Infecciones de transmisión sexual

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Infecciones de transmisión sexual (ITS)

Enfermos de sífilis atendidos por médicos (ilustración de 1496).
Especialidad infectología

Las infecciones de transmisión sexual (ITS) ―también conocidas como enfermedades de transmisión sexual (ETS),[1]​ y antes como enfermedades venéreas― son un conjunto de afecciones clínicas infectocontagiosas que se transmiten de persona a persona por medio del contacto sexual que se produce, casi exclusivamente, durante las relaciones sexuales. Sin embargo, pueden transmitirse también por uso de jeringas contaminadas o por contacto con la sangre o con otras secreciones, y algunas de ellas pueden transmitirse durante el embarazo o durante el parto, desde la madre al hijo.[2]

La mayor parte de las enfermedades de transmisión sexual son causadas por dos tipos de gérmenes: bacterias y virus, pero algunas también son causadas por hongos y protozoarios.

Prevención

Epidemiología

Las tasas de incidencia de las ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) siguen siendo altas en la mayor parte del mundo, a pesar de los avances de diagnóstico y terapéuticos que pueden rápidamente hacer que los pacientes con muchas ETS no se vuelvan contagiosos y curar a la mayoría. En muchas culturas, las costumbres sexuales cambiantes y el uso del anticonceptivo oral han eliminado las restricciones sexuales tradicionales, especialmente para las mujeres y, sin embargo, tanto los profesionales de la salud como los pacientes tienen dificultades para tratar abierta y sinceramente los problemas sexuales. Adicionalmente, la difusión mundial de bacterias drogorresistentes (por ejemplo, gonococos resistentes a la penicilina) refleja el uso erróneo (excesivo) de antibióticos y la extensión de copias resistentes en las poblaciones móviles. El efecto de los viajes se hace más evidente con la difusión rápida del virus del sida (HIV-1) de África a Europa y al continente americano a finales de los años setenta.[cita requerida]

Las prevalencias de ITS observadas con frecuencia en las adolescentes sexualmente activas tanto con síntomas del tracto genital bajo como sin ellos incluyen

Entre muchachos adolescentes sin síntomas de uretritis, las tasas aisladas incluyen C. trachomatis (9-11 %) y gonorreas de Neisseria (2-3 %).[cita requerida]

En 1996, la OMS estimaba que más de un millón de personas se infectaban diariamente. Cerca del 60 % de estas infecciones ocurren entre menores de 25 años, y el 30 % de estos tienen menos de 20 años. Entre los 14 y los 19 años de edad, las ITS ocurren con más frecuencia en muchachas que muchachos en una proporción casi de 2:1; esto se iguala en ambos sexos hacia los 20 años. Se estima que 340 millones de nuevos casos de sífilis, gonorrea, clamidia y de tricomoniasis se dieron en el mundo entero en 1999.[cita requerida]

Actualmente, cada año se dan cerca de 400 millones de nuevos casos en todo el mundo. El 90 % entre los 15 y los 30 años, y sobre todo en menores de 25 años, solteros y sexualmente activos, además de los niños que nacen infectados. De esos 400 millones casi 300 millones son de sífilis, gonorrea y sida.[cita requerida]

