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LAZARILLO DE TORMES

La novela, "La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades", observa un prólogo y siete tratados o capítulos, si bien, desde el comienzo hasta que el muchacho se marcha con el ciego para más tarde librarse de él, se debe entender como el origen y final de una novela corta, a la que después se le irían agregando capítulos o tratados, según la conveniencia de las futuras generaciones, por mor de conseguir nuevos consejos pedagógicos en una sociedad con muchos miembros analfabetos.

El autor nos entrega con una serie de palabras, multitud de ideas encadenadas, diferentes datos paralelos a nombres históricos, otorgando un doble sentido estético y ético, que nos indica por dónde extraer el zumo filosófico del texto, que además con lo escrito, bien se le puede sacar un sentido gracioso a la lectura para quien lo haga simplemente y sin profundizar, así lo dice en ella, concurriendo a lo que hasta ahora se ha llamado "novela picaresca". Es asombroso como el autor, desconocido por ahora y según creo siempre por su voluntad, en todo el discurrir del relato, con un doble sentido en cada una de las palabras, que a quien ahonde más, no sólo se deleitará con sus chistes, sino que se le pintará la vida de aquella época.

Yo, como dice el personaje en el tratado último la obra, juraría por Dios, que, quien dice que le llaman: ante todas cosas, Lázaro de Tomes; persona ficticia o real; que prefirió utilizar el sobrenombre del río; que declara ser cuyo hijo de la vida, si bien tuvo dos personas de carne y hueso que ejercieron como sus padres con quienes dio sus primeros pasos, Tomé González o Gonçáles, y, Antona Pérez, ellos naturales de la aldea salmantina de Tejares, no fue capaz, o por sentir vergüenza de su madre no quiso; ya que los hijos nacidos fuera del matrimonio son muy abominables a Dios , confesar que era por lo menos hijo natural de Antona Pérez; de la que por el relato se puede calificar, como la ramera más famosa que en aquella época dormía en todas las casas de Salamanca; una puta de marca mayor.

Para hacer tal afirmación, me baso dentro de lo que es posible en el campo de la especulación con los datos hasta ahora aportados que están editados, no en la fantasía siempre indemostrable, sino basándome en la narración y en las notas de otros estudiosos del libro. Yo les estoy agradecido, y estaría en una deuda mayor si no citara aquí sus nombres y trabajos, lo que demuestra, que mienten aquellos que, simplemente, dicen que el libro de la vida de La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, se puede leer en una tarde.

Todo lo anterior expongo para que les conste a los posibles interesados posteriores. Ya que habiendo primero examinado las ocasiones que nos da el relato, puedo y debo llegar a afirmar:

1. Que Antona, madre de Lázaro de Tormes, era una mujer, por lo menos tan bella como la célebre Argentera, que vivió en Barcelona, el Canyet, por el año 1428.
2. Que el ciego, del cual no sabemos su nombre, era el más legítimo padre, del muchacho, que diría al mundo que a él llamaban ante todas las cosas, Lázaro de Tormes.

Cortés Bracero de la Hoz
Actor-músico, escritor y poeta, y callejero popular
Enamorado curador y tocador de varias Guitarras.

CIRCUNSTACIAS Y HECHOS QUE CONVERGEN Y OTORGAN CARÁCTER DE VEROSIMILITUD E INDICIOS MENSURABLES SOBRE LA MORAL DE
ANTONA PÉREZ

1.1 Cuando achacaron a el molinero Tomé, ciertas sangrías mal hechas en los costales de los que allí a moler venían, siendo él ya niño de ocho años, su viuda madre, determinó arrimarse a los buenos por ser uno de ellos. Se debe recordar, que Francisco Delicado en su novela: "La lozana andaluza", empleó la misma frase, cuando el judío trigo le iba a presentar a la bella puta que moraba ya en Roma, los buenos clientes; siguiendo la interpretación de Claude Allaigre, se nos dice que los buenos, eran los buenos amantes, tanto por su disposición de dinero, como por las magnanimidades de los atributos sexuales con los que la naturaleza les dotó, y la imperiosa frecuencia de satisfacer de sus necesidades. Por tanto, ya sabemos a quienes se arrimaba Antona.
1.2 Antona, alquiló una casilla, donde guisaba de comer a ciertos estudiantes. Esto nos dice que les guisaba, no a todos los estudiantes, sino a un grupo especifico y diferenciable, es decir, sólo a unos cuantos. Lázaro dice después, que fue posada, lo que él llama antes casilla, lo que incita a pensar, que Antona Pérez, regentaba en una casilla, un negocio donde se practicaba el amor mundano.
1.3 Antona lavaba la ropa a ciertos mozos de caballos del comendador de la Magdalena. Esto nos dice con claridad, que no le lavaba la ropa a todos, sino, curiosamente, también, sólo a ciertos, o sea, que eran de la misma condición que los estudiantes anteriores. Las lavanderas, por si no es bastante con lo ya expuesto, tenían fama de ser algo ligeras en sus relaciones. Para ello, me baso en la misma novela, cuando ya el mismo Lázaro asentado con el escudero, una mañana después de hacer la negra cama, baja con un jarrillo por agua al río, y nos desvela los desaires que otras dos rebozadas mujeres, lavanderas de las que al parecer en aquel lugar no hacen falta, le hacían al escudero de Castilla la Vieja, un majadero fanfarrón que tenía en su tierra un valiosísimo solar, si no estuviera sito a dieciséis leguas del mismo Valladolid.
1.4 Lázaro diría también, la conversación. La palabra conversación, ya tenía un carácter erótico, como señala en su edición D Antonio Rey Hazas .
1.5 En aquella posada, Antona le dio un negrito muy bonito, que al cual, el Zaide, su padrastro, llamó: "¡hideputa! sobran los comentarios.
1.6 Lázaro, notó aquella palabra de su hermanico, y nos dice: "dije entre mí: <<cuántos debe haber en el mundo que huyen de otros por que no se ven a sí mesmos.>> Lo que me hace suponer, que él, a la edad de diez u once años, que es la que tendría entonces, ya hacía sospechas, que él, era un ¡hideputa!; como su hermanico.
1.7 A Antona Pérez, pusieron una pena por justicia, entre otras, que en casa del comendador no entrase. Lo que demuestra, que no sólo lavaba la ropa en la casilla-posada que alquiló, sino que, como Lázaro dijo, también frecuentaba, para ejercer su oficio, las caballerizas, donde el Zaide le prepararía citas con clientes, hasta la casa del mismo comendador para practicar la prostitución, sino, ¿qué sentido tendría prohibirle a alguien la entrada en un lugar donde no entra?. (Más adelante, expondré el por qué ya no se le permitía la entrada en la casa del comendador).
1.8 Después, nos dice Lázaro, que Antona, se fue a servir a los que a la presente vivían en el mesón de la Solana. Tal mesón, estaba situado en lo que hoy es el edificio del Ayuntamiento y era, como apuntó, Dª Carmen Castro , una de las famosas tabernillas de la ciudad.

