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La unica gran desventaja soviética parecía ser la preparación táctica de sus oficiales para una invasión alemana. Tras la [[Gran Purga]] de 1936 [[Stalin]] ( una hábil maniobra de inteligencia alemana ideada por [[Reinhard Heydrich]] llamada el Incidente Skoblin ) había reforzado su poder dentro de la [[Unión Soviética]] pero para ello había ordenado encacelar o fusilar a varios miles de oficiales muy competentes del [[Ejército Rojo]] tales como el General [[Mijaíl Tujachevsky]], (mentor de [[Heinz Guderian]]), al punto que de 90 Generales de Ejército solo 6 sobrevivieron la purga, y de 180 jefes de distrito militar solamente 57 vivían tras la purga, casi dos tercios de los comandantes de divisiones y de cuerpos de ejército habían sido arrestados o ejecutados. El resultado fue que tales puestos vacantes quedaron cubiertos por oficiales más jóvenes, carentes de experiencia dirigiendo tropas, y tras el recuerdo de las purgas muy pocos de estos jóvenes comandantes se atrevían a tomar iniciativas propias en combate o a dar sugerencias a sus jefes directos. Además la desconfianza de [[Stalin]] impulsó a que los nombramientos de jefaturas militares tras la [[Gran Purga]] tuvieran como base la "confiabilidad política" de los oficiales en vez de su habilidad y conocimiento militar.
La unica gran desventaja soviética parecía ser la preparación táctica de sus oficiales para una invasión alemana. Tras la [[Gran Purga]] de 1936 [[Stalin]] ( una hábil maniobra de inteligencia alemana ideada por [[Reinhard Heydrich]] llamada el Incidente Skoblin ) había reforzado su poder dentro de la [[Unión Soviética]] pero para ello había ordenado encacelar o fusilar a varios miles de oficiales muy competentes del [[Ejército Rojo]] tales como el General [[Mijaíl Tujachevsky]], (mentor de [[Heinz Guderian]]), al punto que de 90 Generales de Ejército solo 6 sobrevivieron la purga, y de 180 jefes de distrito militar solamente 57 vivían tras la purga, casi dos tercios de los comandantes de divisiones y de cuerpos de ejército habían sido arrestados o ejecutados. El resultado fue que tales puestos vacantes quedaron cubiertos por oficiales más jóvenes, carentes de experiencia dirigiendo tropas, y tras el recuerdo de las purgas muy pocos de estos jóvenes comandantes se atrevían a tomar iniciativas propias en combate o a dar sugerencias a sus jefes directos. Además la desconfianza de [[Stalin]] impulsó a que los nombramientos de jefaturas militares tras la [[Gran Purga]] tuvieran como base la "confiabilidad política" de los oficiales en vez de su habilidad y conocimiento militar.


== La inbazión ==
== La invasión ==


La inbazión estaba inicialmente prevista para el [[15 de mayo]], pero la intervención de [[Mussolini]] en [[África]] Oriental contra la Somalia Británica y, sobre todo, su frustrada [[Guerra Greco-Italiana del Invierno de 1940-41|invasión de Grecia]] durante el invierno de 1940 hizo aplazar la operación, al verse Hitler obligado a socorrer a su aliado decretando la invasión de Grecia ([[Operación Marita]]). Por otra parte, como respuesta al golpe de estado en Yugoslavia que sustituyó al gobierno pro-alemán que había firmado el [[Pacto Tripartito]], Hitler ordenó la [[invasión de Yugoslavia|invasión de Yugoslavia (Operación 25)]]. En conjunto, la [[Frente del Sur de Europa y Mar Mediterráneo#Campaña Italo-Germana de los Balcanes|intervención del Tercer Reich en Grecia y los Balcanes]] retrasó la Operación Barbarroja cuatro semanas. Muchos autores sostienen que este retraso resultó, a la larga, fatal para el avance alemán, como ya había advertido en su día el Alto Mando.<ref name="asman">Assmann, Kurt, “The Battle for Moscow: Turning Point of the War,” ''Foreign Affairs'' 28:2 (1950)</ref> Las fuertes lluvias de mayo difirieron los preparativos otros diez días.<ref name="asman"></ref>
La invasión estaba inicialmente prevista para el [[15 de mayo]], pero la intervención de [[Mussolini]] en [[África]] Oriental contra la Somalia Británica y, sobre todo, su frustrada [[Guerra Greco-Italiana del Invierno de 1940-41|invasión de Grecia]] durante el invierno de 1940 hizo aplazar la operación, al verse Hitler obligado a socorrer a su aliado decretando la invasión de Grecia ([[Operación Marita]]). Por otra parte, como respuesta al golpe de estado en Yugoslavia que sustituyó al gobierno pro-alemán que había firmado el [[Pacto Tripartito]], Hitler ordenó la [[invasión de Yugoslavia|invasión de Yugoslavia (Operación 25)]]. En conjunto, la [[Frente del Sur de Europa y Mar Mediterráneo#Campaña Italo-Germana de los Balcanes|intervención del Tercer Reich en Grecia y los Balcanes]] retrasó la Operación Barbarroja cuatro semanas. Muchos autores sostienen que este retraso resultó, a la larga, fatal para el avance alemán, como ya había advertido en su día el Alto Mando.<ref name="asman">Assmann, Kurt, “The Battle for Moscow: Turning Point of the War,” ''Foreign Affairs'' 28:2 (1950)</ref> Las fuertes lluvias de mayo difirieron los preparativos otros diez días.<ref name="asman"></ref>


