Teatro Colón

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Teatro Colón
Monumento histórico nacional de Argentina

Fachada sobre la calle Cerrito
Localización
País Argentina
Localidad San Nicolás, Buenos Aires
Ubicación Bandera de Argentina Buenos Aires, Argentina
Coordenadas 34°36′04″S 58°22′59″O / -34.601083333333, -58.383083333333
Información general
Usos Teatro de ópera y complejo artístico
Estilo ecléctico
Declaración 1991
Inicio 1889
Finalización 1908
Construcción 1908
Capacidad 2487 espectadores sentados
Propietario Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ocupante Teatro Colón
Altura 28 m
Dimensiones
Diámetro 58 m
Sistema estructural Hormigón
Diseño y construcción
Arquitecto Francesco Tamburini
Vittorio Meano
Jules Dormal
Contratista Armellini y Pellizzari
https://teatrocolon.org.ar/
Para el teatro de Bogotá, véase Teatro de Cristóbal Colón

El Teatro Colón es un teatro de ópera de la ciudad de Buenos Aires. Por su tamaño, acústica[1]​ y trayectoria, está considerado uno de los cinco mejores del mundo.[2]

Comparable con las salas líricas más importantes del mundo, como la Scala de Milán, la Metropolitan Opera House de New York, la Ópera Estatal de Viena, la Royal Opera House (Covent Garden) de Londres y la Ópera de París, es índice inequívoco de consagración para quienes se presentan en él y lugar ineludible para los amantes de la música. El Colón ha sido desde siempre un teatro venerado por el público y por los artistas más renombrados.[3]​ A su vez, es sede de la Orquesta Estable, el Coro Estable, el Ballet Estable del Teatro Colón y de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires. También funcionan en su sede el Centro de Experimentación del Teatro Colón, el Instituto Superior de Arte, con su Orquesta Académica, el Coro de Niños y el programa Colón Contemporáneo.

El Teatro Colón es un teatro de temporada o de stagione que renueva su programación anualmente; no es un teatro de repertorio. Asimismo es un teatro de producción propia, que cuenta con talleres a cargo de personal especializado para realizar íntegramente todos los elementos necesarios para la escenificación de un espectáculo de ópera o ballet.

A fines del año 2006, el Teatro Colón fue sometido a un profundo proceso de restauración conservativa y modernización tecnológica que le devolvió el brillo original de sus años de esplendor, sin alterar la acústica de su sala ni la arquitectura original de las partes nobles.[4]​ Durante el período de restauración, el Teatro Colón desarrolló sus actividades artísticas en salas alternativas de la ciudad de Buenos Aires. Fue reabierto el lunes 24 de mayo del 2010, como parte de los festejos del Bicentenario de la Argentina.[5][6]

Historia

Primer Teatro Colón (1857-1888)

Primer Teatro Colón, en Plaza de Mayo, hoy manzana del Banco Nación. (1857-1888)

El primer Teatro Colón fue obra del arquitecto Charles Henri Pellegrini y se inauguró con La Traviata de Giuseppe Verdi el 25 de abril de 1857 en el predio que hoy ocupa el Banco de la Nación Argentina, frente a la Plaza de Mayo.[7]

Aquel viejo Colón cerró sus puertas el 13 de septiembre de 1888 con el estreno de Otello de Verdi, para dar paso a un emprendimiento estatal de mayor calibre que desembocó veinte años después, en el actual edificio de la calle Libertad. En el intervalo, las consecuencias de la crisis de 1890 impidieron la inauguración de la nueva sala para el 12 de octubre de 1892, a 400 años del descubrimiento de América.

Durante los veinte años que el Colón estuvo inactivo, el Teatro de la Ópera, ubicado en el mismo solar que el actual de la avenida Corrientes, fue amo y señor de las temporadas porteñas, alimentado por el mercado creciente de la inmigración, con una competencia intensa por parte de otras salas como los teatros Politeama, Odeón, Comedia, San Martín, Marconi y Avenida, a los que se sumaría en 1907 el teatro Coliseo, sin perjuicio de salas menores como la de Mayo o la Zarzuela.[cita requerida]

Segundo Teatro Colón (1908-actualidad)

Proyecto original del arquitecto Tamburini (1890), luego modificado.