Prevención

Póster de propaganda estadounidense (c. 1942-1945), posiblemente elaborado por una agencia del gobierno de ese país, y dirigido a soldados y marineros de la Segunda Guerra Mundial donde se apelaba a su patriotismo para exhortarlos a que se protegieran. El texto incluye el término enfermedades venéreas (nombre médico que se usaba en esa época) y dice: "(Ella) puede parecer limpia PERO... las chicas que ligas, las que encuentras en la calle, las prostitutas... DISEMINAN la SÍFILIS y la GONORREA. No podrás vencer a (las potencias del Eje) si contraes enfermedades venéreas." Se usaron imágenes de mujeres para capturar la atención de los ciudadanos en contra de las infecciones.
  • Cuidar al máximo la higiene diaria de los órganos sexuales externos para evitar la colonización por microorganismos que pueden producir infecciones e irritaciones.
  • Examinar los órganos sexuales periódicamente para detectar posibles alteraciones, como hinchazón, enrojecimiento, úlceras, secreciones, olores intensos, etc.
  • Acudir al médico siempre que se observe alguna alteración.
  • Informar sobre los modos de transmisión, síntomas y consecuencias de las enfermedades de transmisión sexual.
  • Usar preservativos siempre que se mantenga relaciones sexuales esporádicas o con personas desconocidas. En lo relativo al sida, además, no se debe compartir utensilios que puedan causar lesiones en la piel y las mucosas: jeringuillas, cuchillas de afeitar, cepillos de dientes, etc.
  • Comunicar siempre la presencia de cualquier enfermedad de transmisión sexual.
  • Evitar mantener relaciones sexuales si se padece alguna enfermedad de transmisión sexual para no contagiar a otras personas.
  • Acudir a los centros de salud o de planificación familiar en caso necesario, tanto cuando existan problemas de fertilidad como cuando se desee utilizar métodos anticonceptivos.
  • Conocer, aceptar y valorar el cuerpo.
  • Evitar los complejos de culpabilidad o vergüenza en las relaciones sexuales desarrolladas con amor y respeto hacia la pareja.
  • Respetar a todas las personas independientemente de cuál sea su orientación sexual y valorar a cada una de ellas según sus cualidades personales y no por sus preferencias sexuales.
  • Tener confianza en la pareja y hablar con ella acerca de las relaciones sexuales anteriores y de posibles enfermedades de transmisión sexual.

Limitación de parejas

Se reduce mucho el riesgo de transmisión si las dos partes hayan recibido una revisión médica, con examen de sangre, para saber que no existen estas infecciones en la persona, y si se limiten en adelante las parejas a aquellos que hayan tenido igual revisión. En los Estados Unidos hay un certificado, completamente voluntario, en que unos médicos, bajo su propio membrete, certifican que el individuo nombrado está libre de organismos de transmisión sexual. Todas las grandes compañías de pornografía, que suelen negar el uso del condón, exigen este certificado. Aun así, ya que los tests no son perfectos y a veces para un resultado positivo tienen que pasar semanas desde la transmisión, el riesgo se disminuye mucho, pero no se elimina.

La monogamia ni teóricamente es una solución perfecta. Un virgen puede tener una enfermedad de transmisión sexual. Se transmiten, incluido el virus del sida, de madre a hijo durante el parto. Una pareja monógama, con los dos libres de microorganismos relevantes, es lo perfecto. Pero es igualmente perfecto un grupo de tres o más, todos revisados por médicos, sin contacto sexual con persona fuera del grupo. Aunque se pensaría que es más segura una pareja de sólo dos, no es así. Son abundantes los casos en que una pareja supuestamente monógama, se infeccione por la falta (sexo con una persona sin revisión médica) de uno de ellos. Las agrupaciones sexuales en que todo se discute son más seguras.

La masturbación y el sexo telefónico son libres de riesgo alguno, a no ser emocional. También la abstinencia: eliminando el sexo, se evitan las enfermedades de transmisión sexual.

Preservativo

Los preservativos o condones proporcionan protección cuando se utilizan correctamente como barrera desde/hacia el área que cubren. Las áreas descubiertas todavía son susceptibles a muchas ETS. Una secreción infectado en contacto con una lesión en la piel que llevase a la transmisión directa de una ETS no sería considerada “transmisión sexual”, pero puede ocurrir teóricamente durante el contacto sexual; esto puede evitarse simplemente dejando de tener contactos sexuales cuando se tiene una herida abierta.

Los condones están diseñados, probados y manufacturados para no fallar si se usan apropiadamente, pero debe tenerse en cuenta que no ofrece una seguridad absoluta.