Concluyendo, señalo que Antona fue, por todas estas coincidencias, una prostituta que pasó a los servicios de los dueños del mesón, que eran en realidad proxenetas.


2º. INDICIOS MENSURABLES SOBRE LA PATERNIDAD Y ESTADO SOCIAL DEL CIEGO:

2.1 Lázaro dice: en aquel tiempo vino a posar al mesón un ciego. La palabra posar, significa hospedarse o albergarse en una posada o casa particular para descansar o reposar, pero tiene también aquí un doble significado, ya que, y como después refiriéndose a las otras mil formas y maneras de sacar el dinero que tenía el ciego, ya que en su oficio, era un águila, se puede y se debe de interpretar, en su otro significado de asentarse en un lugar el ave u otro animal volador, por lo que el ciego después de haber volado, se posaba nuevamente sobre Antona Pérez.
2.2 El ciego le pide a Antona el muchacho, y ella le encomienda a él. Antona, que había sufrido mil adversidades sin separarse de su hijo, ahora, cuando ya es bien mozuelo, y puede servirle de ayuda, se lo entrega.
2.3 Ella le dice al ciego, cómo Lázaro era hijo de un buen hombre, el cual había muerto en la de los Gelves por salvar la fe católica. Pero la puta le miente, ya que las mujeres, que son siempre habladoras y mienten perjurando , por dignificar, magnificar, y elevar la categoría de quienes las protegen, en esta ocasión a Tomé González, o, Gonçáles, seguro que otro proxeneta al que amaba, y que además le prestaba el molino para sus faenas. Lo que se ha interpretado hasta ahora, es que Tomé murió en una de las dos incursiones a las Gelves, nombre que dieron los españoles a la isla de Djerba, en el golfo de Gabes, cuando Pedro de Navarra y el duque de Alba fracasaron en su intento de conquistar la isla en 1510; pero la realidad puede ser también, que moriría en una de las escaramuzas que contra los árabes para expulsarles junto a los judíos, en Gelves, villa de España en la provincia de Sevilla, en El Aljarafe, donde se destilaba ya aguardiente.
2.4 El ciego, dice que lo toma, no por mozo, sino por hijo: Es decir, el ciego, tiene el conocimiento, sólo posible por la confesión de Antona, de que Lázaro, es hijo suyo, y como el ciego acepta este hecho, prueba que mantuvo anteriores relaciones sexuales con Antona Pérez, y por lo que toma al muchacho como si de un hijo suyo se tratara.
2.5 Después de varios días, como la ganancia no era su contento; del ciego, determinan irse de Salamanca. El ciego, con ésta huida se aprecia, que ya era un hombre hábil venido a menos, sobre todo en una ciudad que disponía de Universidad, que ya sólo impresionaba a Lázaro, un niño criado en un molino prostíbulo, en una casa de lenocinio, y en un burdel. Éste ciego, se había quedado anclado en el pasado, y su arte, basado en rezar, aconsejar, indicar el cocimiento de diferentes hierbas para remediar los males de madre, narración que nos hace Lázaro de cuales eran su formas y maneras para sacar el dinero, no podía competir con los nuevos preparados que una nueva sociedad más moderna demandaba, abortivos más eficaces por ser científicos.
2.6 Antona, cuando lázaro va a despedirse, le dice, hijo ya sé que no te veré más: Ella presentía su próxima ceguera por padecer queratitis; mal que se percibe por la inflamación de la córnea y por la disminución de su transparencia provoca una disminución visual y matices, con la que los pacientes sufren dolor local, blefarospasmo, fotofobia, lagrimeo, y aunque su origen obedece a infecciones bacterianas o víricas y traumatismos, es sobre todo a la sífilis; Antona, también podría sufrir Tracoma, una conjuntivitis granulosa, producida por un microorganismo del género Chlamydia, que se extiende a la conjuntiva, córnea y párpados, y evoluciona generalmente de manera crónica, formando pannus córneo, folículos y lesiones cicatrizales; esta infección es frecuente medios de pobreza y promiscuidad.
2.7 Por estos detalles, se llega a la conclusión, de que Antona Pérez, durante el idilio con el ciego, se contagió.
2.8 Que tal enfermedad, fue la causa de que no la dejasen entrar en casa del comendador, por miedo a que todos los habitantes de ella se contagiasen.