El Teatro Colón pertenece a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Su creación fue una iniciativa del Intendente Torcuato de Alvear en 1886. Tres años más tarde se realizó una licitación pública para su construcción, en la que triunfó la propuesta del músico y empresario de ópera italiano residente en Argentina, Angelo Ferrari (1835-1897), quien acompañó su oferta con un proyecto del arquitecto e ingeniero italiano Francesco Tamburini (1846-1890). El lugar original para construir el teatro era una manzana en el cruce de las avenidas Rivadavia y Entre Ríos pero, como esta se destinó finalmente al futuro Palacio del Congreso Nacional, se compró la manzana que ocupaba la Estación del Parque del Ferrocarril del Oeste, frente a la actual Plaza Lavalle.

Las obras comenzaron a cargo de la empresa constructora de los italianos Ítalo Armellini y Francisco Pellizzari. En 1890, cuando la construcción apenas llegaba al primer nivel, falleció Tamburini, por lo que se hizo cargo de la continuación su colaborador, el arquitecto italiano Vittorio Meano (1860-1904), formado en Turín. En 1892 Meano introdujo cambios notables en el proyecto y continuó dirigiendo la obra, de lenta ejecución, hasta su asesinato en 1904. Asumió entonces la dirección su discípulo belga Jules Dormal (1846-1924), a quien se deben las terminaciones interiores de refinada calidad y rica ornamentación.

Los sucesivos arquitectos conciliaron en su diseño estilos tan disímiles como el ático-griego, que predomina en el exterior y, en palabras de Meano, "los caracteres generales del Renacimiento italiano, la buena distribución y la solidez propias de la arquitectura alemana, y la gracia, variedad y bizarría de ornamentación asociadas a la arquitectura francesa", hasta conformar un admirable ejemplo del estilo ecléctico del siglo XIX. Si bien el proyecto original de Tamburini era claramente Segundo Imperio, muy influido por la Ópera Garnier, Meano lo cambió al estilo italianizante y Dormal le dio detalles art nouveau.

Luego de casi veinte años de construcción, el edificio fue finalmente inaugurado el 25 de mayo de 1908 con Aída, de Verdi, con Lucia Crestani y Amedeo Bassi en los papeles principales. Sin embargo, se siguió trabajando en detalles y en los interiores hasta después de 1910.

En rigor, la importancia urbana del Colón excede el marco de una sala de espectáculos para figurar, junto con el Palacio del Congreso y la Casa Rosada, entre los edificios históricos más representativos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El segundo Teatro Colón nace como un proyecto mixto que incluía al empresario italiano Angelo Ferrari, a las autoridades municipales (que también formaban parte de la élite) y a un grupo de familias que habían comprado prácticamente de por vida abonos para los palcos más caros y prestigiosos. Sin embargo, los costos y tiempos de la obra hicieron que ese aporte no alcanzara a cubrir el 15 % de la construcción y la municipalidad se transformó entonces en una pieza clave. En consecuencia, la influencia del empresario privado decayó y un comité nombrado por la municipalidad empezó a tomar decisiones artísticas referentes a las asignaciones presupuestarias, a las contrataciones y al repertorio, para finalmente reorganizar la estructura de las temporadas. En 1906 se publicó un decreto municipal de gran importancia por el que se le confirió al gobierno de la ciudad el poder de distribuir y asignar localidades, y quitárselas al empresario y a la élite. Las entradas tenían que pasar por una oficina municipal donde se las marcaba y numeraba antes de que salieran a la venta. Ninguna entrada podía ser vendida sin ese sello municipal o fuera de la boletería del teatro.[8]

El nuevo Colón nació el 25 de mayo de 1908, como «un teatro más», si se piensa que el Ópera ofreció ese mismo año 14 óperas en 54 funciones, con elencos superiores a los improvisados del que entonces aún no era el primer coliseo. La nueva sala estatal, concebida como un teatro de concesiones bajo la supervisión de una comisión municipal, nació a destiempo, en un mercado donde se derrumbaba la mayoría de las salas hasta hacía poco exitosas.

Así, el primer reto para el Colón fue sobrevivir en un mundo que había cambiado las reglas, pero es el Estado quien lo salva. En 1925 abre una nueva etapa al crear cuerpos artísticos como la Orquesta, el Coro y el Ballet, ante la imposibilidad de contar siempre con elencos extranjeros completos. Sin embargo, la paradoja no tarda en aparecer: entre 1925 y 1930 se volverá a un régimen de concesiones para la temporada principal o de invierno, mientras la municipalidad se hará cargo de una breve temporada de primavera.

El Colón en 1936, desde Plaza Lavalle. Detrás, se nota la ausencia de la Avenida 9 de Julio.

