José de San Martín
Plantilla:Infobox militares José de San Martín (Yapeyú, Argentina, 25 de febrero de 1778 - Boulogne-sur-Mer, Francia, 17 de agosto de 1850) fue un militar argentino cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de Argentina, Chile y el Perú. Junto con Simón Bolívar es considerado uno de los libertadores más importantes de Sudamérica durante la colonización española. En la Argentina tiene el título de Padre de la Patria y se le considera un héroe y prócer nacional. En el Perú se le reconoce como Libertador de aquel país y en Chile su ejército le reconoce el grado de Capitán General.
Su familia
José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, una ex misión jesuítica, situada a orillas del Río Uruguay en la Gobernación de las Misiones Guaraníes del Virreinato del Río de la Plata, en la actual Provincia de Corrientes, el 25 de febrero de 1778.
Su padre, don Juan de San Martín y Gómez, había nacido en la Villa de Cervatos de la Cueza, en la provincia de Palencia, España, y era teniente gobernador del departamento. Sirvió como militar a la corona española y fue el primer teniente gobernador de la Gobernación de las Misiones Guaraníes con sede en Yapeyú, creada para administrar las treinta misiones jesuíticas guaraníes, luego de que la orden fuera expulsada de América por el rey Carlos III en 1767.
Su madre, doña Gregoria Matorras del Ser, era sobrina de un gobernador de la Provincia colonial del Tucumán y conquistador del Chaco. Fue el menor de cinco hermanos: María Elena, Manuel Tadeo, Juan Fermín Rafael y Justo Rufino.
Viaje a España
En 1781, cuando San Martín tenía 3 años, la familia se trasladó de Yapeyú a Buenos Aires. Luego se mudaron a España, embarcando rumbo a Cádiz el 6 de diciembre de 1783. San Martín comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Allí aprendió latín, francés, castellano, alemán, baile, dibujo, poética, esgrima, retórica, matemática, historia y geografía.
Carrera militar
En 1789, a los once años de edad, comenzó su carrera militar en el regimiento de Murcia, mientras estallaba la Revolución Francesa. Luchó en la campaña del norte de África combatiendo a los moros en Melilla y Orán. En 1797 fue ascendido a subteniente, por sus acciones en los Pirineos frente a los franceses, en 1793. En agosto de ese año su regimiento, que había participado en las batallas navales contra la flota inglesa en el Mediterráneo, se rindió.
Durante el período que sigue luchó con el grado de capitán 2° de infantería ligera en diferentes acciones, en Gibraltar y Cádiz.
En 1808 las tropas de Napoleón invadieron la Península y el rey Fernando VII fue hecho prisionero. Poco después estalló la rebelión contra el emperador y contra su hermano José Bonaparte, que había sido proclamado Rey de España. Se estableció una Junta Central de Gobierno, que actuó primero en Sevilla y luego en Cádiz. San Martín fue ascendido por la Junta al cargo de ayudante 1° del regimiento de Voluntarios de Campo Mayor.
Distinguido por sus acciones contra los franceses, fue ascendido a capitán del regimiento de Borbón. Su principal actuación fue en la gran victoria de la batalla de Bailén, del 19 de julio de 1808, en que tuvo una actuación destacada como ayudante del general Coupigny.
Esta victoria fue la primera derrota importante de las tropas de Napoleón, y permitió al ejército de Andalucía recuperar Madrid. En premio por su actuación, San Martín recibió el grado de teniente coronel y una condecoración con una medalla de oro.
Continuó luchando contra los franceses en el ejército de los aliados: España, Portugal e Inglaterra. Combatió a las órdenes del general William Carr Beresford - el mismo de las invasiones inglesas - en la batalla de Albuera.
En esas campañas conoció a Lord Macduff, un noble escocés que lo introdujo a las logias secretas que conspiraban para conseguir la independencia de América del Sur. Fue allí que hizo contacto por primera vez con círculos de liberales y revolucionarios, que simpatizaban con la lucha por la independencia americana.
