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Revisión del 02:16 23 may 2014

Batalla de Nájera
Guerra de los Cien Años - Guerra Civil de Castilla
Parte de guerra de los Cien Años
Fecha 3 de abril de 1367
Lugar Nájera, La Rioja (EspañaBandera de España España)
Coordenadas 42°25′39″N 2°42′00″O / 42.4275, -2.7
Resultado Victoria pedrista
Beligerantes
Pedristas:
Ducado de Gascuña
Reino de Inglaterra
Reino de Mallorca
Condado de Foix
Ducado de Bretaña
Condado de Poitou
Reino de Navarra
Enriquistas:
Francia
Corona de Aragón
Comandantes
Pedro I de Castilla
Príncipe Negro
Febus
Juan de Gante
John Chandos
Conde de Armañac
Enrique de Trastámara
Bertrand du Guesclin
Alfonso de Aragón
Don Tello de Castilla
Fuerzas en combate
Según Ayala, el cronista que participó el la batalla, unos 10000.[1]​ La mayoría de historiadores coinciden en que el ejército constaba de entre 4000 y 10000 efectivos. Según Ayala 4500[1]
Bajas
Desconocidas.
Según el anglófilo Froissart y algunos historiadores británicos dos gascones, un inglés y un alemán muertos.[2][3]
Según Froissart y algunos historiadores británicos 560 hombres de armas y otros 7000 u 8000 hombres muertos aproximadamente. Se habían "matado, apresado, perseguido o se habían ahogado más de cien mil hombres".[2][3]

La batalla de Nájera, algunas veces llamada batalla de Navarrete, fue librada un sábado 3 de abril de 1367 en las proximidades de Nájera, en una línea paralela al camino que iba al norte desde Alesón a Huércanos y Uruñuela. Actual comunidad autónoma de La Rioja.

Fue un episodio de la Primera Guerra Civil Castellana que enfrentaba al rey Pedro I de Castilla con su hermanastro, Enrique de Trastámara, que pretendía el trono. El poderío naval de Castilla, muy superior al de Francia y al de Inglaterra, hizo que estas naciones, enfrentadas por entonces en el conflicto conocido como Guerra de los Cien Años, decidieran entrar en la guerra, cada una por una parte, para poder disponer de la Armada Castellana, en apoyo a su bando. Los oponentes fueron el ejército del rey Pedro, ayudado por fuerzas inglesas, mandadas por el Príncipe Negro y las tropas castellanas del aspirante al trono Enrique de Trastámara —luego Enrique II— ayudadas por contingentes franceses bajo las órdenes del condestable Bertrand du Guesclin. Nájera se saldó con una completa y catastrófica derrota del bando del pretendiente Enrique.

Antecedentes

Pedro debió huir a Burdeos, donde se alió con el líder de las fuerzas inglesas —el renombrado Eduardo, Príncipe de Gales, conocido como el Príncipe Negro—, quien le garantizó su apoyo militar a cambio de que Castilla, una vez restaurado Pedro en el trono, combatiera junto a Inglaterra contra los franceses.

Con este fin, Eduardo comenzó a reclutar tropas para enfrentarse con Enrique: aparte de sus propios combatientes ingleses, reunió soldados de Gascuña y Aquitania. El hermano del príncipe, Juan de Gante, llegó de Londres con 400 caballeros y un gran número de arqueros armados con arcos largos. A estas fuerzas se sumaron grupos de soldados cedidos por el rey Jaime IV de Mallorca y numerosos mercenarios.

En febrero de 1367 Eduardo cruzó los Pirineos con su gran ejército —aproximadamente 24.000 hombres— y, habiendo sido informado de que el de Trastámara se encontraba en tierras riojanas, atravesó el Ebro por Logroño y pasó por la pequeña aldea de Navarrete siguiendo el camino que llevaba a Nájera.