Recién en 1931 se plasmaría la municipalización que, hasta entrada la Segunda Guerra Mundial, logró una de las etapas más estables y fructíferas del teatro, que comienza a casi reinar solo en el mercado al que se dirige.

Los elencos internacionales eran cada vez más complicados de contratar por la guerra, lo que arrojó resultados disímiles según los casos. Para el Colón, fue el incremento de artistas nacionales que, al provenir de diversos orígenes, eliminaron distorsiones propias de la tradición italiana, que imponía esa lengua para todo tipo de óperas, costumbre que en el Coro tardó mucho en erradicarse.

Por entonces, las agendas y los cachés de los cantantes internacionales no eran tan exigentes como los actuales. Los directores artísticos viajaban a Europa o Estados Unidos para comprometer a los artistas, que sólo se contrataban formalmente dos o tres meses antes y con el presupuesto aprobado; costumbre que las circunstancias actuales hacen económica y prácticamente inviable.

Función de Gala en 1935.

En 1961 se estableció por ordenanza un nuevo esquema funcional, que persistiría hasta la década de 1990 que consistía de un equipo integrado por director general, artístico, técnico y administrativo.

Apareció así una pendularidad en la historia del Colón que es propia de la historia del país: un nacimiento en crisis (1908-1930), con la creación intermedia de épocas estables (1925), una primera época de oro con la Municipalización (1931-1943), una segunda crisis (1943-1960) y una nueva época dorada, que se iría agotando gradualmente hasta finalizar la década de 1980. [cita requerida]

En 1956 fue designado interventor del Teatro Colón Jorge D'Urbano, quién chocó con los integrantes de la Orquesta Estable, de la entonces Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Buenos Aires (hoy Filarmónica de Buenos Aires) y del Ballet Estable, cuando quiso realizar pruebas de eficiencia. La resistencia gremial hizo fracasar la temporada de ópera de 1957 en lo que se consideró uno de los mayores conflictos registrados en la sala.

A raíz de estas medidas en 1957, cuando el teatro se aprestaba a celebrar cincuenta años de inaugurado, una crisis institucional provocó la suspensión de la temporada (que comenzó en septiembre de ese año), hecho que determinó la necesaria reorganización posterior.

En 1968 se proyectó la ampliación del Colón, que se construiría bajo tierra y a un costado del antiguo edificio, evitando así modificar su valiosa arquitectura. El diseño estuvo a cargo del estudio Mario Roberto Álvarez y Asociados, y fue pensado para concretarse aprovechando el tiempo de seis recesos consecutivos de temporada. La obra significó la refacción y reequipamiento de la sala, del escenario, de los camarines y de los talleres y la construcción del anexo subterráneo bajo la plazoleta República del Vaticano (que fue transformada en un estacionamiento), adonde funcionarían más talleres, depósitos y salas de ensayo.

El Colón sobrevivió a los sacudones de 1973 y se mantuvo como un teatro internacional hasta mediados de la década de 1980, que concluyó en 1988 con el cierre parcial del Teatro, sustentado en la necesidad de reformas técnicas.

Para ese entonces, aún no se advertían con claridad los cambios que en el mundo padecerían las instituciones dedicadas al arte lírico. El Estado tendería a resignar su responsabilidad en el sustento de grandes burocracias teatrales; tendería, como en el caso del Metropolitan, a la búsqueda incesante de patrocinios; los cantantes aumentarían sus retribuciones hasta límites impensados (hoy un comprimario cobra más que una primera figura en los 70)[cita requerida]

En noviembre de 1989 fue declarado Monumento Histórico Nacional.

Restauración y reapertura

Reapertura del teatro, vista exterior

A lo largo de los años, el edificio había sufrido deterioros, producto de la falta de mantenimiento e inversión, y el desgaste propio de sus materiales y la acción de agentes externos como la contaminación, la lluvia, la humedad y el paso del tiempo.

Entre 2007 y 2010 se realizaron obras de reparación conservativa en todo el edificio, que estuvieron a cargo del Ministerio de Desarrollo Urbano de la ciudad de Buenos Aires.[9]

El 24 de mayo de 2010, como parte de las celebraciones por el Bicentenario de Argentina, tuvo lugar la reapertura del teatro con un espectáculo de animaciones tridimensionales. El evento contó con la presencia de artistas y políticos y se presentó La Bohème. En el año 2013 fue elegido como lugar de entrega de los Martin Fierro (premio).

El edificio

Fachada principal, desde Plaza Lavalle.

