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Diferencia entre revisiones de «Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana»

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8 de agosto de 1992

(nace carlos navarro)
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Revisión del 13:28 10 nov 2008

Plantilla:Ficha de conflicto militar jajajajjajajajajajajajajjajajajaja La Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana es el nombre que recibe el enfrentamiento bélico desatado entre 1837 y 1839 entre la Confederación Perú-Boliviana contra el Ejército Unido Restaurador del Perú,[1]​ la Confederación Argentina y Chile

La guerra disputada principalmente en los territorios del actual Perú terminó con la victoria de las tropas restauradoras y determinó la disolución de la Confederación.

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Tensión contra la Confederación

La expedición de Freire parte desde Lima hacia Chiloé

El General Ramón Freire y su aventura en Chiloé fueron responsables de un periodo de desconfianza entre los gobiernos de Bolivia, Chile y Perú

Uno de los exiliados en el Perú tras la victoria conservadora en Chile fue el ex Director Supremo, el Capitán General Ramón Freire. En circunstancias extrañas para la época, Freire consiguió adquirir por intermedio de terceros el arriendo de dos buques de guerra confederados, al parecer contando al mismo tiempo con el apoyo tácito de Luis Orbegozo y Andrés de Santa Cruz. Si bien el único propósito que Freire tendría con esos buques era derrocar al gobierno dictatorial de Prieto; existen pruebas contradictorias acerca de la responsablidad y conocimiento de Orbegozo y Santa Cruz. Mientras diversos historiadores argumentan que ambos desconocían de la situación,[2]​ otros cuestionan esto.,[3]​ tomando como prueba de culpabilidad una de las muchas cartas que Orbegozo escribió a Santa Cruz:

“Los generales O’Higgins y Freire son mis amigos, y ambos desean una variación en el gobierno de Chile (…) El segundo me a visitado confidencialmente, y asegurado que tiene todos los medios , y que contaría con seguridad el éxito, si yo le proporcionase un buque con municiones y algunos cañones en bodega y fusiles. Yo le he contestado que, aunque mi deseo seria ver variado un gobierno que nos hace tantos males, no daría paso alguno sin acuerdo de Ud. en asunto de tanta gravedad (…) He escrito al general Moran para que haga una visita al general Freire y con toda reserva le diga que estamos convenidos, y que tome con el mayor sigilo sus medidas, que a nuestra llegada a Lima acordaremos sobre todo”
Carta de Orbegozo a Santa Cruz, 5 de julio de 1836[4]

Así, el "Orgebozo" y el "Monteagudo" partieron hacia Chile. La expedición de Freire consistía en llegar a la Isla Grande de Chiloé, establecer su autoridad en esa parte del país e invadir el territorio chileno continental. Si bien el "Orbegozo" cumplió su objetivo al capturar uno de los fuertes más importantes del archipiélago, el Monteagudo se sublevó y se entregó a manos gubernamentales. Freire, quien no sabía de estos acontecimientos, fue engañado por la tripulación rebelde del "Monteagudo", tomado prisionero y confinado al Archipiélago Juan Fernández por órdenes directas de Portales.[5]

Cualquiera sea el caso, el resultado y la culpabilidad de la "Expedición de Freire" sería una de las causas principales que provocarían el distanciamiento y posterior ruptura entre Luis Orbegozo y Andrés de Santa Cruz, con consecuencias fatales para la Confederación.

Los unitarios argentinos se refugian en Bolivia

Del mismo modo que lo ocurrido entre la Confederación y Chile por Ramón Freire, la derrota de los unitarios en Argentina obliga a muchos de ellos a buscar refugio en Bolivia. Juan Manuel de Rosas, temiendo que su gobierno podría sufrir un ataque como el de Freire, optó por mantener una postura claramente hostil hacia Santa Cruz.

