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* Empleo de fármacos antifúngicos apropiados.<ref>Ashman BR, et al. IL-12 and Related Cytokines: Function and Regulatory Implications in Candida albicans Infection. Clinical and Developmental Immunology. 2010. 2011: 1-9</ref>
* Empleo de fármacos antifúngicos apropiados.<ref>Ashman BR, et al. IL-12 and Related Cytokines: Function and Regulatory Implications in Candida albicans Infection. Clinical and Developmental Immunology. 2010. 2011: 1-9</ref>


En el ámbito clínico, la candidiasis es comúnmente tratada con [[Antifúngico|antimicóticos]]—los medicamentos antimicóticos comúnmente usados para tratar la candidiasis son [[clotrimazol]] tópico, [[nistatina]] tópica, [[fluconazol]] y [[ketoconazol]] tópico.
Los casos ligeros de candidiasis pueden no requerir intervención médica; remedios de uso doméstico incluyen el consumo o aplicación tópica de [[yogurt]], en que los lactobacilos presentes en el medio combaten el hongo, y otros fungicidas, como la [[alicina]] obtenida de los dientes de [[ajo]].


Por ejemplo, una dosis única de [[fluconazol]] (una tableta de 150mg por vía oral) ha sido reportada de ser 90% eficaz en el tratamiento de una infección vaginal por levaduras.<ref name=Moosa>{{cite journal |author=Moosa MY, Sobel JD, Elhalis H, Du W, Akins RA |title=Fungicidal Activity of Fluconazole against Candida albicans in a Synthetic Vagina-Simulative Medium |journal=Antimicrob. Agents Chemother. |volume=48 |issue=1 |pages=161–7 |year=2004 |pmid=14693534 |doi=10.1128/AAC.48.1.161-167.2004 |pmc=310176}}</ref> Esta dosis es solamente eficaz para las infecciones vaginales por levaduras, otros tipos de infecciones por levaduras podrian requerir diferentes dosis. En infecciones severas, se podría utilizar [[anfotericina B]], [[caspofungina]], o [[voriconazol]]. Los tratamientos locales pueden incluir [[supositorio]]s vaginales o duchas vaginales medicadas. Se puede utilizar violeta de genciana para la [[lactancia materna]] de candidiasis, pero cuando se utiliza en grandes cantidades este puede causar ulceraciones en la boca y la garganta de los lactantes, y se ha relacionado con el cáncer de boca en los seres humanos y el cáncer en el tracto digestivo de otros animales.<ref>{{cite journal |author=Craigmill A|title=Gentian Violet Policy Withdrawn |journal=Cooperative Extension University of California -- Environmental Toxicology Newsletter |volume=11 |issue=5 |month=December |year=1991 |url=http://extoxnet.orst.edu/newsletters/n115_91.htm}}</ref>
Los [[antimicótico]]s de laboratorio para el tratamiento de la candidiasis incluyen por lo general [[nistatina]], [[fluconazol]], [[ketoconazol]], clotrimazol, o [[anfotericina]].


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El cuidado con la [[higiene]] ayuda a mantener a raya las infecciones de ''[[candida]]''. Se debe mantener limpia, seca y expuesta al aire la parte afectada. En el caso de infecciones vaginales, se debe seguir los consejos de un [[ginecólogo]].
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''C. albicans'' puede desarrollar resistencia contra los fármacos antimicóticos.<ref>{{cite journal |author=Cowen LE, Nantel A, Whiteway MS |title=Population genomics of drug resistance in Candida albicans |journal=Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. |volume=99 |issue=14 |pages=9284–9 |year=2002 |month=July |pmid=12089321 |pmc=123132 |doi=10.1073/pnas.102291099 }}</ref> Las infecciones recurrentes pueden ser tratables con otros antimicóticos, pero también se podría desarrollar una resistencia contra estos agentes alternativos.