El edificio ocupa 8200 metros cuadrados –con una superficie total de 58.000 m²– en el predio delimitado por las calles Tucumán, Libertad, el pasaje Arturo Toscanini y la calle Cerrito (Av. 9 de Julio).

El Instituto Superior de Arte, la biblioteca, el Centro de Experimentación y los talleres conforman dependencias extraordinarias que diferencian al Teatro Colón de otros teatros del mundo ya que la mayoría de los telones, elementos escenográficos, vestuario y todo lo necesario para una puesta en escena completa se construyen en el mismo edificio. Tanto el instituto como los talleres y los cuerpos estables de coro, orquesta y ballet son un semillero de talentos que han dado prueba de la capacidad profesional y artística de sus egresados y empleados.

Foyer

Archivo:Sala principal.gif
Foyer.

La entrada principal se encuentra sobre la calle Libertad, bajo una marquesina de hierro forjado, y conduce a un gran foyer adornado por columnas con basamento de mármol rojo de Verona, recubiertas de estuco para imitar el mármol botticino y con aplicaciones de estuco dorado.

El piso, con diseño de guardas y motivos decorativos, está cubierto por teselas de gres de forma irregular.

La escalinata de entrada, construida en mármol de Carrara, está flanqueda por dos cabezas de león talladas en piezas únicas. Mármoles amarillos y rosados de Siena y Portugal dan distintos matices de color y textura a la balaustrada. Sucesivas escalinatas llevan a los niveles superiores.

Salones

El tradicional paseo durante los intervalos permite la visita a los grandes salones del Colón. El Foyer de los Bustos, decorado con los bustos de los compositores Mozart, Bellini, Bizet, Beethoven, Gounod, Rossini, Verdi y Wagner, realizados por Luis Trinchero y con el importante grupo escultórico llamado El Secreto, de Eberlein, comunica con el Salón Blanco. De estilo Renacimiento francés, se trata del antepalco de la platea balcón en funciones oficiales y se utiliza frecuentemente para reuniones formales, conferencias y agasajos. Dos grandes galerías, coronadas por vitrales, ofrecen una vista amplísima del hall de entrada y conducen de la Galería de los Bustos al Salón Dorado.

El Salón Dorado es de inspiración francesa, reminiscente del Grand Foyer de la Ópera de París. El dorado a la hoja de su decoración, las columnas talladas, las arañas, los vitrales de Gaudin con imágenes de Homero y Safo y el refinadísimo mobiliario son reflejados por una sucesión de espejos que potencia su fastuosidad. Convertido ya en una sala con vida propia, el Salón Dorado es centro permanente de conciertos de música de cámara, conferencias y exposiciones paralelas a la actividad de la sala, con entrada libre y gratuita.

Sala principal

Vista de la sala principal.

La sala principal -una de las mayores del mundo- tiene 32 metros de diámetro, 75 de profundidad y 28 de altura en un entorno de estilo ecléctico, que combina el neorrenacentismo italiano y el barroco francés, con una rica decoración en dorado y escarlata. Dividida en siete niveles, tiene capacidad para 2487 espectadores sentados y alcanza los 3000 si se incluyen los parados. El escenario tiene 35 metros de profundidad por 34 de ancho y la boca de escena es una de las más grandes en los teatros con forma de herradura a la italiana. La sala reúne las características ideales de la resonancia italiana y la claridad francesa, rasgo que ha convertido al Teatro Colón en el favorito de muchos artistas.

Un centenar de apliques de bronce con tulipas de diseños variados y numerosas cajas con luz indirecta, sumados al rojizo y fresa de la tapicería y al oro pálido y marfil antiguo de los elementos de decoración, otorgan a la sala un tinte cálido y acogedor.

La platea está formada por 632 butacas de hierro forjado y madera, tapizadas en pana y dispuestas en 22 filas, divididas en dos por un corredor central.

Desde las entradas laterales hasta el escenario hay, a la derecha e izquierda, sendas filas de cinco palcos baignoire o grillés, construidos bajo el nivel de la platea y cerrados por una reja removible de bronce. Utilizados originalmente por el sector del público que guardaba luto o no quería ser visto, esos recintos -que el arquitecto Meano llamaba "palquitos con reja"- albergan hoy cabinas de grabación de audio y video, así como de retransmisión de los espectáculos por radio o televisión. Estas grabaciones forman parte del archivo del Colón, que contiene buena parte de la memoria viva del teatro, y están ahora disponibles para los melómanos del mundo.