Revisión del 10:36 3 oct 2009

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
de Anónimo
Género Novela picaresca
Ambientada en Toledo y Alba de Tormes Ver y modificar los datos en Wikidata
Idioma Español
País EspañaEspaña
Fecha de publicación 1554 Ver y modificar los datos en Wikidata
Formato Impreso
Texto en español La vida de Lazarillo de Tormes en Wikisource

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades (más conocida como Lazarillo de Tormes) es una novela española anónima, escrita en primera persona y en estilo epistolar (como una sola y larga carta), cuya edición conocida más antigua data de 1554. En ella se cuenta de forma autobiográfica la vida de un niño, Lázaro de Tormes, en el siglo XVI, desde su nacimiento y mísera infancia hasta su matrimonio, ya en la edad adulta. Es considerada precursora de la novela picaresca por elementos como el realismo, la narración en primera persona, la estructura itinerante entre varios amos y la ideología moralizante y pesimista.

Lazarillo de Tormes es un esbozo irónico y despiadado de la sociedad del momento, de la que se muestran sus vicios y actitudes hipócritas, sobre todo las de los clérigos y religiosos. Hay diferentes hipótesis sobre su autoría. Probablemente el autor fue simpatizante de las ideas erasmistas. Esto motivó que la Inquisición la prohibiera y que, más tarde, permitiera su publicación, una vez expurgada. La obra no volvió a ser publicada íntegramente hasta el siglo XIX.

Ediciones

Se conservan cuatro primeras ediciones distintas de la obra, las cuatro del año 1554, impresas respectivamente en Burgos, Medina del Campo, Amberes y Alcalá de Henares. Las más antiguas parecen ser las de Burgos y Medina.

De la edición de Amberes se conservan siete ejemplares distintos, en tanto que sólo hay uno de cada una de las otras tres ediciones. El ejemplar más recientemente descubierto es el de la edición de Medina del Campo, que apareció en 1992 en la localidad pacense de Barcarrota.

No obstante, es muy probable que existiese una edición más antigua, de 1553 o 1552, cuyo éxito generase las tres simultáneas ediciones posteriores.

Autoría

En 1605, el fraile Jerónimo José de Sigüenza atribuyó la autoría del Lazarillo al también jerónimo Fray Juan de Ortega:[1]

Dicen que siendo estudiante en Salamanca, mancebo, como tenía un ingenio tan galán y fresco, hizo aquel librillo que anda por ahí, llamado Lazarillo de Tormes, mostrando en un sujeto tan humilde la propiedad de la lengua castellana y el decoro de las personas que introduce con tan singular artificio y donaire, que merece ser leído de los que tienen buen gusto. El indicio desto fue haberle hallado el borrador en la celda, de su propia mano escrito.
F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo

Por la época en que se publicó Lazarillo, Fray Juan de Ortega era General de los Jerónimos, lo cual explicaría que el libro apareciese sin autor. No queda constancia, sin embargo, de ninguna otra obra que hubiera compuesto y no existe ningún otro argumento firme en favor de esta teoría.

En 1607, en el catálogo de escritores españoles (Catalogus Clarorum Hispaniae scriptorum) que fue redactado por el flamenco Valerio Andrés Taxandro se dice que Diego Hurtado de Mendoza "compuso [...] el libro de entretenimiento llamado Lazarillo de Tormes". Otros autores del siglo XVII, así como el Diccionario de Autoridades de la Real Academia Española (1726-1739), mencionan esta atribución, que alcanzó cierta fortuna, sobre todo en el siglo XIX. No hay argumentos concluyentes en favor de esta hipótesis.

Otra hipótesis, propuesta a finales del siglo XIX por el hispanista Alfred Morel-Fatio[2]​ y desarrollada después por Manuel J. Asensio,[3]​ relaciona al autor de Lazarillo con el círculo erasmista de los hermanos Valdés. Se ha atribuido a Juan de Valdés y a su hermano Alfonso. Esta última atribución ha cobrado fuerza recientemente debido a las investigaciones de la profesora Rosa Navarro Durán,[4]​ que se basa sobre todo en el cotejo de la obra con los diálogos conocidos de Alfonso de Valdés, el Diálogo de Mercurio y Carón y el Diálogo de las cosas acaecidas en Roma, pero las semejanzas son léxicas, no textuales, y no aducen hápax alguno, por lo que no prueban ni refutan nada y la autoría sigue sin resolverse.

