Vaginosis bacteriana

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Vaginosis bacteriana

El tratamiento de la vaginosis bacteriana, con un indicador de pH para detectar la alcalinización vaginal (que en este caso muestra aproximadamente pH 8), y un portaobjetos de microscopio para detectar de forma microscópica las células indicadoras.
Especialidad ginecología
Síntomas Secreción vaginal maloliente.
Causas Desequilibrio de las bacterias naturales en la vagina.
Tratamiento Antibióticos (metronidazol o clindamicina).[1]

La vaginosis bacteriana (VB) es la causa más común de infección vaginal (vaginitis)

El síntoma más común de la VB es una secreción anormal de la vagina con un desagradable olor.[2]​ Sin embargo, casi la mitad de las mujeres con VB no notan ningún síntoma.[3][4]

Una vagina saludable contiene muchos microorganismos, uno de los más comunes es el Lactobacillus acidophilus (LA).[5]​ El LA evita que otros microorganismos vaginales se reproduzcan a un nivel en donde pudiesen causar síntomas. Los microorganismos relacionados con la VB incluyen Gardnerella vaginalis, Mobiluncus, Bacteroides y Mycoplasma. Por razones desconocidas el número de estos organismos crecen con la VB mientras el número de organismos LA baja.

La mayoría de los casos de VB ocurren en mujeres sexualmente activas entre los 15 y 44 años, especialmente tras el contacto con una pareja nueva. Los condones no parecen ser efectivos brindando protección aunque el uso de espermicidas parece reducir en algo el riesgo. Aunque sea "adquirido" por contacto sexual no hay evidencia que sea una enfermedad de transmisión sexual (ETS). Mujeres embarazadas y mujeres que sufren de algún ETS tienen un riesgo mayor para el desarrollo de esta infección. La VB no suele afectar a las mujeres después de la menopausia. Un estudio de la Universidad de Gante en Bélgica concluyó que una deficiencia de hierro (anemia) era una fuerte indicación de la VB en embarazadas. Otro estudio americano publicado en el American Journal of Obstetrics and Gynecology demostró una relación entre el estrés psicosocial y la VB, independiente de otros factores de riesgo.

Causas[editar]

Una microbiota vaginal sana está formada por especies que no causan síntomas ni infecciones y que no afectan negativamente al embarazo. Está dominada principalmente por especies de lactobacilos.[6]​ La VB se define por un desequilibrio en la microbiota vaginalcon una disminución del número de lactobacilos. Aunque la infección afecta a varias bacterias, se cree que la mayoría de las infecciones comienzan cuando Gardnerella vaginalis crea una película biológica, que permite que prosperen otras bacterias patógenas condicionales, como Prevotellay Bacteroides.[7][8][9][10]

Uno de los principales riesgos de desarrollar VB es el sprintzing, que altera la microbiota vaginal y predispone a las mujeres a desarrollar VB. El sprintzing está totalmente desaconsejado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. y diversas autoridades médicas por este y otros motivos.[11]

La VB es un factor de riesgo de enfermedad inflamatoria pélvica, VIH, infecciones de transmisión sexual (ITS), endometriosis, trastornos reproductivos y obstétricos o resultados negativos. Aunque la VB puede estar asociada a la actividad sexual, no hay pruebas claras de transmisión sexual.[12]​ Las personas sexualmente inactivas pueden desarrollar vaginosis bacteriana.[13]

Además, la carencia subclínica de hierro puede correlacionarse con la vaginosis bacteriana al principio del embarazo.[14]​ Un estudio longitudinal publicado en febrero de 2006 en el American Journal of Obstetrics and Gynecology descubrió que la asociación entre el estrés psicosocial y la vaginosis bacteriana persistía incluso cuando se tenían en cuenta otros factores de riesgo.[15]​ La exposición al espermicida nonoxinol-9 no afecta al riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana.[16]

Tratamiento[editar]