"En 1836 Rosas temía que Santa Cruz intentara usar a los unitarios para atraer a las provincias del noroeste argentino a su órbita, como lo había hecho con Perú. Rosas y los gobernadores provinciales percibieron la confirmación de esto en la documentación llevada desde Chile, en septiembre de 1836, por el agente confidencial ante el gobierno de Buenos Aires, Francisco Javier Rosales"
Historia general de las relaciones exteriores de la República Argentina[6]​#GGC11C

Diego Portales acusa a Santa Cruz de apoyar a Ramón Freire

El ministro chileno Diego Portales

Estos hechos hicieron que Diego Portales considerara las acciones de Freire como un intento financiado por Andrés de Santa Cruz de alejarlo del poder. Decidido a que la única forma de evitar esto era manteniendo una política hostil y ofensiva hacia Confederación, Portales confía al marino español Victorino Garrido la misión de asestar un golpe decisivo contra la escuadra confederada fondeada en el puerto de El Callao.

En la noche del 21 de agosto de 1836, sin previa declaración de guerra, marinos chilenos a bordo del bergantín "Aquiles", comandados por el Capitán de Fragata Pedro Angulo Novoa, tomaron control de la barca "Santa Cruz", el bergatín "Arequipeño" y la goleta "Peruviana". La captura de los barcos confederados (si bien poco armados y siendo el "Santa Cruz" el único de los tres con tripulación que ofreció resistencia) provocó la ira del Protector Santa Cruz, quien ordenó el arresto inmediato del embajador chileno Ventura Lavalle por considerarlo complice del atentado, aunque fue liberado poco después en miras a un arreglo pacífico con Garrido.[7]

En vez de iniciar una guerra directamente, que pondría en peligro a la naciente Confederación, Santa Cruz intentó entablar negociaciones con el gobierno chileno. Por estos motivos, aceptó todas las condiciones propuestas por Garrido, consistiendo éstas en que no se hostilizarían las naves y que si Ramón Freire y sus compañeros regresaban al Perú, se les juzgaría como rebeldes.

Declaratoria de guerra de Chile contra la Confederación de Santa Cruz

El congreso chileno envió a Mariano Egaña con poderes plenipotenciarios para negociar con el Protector Santa Cruz la firma de un "Tratado de Paz" y terminar las disputas entre ambas naciones. Sin embargo, los chilenos mantuvieron innegociables los siguientes puntos:

  • El pago de las deudas de la expedición libertadora en el Perú y del empréstito adeudado a Chile.
  • La limitación de las tropas confederadas.
  • Acuerdos comerciales entre ambas naciones y el fin a la guerra comercial entre Valparaíso y El Callao.
  • Indemnización por la incursión de Freire, de la que se hacía responsable el Gobierno Confederado.
  • Disolución de la Confederación Peruano-Boliviana.

Andrés de Santa Cruz aceptó todo los términos, menos en la disolución de la confederación. Las negociaciones concluyeron en fracaso.[8]​ Con sólo dos votos en contra (siendo uno el de Andrés Bello) en el Consejo de Estado, Chile declaró la Guerra a la Confederación el 28 de diciembre de 1836, contando con el apoyo de peruanos independentistas quienes se comprometieron a pagar el servicio prestado por el ejército chileno en las campañas restauradoras.[9]

Los independentistas peruanos contra la Confederación de Santa Cruz

Ramón Castilla y Marquesado

Con la Confederación Perú-Boliviana, el Perú había sido dividido en dos estados: Estado Nor-Peruano y Estado Sud-Peruano, además de contar con un presidente boliviano como Andrés de Santa Cruz y tropas bolivianas en el Perú.

Contra estos hechos se encontraban peruanos como Antonio Gutiérrez de La Fuente y Ramón Castilla, exiliados en Chile. También se encontraba el General Manuel Ignacio de Vivanco, Andrés Martínez, Felipe Pardo y Aliaga quien gestionó la intervención de Chile en la independencia del Perú respecto de la invasión boliviana.

