Diferencia entre revisiones de «Rockdrigo»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
Deshecha la edición 28559506 de Dav7mx (disc.)
Deshecha la edición 28735106 de 189.144.168.81 (disc.)
Línea 100: Línea 100:
Rockdrigo aparece como referencia destacada en los siguientes libros:
Rockdrigo aparece como referencia destacada en los siguientes libros:


- ''La contracultura en México.'' José Agustín Ramírez, 1998.
''La contracultura en México.'' José Agustín Ramírez, 1998.
{{cita| "Rodrigo González consolidó, profundizó, amplió y refinó el incipiente rock mexicano. Este talentoso rocanrolero llegó de Tampico, una auténtica mina de rock, y durante un tiempo sobrevivió cantando sus canciones en el metro, en autobuses urbanos y en la calle. Sus composiciones se caracterizaban por un ingenio mexicanísimo y gandallón; el humor y la ironía se codeaban con un verdadero aliento poético y se manifestaban a través de un lenguaje coloquial que se adaptaba estupendamente a los marcos melódicos.

Rodrigo, que después modificó su nombre a Rockdrigo, finalmente logró trabajar en un hoyo llamada Wendy’s y con rapidez se hizo de numerosos seguidores que disfrutaban enormemente sus canciones. En vivo, Rockdrigo exudaba un carisma extraordinario y era mucho más rocanrolero de lo que resultó en su único disco que él supervisó y controló: Hurbanistorias, en el que parecía más cerca del canto nuevo. Era muy inteligente y tenía una cultura estimable, así es que en sus rolas había referencias a intelectuales mexicanos, a libros y tenía versos como “ya lo dijo Freud, no recuerdo en qué lado, sólo la experiencia que experimentado”. Sus homenajes a la ciudad de México, como “Vieja Ciudad de Hierro”, sedujeron al público roquero, al igual que sus canciones humorísticas, como “Oh, yo no sé” o “El rock del E.T.”, que pertenecían a la mejor tradición picaresca de Chava Flores. “Metro Balderas” a su vez se volvió emblemática del México de los ochenta.

En 1985 la fama de Rockdrigo crecía imparable y lo convertía poco a poco en la máxima figura del rock mexicano. Precisamente cuando le iba mejor, cuando su disco recogía reseñas favorables y se conocía cada vez más, cuando le ofrecían muchas y buenas oportunidades, Rockdrigo murió aplastado en su departamento de la colonia Juárez durante el terremoto de septiembre. El terremoto lo mató pero acabó de mitificarlo.

A él se le atribuye el término “rock rupestre”, aunque Roberto Ponce dice que fueron Rafael Catana y Alain Derbez, quienes en un principio lo utilizaban peyorativamente como sinónimo de “naco”. En todo caso, fue Rockdrigo el que escribió el Manifiesto Rupestre… El rock rupestre, pues, era el rock de los jodidos, un rock básico, sin sofisticación, sin recursos, salido directamente de las márgenes de la realidad urbana de los años de la primera gran crisis; un rock de las cavernas, lo que implicaba también un movimiento musical en sus inicios. Por supuesto, se trataba del rock mexicano que al fin nacía un rock tan inconfundible como el de Led Zeppelín, pero tan mexicano como José Alfredo Jiménez."}}


== Mitos sobre Rodrigo ==
== Mitos sobre Rodrigo ==

Revisión del 06:12 9 ago 2009

Rodrigo González
Datos generales
Origen Tampico, Tamaulipas, México
Información artística
Otros nombres Rockdrigo, El profeta del nopal
Género(s) Rock, folk.
Instrumento(s) Voz, guitarra, armónica.
Período de actividad 1977-1985
Discográfica(s) Discos Pentagrama
Artistas relacionados Movimiento Rupestre, Nina Galindo, Qual, Gerardo Enciso, Rafael Catana, Roberto González, Bob Dylan, Arturo Meza.
Web
Sitio web http://www.rockdrigo.com.mx/

Rodrigo González (Tampico, Tamaulipas, 25 de diciembre de 1950 - ciudad de México, 19 de septiembre de 1985) fue un músico mexicano conocido con el sobrenombre de "Rockdrigo". Nació en el estado de Tamaulipas y radicó en la ciudad de México durante los últimos años de su vida. Junto con músicos como Jaime López y Rafael Catana, fue el principal promotor del Colectivo Rupestre, un núcleo de artistas importante para la historia del rock mexicano.

Rockdrigo es célebre por su canción Estación del Metro Balderas, que se hizo popular gracias a la versión de El Tri editada en el álbum El Tri...simplemente. pocos meses antes de su muerte durante el terremoto del 19 de septiembre 1985.

Recientemente Amanda Lalena, la única hija de Rockdrigo, inició un carrera musical bajo el pseudónimo de Amandititita.