Desde la platea se elevan tres niveles de palcos: bajos, balcón y altos. Construidos a la francesa, abiertos y con divisiones bajas, una cortina de brocato de seda color rosa viejo los separa de su antepalco, amoblado con banquetas, espejos y percheros. Los pisos superiores reciben los nombres de cazuela (con espacio de pie tradicionalmente destinado a las mujeres), tertulia (con espacio de pie para hombres), galería y paraíso. A las localidades con asiento se suman más de mil quinientos lugares para espectadores de pie, distribuidos en esos cuatro niveles.

Cúpulas

La cúpula de la sala principal del Teatro Colón.
Detalle de la cúpula del foyer del Teatro Colón.

Originalmente, la cúpula de la sala principal fue pintada por Marcel Jambon donde también colaboró el pintor argentino Casimiro Mella. Se dañó con filtraciones de humedad después de un baile de carnaval en los años 30 cuando se colocaron barras de hielo en la parte superior de la cúpula y esto hizo que se malograra la obra de Jambon, quien también había sido el encargado de pintar La Ópera de París. En el mes de septiembre de 1964, tras la inauguración de la obra de Marc Chagall en L' Opera de París, Manuel Mujica Láinez encargó a Raúl Soldi la decoración de la cúpula del Teatro Colón arruinada por aquellos carnavales, ya que consideró que era el único artista capaz de llevar adelante de semejante empresa. La gran cúpula fue pintada nuevamente en 1966 por Raúl Soldi. Con telas y pinturas importadas de Francia. Soldi trabajó durante 41 días, de 7 a 18; en el piso 11 del teatro San Martín, necesitándose 41 días más para colocar la tela sobre la superficie de la cúpula. El diseño con motivos musicales rodea la araña central, de 7 metros de diámetro con 700 bombillas de luz.

[…] He querido hacer de la cúpula un espejo, una memoria de colores que evoque la magia de este teatro. Al poner las manos en el proyecto, pensé fijar en el techo todo lo que acontece y aconteció en el escenario. De este modo surgió la idea de esa ronda en espiral invadida por cincuenta y una figuras, incluyendo los duendes del Teatro, que logré rescatar escondidos en cada rincón del mismo […].

Los personajes que habitan la obra ilustraron también el ballet que, sobre las arias y danzas antiguas de Ottorino Respighi, se representó en la sala el día de la inauguración de la nueva pintura de la cúpula, el 25 de mayo de 1966.

Sobre el foyer se encuentra una cúpula octogonal de cristal traída de la casa Gaudín en París.[10]​ Tiene ocho musas «que invitan al espectador a subir al mundo de las artes».

Instituto Superior de Arte del Teatro Colón

Hasta que comenzaron las obras de puesta en valor, dentro del teatro funcionaba este instituto que fusionó en 1960 las distintas academias de enseñanza que funcionaban previamente. Desde 2007 se encuentra repartido en numerosas dependencias, con horarios de clase reducidos y a la espera de una sede definitiva. El instituto forma profesionales en música y danza, algunos de los cuales han realizado carreras de proyección internacional, como los bailarines Olga Ferri, María Ruanova, Esmeralda Agoglia, Violeta Janeiro, Julio Bocca, Paloma Herrera, Marianela Nuñez, Iñaki Urlezaga, Natalia Magnicaballi, Herman Cornejo, Erica Cornejo, Luciana Paris, Liliana Belfiore, Susana Agüero, Cecilia Figaredo, Eleonora Cassano, Hernán Piquín, Raul Candal, Silvia Bazilis, Maximiliano Guerra, Silvina Perillo, Ludmila Pagliero, Karina Olmedo, Maricel De Mitri y Norma Fontenla y José Neglia y los cantantes Bernarda Fink, Ana María González, Maria Cristina Kiehr, Verónica Cangemi, Dante Ranieri, Raúl Giménez y Cecilio Casas, entre otros.

Se dictan las carreras de:

Por su aporte a la música clásica de la Argentina, el Instituto recibió una Mención Especial otorgada por la Fundación Konex en 2009.

