Ejército de Voluntarios

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«¿Por qué no estás en el ejército?». Cartel de reclutamiento del Ejército de Voluntarios durante la Guerra Civil Rusa.

El Ejército de Voluntarios (ruso: Добровольческая армия) fue uno de los primeros ejércitos del Movimiento Blanco creado durante la Guerra Civil Rusa,[1]​ el principal de ellos, el de mayor duración, el que gozó de una mejor dirección y de una administración más estable.[2]​ Tuvo como principal teatro de operaciones el sureste de Rusia de 1918 a 1920. Dirigido originalmente por el antiguo jefe del Estado Mayor ruso Lavr Kornílov hasta su muerte en combate en abril de 1918, quedó más tarde al mando del general Antón Denikin que dirigió la principales campañas hasta abril de 1920, cuando le sucedió el último de sus comandantes, el barón Piotr Wrangel hasta su desaparición en noviembre de 1920.[1]

El Ejército lo fundaron Mijaíl Alekséyev y Lavr Kornílov, antiguos jefes del Estado Mayor ruso, entre noviembre y diciembre de 1917, con la ayuda del general y atamán de los cosacos del Don, Alekséi Kaledin para oponerse al Gobierno bolchevique surgido de la Revolución de Octubre. Las primeras semanas, el crecimiento de la formación fue lento y, a pesar de combatir a los bolcheviques en el Don junto a los cosacos, no pudo evitar la caída de la región en manos de estos a comienzos de 1918 y la retirada a la estepa de Kubán. Entre febrero y mayo de 1918, la formación realizó la durísima Primera campaña del Kubán en la que no logró su objetivo de capturar la capital de la región y perdió a Kornílov, pero que le permitió sobrevivir y reagruparse nuevamente al sur de Rostov al finalizarla en la primavera. En esta época la ocupación alemana de Ucrania la protegió de los ataques bolcheviques y los cosacos del Don la suministraron armas y dinero, a pesar de las tensas relaciones entre ambas fuerzas.

En la segunda campaña en el Kubán en el verano y el otoño de 1918 y protegida su retaguardia por las formaciones alemanas que ocupaban Ucrania y el ejército de los cosacos del Don, las fuerzas de Denikin se hicieron con el control de la región tras duros combates y aislaron a las fuerzas soviéticas del Cáucaso, que destruyeron a finales de año y comienzos de 1919.[3]​ La expansión por el Kubán y el Don convirtieron al Ejército en una fuerza mayoritariamente cosaca dirigida por un mando de antiguos oficiales zaristas con los que solo compartían objetivos parcialmente.[4]​ La derrota de los Imperios Centrales permitió además la llegada de ayuda Aliada, fundamental para el Ejército, que carecía de grandes regiones industriales para abastecerse.

Durante la primavera y el verano de 1919, el Ejército realizó apreciables conquistas, tanto en Ucrania, donde no sólo rechazó la ofensiva soviética sobre el Donbáss sino que alcanzó el Dniéper, como en el este y en el norte. El 3 de julio, tras la captura de la importante plaza fuerte de Tsaritsyn junto al Volga, Denikin decidió concentrar sus fuerzas en un rápido avance en pinza hacia Moscú.

A comienzos del otoño, las fuerzas de Denikin avanzaron velozmente hacia Moscú pero el contraataque soviético de octubre detuvo su avance y a comienzos de 1920 había logrado recuperar todo el territorio hasta el Don y forzar la desbandada de las fuerzas «blancas».[5]​ Los intentos de sostener el frente del Don y de mantener el control de Kubán resultaron infructuosos. En abril las bases del movimiento cayeron en manos de los soviéticos.[5]​ El movimiento sufría una serie de importantes carencias: sus tropas eran escasas, su organización, deficiente, y carecía del apoyo mayoritario de la población.[6]​ Sus relaciones con las demás fuerzas antibolcheviques de la región eran, además, malas debido fundamentalmente al nacionalismo ruso del Ejército, hostil al de aquellas.

Tras la desordenada evacuación del Kubán, Wrangel relevó a Denikin al frente del movimiento. Logró recomponer el ejército y, entre abril y octubre, llevar la iniciativa frente a los soviéticos con una serie de ofensivas de resultados diversos, en parte gracias a la concentración de las unidades soviéticas en la Guerra polaco-soviética. Sus intentos de reforma política, por el contrario, fueron vanos y, cuando Moscú consiguió concentrar fuerzas muy superiores al terminar el conflicto con Polonia en octubre, tuvo que evacuar definitivamente Crimea.

Formación del Ejército de Voluntarios

Alekséyev y la nueva organización antibolchevique

Primeros comandantes del Ejército de Voluntarios
Mijaíl Alekséyev, general, antiguo jefe del Estado Mayor ruso y comandante en jefe en 1917.
Lavr Kornílov, general y antiguo comandante en jefe del Ejército ruso en 1917.

El Ejército de Voluntarios surgió de manos de los generales Kornílov y Alekséiev,[7]​ antiguos jefes del Estado Mayor ruso,[1]​ en los meses de noviembre y diciembre de 1917 en la ciudad de Novocherkask[8][9]​ (en la Óblast de Rostov), como respuesta a la Revolución de Octubre que había aupado a los bolcheviques al poder.[10]​ Alekséyev era uno de los militares más respetados del país y Kornílov se había convertido en el ídolo de los más decididos antibolcheviques gracias a su fallido golpe de Estado del verano de 1917.[11]​ El Ejército lo formaron, en un primer momento, oficiales,[9]​ cadetes (alumnos de las escuelas de oficiales)[12][13]​ y, más tarde, cosacos, campesinos y simples soldados; todos[9]​ ellos voluntarios.[1]​ La mayoría de los oficiales, a diferencia de la población, eran monárquicos, aunque oficialmente el movimiento no defendía la restauración.[14]​ La formación, hostil no solo a los bolcheviques, sino también al resto de agrupaciones socialistas y a los partidarios del desaparecido Gobierno Provisional Ruso, nació como una fuerza antialemana que consideraba a los bolcheviques como meros agentes del imperio germano y defendía la continuación de la participación rusa en la guerra mundial.[9]

La organización original, formada antes de llegada en diciembre de los generales fugados de su encierro en el monasterio de Byjov tras el fracaso del golpe de Kornílov, recibió inicialmente el nombre de «Organización Alekséyev» debido a los desvelos de este, su fundador.[15]​ Alekséyev había llegado a la capital cosaca del Don el 17 de noviembre, después de abandonar clandestinamente Petrogrado dos días antes y haber dado orden a uno de sus edecanes de enviar oficiales a la ciudad con los que poder formar una nueva organización militar que pudiese enfrentarse a los bolcheviques.[16]​ Cientos de oficiales viajaron en compañía de una enfermera con papeles falsos a Novocherkask para unirse a Alekséyev en los dos últimos meses de 1917.[17]​ A diferencia de Kornílov, sin embargo, Alekséyev no consideraba el enfrentamiento puramente militar, sino que otorgaba importancia al aspecto político del conflicto y deseaba formar un Gobierno fuerte en el sur de Rusia para enfrentarse el de los bolcheviques.[17]

El primer escuadrón se formó el día de la llegada de Alekséyev a Novocherkask, el 17 de noviembre, que se tomó como fecha de fundación del Ejército.[18]​ Estos primeros cuarenta oficiales se instalaron en una hospital sin enfermos que les cedió Kaledin.[18]​ A finales de noviembre, los voluntarios, que se alistaban por cuatro meses y no recibían paga sino solo comida, habían alcanzado los trescientos, pero el crecimiento de la organización era lento.[18]​ Pronto Kaledin, apremiado por los cosacos que temían que el asilo de la organización de Alekséyev pudiese desencadenar una invasión bolchevique, solicitó a Alekséyev que trasladase a sus hombres a otro lugar, petición que este decidió ignorar mientras continuaba, con escaso éxito, tratando de recabar el apoyo de importantes generales y políticos (Shcherbachev, al mando del frente rumano, Ruzski, Radko-Dimitriev o Aleksandr Guchkov).[18]​ Los oficiales de Alekséyev comenzaron a desempeñar tareas de policía para Kaledin, que a cambio les armó y pagó.[19]​ La mayoría del escaso armamento, no obstante, no provino de los arsenales de Kaledin, custodiados por tropas hostiles a los Voluntarios, sino de desarmar a tropas desmovilizadas.[19]

Desavenencias entre Kornílov y Alekséyev

El recién llegado Lavr Kornílov despreciaba a Alexéiev por su papel en su fracasado golpe de Estado, mientras que Pavel Miliukov insistía en la preeminencia de los políticos sobre los militares.[20]​ Sólo tras una larga conferencia el 31 de diciembre, se llegó a un acuerdo para la distribución[7]​ de tareas y se formó un triunvirato militar,[8]​ con Kaledin a cargo de los asuntos cosacos, Kornílov al frente[7]​ oficialmente del Ejército y Alexéiev encargado de la administración[7]​ civil y las relaciones diplomáticas.[20][21]​ Una semana más tarde, Kornílov tomaba oficialmente el mando de las fuerzas reunidas hasta entonces, menos de 4000 hombres con escaso armamento,[22]​ que pasaron a llamarse «Ejército de Voluntarios» y abandonaron su nombre original de «Organización Alekséyev».[21]​ La división de tareas no resultó practicable y pronto Kornílov usurpó parte del poder que supuestamente correspondía a Alekséyev.[23]​ Los roces entre los dos generales y sus subordinados eran constantes.[23]​ La desconfianza de Kornilov hacia los políticos hizo además que el papel de los destacados dirigentes congregados en Novocherkask como asesores y representantes ante las potencias extranjeras fuese completamente secundario.[23]​ En enero de 1918, trasladó su cuartel general a Rostov, más cercano al frente, en parte por su deseo de alejarse de las figuras políticas reunidas en la capital cosaca.[23]