Otros se encontraban refugiados en Ecuador como Agustín Gamarra y sus seguidores como Bujanda, Torrico, Negrón, Frisancho, Frías, Lasarte, Arrisueño; quienes finalmente formaran el Ejército Unido Restaurador en Chile con la misión de restaurar el estado peruano que había sido dividido por Santa Cruz.

Preludio a la guerra

Tras el inicio de hostilidades contra la Confederación se hace más que evidente la búsqueda de una alianza entre Argentina, Ecuador, Chile y los peruanos contrarios a la Confederación, para buscar su fin.

Esto se logra parcialmente con la declaratoria de guerra que el gobierno argentino dio formalmente el 9 de mayo de 1837, pero sin el apoyo de Ecuador que entró en otro período de anarquía interna. Si bien tenían un enemigo común, Argentina actuó de forma separada.

Los confederados argentinos se enfrentan a la Confederación de Santa Cruz

Las relaciones entre la confederación Perú-Boliviana y la Confederación Argentina se habían deteriorado, entre otras razones por el apoyo de Santa Cruz a grupos unitarios que realizaron al menos cuatro incursiones desde el sur de Bolivia a las provincias del norte argentino en los años previos a la guerra, una de ellas fue la del coronel unitario Javier López en 1834 que culminó con su derrota en la batalla de Chiflón. Un nuevo intento de López en 1835 fue derrotado en la batalla de Monte Grande. También en 1835 Felipe Figueroa invadió la provincia de Catamarca y en 1836 Mariano Vásquez contando entre sus filas a fuerzas bolivianas, atacó poblados puneños.

El 16 de mayo de 1837 el Gobernador de Buenos Aires y encargado de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas, designó a Alejandro Heredia como "General en Gefe del Ejercito Argentino Confederado de Operaciones contra el tirano General Santa Cruz". Previamente, el 13 de febrero, había declarado cerrada toda comunicación comercial, epistolar y de cualquier género entre los habitantes de la República Argentina y los de Perú y Bolivia, declarando "traidor a la patria" a cualquiera que cruzara la frontera hacia esos países.

El 19 de mayo de 1837 Rosas declaró que "la Confederación Argentina está en guerra con el gobierno de Santa Cruz, y sus sostenedores". [10]

Aunque Rosas le envió a Heredia 500 tercerolas y carabinas, 900 fusiles, 700 sables, 3.500 piedras de fusil y unos 54.500 cartuchos, no lo apoyó efectivamente, quedando el norte argentino vulnerable a los ataques de las fuerzas de Santa Cruz. Aprovechando la inactividad de Heredia, el general alemán Otto Philipp Braun, comandante del frente boliviano, concentró sus tropas en Tupiza y a fines de agosto de 1837 ingresó en la provincia de Jujuy. El 28 de agosto de 1837 unos 100 soldados bolivianos ocuparon las aldeas de La Quiaca y Cochinoca. Otra columna ocupó las aldeas de Santa Victoria e Iruya, reuniéndose ambas columnas el 11 de septiembre en la quebrada de Humahuaca. El 12 de septiembre Felipe Heredia con unos 400 soldados logró derrotar a los peruano-bolivianos en el combate de Humahuaca o de la Herradura y al día siguiente se produjo el combate de Santa Bárbara, recuperando esta población. El 11 de diciembre el capitán Aramayo logró una victoria en el combate de Vicuñay cerca de Tres Cruces y el 2 de enero de 1838 un destacamento al mando del capitán Gutiérrez tomó prisioneros bolivianos tras el combate de Rincón de las Casillas, mientras que dos fracciones bolivianas combatieron entre sí por error en Negra Muerta. Luego, el coronel Paz tomó San Antonio de los Cobres y el coronel Mateo Ríos avanzó sobre Iruya.

