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== Bibliografía ==
== Bibliografía ==

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El Louvre (París), el museo más visitado del mundo durante 2009.[1]
Isla de los Museos (Berlín). Patrimonio de la Humanidad.
Museos Vaticanos en la Ciudad del Vaticano - Roma.

Un museo (del latín musēum y éste a su vez del griego Μουσείον) es una institución pública o privada, permanente, con o sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y su desarrollo, y abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica, expone o exhibe, con propósitos de estudio y educación, colecciones de arte, científicas, entre otros, siempre con un valor cultural, según el Consejo Internacional de Museos (ICOM).[2]​ La ciencia que los estudia se denomina museología, la técnica de su gestión museografía y la administración de los mismos, museonomía.

Los museos exhiben colecciones, es decir, conjuntos de objetos e información que reflejan algún aspecto de la existencia humana o su entorno. Este tipo de colecciones, casi siempre valiosas, existen desde la Antigüedad: En los templos se guardaban objetos de culto u ofrendas que de vez en cuando se exhibían al público para que pudiera contemplarlos y admirarlos. Lo mismo ocurría con los objetos valiosos y obras de arte que coleccionaban algunas personas de la aristocracia en Grecia y en Roma; los tenían expuestos en sus casas, en sus jardines y los enseñaban con orgullo a los amigos y visitantes. Es en el Renacimiento cuando se da el nombre de "museo" tal y como lo entendemos hoy a los edificios expresamente dedicados la conservación y exposición de sus colecciones permanentes. Por otra parte están las galerías de arte, donde se muestran pinturas y esculturas, en exhibiciones temporales, sin que necesariamente posean colecciones permanentes. Su nombre deriva de las galerías (de los palacios y castillos), que eran los espaciosos vestíbulos de forma alargada, con muchas ventanas o abiertos y sostenidos por columnas o pilares, destinados a los momentos de descanso y a la exhibición de objetos de adorno, muchas veces obras de arte.

Un museo en la actualidad es un establecimiento complejo que requiere múltiples cuidados. Suele estar dotado de una amplia plantilla de trabajadores de las más diversas profesiones. Generalmente cuentan con un director y uno o varios conservadores, además de restauradores, personal de investigación, becarios, analistas, administradores, conserjes, personal de seguridad, entre otros. Los expertos afirman que el verdadero objetivo de los museos debe ser la divulgación de la cultura, la investigación, las publicaciones al respecto y las actividades educativas. En los últimos años ha surgido la idea de las exposiciones itinerantes en las que museos de distintas ciudades aportan algunas de sus obras para que puedan verse todas reunidas en un mismo lugar.

Actualmente existen una gran variedad de museos: museos de arte, museos históricos, museos de cera, museos de ciencias y técnica, museos de historia natural, museos dedicados a personalidades y museos arqueológicos, por nombrar solo algunos.

En 1977 la ONU declaró el 18 de mayo como Día Internacional de los Museos.

Museo del Prado (Madrid).
Museo Egipcio (El Cairo).
Museo Marítimo de Szczecin, Polonia.

Historia

Galería Uffizi (Florencia).
Museo Nacional de Antropología (México).

En su origen, un museo era un templo de musas, un lugar sagrado que ellas frecuentaban, y no hay que olvidar que, en su origen, las musas eran las diosas de la memoria. Más tarde, en Alejandría durante la época de la dinastía Ptolemaica, Ptolomeo I,[3]​ levantó un museo dedicado al desarrollo de todas las ciencias y servía además para las tertulias de los literatos y sabios que vivían allí, bajo el patrocinio del Estado. En aquel museo se fue formando poco a poco una importante biblioteca: la Biblioteca de Alejandría.

Los escritores latinos señalan la existencia de un significado adicional de "museo". Todo parece indicar que así llamaban en la antigüedad romana a unas grutas con unas características especiales, y que, situadas dentro de las villas, sus propietarios las utilizaban para retirarse a meditar.