Primeros meses del Ejército

En sus inicios, el Ejército contaba con apenas 3000 soldados,[9]​ prácticamente todos antiguos oficiales.[1]​ A pesar de las esperanzas de Alexéiev, al principio el número de voluntarios alistados en la nueva fuerza fue escaso, así como su armamento y financiación.[24][9][17]​ Las contribuciones de los ricos de la región a Alekséyev fueron escasas y la falta de fondos entorpeció el crecimiento de la organización.[13]​ La gran mayoría de los oficiales rusos recibieron con pasividad las proclamas de la nueva formación y esperaron poder evitar tener que participar en una nueva guerra.[25]​ Como consecuencia, los voluntarios resultaron ser los jóvenes más extremistas, reaccionarios y monárquicos, enemigos de los bolcheviques y no una selección representativa de la oficialidad rusa.[25]​ La población del Don se mostró además hostil a su movimiento.[17]

A finales de noviembre, sin embargo, parecía que la región apoyaría los planes antibolcheviques de Alexéiev, habiendo votado abrumadoramente a los candidatos no bolcheviques a la Asamblea Constituyente Rusa.[24]​ La población cosaca, no obstante, no apreció los planes de Alexéiev y los generales que pronto se concentraron en la región y de sus aliados políticos, principalmente kadetes, con escaso conocimiento de las tradiciones y aspiraciones cosacas, y el atamán Alekséi Kaledin llegó a solicitar su marcha a finales de noviembre.[26]​ El movimiento antibolchevique de Alexéiev tampoco tuvo en cuenta la animosidad de la población no cosaca de la región, que sobrevivía en duras condiciones trabajando en las minas del Donbáss, en las fábricas de Rostov del Don o en las tierras arrendadas a los cosacos y que representaba cerca de la mitad de la población,[27]​ pero poseía únicamente el 10 % de la tierra.[26]​ Esta, pobre y amargada por su situación, se mostró dispuesta a apoyar a los bolcheviques contra los dueños de las minas, las fábricas y los arrendadores.[26][8]​ En el cercano Kubán, al sureste, la situación de discriminación era similar: aunque la población no cosaca alcanzaba el 53 % del total, sólo poseía el 27 % de las tierras cultivables, carecía de residencia oficial (eran, inogorodnie, «forasteros») como en el Don y era en general mucho más pobre que la población cosaca de la región.[27]

Esta fuerza contó desde el comienzo con el sostén financiero británico, que, a través de su representante en Moscú Bruce Lockhart, le entregó diez millones de libras.[28]​ Otras entregas se complicaron por la confusa situación en Rusia, que dificultaba la entrega de dinero.[29]​ Durante los primeros meses de existencia, sin embargo, los escasos fondos con los que contó provinieron de organizaciones clandestinas de Moscú, exiguas contribuciones locales y. sobre todo, la ayuda de la hueste cosaca del Don, que prometió entregar a Alekséyev el 25 % de sus ingresos gracias a la intercesión de un antiguo ministro kadete.[13]

Respaldo Aliado y logística «blanca»

Dependiente como el resto de fuerzas antisoviéticas de los pertrechos enviados desde el extranjero por no controlar las fábricas de armamento en Rusia, Denikin recibió abundante armamento de los Aliados una vez rendidos los Imperios Centrales. Entre marzo y septiembre de 1919 le entregaron cerca de mil cañones de campaña, más de un cuarto de millón de rifles, más de siete mil ametralladoras, un centenar de tanques, cerca de doscientos aviones, varios millones de obuses y centenares de miles de cargadores.[30]​ Más de la mitad del armamento provenía de los británicos.[30]​ Entre marzo de 1919 y marzo de 1920, estos —según un informe oficial de su Ministerio de Defensa— aportaron a Denikin gran cantidad de pertrechos: 1200 cañones, cerca de dos millones de proyectiles, 6100 ametralladoras, 200 000 rifles, medio millón de balas, más de medio millón de uniformes, 629 camiones y ambulancias, 279 motocicletas, 74 tanques, 6 trenes blindados, 100 aviones, 12 hospitales de 500 camas y otros 25 de campaña, además de equipos de comunicaciones y para zapadores.[31][32]​ La falta de fábricas de municiones en el territorio controlado por Denikin redoblaba la importancia de los suministros Aliados.[32]

Gran parte de este material, sin embargo, llegó al frente por la desorganización y corrupción de la administración de Denikin.[33]​ Al comienzo la distribución del material quedó en manos de los rusos, que vendieron gran cantidad en el mercado negro o se lo apropiaron para uso particular, para desesperación de los observadores británicos.[33]​ Finalmente, en el otoño de 1919, los británicos lograron el control de la distribución del material a las unidades, para evitar su robo, abandono y despilfarro, aunque demasiado tarde para mejorar la situación.[34]

Primeras operaciones militares: lucha por el Don

Vladímir Antónov-Ovséyenko, que dirigió las unidades soviéticas que expulsaron al Ejército de Voluntarios del bajo Don en el invierno de 1917-1918 hacia el Kubán.

A finales de noviembre, los bolcheviques, con el apoyo de la población no cosaca, tomaron el control de Rostov y proclamaron la República Soviética del Don, que los cosacos veteranos del frente al mando de Kaledin se negaron a atacar, lo que obligó a este a buscar la ayuda de Alexéiev, a pesar de su anterior petición para que abandonase la región.[20]​ Alexéiev, olvidando sus recientes roces, cedió la mayoría de sus 600 hombres a Kaledin, lo que permitió a este tomar la ciudad el 2 de diciembrejul./ 15 de diciembre de 1917greg..[20]​ La victoria conjunta convenció a Kaledin de la necesidad de una alianza entre sus fuerzas,[35]​ pero la relación entre las distintas personalidades militares y políticas del naciente movimiento era mala.[20]​ La población, además, seguía siendo mayoritariamente hostil a los Voluntarios.[35]

Kornílov instauró desde su toma del mando militar la costumbre de no tomar prisioneros enemigos, convencido que el terror facilitaría sus operaciones.[36]

A pesar de los diversos métodos utilizados por Kornílov (incluyendo el robo y la compra de armamento en el mercado negro), el suministro de armamento y munición, con las fábricas en control de los soviéticos, supuso un grave problema.[22]​ Los «blancos» debían de importar su armamento, necesitando para ello financiación.[22]​ A finales de diciembre, la situación económica del movimiento mejoró merced a los donativos de ciertas organizaciones clandestinas moscovitas y de bancos de la región.[22]

El mismo día que Kornílov tomaba el mando de las fuerzas antisoviéticas en diciembre,[37]Vladímir Antónov-Ovséyenko desencadenaba su ofensiva contra estas desde la ciudad de Járkov, con una ventaja en tropas de dos a uno, que aumentó según avanzó hacia Novocherkask.[38]​ Miles de voluntarios de la capital y trabajadores movilizados formaban sus fuerzas.[39]​ Al comienzo las fuerzas soviéticas avanzaron velozmente, a pesar de su desorganización[37]​ pero con ventaja en armamento y número.[38]​ A mediados de febrero de 1918, habían capturado Ekaterinoslav, Kupiansk, Lugansk, Mariupol y Taganrog (2 de febrero)[40]​ y se acercaban a Rostov y Novocherkask.[38]​ Pese a recibir la ayuda de los cosacos del atamán Alekséi Kaledin,[9][41]​ el Ejército de Voluntarios contaba con apenas 6000 hombres a inicios de 1918, por lo que tuvo que retirarse a Rostov del Don tras una ofensiva del Ejército Rojo en febrero.[28][39]​ Ante la necesaria retirada del Ejército, inevitable por el cerco soviético, Kaledin se suicidó el 12 de febrero.[38][7][40]​ Los combates pronto se acompañaron con atrocidades de ambos bandos, aprobadas por la dirección de los dos.[42]

El 22 de febrero de 1918,[40]​ el Ejército comenzó su retirada a la estepa,[9]​ abandonó Rostov y Novocherkask,[42]​ y comenzó la primera campaña del Kubán, que duró ochenta días.[43]​ Al día siguiente, las fuerzas soviéticas entraban en Rostov y el 25 de febrero lo hacían en Novocherkask,[37]​ con lo que completaban la conquista del Don; su autoridad se extendía entonces por la práctica totalidad del país.[44]

Campañas del Kubán

Primera campaña del Kubán

Primera campaña del Kubán, dirigida primero por Lavr Kornílov y, tras su muerte, por Antón Denikin. El Ejército sobrevivió a la dura campaña invernal pero fracasó en su intento de tomar Yekaterinodar.

Los 3500 hombres que quedaban en su filas en aquel momento hubieron de retirarse en la conocida «Campaña de los hielos»[45]​ en Kubán, para reorganizarse gracias a la llegada de nuevas tropas cosacas y retirarse de nuevo hacia el río Don.[28]​ Kornílov distribuyó sus fuerzas en tres regimientos y un batallón, además de cierto número de destacamentos de caballería y un grupo de artillería con ocho cañones.[46]​ Falto de armamento, Kornílov contaba, sin embargo, con numerosos fondos para comprar sus abastos.[46]​ Las fuerzas de Kornílov se dirigieron hacia la ciudad de Ekaterinodar,[45]​ donde los trabajadores, 25 000 en número, tomaron el poder el 14 de marzo y forzaron a aquel a esperar refuerzos antes de asaltarla.[43]​ Mientras, los políticos cosacos del Kubán subordinaron sus fuerzas a Kornílov, no sin ciertas desavenencias.[47]​ La unión duplicó las fuerzas de Kornílov, que alcanzaron los 6000 hombres y se organizaron en tres brigadas; las fuerzas de caballería también crecieron de forma notable.[48]​ Convirtió además al Ejército en una fuerza fundamentalmente cosaca y hostil a la población no cosaca.[48]

Una vez reagrupado, el Ejército de Voluntarios puso cerco entre el 9 y el 13 de abril de 1918 a la ciudad,[45][49]​ defendida por 18 000 hombres, mujeres y adolescentes, que rechazaron[45]​ los ataques de Kornílov.[43]​ La operación resultó un fracaso absoluto, la ciudad no solo no se tomó, sino que el general Lavr Kornílov falleció[9]​ a resultas de la explosión de un obús,[45]​ tras haber decidido el día anterior, 12 de marzo, un asalto final que la mayoría de los mandos consideraba suicida.[50][49]​ Tras su muerte, Antón Denikin asumió[9][49]​ el mando y ordenó la retirada del ejército hasta el río Don,[45]​ convencido de la imposibilidad de tomar la ciudad asediada.[50]