El domingo [[22 de junio]] de [[1941]], a las 3:15 de la madrugada en un gigantesco frente de 1.600 km entre el [[mar Báltico]] y el [[mar Negro]], los alemanes pusieron en marcha a más de 4 millones de hombres: 3,5 millones de alemanes y 1 millon de aliados aglutinados en 225 divisiones, junto a ello 4.400 tanques y 4.000 aviones {{cita requerida}}, convirtiéndola en la operación terrestre más grande de la historia. En un principio el ejército soviético se derrumbó. Las fuerzas acorazadas alemanas se movieron rápido y lejos, aislando y capturando grandes cantidades de soldados enemigos y de su equipo. La Lufftwaffe se ocupó de destruir la mayoría de los anticuados aviones de las fuerzas aéreas soviéticas antes de que pudieran despegar del suelo. En un mes [[Bielorrusia]] y el [[Báltico]] estaban en manos alemanas aunque en el sur hubo que esperar a agosto para alcanzar el río [[Dniéper]], ordenando Hitler que parte del grupo centro se dirigiera al sur para cerrar una tenaza en torno a [[Kiev]], lo que provocó la mayor captura de soldados enemigos de la historia (más de 800.000), pero hizo retrasar el asalto a la capital soviética, aunque también ayudó a asegurar el flanco meridional del grupo de ejército centro.
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Revisión del 21:18 16 ene 2010

Plantilla:Ficha del frente oriental de la Segunda Guerra Mundial La Operación Barbarroja (en alemán: Unternehmen Barbarossa) fue el nombre en clave dado por Adolf Hitler para el plan de invasión de la Unión Soviética por las Fuerzas del Eje durante la Segunda Guerra Mundial.

La operación abrió el Frente Oriental, que se convirtió en el teatro de operaciones más grande de la guerra, escenario de las batallas más grandes y brutales del conflicto en Europa.

La Operación Barbarroja significó un duro golpe para las desprevenidas fuerzas soviéticas, que sufrieron fuertes bajas y perdieron grandes extensiones de territorio en poco tiempo. No obstante, la llegada del invierno ruso acabó con los planes alemanes de terminar la invasión en 1941. Durante el invierno, el Ejército Rojo contraatacó y anuló las esperanzas de Hitler de ganar la batalla de Moscú.

Preliminares

En el ideario de Hitler estaba la expansión hacia el Este dentro de su política de "espacio vital" (Lebensraum en alemán), aunque esta era una aspiración alemana previa a la Primera Guerra Mundial. Ya en 1918 en la Paz de Brest-Litovsk, los bolcheviques habían cedido Ucrania, Polonia, Bielorrusia y los Países bálticos.

Como se puede leer en el libro de Hitler Mein Kampf -Mi Lucha-, la guerra contra los soviéticos es una cruzada de Europa contra Asia: se trata de enviar al fondo del continente asiático a quienes hacen correr al "Nuevo Orden" europeo y nacionalsocialista los mismos riesgos que hacían correr los hunos de Atila a la Europa romana. El territorio conquistado se convertiría en el espacio vital que satisfaría las necesidades de tierra y materias primas para la población alemana durante siglos.

En diciembre de 1940, el Führer firma la Directiva nº 21, denominada Operación Barbarroja, que contempla la invasión relámpago de la Unión Soviética, que debía ser aniquilada, teóricamente, en una sola campaña de apenas un par de meses. El plan de Hitler es hacer avanzar simultáneamente tres ejércitos, que deben girar a continuación sobre ellos mismos, para cercar a los ejércitos soviéticos en enormes maniobras de tenaza para posteriormente aniquilarlos.

Hitler la nombró así en honor de Federico I, Friedrich I, en alemán, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico durante el siglo XII, llamado Barbarroja por el color de su barba. Su reinado representó el apogeo del Sacro Imperio Romano Germánico, considerado el Primer Reich por los nacionalistas alemanes. La fama y el significado moderno de Federico I Barbarroja está unido al nacionalismo alemán del siglo XIX. Barbarroja fue un referente para los nacionalistas alemanes que pretendían reunificar el país bajo un poder fuerte, como el del emperador.