Fallecimiento

La vida de Rockdrigo llegó a su fin con el terremoto del 85, horas después de una última presentación en ocasión del primer aniversario del periódico La Jornada. Su departamento estaba ubicado en un edificio de la calle Bruselas (número 8), en la colonia Juárez (D.F.). El espacio que ocupaba su edificio hoy es un estacionamiento, frente al Café de los Psicólogos y al lado de la Plaza Giordano Bruno.

"El 19 de septiembre, en la tarde, María Guzmán, en Radio Educación, me decía que al parecer había caído el edificio de mi tocayo. A través de Pepe González Márquez voceamos a todos los 'rupestres' y demás músicos amigos para que se reportaran a la estación. Al poco tiempo Alain Derbez encontraba su cuerpo inerte. Esa noche llegamos a la Limar (Lugar Independiente de Músicos y Artistas -creo-) en espera del ataúd. Llegué con Beto Ponce; recuerdo ahí a Cecilia Toussaint, devastada. Ya entrada la noche supimos que, como premonitoriamente lo dijo: 'Si alguna vez has estado al revés/sabrás muy bien a qué huelen tus pies', descansó con los pies en la cabeza y la cabeza en los pies".[1]
Rodrigo de Oyarzabal

Obra

Discografía

Tras su muerte, se editaron cuatro discos con algunas de las canciones que grabó (a partir de dicha cinta y algunos demos y presentaciones en vivo).

Grabaciones inéditas:

  • Rockdrigo en Radio Mexiquense, XEGEM (1984) Grabación del programa 'Dos hasta la Media noche'
  • Rockdrigo en el Café de los artesanos, Aguascalientes (1984). Grabación que sirvió de apoyo para edición de los discos El Profeta del Nopal y Las Aventuras en el DF.

Participaciones

Participó, en 1983, en el disco Radiocomplacencias, de Javier Bátiz, con el tema Blowin' in the Wind.

Filmografía

Rockdrigo participó en dos películas:

Canciones

La más popular de sus canciones es Estación del Metro Balderas. Esta canción se considera emblemática de los años ochenta mexicanos, pues Alex Lora la hizo un éxito al utilizar algunas partes de la canción sin autorización del autor, a lo que el tamaulipeco reaccionó, reclamándole "por haberle mutilado la parte freudiana", mientras Lora respondía: "¡Es para que te conozcan, mi Rockdrigo!".[2]​ Hay diferencias significativas entre la versión original y el cover de Lora: en la versión original, una joven mujer es devorada por las multitudes mientras se esfuerza por entrar y salir del vagón; la historia está salpicada de un particular sentido del humor y tiene alusiones a Sigmund Freud; en la versión de Lora, la muchacha se pierde en la multitud y termina prostituyéndose. El tema fue reversionado también por el grupo argentino Enanitos Verdes.

Tiempos híbridos es una canción que contrapone la "hibridez cultural" propia de los países latinoamericanos frente al modelo europeo de modernidad e industrialización. El tema fue escrito hace veinte años, cuando entraba el modelo económico neoliberal en México y estaba muy en boga la idea de una aldea global, que Rockdrigo parodia creando el "Rancho electrónico / con nopales automáticos / con sus charros cibernéticos / y su campesino sideral / en los pueblos esqueléticos". La canción perpetúa la tradición lírica mexicana de las canciones y poemas con esdrújulas.

Hace poco el neozapatismo lo reivindicó, en uno de los cuatro discos de apoyo al Frente Zapatista de Liberación Nacional, como "un profeta de nuestros tiempos híbridos" al incluir su canción "Tiempo de híbridos"[cita requerida].

Vieja Ciudad de Hierro es un tema dedicado a la Ciudad de los Palacios, muy en la línea del clásico de Chava Flores Mi México de ayer. En Rockdrigo, sin embargo, no sólo hay una añoranza por un México que se pierde en el recuerdo: subyace en esta canción un discurso crítico acerca del fenómeno del centralismo político, que deriva en el caos ordenado de la metrópoli mexicana: sobrepoblación, competencia, contaminación, etcétera [cita requerida].

No tengo tiempo (de cambiar mi vida) es una canción que se escucha en muchas partes de México, en la versión hecha por banda Heavy Nopal. La canción es una crítica al capitalismo avanzado y a la noción del "tiempo industrial".

Dejó González, además, algunas grabaciones que están por ser rescatadas en los años venideros: Rockdrigo en el Café de los Artesanos, único testimonio del músico interpretando sus canciones en vivo, interactuando con el público; Los demos de Pepe Návar (son 67 temas que Rockdrigo entregó a José Xavier Návar cuando éste era parte del staff de la disquera WEA); Rockdrigo en Radio Mexiquense (un recorrido por su repertorio, además de una entrevista muy larga a Rockdrigo en la Radio del estado de México.)