La candidatura de Sebastián de Horozco fue defendida en 1914 por Julio Cejador y Frauca en su edición de la obra, apoyándose en un pasaje de la obra de este autor en que aparece un mozo de ciego llamado Lazarillo. Más adelante fue retomada y defendida por Francisco Márquez Villanueva,[5]​ quien encuentra importantes semejanzas de temas, ideas y vocabulario y llega a afirmar que "apenas si hay en el Lazarillo un tema literario, un tópico, un pensamiento, un recurso expresivo que no pueda encontrarse también en Horozco"; estas semejanzas, sin embargo, pueden explicarse recurriendo a un origen folclórico común o incluso considerando que las obras de Horozco, cuya cronología es aún difusa, puedan ser posteriores al Lazarillo; y siguen sin aducirse hápax.

También han sido propuestos como autores del Lazarillo el autor teatral Lope de Rueda (que fue, como el protagonista de la novela, pregonero en Toledo en 1538), Pedro de Rúa, Francisco Cervantes de Salazar...

Género

Se trata de un Bildungsroman o novela de autoformación, de estructura aparentemente simple pero en realidad muy compleja; es una carta destinada a vuestra merced, tratamiento que implica alguien con superior condición social, y está motivada por "el caso", hecho del cual éste ha oído hablar, y cuya versión personal pide a Lázaro, parte implicada en él, le explique ("escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso"). Así que debe ser una especie de confesión y el personaje es un alto dignatario eclesiástico, quizá el Arzobispo de Toledo que ha oído los extraños rumores que circulan sobre la extraña conducta sexual del Arcipreste de San Salvador, como llegamos a saber al fin del libro, según los cuales éste estaría amancebado con la mujer de Lázaro.

La originalidad del libro sin embargo trastoca cualquier molde y crea un género literario específico realista, la novela picaresca, mediante el recurso a la parodia de narraciones caballerescas idealizantes del Renacimiento: a las rimbombantes epopeyas de gestas guerreras y los libros de angélicos pastores y cortesanos enamorados se opone una epopeya del hambre, que mira solamente a cuanto hay por debajo del cuello de golilla y se preocupa solamente de la subsistencia, en línea con la tradición realista de la literatura española, revitalizada entonces por La Celestina y sus continuaciones.

Temas

La temática del Lazarillo de Tormes es moral: una crítica acerba, incluso una denuncia, del falso sentido del honor ("la negra que llaman honra") y de la hipocresía. La dignidad humana sale muy malparada de la sombría visión que ofrece el autor, nihilista y anticlerical. La vida es dura y, tal como aconseja el ciego a Lázaro en la obra, "más da el duro que el desnudo"; cada cual busca su aprovechamiento sin pensar en los otros, por lo que, como se dice al principio de la obra, arrimándose a los buenos "se será uno de ellos": esto es, para ser virtuoso hay que fingir ser virtuoso, no serlo. Sin duda alguna, se trata de la visión de un humanista desencantado, acaso judeoconverso y erasmiano, a pesar de que Marcel Bataillon niega el influjo directo de Erasmo en la obra.

Como consecuencia, resultó la inclusión de esta obra en el Índice de libros prohibidos de la Inquisición, la cual permitió al cabo la circulación de una versión expurgada de los pasajes anticlericales. El Lazarillo fue, además, una obra muy traducida e imitada, y su influjo, profundo, marcó tanto la literatura española que podría decirse que sin ella no habrían podido escribirse ni Don Quijote de la Mancha ni la treintena de novelas picarescas españolas y extranjeras que se han conservado.

Fuentes

El Lazarillo se ha relacionado con las siguientes obras:

  • El asno de oro: el Lazarillo responde a la estructura de la novela constumbrista de aventuras, representada por la obra de Lucio Apuleyo. Esta influye en la organización del relato y en la índole del protagonista: mozo de muchos amos; pero Lázaro no sufre la metamorfosis del personaje de Apuleyo.
  • Cuarto libro del esforzado caballero Reinaldos de Montalbán: esta obra, de 1542, era en realidad una adaptación de Baldus o Baldo (1521), poema macarrónico (mezcla de palabras latinas y vulgares con terminaciones latinas) del italiano Teófilo Folengo, que presentaba ya narración autobiográfica, un héroe de baja extracción y la pareja del ciego y su mozo. Pero tanto en esta obra como en el Lazarillo subyace el modelo de Apuleyo.
  • Proceso de cartas de amores: de esta novela sentimental de Juan de Segura (1548), el Lazarillo toma el modelo epistolar, que había adquirido gran relevancia en el humanismo.
  • Cuentos folclóricos: actualmente, se considera imprudente privilegiar en exceso las fuentes orales del Lazarillo y no tener en cuenta los textos escritos, máxime si su posible autor era un hombre letrado.
  • Confesiones de Agustín de Hipona: toma la estructura autobiográfica, sobre todo al principio de la obra.

Valor y trascendencia

El Lazarillo de Tormes es una obra artística de primer orden; lo es por su originalidad, su valor humano, su trascendencia literaria y cultural, su estilo (el castellano equilibrado, preciso y oral que preconizaba Juan de Valdés) y su lenguaje: un castellano clásico modélico, flexible y expresivo, sutilmente irónico, donde abundan las geminaciones y los isocola y donde no se desprecian y se ponen al mismo nivel el castizo refrán y la cita culta. La desproporción entre la materia y su elaboración por parte del autor se inclina marcadamente en esta última, pero sin denotar, y en eso consiste uno de sus méritos, el esfuerzo que debió suponer.