El general Gregorio Paz inició la marcha el 27 de mayo de 1838, atacando dos días después el poblado de Carapari, donde el comandante boliviano Cuellas con su escuadrón, desertó uniéndose a Heredia. El 5 de junio el coronel argentino Manuel Virto inició su marcha desde San Andrés rumbo al Abra de Zenta, desde allí las tropas argentinas intentaron contratacar a través de la yunga y el Chaco Salteño. El 8 de junio Paz logró la victoria de San Diego, llegando cerca de Tarija desde donde retrocedió el 24 de junio, sufriendo luego la derrota de la Cuesta de Coyambuyo (o Montenegro).

El 11 de junio Manuel Virto atacó Iruya pero no logró tomarla. El 22 de agosto de 1838 Heredia ordenó la retirada.

El prestigio de Heredia se vio debilitado en Tucumán, por lo que el pueblo tucumano, el 12 de noviembre, se levantó contra el ejército de éste. Al mando de Alejo Córdoba, comandante del Regimiento Nº 9, estalló la rebelión denominada "Coalición del Norte", siendo asesinado el general Alejandro Heredia. El comandante Rentería sería el encargado de sofocar esta revolución al mando de 50 hombres desalojando al militar alzado. Los gobernadores de las provincias del norte de Argentina no deseaban prolongar la guerra.[11][12]

El motín de Valparaíso y la muerte de Diego Portales

El contexto internacional no era favorable para los enemigos de la Confederación. Santa Cruz contaba con apoyo internacional de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, mientras que Ecuador no se atrevió a intervenir. Por otra parte, la intervención de Chile tuvo una mala acogida en su opinión pública, pues no se comprendían las razones del enfrentamiento.

El gobierno chileno estableció estado de sitio y dotó de facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo para actuar autoritariamente. En 1837 se promulgó la Ley de los Consejos de Guerra, tribunales que se regían por el severo código militar y que carecían del recurso de apelación. La oposición liberal acusó a Portales de autoritario, al tiempo que se desplegaba contra él y la guerra una intensa campaña en la prensa.

La tensión política y la oposición general a la contienda se trasladaron al ejército. José Antonio Vidaurre, jefe del Regimiento Maipo acantonado en Quillota, apresó a Portales cuando éste pasaba revista a los soldados. Las tropas sublevadas se dirigieron a Valparaíso con el fin de apoderarse de esta plaza, pero Manuel Blanco Encalada movilizó a la infantería de línea, alertó a la Escuadra y con la valiosa ayuda del general peruano Ramón Castilla y sus tropas de caballería, también acantonadas en Quilota, se dio el encuentro de la Cabrería y se derrotó a los sublevados, condenando a muerte a sus jefes y oficiales por la rebelión. No obstante, en la retaguardia de los sublevados, el capitán Santiago Florín intentó hacer fusilar a Portales, debiendo dispararle él mismo ante la reticencia de la tropa.

Guerra entre la Confederación y los Restauradores

Primera expedición restauradora: el Tratado de Paucarpata

Manuel Blanco Encalada

El 15 de septiembre de 1837 se prepara la que sería la primera Expedición Restauradora enviada por el gobierno de Chile junto a los peruanos contrarios a la Confederación. La expedición estaba compuesta por una columna peruana con 420 hombres al mando del general La Fuente y tropas de Chile con 3.200 hombres al mando de Blanco Encalada y Roberto Simpson. Las acciones de los restauradores estaban coordinadas con tropas argentinas del general Heredia.