Londres
En 1811 renunció a su carrera militar en España. Por intermedio de Lord Macduff obtuvo un pasaporte para viajar a Inglaterra, partiendo el 14 de septiembre de ese año para residir en el número 23 de la calle Park Road en el distrito de Westminster, en Londres. Allí se encontró con compatriotas de la América española: Carlos María de Alvear, José Matías Zapiola, Andrés Bello y Tomás Guido, entre otros.
Según algunos historiadores, aquellos formaban parte de la Gran Reunión Americana, sociedad de presuntas filiaciones masónicas, fundada por Francisco de Miranda quien, junto con Simón Bolívar, ya luchaba en América por la independencia de Venezuela.
Hay quienes opinan que, ya dentro de la hermandad, se relacionó con políticos británicos que le hicieron conocer el Plan de Maitland, una estrategia para que América se liberara de España. Cabe destacar que esta teoría, aceptada en varios círculos, es rechazada en otros tantos.
Actuación en el Río de la Plata
Regreso a Buenos Aires
En enero de 1812 San Martín se embarcó hacia Buenos Aires en la fragata inglesa George Canning. Fue recibido por los miembros del Primer Triunvirato, quienes le reconocieron su grado de teniente coronel. El 16 de marzo le pidieron que creara un cuerpo de caballería, que llamó Regimiento de Granaderos a Caballo, para custodiar las costas del río Paraná. Durante el año 1812 se ocupó de instruir a la tropa en las modernas técnicas de combate que conocía por su extensa actuación europea contra los ejércitos de Napoleón.
Junto con Carlos María de Alvear, fundó a mediados de 1812 una filial de la Logia de los Caballeros Racionales, que rebautizó con el nombre de Logia Lautaro.[1] El nombre fue tomado del cacique araucano que se sublevó en el siglo XVI contra los españoles. La sociedad estaba formada como las logias masónicas de Cádiz y de Londres, similar a la que en Venezuela tenía como miembros a Francisco de Miranda, Simón Bolívar y Andrés Bello. Su objetivo era "trabajar con sistema y plan en la independencia de la América y su felicidad". Sus miembros principales, además de San Martín y Alvear, eran José Matías Zapiola, Bernardo Monteagudo y Juan Martín de Pueyrredón.
En octubre de 1812, cuando llegó a Buenos Aires la noticia de la victoria del Ejército del Norte en la batalla de Tucumán, comandado por Manuel Belgrano, San Martín dirigió un movimiento preparado por la Logia, con el objeto de derrocar al gobierno, al cual juzgaban poco decidido por la independencia. Bajo la presión de los cuerpos armados y del pueblo, se nombró el Segundo Triunvirato constituido por Juan José Paso, Nicolás Rodríguez Peña y Antonio Álvarez Jonte. Se exigió, además, llamar a una Asamblea Suprema de delegados de todas las provincias, con el fin de declarar la independencia y dictar una constitución[2].
El 12 de noviembre de 1812, a los 34 años, contrajo matrimonio con María de los Remedios de Escalada, de 15 años, a pesar de la oposición de la familia de ésta, quien lo consideraba un "soldadote".[3]
Combate de San Lorenzo
La primera acción militar de San Martín y su recién creado regimiento de granaderos a caballo, estuvo dirigida a frenar las incursiones de los realistas en las las costas del río Paraná, principal afluente del Río de la Plata y vía de comunicación estratégica para la región.