Enrique ubicó a sus fuerzas dejando el río Najerilla a su espalda. A los ojos de los historiadores modernos, esta situación parece un grave error táctico, pero se presume que, con un gran estratega como Du Guesclin al lado del pretendiente, ha de haber existido un motivo para ello, aunque hoy se nos escape su significado. Algunos expertos exponen la hipótesis de que Enrique y Bertrand creyeron que su mejor posibilidad de victoria descansaba sobre la caballería (error incesantemente repetido por los comandantes franceses en la Guerra de los Cien Años), en lugar de confiar en el enorme número de tropas de leva. Por eso intentaron proteger su retaguardia con el río, tratando de aprovechar la ventaja que sus jinetes fuertemente armados podían obtener de la llana y uniforme planicie que se extendía frente a ellos. No podían pensar en la derrota, ya que sabían que sus fuerzas superaban en número al enemigo por al menos 30.000 hombres.

Fuerzas en combate

La versión comúnmente aceptada entre los historiadores más reputados es la versión de las crónicas de Pedro Lopez de Ayala en la que el ejército del Príncipe Negro estaría compuesto de unos 6000 a 10000 soldados y el de Enrique de Trastamara por unos 4500 efectivos.[1]

La principal fuente de información sobre esta batalla son las crónicas de Pedro López de Ayala que era el alférez del rey con Enrique Trastamara en esta batalla amén de otros títulos, que si bien no podemos usar como fuente completamente fidedigna, nos relata con cierta honestidad los hechos ocurridos. Por ejemplo no niega la gran cantidad de nobles y hombres de armas que fueron muertos o capturados en su bando dando además sus nombres con todo lujo de detalles.[1]

Otra fuente, utilizada a menudo como fuente única o principal por historiadores y novelistas británicos sin ningún escrúpulo, son las poco fiables crónicas de Jean Froissart, conocido por su indiscutible anglofilia y en segundo término francofilia, que gozan de cierta calidad como novela de caballerías pero cuyas cifras y hechos no deben ser tomados demasiado en serio.[2]

Según el anglófilo Froissart había 57000 hombres en el ejército castellano-francés[2]​ y algunos historiadores británicos lo llegan a cifrar en 86000 hombres.[3]​ Y según Froissart había 24000 hombres en el ejército anglo-castellano.[2]

Según Peter Edward Russell los efectivos del Príncipe Negro raramente sobrepasaban los 4000 efectivos. Kenneth Fowler en un reciente estudio también acepta la versión de Ayala como la más verosímil, así como Richard Barber.

Tampoco se puede dar crédito a que esta batalla sea prueba de la inmensa superioridad de las tropas inglesas a las castellanas como afirman algunos historiadores británicos cuando cinco años más tarde Castilla destruiría la flota inglesa en la batalla de La Rochelle (1972) acabando con su dominio marítimo, amén de saquear los principales puertos ingleses y llegar a amenazar Londres entre 1977 y 1980 sin sufrir una sola derrota castellana.

Orden de batalla y disposición táctica

Ambos bandos dispusieron sus efectivos en tres filas.