Gran parte del material e incluso de los personajes son de origen folclórico y tradicional; hay cuentecillos y facecias tomados del rico acervo popular. La obra, sin embargo, crea sus propios precedentes y contiene, asimismo, una variada panoplia de técnicas narrativas: la suspensión, de la que hará un inteligente uso Cervantes, como en el episodio del buldero; la gradatio narrativa en ascensión hacia el anticlímax, como en el caso del ciego o el clérigo de Maqueda. El uso de la estructura anular, que acaba concluyendo con lo que se inicia, hace de la novela una obra redonda; por otra parte es la primera novela polifónica de la literatura española: el personaje de Lázaro evoluciona, no es plano ni arquetípico: cambia y evoluciona, y va pasando de ser un ingenuo a un cínico redomado, aprendiendo de las lecciones que le da la vida. Tan es así que el final, lejos de ser positivo, sin embargo, es vivido por el personaje como lo mejor que le podía haber pasado teniendo en cuenta toda la trayectoria vital que le precede. La infidelidad de su mujer, por tanto, no es nada comparado con las vejaciones que ya ha sufrido. Cada personaje plano, por otra parte, se halla completamente individuado y caracterizado sin maniqueísmo: la crueldad del ciego, que no es absoluta; el idealismo soñador y orgulloso del escudero pobre, un personaje al parecer folclórico luego retomado por Cervantes; el diálogo entre conciencias en el cual se atisba la humana comprensión que después será patrimonio casi exclusivo de Cervantes, en el episodio del criado y el escudero; la avaricia, mezquindad e hipocresía del clérigo... El valor psicológico y humano es patente en el tratado tercero, que se ha querido ver como el anticipo de la novela polifónica moderna; por otra parte, el Lazarillo bosqueja ya los rasgos fundamentales de un género de amplia trascendencia española y europea, la novela picaresca, que se configurará definitivamente con el Guzmán de Alfarache (1599) de Mateo Alemán, más moralizado y pesimista todavía.

Argumento

Lazarillo de Tormes visto por Francisco de Goya.

La obra está dividida en siete tratados y cuenta en primera persona la historia de Lázaro González Pérez, un niño de origen muy humilde; aunque sin honra, nació en un río de Salamanca, el Tormes, como el gran héroe Amadís; quedó huérfano de su padre, un molinero ladrón llamado Tomé González, y fue puesto al servicio de un ciego por su madre, Antona Pérez, una mujer amancebada con un negro, Zaide, que le da a Lazarillo un bonito hermanastro mulato.

Entre "fortunas y adversidades", Lázaro evoluciona desde su ingenuidad inicial hasta desarrollar un instinto de supervivencia. Es despertado a la maldad del mundo por la cornada de un toro de piedra, embuste con el que el ciego le saca de su simpleza; después rivaliza en astucia con él en diversos célebres episodios como el de las uvas o el jarro de vino (un modelo de narración clásica) hasta que se venga devolviéndole la cornada de piedra con otro embuste, que le vale al cruel ciego descalabrarse contra un pilar.

Pasa luego a servir a un tacaño clérigo de Maqueda que lo mata de hambre, y al que sisa algo de pan de un arca que tiene; el clérigo lo confunde a oscuras (en su boca silba accidentalmente la llave del arca, escondida mientras duerme) y, tomándolo por culebra, descubre el engaño, le da una tremenda paliza y lo despide.

Después entra a servir a un hidalgo arruinado cuyo único tesoro son sus recuerdos de hidalguía y de dignidad; Lazarillo simpatiza con él, ya que aunque no tiene nada que darle, por lo menos le trata bien... si bien recurre a esa simpatía que despierta para conseguir que le dé parte de los mendrugos que consigue el muchacho al pedir limosna, ya que él no posee la dignidad de la hidalguía. El patético escudero termina por abandonar la ciudad y Lazarillo se encuentra de nuevo solo en el mundo.

Más adelante sirve Lázaro a un sospechoso fraile mercedario, tan amante del mundo que apenas para en su convento y le hace reventar los zapatos (alusión a las reformas monásticas por entonces de moda, en el sentido de "descalzar" o hacer más rigurosos los estatutos del clero regular, o quizás alusión a actividades sexuales hetero u homoeróticas[6]​).

El tratado quinto es más extenso: narra una estafa realizada por parte de un vendedor de bulas o buldero (una bula era un documento eclesiástico que certificaba, a cambio de una suma, la exención de cierta cantidad de años de purgatorio). Lazarillo sirve al buldero y asiste como espectador, sin opinar, al desarrollo del timo, en el cual finge el buldero que alguien que piensa que las bulas no sirven para nada está poseso por el diablo, cuando en realidad está compinchado o conchabado con él; esto se descubre a posteriori, con una hábil técnica de suspensión. También este tratado sufrió la poda de la censura.