Las primeras colecciones del arte las encontramos en los peristilos de los templos antiguos. Delfos, la ciudad de los oráculos, se gloriaba de poseer un tesoro de esta especie repartido en tantas salas como diversos pueblos había: el templo de Juno en Samos y la Acrópolis de Atenas estaban llenos de obras maestras del arte. Los sucesores de Alejandro Magno se esforzaron en reunir esculturas de todas clases. Con ellas hacían más ostentosas sus marchas de triunfo y además las empleaban en el embellecimiento de sus capitales: el arte, en estas ocasiones, daba vida y movimiento al cuadro.[4]

Roma siguió este ejemplo. Las imágenes de los dioses de los pueblos vencidos formaron parte del cortejo del vencedor y vinieron en el mismo lugar que los prisioneros. Entre los emperadores romanos, Nerón hizo venir de Delfos 500 estatuas para adornar su palacio imperial y aumentar el lujo y la pompa del mismo. Todo esto, sin embargo, no formaba aún lo que llamamos hoy un museo. Los edificios públicos y los palacios estaban adornados con mucho gusto. El arte se mezclaba allí con la naturaleza viva.

Al principio del siglo XV, Roma solo poseía cinco estatuas antiguas de mármol y una de bronce. Bien pronto se abrió en Florencia una nueva era para las artes. En el siglo de los Médici les dio un impulso poderoso. Cosme I de Médici se dedicó a reunir antigüedades y echó así los cimientos del célebre museo de Florencia.[5]​ Luego, otros príncipes se disputaron la gloria de conquistar un nombre protegiéndolas. Un Médici fue también, a saber el papa León X, cuya villa sobre el monte Pincio fue el punto central en que se depositaron esas obras maestras que se encontraban.[4]

Varias familias nobles de Roma y de Italia participaron de esta inclinación: se emprendieron con algunas excavaciones y se continuaron con perseverancia. Estas colecciones empezaron a formarse al mismo tiempo que las de medallas. La familia de Este fue la primera que formó un gabinete de piedras grabadas: las inscripciones que en ellas se leían oscilaron hasta el más alto punto el interés y la curiosidad. La civilización que entonces renacía necesitaba para enlazarse con la civilización antigua y descansar así sobre una base de todas las máximas que la antigüedad había dejado escritas. El gusto por las medallas y las piedras grabadas trajo bien pronto en pos de sí el de las estatuas: estas, sin embargo, permanecieron largo tiempo donde podían servir de adorno en las bibliotecas, en los salones de los palacios de los príncipes y gustaba aún el verlas en parajes abiertos. Bajo este punto de vista, la disposición de las antigüedades en la ciudad borgesa era admirable: desgraciadamente, cuando volvieron a Italia las preciosidades que se le habían arrancado, no pudo reclamar sus despojos, porque Francia las había comprado.[4]

El Museo Ashmolean de Arte y Arqueología, situado en Oxford, abrió sus puertas en 1683, cuando la universidad de dicha ciudad decidió mostrar al público la colección que Elias Ashmole le había legado cuatro años antes. El edificio destinado a alojarla, se convirtió así en el primer lugar de exposición abierto al público de forma permanente.[6]​ Durante el siguiente siglo fueron inaugurados el Museo Británico en Londres y el Louvre en París.[6]

Luego de la Primera Guerra Mundial (1918) surgió la Oficina Internacional de Museos, la cuál estructuró los criterios museo gráficos cuyos programas y soluciones técnicas son vigentes hoy en día. En 1945 surge el Consejo Internacional de Museos (ICOM, por sus siglas en inglés) y en 1948 aparece la publicación periódica Museum mediante la cual se difunden hasta hoy en día las actividades de los museos en el mundo.

Tipología

Museo Metropolitano de Arte (Nueva York).
Museo de Historia Natural (Londres)
Museo Arqueológico Nacional (Atenas).
Museo Memorial de la Paz (Hiroshima).
Museo Histórico Nacional (Buenos Aires).
Museo de Tecnología (São Paulo).

La clasificación de los museos es útil para fines organizativos y estadísticos. A fin de establecer a qué tipo pertenece cada museo se atiende a los siguientes criterios: titularidad, ámbito geográfico de cobertura de las colecciones y contenido temático de las colecciones.