Ejército pedrista

Número de tropas, colocación, comandantes, nobles y hombres de armas del ejército del Rey Pedro I.
Ala izquierda Vanguardia Ala derecha
Según Ayala:
• 2000 mercenarios de infantería alemanes y flamencos.[1]
Según Ayala:
• 3000 mercenarios en compañías anglo-bretonas a pie y a caballo[1]
• 500 arqueros ingleses a pie y a caballo[1]
Según Ayala:
• 1000 caballeros gascones[1]
Gastón III conde de Foix y vizconde de Bearne o Febus[1][2]​(comandante)
Juan III de Grailly (capitán de Buch)
Señor de Pons
Señor de Pommiers
Foucaut de Archiac
Juan de Gante hermano del príncipe de Gales[1]​ (cambió de bando antes de la batalla, comandante)
John Chandos[1]​ (comandante)
Hugh de Calveley (cambió de bando antes de la batalla con 400 caballeros)
Aimery de Rochechouart[2]
Guillaume de Clayton
Hugh de Hastings[2]
Señor de Retz
Duque Stephen Cosington (mariscal de Aquitania)
John Devereux[2]
Enrique Huet
Eustace de Auberchicourt
John Creswell[2]
Duque Guichard de Angle (mariscal de Aquitania)[2]
Robert Cheyney
Garsis Castel (García Castel)
Señor de Neville[2]
Thomas Aberton
Olivier V de Clisson[1][2]
Gautier Huet
Gaillard Vighier de la Mote[2]
William Buttler
Robert Birkhead
Richard Taunton
William de Beauchamp (hijo del conde de Warwick)
Thomas Daldonne
Raúl Camois[1][2]
Robert Briquet
Thomas Balastre[2]
Conde de Armañac[1]​ (comandante)
Señor de Albret (Landas)[1]
Señor de Parthenay[1]
Señor de Mucident[1]
Señor de Rosen[1]
Cuerpo principal
Según Ayala:
• 3000 tropas selectas de ingleses, gascones y otros cuerpos
• 800 caballeros castellanos
• 300 lanzas de Navarra
• Tropas de Mallorca, tropas de granada, desertores de Enrique y otros partidarios españoles de Pedro I.[1]
Eduardo, príncipe de Gales o Príncipe Negro[1][2]​ (comandante)
Pedro I Rey de Castilla, Pedro el Justo o Pedro el Cruel[1][2]
Jaime IV de Mallorca[1][2]
Perducas de Albret (Landas)[2]
Bourg Camus
Thomas Holland hijo del conde de Kent
Richard Punchardoun
Thomas Despenser
Neil Loring
Hugh Courtenay conde de Devon[2]
Philip Courtenay (hijo de Hugh)[2]
Naudon de Bageran
Martín Enríquez de la Carra[1][2]
Lamit
Conde de Rembrook
Bourg Bretenil
Jean Trivet[2]
senescal de Saintonge[2]
señor Badouin de Fraiville[2]
Senescal de Burdeos[2]
senescal de La Rochelle[2]
senescal de Aginois[2]
senescal de Poitou[2]
senescal de Angouléme[2]
senescal de Roerge[2]
senescal de Limousin[2]
senescal de Bigorre[2]
Louis de Melval[2]
Raymond de Mareuil[2]
† Muerto en combate
‡ Capturado

La vanguardia anglo-castellana estaba comandada por Juan de Gante y compuesta por 3.000 infantes y 500 de los temibles arqueros (longbowmen) ingleses.

El centro inglés se configuraba con 2.000 infantes y otros 2.000 arqueros en medio, bajo las órdenes del Príncipe Negro y Pedro I de Castilla. Los flancos estaban cubiertos por dos fuerzas similares al mando de Captal de Buch y sir Tomás Percy.

La tercera línea o retaguardia contaba con 3.000 infantes y 3.000 longbowmen más, dirigidos por el rey balear y el conde de Armañac. En las tres líneas del ejército inglés, los infantes a pie iban en el centro y los arqueros en ambos flancos.