Denikin, decidido a conservar el núcleo de sus fuerzas, abandonó a los heridos, se retiró a marchas forzadas y concentró a sus tropas 75 km al sur de Rostov; finalizó así la «marcha de los hielos», que se celebró con la emisión de una condecoración especial.[50]

Reagrupamiento

En mayo Denikin contaba con 3685 hombres, de los que 2368 eran antiguos oficiales y 1036 antiguos suboficiales.[51]​ De ellos treinta y seis habían sido generales y cerca de doscientos, coroneles.[51]

Durante la reconstitución de sus fuerzas, Denikin contó con el apoyo parcial de Piotr Krasnov y sus cosacos del Don, que le ofrecieron armamento alemán, financiación[52]​ y atención para sus heridos, pero que no lograron pactar la unión contra los soviéticos.[53][54][55]​ Los seguidores de Denikin seguían considerando a los cosacos del Don como traidores por sus acuerdos con los alemanes pero, en la práctica, se beneficiaban de su protección en el norte y de los pertrechos alemanes que les suministraban.[54][55]​ La relación entre los dos movimientos era tensa y la de sus dirigentes, distante.[55]​ La ocupación alemana de Ucrania protegió a las fuerzas de Denikin, en pleno reagrupamiento en la primavera, de posibles ataques bolcheviques desde el centro del país.[9]​ La toma de Rostov por los alemanes y la expulsión de los soviéticos favoreció a los «blancos» y les permitió recuperarse de la campaña invernal sin peligro.[56]

El 15 de mayo, Krasnov y los dirigentes del Ejército de Voluntarios se reunieron para pactar una estrategia común, sin éxito; Krasnov trató en vano de obtener el respaldo de Denikin en su ataque a Tsaritsyn, pero este decidió, en parte por la presión de sus propias tropas cosacas, lanzar una nueva campaña en el sur, en la región del Kubán, origen de la mayoría de ellas.[55]

El 4 de mayo de 1918,[57]​ el Ejército vio aumentados sus efectivos con la llegada del coronel Mijaíl Drozdovski y sus 1000 hombres (667 oficiales, 370 soldados, 14 médicos, sacerdotes y funcionarios y 12 enfermeras),[56]​ el único contingente de importancia que llegó desde el frente rumano hasta el Don.[58][56]​ Drozdovski participó en la expulsión de los soviéticos del Don y durante esta campaña sus fuerzas crecieron hasta los 2500 hombres.[59]​ El 8 de junio, tras rechazar la oferta de Krasnov de formar una unidad separada, se unió a Denikin.[59]​ A mediados de junio, Denikin contaba ya con cerca de 10 000 soldados.[59]​ Las antiguas brigadas se convirtieron en divisiones.[59]​ La mala salud de Alexéyex hizo que el mando real quedase cada vez más en manos de Denikin, mientras que aquel se convertía en poco más que un símbolo del Ejército.[59]

A finales de julio, uno de los edecanes de Alekséyev se reunió con Lockhart en Moscú, le aseguró que las fuerzas que mandaba habían llegado a los 20 000 hombres (aunque de ellos unos 7000 eran cosacos que se negaban a combatir fuera su territorio) y solicitó ayuda financiera y militar.[28]​ Lockhart y su colega francés le entregaron diez millones de rublos y prometieron ayuda futura.[28][52]​ Aún así, en la primavera el Ejército sufrió una constante falta de fondos que entorpecieron sus operaciones y dificultaron el reclutamiento de nuevas tropas.[52]

Segunda campaña del Kubán

Imagen de Ekaterinodar a comienzos del siglo XX. Tras su captura por Antón Denikin a mediados de agosto de 1918 se convirtió en centro de su movimiento.

La noche del 22 de junio,[58]​ Denikin lanzó la segunda campaña del Kubán, mientras que Krasnov marchaba contra Tsaritsyn,[60]​ refugio de los soviéticos tras su expulsión de Rostov y Novocherkask por los alemanes a comienzos de mayo.[61]​ La ciudad del Volga, importante centro ferroviario, industrial y armamentístico, se convirtió en una fortaleza soviética, centro de sus defensas en la región durante el verano de 1918.[61][60]

Denikin marchó con alrededor de 9000 hombres, 21 cañones de campaña y dos trenes blindados; su enemigo contaba con nueve[62]​ veces más soldados para enfrentársele.[63][64][58]​ A pesar de su inferioridad numérica, el mando «blanco» tenía ahora objetivos claros: los nudos ferroviarios que unían Tsaritsyn con el Cáucaso y que debían de suministrarles armamento y munición.[63]​ En menos de un mes, Denikin había capturado[60]​ varios de ellos y se preparaba para asaltar nuevamente Ekaterinodar, habiendo aislado a las fuerzas soviéticas del Kubán de Tsaritsyn.[63][65]​ Las continuas revueltas en la retaguardia soviética de la población cosaca, ahora favorable a Denikin a diferencia de la situación en la anterior campaña de marzo, facilitó los movimientos de Denikin y aumentó el número de sus tropas con nuevos reclutas.[58]​ La administración soviética era débil y se sustentaba en bandas armadas, a menudo desobedientes a la autoridad del comité ejecutivo de Ekaterinodar y acaudilladas por aventureros o criminales, que desprestigiaron al Gobierno soviético en la región.[66]​ Sus desmanes, especialmente los de las bandas ucranianas empujadas a la región tras la ocupación alemana de su tierra, aumentaron el descontento de la población y sembraron el caos.[66]

Cosacos de Kubán en 1915. La conquista de la región durante la segunda campaña del verano de 1918 transformó la composición del Ejército de Voluntarios, que se convirtió en una fuerza de base fundamentalmente cosaca.

A pesar de la facilidad de las victorias de los primeros combates de la campaña, Denikin sufrió importantes bajas, incluyendo la del cercano general Márkov,[62]​ compañero de aquél durante la guerra mundial.[63][67]​ El 16 de agosto, las fuerzas de Denikin capturaron finalmente Ekaterinodar,[68][67][60]​ tras derrotar una contraofensiva soviética que casi le costó la aniquilación del Ejército.[69]​ Diez días más tarde, tomaban el puerto de Novorosíisk.[68][70]​ Los soviéticos habían hundido casi la mitad de la flota del mar Negro en esta localidad un mes antes por orden secreta del Gobierno de Moscú, a pesar de la cláusula del Tratado de Brest-Litovsk que les obligaba a entregarla a los Imperios Centrales; el resto de los buques, por instigación de sus oficiales, había regresado a Crimea y se había entregado a los alemanes.[70]​ Estos barcos pasaron más tarde a poder de los «blancos» y, tras su derrota final, a los franceses.[71]

Ekaterinodar sustituyó pronto a Kiev como centro del movimiento desde donde Denikin reorganizó nuevamente sus tropas, diezmadas en la campaña, y comenzó las[72]​ levas.[68][73]​ Tras duros combates, el territorio controlado por Denikin se extendió a lo largo de la región y las unidades bolcheviques del Cáucaso quedaron aisladas de sus correligionarios del norte.[64]​ La región se convirtió en la base del Ejército, de la que hasta entonces había carecido, y le permitió crecer y realizar campañas mayores.[73]​ A pesar de las celebraciones por la captura de la capital de la región, pronto surgieron las diferencias entre los mandos del Ejército, nacionalistas rusos, y las autoridades autonomistas cosacas, más interesadas en expulsar a los bolcheviques de la zona que en los objetivos nacionales del Ejército; estas diferencias, que debilitaban al movimiento, crecieron con el tiempo.[74]

En menos de un mes tras la captura de la capital del Kubán, Denikin contaba con cerca de 40 000 hombres,[70]​ 100 cañones y 250 ametralladoras.[68]​ Sus fuerzas se dividían en tres divisiones de infantería y otras tantas de caballería.[72]​ En el aspecto político, sin embargo, el control del Kubán dificultó su objetivo de enfrentarse a los soviéticos al tener que oponerse al regionalismo cosaco,[9]​ que Denikin, nacionalista ruso, rechazaba.[75]​ Los roces entre el mando ruso y los soldados, cosacos en una proporción creciente, se sucedieron.[9]​ El rechazo cosaco al dominio soviético, por otra parte, facilitó los avances de Denikin.[76]​ El carácter mayoritariamente cosaco del Ejército, ya no voluntario sino formado principalmente por reclutas, añadió una debilidad al movimiento: los cosacos rara vez deseaban combatir más allá de los límites de sus territorios, lo que limitaba las operaciones militares.[13]

La muerte primero de Kornílov y más tarde de Alekséyev (8 de octubre), Drozdovski y Markov, reforzaron el poder de Denikin, a pesar de su falta de ambición personal. [72]​ Durante el otoño de 1918, Denikin estableció su Gobierno y su programa, fundamentalmente una dictadura militar con él al frente.[77]​ El Consejo Especial, un psedogabinete formado en agosto, se dedicó únicamente a asuntos menores.[77]​ Su programa se basaba en un nacionalismo ruso conservador, el rechazo de la reforma social y la defensa de la unidad de la nación, a pesar de sus promesas de autonomía.[77]​ A mediados de año, ya era la mayor de las fuerzas que se oponían al Gobierno de Moscú.[11]

Combates al norte del Cáucaso

Tras la toma del Kubán, Denikin se concentró en eliminar las fuerzas enemigas en la región al norte del Cáucaso.[71]​ Durante el verano y el otoño de 1918, se sucedieron los combates que forzaron poco a poco la retirada de los soviéticos hacia el sureste.[71]​ La llegada de la mejor unidad soviética de la región al frente tras un larga marcha desde la península de Tamán en septiembre equilibró algo el frente.[71]​ Con el objetivo de restablecer el contacto con el Gobierno de Moscú, interrumpido por las victorias de Denikin al norte, tomaron Stavropol el 30 de octubre.[78]​ Un fallido motín del comandante de las fuerzas soviéticas, Sorikin, desbarató, sin embargo, la ofensiva; fue aplastado, pero desorganizó el mando en plena campaña.[79]

El general Shkuro aprovechó la oportunidad para rodear Stavropol y tomar la ciudad tras tres semanas de duros combates el 20 de noviembre, aunque la mitad de las tropas soviéticas logró romper el cerco y escapar.[79]​ Aún así la batalla desmoralizó a los supervivientes y supuso el combate decisivo de la campaña.[79]​ Los intentos soviéticos de dirigir los restos de sus unidades desde Astraján en el norte del Caspio resultaron inútiles.[79]​ A la desmoralización de los soviéticos por sus repetidas derrotas y su mala situación estratégica y de abastos, se contrapuso la alegría de los «blancos» por la noticia de la derrota de los Imperios Centrales y la esperanza de lograr pronto abundante ayuda de los Aliados.[80]