El Consejo Internacional de Museos (ICOM) estableció una tipología según el contenido temático de las colecciones en siete categorías:

Museos de arte

Una galería de arte o museo de arte es un espacio para la exhibición y promoción del arte, especialmente del arte visual, y principalmente pintura y escultura, de forma similar a un museo (pinacoteca, gliptoteca, etc.)

El concepto también se usa para designar el establecimiento que, además de exhibir y promocionar obras de arte, se dedica a su venta, siendo entonces por lo general un espacio más reducido (equivalente a cualquier otro local comercial) y limitando el periodo de exhibición a un tiempo determinado, pasado el cual se desmonta la "exposición" y se monta una nueva. El oficio y técnica de su gestión se denomina galerismo.

Museos de historia natural

Los museos de historia natural y ciencias naturales suelen exhibir los trabajos del mundo natural. El enfoque está en la naturaleza y la cultura. Las exposiciones puede educar al público acerca de la paleontología, la historia antigua y la antropología. La evolución biológica, las cuestiones ambientales y la biodiversidad son las principales áreas en museos de ciencias naturales.

Los museos de historia natural más famosos del mundo, como los de Londres, Berlín, París, Madrid, Viena, Washington, Nueva York, Toronto, México, Buenos Aires, Santiago y Río de Janeiro, son centros de estudio e investigación que han contribuido poderosa y eficazmente al desarrollo de la ciencia así como de la creación de lugares importantes de intelectuales que han colocado en un alto rendimiento estos institutos científicos.

Museos arqueológicos

Los museos arqueológicos son instituciones que investigan, conservan, exponen e informan acerca del patrimonio arqueológico, entendido éste como aquellos vestigios producto de la actividad humana y aquellos restos orgánicos e inorgánicos que, mediante los métodos y técnicas propios de la arqueología y otras ciencias afines, permiten reconstruir y dar a conocer los orígenes y las trayectorias socioculturales pasadas y garantizan su conservación y restauración.

Entre sus actividades se encuentran realizar investigaciones arqueológicas, así como a conservar, sistematizar, analizar, comprender, exponer y explicar los objetos arqueológicos que constituyen parte importante del patrimonio cultural del pasado.[7]

Museos monográficos

La gran mayoría son de titularidad regional y explotados a escala local, aunque también aparecen museos de titularidad estatal con gestión regional. Su cometido es divulgar y estudiar aquellos hechos socio-culturales más relevantes, de un pasado más o menos remoto, y que han sido de singularidad en el devenir histórico de una región o comunidad.

Por regla general suelen tratarse de colecciones sobre aspectos muy concretos, y donde la donación de vestigios toma buena parte a veces. De alguna forma se trata de rescatar y registrar aspectos culturales, las actividades cotidianas o hechos de una región para remarcarlos mediante la divulgación en estos centros. Museos etnográficos, centros de interpretación, etc.[cita requerida]

Museos históricos

Los Museos Históricos o de Historia son todos aquellos que cuyas colecciones han sido concebidas y presentadas dentro de una perspectiva histórica. Algunos cubren aspectos especializados como los relativos a una localidad determinada, mientras que otros son más generales. Estos museos contienen una variedad de objetos, incluidos los documentos, artefactos de todo tipo, arte, objetos arqueológicos. Los museos de antigüedades están más especializados en los hallazgos arqueológicos.

Según la UNESCO, «en esta categoría están comprendidos los museos, las viviendas y los monumentos históricos de los museos al aire libre que evocan o ilustran ciertos acontecimientos de la historia nacional».

Un tipo común de museo de historia es una casa histórica. Una casa histórica puede ser un edificio de especial interés arquitectónico, lugar de nacimiento o casa de una persona famosa, o simplemente un edificio con una ubicación privilegiada como la Casa de la Historia Europea localizada en el barrio europeo de Bruselas.