Centro de Experimentación del Teatro Colón

El Centro de Experimentación del Teatro Colón (CETC) es un espacio de creación y circulación donde el público se encuentra con nuevas obras de artes escénicas de distinto género. Cuenta con una sala propia en el subsuelo del teatro. Fue creado en el año 1989 y presentó al público su primer obra en 1990.[11]​ La mayoría de los trabajos que se presentan en el CETC son comisionados especialmente a compositores, coreógrafos o directores de escena, producidos en el teatro y presentados en calidad de estreno.[12]

Fue creado por iniciativa del director del teatro Sergio Renán, con el objetivo de lograr una renovación del repertorio en ópera y ballet, es decir, dar a conocer al público un conjunto de estrenos. [11]​ En 1990 se presenta la primera obra Il Combattimento di Tancredi e ClorindaPierrot Lunaire op.21, ambas dirigidas por Gerardo Gandini, primer director del CETC.[13]

Hoy en día el CETC ha incorporado otros géneros como el teatro, el teatro musical y géneros interdisciplinarios. Actualmente se dedica a dar a conocer las últimas tendencias en artes escénicas.[11]

En su origen no tenía espacio físico propio y se fue moviendo por distintos teatros de la ciudad, como el Teatro Margarita Xirgu, La carbonera, el Centro Cultural Recoleta, Instituto Goethe, entre otros.[11][14]​ Mientras tanto, se comenzó a acondicionar un espacio en el subsuelo del Teatro Colón, en el que en 1993 se presentó la primera obra.[15]

El tango en el Teatro Colón

No obstante haber sido concebido fundamentalmente como espacio dedicado a la música culta y, en especial, a la lírica, el tango estuvo presente en el Teatro Colón desde sus primeros años y si bien estuvo ausente durante algunos períodos, retornó con espectáculos de calidad y, en especial, en funciones de homenaje a grandes figuras de ese género como Osvaldo Pugliese y Aníbal Troilo. En los Carnavales de 1910 se organizaron allí bailes en los que actuó una orquesta de 50 profesores dirigida por Alfonso Paolantonio (1859-1939), que en ese momento era director de la Banda Municipal de Música que, entre otras piezas, ejecutó tangos que bailaron los concurrentes que, según una crónica del diario La Nación, no fueron muchos.[16]

En la década del veinte el Teatro Colón aparece en algunos tangos: en el titulado Noche de Colón de Roberto Lino Cayo y Raúl de los Hoyos estrenado en 1926 y en Piuma al vento, con letra de Armando Tagini estrenado en 1929, donde en una de sus estrofas se menciona al teatro Colón.[17]

Otra reunión en el Colón con música de tango de la que tienen noticias fue el 14 de agosto de 1928 en ocasión de un "Gran Festival Artístico", donde actuaron orquestas, cantantes y bailarines dedicados a ese género.[16][17]​ En 1931 hubo dos importantes espectáculos con fines benéficos en el Teatro Colón; en uno de ellos, con participación de destacadas cancionistas, se eligió por el voto del público como “La Reina del Tango” a Libertad Lamarque[18][19]​ El 18 de septiembre de 1933 actuaron las orquestas de Francisco Canaro, Julio De Caro, Roberto Firpo y Osvaldo Fresedo. En la década del treinta, hubo nuevos espectáculos de tango, especialmente para los Carnavales. [17]

Durante el gobierno peronista actuaron en el Teatro Colón, entre otras orquestas, las de Juan D’Arienzo, Alfredo De Angelis, Aníbal Troilo y Héctor Varela.[17]​ En 1964 se presentó el espectáculo Tango, con Troilo como figura central.El 17 de agosto 1972, durante el gobierno militar de Alejandro Agustín Lanusse, hubo un “Concierto de música ciudadana” en el que participaron las orquestas de Horacio Salgán, Florindo Sassone y Aníbal Troilo así como los conjuntos Sexteto Tango y el Conjunto 9 de Astor Piazzolla. [17]​El 24 de junio de 1975 -para el cuarenta aniversario de la muerte de Carlos Gardel- actuó la orquesta de Héctor María Artola, en mayo de 1980 lo hizo la Orquesta de Tango de Buenos Aires dirigida por Raúl Garello y Carlos García y el 11 de junio de 1983 actuó, con tal éxito que debió salir cinco veces al escenario para saludar a un público que lo aplaudía de pie, Astor Piazzola acompañado de músicos de prestigio: Enrique Raizner en batería, Héctor Console en el contrabajo, Oscar López Ruiz en guitarra, Pablo Ziegler en piano, Dalmar Guarnieri en viola, José Bragato en violonchelo y Fernando Suárez Paz y Hugo Baralis en violines. [17]​ En 1985, para los cincuenta años de la muerta de Gardel y con la presencia del presidente Raúl Ricardo Alfonsín, se realizó la función de el “Oratorio a Carlos Gardel” por Atilio Stampone con su orquesta. [17]​El 26 de diciembre de 1985 llegó Osvaldo Pugliese al Colón para celebrar su 80° cumpleaños.[20]​El público –estimado en unas 5000 personas que agotaron las entradas en el primer día de venta y colmaron asientos y pasillos-, que permanecía de pie y coreaba alguno de los tangos junto a los cantores, despidió al maestro con una ovación de 10 minutos y cantando el Feliz cumpleaños en medio de una honda y conmovedora emoción.[20]