Rendición de los Imperios Centrales, relación con los Aliados y reforma

La derrota de los Imperios y la desilusión con los Aliados

Diez días más tarde de la firma del armisticio con Alemania, más de veinte representantes de movimientos antisoviéticos se reunieron en la ciudad rumana de Iași para tratar de formar un frente común con apoyo Aliado contra el Gobierno de Lenin, sin éxito.[81]​ Cada grupo se presentaba como el más importante para derrotar a los soviéticos y la rivalidad impedía la cooperación, para desagrado de los Aliados.[81]​ Denikin hubo de competir con los movimientos rivales por la ayuda de los Aliados, que se dividieron la actividad en el sur del antiguo imperio entre Francia (al oeste del Don) y Gran Bretaña (responsable entre el Don y el Volga, el Cáucaso y Asia Central).[82]​ A pesar de sus dudas iniciales, especialmente de los franceses, ambas naciones decidieron respaldar al movimiento de Denikin frente a los de sus rivales.[82]​ El 23 de noviembre, los representantes Aliados llegaron a Novorosíisk y pronto se reunieron con los dirigentes «blancos», a los que prometieron su ayuda.[83]​ Animado por estar promesas, Denikin solicitó el envío de veintidós divisiones Aliadas a Ucrania para facilitar sus movimientos en la zona, además de material para sus unidades.[84]​ Su solicitud quedó sin contestar, como la posterior de ralentizar el repliegue alemán —a pesar de la supuesta hostilidad de los Voluntarios hacia los Imperios Centrales— para evitar que Ucrania pasase a manos de los soviéticos ante la falta de un despliegue de tropas Aliadas para sustituir a los alemanes.[84]​ Finalmente, los Aliados se limitaron a ocupar Odesa y Sebastopol el 18 de diciembre con tropas francesas.[84]​ El primer ministro francés vetó el proyecto de ayuda aprobado por sus mandos militares en Rumanía y negociado con los mandos rusos del frente rumano.[85]

La ayuda material que comenzó a llegar en febrero de 1919 fue finalmente británica y no francesa y las acciones de ambos países disgustaron a los dirigentes «blancos»; los franceses apoyaban a los nacionalistas ucranianos, los británicos, a los nuevos Estados caucásicos y no entregaron a Denikin la flota del mar Negro.[85]

Denikin y Kolchak

El Ejército de Voluntarios no había reconocido al Directorio de Omsk como Gobierno legítimo y se negó a contemplar la solicitud de su responsable militar, el general Boldirev, de avanzar hacia Tsaritsyn para unir fuerzas, propuesta que ya había realizado sin éxito Krasnov.[86]​ El golpe de Estado del 18 de noviembre que depuso al directorio y colocó al vicealmirante Aleksandr Kolchak al frente de un nueva dictadura militar fue recibido con alborozo en Ekaterinodar.[86]

El 12 de junio de 1919, Denikin anunció su sometimiento a Kolchak, que no pasó de nominal.[87]​ Ambos nombraron como ministro de Exteriores al antiguo ministro zarista Sergéi Sazónov, que había servido como tal al comienzo de la guerra mundial.[87]​ A las gestiones de este se unieron las de una «Conferencia Política» establecida en París, en la que participaban Maklakov (antiguo embajador zarista en Francia), el príncipe Georgi Lvov (primer presidente del Gobierno Provisional Ruso) o Nikolái Chaikovski, veterano socialista antibolchevique.[87]

Formación de la Fuerzas Armadas del Sur de Rusia

Antón Denikin, sucesor de Lavr Kornílov al frente de Ejército de Voluntarios tras su muerte en abril de 1918, logró reunir gran parte de las fuerzas antisoviéticas bajo su mando a comienzos de 1919, renombrando sus fuerzas «Fuerzas Armadas del Sur de Rusia».

Tras la retirada de los Imperios Centrales, las tropas cosacas de Piotr Krasnov —con su centro de operaciones en el río Don y que habían dependido de su sostén—[82]​ y las de Denikin alcanzaron una inestable alianza contra los soviéticos,[88]​ en la que los cosacos quedaron subordinados[54][89]​ al segundo.[82]​ Los Estados caucásicos se encontraban al sur y se habían independizado en la primavera de 1918, para caer más tarde bajo la ocupación germano-otomana; no contaban con las simpatías del nacionalista Denikin.[88]​ Al oeste del Don, la retirada austro-germana trajo el avance de los soviéticos, libre de toda oposición local.[88]

El 8 de enero de 1919, ante la rendición alemana —su principal apoyo—, la gran cantidad de deserciones a los soviéticos y el revés ante Tsaritsyn, el Ejército del Don de Piotr Krasnov hubo de subordinarse definitivamente al Ejército de Voluntarios de Denikin,[90]​ después de tratar en vano de mantener su independencia de Denikin.[91]​ Se crearon entonces las llamadas «Fuerzas Armadas del Sur de Rusia» (FASR, en ruso: Вооружённые силы Юга России),[54][89]​ constituidas por el Ejército de Voluntarios (general Mai-Mayévski), el Ejército Cosaco del Don (general Sidorin) y el Ejército del Cáucaso (general Wrangel),[92]​ todas ellas bajo el mando general de Denikin.[93]

El hundimiento de los Imperios Centrales también tuvo importantes consecuencias en Crimea: el general Sulkevich, proalemán, trató inicialmente de solicitar la ayuda de Denikin para mantener el control de la región pero, al no recibirla, entregó el poder a un Gobierno kadete que inmediatamente solició tropas a Denikin.[94]​ Este envió un contingente simbólico (600 soldados) que más tarde creció hasta los 4500, y prometió no interferir en los asuntos internos de la península.[94]​ Los intentos del representante de Denikin de realizar levas de oficiales al fracasar el alistamiento voluntario agriaron las relaciones entre los kadetes de Crimea y Denikin.[95]​ La retirada de las tropas francesas en abril de 1919, el escaso número de los Voluntarios en la región y el desprestigio de los kadetes entre la población hicieron que los soviéticos tomasen la península con facilidad.[95]

A mediados de diciembre de 1918, el general británico Frederick Poole, anteriormente destacado en el norte de Rusia, recomendó con vehemencia conceder ayuda material y tropas a Denikin.[96]​ Fue crucial, además, al convencer a Krasnov para someter sus unidades al mando de Denikin.[96][91]​ A comienzos de 1919, esto se logró por la gravedad de la situación militar y la debilidad de las fuerzas de Denikin, que sólo contaba con unos 51 400 hombres para enfrentarse a los soviéticos y tenía que destinar otros 30 000 a asegurar la retaguardia, mientras que los soviéticos contaban con cerca de 80 000 soldados.[96]​ Krasnov, desprestigiado por su anterior cercanía a los alemanes y debilitado por los reveses en enero y febrero de 1919, perdió seis semanas más tarde de la unificación del mando su cargo de atamán.[54]

Ofensiva hacia Moscú y retirada al Don

Operaciones a comienzos de 1919

A finales de 1918, el cerco a Tsaritsyn por parte de los cosacos del Don fracasó, lo que mostró los límites de la moral de los cosacos cuando combatían lejos de su territorio.[97]​ Las tropas cosacas, valientes cuando defendían sus hogares, tendían al saqueo cuando las campañas les alejaban de estos y a llevar a cabo pogromos de la población judía.[97]​ En febrero Krasnov dimitió como atamán de los cosacos del Don tras el levantamiento final del cerco a Tsaritsyn.[93]

A comienzos de 1919, reunidas la mayoría de las fuerzas antisoviéticas del sur de Rusia bajo su mando, con la llegada de suministros Aliados y gracias a sus mejores oficiales y caballería, Denikin pudo infligir duras derrotas a los soviéticos y mantener un frente de cerca de 700 km entre Mariupol y el suroeste de Tsaritsyn con 40 000 hombres.[93]

En el sur, las unidades de Denikin lograron penetrar las defensas de las fuerzas soviéticas del Cáucaso en enero de 1919,[80]​ capturar Svyatoy Krest, Kislovodsk y Piatigorsk avanzando a lo largo del ferrocarril hacia las montañas y destruir el 11.º[80]​ y 12.º Ejércitos Rojos; el 5 de febrero caía en sus manos Grozni y el día siguiente, Kizliar.[3]​ Este mismo mes los blancos eliminaron el frente caucásico gracias a sus éxitos.[98]​ Esta victoria supuso una de las mayores derrotas bolcheviques de la guerra civil, eliminó su poder del Cáucaso y aniquiló un grupo de ejércitos con 150 000 hombres, de los que solo una décima parte logró refugiarse en Astraján.[99]​ Denikin logró tomar contacto con los cosacos del Terek, junto al mar Caspio.[99]​ El héroe de la campaña fue el general Wrangel, que dirigió la ruptura del frente soviético; por su desempeño se le nombró comandante del Ejército de Voluntarios del Cáucaso.[100]​ En el norte, por el contrario, los cosacos del Don fracasaron y sufrieron ciertos reveses en noviembre tras alcanzar Liski, a menos de 100 km de Voronezh.[100]

Denikin tuvo que hacer frente, en inferioridad numérica, al avance soviético desde Ucrania y desde el Volga, tarea que encomendó al obeso y beodo general Mae-Maevski, dado a las orgías, pero brillante en el cumplimiento de esta misión.[101]

Defensa del Don y de Donbáss

El general Vladímir Mai-Mayévski, responsable de la defensa del Donbáss y del río Don durante la primavera de 1919.

