Isla

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Islas británicas (conformadas por Irlanda y Gran Bretaña y otras muchas islas menores).

Una isla es una zona de masa estable, más o menos extensa, rodeada completamente por una masa de agua. Toda su superficie, tomada a la misma altura sobre el nivel del mar, está sometida a un clima similar. Existen islas en los ríos, lagos, mares y océanos. El tamaño de las islas es variable, pudiendo tener desde unos pocos metros cuadrados de superficie hasta más de dos millones de kilómetros cuadrados, como es el caso de Groenlandia.

Tipos de isla

Islas continentales

Estas islas son partes de tierra conectadas por la plataforma continental a un continente. Esto significa que son parte del continente adyacente, y que están localizadas en su plataforma continental.

Ejemplos de islas continentales de diverso tamaño y forma:

Isla de Ons.

Islas volcánicas

La actividad volcánica que se produce en los fondos oceánicos trae como consecuencia la formación de islas. Esto suele estar relacionado con el movimiento de placas de la corteza terrestre.

Ejemplos de este tipo de islas islóticas son:

Islas coralinas

Las islas y arrecifes coralinos se encuentran en mares tropicales y subtropicales. Están formadas por los esqueletos de un grupo de organismos marinos primitivos, denominados corales. Se forman cuando el coral crece hasta la superficie del océano, desde plataformas submarinas no muy profundas, siendo muchas veces conos volcánicos. Cuando el cono está completamente sumergido se forma un atolón coralino. El coral dejará de crecer hacia arriba cuando llega a la superficie. Por este motivo estas islas son planas y bajas. Ejemplos de este tipo de islas son:

Islas sedimentarias

Estas islas se forman en la desembocadura de ríos grandes por la acumulación de arena, grava y lodo, que son arrastrados por la corriente del río. Estos sedimentos se van depositando formando montículos en lagos, lagunas, u otros ríos donde la corriente pierde velocidad. Estas islas forman un delta, como por ejemplo los deltas de los ríos Ebro, Ganges, Misisipi, Orinoco, Nilo y Paraná. La isla de Marajó, en la desembocadura del Amazonas, es la mayor isla sedimentaria del mundo, con una extensión igual a la de Dinamarca.

Islas fluviales

Archipiélago los roques

Las islas fluviales se forman a partir de barras presentes en el canal central del río, cuyas partículas se componen de materiales de diverso tamaño. La migración de los ríos de curso meándrico y anastomosado dejan una serie de crestas o restingas y depresiones pantanosas o bajiales, que se denominan complejo de orillares, lo que va determinando la conformación de diferentes tipos de vegetación, como por ejemplo ambientes de tierra firme, ambientes inundables o ambientes transicionales entre estos dos. Cada cresta representa el resultado de la migración del curso durante la formación de una nueva playa.

Las islas fluviales, al encontrarse delimitadas por un río y sujetas a su dinámica de inundación, presentan una serie de condiciones ambientales específicas en áreas muy pequeñas, producto de las diferencias topográficas, lo que obliga a ciertas especies animales y vegetales a adaptarse a las condiciones que este dinamismo conlleva. Por ejemplo, los bosques inundados temporalmente tienen características muy heterogéneas en áreas pequeñas; estos bosques no son estables, pues están sujetos a cambios causados por el crecimiento y avance del cauce el río. Se considera que la Isla del Bananal en el centro de Brasil es la mayor isla fluvial de la Tierra.

Simbolismo

Vista satelital de las islas Bermudas con sus arrecifes coralinos.

La isla tiene una presencia importante en el arte y las creencias religiosas. Su simbolismo es ambiguo: por una parte se asocia a las ideas negativas de aislamiento, confinamiento y muerte (de hecho, algunas islas han sido usadas como prisiones, como la Isla del Diablo y El frontón); por otra, es el lugar propicio para situar un tesoro (así, en La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson), una sociedad perfecta (Atlántida, Utopía) o el paraíso (morada del buen salvaje o de las almas de los bienaventurados: Islas de los Bienaventurados, Tír na nÓg, Ávalon).[1]​ A menudo se asocian a la figura femenina, como sucede en la Odisea, donde Circe y Calipso, acogedoras y peligrosas al mismo tiempo, son señoras de sendas islas, Eea y Ogigia.[2]

La complejidad de este simbolismo se presta a situar en las islas historias con valor iniciático, en las que el héroe debe afrontar un gran riesgo, enfrentándose a dificultades de todo tipo (monstruos, trampas, tentaciones, enemigos) para alcanzar el conocimiento de sí mismo, la madurez o un tesoro material.[1]​ La serie de televisión Lost (Perdidos) es un ejemplo reciente de este tipo de narraciones, que tiene su precedente en novelas como Robinson Crusoe de Daniel Defoe, La isla misteriosa de Jules Verne, La montaña análoga de René Daumal o El señor de las moscas de William Golding.

Véase también

Notas

  1. a b José María Albert de Paco, Diccionario de símbolos, Barcelona: Óptima, 2003, pp. 283-4.
  2. Juan Eduardo Cirlot, Diccionario de símbolos, Madrid: Siruela, 10ª edición, 2006, s.v. Isla.

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