Como se ha mencionado, Adolf Hitler ha decidido tomarse la guerra en el frente del Este como una Cruzada y así se lo advierte a sus generales, recordandoles que la Unión Soviética no ha firmado las convenciones de Ginebra y que no se trata de hacer alarde de espíritu caballeresco. El Führer piensa poner los territorios conquistados bajo una severa administración alemana, "desbolchevizar" el país y ver hundirse el régimen soviético cuando él esté en posesión de lo que él llama las "ciudadelas del bolchevismo": Leningrado y Stalingrado.

En el momento del ataque estaba en vigor el pacto de no agresión germano-soviético de agosto de 1939, por el que ambas potencias se definían sus esferas de influencia en Europa oriental. El pacto sorprendió al mundo debido a la hostilidad mutua y a las ideologías diametralmente opuestas de los firmantes.

La situación en junio de 1941

El Tercer Reich es dueño de toda Europa occidental. Polonia, Dinamarca, Noruega, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Yugoslavia, Grecia, la parte checa de Checoslovaquia y la mayor parte de Francia son naciones ocupadas. Italia es aliada y Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Hungría y Finlandia son estados satélites en la órbita alemana. El resto, incluida la Francia de Vichy, permanecen neutrales o en un estado de no-beligerante, como la España de Franco. La Wehrmacht presume de victorias en todos los frentes. Sin embargo, ya se le plantean al vencedor provisional graves problemas:

  1. No se ha sometido a Gran Bretaña. La Operación León Marino, Unternehmen Seelöwe en alemán, el plan para invadir Gran Bretaña, se ha pospuesto sine die, la campaña de bombardeos aéreos, la Batalla de Inglaterra, se salda con un fracaso para la Luftwaffe y las operaciones de guerra submarina no han doblegado a los británicos.
  2. Los países ocupados empiezan a reaccionar. Se desarrollan movimientos de resistencia -todavía tímidos- apoyados por Gran Bretaña mediante emisiones de propaganda de la BBC, creación en Londres de un servicio - Secret Operations Executive, SOE.- encargado de formar agentes clandestinos adiestrados para realizar atentados, sabotajes, establecer enlaces de radio, etc.
  3. Estados Unidos ha abandonado su estado de neutralidad por uno de no-beligerancia. Tras la caída de Francia, los EE.UU. iniciaron el primer reclutamiento realizado en tiempo de paz de su historia e incrementaron considerablemente su presupuesto militar. Era cuestión de tiempo que la Batalla del Atlántico arrastrase a la guerra a los Estados Unidos y la ayuda militar estadounidense es una amenaza de la que Hitler es muy consciente.
  4. La Unión Soviética, con la que se mantiene vigente el pacto de no agresión sigue siendo todavía un interrogante. Alemania corre el riesgo de depender demasiado para su abastecimiento del Estado soviético. Además, la URSS tiene pretensiones territoriales que asustan a Hitler: la Unión Soviética se ha anexionado ya la parte oriental de Polonia, Estonia, Lituania, Letonia, ha obtenido concesiones teritoriales de Finlandia como consecuencia de la Guerra de Invierno ruso-finesa de 1939-40 y mira hacia los Balcanes.

Hitler contaba con otra campaña relámpago en el verano de 1941 que acabase con el derrumbe del Ejército soviético en un par de meses, por lo que la Fuerzas Armadas alemanas no se equiparon para combatir en invierno. Alemania no estaba preparada para un guerra de larga duración, por lo que se esperaba que una victoria rápida sobre la URSS obligaría a Gran Bretaña a aceptar una paz negociada.

El espionaje británico había alertado a la Unión Soviética de la inminente invasión pero Stalin creyó que era un intento desesperado de Churchill para hacerle entrar en la guerra junto a los Aliados. A pesar de que el espía soviético Richard Sorge llegó a dar a Stalin la fecha exacta del ataque, el ataque pilló al Ejército soviético por sorpresa, puesto que la STAVKA, el Alto Mando del Ejército Rojo, bajo las órdenes de Stalin, no dicto ningún tipo de medida preventiva que pudiese irritar a su homólogo alemán.

Stalin, a pesar de que no albergaba dudas sobre que el conflicto germano-soviético sería inevitable, creía que Hitler no abriría un segundo frente antes de acabar la guerra con Gran Bretaña[1]​ y en todo caso los planes de defensa soviéticos estaban previstos para un enfrentamiento con Alemania como muy pronto en la primavera de 1942.

Preparativos

Los preparativos alemanes

La Operación fue diseñada en un principio en diciembre de 1940, tras el fracaso de la batalla de Inglaterra. Hitler deseaba dividir sus fuerzas y no repetir el error de Napoleón Bonaparte de invadir un país tan extenso mediante un solo bloque de tropas; asismismo se ejecutaron diversas misiones de reconocimiento aéreo a lo largo de la frontera germano soviética. Se estructuraron tres grupos de ejército asignados para conquistar regiones y ciudades grandes de la Unión Soviética una vez que la invasión comenzara.