== Complicaciones y prognosis ==
== Complicaciones y prognosis ==

Revisión del 04:33 31 dic 2011

Candidiasis

Especialidad infectología
dermatología
Sinónimos
Infección micótica de piel

La candidiasis es una infección fúngica (micosis) de cualquiera de las especies Candida (todas las levaduras), de las cuales la Candida albicans es la más común.[1][2]​ También comúnmente referida como una infección por levaduras, la candidiasis también es técnicamente conocida como candidosis, moniliasis, y oidiomycosis.[3]: 308 

La candidiasis abarca infecciones que van desde las superficiales, tales como la candidiasis oral y vaginitis, hasta las sistémicas y potencialmente mortales. Las infecciones Candida de esta última categoría también son conocidas como candidemias y son usualmente limitadas a personas inmunocomprometidas, tales como pacientes con cáncer, trasplante, o SIDA como también pacientes de cirugía de emergencia no traumáticas.[4]

Las infecciones superficiales y de membranas mucosas por la Candida que causan inflamación y malestar son comunes en la población humana.[2][5][6]​ Aunque claramente atribuible a la presencia de patógenos oportunistas del género Candida, la candidiasis describe una serie de diferentes síndromes de enfermedades que usualmente difieren en sus causas y resultados.[2][5]

Epidemiología

Desarrollo de Cándida, con aspecto blancuzco, sobre lesiones bucales de sarcoma de Kaposi.

La candidiasis afecta normalmente las zonas húmedas y cálidas de la piel y las mucosas, como las axilas, la boca, uñas, el glande y la vagina; las erupciones cutáneas asociadas con el uso de pañales suelen ser de este tipo. Representa un 25% de las micosis cutáneas.

La candidiasis es la más frecuente causa de vaginitis; se estima que tres de cada cuatro mujeres experimentan al menos un episodio de candidiasis durante su vida. Candida albicans es parte de la flora normal de la vagina; las condiciones patógenas pueden producirse por el uso de duchas que eliminen parte de los microorganismos que lo controlan (como los lactobacilos).

Las probabilidades de contraer candidiasis aumentan en pacientes obesos y diabéticos; el consumo de antibióticos y anticonceptivos también incrementa el riesgo, así como alteraciones hormonales debidas al embarazo.

En pacientes con deficiencia sistema inmunitario, neoplasias, diabetes, lupus eritematoso, y linfomas, la infección puede extenderse, con consecuencias bastante graves.[7]

Etiología

Los hongos están siempre presentes en el cuerpo humano, pero la presencia natural de otros microorganismos previenen su crecimiento descontrolado. Sin embargo, perturbaciones externas, como el uso de ciertos detergentes, variaciones del pH, o internas, como cambios hormonales o fisiológicos, pueden causar alteraciones de la biota y resultar en un crecimiento anormal de los hongos.

El embarazo, el uso de anticonceptivos, el sexo vaginal después del sexo anal y el uso de lubricantes que contienen glicerina son factores relacionados con infección por hongos. La diabetes y el uso de antibióticos también parecen tener incidencia en la micosis. Además, la cándida puede transmitirse sexualmente. Los tratamientos de reemplazo hormonal y de infertilidad podrían también ser factores desencadenantes.

Señales y síntomas

La mayoria de las infecciones por cándida son tratables y resultan en mínimas complicaciones tales como enrojecimiento, picazón y malestar, aunque las complicaciones podrian ser severas o fatales si no se tratan en ciertas poblaciones. En personas inmunocompetentes, la candidiasis es usualmente una infección muy localizada de la piel o membranas mucosas, incluyendo la cavidad oral (candidiasis oral), la faringe o esófago, el aparato digestivo, la vejiga urinaria, o los genitales (vagina, pene).[1]

La candidiasis es una causa muy común de la irritación vaginal, o vaginitis, y también puede ocurrir en los genitales masculinos. En pacientes inmunocomprometidos, las infecciones por cándida pueden afectar el esófago con el potencial de volverse sistémico, causando una condición muchísimo más seria, una fungemia llamada candidemia.[5][6]

La candidiasis oral es comúnmente vista en los bebés. No se considera anormal en los bebés a menos que dure más de un par de semanas.[8]

Los niños, mayoritariamente los entre tres y nueves años de edad, pueden ser afectados por infecciones crónicas de levadura orales, normalmente vistas alrededor de la boca como manchas blancas. Sin embargo, esta no es una condición común.