Ejército enriquista

Número de tropas, colocación, comandantes, nobles y hombres de armas del ejército de Enrique de Trastamara.
Vanguardia
Según Ayala:
• 1000 hombres de infantería, compuesta por las grandes compañías o compañías blancas de mercenarios (formadas mercenarios bretones, gascones, franceses, ingleses y navarros, principalmente), caballeros de la Orden de la Banda, honderos y milicias. Todos a pie.[1]
Según Froissart:
• Este grupo no existiría y estaría disuelto entre el ala izquierda, el cuerpo principal y el ala derecha.[2]
Beltrán du Guesclin o el Mastín Negro[1][2]​ (mariscal de Normandía y comandante)
Arnoul de Audrehem[1][2]​ (mariscal)
Don Sancho conde de Alburquerque[1]​‡ (hermano de Enrique II)
Pedro Fernández de Velasco y Castañeda[1]​‡
Pedro Ruiz de Sarmiento[1]
Juan Rodriguez de Sarmiento† (hijo de Pedro Ruiz)
Sancho Fernandez de Tovar[1]
Garci Lasso Ruiz de la Vega[1]​†
García Álvarez de Toledo‡[1]​ (maestre)
Juan Fernández de Avellaneda[1]
Juan de Mendoza† [1]
Ferrand Sánchez Angulo†[1]
Senescal de Carcassone Pedro el Vesque de Vilaines‡ (Bégue de Villaines)[2]
Pedro Manrique[1]
Gómez González de Castañeda‡ [1]
Ruy Díaz de Rojas
Sancho Sánchez de Rojas† (Hermano de Ruy Díaz)[1]
Ruy González de Cisneros[1]
Suero Pérez de Quiñones†[1]
Juan Ramírez de Arellano‡[1]
Pedro López de Ayala‡ (alférez del rey y principal cronista)[1]
Melen Suárez‡[1]​ (el Clavero de Alcántara)
Gonzalo Bernal de Quirós[1]
Garci González de Herrera‡ [1]
Pedro González de Carrillo‡ [1]
Pedro de Boil‡ [1][4]
Ala izquierda Cuerpo principal Ala derecha
Según Ayala:
• 1000 jinetes de caballería ligera castellana.[1]
Según Froissart:
• 6000 contando con los jinetes y caballeros.[2]
Según Ayala:
• 1500 soldados y milicias castellanas.[1]
Según Froissart:
• 7000 caballeros y 40000 de infantería contando con los ballesteros.[2]
Según Ayala:
• 1000 caballeros aragoneses.[1]
Según Froissart:
• 4000 caballeros y escuderos muy armados que incluirían todos los franceses y aragoneses (todos los extranjeros).[2]
Don Tello conde de Vizcaya.[1]​ (hermano de Enrique II) (comandante)
Don Gómez Pérez de Porres[1]​ (caballeros de San Juan)
Enrique II de Trastamara[1]​ (comandante)
Don Alfonso conde de Noreña[1]​‡ (hijo de Enrique II)
Pedro Enríquez de Castilla[1]​ (sobrino de Enrique II)
Íñigo López de Orozco[1]
Pedro González de Agüero[1]
Alvar García de Albornoz[1]
Alfonso Pérez de Guzmán[1]
Pedro Tenorio[1]
Pedro Tenorio[1]
Juan García Palomeque obispo de Badajóz‡ [1]
Juan Hurtado de Mendoza[1]​‡
Pedro González de Mendoza[1]​‡
Fernando Pérez de Ayala
Ambrosio Bocanegra[1]
Juan Alfonso de Haro[1]
Ferrand Pérez de Avala[1]
Gonzalo Gómez de Cisneros[1]
Felipe de Castro†[1]
Men Rodríquez de Biedma‡[1]
Don Beltrán de Guevara‡[1]
Juan González de Aillon‡ [1]
Juan González de Avellaneda‡ [1]
Alfonso de Aragón, conde de Denia, conde de Ribagorza y marqués de Villena‡ [1][2]​ (comandante)
Don Pedro Muñiz de Godoy[1]​ (maestre de Calatrava)
Vizconde Felipe Dalmau de Rocabertí[2]
Don Ferrand Ozores[1]
Don Pedro Ruiz de Sandoval[1]
† Muerto en combate
‡ Capturado

La vanguardia del pretendiente se componía de 1.500 hombres de armas escogidos y 500 ballesteros, mandados por Du Guesclin.

El centro constaba de lo mejor de la caballería pesada, con 1.500 jinetes como grueso del cuerpo y grandes unidades de caballería ligera castellana en ambos flancos. La caballería ligera era de vieja tradición en los sistemas militares castellanos, y estaba concebida para las frecuentes escaramuzas con los árabes, a pesar de que la idea había sido abandonada por los demás ejércitos europeos de esa época. La parte central de la línea de jinetes estaba bajo el mando de Enrique.