El Grupo de Ejércitos Norte fue asignado a la conquista de los países bálticos y de Leningrado (ahora San Petersburgo).[2]

El Grupo de Ejércitos Centro, el más poderoso en hombres y material, conquistaría Bielorrusia, participaría en la toma de Smolensk antes de dirigirse hacia la conquista de Moscú y la ocupación de las regiones centrales de Rusia.[2]

El Grupo de Ejércitos Sur debía tomar la totalidad de Ucrania,[2]​ sin dejar de lado la conquista de Kiev y continuar hacia el río Volga, teniendo como objetivo conquistar finalmente la región montañosa del Cáucaso, muy rica en petróleo.

Al final de los preparativos, la Wehrmacht había movilizado cerca de 3,2 millones de soldados hacia la frontera soviética, junto con un millón de soldados de países aliados y satélites, preparados todos para iniciar una ofensiva general desde el Mar Báltico hasta los Cárpatos, contando para ello con la entrada de Rumania y Eslovaquia en la guerra.

Existía, sin embargo, una discrepancia en los objetivos: mientras Hitler daba prioridad a la política y a la economía, deseando unirse cuanto antes a las tropas finlandesas en el norte y ocupar la riqueza agrícola de Ucrania en el sur; el Alto Mando deseaba destruir el centro de poderío militar soviético en Moscú, principal centro de comunicaciones del país.[2]

Los preparativos soviéticos

La Unión Soviética no era tan débil como aparentaba. A pesar de la Gran Purga stalinista, la industrialización sobre todo del sector pesado había progresado hasta convertir al país en la segunda potencia industrial del mundo. La producción de armamento fue aumentada en los años previos dentro del clima general europeo de rearme. En 1941 el ejército soviético sobrepasaba al alemán por un gran margen en cantidades de hombres y material, siendo los modelos de tanques T-34 y aviones Sturmovik en muchas ocasiones mejores que sus pares alemanes, asimismo la cantidad de tanques (siete veces más numeroso que sus oponentes alemanes[3]​), cañones de largo alcance y aviones de combate disponibles en la Unión Soviética resultaba ser mayor a la que Alemania y todos sus aliados pudiesen movilizar respecto de esas mismas armas, sólo faltaba modernizarse en táctica militar.

El número real de tanques, aviones de guerra y divisiones del Ejército Rojo era desconocido por el OKW (Alto Mando de la Wehrmacht) alemán y de este modo por Hitler, quien consideraba inferior y desmoralizado al Ejército Rojo. Por otra parte los análisis de los generales germanos y del propio Hitler se sustentaban en el pésimo desempeño de las tropas soviéticas durante la Guerra de Invierno de 1939 contra Finlandia, en la que el Ejército Rojo sufrió cuantiosas pérdidas en hombres y material frente al ejército finlandés, mucho más pequeño y peor equipado, al cual combatían.

Se ha determinado que el Ejército Rojo estaba en desventaja numérica respecto a la Wehrmacht precisamente en las guarniciones de regiones occidentales de la Unión Soviética[cita requerida], aunque sumando la totalidad de soldados soviéticos disponibles resultaba una cifra superior a la movilizada por Alemania y sus aliados. El Ejército Rojo podría movilizar casi cinco millones de soldados preparados ya en junio de 1941, pero para que tal diferencia fuese visible en combate era necesario primero movlizar grandes cantidades de tropas soviéticas desde Siberia, Asia Central y de la región del Extremo Oriente ruso, principalmente a las tropas que resguardaban los avances japoneses en Vladivostok.

La unica gran desventaja soviética parecía ser la preparación táctica de sus oficiales para una invasión alemana. Tras la Gran Purga de 1936 Stalin ( una hábil maniobra de inteligencia alemana ideada por Reinhard Heydrich llamada el Incidente Skoblin ) había reforzado su poder dentro de la Unión Soviética pero para ello había ordenado encacelar o fusilar a varios miles de oficiales muy competentes del Ejército Rojo tales como el General Mijaíl Tujachevsky, (mentor de Heinz Guderian), al punto que de 90 Generales de Ejército solo 6 sobrevivieron la purga, y de 180 jefes de distrito militar solamente 57 vivían tras la purga, casi dos tercios de los comandantes de divisiones y de cuerpos de ejército habían sido arrestados o ejecutados. El resultado fue que tales puestos vacantes quedaron cubiertos por oficiales más jóvenes, carentes de experiencia dirigiendo tropas, y tras el recuerdo de las purgas muy pocos de estos jóvenes comandantes se atrevían a tomar iniciativas propias en combate o a dar sugerencias a sus jefes directos. Además la desconfianza de Stalin impulsó a que los nombramientos de jefaturas militares tras la Gran Purga tuvieran como base la "confiabilidad política" de los oficiales en vez de su habilidad y conocimiento militar.