San Martín se instaló con sus tropas en el convento de San Carlos, posta de San Lorenzo, en el sur de la provincia de Santa Fe. El 3 de febrero de 1813 y ante el desembarco de 300 españoles, se libró el Combate de San Lorenzo, casi frente al Convento, a orillas del río.[4]
PARTE DEL COMBATE DE SAN LORENZO SUSCRITO POR EL CORONEL JOSE de SAN MARTIN, AL SUPERIOR GOBIERNO. SAN LORENZO, 3 de FEBRERO de 1813:
Exmo Señor. Tengo el honor de decir a V.E. que en el día 3 de febrero los granaderos de mi mando en su primer ensayo han agregado un nuevo triunfo á las armas de la patria. Los enemigos en número de 250 hombres desembarcaron a las 5 y media de la mañana en el puerto de S. Lorenzo, y se dirigieron sin oposición al colegio S. Carlos conforme al plan que tenían meditado en dos divisiones de a 60 hombres cada una, los ataques por derecha e izquierda, hicieron no obstante una esforzada resistencia sostenida por lo fuegos de los buques, pero no capaz de contener el intrépido arrojo con que los granaderos cargaron sobre ellos sable en mano: al punto se replegaron en fuga a las bajadas dejando en el campo de batalla 40 muertos, 14 prisioneros de ellos, 12 heridos sin incluir los que se desplomaron, y llevaron consigo, que por los regueros de sangre, que se ven en las barrancas considero mayor número. Dos cañones, 40 fusiles, 4 bayonetas, y una bandera que pongo en manos de V.E. y la arrancó con la vida al abanderado el valiente oficial D. Hipolito Bouchard. De nuestra parte se han perdido 26 hombres, 6 muertos, y los demás heridos, de este número son: el capitán D. Justo Bermúdez, y el teniente Manuel Díaz Velez, que avanzándose con energía hasta el borde de la barranca cayó este recomendable oficial en manos del enemigo.El valor e intrepidez que han manifestado la oficialidad y tropa de mi mando los hace acreedores a los respetos de la patria, y atenciones de V.E.; cuento entre estos al esforzado y benemérito párroco Dr. Julián Navarro, que se presentó con valor animando con su voz, y suministrando los auxilios espirituales en el campo de batalla: igualmente lo han contraído los oficiales voluntarios D. Vicente Mármol, y D. Julián Corvera, que á la par de los míos permanecieron con denuedo en todos los peligros. Seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos moradores.
Dios guarde a V.E. muchos años. San Lorenzo febrero 3 de 1813.Coronel José de SAN MARTÍN
Dado que existían aún sospechas sobre la fidelidad a la causa independentista por parte del recién llegado San Martín, él decidió avanzar al frente de la reducida tropa de granaderos a caballo, al estar así expuesto, su caballo fue mortalmente herido y San Martín, aprisionado bajo su cabalgadura, casi fue ultimado por un realista, salvándole la vida un soldado raso que antepuso su cuerpo, tal soldado (Juan Bautista Cabral) fue el que recibió el bayonetazo; tras esto San Martín le ascendió post mortem, con lo que es actualmente conocido como el sargento Cabral.
Esta batalla, que por la cantidad de combatientes de ambos bandos podría parecer secundaria, permitió alejar para siempre a la flotas realistas que merodeaban por el río Paraná, saqueando las poblaciones.
Ejército del Norte
Plantilla:Infobox mandatario Luego de esta victoria, San Martín fue designado para hacerse cargo del Ejército del Norte, donde debió reemplazar al General Manuel Belgrano. Según la tradición, el encuentro entre los dos próceres se efectuó en la posta de Yatasto, en la provincia de Salta. Este hecho es conocido como "El abrazo de Yatasto". Desde su reciente cargo de Mayor General del Ejército Auxiliar del Perú debía reorganizar un ejército deshecho por las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma.
Al poco tiempo de encontrarse San Martín en Tucumán, llegó a la conclusión de que era imposible llegar por el camino del Alto Perú hasta Lima, que en ese momento era el centro del poder realista. Cada vez que un ejército realista descendía del altiplano hacia los valles de la provincia de Salta era derrotado, y cada vez que un ejercito patriota ingresaba en el Alto Perú, era también aniquilado.
