Sporophila iberaensis

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Capuchino Iberá

Ejemplar macho adulto fotografiado en Aquidauana, Mato Grosso do Sul, Brasil en febrero de 2019.
Estado de conservación
En peligro (EN)
En peligro (UICN 3.1)[1]
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Chordata
Clase: Aves
Orden: Passeriformes
Familia: Thraupidae
Subfamilia: Sporophilinae
Género: Sporophila
Especie: Sporophila iberaensis
Di Giacomo & Kopuchian, 2016[2]
Distribución
Distribución geográfica del semillero del Iberá.
Distribución geográfica del semillero del Iberá.
     Área Reprodutiva     Área no reprodutiva
Sinonimia

Sporophila digiacomoi López-Lanús, 2015[3]

El capuchino Iberá o semillero del Iberá (Sporophila iberaensis)[4]​ es una especie de ave paseriforme de la familia Thraupidae perteneciente al numeroso género Sporophila.[5]​ Esta pequeña ave granívora se distribuye en humedales subtropicales del centro de América del Sur.

Taxonomía y características[editar]

Esta especie fue descrita formalmente en el año 2016 por los ornitólogos Adrián Santiago Di Giacomo y Cecilia Kopuchian, quienes practicaron un riguroso estudio mediante el cual se pudo establecer que se trataba de una especie distinta a los restantes capuchinos, la cual permanecía aún innominada.[2]

Su condición de especie plena ya había sido publicada en 2013.[6]​ En el año 2022 fue reconocido como especie válida por el Comité de Clasificación de Sudamérica (SACC) en la Propuesta No 953,[7]​ y en 2023 por el Congreso Ornitológico Internacional (IOC),[8]​ y por Clements checklist/eBird[9]

Holotipo[editar]

El holotipo designado es el catalogado como: MACN-Or 72854. Se trata de la piel de estudio de un macho adulto, con cráneo 100 % osificado, testículos de 7 x 5 mm y de 6 x 4 mm. Fue capturado con red de neblina por Bernabé López Lanús el 19 de febrero de 2011, luego de tomar un registro de su canto; fue preparado por Cecilia Kopuchian. Se encuentra depositado en el gabinete de ejemplares tipo de la Colección Nacional de Ornitología del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (MACN), en la ciudad de Buenos Aires.[2]

Localidad tipo[editar]

La localidad tipo referida es: “Estancia San Alonso (en las coordenadas: 28°18′10.2″S 57°26′25.5″O / -28.302833, -57.440417), esteros del Iberá, departamento Concepción, Corrientes, Argentina”.[2]

Descripción[editar]

Macho adulto en Aquidauana, Mato Grosso do Sul, Brasil.

El macho presenta una corona plomiza, un notorio collar café oscuro (teñido de rufo en algunos ejemplares) que rodea a la cabeza, desde la nuca (donde es angosto o se desdibuja en algunos ejemplares) hasta la garganta (donde se ensancha y es más destacado) llegando a la mitad inferior del pico y de los ojos, los cuales tienen un fino anillo periocular. El pecho y el abdomen son ocráceos, pudiendo presentar algunas plumas teñidas de canela o blanco. El corto y grueso pico y los ojos son negros, mientras que las patas son negruzcas. Las alas son negras ribeteadas de gris-ocráceo, con un sector blanco en la región interior media de las remeras primarias. El dorso y la rabadilla son gris-ocráceos, más ocre en el sector nucal que bordea el collar oscuro. La cola es grisácea a negruzca. Como ocurre con la mayoría de las especies del género, esta también presenta dimorfismo sexual, siendo colorido el plumaje en el macho y apagado en el caso de la hembra.[6]

Si bien posee una coloración característica, claramente separable de otros congéneres, su canto es diagnóstico, con peculiaridades que no se repiten en ninguna de las restantes especies del género.[6]​ La grabación del mismo acompaña a un CD que contiene los cantos de las aves del pastizal, el cual acompaña la publicación donde se dio a conocer esta especie, el cual exhibe en su etiqueta una imagen de un macho de “capuchino Iberá” en plena emisión de su canto.[6]

