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Eléctricas Reunidas de Zaragoza

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Eléctricas Reunidas de Zaragoza (habitualmente abrevidado como ERZ) fue una empresa eléctrica que gestionaba generación, distribución y comercialización como empresa eléctrica dominante en la mayor parte de Aragón, donde llegó a ser la mayor compañía con sede en la región, hasta su integración en la actual Endesa en 1986.

Historia

Antecedentes

En los albores de la electrificación en España se concedieron diversas concesiones para aprovechar la energía de los cursos de agua en el entorno de Zaragoza. Además, se instalaron pequeñas centrales térmicas en las zonas pobladas con poco acceso al agua.

El primero de todos esos proyectos data de 1893, cuando Isaac Peral fundó Electra Peral Zaragozana con la intención de construir centrales térmicas. La primera central empezó a funcionar en octubre de 1894.[1]​ Como era habitual en la época, para minimizar las pérdidas de transporte las instalaciones se ubicaron en el centro de la ciudad y desde ahí se distribuía la energía mediante corriente continua hasta los hogares. El uso principal de esta energía era el alumbrado, tanto público como privado.

Con la demanda creciente del alumbrado en una ciudad que estaba descubriendo la electricidad, surgieron iniciativas para aprovechar también la energía del agua. En 1894, se aprovechó el antiguo molino de Casablanca en el Canal Imperial de Aragón para crear la primera central hidráulica con dos turbinas de 200 CV[2]​ bajo la sociedad Compañía Aragonesa de Electricidad. Esta energía se trasladaba desde la central en el sur a la ciudad mediante una línea eléctrica de 3 km que fue pionera en su tiempo en Europa[3]​ por el uso de corriente alterna a tensión elevada desde un generador trifásico para reducir pérdidas. Algunos autores consideran que este es el primer caso de una línea de transporte eléctrico en España.[4]

La energía hidráulica demostró ser mucho más económica y en 1901 se constituyó Fuerzas Motrices del Gállego, para explotar las posibilidades que el salto de Marracos ofrecía en el río Gállego.[5]​ Este río, pese a estar más lejano a la demanda que el Ebro o el Canal Imperial, tenía sin embargo más potencia disponible gracias a su abrupta orografía. En 1904 empezó a funcionar la nueva central. En paralelo, Teledinámica del Gállego apostó en el mismo río por el todavía más lejano salto de Carcavilla, en las cercanías de Huesca.

Origen de la compañía

A pesar de esta efervescencia inicial de proyectos empresariales, el sector eléctrico tiene una tendencia a formar un monopolio natural. El coste de desplegar una red de cableado para distribución en Zaragoza era demasiado elevado para ser duplicado por varias compañías con la población que entonces tenía la ciudad. Algo similar pasaba con el coste de las líneas eléctricas necesarias para unir la ciudad con el Pirineo. Aunque la generación hidráulica era más barata, los saltos disponibles eran cada vez más lejanos y requerían acuerdos con los propietarios de líneas preexistentes o costosas infraestructuras adicionales.

Con fuertes relaciones personales y accionariales entre las empresas eléctricas de la región, una fusión parecía lógica. En 1907, Electra Peral Zaragozana, la Compañía Aragonesa de Electricidad y Fuerzas Motrices del Gállego se fusionaron y en 1911 Teledinámica del Gállego y Electro-Química Aragonesa se sumaron a la nueva compañía. Esta última compañía aportó a las generadoras anteriores una fábrica de carburos en La Peña que consumía electricidad, lo que permitía a la empresa resultante aprovechar la producción sobrante cuando no había demanda.

Así, la compañía generó una primera red eléctrica a gran escala para la ciudad, donde desde las centrales del Gállego al norte y desde el canal al sur llegaba líneas de corriente alterna a alta tensión hasta la antigua central céntrica de Peral. Esta actuaba como una subestación eléctrica, bajando la tensión y pasando a corriente continua para el suministro a los hogares. Contaba con baterías para asimilar las fluctuaciones en la generación (tanto Casablanca como Carcavilla son centrales fluyentes, sin capacidad para adaptarse a la variación de demanda). Junto a la subestación se encontraba la subestación de tracción de la red de tranvías de la ciudad. La industria química de La Peña completaba la infraestructura para permitir el aprovechamiento del excedente sin necesidad de sobredimensionar la capacidad de baterías instalada.

Desarrollo como empresa

La demanda de energía en Aragón fue creciente a comienzos del siglo XX, lo que dejó poca energía excedente para la fábrica de carburos. Para rentabilizarla y dar margen al crecimiento comercial de la compañía se construyó una nueva central en el Gállego. Se eligió Anzánigo, en las cercanías de la central de Carcavilla y de la fábrica de carburos. La nueva central entró en funcionamiento en marzo de 1921. En 1924 la empresa añadió una nueva central térmica de reserva en Zaragoza.