En marzo y abril, desechando la posibilidad de tratar de unirse a las fuerzas de Aleksandr Kolchak que avanzaban desde Siberia, Denikin prefirió tratar de rechazar la ofensiva contra la cuenca carbonífera del Donbáss y del alto Don de los soviéticos.[102][103]​ Siguiendo la estrategia de defender los territorios cosacos a pesar de la dura oposición de algunos de los generales, en especial de Piotr Wrangel, Denikin optó por hacer frente a la campaña de genocidio contra la población cosaca del Ejército Rojo, que ya había asesinado a 12 000 de ellos a comienzos de 1919 en su campaña de exterminio para acabar con la comunidad y entregar las tierras a los campesinos no cosacos.[102]​ La posibilidad que la falta de respaldo a los cosacos amenazase cualquier acometida contra Tsaritsyn favoreció asimismo el envió de tropas al oeste en vez de al Volga.[103]

La revuelta cosaca contra los soviéticos facilitó la campaña de Denikin.[104]​ Al mando del general Mai-Mayévski,[103]​ los 12 000 hombres encargados del avance hacia el Don recibieron pronto el refuerzo de numerosos voluntarios cosacos.[104]​ Derrotando primero a las unidades de Nestor Majnó,[105]​ capturó Járkov[106]​ el 13 de junio a pesar de las desesperadas medidas de defensa de los soviéticos[105]​ y Ekaterinoslav el 22 de junio, lo que produjo la desbandada de las tropas campesinas soviéticas.[104]​ Aprovechando el deshielo que dificultó enormemente las comunicaciones y abastecimiento de las unidades soviéticas, Mai-Mayévski utilizó con habilidad la red ferroviaria a su disposición para concentrar sus tropas rápidamente allí donde eran más necesarias.[101][103]​ Los tres ataques soviéticos a la región de finales de marzo, mediados de abril y mediados de mayo fracasaron.[105]​ A pesar de ser superado varias veces en número, logró defender brillantemente la región y en mayo se le nombró comandante del Ejército de Voluntarios (ya bajo incluido en las FASR al mando de Denikin).[103]​ A finales de junio, las fuerzas de Denikin controlaban la Ucrania oriental hasta el Dniéper.[106]

Disposición de fuerzas

Las fuerzas de Wrangel, por su parte, eran fundamentalmente de caballería, siendo su núcleo los cosacos del Kubán y dividiéndose en tres cuerpos de caballería, la 6.ª División de infantería y otras unidades menores.[107]

Las fuerzas de Denikin se desplegaron con el Ejército Voluntario cubriendo el ala izquierda del frente, el Ejército Cosaco del Don en el centro y el del Cáucaso de Wrangel cubriendo el flanco derecho.[107]​ A la derecha de Wrangel, el general Erdeli mandaba 5000 hombres que avanzaban hacia Astraján.[107]

A la izquierda de Mai-Mayévski, el «Ejército Voluntario de Crimea-Azov», en realidad poco más que una división, había logrado defender el istmo de Crimea y Kerch tras un avance que fue rechazado por los soviéticos.[108]​ Esta unidad tuvo que enfrentarse a mayores fuerzas soviéticas y a una hábil rebelión fomentada por estos en su retaguardia, que la debilitó por la necesidad de luchar en dos frentes.[108]​ Solo a mediados de mayo, lograron sofocar la revuelta y comenzar el asalto de las posiciones fortificadas soviéticas, con ayuda de la artillería naval Aliada que bombardeó sus posiciones.[108]

Contraofensiva de primavera

Cartel de reclutamiento «blanco» de 1919: «¡Hijo mío, ve y salva tu patria!». Desde 1918 la mayoría de los soldados del Ejército de Voluntarios eran reclutas, al igual que la de las unidades soviéticas.

Tras recuperar importantes ciudades como Tsarytsin y Járkov a finales de junio, el general Antón Denikin decidió lanzar una ofensiva hacia Moscú, con el Ejército de Voluntarios[109]​ a la cabeza.[101][110]​ Denikin eligió a Mai-Mayévski, borracho y físicamente repulsivo pero hábil táctico que había sostenido el frente del Don los seis meses anteriores en inferioridad numérica, para dirigir el ataque.[92]​ Inteligente y erudito en cuestiones militares —como admitían sus más feroces críticos—, mostró gran capacidad militar en la ofensiva.[107]

Habiendo llegado a los 50 000 hombres en el otoño de 1918 en uno de sus momentos de mayor éxito militar, las fuerzas de Denikin tendían a disolverse en la derrota y en mayo de 1919 contaban únicamente con 15 000 hombres.[107]​ A finales de junio, ante el éxito de las operaciones, sin embargo, el número de soldados aumentó hasta los 40 000.[107]

Ocupados con el avance simultáneo de Aleksandr Kolchak en los Urales, los soviéticos sufrieron una serie de rápidas derrotas[111]​ en mayo y junio y perdieron Bélgorod el 23 de junio.[101]​ En el primer mes de la ofensiva, los avances de las unidades de Denikin fueron veloces, de más de 300 km.[112][112]​ En el oeste, lograron quebrar el frente del Donetz e infligir duro castigo al 8.º y 13.er Ejércitos.[111]​ El levantamiento de Grigoriev y el de los cosacos del Don debilitaron la retaguardia y facilitaron el progreso de las fuerzas «blancas».[111]Járkov cayó en sus manos al día siguiente de Bélgorod,[112]​ a pesar de los desesperados intentos de los soviéticos de defenderla.[113]​ El 30 de junio, capturaban Ekaterinoslav[114][113]​ y poco después controlaban todo el bajo Dniéper.[112]

Al este de las unidades de Mai-Maiesvki, el Ejército Cosaco del Don infligió graves derrotas al 8.º y 9.º Ejércitos soviéticos,[114]​ se unió a los cosacos alzados de la cuenca alta del Don y tomó el control de toda la región.[112][105][111]​ A comienzos de junio, habían alcanzado la línea Balashov-Povórino-Novy Oskol.[112]

Mientras, Wrangel, tras derrotar severamente al 10.º Ejército el 9 de mayo de 1919[115]​ en Velikoknyázheskaya, a orillas del río Manich,[116][105][111]​ atravesaba cientos de kilómetros de estepa en duras condiciones para tratar de tomar Tsaritsyn.[117]​ El 10.º Ejército soviético, en retirada, voló una sección del ferrocarril que debía abastecer a las tropas de Wrangel.[117]​ Sin esperar a reparar el ferrocarril, Wrangel atacó por sorpresa la ciudad, librándose durísimos combates por su control.[117]​ La reparación del ferrocarril, llevada a cabo a toda prisa, permitió a las unidades «blancas» aplastar finalmente la denodada defensa soviética y tomar la ciudad el 30[113]​ de junio.[117][114][109]​ La operación contra Tsaritsyn había durado cuarenta días[104]​ y había reportado a los vencedores 40 000 prisioneros,[104]​ 70 cañones, 300 ametralladoras y 2 trenes blindados, además de 131 locomotoras, 10 000 vagones y grandes cantidades armamento y bastimentos.[117][116]​ Gran victoria de las fuerzas de Denikin,[114]​ la captura de la ciudad aisló al Gobierno de Moscú del mar Caspio y del bajo Volga, además de privarle de importantes fábricas y gran cantidad de armamento.[118]​ No sirvió, sin embargo, para unir fuerzas con el almirante Aleksandr Kolchak, cuyas unidades se hallaban ya para entonces en retirada en Siberia.[118]​ Mientras, el 10.º Ejército continuó su repliegue a lo largo del Volga.[118]

Astraján, por el contrario, no pudo ser tomada por Erdeli.[118]​ En la otra punta del frente, las fuerzas de Denikin consiguieron expulsar a los soviéticos de Crimea el 19 de junio.[118][119]​ A finales de mes, Denikin controlaba ya toda la Ucrania oriental, el territorio del Don, el Kubán y el norte del Cáucaso hasta Tsaritsyn.[113]

La ofensiva contra Moscú

Plan de ofensiva contra Moscú trazado por Antón Denikin en agosto de 1919.

El 3 de julio,[109]​ Denikin se reunió con sus lugartenientes para decidir cómo continuar la campaña.[119]​ A pesar de la oposición de Wrangel y otros,[119][120][113]​ Denikin decidió no detener su avance para consolidar su posición y aumentar sus tropas, que defendían un frente demasiado amplio para su número,[121][122]​ sino tratar de lograr la victoria final mediante un avance inmediato,[113]​ intentando aprovechar la desorganización de las unidades soviéticas y la posibilidad de ampliar el reclutamiento en Ucrania.[123][120]​ El mismo día, los soviéticos sustituían a su comandante el jefe, Vatsetis, por Kamenev, que había dirigido la campaña contra Kolchak.[124]

Aunque el avance hasta entonces había sido general en todos los frentes, a partir de aquel momento decidió concentrar el ataque en la dirección de Moscú.[123][119][125][116][109]​ La ofensiva debía encabezarla el Ejército de Voluntarios —que agrupaba a los veteranos de las primeras campañas—,[122]​ sostenido en sus flancos por las demás unidades, y seguir el camino más corto, la línea Járkov-Kursk-Oriol-Tula.[126][104][125][109][122]​ Una maniobra de pinza gigantesca debía acabar con la toma de la capital rusa.[125][121]

Si bien los planes de Denikin no incluían avances en Ucrania sino el uso del Dniéper como protección para su flanco izquierdo, el general Shkuro decidió por su cuenta atacar más allá del río y consiguió notables avances con el apoyo de las unidades de Crimea.[109]​ El 18 de agosto, capturó Jersón y Nikolaev, el 23 de agosto, Odesa.[109][127]​ El avance sólo paró con la toma de Chernigov el 12 de octubre.[128]​ A pesar de las órdenes del politburó soviético, los dos ejércitos «rojos» tuvieron que retirarse de Ucrania, hostigados por las fuerzas de Denikin, las de Symon Petliura y las bandas armadas de campesinos.[128]​ La toma de gran parte de Ucrania no solo aumentó el prestigio de los «blancos» y sus zonas de abastecimiento y reclutamiento, sino que eliminó un peligro potencial a la retaguardia con la retirada de las unidades soviéticas.[128]

Néstor Majnó, dirigente anarquista cuyas unidades hostigaron la retaguardia del Ejército, estorbando notablemente su abastecimiento y maniobras.