Los restantes y breves tratados narran cómo Lázaro se asienta con otros amos, un capellán, un maestro de hacer panderos y un alguacil y se hace aguador. Por último consigue el cargo de pregonero gracias al arcipreste de la iglesia toledana de San Salvador, quien además le ofrece una casa y la oportunidad de casarse con una de sus criadas, con la finalidad de disipar los rumores que se ciernen sobre él, ya que era acusado de mantener una relación con su criada. Sin embargo, tras la boda los rumores no desaparecen y Lázaro comienza a ser objeto de burla por parte del pueblo. Lázaro sufre la infidelidad con paciencia, después de toda una vida de ver qué es el honor y la hipocresía que encubre la dignidad realmente, ya que eso al menos le permite vivir, y con ello termina la carta, un cínico alegato autojustificativo que ridiculiza la literatura idealista del momento. Lázaro afirma que ha alcanzado la felicidad, pero para ello ha debido perder su honra, pues los rumores afirman que su mujer es la amante del arcipreste. Para mantener su posición, Lázaro hace oídos sordos a dichos rumores.

Continuaciones

Segunda parte de Lazarillo de Tormes (anónima)

Publicada por primera vez en Amberes en 1555, sin nombre de autor. Nicolás Antonio cita a Cardoso para atribuirla a un tal fray Manuel de Oporto. Tuvo escasa acogida entre los lectores, ya que en vez de mantener la línea realista y picaresca del libro original, convirtió la historia de Lázaro en una fantasía alegórica lucianesca, en la que el protagonista se convierte en atún, se casa con una atuna y tiene hijos tan peces como el padre y la madre, sosteniendo en la Corte de los atunes todo tipo de guerras como jefe de los mismos contra otros pescados. Posiblemente, el desconocido autor, que quizá era un español establecido en Flandes, quiso aludir en estos episodios a personajes y circunstancias de la vida española de la época, pero la sátira tuvo poco éxito, y solamente se reimprimió en Milán en 1587 y 1615, junto con el primer Lazarillo.

Esta segunda parte se divide en 18 capítulos:

  • Capítulo I. En que da cuenta Lázaro de la amistad que tuvo en Toledo con unos tudescos, y lo que con ellos pasaba.
  • Capítulo II. Cómo Lázaro, por importunación de amigos, se fue a embarcar para la guerra de Argel, y lo que allá le acaeció.
  • Capítulo III. Cómo Lázaro de Tormes hecho atún salió de la cueva, y cómo le tomaron los centinelas de los atunes y lo llevaron ante el general.
  • Capítulo IV. Cómo, después de haber Lázaro con todos los atunes entrado en la cueva, y no hallando a Lázaro sino a los vestidos, entraron tantos que se pensaron ahogar, y el remedio que Lázaro dio.
  • Capítulo V. En que cuenta Lázaro el ruin pago que le dio el general de los atunes por su servicio, y de su amistad con el capitán Licio.
  • Capítulo VI. En que cuenta Lázaro lo que al capitán Licio, su amigo, le acaeció en la corte con el gran capitán.
  • Capítulo VII. Cómo, sabido por Lázaro la prisión de su amigo Licio, le lloró mucho él y los demás, y lo que sobre ello se hizo.
  • Capítulo VIII. De cómo Lázaro y sus atunes, puestos en orden, van a la corte con voluntad de libertar a Licio.
  • Capítulo IX. Que contiene cómo libró de la muerte a Licio, su amigo, y lo que más por él hizo.
  • Capítulo X. Cómo recogiendo Lázaro todos los atunes, entraron en casa del traidor don Paver y allí le mataron.
  • Capítulo XI. Cómo, pasado el alboroto del capitán Licio, Lázaro con sus atunes entraron en su cosnejo para ver lo que harían, y cómo enviaron su embajada al rey de los atunes.
  • Capítulo XII. Cómo la señora capitana volvió otra vez al rey, y de la buena respuesta que trajo.
  • Capítulo XIII. Cómo Lázaro asentó con el rey, y cómo fue muy su privado.
  • Capítulo XIV. Cómo el rey y Licio determinaron de casar a Lázaro con la linda Luna, y se hizo el casamiento.
  • Capítulo XV. Cómo andando Lázaro a caza en un bosque, perdido de los suyos, halló la Verdad.
  • Capítulo XVI. Cómo, despedido Lázaro de la Verdad, yendo con las atunas a desovar, fue tomado en las redes, y volvió a ser hombre.
  • Capítulo XVII. Que cuenta la conversión hecha en Sevilla, en un cadahalso, de Lázaro atún.
  • Capítulo XVIII. Cómo Lázaro se vino a Salamanca, y la amistad y disputa que tuvo con el rector, y cómo se hubo con los estudiantes.

Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes, de Juan de Luna

Esta obra, mucho más cercana que la anterior a la naturaleza realista del primer Lazarillo de Tormes, fue publicada por primera vez en París en 1620. Su autor, Juan de Luna, era un toledano protestante que vivió enseñando el idioma en París y Londres, donde compuso y editó bastantes obras sobre esta materia. Al leer la Segunda parte del Lazarillo se enfureció tanto que decidió escribir otra mejor; lo cuenta en el prólogo de la suya: Segunda parte de la vida de Lazarillo de Tormes (París, 1620), reimpresa en Zaragoza (pero París) en 1652 con variantes textuales, una de ellas, por ejemplo, no prometer ya una tercera parte. La obra va a continuación de la obra original que le sirve de inspiración y que Luna, su admirador, editó también. El autor justifica su obra en la escasa calidad de la primera continuación, lo que le impulsó como toledano y conocedor del ambiente de la obra a elaborar otra más digna y realista:

La ocasión, amigo lector, de haber hecho imprimir la Segunda parte de Lazarillo de Tormes ha sido por haberme venido a las manos un librillo que toca algo de su vida, sin rastro de verdad. La mayor parte dél se emplea en contar cómo Lázaro cayó en la mar, donde se convirtió en un pescado llamado atún, y vivió en ella muchos años, casándose con una atuna, de quien tuvo hijos tan peces como el padre y madre. Cuenta también las guerras que los atunes hacían, siendo Lázaro el capitán, y otros disparates tan ridículos como mentirosos y tan mal fundados como necios. Sin duda que el que lo compuso quiso contar un sueño necio o una necedad soñada. Este libro, digo, ha sido el primer motivo que me ha movido a sacar a la luz esta Segunda parte, al pie de la letra, sin quitar ni añadir, como la vi escrita en unos cartapacios en el archivo de la jacarandina de Toledo, que se conformaba con lo que había oído contar cien veces a mi abuela y tías, al fuego, las noches de invierno y con lo que me destetó mi ama.

La obra conoció un gran éxito en su época: cuatro ediciones en castellano y siete traducciones francesas, todo ello antes de acabar el siglo XVII. Pero en España no se publicó hasta 1835, significativamente al año siguiente de ser abolida para siempre la Inquisición. Desde esa fecha se ha reimpreso más de veinte veces.

El autor demuestra conocer la obra de Cervantes, Mateo Alemán, Quevedo y Vicente Espinel, y parodia la disparatada segunda parte del Lazarillo (Amberes, 1555) en buena parte de su obra. Retoma el anticlericalismo y la misoginia del Lazarillo original convirtiendo a su protagonista en marido "cartujo".

El argumento de la obra es el siguiente. Lázaro abandona Toledo dejando a su hijo "injerto a canutillo" y a su mujer cuidados por el Arcipreste, que lo hace "como si propios fueran". Se reencuentra con el escudero, que le refiere una aventura que tuvo con una dama non sancta. Embarca después en la armada contra el moro y naufraga, salvándose solamente los capitanes, gente de consideración y "dos clérigos que había" en el esquife y que ni siquiera se ocuparon en confesar a los futuros ahogados porque sólo pensaban en salvarse como fuera; como él estaba completamente lleno de vino, borracho perdido, el agua no puede entrar en él y sobrevive salvado por dos pescadores que deciden exhibirlo como una especie de monstruo marino o pece Nicolao dentro de una cuba de agua; escapa vertiendo el agua de la cuba, que se filtra al piso inferior y moja a una dama en su cama que "movida de caridad, había acogido en ella a un clérigo que por su contemplación había venido a aposentarse allí aquella noche", de forma que aparecen desnudos él y ella "como Cupido con la flecha y Venus con la aljaba". De regreso a Toledo con el arcipreste, este le muestra los nuevos hijos que su mujer ha tenido de él (el Lazaraillo) durante su larga ausencia, desvergüenza que al fin obliga a Lázaro a pleitear contra él, perdiéndolo. Decide entonces marchar a Madrid a trabajar como ganapán; allí sirve primero a una meretriz sevillana y luego transporta el hato de un franciscano; ambos amos le dan por único pago palos y golpes. Antes de abandonar la corte se encuentra metido en los amores entre Clara, doncella repolluda, y un galán pisaverde al que se encarga de transportar a casa de la moza escondido en un cofre que se desfonda descubriendo toda la treta, con nuevo saldo de palos y golpes a Lázaro, quien sin embargo logra pasar el castigo al escudero; conoce a unos gitanos y se vuelve a tropezar con la repolluda y el pisaverde en una venta a las afueras de Valladolid, donde el Santo Oficio arremete contra los hermanos que quieren vengar a la ligera de cascos dama. Entre los gitanos figuran el clérigo y la chica que fueron mojados cuando se escapó del tonel. Un viejo gitano afirma que en España

Todos eran clérigos, frailes, monjas o ladrones, pero que entre todos los mayores bellacos eran los que habían salido de los monasterios mudando la vida especulativa en activa

Durante su estancia en Valladolid sirve simultáneamente a siete mujeres non sanctas, una en concreto beata hipócrita y aficionada al trato erótico con frailes. A poco, tras una orgía acaecida entre doce varones y seis mujeres, decide hacerse ermitaño y convive con uno que a la postre resulta tener una despensa de primer orden y haber estado amancenado con otra daifa, y no sólo eso, sino que la suegra del eremita había concebido a la dicha buscona y a sus dos hermanas no menos busconas a raíz de sus relaciones "con un monje, un abad y un cura, porque siempre he sido devota de la iglesia". La vieja rabiza refiere a Lázaro cómo ella misma inició en el oficio a sus hijas con eclesiásticos "por ser gente secreta, casera, rica y paciente". Tras esto es burlado y secuestrado por unas mujeres que le atan desnudo a una cama mientras le vejan y maltratan, y aun amenazan con cortarle el dominguillo, curiosa escena cómica y sadomasoquista que la crítica no suele mencionar; le echan a la calle en cueros y ensabanado y es persequido por la chiquillería, de la cual se esconde en una iglesia, donde es confundido con un fantasma y espanta a toda la concurrencia. Con este apogeo de la humillación concluye la obra. ¿Didáctica moralidad en este escrito?