Uno de sus cuadernos con poemas, textos breves y cuentos fue publicado por Ediciones Pentagrama en 1999. Fausto Arrellín, guitarrista de Rockdrigo, comentó en entrevista[cita requerida] para los editores del sitio oficial de Rockdrigo que, tras el terremoto, se perdió un cuaderno con cerca de 300 temas que el músico le había mostrado en una de sus múltiples sesiones de ensayo, preparando lo que sería el Grupo Qual, banda de soporte de Rockdrigo cuando se le presentaban muchas y muy buenas oportunidades.

Sus canciones son continuamente tocadas por intérpretes callejeros en los vagones del Metro y en autobuses. La clasificación que se ha hecho tradicionalmente en México de la música de Rodrigo González lo asocia más con el denominado rock urbano, dada la temática de sus canciones y de que muchos "urbanos" han tomado a Rockdrigo como un héroe. Sin embargo, siendo estrictos, la música de Rockdrigo está más apegado al folk, al blues y a la denominada canción de protesta[cita requerida].

Trabajos acerca de Rockdrigo

Documentales

  • No tuvo tiempo. La hurbanistoria de Rockdrigo (Rafael Montero, 2003. Documental con entrevistas a amigos y familiares de Rockdrigo.)

Homenajes

Algunos músicos de su generación, como Arturo Meza, Carlos Arellano, Rafael Catana y Gerardo Enciso, le prepararon recientemente un disco de homenaje A ver cuándo vas...". Antes, en 2003 Alfonso Figueroa, el bajista de Santa Sabina, coordinó Ofrenda a Rockdrigo, al lado de los principales exponentes del rock y el ska en México (Santa Sabina, La Barranca, Panteón Rococó, Tex-Tex, Iraida Noriega y Los Rastrillos, Los Estrambóticos, Consumatum Est, etcétera.

En 2005, a veinte años de distancia, hubo un enorme concierto en su memoria en el Zócalo de la ciudad de México.

Y aunque en 1995 se le realizó un homenaje en su propia tierra en lo que era el Instituto Regional de Bellas Artes (IRBA), desde el año 2004 a la fecha se han realizado una serie de eventos anuales que llevan por nombre "Recordando a Rockdrigo" a través de la Fonoteca del Archivo Histórico de Tampico, en colaboración con José Castañeda.

Menciones en libros

Rockdrigo. El profeta del nopal. Modesto López (Coord.) Ediciones Pentagrama, 1999.

Rockdrigo aparece como referencia destacada en los siguientes libros:

La contracultura en México. José Agustín Ramírez, 1998.

"Rodrigo González consolidó, profundizó, amplió y refinó el incipiente rock mexicano. Este talentoso rocanrolero llegó de Tampico, una auténtica mina de rock, y durante un tiempo sobrevivió cantando sus canciones en el metro, en autobuses urbanos y en la calle. Sus composiciones se caracterizaban por un ingenio mexicanísimo y gandallón; el humor y la ironía se codeaban con un verdadero aliento poético y se manifestaban a través de un lenguaje coloquial que se adaptaba estupendamente a los marcos melódicos.

Rodrigo, que después modificó su nombre a Rockdrigo, finalmente logró trabajar en un hoyo llamada Wendy’s y con rapidez se hizo de numerosos seguidores que disfrutaban enormemente sus canciones. En vivo, Rockdrigo exudaba un carisma extraordinario y era mucho más rocanrolero de lo que resultó en su único disco que él supervisó y controló: Hurbanistorias, en el que parecía más cerca del canto nuevo. Era muy inteligente y tenía una cultura estimable, así es que en sus rolas había referencias a intelectuales mexicanos, a libros y tenía versos como “ya lo dijo Freud, no recuerdo en qué lado, sólo la experiencia que experimentado”. Sus homenajes a la ciudad de México, como “Vieja Ciudad de Hierro”, sedujeron al público roquero, al igual que sus canciones humorísticas, como “Oh, yo no sé” o “El rock del E.T.”, que pertenecían a la mejor tradición picaresca de Chava Flores. “Metro Balderas” a su vez se volvió emblemática del México de los ochenta.

En 1985 la fama de Rockdrigo crecía imparable y lo convertía poco a poco en la máxima figura del rock mexicano. Precisamente cuando le iba mejor, cuando su disco recogía reseñas favorables y se conocía cada vez más, cuando le ofrecían muchas y buenas oportunidades, Rockdrigo murió aplastado en su departamento de la colonia Juárez durante el terremoto de septiembre. El terremoto lo mató pero acabó de mitificarlo.