En mayo de 1992 Julio Bocca y Eleanora Cassano bailaron Piazzolla en concierto. [17]​En septiembre de 1996, Daniel Baremboim actuó con música de tango en el Salón Dorado.[17]​ El 8 de diciembre de 1998 se realizó la velada inaugural del Festival Internacional Buenos Aires Tango en el Teatro Colón en la que se destacaron las ejecuciones de Leopoldo Federico y Horacio Salgán.[21]​El 14 de julio del 2004 la Orquesta del Tango de la Ciudad de Buenos Aires dirigida por los maestros Raúl Garello, Néstor Marconi y Juan Carlos Cuacci, realizó en el Teatro una función en homenaje al centenario del natalicio de Aníbal Troilo cumplido tres días antes. El espectáculo, al que concurrió el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mauricio Macri se realizó con las entradas totalmente agotadas. [22]

En agosto de 2006 en el Teatro Colón los productores Gustavo Santaolalla y Gustavo Mozzi, presentaron en vivo el Café de los Maestros, “el proyecto más ambicioso que haya tenido la música ciudadana de Buenos Aires, que se propone demostrar la vigencia de las viejas glorias del tango” que habían plasmado en un disco doble, un libro, y una película documental, producida por el brasileño Walter Salles, que se terminó de filmar en esa noche.[23]​El 3 de marzo de 2012 se hizo en el Colón una función de homenaje al maestro Horacio Salgán en sus 95 años, con la presentación de la orquesta de Salgán dirigida por su hijo y también pianista, César Salgán.[24]

El 10 de agosto de 2015, en la apertura del Festival y Mundial de Tango de la Ciudad Gabriel Mores, nieto de Mariano Mores dirigió al sexteto y a los cuarenta músicos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires para recordar los éxitos de su abuelo.[25]

El cine y el Teatro Colón

En 1918 Federico Valle dirigió un cortometraje de animación de 10 minutos en la misma línea de humor, imaginación y sátira yrigoyenista de El apóstol, que tituló Una noche de gala en el Colón y también fue conocida como Carmen criolla, porque su acción transcurría en el teatro Colón mientras se realizaba una función de gala con la representación de la ópera Carmen, de Bizet. La primera parte de la película está animada por muñecos y comienza en el vestíbulo, con la llegada de los personajes y formación de corrillos, sigue con la entrada a la sala y concluye cuando todos están ya sentados. La segunda, en dibujos, consiste en la representación de la opera, con Yrigoyen haciendo de Carmen - ministros y amigos como otros personajes - Don José Escamillo, Micaela, el Remendao- acompañados todos por una orquesta integrada por gatos.

Diógenes Taborda hizo los diseños de los "tipos" y además de figuras del yrigoyenismo estaban incluidos otras personalidades de la época, como Benito Villanueva, Julito Roca (futuro vicepresidente de Justo), Saavedra Lamas (futuro premio Nobel de la Paz y ministro de Relaciones Exteriores del mismo gobierno) y Guerrico Williams (propietario de una prestigiosa casa de remates) así como también conocidos personajes excéntricos de la ciudad como el "Payo" Roque y el "Negro" Raúl. Sobre los originales diseñados por Taborda un escultor confeccion6 los modelos en plastina; luego de las correcciones se prepararon moldes y se hicieron y pintaron los muñecos definitivos. Para los que representaban los personajes que tenían que hablar, se hicieron varias cabezas con diferentes posturas de labios, enarcamiento de cejas, etc., de manera que al fotografiarse según cierto orden dieran la ilusión de estar conversando. El ambiente del Co1ón fue reproducido por Ducaud en una minuciosa maqueta.[26][27]

La película El gran robo coproducción de Argentina e Italia dirigida por Rossano Brazzi que tuvo como protagonistas a Rossano Brazzi, Ann-Margret, Lando Buzzanca y Barbara Nichols, que también fue exhibida como Il Rubbamento y 7 uomini e un cervello trataba sobre una superbanda y su plan para robar a todos los asistentes a una función del Teatro Colón.[28]