El ejército partió el 15 de Setiembre. El 14 había dado la vela para Cobija el transporte Napoleon convoyado por la goleta de guerra Peruviana, llevando un cuadro de reclutas voluntarios (la colunmna del comandante Frijolet) que debian ocupar aquel puerto e iniciar una diversion militar en coordinacion con las tropas arjentinas, para lo cual se había prevenido a1 jeneral Heredia que destacase una columna sobre Atacama.
Campaña del ejército restaurador. El Mercurio de Valparaiso. Enero de 1838.[1]

El ejército restaurador ocupó Arequipa (Perú), pero no encontró la ayuda y adhesión que le habían augurado los agentes peruanos. Con esta nueva situacion entre ambas fuerzas decidieron firmar un acuerdo de paz. Blanco Encalada y Santa Cruz celebraron el Tratado de Paucarpata, que establecía la devolución de los barcos apresados por Chile, el reestablecimiento de las relaciones comerciales, la retirada de los ejércitos restauradores y el reconocimiento de la deuda reclamada por el gobierno chileno por el apoyo brindado a la Independencia del Perú.

El 18 de Noviembre empezaron a desfilar los cuerpos del ejército sobre Quilca (Arequipa), con escepcion del Portales i del Valdivia, que presenciaron el 19 la entrada triunfal de Santa Cruz en Arequipa i le rindieron honores militares. El cuerpo del ejército chileno que llevaba el nombre de la ilustre víctima del Baron (se refiere al batallon Portales) haciendo honores a Santa Cruz!... Faltaba este nuevo vilipendio para completar sin duda la serie de desaciertos que por resultado de la última campaña, han dado, en lugar de la independencia de dos naciones americanas i de la libertad de dos pueblos hermanos, el tratado de Paucarpata, transaccion tan precaria como indigna de las altas razones politicas i de los justos motivos en que Chile apoya la guerra que ha declarado el tirano del Perú i de Bolivia.
Campaña del ejército restaurador. El Mercurio de Valparaiso. Enero de 1838.[2]

En diciembre, cuando Blanco Encalada llegó a Valparaíso, los términos del acuerdo no sólo no convencieron sino que fueron ampliamente rechazados por gobierno chileno y a la opinión pública en general. Tanto Blanco Encalada como Antonio José de Irisarri fueron acusados y juzgados como responsables de esta derrota, aunque finalmente fueron absueltos.

Segunda expedición restauradora: Batalla de Yungay

Manuel Bulnes Prieto

En 1838, el general chileno Manuel Bulnes Prieto, al mando de un ejército de 5.600 hombres, emprendió una Segunda Expedición Restauradora. Junto al Ejército Unido Restaurador asistieron peruanos como Agustín Gamarra, Ramón Castilla y otros de sus connacionales promotores de la unificación del Perú y contra la invasión boliviana al Perú.

El Ejercito Unido Restaurador, partió de Chile con las órdenes de buscar la seguridad de los países limítrofes buscando destituir a Santa Cruz, lograr la independencia del Perú restituyendo la república al estado anterior de la confederación y nombrando a Bulnes jefe de estado mayor del ejército.

El 21 de agosto de 1838 tuvo lugar el Combate de Portada de Guías, que permitió la ocupación de Lima por el ejército restaurador, comandado por Bulnes.

A este primer éxito bélico de los restauradores le sucedieron en enero de 1839 el Combate Naval de Casma, ocasión en que corsarios franceses comandados por el capitan Blanchet y que luchaban por la Confederación fueron derrotados por la Armada de Chile, guiada por el capitán Roberto Simpson. Posteriormente, el ejército de Santa Cruz fue completamente derrotado por el Ejército Restaurador en la Batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839. En esta lid, las tropas de la Confederación esperaban resistir la ofensiva enemiga parapetadas en el cerro Pan de Azúcar, finalmente sin éxito y con un alto costo en vidas humanas. El congreso reunido en Huancayo, el 15 de agosto de 1839, nombra presidente provisional del Perú al general Agustín Gamarra.[13]​ El general chileno Manuel Bulnes fue nombrado Gran Mariscal de Ancash por el presidente peruano Agustín Gamarra.

