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En la [[cultura griega]] el término filología tuvo varias acepciones, aunque fue ganando terreno aquella que concebía al filólogo como alguien consagrado a la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles, actividad ésta que comenzó siendo una afición noble cultivada con mayor o menor acierto, pero siempre de manera no profesional. |
En la [[cultura griega]] el término filología tuvo varias acepciones, aunque fue ganando terreno aquella que concebía al filólogo como alguien consagrado a la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles, actividad ésta que comenzó siendo una afición noble cultivada con mayor o menor acierto, pero siempre de manera no profesional. |
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Revisión del 01:24 19 ago 2009
La filología (del latín philologĭa y éste del griego φιλολογία filología, “amor o interés por las palabras”) es la ciencia que se ocupa del estudio de los textos escritos, a través de los cuales pretende reconstruir, lo más fielmente posible, la cultura que dio lugar a esos textos y que subyace a los mismos. El filólogo se sirve, por tanto, del estudio del lenguaje, la literatura y demás manifestaciones escritas, en cuanto constituyen la expresión de una comunidad cultural determinada.
Desarrollo histórico
Texto en negrita
ÉPOCA CLASICA GRIGA
En la cultura griega el término filología tuvo varias acepciones, aunque fue ganando terreno aquella que concebía al filólogo como alguien consagrado a la explicación de textos desde todos los puntos de vista posibles, actividad ésta que comenzó siendo una afición noble cultivada con mayor o menor acierto, pero siempre de manera no profesional.
Los primeros filólogos en el sentido moderno fueron los alejandrinos (siglo III a. C.), discípulos de los sofistas, cuyo más sobresaliente representante es Aristófanes de Bizancio (siglo III a. C.), fundador de un método que su discípulo Aristarco de Samotracia, director de la Biblioteca de Alejandría, aplicó, más tarde, al estudio de los poemas de Homero. Estos primeros filólogos desarrollaron, en la Biblioteca de Alejandría, una importante actividad editorial, centrada en la copia de los manuscritos de los más importantes y representativos autores del pasado, cuyos textos se limpiaban de errores y se interpretaban de acuerdo con unas normas determinadas. En manos de los alejandrinos, la filología se convirtió, así, en un conjunto de conocimientos sistemáticos y ordenados, aunque amplios y poco profundos, puesto que el filólogo debía poseer no sólo conocimientos lingüísticos y literarios, sino también históricos, geográficos, artísticos, retóricos, etc. Es por eso que se le consideraba la persona ideal tanto para explicar los textos como para reconstruirlos, modernizarlos y restaurarlos.
Así, pues, la filología comienza ocupándose, por una parte, de la lectura correcta de los textos y, por otra, de la fijación, depuración y exégesis de los mismos. Las experiencias adquiridas y los materiales empleados en esta actividad se van recogiendo en léxicos, repertorios, inventarios, etc. La filología se convierte, así, en época alejandrina, en una disciplina de carácter enciclopédico que abarca enseñanzas de gramática, retórica, historia, epigrafía, numismática, bibliografía, métrica, etc. los filólogos así formados son, por antonomasia, hombres cultos que reúnen, aunque sea de manera superficial, los saberes de su época.
Época clásica latina
Roma asimiló los métodos de los alejandrinos y continuó la labor emprendida por éstos; fue el caso de Varrón (siglo I a. C.), por ejemplo. En época imperial proliferan los que estudian, critican y comentan las obras maestras de la cultura latina, llamándose a sí mismos filólogos o gramáticos, voz que irá suplantando a la primera hasta hacerla desaparecer. En efecto, el término filología se utilizará poco en el Bajo Imperio, coincidiendo con la decadencia de los estudios de este tipo, que llegan a desaparecer casi por completo a partir de este momento y durante toda la Edad Media. A pesar de ello, aún pueden destacarse las figuras del latino Servio Macrobio (siglo IV) y, mucho más tarde, el bizantino Focio (siglo IX); también puede destacarse la edición de las Suidas (siglo X) bizantinas siguiendo métodos alejandrinos.
Humanismo
Con la llegada del Renacimiento y, sobre todo, del Humanismo, la actividad filológica renace con nuevo vigor, espoleada, sobre todo, por la aparición de la imprenta y la edición de textos clásicos en este nuevo medio. Así, durante el siglo XV, italianos como Aldo Manuzio o Angelo Poliziano se dedican al estudio de los clásicos, cuyo estilo imitan y cuyos textos editan. En el siglo XVI puede destacarse a franceses como Jules César Scaliger o Henri Estienne, quienes realizan ediciones críticas de textos clásicos, señalando las distintas variantes críticas, o al holandés Erasmo de Rotterdam, entre otros.