Se ha demostrado que los taxones integrantes del grupo de los capuchinos divergieron rápida y recientemente, por lo que las señales acústicas representan una función clave en transmitir la identidad de cada especie, información que es vital para reducir la hibridación intragenérica, riesgo latente ante lo aún cercano del evento que generó su explosiva radiación y la simpatricidad de sus territorios reproductivos. De esta manera, un rasgo que es en parte culturalmente heredado como es el canto ayuda a mantener el aislamiento reproductivo entre especies que habitan en ambientes muy próximos, solo separadas por sutiles barreras ecológicas y no físicas.[10]

Distribución y hábitat[editar]

Esteros del Iberá. En este humedal, y en otros menores y relacionados con él ubicados inmediatamente al oriente del mismo, se sitúa la distribución reproductiva de este taxón (la invernal aún es desconocida).

Esta especie es un endemismo reproductivo del nordeste de la Argentina, específicamente de la provincia de Corrientes, en el sector norte de la región mesopotámica de ese país.

Fue registrada en la región de los esteros del Iberá (cuenca del río Paraná vía río Corriente) y en bañados situados al oriente de la misma, especialmente en los formados por el valle de inundación de la cuenca del río Aguapey (curso fluvial de la cuenca hidrográfica del río Uruguay), con registros en algunos departamentos del nordeste correntino: Santo Tomé, San Martín e General Alvear e Ituzaingó.

También fue observado en zonas contiguas de Paraguay y en Mato Grosso del Sur, Brasil.[2]

Al llegar el otoño austral la especie desaparece, por lo que se sospecha que, al igual que ocurre con las demás especies del género que viven en la zona, migraría hacia el norte, invernando en la zona centro-norte de Sudamérica, en el centro de Brasil, este de Bolivia y tal vez el norte de Paraguay, regresando a Corrientes en la primavera, para volver a reproducirse.

Localidades donde fue registrado[editar]

Hábitat[editar]

Este capuchino en el verano habita y se reproduce únicamente en altas sabanas inundables de paja colorada (Andropogon lateralis) de más de un metro de altura, carentes de pastoreo del ganado. El hábitat que utiliza al invernar es desconocido.[6]

Estado de conservación[editar]

Las principales amenazas para esta especie son el sobrepastoreo de su hábitat reproductivo, el uso generalizado del fuego, el drenaje de los humedales donde habita, el reemplazo total de su ambiente por pasturas exóticas o forestaciones comerciales y eventualmente la captura como ave de jaula.

La categorización de esta la especie propuesta por los investigadores que la han estudiado es de “vulnerable”, especialmente en razón de que la misma depende del mantenimiento de las condiciones prístinas de su específico hábitat para poder reproducirse exitosamente.[6]

El capuchino Iberá ha sido calificado como amenazado de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) debido a que su muy baja población, estimada entre 250 y 1000 individuos maduros, se presume estar en decadencia como resultado de la pérdida de hábitat y su degradación y potencialmente como causa de la captura para comercio como ave de jaula.[1]

Esta especie es estudiada en el sitio piloto: Campos del Río Aguapey, bajo el marco del proyecto “Pastizales y Sabanas del Cono Sur de Sudamérica: iniciativas para su conservación en Argentina” el cual es co ejecutado por las organizaciones no gubernamentales ambientalistas Aves Argentinas y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA), siendo financiado por el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento o BIRD (del Banco Mundial) entidad que acciona las directrices del Fondo del Medio Ambiente Mundial (GEF); contando además con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Administración de Parques Nacionales (APN) de la Argentina, encuadrada la asociación en la denominada “Alianza del Pastizal”.[15][16]

Esta especie comparte los pastizales pajonales y esteros de la cuenca media y superior del río Aguapey con un conjunto completo de aves globalmente amenazadas o casi amenazadas:[17]​ el capuchino pecho blanco (S. palustris), el capuchino corona gris (S. cinnamomea), el capuchino garganta café (S. ruficollis), el capuchino canela (S. hypoxantha), el capuchino castaño (S. hypochroma), la cachirla dorada (Anthus nattereri), la monjita dominicana (Heteroxolmis dominicana), el tordo amarillo (Xanthopsar flavus), el cachilo de antifaz (Coryphaspiza melanotis), el coludo chico (Emberizoides ypiranganus), el coludo grande (Emberizoides herbicola), el pecho amarillo grande (Pseudoleistes guirahuro), el yetapá grande (Gubernetes yetapa), el yetapá chico (Alectrurus tricolor), el yetapá de collar (Alectrurus risora), etc.; además de mamíferos emblemáticos que han desaparecido de vastas regiones, como el venadillo de las pampas (Ozotoceros bezoarticus leucogaster) y el aguará guazú (Chrysocyon brachyurus), por lo que la protección que se le pueda brindar beneficiará al mismo tiempo a numerosas especies amenazadas.[18]