La invasión

La invasión estaba inicialmente prevista para el 15 de mayo, pero la intervención de Mussolini en África Oriental contra la Somalia Británica y, sobre todo, su frustrada invasión de Grecia durante el invierno de 1940 hizo aplazar la operación, al verse Hitler obligado a socorrer a su aliado decretando la invasión de Grecia (Operación Marita). Por otra parte, como respuesta al golpe de estado en Yugoslavia que sustituyó al gobierno pro-alemán que había firmado el Pacto Tripartito, Hitler ordenó la invasión de Yugoslavia (Operación 25). En conjunto, la intervención del Tercer Reich en Grecia y los Balcanes retrasó la Operación Barbarroja cuatro semanas. Muchos autores sostienen que este retraso resultó, a la larga, fatal para el avance alemán, como ya había advertido en su día el Alto Mando.[2]​ Las fuertes lluvias de mayo difirieron los preparativos otros diez días.[2]

El domingo 22 de junio de 1941, a las 3:15 de la madrugada en un gigantesco frente de 1.600 km entre el mar Báltico y el mar Negro, los alemanes pusieron en marcha a más de 4 millones de hombres: 3,5 millones de alemanes y 1 millon de aliados aglutinados en 225 divisiones, junto a ello 4.400 tanques y 4.000 aviones [cita requerida], convirtiéndola en la operación terrestre más grande de la historia. En un principio el ejército soviético se derrumbó. Las fuerzas acorazadas alemanas se movieron rápido y lejos, aislando y capturando grandes cantidades de soldados enemigos y de su equipo. La Lufftwaffe se ocupó de destruir la mayoría de los anticuados aviones de las fuerzas aéreas soviéticas antes de que pudieran despegar del suelo. En un mes Bielorrusia y el Báltico estaban en manos alemanas aunque en el sur hubo que esperar a agosto para alcanzar el río Dniéper, ordenando Hitler que parte del grupo centro se dirigiera al sur para cerrar una tenaza en torno a Kiev, lo que provocó la mayor captura de soldados enemigos de la historia (más de 800.000), pero hizo retrasar el asalto a la capital soviética, aunque también ayudó a asegurar el flanco meridional del grupo de ejército centro.

Desde el primer día de la invasión, las tropas alemanas habían recibido en muchos pueblos soviéticos (especialmente en el Báltico y Ucrania[3]​) la bienvenida de multitudes entusiastas que los contemplaban como libertadores de la opresión del estalinismo,[3]​ pero Hitler despreció este apoyo. Consideraba a los rusos subhumanos y, mas tarde, mediante unidades especiales de las SS de Himmler, los trató con una dureza singular. Al hacerlo, se enemistó con la gente común. Stalin, por su parte, abandonó astutamente su imagen intimidatoria y apeló directamente a sus "hermanos y hermanas" (hasta entonces terminología no conocida) para mantenerlos unidos. Asqueados por la brutalidad alemana, los rusos se unieron a Stalin. Tanto alemanes como rusos trataban brutalmente a sus prisioneros, dejándolos morir de hambre (hasta se registraban casos de canibalismo), o directamente fusilándolos.

En Octubre, los alemanes se dirigieron a Moscú, el invierno estaba en curso, el atraso inicial de la Operación de 4 semanas resultó ser crucial para la paralización del avance, el fango de las primeras lluvias otoñales hicieron que las operaciones casi se paralizasen, aunque lograron una última victoria en Viazma, comparable a la de Kiev. Con los soldados alemanes logrando victoria tras victoria, los periódicos alemanes aseguraban que era una guerra prácticamente ganada. Las pérdidas rusas habían sido inmensas pero Stalin apeló al patriotismo mediante el recuerdo de la invasión napoleónica y olvidando toda ideología llamó a su pueblo a la defensa de la patria llamando al conflicto Gran Guerra Patria.

El derroche de vidas que prodigaban los rusos causaba asombro a los alemanes. La resistencia soviética (ver Historia militar de la Unión Soviética) sorprendió al mando alemán, que durante el verano había dado por aniquilado a dos tercios del ejército soviético tras cada batalla importante, pero que era capaz de reconstituirse sin que los historiadores hayan todavía podido aclarar los mecanismos mediante los cuales se producía ese milagro [cita requerida]. Un ejemplo es la fortaleza de Brest-Litovsk en la frontera polaca: atacada el primer día de la invasión alemana, se planeó que su captura se realizaría en horas, sin embargo los soviéticos resistieron un mes entero. Lanzaron a grupos de soldados en asaltos suicidas contra posiciones alemanas. De igual forma, Smolensk, en el camino de Moscú, retrasó la ofensiva alemana por varias semanas.