Los sitios históricos también pueden convertirse en museos, en particular los que marcan los delitos públicos, como S-21 o la isla de Robben. Otro tipo de museo de historia es el museo viviente. Un museo vivo donde la gente puede recrear un período de tiempo, incluidos los edificios, la ropa y el idioma. Es similar a la recreación histórica.

Museos de ciencia y técnica

Los museos de ciencia y los centros tecnológicos giran en torno a los logros científicos y su historia. Algunos museos pueden tener exposiciones sobre temas tales como la informática, la aviación, los ferrocarriles, la física, la astronomía o el reino animal.

Los museos de ciencias, en particular, puede consistir en planetarios, o un teatro por lo general en torno a una cúpula. Estos museos pueden tener salas IMAX, que permiten la visualización en 3-D o calidad superior de imagen.

Los museos virtuales, son por lo general los sitios web pertenecientes a los museos reales y que contiene galerías de fotos de elementos encontrados en los museos reales. Esta nueva presentación es muy útil para personas que viven lejos que desean ver el contenido de estos museos.

Museos de la agricultura y de los productos del suelo

Museo del Hermitage (San Petersburgo).

Funcionamiento

Museo Guggenheim (Nueva York).

Accesibilidad

Museo de Hanói (Vietnam).

Los museos albergan, conservan y exponen contenidos de valor cultural, histórico, científico, pero no todas las personas pueden acceder a ellos. Con frecuencia presentan barreras arquitectónicas que impiden que las personas con movilidad reducida puedan acceder. Estas barreras se justifican erróneamente con el valor patrimonial del edificio o conservación del aspecto original. Asimismo, en su interior existen barreras físicas y de comunicación que impiden a las personas con discapacidad acceder a las obras expuestas.

Para que un museo o galería de arte sea accesible, debe presentar las zonas de circulación diferenciadas de las de exposición mediante la combinación de diferentes texturas y colores en el pavimento. En las distintas dependencias, se deben mostrar planos esquemáticos en altorrelieve, sistema braille y buen contraste visual, para facilitar el reconocimiento de los espacios y su distribución. Deben instalar bucles magnéticos que mejoren la señal auditiva para las personas hipoacúsicas o con implante coclear. Los museos y salas de exposiciones deben permitir la accesibilidad física a las colecciones facilitando incluso el tacto cuando sea posible sin dañar los originales o realizando maquetas que permitan identificar el contenido.

Los museos deben disponer de audioguías adaptadas para personas ciegas y deficientes visuales. Este sistema consiste en un reproductor digital, con teclado adaptado para poder seleccionar las distintas opciones y sistema de auriculares para permitir tener las manos libres y poder tocar las piezas accesibles. En este dispositivo estará grabada la información necesaria para desplazarse por el recorrido y las audiodescripciones de las piezas seleccionadas. Para cubrir las necesidades de las personas sordas, existe un reproductor similar llamado signoguía, en el que la información de las obras del museo, es mostrada mediante vídeos en lengua de signos y subtitulados. En los museos o salas de exposiciones donde la explicación de la colección la realice un guía, este deberá tener conocimientos de lengua de signos o contar con un Intérprete de L.S.E.

Seguridad

Museo de Arte (São Paulo).

Los museos actuales cuentan con varias medidas de seguridad para proteger sus contenidos (en función de su presupuesto):

  • Circuito cerrado de televisión: cámaras de seguridad que graban constantemente las salas del museo.
  • Vitrinas: protegen cuadros y esculturas del exterior, además de mantenerlas a una temperatura constante.
  • Infrarrojos pasivos: captan fuentes de emisión de calor, por ejemplo, el cuerpo humano.
  • Detectores volumétricos: registran desde la presencia de intrusos hasta los cambios de temperatura.
  • Cortinas de rayos láser: haces de luz constante que protegen lo exhibido.
  • Campos magnéticos: detectan cuando algo los atraviesa.
  • Detectores de peso: protegen detectando las variaciones del peso de lo que hay sobre ellos, activando la alarma.
  • Detectores de humo y demás artefactos para prevenir incendios.
  • Perros entrenados para detectar bombas.