En el este, Wrangel logró avanzar a lo largo del Volga haciendo retroceder al 10.º Ejército, capturó Kamyshin[127]​ y tomó contacto con unidades de Cosacos del Ural.[128]

Mientras la principal fuerza que debía avanzar hacia Moscú se agrupaba sin realizar grandes avances entre julio y septiembre,[110]​ una fuerza cosaca de unos 9000[110]​ hombres, el IV Cuerpo de Caballería del Don al mando del general Mamontov,[110]​ logró atravesar el frente el 10 de agosto y sembrar el desorden en la retaguardia soviética,[120]​ tomando y abandonando importantes plazas (Tambov, Kozlov y Voronezh),[120][110]​ a la vez que saboteaba sus ferrocarriles.[129][130]​ La columna, a pesar de la alarma que causó en Moscú, pasó pronto a dedicarse al saqueo[110]​ y abandonó sus objetivos militares para regresar con el botín al sur.[129][131]​ En cierto sentido, la cabalgada fue contraproducente: muchos de los jinetes de Mamontov abandonaron la unidad para regresar a sus hogares con el botín y, cuando regresó a las líneas «blancas» a mediados de septiembre, se encontraba en malas condiciones para participar en la embestida principal de Mai-Mayévski.[110][132]​ El saqueo de la población civil tampoco favoreció que esta se levantase a favor de los «blancos».[132]

Los soviéticos mientras realizaron una nueva contraofensiva en el este que hizo retroceder a Wrangel hacia el sur a lo largo del Volga y a comienzos de septiembre estuvo a punto de recuperar Tsaritsyn.[124][127]​ Wrangel logró, con ayuda de los tanques británicos, detener el asalto y capturar 18 000 prisioneros a las puertas de la ciudad.[124]​ En el centro del frente, un segundo ataque logró tomar Kupiansk[127]​ tras un avance de unos 130 km, pero las fuerzas «blancas» lograron rechazarlo, desbaratarlo y forzar la retirada a comienzos de septiembre;[127]​ a mediados de mes el frente volvía a estar en el mismo sitio que cuando comenzó la embestida a mediados de agosto, pero con las unidades soviéticas desorganizadas.[124]​ El intento de contraataque soviético de comienzos de agosto había fracasado.[129][133]

Tras rechazar la ofensiva soviética, las unidades de Denikin comenzaron finalmente el avance hacia Moscú mediados de septiembre, retomando los planes de ataque decididos en julio.[134]​ Al comienzo el avance de las unidades «blancas» fue espectacular:[119]​ el 31 de julio tomó Poltava,[120][127]​ el 23 de agosto,[128]Kiev,[120]​ para asegurar los flancos del avance principal, mientras crecían sus fuerzas.[126]​ En la principal línea de avance, donde se concentraban las mejores unidades «blancas», veteranas de las campañas el Kubán,[134]Kursk cayó el 20 de septiembre,[134][132]Voronezh el 30 y Oriol[132]​ el 14[134]​ de octubre.[126][120][135]​ A la izquierda de Wrangel, el Ejército del Don avanzó hasta amenazar Saratov y la retaguardia del 9.º y 10.º Ejércitos; en el oeste, las unidades soviéticas quedaron atrapadas entre las unidades de Dragomirov que tomaron Chernigov (12 de octubre)[132]​ y las líneas polacas.[134]

En la toma de Oriol,[119]​ habían participado un batallón de tanques y dos escuadrones de la Royal Air Force británicos.[119]​ Sin embargo, su ofensiva fue detenida en esta localidad el 20[136]​ de octubre,[137][135]​ tras durísimos combates entre la vanguardia «blanca» y tropas escogidas soviéticas,[138]​ y la contraofensiva del Ejército Rojo infligió severas derrotas al Ejército de Voluntarios, que tuvo que batirse en retirada de nuevo hacia la región del Don.[139]​ Desde finales de septiembre, el mando soviético había concentrado reservas al noroeste del Ejército de Voluntarios, entre ellas la veterana División de Fusileros Letones y ciertas unidades de caballería; su aparición en la retaguardia «blanca» obligó a evacuar Oriol.[135][136]​ Este grupo atacó desde el suroeste y amenazó con cortar las vías férreas que comunicaban a la vanguardia «blanca» con el sur.[136]​ Las tropas escogidas de Denikin, que se agrupaban en varias divisiones en el frente de Oriol, tuvieron que batirse en retirada hacia Kursk, no sin ofrecer feroz resistencia.[136]

El Ejército de Denikin, que había llegado a los 150 000 hombres, cubría un frente demasiado largo.[140][132]​ Denikin no contaba con fuerzas suficientes para mantener el orden en la retaguardia, hostigada por Majnó,[141]​ los nacionalistas ucranianos, los daguestaníes[141]​ y los chechenos, y reforzar el frente, incapaz de movilizar a la población de los territorios bajo su control por la causa.[140]​ Carecía de reservas para concentrarlas allí donde surgiese la necesidad.[136]​ Tampoco controlaba eficazmente a sus subordinados que, en ocasiones, actuaban a su albedrío, como Shkuro al cruzar el Dniéper o Sidorin que, al frente del Ejército del Don, se dedicó a expulsar a los soviéticos del territorio cosaco a costa de abrir una peligrosa brecha entre su unidad y el Ejército de Voluntarios a su izquierda.[142]​ El comportamiento brutal de las unidades de Denikin en el territorio capturado, la extensa corrupción y la violencia generalizada hizo que la mayoría de la población rechazase apoyar su régimen.[143]​ Las dificultades de abastecimiento hacían que las unidades se abasteciesen de la población local, situación que a menudo degeneraba en simple saqueo, que además complicaba aún más el transporte por ferrocarril por el envío del botín a la retaguardia.[144]

Por su parte, entre julio y septiembre, los soviéticos habían logrado el regreso de cerca de un cuarto de millón de desertores de este sector del frente,[145]​ reforzado extraordinariamente Tula y sus cruciales fábricas de armamento,[146]​ y logrado una ventaja numérica de dos a uno frente a Denikin.[138]​ Otro punto débil de este era la calidad de sus tropas; si bien las unidades veteranas de 1918 eran excelentes, las reclutadas a toda prisa en 1919 eran mucho peores, debido tanto a la falta de instrucción como a su origen (campesinos y prisioneros de guerra reclutados).[147]

La incapacidad para formar una administración local sin recurrir al terror para garantizar el abastecimiento a las tropas, la dificultad del transporte,[144]​ debida a la mala situación de los ferrocarriles,[144]​ a la hostilidad de los ferroviarios y a la acción de las unidades de Majnó y Simón Petliura, el descenso de la ayuda Aliada ante los reveses de Kolchak que hacían dudar de la victoria «blanca» y la corrupción en la distribución de pertrechos que llevó a las tropas al saqueo para asegurarse comida y abrigo facilitaron la derrota.[148]

Derrota política

A pesar de haber logrado expulsar a los soviéticos efímeramente del sur del país, el movimiento no logró el alzamiento a su favor de la población.[144]​ El nacionalismo[149]​ ruso de Denikin y sus lugartenientes complicaba la cooperación con otras fuerzas antisoviéticas y con su propia base cosaca.[144][150][151]​ Con la menchevique Georgia al sur, Denikin mantuvo una mala relación, caracterizada por las escaramuzas fronterizas y, en ocasiones, combates a gran escala.[152][153]​ Ucrania, que llegó a suponer la mitad de los más de cuarenta millones de habitantes bajo control del Gobierno de Denikin, era políticamente hostil al nacionalismo ruso de este.[154][155]​ Agotada por años de guerra civil con numerosos bandos, los «blancos» fracasaron —como los demás contendientes— en movilizar a su favor a la población ucraniana.[156]​ Denikin mantuvo las hostilidades contra Symon Petliura a pesar de que este enfrentamiento detraía tropas de los otros frentes.[155]​ A Pavló Skoropadski le consideró un traidor por sus acuerdos con los alemanes y la declaración de independencia de Rusia.[157]​ Tampoco pudo contar con el apoyo polaco, preocupado por el nacionalismo del movimiento; durante la decisiva ofensiva contra Moscú del otoño de 1919, el frente suroeste polaco se mantuvo inactivo en vez de hostigar las fuerzas de Pilsudski a los bolcheviques, como hubiese convenido a Denikin.[158]​ El movimiento perdió también el respaldo de la población judía; el movimiento era antisemita y cometió numerosas atrocidades de las que fueron víctimas decenas de miles de judíos —atrocidades cometidas también por el resto de bandos que operaban en Ucrania, algo menores en el caso de las unidades soviéticas—.[156]​ Las relaciones con las nuevas repúblicas caucásicas fueron tensas y no desembocaron en un enfrentamiento armado únicamente gracias a la mediación británica.[150]​ Dagestán se sublevó el agosto de 1919 y se necesitaron tropas del frente para enfrentarse a las tribus musulmanas alzadas.[150]​ La crisis económica en el sur, que Denikin no supo atajar, tampoco favoreció que la población percibiese a su Gobierno como una mejor alternativa económica a Lenin; el movimiento no afrentó seriamente la penuria económica, ni fomentó el comercio exterior ni trató de poner fin a la importante inflación.[156]

El mayor fracaso político «blanco», no obstante, fue el no obtener el respaldo del campesinado.[156][159][160]​ No solo el abastecimiento de las tropas de la población campesina fomentó la hostilidad de esta; los campesinos asociaban a Denikin con la vuelta de los terratenientes,[161]​ a pesar de sus tibios intentos de reforma agraria, entorpecidos por sus propios asesores y los conservadores funcionarios locales.[156]​ El propio Denikin tuvo que rechazar la propuesta de la comisión encargada de redactar un borrador de reforma agraria por excesivamente conservador.[159]​ Los intereses de muchos de sus partidarios más influyentes, terratenientes o familiares de terratenientes, impedían aprobar reformas más radicales.[161][160]​ Sus intentos de última hora para ganarse el favor de los labradores fueron tardíos e infructuosos.[162]​ En las disputas entre cosacos y no cosacos (inogorodnye) en las regiones cosacas, los dirigentes del Ejército tomaron partido sistemáticamente por los primeros.[160]​ No contaba con un programa alternativo al de los bolcheviques que pudiese atraer a la población.[163][160]​ Los objetivos, relativamente reformistas, que proclamó el 5 de abril de 1919 por iniciativa de los británicos[164]​ no se correspondían con los actos de sus subordinados.[159]​ A pesar de que el propio Denikin no fuese favorable a la restauración monárquica o a la reacción, sus más consejeros más cercanos, tanto políticos como militares, eran mucho más conservadores y el régimen daba una clara sensación de tender a la restauración del antiguo régimen.[149]​ Sus órdenes contra la restauración de los terratenientes con ayuda de las tropas fueron ignoradas.[161]