Tropas de infantería alemana avanzando en Rusia

Se organizó la lucha guerrillera con partisanos que hostigaban constantemente las líneas de suministros alemanas, alargadas cada vez más a medida que avanzaban. Los soviéticos realizaron la política de tierra quemada al igual que en 1812.

Los rusos contaban además con un informante clave en el contraespionaje, Richard Sorge, quien entregó al mismo Stalin información relevante para el traslado de unidades desde el frente asiático hacia el frente alemán.

El grupo de ejércitos norte llegó a las cercanías de Leningrado antes de agosto de 1941. Allí la resistencia soviética lo paró. En opinión de Hitler, capturar Leningrado sería una operación demasiado costosa, por lo que decidió asediarla y rendirla por hambre estableciendo el Sitio de Leningrado, en el que más de dos millones de personas murieron por el hambre, el frío, el estado de ley marcial y los bombardeos. La ciudad resistió hasta que en enero de 1944 los alemanes fueron rechazados.

El momento crucial de la operación Barbarroja, sin embargo, fue cuando las tropas alemanas del grupo de ejércitos centro (Heinz Guderian) avanzó hasta 25 kilómetros de Moscú en diciembre de 1941. Sin embargo el intenso frío (-50°C) y la llegada de divisiones de Siberia hizo retroceder a los alemanes 200 kilómetros hacia el oeste en la llamada batalla de Moscú. No hubo modo de volver a tomar dichas posiciones. Hitler destituyó a Guderian.

El término de la Operación Barbarroja ocurre con el fracaso de tomar Moscú y rendir Leningrado.

Causas de las primeras derrotas soviéticas

Las causas de la derrota inicial soviética están circunscritas a la guerra relámpago o Blitzkrieg basada en la guerra de movimientos y el uso de la táctica de tenazas acorazadas, algo nuevo tanto para los rusos como para el resto del mundo.

Un inesperado espléndido verano ayudo a las divisiones alemanas a avanzar rápidamente hasta que les entorpeció el invierno, bajas temperaturas que solo sufrieron los alemanes puesto que la ropa robada a la población civil no les fue suficiente para mantenerse calientes.

Además, si había señales de una preparación militar al otro lado de la frontera, no contaban con un rápido ataque alemán y no fueron preparados para él. La mayor parte del ejército soviético y sus vías de suministros estaban en la frontera, siendo eliminados en las primeras semanas.

El Frente Oriental duró cuatro años, dando por resultado 4 millones de muertes alemanas y 11 millones de bajas soviéticas en combate, más otros 15-18 millones de civiles soviéticos muertos por masacres, enfermedades y hambre.

Stalin al principio no reaccionó ante este nuevo escenario al que se enfrentaba y solo dos semanas después pudo tomar las riendas del problema; no contaba con mucha oficialidad competente debido a que él mismo había purgado al ejército de excelentes generales.

Los soviéticos contaban con un arsenal muy grande frente al alemán, pero ¿por qué han sufrido tal derrota inicial? Hubo numerosos motivos que habitualmente se pasan por alto o no son conocidos por todo el mundo:

- La tecnología alemana no era la mejor del momento en cuanto a tanques. Los carros de combate T-34 y KV-1 eran muy superiores a lo mejor que tenían los alemanes,[4]​ que eran sus preciados Panzer III, Panzer IV y los Stug III. Sin embargo, de los 19.500 tanques soviéticos, sólo el 5% eran T-34s de primera generación y propensos a fallos por su corta vida y un 2% eran KV-1, con los mismos problemas.[4][5]​ Añadir a todo esto, que los viejos T-26 y los carros rápidos de la serie BT tenían una vida útil (antes de necesitar un cambio de motor o grandes reparaciones en él) de unas 100 horas de uso,[4]​ tras las cuales se requería una gran labor de mantenimiento. Esto causó que en la primera semana, el 50% de los tanques soviéticos fueran puestos fuera de combate sin siquiera luchar.[5]

- El enorme parque soviético de tanques estaba en un estado de reparación pobre en 1941, donde sobre el 29% necesitaban cambios y un 44% una reconstrucción.[4][5]​ Rápidamente estos tanques fueron puestos fuera de servicio en los primeros días de la invasión a causa de las averías.