Fue entonces que el General concibió la idea, que luego realizaría con éxito, de cruzar la Cordillera de los Andes y atacar la ciudad de Lima desde el mar. Para mantener segura la frontera del norte, pensaba San Martín, bastaban las tropas irregulares salteñas al mando del general Martín Miguel de Güemes, a quien encargó la defensa de la frontera norte y comenzó a preparar una futura estrategia militar.
Dejó brevemente el mando del ejército al general Francisco Fernández de la Cruz, retirándose a Saldán, provincia de Córdoba, para reponerse de una úlcera estomacal. Allí mantendría conversaciones con su amigo Tomás Guido, en las que lo convencería de la necesidad de independizar la región desde Chile.
Gobernador de Cuyo
En 1814 el Director Supremo Gervasio Antonio de Posadas lo nombró Gobernador de Cuyo, con sede en Mendoza. Para entonces, su plan ya estaba terminado y aprobado, y a partir de ese momento San Martín comenzó los preparativos para la campaña al Perú.
Al poco tiempo de asumir, llegó allí el coronel Juan Gregorio de Las Heras, que había comandado fuerzas argentinas en Chile, y que se había retirado por las desinteligencias de los patriotas. Lo envió de regreso, para intentar ayudar a los patriotas chilenos contra la ofensiva realista, pero éste llegó poco después del desastre de Rancagua, en el que se perdió la independencia chilena. Sólo alcanzó a proteger el cruce hacia Mendoza de miles de refugiados chilenos.
Los chilenos venían divididos en dos bandos irreconciliables, los conservadores bajo el mando de Bernardo O'Higgins, y los liberales bajo el de José Miguel Carrera[5]. San Martín decidió que debía tomar partido rápidamente, y se decidió por O'Higgins. Carrera fue arrestado y luego expulsado de Mendoza.
El plan de San Martín había sido pensado para ser llevado a cabo desde un Chile patriota; con la caída de este país en manos enemigas, el plan parecía destinado a ser desechado. Pero San Martín tomó la decisión de seguir adelante; sólo que primero tendría que liberar Chile.
El 23 de agosto de 1816 nació en Mendoza su única hija, Mercedes Tomasa, quien lo acompañaría en el exilio.
A pesar de la oposición del nuevo director supremo, Carlos María de Alvear, a quien había conocido en Cádiz y que lo había acompañado hasta entonces, se dedicó a organizar el Ejército de los Andes. Reunió en un solo ejército a los refugiados chilenos, a las milicias locales de Cuyo, gran cantidad de voluntarios de su provincia, y varios oficiales del Ejército del Norte. También pidió y obtuvo que los batallones del Regimiento de Granaderos a Caballo, desperdigados en varios destinos, le fueran enviados a Cuyo.
Como el director Alvear intentara someterlo a su autoridad, le envió su renuncia. Alvear envió a reemplazarlo al coronel Gregorio Perdriel, pero los mendocinos lo rechazaron airadamente. De modo que San Martín fue confirmado como gobernador por elección popular.
El 20 de mayo de 1816, Tomás Guido presentaría un documento, su célebre "Memoria", al Director Supremo de aquel entonces, Juan Martín de Pueyrredón, en el que exponía con detalles el plan. Pueyrredón aprobaría y mandaría a ejecutar dicho plan.
Cuando se formó el Congreso de Tucumán, presionó a los diputados cuyanos para declarar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, objetivo conseguido el 9 de julio de 1816.
Para financiar su campaña, además de los cuantiosos aportes de Pueyrredón, obligó a pagar "contribuciones obligatorias” para todos los comerciantes y hacendados. A cambio se les extendía un vale, para cobrarlo cuando las circunstancias lo permitan. En cambio, tuvo muy pocos miramientos para confiscar los bienes de todos los españoles que no se destacaran en la ayuda a la causa de la Independencia.