La industria de los hombres es vana, su saber ignorancia y su poder flaqueza cuando Dios no fortalece, enseña y guía (cap. VI)

El protestantismo del autor se manifiesta en su anticlericalismo, constante y sin ambages, durante todas las páginas de la obra, donde también se pinta una España inmoral e hipócrita, sumida en todo tipo de depravaciones sexuales, acaso como contraste al puritano rigor de los protestantes. El Lazarillo de Luna fue dedicado a la princesa Marqueta de Rohan y se divide en 16 capítulos:

  • Capítulo I. Donde Lázaro cuenta la partida de Toledo para ir a la guerra de Argel.
  • Capítulo II. Cómo Lázaro se embarcó en Cartagena.
  • Capítulo III. Cómo Lázaro salió de la mar.
  • Capítulo IV. Cómo llevaron a Lázaro por España.
  • Capítulo V. Cómo llevaron a Lázaro a la corte.
  • Capítulo VI. Cómo llevaron a Lázaro a Toledo.
  • Capítulo VII. De lo que le sucedió a Lázaro en el camino del río Tajo.
  • Capítulo VIII. Cómo Lázaro pleiteó contra su mujer.
  • Capítulo IX. Cómo Lázaro se hizo gana-pan.
  • Capítulo X. De lo que sucedió a Lázaro con una vieja alcahueta.
  • Capítulo XI. Cómo Lázaro se partió para su tierra, y de lo que en el camino le sucedió.
  • Capítulo XII. De lo que le sucedió a Lázaro en una venta, una legua antes de Valladolid.
  • Capítulo XIII. Cómo Lázaro sirvió de escudero a siete mujeres juntas.
  • Capítulo XIV. Donde Lázaro cuenta lo que le pasó en un convite.
  • Capítulo XV. Cómo Lázaro se hizo ermitaño.
  • Capítulo XVI. Cómo Lázaro se quiso casar otra vez.

Otros Lazarillos

En 1617 Juan Cortés de Tolosa publicó su Lazarillo de Manzanares, que se parece más al Buscón de Quevedo que a la obra de que toma nombre. El libro es de lectura poco ágil a causa del gran número de anécdotas intercaladas. En 1688 apareció en Londres un The life and death of young Lazarillo, anónimo. En 1742 se imprimió en Barcelona un Lazarillo de Badalona escrito en verso con la intención de servir de guía de la ciudad que le da nombre. Calixto Bustamante Carlos, "Concolorcorvo", por otra parte, hizo circular en 1773 un Lazarillo de ciegos caminantes que describe los itinerarios de Buenos Aires a Lima reflejando usos, costumbres, vida social y trabajos de las ciudades y zonas que recorre. El Lazarillo del Duero de Joaquín del Barco está escrito en verso y aparece en 1898 para enaltecer la historia de Zamora con intención pedagógica. El Lazarillo español de Ciro Bayo (1911) y las Nuevas andanzas y desventuras de Lazarillo de Tormes de Camilo José Cela cierran el capítulo de continuaciones modernas de la obra.

Notas

  1. F. José de Sigüenza, Historia de la Orden de San Jerónimo, II (Nueva Biblioteca de Autores Españoles, XII). Madrid, 1909, p. 145. Citado en Rico, 1998; pag 34.
  2. "Recherches sur Lazarillo de Tormes", en Études sur l'Espagne. París, 1888. Páginas 112-170. Citado en Rico, 1998; p. 38.
  3. Asensio, Manuel J.: "La intención religiosa del Lazarillo de Tormes y Juan de Valdés", en Hispanic Review, XXVII, 1959; pp. 78-102.
  4. Navarro Durán, 2003. Véase bibliografía.
  5. Márquez Villanueva, Francisco: "Sebastián de Horozco y Lazarillo de Tormes", en Revista de Filología Española, XLI, 1957; pp. 253-339. Citado en Alborg, 1997; p. 775.
  6. Cfr. la edición de Aldo Ruffinato, p. 214, n. 449

Bibliografía

  • ALBORG, Juan Luis: Historia de la literatura española. Tomo I: Edad Media y Renacimiento. Madrid, Gredos, 1997 (segunda edición ampliada; octava reimpresión). ISBN 84-249-3126-2.
  • ANÒNIM: La vida de Llàtzer de Tormos, Trad. al valenciano de Antoni Bulbena i Tusell, estudi preliminar de Jordi Bilbeny, edició a cura de Josep Maria Orteu, Llibres de l'Índex, Barcelona, 2007. (En catalán). ISBN 978-85-9653-51-3.
  • CALERO, Francisco: Juan Luis Vives, autor del Lazarillo de Tormes, Ajuntament de València, València, 2006. ISBN 84-8484-172-3.
  • CALERO, Francisco: Juan Luis Vives, autor del Diálogo de Mercurio y Carón, Ajuntament de València, València, 2004. ISBN 978-84-8484-115-9.
  • NAVARRO DURÁN, Rosa: "Introducción" a Valdés, Alfonso de: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. Barcelona, Octaedro, 2003. ISBN 84-8063-580-0.
  • RICO, Francisco (ed.): Lazarillo de Tormes. Madrid, Cátedra, 1998 (decimotercera edición). ISBN 84-376-0660-8.
  • RICO, Francisco: La novela picaresca y el punto de vista, Barcelona, Seix Barral, 2000. ISBN 978-84-322-0850-8.

Véase también

Enlaces externos