Los síntomas de la candidiasis pueden variar dependiendo del área que este afecte. Infecciones de la vagina o vulva pueden causar picazón severa, ardor, dolor, irritación, y una descarga blanquecina o blanco grisáceo con consistencia como de requesón, a menudo con una apariencia similar a grumos. Estos síntomas también están presentes en la más común vaginosis bacteriana.[9]​ En un estudio publicado el 2002 en la Journal of Obstetrics and Gynecology (Diario de Obstetricia y Ginecología), sólo el 33 por ciento de las mujeres que se estaban automedicando para una infección por levaduras en realidad tenían una infección por levaduras, mientras que la mayoría tenía o vaginosis bacteriana o una infección de tipo mixto.[10]​ Los síntomas de una infección en el genital masculino incluyen manchas o llagas rojas cerca de la cabeza del pene o en el prepucio, picazón severa, o una sensación de ardor. La candidiasis del pene también puede tener una descarga blanca, pero es poco común.

Diagnóstico

Micrografía de la candidiasis esofágica. Muestra de biopsia; Ácido periódico de Schiff.

La diagnosis de una infección por levaduras se realiza ya sea a través de un examen microscópico o cultivos.

Para la identificación por microscopía óptica, un raspado o frotis de la zona afectada se coloca en un portaobjetos de un microscopio. Luego se le añade a la muestra una sola gota de solución de hidróxido de potasio (KOH) al 10%. El KOH disuelve las células cutáneas pero deja las células Candida intactas, permitiendo la visualización de pseudohifas y las células de la levadura en ciernes típico de muchas especies de Candida.

Para el método de cultivo, un bastoncillo estéril se frota sobre la superficie de la piel infectada. El bastoncillo es luego pasado por un medio de cultivo. El cultivo es incubado a 37 °C por varios días, permitiendo el desarrollo de las colonias de levadura o bacterianas. La características (tales como la morfología y el color) de las colonias puede permitir el diagnóstico inicial del organismo que está causando los síntomas de la enfermedad.[11]

Un diagnóstico diferencial característico de la cándida con otras lesiones blancas orales, es que se elimina al raspado.

Tratamiento

El tratamiento de la candidiasis se basa en cuatro pilares:

  • Realización de un diagnóstico precoz y certero de la infección.
  • Corrección de los factores facilitadores o de las enfermedades subyacentes.
  • Determinación del tipo de infección candidiásica.
  • Empleo de fármacos antifúngicos apropiados.[12]

En el ámbito clínico, la candidiasis es comúnmente tratada con antimicóticos—los medicamentos antimicóticos comúnmente usados para tratar la candidiasis son clotrimazol tópico, nistatina tópica, fluconazol y ketoconazol tópico.

Por ejemplo, una dosis única de fluconazol (una tableta de 150mg por vía oral) ha sido reportada de ser 90% eficaz en el tratamiento de una infección vaginal por levaduras.[13]​ Esta dosis es solamente eficaz para las infecciones vaginales por levaduras, otros tipos de infecciones por levaduras podrian requerir diferentes dosis. En infecciones severas, se podría utilizar anfotericina B, caspofungina, o voriconazol. Los tratamientos locales pueden incluir supositorios vaginales o duchas vaginales medicadas. Se puede utilizar violeta de genciana para la lactancia materna de candidiasis, pero cuando se utiliza en grandes cantidades este puede causar ulceraciones en la boca y la garganta de los lactantes, y se ha relacionado con el cáncer de boca en los seres humanos y el cáncer en el tracto digestivo de otros animales.[14]

No es recomendado utilizar el enjuague bucal de gluconato de clorhexidina para tratar la candidiasis[15]​ pero es efectivo como profilaxis;[16]​ el enjuague con dióxido de cloro tiene una efectividad similar contra la Candida in vitro.[17]

C. albicans puede desarrollar resistencia contra los fármacos antimicóticos.[18]​ Las infecciones recurrentes pueden ser tratables con otros antimicóticos, pero también se podría desarrollar una resistencia contra estos agentes alternativos.

Complicaciones y prognosis

La candidiasis en general tiene un buen pronóstico, sin embargo a veces es difícil de tratar y puede reaparecer con el tiempo. En individuos con compromiso del sistema inmunológico una infección cutánea, vaginal u oral puede complicarse derivando en una candidiasis crónica y generalizada o en una infección que afecte al sistema digestivo (candidiasis esofágica).[19]

Segun la Asociación Española de Candidiasis Crónica, esta enfermedad al cronificarse, puede producir patologías y sintomas, el algunos casos graves, sobre el individuo afectado, entre las que destacan: Insomnio, Migrañas, Depresión, dolores y patologías musculares, prostatitis, fibromialgia, sindrome del colon irritable, Enfermedad de Crohn, enfermedades endocrinológicas y anemia, entre otras.