Formó un gran campamento militar en El Plumerillo, en el noroeste de Mendoza, donde actualmente se encuentra el aeropuerto de la ciudad. Allí formó a sus soldados y oficiales, fabricó armas (sables, fusiles, cañones, municiones y pólvora) y uniformes. Tuvo que ocuparse de engordar mulas y caballos, y fabricar y colocarles herraduras. El jefe de sus talleres, fray Luis Beltrán, inventó un sistema de poleas para pasar los precipicios con los cañones y otro de puentes colgante, ambos transportables. La sanidad del ejército estaba en manos del cirujano inglés James Paroissien. El coronel Álvarez Condarco se encargó de realizar los planos de los distintos cruces de la Cordillera de los Andes.
Antes de iniciar la marcha, reunió a los caciques mapuches y les pidió permiso para invadir Chile a través de sus tierras. Alguno de estos caciques le hizo confidencias de esto al gobernador realista en Chile, Casimiro Marcó del Pont, por lo que éste creyó que el grueso del ataque sería por el sur, lo que le llevó a dividir sus fuerzas.
Contrariamente a lo pretendido por Pueyrredón y sus partidarios, entró en correspondencia con José Gervasio Artigas y dedicó el esfuerzo bélico a las campañas emancipadoras en Chile y en Perú. Por este motivo los unitarios, en particular Bernardino Rivadavia, llegaron a acusarle de "traidor".
Expedición Libertadora a Chile
El Cruce de Los Andes
El 12 de enero de 1817 se inició el Cruce de los Andes en dirección a Chile. El Ejército de los Andes fue uno de los dos grandes cuerpos militares que la provincia de Cuyo desplegó en la Guerra de Independencia Hispanoamericana; contó inicialmente con 4.000 hombres y 1.200 milicianos de tropa de auxilio para conducción de víveres y municiones.
El Ejército se dividió en seis columnas: cuatro secundarias, cuyo objetivo era distraer a las fuerzas enemigas y provocar movimientos favorables a la Revolución en zonas alejadas de la capital, Santiago de Chile, entre ellas la dirigida por Ramón Freire hacia Chillán, que llegó unos días antes que las demás y convenció al gobernador realista que el ataque principal sería por el sur.
Las dos columnas principales, que concentraban el grueso del Ejército, eran comandadas por el capitán general San Martín. Para acometer contra las tropas realistas asentadas en el actual territorio chileno, la primera debía atravesar la Cordillera por el paso de Los Patos, al mando del general O'Higgins. La segunda columna estaba bajo el mando del general Las Heras, y debía marchar por el paso de Uspallata (actual Paso de la Cumbre), conduciendo todo el parque y la artillería, cuyo transporte era considerado imposible por el camino más escabroso de Los Patos.
Las dos debían reunirse en el valle del Aconcagua, mientras que efectivos menores dispersaban las fuerzas enemigas, induciéndolas a engaño respecto del avance de la agrupación principal.
Las dos columnas principales estaba formadas por 3.500 soldados, cien baqueanos, mil caballos, diez mil mulas (de las que llegaron cuatro mil), treinta cañones, casi un millón de cartuchos de fusil, varias toneladas de pólvora, y alimento para todos los hombres y animales para un mes de marcha.
El cruce fue verdaderamente épico: no sólo cruzaron una de las cadenas montañosas más altas del mundo (Las Heras registró que cruzó el paso de la Cumbre, de 3.500 metros, ¡a las tres de la mañana!), sino que lo hicieron por un desierto que en parte no tenía siquiera agua. El único medio día de descanso que tuvieron fue durante una tormenta de granizo que los obligó a detenerse.
Varias pequeñas batallas jalonaron el avance: Potrerillos, Achupallas y Las Coimas.
La Independencia de Chile
Plantilla:Infobox mandatario Las fuerzas de Las Heras, de O’Higgins y de Soler se reunieron el 8 de febrero en el Campamento de Curimón. Ante las noticias del avance del jefe realista, Coronel Rafael Maroto, hacia las casas de Chacabuco, San Martín ordenó el avance y el 12 de febrero se libró la Batalla de Chacabuco. El Ejército de Los Andes obtuvo la victoria sobre los realistas, y hubo 500 muertos y 600 prisioneros. Los patriotas tuvieron que lamentar sólo 12 bajas.