El uso apropiado exige:

  • No poner el condón demasiado firme en el extremo, dejando 1 o 2 cm en la extremidad para la eyaculación. Si se coloca el condón muy apretado, es posible que falle.
  • Usar un condón nuevo para cada encuentro sexual.
  • No usar un condón demasiado flojo, pues puede hacer fracasar la barrera.
  • No voltear el condón después de haber terminado, aunque no haya habido eyaculación.
  • No usar condones elaborados con tejido animal, que protegen contra la concepción pero no contra el VIH y otras ETS.
  • Evitar dejar el condón en el calor porque pueden desgastarse.
  • Evitar el uso de lubricantes basados en aceite (o cualquier cosa que contenga aceite) con los condones de látex, ya que el aceite puede hacer que se rompan.
  • Evitar el doble uso de condón, pues la fricción entre ambos puede hacer que se rompan.

El trabajo sexual: causa importante en las infecciones de transmisión sexual

El trabajo sexual, por las actividades propias de su ejercicio, expone a quienes lo practican a riesgos de todo tipo, como la violencia en sus diversas manifestaciones, afectaciones psicológicas por el estigma social e infecciones de transmisión sexual (ITS) y virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

La atención que se presta a las enfermedades de transmisión sexual (ETS) en relación con el trabajo sexual no es algo nuevo, siendo el VIH el problema más reciente desde la visión médica atada a discursos y prácticas morales sobre el uso del cuerpo como una actividad económica.

Cuando el VIH se identificó por primera vez, quienes se señalaron de inmediato como culpables fueron los trabajadores del sexo, siendo portadores potenciales de una enfermedad fatal. Este señalamiento produjo efectos sociales -que no en todos los casos fueron positivos- en las personas vinculadas al trabajo sexual, se desarrollaron respuestas de diferentes proporciones alrededor del mundo, desde medidas represivas hasta movilizaciones eficaces de la comunidad y programas de salud pública.

El trabajo sexual fue juzgada como un mal inevitable, un cáncer social y una enfermedad de la sociedad, por ello se luchó para combatirla y erradicarla.  Se percibió desde diferentes ángulos, por una parte, era una actividad que atentaba contra el pudoroso y tradicional uso del cuerpo. Por otra, se sustentó su abolición desde la concepción del riesgo de la actividad sexual remunerada al ser un vehículo de infecciones de transmisión sexual.

El trabajo sexual se considera como un trabajo siempre y cuando se realice con el total consentimiento de la persona que lo ejecuta. Así mismo, se separa del concepto de trata de personas con fines de explotación sexual. Los derechos de las mujeres que se dedican al trabajo sexual, los organismos internacionales y las organizaciones no gubernamentales, admitieron la necesidad de promocionar los servicios de apoyo y atención a las trabajadoras del sexo para así  evitar más infecciones  de transmisión sexual .

Pruebas para diagnóstico de ITS

Las pruebas para diagnóstico de ITS pueden aplicarse para buscar una sola de estas infecciones o bien incluir varias pruebas individuales para una amplia gama de ellas, entre ellas las pruebas para sífilis, gonorrea, chlamydia, hepatitis y las pruebas de VIH. Sin embargo, no existe ningún procedimiento que pueda aplicarse para detectar la presencia de absolutamente todos los agentes infecciosos, así que es importante saber para cuál de las diferentes ETS sirve cada una de las pruebas.

Historia de los tratamientos

Durante este período se reconoció la importancia del seguimiento de las pistas de infectados para tratar las ETS. Llevando las pistas de las parejas sexuales de los individuos infectados, haciéndoles exámenes para confirmar si estaban infectados, tratando al infectado y siguiendo a su vez las pistas de sus contactos, las clínicas de las ETS podían ser muy efectivas en la supresión de infecciones en la población en general.

Gonorrea, sífilis, papiloma y VIH

Condiloma acuminado.
Herpes genital.
Uretritis.

Gonorrea

La gonorrea es una de las infecciones de transmisión sexual (ITS) más frecuentes. La causante es la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que puede crecer y multiplicarse fácilmente en áreas húmedas y tibias del aparato reproductivo, incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz), el útero (matriz) y las trompas de Falopio (también llamadas oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la mujer y en el hombre. Esta bacteria también puede crecer en la boca, en la garganta, en los ojos y en el ano.

Síntomas

En la mujer:

  • secreción vaginal inusual.
  • sangrado vaginal inusual.
  • dolor en la parte inferior del abdomen.

La mujer infectada puede no tener síntomas o presentar ligeras molestias al orinar o flujo.