Siglo XVIII
En el siglo XVIII, la Ilustración y el renovado interés por la ciencia en general hacen renacer el interés filológico. Así, Richard Bentley instaura en Cambridge los estudios clásicos y da un definitivo empuje a los estudios filológicos; por primera vez supera a la filología alejandrina al teorizar la existencia de la digamma en los textos homéricos. En esta nueva etapa se corrigen los textos deteriorados o deformados, acomodándolos al estilo de sus autores (usus scribendi) y a las circunstancias de su época de origen.
En el último cuarto del siglo XVIII, el término filología es rescatado por Friedrich August Wolf, considerado padre de la filología moderna. Wolf, en efecto, abre un nuevo periodo importante para la historia de las disciplinas lingüísticas en sentido amplio. Ferdinand de Saussure, padre de la lingüística moderna, considera la filología de Wolf como un «movimiento científico», que tiene por objeto de estudio no sólo la lengua sino también la fijación, interpretación y comentario de textos, lo que le lleva a ocuparse de la historia literaria, las costumbres, las instituciones, etcétera, utilizando un método propio: la crítica. Estas investigaciones filológicas, según Saussure, tienen el mérito de haber preparado el camino de la lingüística histórica.
Siglo XIX
El siglo XIX es el siglo del nacimiento de la filología comparada. La publicación, a mediados de siglo, de la primera Gramática comparada por parte de Franz Bopp, sirvió para demostrar que se podían comparar las lenguas entre sí. La filología comparada puede considerarse una consecuencia directa del movimiento romántico. El afán por el conocimiento del pasado, tan propio del Romanticismo, contribuye a crear una mentalidad historicista, mientras que el deseo de conocer el alma de los pueblos, por otro lado, también típicamente romántico, lleva al estudio de su lengua y literatura. Gracias a tales condicionamientos, los románticos miraron hacia las lenguas y literaturas clásicas. Y, en el estudio de las lenguas clásicas, el método histórico-comparativo dio excelentes resultados para reconstruir una lengua de la que no se conservaban textos escritos, pero que podía presuponerse por la comparación de diversas lenguas europeas y asiáticas, especialmente el sánscrito: el proto-indoeuropeo. Muy pronto, en su afán de exotismo, los filólogos decimonónicos centraron su interés en las lenguas y literaturas de los pueblos románicos, a cuyo estudio aplicaron los métodos de la filología clásica. Esto dio lugar al nacimiento de la filología Románica. En ecdótica, el filólogo Karl Lachmann idea y aplica un procedimiento para reconstruir científicamente textos perdidos a través de la comparación o colación de errores comunes, que en su honor será denominado método lachmaniano.
Siglo XX
El siglo XX contempla el nacimiento de la lingüística moderna de la mano de Ferdinand de Saussure. Se hace necesario, entonces, distinguir entre filología y lingüística. A partir del estructuralismo lingüístico, la ciencia lingüística tuvo un amplio desarrollo durante el siglo XX. Sin embargo, la filología ha continuado su labor centrada en los textos escritos.
Campos de aplicación de la filología
La filología ha tenido y tiene diversos cometidos:
- Comparación de lenguas. Desde el siglo XIX, la filología comparada se ocupó de estudiar la relación entre distintas lenguas. De esta forma, las semejanzas entre el sánscrito y las lenguas europeas —observadas por primera vez a principios del siglo XVI— llevaron a especular sobre la posibilidad de la existencia de una lengua anterior común de la cual todas procedían, el proto-indoeuropeo.
- Reconstrucción de textos. La ciencia filológica también se ocupa de la reconstrucción de los textos originales de un autor antiguo, basándose en el estudio de las diferentes copias de manuscritos que se conservan. Igualmente, se ocupa de determinar la paternidad literaria de un texto, su fecha de composición, su procedencia, etc. Es el caso, por ejemplo, de la reconstrucción de las primeras versiones de los evangelios cristianos.
- Ecdótica o edición textual, e interpretación literaria. La actividad filológica también se ha enfocado a la edición de textos de autores clásicos y modernos, acompañando éstos del correspondiente aparato crítico, el cual persigue explicar al lector el trasfondo cultural y vital que subyace tras el texto.
