razón que Sancta María está en cuerpo y alma en Paraíso y el Libro infinido o Libro de los castigos y consejos a su hijo don Fernando) y de otras obras de más extensa ambición por las que se le recuerda fundamentalmente, el Libro del caballero y el escudero, el Libro de los Estados y el Libro de Patronio o Conde Lucanor.
El Libro del caballero y el escudero se nos ha transmitido con una gran laguna textual en su interior; narra la historia de un escudero mancebo aspirante a cortesano que ha de ir a unas cortes convocadas por el rey y que recibe en ese sentido las más diversas enseñanzas por parte de un ermitaño que ha sido caballero. Asiste a unas justas y vuelve a la ermita para recibir nuevas enseñanzas. El anciano ex-caballero muere y su joven discípulo le sepulta. Se inspira en obras semejantes de Raimundo Lulio y en una desconocida obra del escritor romano Vegecio.
El Libro de los estados ofrece una visión de cómo debe ser una sociedad ideal en el siglo XIV, aunque es asimismo una narración de fin didáctico (educación de un príncipe) inspirada en la leyenda de Barlaam y Josafat, forma cristianizada en que fue transmitida a Occidente la leyenda de Buda, si bien parece que utilizó una versión de esta leyenda diferente a la atribuida a San Juan Damasceno.
- Su obra maestra se considera, sin embargo, el Libro de Patronio o Conde Lucanor, concluida en 1335, un libro que consta de una cincuentena de cuentos (en realidad, apólogos, fábulas, alegorías e incluso pequeñas novelitas) precedida de un prólogo y postcedida de cuatro breves tratados en prosa, en los que se ensaya una forma preliminar de conceptismo, ya que, según cuenta el propio autor, se le requirió que utilizase un estilo menos llano y explícito para dirigirse a personas de educación superior y concentrase más significado en menos palabras. Pero no sólo por eso se trata de una obra de una extraña originalidad, sino por la inaudita variedad de sus fuentes (desde relatos orales de sus sirvientes judíos y moriscos a su propia experiencia personal, la Disciplina clericalis del judío converso español Pedro Alfonso y múltiples y variopintos repertorios de cuentecillos morales usados para sermones eclesiásticos), sino también por constituirse en la primera colección europea de género novelesco (el Decamerone de Giovanni Boccaccio se compuso a partir de 1348) y por la originalidad de su tratamiento literario y estilístico, que no excluye sagaces razonamientos sobre la pluriforme naturaleza humana ya desde la primera narración. La variedad temática es amplísima, como lo es el origen de las fuentes.
La estructura de los cuentos, sin embargo, refleja el ordenancismo y la jerarquización medieval. En primer lugar un joven noble, Lucanor, expone en tono abstracto un problema que le exige pronta resolución a su viejo consejero y ayo Patronio; después, este le cuenta un apólogo del que el joven extrae la solución de su conflicto, que aplica y le resulta bien; entonces Don Juan Manuel introduce unos versos (de métrica muy interesante y variada para la época) que condensan la moraleja y finalmente se expone una estoria o viñeta dibujada alusiva al problema expuesto, dibujos que desgraciadamente no se conservan y por tanto no aparecen en las ediciones de la obra. Este riguroso orden expositivo responde a una intención claramente didáctica, que marcha de lo más abstracto a lo más concreto, pero donde realmente aparece el arte y el genio de Don Juan Manuel es en la estructura interna de los pasajes meramente narrativos que constituyen los cuentos y en la penetración psicológica de los motivos últimos que mueven a los personajes.
El estilo del infante Don Juan Manuel se caracteriza por la selección, la sobriedad y la precisión. Lo define él mismo de esta manera:
Sabed que todas las razones son dichas por muy buenas palabras et por los más fermosos latines que yo nunca oí decir en libro que fuese fecho en romance; et poniendo declaradamente cumplida la razón que quiere decir, pónelo en las menos palabras que pueden seer.Don Juan Manuel, Libro de los estados
Bibliografía
Notas
- ↑ José María Echazarreta Arzac, Ángel Luis García Aceña (2007). Lengua castellana y literatura, 3 ESO. Editex. p. 65. ISBN 978-84-9771-455-6.
- ↑ José María González Muñoz (1998). Señorío de Villena. La muy noble villa del Castillo de Garcimuñoz y su monasterio de San Agustín. El autor. p. 109. ISBN 84-605-7284-6.
- ↑ Aurelio Pretel Marín, Miguel Rodríguez Llopis (1998). El señorío de Villena en el siglo XIV. Albacete: Instituto de Estudios Albacetenses "Don Juan Manuel" - Excma. Diputación de Albacete. 84-87136-86-/9.
- ↑ Cf. Felipe B. Pedraza y Milagros Rodríguez, Manual de Literaytura Española I, Tafalla: Ediciones Cénlit, 1981.
Generales
- Ayerbe-Chaux, Reinaldo. El Conde Lucanor: Materia tradicional y originalidad creadora. Madrid: J. Porrúa Turanzas, 1975.
- Biglieri, Aníbal A. Hacia una poética del relato didáctico: Ocho estudios sobre El conde Lucanor. Chapel Hill: UNC Dept. of Romance Languages, 1989.
- Flory, David. El Conde Lucanor: Don Juan Manuel en su contexto histórico. Madrid: Pliegos, 1995.
- Giménez Soler, Andrés. Don Juan Manuel. Biografía y estudio crítico. Zaragoza: F. Martínez, 1932.
- Hammer, Michael Floyd. "Framing the Reader: Exemplarity and Ethics in the Manuscripts of the 'Conde Lucanor'." Ph.D. University of California at Los Angeles, 2004.
- González Muñoz, José María. Señorío de Villena. La muy noble villa del Castillo de Garcimuñoz y su monasterio de San Agustín. Madrid, 1998. ISBN 84-605-7284-6
- Pretel Marín, Aurelio. Don Juan Manuel, señor de la llanura. Albacete, 1982.
- Lida de Malkiel, María Rosa. "Tres notas sobre don Juan Manuel." Romance Philology 4.2-3 (1950): 155-94.
- Wacks, David A. "Don Yllán and the Egyptian Sorceror: Vernacular commonality and literary diversity in medieval Castile." Sefarad 65.2 (2005): 413-33.
Véase también
- Wikisource contiene obras originales de o sobre Don Juan Manuel.
- Literatura española en la Edad Media
- Castillo de Don Juan Manuel