El movimiento no logró tampoco atraer al proletariado de las zonas bajo su control; el nivel de vida de los obreros no mejoró con las expulsión de los bolcheviques, muchas fábricas continuaron cerradas y el desempleo era amplio.[165]​ Los sindicatos y los partidos socialistas no bolcheviques tampoco disfrutaban de libertades y se hallaban en una situación de pseudoclandestinidad.[165]​ Dada además la general simpatía de los militares con los industriales frente al proletariado, la actitud general de éste frente a Denikin y sus partidarios fue de hostilidad.[150]​ Los intentos de crear sindicatos afines a los «blancos» fracasaron.[150]

Denikin no solo fue incapaz de aplicar reformas políticas que asegurasen un gobierno representantivo o una cierta reforma social, sino que tampoco fue capaz de animar a la población mediante promesas; su servicio de propaganda era mucho menor y de peor calidad que el de sus enemigos,[166]​ y rara vez alcanzaba al campesinado.[162]

Si el Gobierno central del movimiento era conservador,[167]​ ineficiente y formado por una serie de sucesivas juntas de nombre diverso, la administración[122]​ local era prácticamente inexistente.[162]​ Denikin se quejaba de la falta de personal pero, a la vez, se mostraba contrario a cooperar con la intelectualidad, en parte socialista.[162]​ Esta posición le obligaba a apoyarse en los kadetes y otras fuerzas de derecha, muy escasas en la zona.[162]​ El corto tiempo en el que algunas provincias estuvieron bajo su control y el complicado carácter de algunas de ellas, que dificultó su gestión por otros bandos también, complicó asimismo el establecimiento de una administración eficiente.[168]​ El Gobierno local quedó a menudo en manos de oficiales reaccionarios que trataban brutalmente a la población; Denikin, más liberal que la mayoría de los oficiales de su ejército, trató tímidamente de acabar con los abusos, pero no se atrevió a relevar a los mandos que los permitían ya que vencían en el frente.[169]​ Las propuestas para separar la administración civil de la militar no se pusieron en práctica.[170]

En la práctica, el régimen era una dictadura militar[167]​ que los oficiales, hostiles a los políticos a los que relegaron a un papel secundario, dominaban.[171]​ Las zonas de retaguardia, por su parte, sufrieron el caos, la corrupción y la especulación causados por las tropas que el íntegro Denikin trató de eliminar en vano.[172]

Retirada

Máximo avance de las fuerzas de Denikin en la ofensiva de otoño contra Moscú. El ataque, al principio victorioso, fue detenido en Oriol y el desorden de la retaguardia causó una rápida retirada.

Lejos de sus bases de suministros, cansadas por el continuo avance a marchas forzadas, minada su moral por la propaganda soviética y sin el apoyo masivo que esperaban de la población del territorio que iban ganando, las fuerzas de Denikin no pudieron resistir el contraataque soviético.[173]​ Los saqueos y desmanes de las tropas cosacas contra los campesinos fueron una de las causas principales de que gran parte de la población de la Rusia central acabase respaldando a los soviéticos.[97]​ Con su retaguardia en completo desorden,[147]​ sólo ocasionalmente lograron ofrecer una resistencia eficaz, desorganizándose mientras perdían terreno.[173][174]

Archivo:Red cossacks.jpg
Cosacos «rojos», numerosos entre la nueva caballería soviética, que tuvo un destacado papel en la derrota de la ofensiva de Denikin contra Moscú y en los combates posteriores.

El 19 de octubre, la nueva caballería soviética al mando de Semión Budionni[135][136]​ batió a los cosacos en dirección a Voronezh.[175]​ Esta caía en manos de los soviéticos el 24 de octubre.[175][135][136]​ Budioni había desobedecido sus órdenes de dirigirse al Don para acudir a Voronezh y derrotar a la caballería blanca de Shkuro y Mamontov.[176]​ La ciudad era un punto estratégico importante: capital provincial y destacado nudo ferroviario, controlaba los vados del alto Don y unía al Ejército del Don con el de Voluntarios.[135]​ Tras tomar Kastornoe después de encarnizados combates el 15 de noviembre,[135][176]​ los soviéticos amenazaron con rodear a la vanguardia de Denikin y forzaron definitivamente su retirada.[175][142]​ Después de tres semanas de intensos combates las fuerzas de Denikin comenzaron a mostrar desmoralización y a acelerar la retirada.[176]​ La ofensiva contra Moscú había fracasado y con ella la última amenaza seria al núcleo de poder soviético.[142]​ La superioridad en hombres y material de los soviéticos favoreció la victoria en el frente, pero fue el caos en la retaguardia lo que causó la veloz retirada.[177]

Sufriendo continuas emboscadas de las unidades de Majnó —que a comienzos de octubre había cruzado el Dniéper hacia el Don y desbaratado las comunicaciones «blancas» alrededor de Ekaterinoslav—,[168]​ Petliura y los partisanos prosoviéticos en su retirada, a las fuerzas «blancas» llegó a finales de mes además la noticia del fin del apoyo material británico a Denikin.[174]​ Junto con la noticia de la derrota de Kolchak, esto hundió la moral de las tropas, que desertaron en gran cantidad.[174]

La nueva y poderosa caballería soviética, formada en su mayoría por veteranos de la caballería de la guerra mundial y cosacos, aceleró la retirada «blanca»;[176]​ la principal arma de Denikin, que los soviéticos habían tardado en adoptar, sirvió entonces para garantizar su rápida derrota.[6]​ Denikin trató en vano de concentrar tres grandes cuerpos de caballería al noreste de Járkov para detener el avance «rojo»,[178]​ pero las unidades soviéticas barrieron estas fuerzas; a finales de diciembre, el general Ulagai, que había relevado al popular Mamontov al frente de las fuerzas cosacas para disgusto de estas, informaba de que ya no contaban con unidades significativas de caballería.[179][180]​ Denikin sustituyó además a Mai-Mayévski por Wrangel a comienzos de diciembre,[180]​ pero éste no logró detener el avance de Budionni,[180]​ aunque sí evitar que este último rodease sus fuerzas antes de cruzar el Don.[179]​ El 3 de enero de 1920, Denikin relevó a Wrangel.[179]

Aunque las tropas «blancas» lograron cruzar el Don y evitar a la caballería soviética gracias a una providencial helada del río que más tarde se fundió y bloqueó a los perseguidores, el territorio bajo su control se redujo constantemente a finales de 1919 y comienzos de 1920.[179]​ Perdieron Járkov el 12 de diciembre,[181]Kiev, el 16 de diciembre,[181]​ Tsaritsyn, el 3 de enero, y Rostov y Novocherkask, el 7 de enero.[179]​ Para entonces habían perdido todas las tierras conquistadas durante las campañas de 1919.[179]

La pérdida del Don y del Kubán y el relevo de Denikin

El primer intento soviético de cruzar el Don el 17 de enero resultó un fracaso que se saldó con gran número de bajas.[179][182]​ Ambos bandos sufrían de tifus y, aunque teóricamente las tropas soviéticas eran mucho más numerosas que las de sus enemigos, las efectivamente desplegadas en el frente no lo eran tanto.[183]​ Su posición, alejada de los territorios centrales soviéticos y con largas líneas de abastecimiento, era delicada tras los rápidos avances durante el invierno.[183]​ Denikin, sin embargo, no pudo reavivar el entusiasmo guerrero de los cosacos del Kubán para decantar los combates a su favor,[182]​ a pesar de sus numerosos esfuerzos.[184]

Los intentos de reforma de Denikin, que incluyeron gestos para asegurar la benevolencia y apoyo de los cosacos, fracasaron.[183]​ El nuevo Ejército del Kuban, al mando de Shkuro, se desintegraba[183]​ y surgieron bandas armadas de desertores en la retaguardia.[185]​ Estas, que contaban con la ayuda de Georgia, llegaron a controlar la costa desde la frontera georgiana hasta Novorosíisk y a poner en peligro el repliegue «blanco».[186]​ La moral de las tropas que defendían el escaso territorio empeoraba con las noticias sobre los reveses en los otros frentes: el general Nikolái Yudénich quedó internado en Estonia; Kolchak fue fusilado a comienzos de febrero, al tiempo que se perdía Odesa; a finales de mes, los soviéticos ocupaban Arjángelsk.[185]​ El apoyo Aliado se desvanecía; en enero se levantó el bloqueo a Rusia y en febrero los Aliados recomendaron a los Estados periféricos que se entendiesen con los soviéticos.[185]​ A comienzos de febrero, la crisis en el mando regional soviético acabó con el nombramiento del joven Mijaíl Tujachevski, veterano de la campaña contra Kolchak.[185]

Denikin logró retomar Rostov el 20 de febrero en un intento de contraatacar a través del Don, pero la maniobra tuvo que abandonarse ante el avance soviético por el flanco a lo largo del ferrocarril Tsaritsyn-Ekaterinodar hacia el núcleo de la región del Kubán.[185][184]​ Denikin trató de atacar la retaguardia soviética mediante el envío del II y IV Cuerpos del Don, unidades de caballería que avanzaron a marchas forzadas a través de la gélida estepa.[185][184]​ Tras perder cerca de la mitad de sus efectivos, alcanzaron Egorlykskaia donde resultaron derrotadas en una serie de confusos combates.[185][184]​ La derrota forzó al abandono de Rostov y de la línea del Don pero ello no sirvió para estabilizar el frente; el 1 de marzo, Denikin perdía Bataisk y el 7, Tijoretskaia, importantes nudos ferroviarios.[185][184]​ El 17 de marzo, evacuó Ekaterinodar y la retirada se transformó en una desbandada de decenas de miles de civiles y tropas que huían hacia el mar.[185][187]

Los británicos suministraron buques para evacuar a parte de las tropas a Crimea, controlada por el general Slashchev, y desembarcaron un batallón para cubrir la maniobra.[188]​ En total, unos 34 000 soldados (19 300 del Ejército de Voluntarios y 11 850 del más numeroso Ejército del Don) se trasladaron a Crimea; algunos otros lograron pasar en barcos rusos, recogidos a lo largo de la costa del mar Negro,[189]​ pero 22 000[189]​ fueron capturados en Novorosíisk y 60 000 se rindieron a finales de abril en Sochi.[188]​ La operación fue caótica.[187]​ En los últimos meses antes de la evacuación, la debilidad «blanca« había servido para mejorar las relaciones entre Denikin y los georgianos, que le entregaron armamento y permitieron la entrada de sus unidades perseguidas por los soviéticos en su territorio.[190]​ El Ejército del Cáucaso, aislado del resto de las fuerzas de Denikin por el avance soviético, pactó el cruce a Georgia, aunque el Gobierno de Tiflis desarmó a sus soldados.[191]

La retirada hundió el prestigio de Denikin; aunque Wrangel no había conseguido derrocarle por falta de apoyo en enero y había tenido que exiliarse junto con otros generales, destituidos por Denikin, la evacuación puso fin a su liderazgo.[188]​ Tras ciertas dificultades para elegir un sucesor, los oficiales se decidieron por llamar de nuevo a Wrangel.[188][192]

La campaña de Crimea y el exilio

El barón Piotr Wrangel, sucesor de Antón Denikin al frente del Ejército de Voluntarios, dirigió las últimas operaciones del mismo antes de su evacuación de Rusia a finales de 1920.