Históricamente, los pastizales de la cuenca del río Aguapey se utilizaron únicamente para el pastoreo extensivo de ganado sobre vegetación natural, bajo el esquema de producción pecuaria del tipo “cría”, por establecimientos de una superficie media de 5000 ha, poco apotrerados, normalmente con grandes cuadros de entre 500 y 1000 ha.[19]

Desde el año 1995 y gracias a incentivos fiscales como promociones del estado para la implantación de forestaciones, aproximadamente el 50 % de los pastizales ha sido reconvertido a monocultivos de eucaliptos y especialmente pinos resinosos, en muchos casos fruto de la acción de grandes empresas internacionales. Si bien los terrenos bajos (el hábitat de esta especie) no son naturalmente aptos para poder plantar árboles comerciales, los logran acondicionar mediante la sistematización de su drenaje además de erigir camellones, sobre los cuales se colocarán los ejemplares.[19]

A los pocos años lo que era un denso pastizal inundable se transforma en un continuo boscoso cuya densidad por cada hectárea presenta un mínimo de 100 árboles por ha (para un manejo silvo-pastoril) hasta el mayoritario macizo forestal, con 1100 árboles.[19]

Cualquiera que sea su densidad, en todos los casos la fisonomía del malezal desaparece por completo, y al no poder sobrevivir en un ambiente dominado densamente por árboles, la totalidad de las especies que vivían en el primitivo pastizal se extinguen localmente en las tierras ocupadas por esos grandes bloques de bosques artificiales de decenas de miles de hectáreas cada uno. No solo esas poblaciones son afectadas, ya que con la sistematización del drenaje y la consiguiente alteración del régimen de permanencia del agua en el sustrato de los lotes forestados también se perjudica a los pastizales remanentes de los lotes contiguos, ya sea por aceleramiento o por entorpecimiento de sus drenajes.[19]​ Todo ello determina la disminución efectiva del hábitat disponible para la especie, y su fragmentación en manchones discontinuos.[6]

Es menester alcanzar una correcta planificación territorial estratégica del uso de la tierra para mantener de manera sustentable una explotación racional sin comprometer la supervivencia de esta y las otras especies amenazadas que en los malezales habitan.[19]

El comercio ilegal como ave de jaula ha puesto a varias especies del mismo género en alguna de las categorías de amenaza,[20]​ si bien aún no se tienen registros de que esté afectando a este taxón.

Referencias[editar]