Además, aprovechando su control de la red de distribución la empresa empezó en 1928 a comercializar el excedente de producción de Electro Metalúrgica del Ebro (EMESA), una compañía química de Sástago que había construido en 1907 una central con agua del Ebro para abastecer sus demandas.[6]​ Con el tiempo, EMESA llegó a tener hasta tres centrales en los meandros del río en Sástago, que evacuaban una parte significativa de su producción a la red zaragozana de Eléctricas Reunidas. La red de ERZ creció siguiendo el Ebro hacia el este, permitiendo la exportación de energía al mercado barcelonés.

La combinación del acceso a la producción de terceros, los incrementos de producción por nuevas centrales propias y la seguridad que le daba la propiedad de una conexión con la red catalana (algo que empresas de la competencia como Energía e Industrias Aragonesas, EIASA, no desarrollaron antes de 1940) permitieron a Eléctricas Reunidas satisfacer la demanda creciente de Zaragoza y extenderse más allá. Eléctricas Reunidas amplió su comercialización a la ribera del río Jalón cuando se instaló la cementera de Morata de Jalón, convirtiéndose Saltos del Huerva y del Jalón en una distribuidora dependiente de Eléctricas Reunidas. En la ribera del Jalón, Saltos del Huerva y del Jalón tenía una central en Purroy y diversas distribuidoras locales estaban interconectadas con ERZ.

Así durante los años veinte y treinta la zona de influencia de ERZ era excedentaria en producción y exportaba al resto de España. Aunque la generación propia de la compañía era limitada, pues muchos de los saltos hidráulicos del Pirineo estaban en manos de competidoras como EIASA o Hidroeléctrica Ibérica, el control de la red eléctrica dejaba a la compañía en una situación estratégica para beneficiarse también de la generación de terceros. En 1933, Hidráulica Moncayo, que participaría luego en las fusiones que concentrarían el sector en Navarra, se convirtió en el mayor cliente de Eléctricas Reunidas al comprarle energía para revender en la Ribera Navarra.

Posguerra y franquismo

Después de la Guerra Civil Española, el sector a nivel nacional se coordinó en UNESA para fomentar la creación de una red interconectada que diera mayores garantías de suministro. En paralelo, y durante las décadas de 1940 y 1950, ERZ aprovechó para absorber algunas compañías más pequeñas y lograr economías de escala. Se trató de una estrategia de concentración a gran escala, pues además de empresas técnicamente complementarias también fueron absorbidas en ese periodo numerosas empresas independientes menores en Aragón que concentraron la oferta eléctrica. La tendencia general del sector en España fue una concentración que redujera la dispersión en pequeñas empresas inviables económicamente y como principal empresa eléctrica en su región ERZ se benefició de la oportunidad de convertirse en el principal actor eléctrico aragonés.

Así la compañía absorbió en su eje principal a Electra Jacetana (con generación en el curso del río Aragón y red en las cercanías de Jaca), Hidroeléctrica de Huesca (con red en los alrededores de Huesca y producción en el tramo del Gállego al norte de las centrales de ERZ), Electra Camarera (con una pequeña central en el Gállego) y Eléctrica de San Vicente Ferrer (de Graus). Con ellas se hizo con redes de distribución en la provincia de Huesca que le permitieron aumentar su cartera de clientes, además de obtener líneas de transporte complementarias a las suyas y centrales hidráulicas junto a su zona de actividad principal en el curso alto de los ríos Gállego y Aragón. Para finales de la década de 1950, ERZ tenía entre un cuarto y un tercio de su potencia instalada en el Pirineo y controlaba completamente el transporte en el eje Jaca-Sabiñánigo-Huesca-Zuera-Zaragoza que, paralelo al río Gállego, permitía exportar la energía desde el Pirineo a Zaragoza.[7]