La retaguardia incluía más de 20.000 infantes castellanos de diversos niveles de moral y entrenamiento: había competentes y bien armados soldados profesionales, pero también buena cantidad de reclutas traídos a la fuerza que no tenían la menor intención de luchar.

La batalla

Batalla de Nájera

Cuando el Príncipe Negro estuvo satisfecho con el dispositivo que había ordenado formar, mandó a todos los soldados que se apearan y enviaran las monturas a retaguardia para proteger a los animales.

Viendo esto, Bertrand dirigió a su vanguardia contra la parte central de la inglesa, pero, como era habitual en el conflicto anglo-francés, los arqueros ingleses dispersaron y masacraron a los ballesteros castellanos, de mucho menor velocidad de disparo. El combate se convirtió entonces en un cuerpo a cuerpo, lo cual impidió a los precisos arqueros utilizar las armas por miedo a herir a sus compañeros con fuego amigo.

Las fuerzas de Eduardo y Bertrand quedaron trabadas sin posibilidad de moverse, y así permanecieron durante el resto del combate, luchando mano a mano en varios grupos densamente unidos.

Cuando los flancos ingleses atacaron, la caballería ligera castellana se lanzó contra ellos. La idea era erosionar ambos lados y hacerlos retroceder para formar una «bolsa» donde encerrar a la parte central, para destruirla luego con comodidad mediante la caballería pesada.

Fue un grave error: si bien la táctica explicada había dado resultados muchas veces, siempre se había utilizado contra infantes armados de lanzas o ballesteros de lentísima recarga. Contra los letales arqueros ingleses se reveló desastrosa. A medida que los castellanos se movían a lo largo del frente, echando atrás sus jabalinas y rehuyendo el combate singular, los arqueros de los flancos se cebaron en ellos ejecutando una gran carnicería. Al intentar retroceder para reorganizarse, los jinetes quedaron a la distancia que a los longbowmen les resultaba más cómoda, y las bajas fueron aún peores.

Ante este desastre, la caballería pesada intentó atacar a los arqueros. Jamás consiguió llegar hasta ellos. Una nube de flechas terminó con animales y jinetes apenas comenzada su carga. Los pocos caballeros supervivientes huyeron del campo de batalla y el capitán Gómez Carrillo fue capturado.

Percy y De Buch decidieron capitalizar rápidamente la ventaja obtenida: reorganizaron sus fuerzas en un solo frente estrechamente unido y lo dirigieron hacia Du Guesclin, cuyas tropas estaban aún trabadas en combate con las de Eduardo. Avanzando hacia el frente, sorprendieron a los franceses por retaguardia mientras los arqueros lo hacían por la vanguardia. Otra parte de los arqueros, dando la espalda al combate, dirigieron sus armas hacia afuera para neutralizar un posible contraataque de la caballería ligera castellana.

No debieron esperar mucho. Enrique de Trastámara comprendió que la línea de Percy y De Buch debía ser rota inmediatamente o la derrota era segura. Tres veces los jinetes cargaron contra el enemigo, y tres veces las flechas de los longbows los rechazaron con horribles pérdidas.

Eduardo, avisado de la destrucción de la caballería enemiga, desplazó su división central hacia adelante para presionar aún más sobre Du Guesclin, a lo que la desesperación de Trastámara respondió enviando al lugar a sus masas de infantes. Una vez más, los arqueros ingleses se encargaron de evitar que llegaran adonde se los enviaba. Sin asustarse por la enorme disparidad numérica, los ingleses esperaron con increíble tranquilidad a que los infantes se pusiesen al alcance de las flechas y los rociaron con decenas de salvas mortíferas. Como resultado, los supervivientes se dispersaron y huyeron. Enrique, dándose cuenta de que todo había terminado, los acompañó en la desordenada fuga.

La caballería castellana pudo escapar por retaguardia, pero la infantería tenía un problema más grave: atrapada entre los ingleses y el Najerilla, solo podían salvarse atravesando un angostísimo puente sobre el río. Para evitarlo, la retaguardia inglesa —intacta, pues aún no había entrado en combate— rodeó al grupo de Percy y atacó a los infantes enemigos. La mayoría de ellos murieron ahogados al arrojarse de las orillas, del puente o de una presa que embalsaba el río.