  1. a b BirdLife International (2016). «Sporophila iberaensis». Lista Roja de especies amenazadas de la UICN 2018.1 (en inglés). ISSN 2307-8235. Consultado el 31 de julio de 2018. 
  2. a b c d e Di Giacomo, A.S.; Kopuchian, C. (2016). «Una nueva especie de capuchino (Sporophila: Thraupidae) de los Esteros del Iberá, Corrientes, Argentina» (PDF). Nuestras Aves. 61: 3-5. 
  3. López-Lanús, Bernabé (2015). «Una nueva especie de capuchino (Emberizidae: Sporophila) de los pastizales anegados del Iberá, Corrientes, Argentina.» Adenda final de la primera edición del libro: "Guía Audiornis de Las Aves de Argentina", del mismo autor. ISBN 978-987-33-9633-5.
  4. «Semillero del Iberá Sporophila iberaensis Di Giacomo & Kopuchian, 2016». Avibase. Consultado el 7 de junio de 2021. 
  5. Spinuzza, J.M. (Diciembre de 2007). «Capuchino Ibera (Sporophila iberaensis. www.avespampa.com.ar. Observado y fotografiado en el Arroyo Ayuí, Corrientes en Diciembre de 2007. Archivado desde el original el 9 de enero de 2019. 
  6. a b c d e f g h López-Lanús, B.M.; Di Giacomo, A.S.; Azpiroz, A.; Haynes, P.; Galimberti, A.; Keyel, A.; Ocampo, A.; Guller, R.; Moller Jensen, R.; Mattalia, M.; Cardozo, H.; Giarduz, C.; Papini, G.; Di Giacomo, A.G.; Marino, G.; Miñarro, F.; Zaccagnini, M.E. (2013). «Inventario focal de fauna de las estancias La Higuera, María Concepción, La Sirena y Virocay en el sitio piloto Aguapey: Corrientes, Argentina.» en: Marino, G.; Miñarro, F.; Zaccagnini, M.E. & López-Lanús, B. (2013). «Pastizales y sabanas del cono sur de Sudamérica: iniciativas para su conservación en la Argentina.» Temas de Naturaleza y Conservación. Monografía de Aves Argentinas Nº 9, editada por Aves Argentinas, Fundación Vida Silvestre Argentina e INTA. Buenos Aires. 576 páginas.
  7. Piacentini, V. de Q. (diciembre de 2022). «Recognize Sporophila iberaensis as a valid species». Propuesta (953). South American Classification Committee (en inglés). 
  8. Gill, F., Donsker, D. & Rasmussen, P. (Eds.). «Tanagers, flowerpiercers & tanager-finches». IOC – World Bird List (en inglés).  Consultado el 23 de mayo de 2023 Versión/Año: 13.2./2023.
  9. Clements, J. F., P. C. Rasmussen, T. S. Schulenberg, M. J. Iliff, T. A. Fredericks, J. A. Gerbracht, D. Lepage, A. Spencer, S. M. Billerman, B. L. Sullivan & C. L. Wood (2023). The eBird/Clements checklist of Birds of the World: v2023 (Planilla Excel) (en inglés). Disponible para descarga. Ithaca, NY: Cornell Lab of Ornithology. 
  10. Benites, P., Campagna, L., & Tubaro, P.L. (2014). «Song based species discrimination in a rapid Neotropical radiation of grassland seedeaters». Journal of Avian Biology.
  11. Capuchino Iberá en Ituzaingó. En Ecoregistros.org.
  12. Capuchino Iberá en RP 40. En Ecoregistros.org.
  13. Capuchino Iberá en los esteros del Iberá. En Ecoregistros.org.
  14. Mapa de registros de caboclinho-do-pantanal Sporophila iberaensis en Wikiaves. Consultado el 23 de mayo de 2023.
  15. Pastizales Archivado el 28 de marzo de 2014 en Wayback Machine. en la página de Aves Argentinas.
  16. Ganadería sustentable de Pastizal. Producir y conservar es posible. en la página de la Fundación Vida Silvestre Argentina. Publicado el 14 de agosto de 2014.
  17. Di Giacomo, A.S., Vickery, P.D., Casanas, H., Spitznagel, O.A., Ostrosky, C., Krapovickas, S., & Bosso, A.J. (2010). «Landscape associations of globally threatened grassland birds in the Aguapey river Important Bird Area, Corrientes, Argentina.» Bird Conservation International, 20(01), 62-73.
  18. Di Giacomo A.S. & Spitznagel, O.A. (2007). «Cuenca del río Aguapey». Pp. 149–151 en: Di Giacomo A.S., De Francesco M.V. & Coconier E.G. (eds) «Áreas importantes para la conservación de las aves en Argentina. Sitios prioritarios para la conservación de la biodiversidad.» Edición Revisada y Corregida. Aves Argentinas/Asociación Ornitológica del Plata, Buenos Aires.
  19. a b c d e Parera, A. & Moreno, D. (2000). «El Venado de las Pampas en Corrientes, diagnóstico de su estado de conservación y propuestas de manejo: Situación crítica.» Publicación especial de la Fundación Vida Silvestre Argentina. 41 pp.
  20. Azpiroz, A. (2001). «Aves amenazadas del Uruguay. Seminario Vertebrados amenazados del Uruguay: distribución y estado de conservación.» Rocha, Uruguay, 5 y 6 de junio de 2001 / Carlos M. Prigioni (coord.). Serie: Documentos de Trabajo – N° 38. Programa de Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable en los Humedales del Este (PROBIDES). Rocha, noviembre de 2001. ISBN 9974-7611-7-4.

Enlaces externos[editar]