Referencias

  1. a b Walsh TJ, Dixon DM (1996). «Deep Mycoses». En Baron S et al. eds., ed. Baron's Medical Microbiology (4th edición). Univ of Texas Medical Branch. ISBN 0-9631172-1-1. 
  2. a b c
  3. James, William D.; Berger, Timothy G.; et al. (2006). Andrews' Diseases of the Skin: clinical Dermatology. Saunders Elsevier. ISBN 0-7216-2921-0. 
  4. Kourkoumpetis T, Manolakaki D, Velmahos G, et al. (2010). «Candida infection and colonization among non-trauma emergency surgery patients». Virulence 1 (5): 359-66. PMID 21178471. doi:10.4161/viru.1.5.12795. 
  5. a b c Fidel PL (2002). «Immunity to Candida». Oral Dis. 8: 69-75. PMID 12164664. doi:10.1034/j.1601-0825.2002.00015.x. 
  6. a b Pappas PG (2006). «Invasive candidiasis». Infect. Dis. Clin. North Am. 20 (3): 485-506. PMID 16984866. doi:10.1016/j.idc.2006.07.004. 
  7. Fitzpatrick TB, Johnson RA. (1994, 2ª ed.), Atlas de dermatología clínica. Mc Graw-Hill. Interamericana, pp. 118-119. Madrid. ISBN 968-25-2046-0.
  8. «Thrush». 2011. Consultado el 08-04-2011. 
  9. Terri Warren, RN (2010). «Is It a Yeast Infection?». Consultado el 23 de febrero de 2011. 
  10. Ferris DG; Nyirjesy P; Sobel JD; Soper D; Pavletic A; Litaker MS (March de 2002). «Over-the-counter antifungal drug misuse associated with patient-diagnosed vulvovaginal candidiasis». Obstetrics and Gynecology 99 (3): 419-425. PMID 11864668. doi:10.1016/S0029-7844(01)01759-8. 
  11. Srikumar Chakravarthi, Nagaraja HS (2010). «A comprehensive review of the occurrence and management of systemic candidiasis as an opportunistic infection». Microbiology Journal 1 (2): 1-5. ISSN 2153-0696. 
  12. Ashman BR, et al. IL-12 and Related Cytokines: Function and Regulatory Implications in Candida albicans Infection. Clinical and Developmental Immunology. 2010. 2011: 1-9
  13. Moosa MY, Sobel JD, Elhalis H, Du W, Akins RA (2004). «Fungicidal Activity of Fluconazole against Candida albicans in a Synthetic Vagina-Simulative Medium». Antimicrob. Agents Chemother. 48 (1): 161-7. PMC 310176. PMID 14693534. doi:10.1128/AAC.48.1.161-167.2004. 
  14. Craigmill A (December de 1991). «Gentian Violet Policy Withdrawn». Cooperative Extension University of California -- Environmental Toxicology Newsletter 11 (5). 
  15. «Chlorhexidine Gluconate». Drugs.Com. Consultado el Jan 8, 2011. 
  16. Ferretti GA, Ash RC, Brown AT, Parr MD, Romond EH, Lillich TT (September de 1988). «Control of oral mucositis and candidiasis in marrow transplantation: a prospective, double-blind trial of chlorhexidine digluconate oral rinse». Bone Marrow Transplant. 3 (5): 483-93. PMID 3056555. 
  17. Uludamar A, Ozkan YK, Kadir T, Ceyhan I (2010). «In vivo efficacy of alkaline peroxide tablets and mouthwashes on Candida albicans in patients with denture stomatitis». J Appl Oral Sci 18 (3): 291-6. PMID 20857010. doi:10.1590/S1678-77572010000300017. 
  18. Cowen LE, Nantel A, Whiteway MS (July de 2002). «Population genomics of drug resistance in Candida albicans». Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 99 (14): 9284-9. PMC 123132. PMID 12089321. doi:10.1073/pnas.102291099. 
  19. Krugman S., Katz, S. L. Enfermedades infecciosas. México: Interamericana MacGraw-Hill, 8ª edición, pag. 286. ISBN 968-25-1467-3.

Enlaces externos