A él se le atribuye el término “rock rupestre”, aunque Roberto Ponce dice que fueron Rafael Catana y Alain Derbez, quienes en un principio lo utilizaban peyorativamente como sinónimo de “naco”. En todo caso, fue Rockdrigo el que escribió el Manifiesto Rupestre… El rock rupestre, pues, era el rock de los jodidos, un rock básico, sin sofisticación, sin recursos, salido directamente de las márgenes de la realidad urbana de los años de la primera gran crisis; un rock de las cavernas, lo que implicaba también un movimiento musical en sus inicios. Por supuesto, se trataba del rock mexicano que al fin nacía un rock tan inconfundible como el de Led Zeppelín, pero tan mexicano como José Alfredo Jiménez."

Mitos sobre Rodrigo

Tras su muerte, Rockdrigo se volvió una figura emblemática para la escena musical underground en México, debido a la originalidad de su obra (escasa, por la brevedad de su vida), que es comparada con la de Chava Flores, pues constituye un reflejo de la vida cotidiana de las clases humildes en México. Dado el sentido trágico de la muerte de Rockdrigo, se ha formado a su alrededor un mito urbano muy similar al que se originó en Argentina tras la muerte del rockero Tanguito, quien también falleció en "el punto máximo" de su carrera artística. A Rockdrigo se le atribuye toda una serie de acciones que nunca realizó, producto de la fantasía de sus adeptos, pero también, sin duda, con un fondo de verdad.

  • "Rockdrigo murió en el Edificio Nuevo León."

Realidad: Rockdrigo vivió en el edificio de Bruselas 8. Sin embargo, debido a una serie de anomalías, corruptelas y omisiones del gobierno, el desastre del Edificio Nuevo León a la larga resultó emblemático, dado el elevado número de muertos y damnificados y la muy socorrida versión de que la catástrofe se pudo haber evitado -una serie de crónicas al respecto puede encontrarse en el libro Nada, Nadie. Las voces del temblor, de Elena Poniatowska-.

  • "Rockdrigo es el único rockero que se ha parado en Bellas Artes."

Realidad: Rockdrigo estuvo en el Palacio de Bellas Artes, en el año de 1977, cuando no era del todo un músico rockanrolero, presentando una suite titulada Yo no juego, al lado de su amigo Gonzalo Rodríguez y otros músicos, durante un encuentro de Narrativa Joven, acompañando los textos del escritor de la onda Jesús Luis Benítez "El Búnker". De ahí a que sea el único rockero que se halla a un mundo de distancia, pues ahora es común encontrar en el cartel del Palacio de Bellas Artes una amplia oferta cultural.

  • "Rockdrigo era drogadicto."

Realidad: González tuvo un periodo creativo a partir del momento en que disminuyó su consumo de marihuana, después de un viaje que realizó en compañía de su pareja Francoise Bardinet a Francia y se dedicó a hacer ejercicio, a componer y a hacer planes para lanzarse de lleno a la escena musical.

Sería posible y deseable llevar a cabo un análisis de este mito urbano, aunque nadie se ha dedicado a hacerlo con la disciplina y capacidad necesarias. Esta particular mitología, por otra parte, tiene como base una serie de preguntas incontestables: ¿Cuál hubiera sido el desarrollo de la obra musical de Rockdrigo de no haberse cumplido su trágico destino? ¿En vida, cuánto tiempo le habría tomado obtener el reconocimiento que merecía?

Curiosidades

  • Actualmente, en los pasillos de la Estación Balderas de la línea 3 del Sistema de Transporte Colectivo (Metro) en la ciudad de México, existe una placa conmemorativa con la letra de la canción Estación del Metro Baldereas.
  • El grupo originario de Monterrey El Gran Silencio adoptó ese nombre en honor a la canción homónima de Rodrigo.
  • Debido a al contexto en que se dio la muerte de Rodrigo González, se ha hecho popular una broma cuando se habla de la causa de su muerte, se dice que: "murió de una sobredosis de cemento... en la cabeza" (por aquello de haber fallecido en el terremoto de 1985).

Referencias

  1. Testimonio de Rodrigo de Oyarzabal en su blog Los Doce Grandes
  2. "Y pues así paró a Alejandro Lora… Sí, cuando tocábamos en lo de los rupestres a finales de 1984, cuando hicimos eso de los rupestres en el museo del Chopo, le dijo: “Ándele, ¿eh?, ya sé que andas tocando mi canción, ¿eh?” y te digo porque estábamos así, ¡sorprendidísimos! ¡Le hablaba así al Lora!. Entonces le dice Alejandro: “¿Qué pasó, qué pasó, mi Rodrigo?” “¿Pues qué pasó contigo?, si estás tocando mi rola siquiera di que es mía…” Y el otro ya nada más le dice: “No, pues ¿qué pasó Rodrigo? Si es para que te conozcan, mi Rodrigo..." Fausto Arrellín en Historias de concreto en El sitio oficial de Rockdrigo

Véase también

Enlaces externos