El gobernador Casimiro Marcó del Pont huyó hacia el sur, pero fue capturado por el capitán José Félix Aldao, de larga trayectoria posterior.
El 18 de febrero se convocó a un Cabildo Abierto que propuso a San Martín como Director Supremo de la naciente república, pero éste rechazó el ofrecimiento para evitar sospechas sobre un posible avasallamiento de la Provincias Unidas del Río de la Plata sobre la autonomía de Chile[6]. Dos días después el cabildo nombra finalmente a O'Higgins como director supremo, designación que San Martín avaló.
Días después, San Martín ordenó a Las Heras que persiguiera a los realistas hasta Concepción, pero éste no pudo impedir que se atrincheraran en Talcahuano. O’Higgins intentó capturar esa fortaleza, pero fue completamente vencido. Y para peor, pronto llegaron refuerzos desde Perú para los realistas, al mando del ex gobernador Mariano Osorio.
Mientras tanto, San Martín viajó a Buenos Aires, a pedir más colaboración a Pueyrredón, que debería también formar una escuadra. A su regreso ordenó a sus hombres replegarse hacia el norte, reuniendo unos 8.000 hombres en las afueras de Talca. Allí se produjo el 19 de marzo de 1818 la batalla o sorpresa de Cancha Rayada, donde el ejército unido bajo las órdenes de San Martín fue derrotado cuando realizaba una maniobra nocturna para evitar un inminente ataque. En la oscuridad se generó una gran confusión, ya que tanto realistas como patriotas equivocaron sus posiciones, aquéllos por desconocer el traslado de tropas ordenado por San Martín, éstos por no haberlo completado. Los españoles perdieron 300 hombres, pero quedaron dueños del campo y capturaron el parque, fusiles y 26 cañones (lo que levantó mucho la moral de sus tropas). Los patriotas tuvieron 120 bajas, pero la división a cargo de Las Heras emprendió una retirada ordenada sustrayéndose a la lucha. Así se pudo encolumnar y salvar sus efectivos y su parque de artillería.
La desmoralización hizo su esperado efecto en Santiago, y muchos patriotas escribieron a Osorio pidiendo clemencia, mientras otros huían (entre ellos Bernardo de Monteagudo). Pero San Martín no se dio por vencido, y pronto estaba listo para luchar nuevamente, especialmente gracias a fray Luis Beltrán, que fabricó decenas de miles de balas en pocos días. Y esperó a Osorio en los llanos del río Maipo.
El 5 de abril se vuelven a enfrentar en la batalla de Maipú. Esta batalla se desarrolló en tres etapas. Primero, San Martín decidió desplazar a las fuerzas patriotas linealmente, para atacar a los realistas alineados en la parte alta de una lomada. Formaron un triángulo para atacar con la caballería, la artillería y la caballería chilena y patriota por el sur. Osorio impulsó sus fuerzas por la derecha, pero la izquierda cedió por completo. El ejército realista debió retroceder en desorden, los granaderos persiguieron al galope a las últimas fracciones que se retiraban. El adversario dejaba en el campo de batalla 2.000 cadáveres, cerca de 2.500 prisioneros, todo su armamento y material de guerra. El general O'Higgins, herido durante la batalla, se acercó sin embargo montado en su caballo para abrazar a San Martín. Muchos han relatado esta escena con honda emoción. La victoria de Maipú pasa a la historia como una gran batalla a partir de una maniobra extraordinaria. El parte de la victoria dice así: Acabamos de ganar completamente la acción. Nuestra caballería los persigue hasta concluirlos. La patria es libre, abril de 1818. San Martín.