Junto a su núcleo zaragozano incorporó la pequeña distribuidora Electra de Movera en 1941 y absorbió en 1943 a la dependiente Saltos Unidos del Jalón[8]​ (que había a su vez integrado a Electra Jalón, fundada en torno a un salto en Calatorao, y a Industrial Jalonesa de Morés). También procedió a expandirse por el sur de Aragón mediante absorciones diversas entre las que cabe mencionar la empresa de Juan Antonio Ínigo Bueso en 1940 (en Daroca), Teledinámica Turolense en 1955, (dueña de la central hidroeléctrica de Castielfabib y la red de distribución de Teruel además de tener el contrato para abastecer la minas de Libros), Electra de Sierra Menera (filial de la Compañía Minera de Sierra Menera que abastecía a sus instalaciones en la comarca del Jiloca), Rivera, Bernad y Compañía (que había sido pionera en 1901 con una central hidráulica en Albalate del Arzobispo a las que había añadido otras centrales en el río Martín además de controlar la red en el Bajo Aragón que abastecía a pueblos como Andorra, Híjar[9]​ o Belchite), Electra Virgen de la Peña (de Aliaga), Hidroeléctrica Industrial (de Caspe) y Electra Concordia (con clientes en Huesa del Común o Anadón). Estas extendían la red del Jalón por la provincia de Teruel, dotaban a ERZ de nuevas fuentes de generación suplementarias y aumentaban el volumen de negocio de Eléctricas Reunidas. La consolidación permitió una explotación más eficiente de las instalaciones hasta entonces fragmentada en una multitud de pequeños saltos hidráulicos y pequeñas centrales térmicas pero creó un monopolio regional.

Con la absorción de Electra del Keiles (dueña de saltos y red en Ágreda y Ólvega) y Fuerzas de Velacha (de Almazán) se consolidó su presencia en la frontera entre las provincias de Zaragoza y la Soria. A pesar del límite provincial ERZ mantuvo una presencia comercial estable en Soria desde entonces. Al este, en cambio, la constitución por parte del Instituto Nacional de Industria de la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana supuso la creación de un nuevo rival que impidió su extensión en esa dirección. La pujanza de ENHER llevaría a esta a ser propietaria de 15% de la red de distribución aragonesa y así como de la mayor central de generación en la zona, el embalse de Mequinenza en el Ebro.[10]​ Incluso pese a las fusiones posteriores, ERZ no integraría técnicamente las redes de distribución en el este de Aragón hasta 2003.[11]​ Al sur, las adquisiciones le habían dotado de algunas centrales en el curso alto del Tajo, que serían su máxima extensión sur en la provincia de Guadalajara.

Las fusiones mejoraron el perfil financiero de ERZ y le permitieron acometer inversiones propias según las tendencias del mercado. En 1949, la compañía apostó por crear una nueva central de carbón en los yacimientos de las Cuencas Mineras de Aragón en la provincia de Teruel. Esta ubicación ofrecía la ventaja de poder tanto abastecer Zaragoza como exportar producción hacia Cataluña y Valencia y permitía seguir creciendo pese a que otros productores de electricidad que dominaban los mercados catalán y vasco habían agotado los saltos disponibles en el Pirineo. Por ello, se decidió la construcción de la central térmica de Aliaga (inaugurada en 1952) y se participó en un 50% en la central térmica de Escatrón (inaugurada en 1953). A finales de la década de 1950 participó en el embalse de Los Rábanos que pese a estar en la cuenca del río Duero estaba en el territorio de la red soriana de ERZ. También participó en algunos pequeños embalses en su núcleo histórico como los Jabarrella o Lasarra.

Integración en Endesa

La consolidación del sector eléctrico siguió y dese 1983 fue integrada junto a los activos de generación térmicos de la Empresa Nacional de Electricidad Sociedad Anónima, las redes vecinas de ENHER y FECSA y la más alejada Sevillana de Electricidad. Aunque el nuevo grupo mantuvo ERZ como sociedad para los activos locales, fue pasando a utilizar como principal marca comercial Endesa.


Referencias

  1. «Electra Peral Zaragoza». Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 26 de julio de 2014. 
  2. «Compañía Aragonesa de Electricidad». Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 12 de agosto de 2013. 
  3. Ángel Bayod (coordinador). Fundamentos de sistemas eléctricos. Prensas Universitarias de Zaragoza. p. 240. ISBN 978-84-92521-50-0. 
  4. Espejo Marín, Cayetano; García Marín, Ramón. «AGUA Y ENERGÍA: PRODUCCIÓN HIDROELÉCTRICA EN ESPAÑA». Investigaciones Geográficas. 
  5. «Fuerzas Motrices del Gállego». Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 26 de julio de 2014. 
  6. Pinilla Navarro, Vicente (2008), Gestión y usos del agua en la cuenca del Ebro en el siglo XX, Universidad de Zaragoza, p. 545 .
  7. Lacasa Lacasa, Juan (1958). «La Energía del Pirineo Aragonés». Argensola: Revista de Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses. 
  8. Biescas, José Antonio. «19. La economía aragonesa durante el franquismo». Historia de Aragón. II. Economía y sociedad. Institución Fernando el Católico. 
  9. Madrid Científico 1919, nª994, p.16
  10. «Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribagorzana (E.N.H.E.R.)». Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 15 de marzo de 2019. 
  11. «ERZ-Endesa asume la gestión de la zona oriental de Aragón». El Periódico de Aragón.