Du Guesclin solo rindió sus armas cuando comprendió que el ejército castellano ya no existía. De los 2.000 hombres bajo su mando directo, 500 habían muerto y los 1.500 restantes se hallaban heridos. Du Guesclin fue capturado y liberado luego tras el pago de un cuantioso rescate.

Conforme a la descripción que de la batalla hace Pero López de Ayala, cronista del reinado de Pedro y del de Enrique y participante en la batalla portando el pendón de la orden de la Banda, Tello, hermano germano de Enrique, que se encontraba en el ala izquierda, no esperó el ataque del ala derecha de Eduardo, al mando del conde de Armañaq sino que rompieron a huir lo que permitió a esa ala envolver el centro atacándolo por la espalda «e eso mesmo fizo la otra ala de la mano siniestra de la avanguarda del príncipe después que non fallaron gentes de los de caballo que avían de pelear con ellos, e firieron en los que estaban de pie en la avanguarda del rey don Enrique [...] e ellos estaban de toda parte cercados de enemigos».

Consecuencias

La mayor parte de los jefes de Enrique fueron capturados por los anglo-gascones en Nájera. Aunque se suponía que Enrique había muerto, en realidad el medio hermano del rey había conseguido atravesar de nuevo el macizo pirenaico y llegar a Francia.

Como consecuencia de Nájera, Pedro I consiguió recuperar el trono de Castilla, y a continuación sometió el país a un enorme baño de sangre, con el cual se vengó de todos aquellos que habían apoyado a su hermano. Asimismo, se vio enfrentado a Eduardo de Lancaster, quien deseaba cobrarle una gran suma por la ayuda militar que le había prestado. Al no recibir el dinero que se le adeudaba, el inglés comenzó a negociar secretamente el reparto del territorio castellano entre Inglaterra, Aragón, Navarra y Portugal, retornando luego a sus ocupaciones en Aquitania.

Mientras todo esto sucedía, Enrique de Trastámara consiguió reunir por segunda vez un numeroso ejército francés y nuevamente cruzó las montañas para invadir Castilla. Esta segunda invasión culminaría en la Batalla de Montiel dos años más tarde, donde Pedro sería derrotado y luego asesinado por el propio Enrique.

Luego de la muerte de Pedro el Cruel, Enrique fue coronado bajo el nombre de Enrique II de Castilla y debió guerrear una vez más contra los ingleses, en esta oportunidad para recuperar los territorios ocupados como fianza por la ayuda prestada a Pedro: el golfo de Vizcaya.

El drama castellano en la Guerra de los Cien Años no culminaría aquí: aún los descendientes de Enrique tuvieron que enfrentarse de nuevo a los ingleses en varias batallas, como la de La Rochelle, entre 1372 y 1419.

Enlaces externos

  • Vallenajerilla.com — Texto muy completo que describe a los participantes en la batalla y qué ocurrió antes, durante y después de ésta.

Véase también

Referencias

  1. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah ai aj ak al am an ao ap aq ar as at au av aw ax ay az ba bb bc bd be bf bg bh bi bj bk bl bm bn bo bp bq br bs bt bu bv López, Pedro; Ayala. Crónica del Rey Don Pedro I. 
  2. a b c d e f g h i j k l m n ñ o p q r s t u v w x y z aa ab ac ad ae af ag ah ai aj ak al am an ao ap aq Froissart, Jean (1808). Chronicles of England, France and Spain and the Surrounding Countries (en inglés). Translated from the French by Thomas Johnes. Londres. Consultado el 20 de mayo de 2014. 
  3. a b c Grant, James. «XI. Black Prince in Spain, The—Najera, 1367.». British battles on land and sea I. p. 64. Consultado el 5 de 2014. 
  4. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas Du Guesclin