El gobierno de Chile lo premia con una vajilla de plata y 6.000 pesos, pero el Libertador rechazó ambos regalos diciendo: No estamos en tiempos para tanto lujo.
Con la batalla de Maipú se obtiene definitivamente la victoria sobre las tropas realistas asegurando finalmente la independencia de Chile.
Sin embargo, el Libertador tuvo opositores locales, como los hermanos Carrera, líderes de un sector opositor a O'Higgins, que comenzaron a conspirar. El complot fue descubierto, Juan José y Luis Carrera fueron arrestados, y José Miguel huyó a la Banda Oriental. Poco antes de Maipú, Juan José y Luis Carrera fueron fusilados en Mendoza por orden del gobernador Toribio de Luzuriaga a instancias de Bernardo de Monteagudo[7], que poco después volvería a Chile[8]. Desde entonces, José Miguel Carrera intentaría volver a su país para declarar a traidor a O’Higgins, juzgar a San Martín como criminal y fusilar a sus seguidores.
Preparativos para una nueva campaña
Luego de la emancipación chilena San Martín se trasladó a Buenos Aires para obtener del gobierno un empréstito que permitiera costear los gastos de la Expedición Libertadora del Perú. Pueyrredón le prometió 500.000 pesos pero luego hubo dificultades para cumplir la promesa debido a las luchas internas entre Buenos Aires y los caudillos federales. Entonces San Martín renunció a la jefatura del ejército. Ante este hecho, el Directorio envió a San Martín 200.000 pesos, y junto a la ayuda financiera obtenida de O'Higgins, ambos lograron armar una escuadra, prácticamente comprada en Gran Bretaña, al mando de Alexander Cochrane.
El gobierno de Chile determinó que San Martín sería el comandante en jefe de la expedición, que navegaría bajo bandera chilena. Finalmente San Martín fue designado Brigadier del Ejército de Chile, y posteriormente, Capitán General del mismo.
Cuando se disponía a reanudar la campaña al Perú recibió la orden del Directorio de marchar hacia el Litoral argentino con su ejército para combatir a los federales de Santa Fe y Entre Ríos. San Martín se negó de plano, y ante la insistencia respondió con el silencio. En febrero de 1820, la victoria del partido federal provocó la caída del Directorio de las Provincias Unidas, quedando el país sin gobierno central[9]. Esta situación dejó sin respaldo legal su autoridad, por lo que renunció frente a los oficiales argentinos; pero éstos, dirigidos por el coronel Enrique Martínez, rechazaron su renuncia.
Finalmente, el 20 de agosto de 1820 partía San Martín junto a la expedición desde Valparaíso hacia el Perú. La expedición estaba constituida por alrededor de 4.500 hombres, pertenecientes al Ejército Libertador de los Andes y al Ejército de Chile, de los cuales 1.600 eran marinos. Se embarcaron en ocho navíos de guerra y dieciséis transportes. Tanto entre los soldados como entre los marinos había una amplia mayoría de chilenos, pero la mayor parte de los oficiales de tierra eran argentinos, mientras que los jefes navales eran ingleses.
Independencia y Protectorado del Perú
El 8 de septiembre, el ejército al mando de San Martín desembarcó en el puerto de Pisco haciendo retroceder al ejército realista, que se repliega a la zona de Sierra.
El virrey Pezuela, jefe del ejército realista, tenía bajo su mando a unos 20.000 soldados, distribuidos por todo el virreinato, de los cuales la mayor parte defendía Lima; tratando de ganar tiempo para reunir a todos los soldados, plantea una salida diplomática al conflicto, que finalmente no llegó a ningún acuerdo aceptable para San Martín. Éste envía inmediatamente una división al mando del general Juan Antonio Álvarez de Arenales hacia Lima, por la ruta de la sierra, para propiciar la insurrección de las poblaciones a lo largo de su trayecto. San Martín sigue con la flota y en los primeros días de noviembre desembarca en la localidad de Huacho, donde fortifica su posición e inicia su estrategia para sitiar definitivamente Lima.