- Stalin se sorprendió por el hecho que Alemania realmente estuviese atacando a la Unión Soviética, y por ello tardó en darse cuenta de la gravedad de la situación y comenzar los preparativos para la guerra que ya había empezado con factor sorpresa. Pero además, las purgas stalinistas (como la Gran Purga de 1935) causaron que muchos buenos oficiales no estuvieran disponibles al haber sido encarcelados o fusilados, por lo que las tácticas soviéticas fueron deficientes durante una buena parte de la guerra.[6]

- En el primer día se destruyeron más de 1800 aviones soviéticos, muchos de ellos sin tan siquiera despegar y en el segundo día ya había unos 2700 destruidos en total. Además, los aviones alemanes eran más veloces que los soviéticos y tuvieron el cielo bajo su dominio, lo cual propiciaba que las labores de localización de enemigos y exploración fueran un punto a favor de los alemanes, privándo a los soviéticos de esta necesaria tarea.

- Las tácticas alemanas estaban bastante evolucionadas y las cadenas de mando eran más cortas que en cualquier otro ejército,[7]​ pues en el Ejército Rojo sin las órdenes de los mandos del más alto nivel no se podía actuar incluso en las más elementales tareas defensivas; esto provocaba que regimientos enteros de soldados soviéticos estuviesen quietos en el frente sin tomar iniciativas para el ataque o la defensa, pues en caso de actuar por cuenta propia y fracasar la pena de muerte no tardaría en llegar.

- La falta de municiones fue un punto importantísimo. Sólo un 12% de los tanques soviéticos tenían proyectiles perforantes,[4]​ mientras que el resto rara vez poseía un cargamento completo de munición ropedora o de alto explosivo (HE = High Explosive), lo cual hacía que los enfrentamientos entre carros fuesen dramáticos para los soviéticos durante las primeras semanas.

- La dispersión de los tanques del Ejército Rojo entre varias unidades frente a la cohesión de las divisiones de tanques de la Wehrmacht fue también un punto importante, pues los panzer germanos se concentraban para eliminar a los enemigos individualmente, mientras los tanques soviéticos (dispersos en pequeñas unidades) se veían en inferioridad en sus combates, aun a pesar de que el número global era mayor.[8]​ Esto mismo pasó a menudo en el desierto, donde el general Erwin Rommel solía tener menos efectivos, pero más concentrados que en el bando británico, lo cual aumentaba la eficacia alemana. Hasta ese entonces, la URSS (y otros países) veía al tanque como meramente un arma de apoyo a infantería, por lo que en varias ocasiones los mandos del Ejército Rojo enviaban unos pocos tanques y cientos de hombres contra formaciones enteras de blindados alemanes.

- Un aspecto importantísimo también fue la falta de entrenamiento de las tropas soviéticas.[4][5][7][8]​ Los alemanes estaban curtidos de las batallas del frente Oeste y además estaban bien instruidas en los entrenamientos básicos. Esto suponía una gran ventaja en los combates, donde algunos carros soviéticos recibieron innumerables impactos mientras que no localizaban a sus enemigos.[4]

Bajas alemanas y soviéticas en el primer mes de la invasión[3]
Tipo de bajas Pérdidas alemanas Pérdidas soviéticas
Muertos y heridos 97.253 350.000
Prisioneros o desaparecidos 5.335 819.000

Causas del fracaso de la Operación Barbarroja.

Entre las causas del fracaso de la primera fase de la consolidación en tomar el control de la Unión Soviética se pueden citar:

  • La falta de información fiable del número de divisiones, armamentos y ubicación en el escenario del ejército soviético, producto de la escasa labor de la inteligencia militar alemana respecto a ese tema y un peligroso exceso de confianza por parte de Hitler. El alto costo en vidas y material bélico soviético invertido en la Guerra de Invierno ayudó mucho a tomar esta decisión y ver a la URSS perdida.
  • La falta de abastecimientos: la logística alemana no estuvo a la par con las necesidades del frente. Por error de cálculo Hitler creía posible aniquilar al Ejército Rojo en seis meses y no preparó sus tropas para una guerra prolongada, lo cual generó graves dificultades para vestir, armar y alimentar a las tropas en sitios muy distantes entre sí a la vez que combatían.
  • La vastedad del espacio soviético hizo que para la Wehrmacht era difícil controlarlo en su totalidad mientras a la vez combatía. A eso se agrega que cada avance germano implicaba extender cada vez más las vías de abastecimiento y comunicaciones, lo cual era mayor labor para los alemanes; la misma vastedad geográfica permitía que los altos jefes del Ejército Rojo preparasen maniobras en espacios de docenas de kilómetros sin estar limitados por territorios reducidos con grandes centros urbanos como sucedió con los jefes militares de Polonia o de Francia.
  • La subestimación que Hitler hizo sobre la moral combativa y la industria militar soviética; no se tuvo en cuenta que la industrialización forzosa en la URSS fue acompañada de una gran mejora en las vías de comunicación internas del territorio soviético, lo cual no solo permitió a Stalin consolidar su poder en todo el país sino movilizar grandes masas de soldados y concentrarlas oportunamente en los frentes desde 1942. Nótese que se hace referencia a las comunicaciones internas, y no a las de las fronteras o las zonas periféricas, que eran, en general, más escasas o menos desarrolladas, lo que fue otro factor para ralentizar el avance alemán (al contrario de lo que ocurrió en Francia, donde su buen sistema de vías terrestres permitió una rápida penetración del ejercito alemán).
  • Falta de flexibilidad en la toma de decisiones cruciales al tomar el mando Hitler personalmente, desoyendo a sus asesores más experimentados como Gerd von Rundstedt o Erich von Manstein.
  • Falta de la experiencia en terreno por parte de Hitler, quien tomaba decisiones militares de carácter técnico sin ser oficial profesional. Stalin prefería dejar ese terreno a oficiales profesionales como Georgi Zhukov o Konstantin Rokosovski.
  • Destitución por Hitler de oficiales competentes como Fedor von Bock, Heinz Guderian y Brauchistch, retirándolos del mando en medio de campañas importantes.
  • Las informaciones del espía comunista alemán Richard Sorge, establecido en Japón, permitieron a Stalin sacar de la frontera con Mongolia numerosas tropas soviéticas y a su comandante más capaz, el general Georgi Zhukov. Conociendo que Japón trataría de evitar un conflicto simultáneo con la Unión Soviética y con los Estados Unidos, Stalin pudo movilizar sin temor gran parte de sus unidades de reserva estacionadas en Asia.
  • El "general invierno" de 1941-1942, con temperaturas históricamente extremas que limitaron la capacidad militar y moral del combatiente alemán. A ello se agrega que Hitler no esperaba un conflicto de larga duración contra los soviéticos y que la Wehrmacht no tenía forma, como se menciona anteriormente, de suministrar municiones, combustible y aditamentos para el invierno, decidiéndose por el armamento debido a la necesidad de mantener constantes los avances. Nótese que las anteriores campañas victoriosas de la Wehrmacht se habían desarrollado siempre en la primavera o en otoño del Hemisferio Norte, pero jamás en invierno hasta 1941. El Ejército Rojo también padeció seriamente por la crudeza del invierno, pero su logística sí había previsto esta posibilidad.
  • Las fallas en la logística germana, pues no se previó que los ferrocarriles alemanes tenían que ser adaptados al ancho de vía ruso mientras se avanzaba en el frente, lo que era indicio de que tarde o temprano el avance debía detenerse o tornarse lento, lo que ocurrió después de la Batalla de Smolensk. El tiempo perdido (de uno a dos meses) permitió a los soviéticos preparar sus defensas de cara a la crucial Batalla de Moscú.
  • Y principalmente la reorganización y con ello la reacción del Ejército Rojo y de la Unión Soviética entera, ante el ejército alemán, en donde el gobierno y la nación completa se vio comprometida en la lucha defensiva, llamandose el conflicto como la Gran Guerra Patria. En esta desesperada defensa nacional, los soviéticos se vieron inspirados en crear métodos y mecanismos de defensas nunca antes vistos, como el temido lanzacohetes múltiple Katiusha o Katiushka, el poderoso subfusil automático PPSh-41, el práctico subfusil SVT-40, el preciso fúsil para francotiradores Mosin-Nagant, entre otros; como también la propaganda de inspiración, en donde se publicitaba y se insentivaba el patriotismo, como es el caso de las publicaciones de las proezas realizadas por el famoso francotirador Vasily Zaitsev.

Véase también

Referencias

  1. Haslam, Jonathan: "Stalin and the German Invasion of Russian 1941: A Failure of Reasons of State?", International Affairs, Vol. 76:1 ( 2000)
  2. a b c d e f Assmann, Kurt, “The Battle for Moscow: Turning Point of the War,” Foreign Affairs 28:2 (1950)
  3. a b c d Stolfi, R.H.S.: "Barbarossa Revisited: A Critical Reappraisal of the Opening Stages of the Russo-German Campaign (June-December 1941)". Journal of Modern History 54:1, (1982)
  4. a b c d e f g "El Carro Medio T-34/76", por Steven J.Zaloga. Osprey Military
  5. a b c d Zaloga, James Grandsen. T-34 in Action Scuadron/Signal Publications. ISBN 0-89747-112-1
  6. "Atlas de la II Guerra Mundial", por David Jordan y Andrew Wiest. Libsa ISBN 84-662-1226-4
  7. a b Paris Match: "La Segunda Guerra Mundial", por Raymond Cartier
  8. a b Altaya: "Victorias Frustradas. Erich Von Manstein", por Bernard & Graefe Verlag

Enlace externo

Referencias

  • Lozano, Álvaro. Operación Barbarroja. La Invasión alemana de Rusia, 1941. Barcelona, Inédita Editores, 2006.
  • Velag Jochen Vollert. KV-2 Soviet Heavy Breakthrough Tank of WWII. Alemania, Tankograd Publisjing, 2004