En el hombre:

  • dolor al orinar
  • secreción uretral purulenta

En el varón transcurren dos a tres días después del contacto sexual antes de que se presenten los síntomas (dolor al orinar, pues sale por la uretra). La gonorrea y la infección por clamidia pueden ocasionar esterilidad cuando no se aplica el tratamiento.

Se diferencia de la sífilis porque las infecciones no son letales, pero pueden ser muy dolorosas y causar la esterilidad.

Sífilis

Es una infección de transmisión sexual ocasionada por la bacteria Treponema pallidum, microorganismo que necesita un ambiente tibio y húmedo para sobrevivir, por ejemplo, en las membranas mucosas de los genitales, la boca y el ano. Se transmite cuando se entra en contacto con las heridas abiertas de una persona infectada. Esta enfermedad tiene varias etapas: la primaria, secundaria, la latente y la terciaria (tardía). En la etapa secundaria es posible contagiarse al tener contacto con la piel de alguien que tiene una erupción cutánea en la piel causada por la sífilis.

Síntomas

Si no es tratada a tiempo la enfermedad atraviesa cuatro etapas:

  • Etapa primaria: el primer síntoma es una llaga en la parte del cuerpo que entró en contacto con la bacteria. Estos síntomas son difíciles de detectar porque por lo general no causan dolor, y en ocasiones ocurren en el interior del cuerpo. Una persona que no ha sido tratada puede infectar a otras durante esta etapa.
  • Etapa secundaria: surge alrededor de tres a seis semanas después de que aparece la llaga. Aparecerá una erupción en todo el cuerpo, en las palmas de las manos, en las plantas de los pies o en alguna otra zona. Otros síntomas posibles son: fiebre leve, inflamación de los ganglios linfáticos y pérdida del cabello.
  • Etapa latente: si no es diagnosticada ni tratada durante mucho tiempo, la sífilis entra en una etapa latente, en la que no hay síntomas notables y la persona infectada no puede contagiar a otras. Sin embargo, una tercera parte de las personas que están en esta etapa empeoran y pasan a la etapa terciaria de la sífilis.

Papiloma humano

Es una enfermedad infecciosa causada por el VPH (virus del papiloma humano). Se transmite principalmente por vía sexual, aunque puede contagiarse también en piscinas, baños y saunas[cita requerida]. Se presenta en la piel de las zonas genitales en forma de verrugas. Las lesiones son apreciables a simple vista o se pueden diagnosticar por observación de tejidos con un microscopio.

Síntomas

Algunos de los síntomas más importantes que sugieren la presencia de virus del papiloma humano son irritaciones constantes en la entrada de la vagina con ardor y sensación de quemadura durante las relaciones sexuales (se denomina vulvodinia), pequeñas verrugas en el área ano-genital: cérvix, vagina, vulva y uretra (en mujeres) y pene, uretra y escroto (en varones). Pueden variar en apariencia (verrugas planas no visibles o acuminadas sí visibles), en número y en tamaño, por lo que se necesita un especialista para su diagnóstico. Aparecen alteraciones en el Papanicolaou, lo que refleja que en el cuello del útero hay lesiones escamosas intraepiteliales (zonas infectadas por VPH que pueden provocar cáncer).

VIH

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es responsable del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) y ataca a los linfocitos T-4, que forman parte fundamental del sistema inmunitario del ser humano. Como consecuencia, disminuye la capacidad de respuesta del organismo para hacer frente a infecciones oportunistas originadas por virus, bacterias, protozoos, hongos y otros tipos de infecciones.[3]

La causa más frecuente de muerte entre las personas que contraen el VIH es la neumonía por Pneumocystis jiroveci, aunque también es elevada la incidencia de ciertos tipos de cáncer como los linfomas de células B (linfoma no Hodgkin) y el sarcoma de Kaposi. También son comunes las complicaciones neurológicas, la pérdida de peso y el deterioro físico del paciente. La mortalidad disminuyó mucho con el invento de los medicamentos antirretrovirales.