Expectativas de futuro

Museo Real de Ontario (Toronto).
Archivo:Museum of Islamic Art from the Corniche (12543126645).jpg
Museo de Arte Islámico (Doha).

En la actualidad, para cualquier arquitecto, la construcción de museos se ha convertido si no en una prioridad, sí en una meta profesional. Por otro lado, a nivel político, en los países occidentales son uno de los principales referentes culturales, tendencia que comenzó en las últimas décadas del siglo pasado y que mueve a miles de turistas todos los años. No obstante, esta nueva situación no está exenta de una serie de problemas que vamos a tratar de analizar y que comenzaron a plantearse en el siglo XX:

  1. Los museos, fruto de una nueva presión social, han pasado de ser meros depósitos, contenedores de unos tesoros dignos de devoción, a exigírseles una dinámica viva, cambiante, renovadora. No valen ya exposiciones que permanecen inmutables en el tiempo sino que la sociedad demanda novedades, tanto expositivas como en lo concerniente al contenido de estas. Ello ha provocado que dejen de ser lo estáticos que fueron antaño.
  2. Otro aspecto fundamental que en la actualidad han ido incorporando los museos es su valor didáctico, la proyección educativa que se desprende de su visita. Muchos son los departamentos y gabinetes de didáctica aparecidos con el objetivo de difundir el contenido de las colecciones. La publicación de textos didácticos, la incorporación de nuevos y mejor preparados educadores, la organización desde el museo de seminarios, cursos, congresos... es un reflejo de todo ello. «Recomponiendo el hilo que atraviesa toda la historia moderna de los museos, nos damos cuenta de que tanto hoy como en los siglos XIX y XX, lo que justifica en última instancia la institución de los museos es su compromiso permanente con la educación. La educación es consubstancial a la institución llamada museo». (BALLART, J., 2007: 215-216).
  3. Imprescindible es también la dimensión científica que de él se desprende. Las investigaciones que en ellos se realizan se traducen en multitud de publicaciones de carácter científico, en revistas periódicas, monografías, etc.
  4. Por otro lado, fruto de esa presión social, la participación de los visitantes es cada vez mayor. Las nuevas tecnologías,[8]​ especialmente las audiovisuales, están cobrando una importancia hasta hace poco inexistente como medio de difusión y conocimiento. Y un papel crucial en este sentido son las páginas web de los distintos museos, cada vez más completas, con mayor número de aplicaciones y con un atractivo especial al ser accesibles desde cualquier lugar con conexión a internet. Atractivo que por otra parte no suplirá jamás la asistencia en persona a una buena colección museográfica.
  5. «Un museo lleno de visitantes es un museo que goza de buena salud.» S. Dillon Ripley. Mucho se ha hablado del valor educativo, de conservación y preservación del patrimonio, de las funciones de documentación y registro y el carácter divulgativo de los museos, pero pocas referencias expresan el enorme impacto que sobre las economías tienen estas empresas culturales. En su libro, Estrategias y márketing de museos, el autor Philip Kotler analiza, entre otros aspectos, cómo los museos se han convertido en potentes industrias capaces de generar una ingente cantidad de dinero para las economías locales, en forma de pernoctaciones de hoteles de la zona, restauración, transporte, etc. Por citar un valioso ejemplo, la exposición sobre Cézanne organizada por el Philadelphia Museum of Art en 1996 congregó a 550 000 visitantes durante un período de tres semanas, lo que generó 10 000 pernoctaciones en los hoteles y unos ingresos adicionales de 86,5 millones de euros para la ciudad.[9]​ Así pues, a las tradicionales funciones que se le atribuyen a los museos, cabría añadir otro papel de gran calado estratégico, desde el punto de vista económico para una ciudad. Que nadie se rasgue las vestiduras, pero lo cierto es que habrá que estar muy atento a esa capacidad asumida como motor de impulso y desarrollo de las economías locales. Sin duda, los museos se han convertido en potentes centros de gran atractivo turístico y nunca anteriormente habían logrado captar tantas audiencias. El debate planteado será el de si el nuevo rol puede desenfocar a las instituciones respecto de su misión y su discurso.