Véase también

Referencias

  1. Vales, José (25 de mayo de 2010). «Teatro Colón conserva su «grandísimo defecto»». Buenos Aires: El Universal. Consultado el 25 de febrero de 2014. ««Este teatro tiene un grandísimo defecto. Su acústica y sonoridad son sencillamente perfectas». 
  2. Long, Marshall (abril de 2009). «WHAT IS SO SPECIAL ABOUT SHOEBOX HALLS? ENVELOPMENT, ENVELOPMENT, ENVELOPMENT» (PDF). Acoustics Today (en inglés). Consultado el 25 de febrero de 2014. «The prominent feature of the most successful halls is their rectangular shape. Among the five best, only Teatro Colon varies—having the horseshoe shape of a classic European opera house». 
  3. Adams, Guy (26 de mayo de 2010). «'World's finest opera house' reopens after four years» (en inglés). Inglaterra: The Independent. Consultado el 25 de febrero de 2014. «The opera house, built in 1908 from a design inspired by La Scala in Milan, is reputed to have the world's finest acoustics, and has played host to almost every great performer of the past century, from Pavarotti and Maria Callas to Nijinsky and Nureyev». 
  4. «Aspectos Generales del Plan de Obras del Teatro Colón». Buenos Aires: Buenos Aires, gobierno de la ciudad. Consultado el 25 de febrero de 2014. «Se estableció un mecanismo de intervención que contempla las normas internacionales en materia de conservación de un monumento histórico, conjugándolas con todas las acciones necesarias de actualización tecnológica. La tarea de restauración se entiende no como un retrotraer el edificio a su estado inicial, sino aplicando el concepto de la restauración conservativa y realizando acciones de actualización técnica, que son necesarias para que el monumento siga siendo lo que esencialmente fue, con su historia transcurrida, y para que continúe siendo apto para la función para la cual fue creado: ser un teatro lírico». 
  5. «Historia del Edificio del Teatro Colón». Buenos Aires: Buenos Aires, gobierno de la ciudad. Consultado el 25 de febrero de 2014. «Para el logro de este objetivo, el Gobierno de la Ciudad creó la Unidad de Proyectos Especiales (UPE-Teatro Colón), responsable de concentrar todos los esfuerzos de las obras en marcha, y solicitó a la Legislatura un presupuesto acorde con el valioso emprendimiento». 
  6. Horan, Tom (26 de mayo de 2010). «The Teatro Colón rebirth will bring tiers to your eyes» (en inglés). Inglaterra: Telegraph Media Group Limited. Consultado el 25 de febrero de 2014. «This year across Latin America tens of millions of people are celebrating the bicentenary of independence from their former colonial rulers in Spain. From Mexico to Venezuela, Colombia to Chile, the Latino bunting will be out, and last night it was the turn of Argentina. In the world’s eighth largest country, festivities focus on Buenos Aires and the long overdue re-opening of its renowned opera house, the Teatro Colón». 
  7. «El primer Teatro Colón, impresiones de una viajera». Consultado el 22 de agosto de 2015. 
  8. Benzecry, Claudio (2012). El fanático de la ópera: etnografía de una obsesión. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. ISBN 978-987-629-214-6. 
  9. «Teatro Colón» (en línea). Buenos Aires: Buenos Aires, gobierno de la ciudad. Consultado el 25 de febrero de 2014. «Luego de un año y medio de obras de restauración y actualización tecnológica, el Colón reabrió sus puertas para el bicentenario de la Nación. Más de 1.200 operarios y expertos trabajaron en las reformas». 
  10. Daniel Fernández Quinti. «El Teatro Colón recuperó sus vitrales». Clarín. Consultado el 22 de agosto de 2015. 
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Bibliografía

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  • Fuentes de Arquitectura de la web (Google)
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  • Enzo Valenti Ferro, Las voces: Teatro Colón, 1908-1982, Ediciones de Arte Gaglianone, c1986.. ISBN: 9509004758 DDC: 688.5 LCC: GT2111.5
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  • Aldo Sessa. Manuel Mujica Lainez (prólogo). Vida y gloria del Teatro Colón, 1982.
  • Benzecry, Claudio "El fanático de la ópera, radiografía de una obsesión", Siglo XXI Editores, Buenos Aires, 2012
  • Ramón Gutiérrez y Ignacio Gutierrez Zaldívar "Obras monumentales", Zurbarán Ediciones, Buenos Aires, 1997.

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