Relación con otras disciplinas
A lo largo de su historia, la filología se ha relacionado y confundido con otras disciplinas. En especial, debe señalarse la relación de esta disciplina con la lingüística, pero también con la historia, la historia de la literatura, la teoría literaria, la crítica literaria, etcétera.
En el primer caso, tanto la filología como la lingüística se ocupan del mismo objeto de estudio: el lenguaje humano. Pero se diferencian, básicamente, en el enfoque con que abordan el estudio: mientras la primera se ocupa del lenguaje en tanto que medio para fijar los textos, la segunda centra su interés en el lenguaje en sí mismo y utiliza los textos únicamente como un medio más de conocimiento de éste. Así, mientras la filología estudia el lenguaje con el objeto de conocer a los hombres que lo hablaron y su entorno cultural, la Lingüística estudia el lenguaje, hablado o escrito, en sí mismo considerado, para establecer sus reglas, las relaciones internas de sus componentes, etc.
En el segundo caso, historia y filología colaboran para la reconstrucción de los hechos históricos pero, mientras la primera se ocupa, efectivamente, de la reconstrucción de los hechos, auxiliándose, en este caso, de la filología y de otras disciplinas, la segunda trata de situar los textos concretos en una época determinada, sirviéndose, en este caso, de los conocimientos históricos.
En cuanto a su relación con otras disciplinas, teoría literaria, historia de la literatura o crítica literaria, todas comparten un mismo objeto de estudio: la literatura. Pero, en este caso, mientras la primera se ocupa de delimitar el concepto de literatura o de establecer las diferencias entre géneros literarios, por ejemplo, la segunda trata de ordenar históricamente los distintos periodos artísticos, autores literarios y obras conocidas, y, finalmente, la tercera se ocupa de la interpretación y valoración de los textos literarios, la filología, frente a ellas, sigue ocupándose del estudio de los textos literarios concretos para reconstruir su trasfondo cultural, basándose en los conocimientos de estas otras disciplinas.
Clasificación
Prácticamente, podría decirse que hay tantas filologías como culturas. En lo que respecta a la tradición española pueden señalarse varias filologías, que se estudian en buena parte de las universidades españolas.
- Filología anglogermánica. Se ocupa del estudio de los textos en lenguas de origen germánico (principalmente, inglés y alemán)
- Filología árabe. Se ocupa del estudio de los textos en lengua árabe.
- Filología bíblica. Se ocupa del estudio de los textos bíblicos, tanto los relacionados con el Antiguo como con el Nuevo Testamento.
- Filología catalana. Se ocupa del estudio de los textos en lengua catalana.
- Filología clásica. Se ocupa del estudio de los textos clásicos griegos y latinos.
- Filología eslava. se ocupa del estudio de los textos escritos en idiomas eslavos (ruso, ucraniano, bielorruso, polaco, checo, eslovaco, lenguas sorbias, esloveno, serbocroata, búlgaro y macedonio).
- Filología francesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua francesa.
- Filología gallega. Se ocupa del estudio de los textos en lengua gallega.
- Filología hispánica. Se ocupa del estudio de los textos en lengua española. Es también llamada Iberística y posee un importante derivado, la Hispanoamericanística.
- Filología inglesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua inglesa.
- Filología italiana. Se ocupa del estudio de los textos en lengua italiana.
- Filología neotestamentaria. Se ocupa del estudio de los textos bíblicos cristianos relacionados con el Nuevo Testamento.
- Filología portuguesa. Se ocupa del estudio de los textos en lengua portuguesa.
- Filología románica. Se ocupa del estudio de los textos en lengua romance, esto es, derivada del latín.
- Filología semítica. Se ocupa del estudio de los textos en lenguas semíticas bíblicas (principalmente, hebreo y arameo).
- Filología vasca. Se ocupa del estudio de los textos en lengua vasca.
Enlaces externos
- Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre filología.
- Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo, ILC, del CSIC
- Revista Al-Qantara, ILC, CSIC
- Revista Emerita, ILC, CSIC
- Revista Sefarad, ILC, CSIC
- Instituto de Lengua, Literatura y Antropología, ILLA, del CSIC
- Revista de Filología Española, ILLA, CSIC
- Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, ILLA, CSIC
- Revista de Literatura, ILLA, CSIC
- Anales Cervantinos, ILLA, CSIC
- Athenea, revista de filología Española.
- Facultad de filología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
- Asociación de Jóvenes Investigadores Filólogos de la Universidad Complutense de Madrid (AJIF-UCM)
- Mauricio Joven Bonelo sección de filología