Se recomienda en la mujer embarazada, pues reduce el riesgo de sufrir complicaciones como parto prematuro y endometritis puerperal. En la no embarazada también se recomienda, pues elimina los síntomas y signos de VB y reduce las complicaciones en caso de aborto o histerectomía. El tratamiento se realiza con metronidazol en dosis de 500 mg cada 12 horas por vía oral, durante 7 días. Existen tratamientos alternativos por vía vaginal como clindamicina al 2 % en crema vaginal o metronidazol al 0,75 % en gel, ambos se administran con un aplicador, antes de acostarse, durante 7 días. No se recomienda el tratamiento de las parejas.[2][17]​ Sin embargo, casi la mitad de las mujeres con VB no notan ningún síntoma.[3]

La VB puede ser curada por antibióticos como metronidazol , clindamicina o tinidazol; aunque hay un alto nivel de reinfección.[3]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Donders, Gilbert GG; Zodzika, Jana; Rezeberga, Dace (11 de marzo de 2014). «Treatment of bacterial vaginosis: what we have and what we miss». Expert Opinion on Pharmacotherapy (en inglés). doi:10.1517/14656566.2014.881800?journalcode=ieop20. Consultado el 22 de diciembre de 2022. 
  2. a b «Vaginal Infections -- How to Diagnose and Treat Them: Bacterial Vaginosis or Vaginal Bacteriosis». Medscape. Consultado el 10 de octubre de 2009. 
  3. a b c «National guideline for the management of bacterial vaginosis (2006).». Clinical Effectieness Group, British Association for Sexual Health and HIV (BASHH). Archivado desde el original el 3 de noviembre de 2008. 
  4. González-Pedraza Avilés, A.; Mota Vázquez, R.; Ortiz Zaragoza, C.; Ponce Rosas, R. E. (1 de enero de 2004). «Factores de riesgo asociados a vaginosis bacteriana». Atención Primaria 34 (7): 360-365. ISSN 0212-6567. doi:10.1016/S0212-6567(04)79516-5. Consultado el 2 de diciembre de 2021. 
  5. Petrova, Mariya I.; Lievens, Elke; Malik, Shweta; Imholz, Nicole; Lebeer, Sarah (25 de marzo de 2015). «Lactobacillus species as biomarkers and agents that can promote various aspects of vaginal health». Frontiers in Physiology 6: 81. ISSN 1664-042X. PMC 4373506. PMID 25859220. doi:10.3389/fphys.2015.00081. Consultado el 2 de diciembre de 2021. 
  6. «Vaginal microbiota and viral sexually transmitted diseases». www.seu-roma.it. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  7. «Intricate Connections between the Microbiota and Endometriosis». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  8. «Microbiota and Pelvic Inflammatory Disease». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  9. «¿Hongos vaginales o vaginosis bacteriana?». www.omni-biotic.com. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  10. «Analysis of adherence, biofilm formation and cytotoxicity suggests a greater virulence potential of Gardnerella vaginalis relative to other bacterial-vaginosis-associated anaerobes». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  11. «An Updated Review of of Evidence to Discourage Douching». journals.lww.com. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  12. «High Recurrence Rates of Bacterial Vaginosis over the Course of 12 Months after Oral Metronidazole Therapy and Factors Associated with Recurrence». academic.oup.com. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  13. «The contribution of bacteriophages to the aetiology and treatment of the bacterial vaginosis syndrome». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  14. «Subclinical iron deficiency is a strong predictor of bacterial vaginosis in early pregnancy». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  15. «The association of psychosocial stress and bacterial vaginosis in a longitudinal cohort». www.ncbi.nlm.nih.gov. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  16. «Nonoxynol‐9 for preventing vaginal acquisition of sexually transmitted infections by women from men». www.cochranelibrary.com. Consultado el 26 de enero de 2024. 
  17. Mehta, Supriya D. (1 de septiembre de 2012). Systematic Review of Randomized Trials of Treatment of Male Sexual Partners for Improved Bacteria vaginosis Outcomes in Women (en inglés). Consultado el 7 de abril de 2022. 

Enlaces externos[editar]