El VIH se puede transmitir por vía sexual (vaginal o anal) mediante el intercambio de fluidos vaginales, rectales o semen, así como mediante el contacto con el líquido preeyaculatorio durante las prácticas sexuales o por transfusiones de sangre. Una madre infectada con VIH también puede infectar al niño durante el embarazo mediante la placenta o durante el parto y la lactancia, aunque existen tratamientos para evitarlo. Tras la infección, pueden pasar hasta 10 años para que se diagnostique el sida, que es cuando el sistema inmunitario está gravemente dañado y no es capaz de responder efectivamente a las infecciones oportunistas.[3]

Es muy importante destacar que una persona infectada por el VIH puede o no desarrollar el sida. Muchos pacientes que han sido diagnosticados seropositivos frente al VIH pasan largos periodos de tiempo sin desarrollar inmunodeficiencia y es una condición que se puede sobrellevar. La condición de sida no es permanente.

Síntomas

Los síntomas del sida en los adolescentes pueden ser los mismos que en los niños y también pueden parecerse más a los síntomas que se presentan a menudo en los adultos con el síndrome. Algunos adolescentes y adultos pueden desarrollar una enfermedad con un aumento en la segregación de espermatozoides, además de otra parecida a la gripe en el plazo de un mes o dos después de la exposición al VIH, aunque muchas personas no desarrollan ningún síntoma al infectarse. Además, los síntomas usualmente desaparecen en el plazo de una semana a un mes, y se confunden a menudo con los síntomas de otra infección viral. Los síntomas pueden incluir:[4]

Vías de transmisión

Las tres principales vías de transmisión del VIH son:

  • Sexual (acto sexual sin protección). La transmisión se produce por el contacto de secreciones infectadas con la mucosa genital, rectal u oral de la otra persona.
  • Parenteral (por sangre). Es una forma de transmisión a través de jeringuillas infectadas que se da por la utilización de drogas intravenosas o a través de los servicios sanitarios, como ha ocurrido a veces en países pobres; también en personas con hemofilia que han recibido una transfusión de sangre infectada o productos infectados derivados de la sangre; en menor grado, trabajadores de salud que estén expuestos a la infección en un accidente de trabajo, como puede ocurrir si una herida entra en contacto con sangre infectada; también debido a la realización de piercings, tatuajes y escarificaciones, si se hace sin las debidas condiciones de higiene.
  • Vertical (de madre a hijo). La transmisión puede ocurrir durante las últimas semanas del embarazo, durante el parto o al amamantar al bebé. De las tres, el parto es la más problemática. Actualmente en países desarrollados la transmisión vertical del VIH está totalmente controlada (siempre que la madre sepa que es portadora del virus), ya que desde el inicio del embarazo (y en ciertos casos con anterioridad incluso) se le da a la embarazada una Terapia Antirretroviral de Gran Actividad (TARGA), especialmente indicada para estas situaciones; el parto se realiza por cesárea generalmente, se suprime la producción de leche (y con ello la lactancia), e incluso se da tratamiento antiviral al recién nacido.

Listado de ITS

Primeras ITS reconocidas

ITS más recientemente reconocidas

Infecciones transmitidas principalmente por vía sexual

Infecciones ocasionalmente transmitidas por vía sexual

Muchas infecciones de transmisión no sexual también pueden transmitirse por vía sexual, considerando el nivel de intimidad de la pareja:

Véase también

Referencias

  1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prefiere el término infecciones de transmisión sexual, pues en muchos casos las personas pueden estar infectadas sin manifestar ninguno de los síntomas, es decir, sin estar «enfermas»); por ejemplo, el caso de la clamidia. Véase «Preguntas y respuestas sobre ETS e ITS» en la página de Avert.org.
  2. Woods, Samuel G. (2003). Todo lo que necesitas saber sobre las enfermedades de transmisión sexual. The Rosen Publishing Group, ISBN 0-8239-3580-9.
  3. a b «Enfermedades de transmisión sexual y síntomas de ETS», en Avert.org.
  4. «El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) / El virus de inmunodeficiencia humana (VIH)», artículo en español en el sitio web Health System. Consultado el 26 de diciembre de 2007.

Enlaces externos