La derrota significó la desintegración de la Confederación y el exilio de Santa Cruz en Guayaquil, Ecuador. Sin embargo, Gamarra prosiguió la contienda y sucede la Guerra entre Perú y Bolivia. La derrota del ejército peruano en Ingaví en 1841 hizo que las tropas bolivianas del general José Ballivián ocuparan el territorio peruano hasta Tarapacá. No obstante, ambos contendientes se avinieron a firmar una paz en 1842, previa mediación del Ministro Plenipotenciario peruano José Antonio de Lavalle.

El gobierno del Perú pagó al gobierno de Chile la deuda contraída por el servicio prestado por el ejército chileno en la campaña restauradora,[14]​ así como reconoció las acciones de los oficiales de Chile otorgándoles premios[15]​ y condecoraciones del ejército del Perú.[16]

Los oficiales peruanos que sirvieron al ejército de la Confederación fueron retirados de la lista de militares del Perú, entre ellos se encontraban los mariscales Guillermo Miller, Mariano Necochea, José de la Riva Agüero, Blas Cerdeña; los generales de división Francisco de Paula Otero, Luis José Orbegoso, Domingo Nieto y los generales de brigada Manuel Aparicio, José Rivadeneira, Juan Pardo de Zela, Domingo Tristán y Pedro Bermúdez.[17]

El triunfo en la Batalla de Yungay es recordado por el Ejército de Chile con el Himno de Yungay, y en el Perú con la creación del Departamento de Ancash (zona donde se realizó la Batalla de Yungay), reemplazando al antiguo Departamento de Huaylas.

La Batalla de Yungay no tiene en la memoria histórica del Perú la misma importancia que tiene en Chile. Mientras en este último país se la recuerda como un hito fundacional de la nación chilena, en el Perú no se conmemora oficialmente, ya que las guerras de la confederación se vivieron más como una guerra civil que como una guerra externa.

Por lo general, cuando se habla de la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana, en la historiografía peruana se considera que el "invasor" es Bolivia y fue un triunfo que logró la independencia del Perú, minimizando el papel de la intervención de Chile. Por otro lado hay quienes lamentan la derrota de la confederación, porque se perdió la oportunidad que el Perú fuera un país reconciliado con sus raíces andinas, representadas por la alianza con Bolivia.

Esto se debe, en parte, a que el Perú estaba profundamente dividido durante la época de la confederación. La élite costeña que gobernaba el Perú desde Lima –militarmente representada por el caudillo cuzqueño Agustín Gamarra– vio en el proyecto confederado una amenaza a su alianza económica con Chile, la que mantenía a través de un comercio por el Océano Pacífico. Las elites costeñas del Perú recurrieron al apoyo de Chile, país que tenía sus propios intereses para intervenir en el conflicto. Las élites costeñas de Perú no sólo aceptaron, sino fomentaron la intervención chilena en su propio país y consideraban un aliado a Chile y un invasor a Bolivia. Por otro lado estaban las élites de la sierra sur peruana, donde el proyecto de la Confederación Perú-Boliviana tenía más adeptos.

Esta toma de partidos no estaba exenta de prejuicios racistas, como los poemas satíricos del escritor peruano Felipe Pardo y Aliaga contra "el indio Santa Cruz" y "el cholo Santa Cruz", jefe e ideólogo de la Confederación Perú-Boliviana, a quien Pardo llegó a llamar el "Alejandro Guanaco" (en alusión a Alejandro Magno y a un auquénido típico de los andes) y el "conquistador ridículo".

La historiografía boliviana recuerda la Confederación Perú-Boliviana como una época de máximo apogeo.

Combates y Batallas

Estas son batallas de la Confederación Perú-Bolivana contra el Ejército Unido Restaurador.

Fecha Nombre
21 - agosto - 1838 Combate de Portada de Guías
18 - septiembre - 1838 Combate de Matucana
6 - enero - 1839 Combate de Buin
10 - enero - 1839 Combate naval de Casma
20 - enero - 1839 Batalla de Yungay

8 de agosto de 1992 (nace carlos navarro)

Notas

Véase también