Museo como medio de comunicación

El museo es uno de los agentes de difusión directa y debe ser tomada en cuenta por su importancia con el contacto y la presencia física de éstos con el público, ya que se relacionan a través de las exposiciones, los departamentos en promoción cultural, los servicios educativos y las relaciones públicas; además no pueden olvidar la variedad de públicos que los visita, sus intereses y capacidades de recepción, por eso a través de encuestas, entrevistas y seguimiento de trayectoria, se evalúan las exposiciones de los museos, pretendiendo poder mejorar y dar respuesta a las inquietudes de los visitantes.[10]

El museo es un medio de comunicación que pone en conocimiento información al receptor, que en este caso es el visitante, o mejor dicho los visitantes, con sus diferencias, tanto de formación académica como de intereses.

Dice Rendón García, en el Universum. Museo como medio de comunicación' que el museo dejó de tener como único objetivo al ser una institución que conserva los objetos, que los estudia y exhibe para que la gente los vea, para demostrar que es un medio de comunicación, que confronta los códigos de cada persona, sus valores y produce un cambio sobre las bases de los sistemas de valor propio y ajeno, las colecciones por ejemplo, de los conocimientos humanos, ya sean artísticos, históricos, científicos y técnicos, sino que también es un medio de comunicación que nos transmite este conocimiento, siendo partícipe de la educación no formal y que busca contribuir al desarrollo de la sociedad.

Es importante tener en cuenta que en los museos se lleva a cabo el proceso de comunicación, donde el museo es la fuente, el emisor es el curador con el artista, la exposición es el canal y el mensaje es la obra o el objeto expuesto y el receptor es el visitante, quien retroalimenta con sus conocimientos, sus opiniones, sus participaciones y hasta la difusión de estos museos.

Véase también

Bibliografía

  • Dictionnaire des Antiquités Romaines et Grecques. Librairie de Firmin-Didot et Compagnie. París, 1883.
  • BALLART HERNÁNDEZ, J. (2007): Manual de museos. Ed. Síntesis, Madrid.
  • CARLOS RICO, J. (2003): La difícil supervivencia de los museos. Ed. Trea, Gijón.
  • PAGEL, J. (2015) El museo y los derechos de autor en Europa: una encuesta y unas recomendaciones. Revista ph, n.º 88, 2015, pp. 36-40
  • PÉREZ SÁNCHEZ, A. E. (2001): "Los grandes museos ante el siglo XXI". En, Tusell, J. (coord.): Los museos y la conservación del Patrimonio: Encuentros sobre Patrimonio. Fundación BBVA. 19-30.

Enlaces externos

  1. EFE. «El Louvre fue el museo más visitado en 2009 y el Prado, el noveno». El País. Consultado el 28 de abril de 2010. 
  2. «Definiciones de museos» (PDF). Universidad de Castilla-La Mancha. Consultado el 9 de mayo de 2009. 
  3. Ana MªVázquez Hoys. «LA DINASTÍA PTOLEMAICA». Universidad Nacional de Educación a Distancia. Consultado el 9 de mayo de 2009. 
  4. a b c Enciclopedia moderna: diccionario universal. Francisco de P. Mellado. 1851
  5. «Galería de los Uffizi». ArteHistoria. Junta de Castilla y León. Archivado desde el original el 30 de noviembre de 2015. Consultado el 9 de mayo de 2009. 
  6. a b «¿Cuál es el museo público más antiguo?». Muy Interesante. Consultado el 9 de mayo de 2009. 
  7. Fatás, Guillermo y Borrás, Gonzalo M. (2003): Diccionario de términos de Arte y elementos de Arqueología, Heráldica y Numismática, Alianza Editorial, Madrid.
  8. «El futuro de los museos está en las redes sociales». Público. Consultado el 24 de febrero de 2011. 
  9. Kotler, Philip: Estrategias de márketing de museos, Ariel, Barcelona, 2008.
  10. Rendón García,, Magda Lillalí. Universum. El museo como medio de comunicación. Tesis UNAM. p. 215. Consultado el 17 de noviembre de 2016.