Tras el relevo de Denikin al frente del Ejército y el regreso del exilio de Wrangel en Constantinopla[193]​ en abril,[194]​ este, alto oficial y miembro de la nobleza que había ascendido en el cuerpo de guardias imperiales, tomó el mando.[195]​ Wrangel declaró inmediatamente que su plan para vencer a los soviéticos no era exclusivamente militar, sino también político, dándose cuenta de la importancia de este aspecto, secundario para su antecesor.[196]​ Consciente de la necesidad de acabar con la imagen de defensor del antiguo régimen, admitía la necesidad de reformas que ganasen para su movimiento el apoyo del campesinado, los trabajadores y las minorías: «aplicar políticas izquierdistas por personas de derechas».[196][194]​ Su aplicación por parte en numerosas ocasiones de destacados miembros del antiguo régimen del que pretendía distanciarse fue, sin embargo, un fracaso[197]​ y, en palabras de Pavel Miliukov «un torpe intento de engañar al mundo con terminología liberal».[196]​ La persecución de opositores, tanto socialistas como liberales, supuestos o reales, no cejó.[196]​ El último ministro zarista de Agricultura, Krivoshein, quedó al cargo de Interior, llenándose la policía de antiguos oficiales zaristas que desencadenaron una «caza de brujas», represalias contra el campesinado y a menudo se lucraron en sus puestos.[196]​ La cercanía del frente sirvió de excusa para el terror del régimen, que encerró y ejecutó a cientos de campesinos y trabajadores.[196]​ Las tropas, comportándose frecuentemente como si se hallasen en territorio ocupado, saquearon a la población, lo que empeoró la relación entre esta y el movimiento.[196]​ Apreciando la importancia de la cuestión agraria, Wrangel trató de aclarar la postura del movimiento y ganarse el favor de los campesinos, mediante la promulgación de una ley de reforma el 25 de mayo de 1920; redactada, sin embargo, por miembros de la clase terrateniente, fue claramente insuficiente para lograr su objetivo.[198][199]​ El resultado fue la indiferencia y la hostilidad campesina hacia Wrangel.[198][200]

Últimas operaciones soviéticas contra el Ejército de Voluntarios en Crimea.
Imagen de la evacuación de Crimea en noviembre de 1920.

Militarmente Wrangel tuvo que lidiar con la creciente inquietud de los cosacos, deseosos de volver a sus territorios incluso a cambio de pactar con los soviéticos, y descartar al comienzo una ofensiva que los británicos[194]​ no respaldaban.[201]​ Con gran esfuerzo, supo recomponer las unidades evacuadas del Kubán y volver a formar una fuerza de combate eficiente, en ocasiones mediante medidas draconianas.[202]​ En junio contaba con unos 30 000-35 000 soldados.[203]​ El ejército cambió nuevamente de nombre; Wrangel lo llamó simplemente «Ejército ruso».[194][203]

Su posición era fuerte gracias a la dificultad de asaltar Crimea —casi una isla separada del continente por el estrecho istmo de Perekop—, la ausencia de una flota soviética que pudiese competir con la «blanca» y la Aliada y la insurgencia en la retaguardia soviética, que privaba a esta de una base sólida desde la que preparar la embestida contra la península.[203]​ La aceptación de la mediación británica el 5 de mayo hizo que se aplazasen los planes soviéticos de ataque contra Crimea y que sólo un débil ejército, el 13.º, cubriese el acceso a ella.[197]

El ataque polaco a los soviéticos le dio a Wrangel la oportunidad que necesitaba para atacar[201]​ y convirtió el frente crimeo en secundario[197]​ para Moscú.[202]​ Hasta finales de noviembre, el conflicto con los polacos impidió al Gobierno concentrar sus fuerzas contra Wrangel, a pesar de sus deseos del verano de hacerlo.[197]​ El 6 de junio, desembarcó tropas en la costa del mar de Azov[204]​ y formó una zona bajo su control al norte de Crimea que sirvió en parte para alimentar[205]​ a la crecida población concentrada en esta.[201][206]​ Wrangel debía mantener a 50 000 soldados y cerca de un millón de refugiados.[207]​ Su defensa de la península, además, se veía dificultada por el abandono de la mayoría del armamento pesado en la precipitada evacuación del Kubán en la primavera.[207]​ A finales de junio, sin embargo, derrotó a las fuerzas enviadas a recuperar la región.[208][204]​ A continuación, Wrangel trató de retomar el Kubán, que intentó que volviese a ser el centro de su movimiento.[208]​ Los 7000 hombres del general cosaco Ulagai, acompañados por numerosos refugiados que deseaban volver a su tierra, desembarcaron con éxito en la costa del Kubán el 13 de agosto.[209]​ El 18 logró tomar Timoshevskaia y los soviéticos, alarmados, evacuaron Ekaterinodar; Ulagai titubeó entonces, no avanzó y perdió la oportunidad de tomar la ciudad y unir sus fuerzas a las de las guerrillas[204]​ antisoviéticas que operaban más al sur.[210]​ La indecisión permitió a los soviéticos agrupar sus fuerzas, más numerosas, y expulsar de la región a Ulagai,[204]​ que regresó a Crimea el 7 de septiembre.[210]​ Si bien trajo consigo más tropas que las que había llevado, Wrangel perdió las que había enviado simultáneamente al Don, que fueron aniquiladas casi totalmente.[210]

Indirectamente, Wrangel ayudó a los polacos al forzar a los soviéticos a desviar parte de sus fuerzas al sur y a los territorios cosacos para evitar una posible rebelión, aunque no logró tomar contacto con las unidades polacas por su rápida retirada.[205]​ A su vez, logró el apoyo francés, tanto en abastecimiento como en apoyo de su flota; el 10 de agosto, con los soviéticos a las puertas de Varsovia, el Gobierno francés reconoció al de Wrangel como Gobierno de facto de Rusia.[205][211]​ Gran Bretaña, por el contrario, cesó su apoyo tras retomar Wrangel el ataque a los soviéticos, que hizo que fracasase la mediación británica ante el Gobierno de Moscú en nombre de los «blancos».[205][211]

En agosto y septiembre, sus intentos de avanzar hacia el norte fracasaron a pesar de éxitos puntuales,[212]​ dispersándose sus unidades campesinas en tiempo de cosecha.[201]​ No logró tomar contacto con las fuerzas polacas.[211]​ Mantuvo, sin embargo, la iniciativa en los combates; alcanzó Aleksandrovsk, Mariupol y amenazó el Donbáss.[204]​ En octubre, una vez terminada la guerra con Polonia, los soviéticos pudieron concentrar sus fuerzas contra Wrangel.[201][212]​ Frunze recibió el mando de la campaña y comenzó lentamente a reunir las unidades necesarias para acabar definitivamente con él.[213]

Un último ataque «blanco», lanzado en el Dniéper el 6 de octubre, acabó con una rápida retirada en menos de una semana.[213]​ Los 137 000 soldados soviéticos —distribuidos en cinco ejércitos— forzaron la evacuación del territorio tomado en el verano en seis días con su ofensiva del 28 de octubre,[213]​ en la que se enfrentaron a 30 000 hombres de Wrangel.[201][214][213]​ El peso de los combates recayó en las unidades de Nestor Majnó que, a pesar de ello, Trotski pronto comenzó a perseguir.[201][215]​ Los soviéticos desataron una ofensiva que aplastó a las fuerzas de Wrangel al norte de la península y le forzaron a regresar a Crimea.[214]​ A pesar de no lograr rodear a las mejores unidades de Wrangel, los soviéticos habían eliminado a una parte sustancial de las fuerzas enemigas y complicado la defensa del istmo que daba acceso a la península.[216][215]

Wrangel fortificó entonces el acceso a Crimea a la vez que preparaba su evacuación.[201][216]​ El 7 de noviembre, aniversario de la Revolución de Octubre, los soviéticos atacaron las líneas de defensa del istmo;[216]​ tras duros combates,[215]​ el 11 lograron quebrar las defensas y penetrar en Crimea.[217]​ El 10 de noviembre, comenzó el embarque en varios puertos, que dio paso a un proceso notablemente bien organizado,[217]​ a diferencia de la retirada de Kubán en marzo.[201][215]​ Las tropas, retirándose ordenadamente, cubrieron el paso de cerca de 146 000[217][215]​ refugiados en 126 barcos rusos, británicos y franceses que los trasladaron a Constantinopla.[201]​ Los soviéticos engañaron a cientos de oficiales «blancos» para permanecer en Crimea ofreciendo una amnistía en nombre del general Alexéi Brusílov, para ejecutarlos a continuación.[218]

Véase también

Notas y referencias

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  213. a b c d Mawdsley (1987), p. 269
  214. a b Chamberlin (1965), p. 329
  215. a b c d e Mawdsley, por el contrario, indica que participaron en la ofensiva, pero con un papel secundario, Mawdsley, p. 270. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «mawdsley270» está definido varias veces con contenidos diferentes
  216. a b c Chamberlin (1965), p. 320
  217. a b c Chamberlin (1965), p. 332
  218. Figes (1998), p. 720

Bibliografía

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