El 29 de enero de 1821 se sublevan altos oficiales realistas contra el virrey Pezuela, quien es derrocado y sustituido por el general José de La Serna, que será nombrado virrey del Perú por la corona. El nuevo virrey propone a San Martín nuevas negociaciones diplomáticas, las cuales finalmente fracasan debido a que la propuesta definitiva del General era la independencia del Perú. El sitio de Lima se prolongó por algunos meses y en el mes de marzo arribó al Perú el capitán Manuel Abreu, enviado por el rey de España como emisario pacificador, sin ninguna consecuencia favorable para los independentistas. San Martín decide iniciar una nueva estrategia y envía dos ejércitos, uno al mando del general Guillermo Miller, para desembarcar en las costas del sur y otra al mando del general Arenales, hacia a la sierra.
San Martín deja Huacho y desembarca en Ancón, estrechando el cerco a Lima. A la vez, inicia negociaciones de paz, que se realizan en la hacienda de Punchauca, cerca de Lima, a fines de abril, mediante sus delegados Guido, García del Río y José Ignacio de la Rosa y los del virrey La Serna, Abreu, Manuel de Llano y Mariano Galdiano. Las negociaciones fracasan nuevamente. El alzamiento del regimiento realista Numancia -integrado por venezolanos- a favor de la independencia, le abre las puertas de Lima a San Martín, obligando a La Serna a abandonar la ciudad el 5 de julio, internándose en la sierra.
Gobierno en Perú
San Martín ocupa Lima y reúne a Cabildo Abierto el 15 de julio. El día 28 San Martín declara la independencia y es nombrado Protector del Perú con autoridad civil y militar. Ese mismo año fundó la Biblioteca Nacional del Perú a la cual donó su colección personal de libros y creó la Orden El Sol del Perú. Gobierna el Perú desde el 3 de agosto de 1821 hasta el 20 de septiembre de 1822.
Durante su protectorado recibe una carta del general Antonio José de Sucre, lugarteniente de Simón Bolívar, para la campaña en Ecuador en el que reclama al batallón Numancia, unidad formada en Venezuela en 1813 y enviada al Perú en 1816 por Pablo Morillo, compuesta de venezolanos y neogranadinos que deseaban volver a Colombia[10]. San Martín se niega a perder la excelente unidad y en su lugar envía la división de Andrés de Santa Cruz, en su mayoría compuesto por tropas inexpertas, que participan en las batallas de Riobamba y Pichincha. Entre los días 26 y 27 de julio de 1822 se realiza la Entrevista de Guayaquil, donde se reúne con Bolívar, teniendo como tema principal la liberación del Perú, principal baluarte realista en Sudamérica, cediendo a éste la iniciativa y conducción de la campaña libertadora. Poco después decide retirarse de todos los cargos y volver a su país.
El retiro
Vuelto a Mendoza en enero de 1824, pidió autorización para regresar a Buenos Aires y reencontrarse con su esposa que estaba gravemente enferma. Bernardino Rivadavia, ministro de gobierno del gobernador Martín Rodríguez, se lo negó argumentando que no sería seguro para San Martín volver a la ciudad. Su apoyo a los caudillos del Interior y la desobediencia a una orden que había recibido del gobierno de reprimir a los federales, le valió que los unitarios quisieran someterlo a juicio. [11]
No obstante, como la salud de su esposa empeoraba, decidió viajar a Buenos Aires, donde a su llegada ya ella había fallecido, el 3 de agosto de 1823. La lápida de su sepultura, que aún puede leerse en el Cementerio de la Recoleta, reza: "Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del general San Martín."
Al llegar a Buenos Aires se le acusó de haberse convertido en un conspirador. Desalentado por las luchas internas entre unitarios y federales decidió marcharse del país con su hija, quien había estado al cuidado de su abuela. El 10 de febrero de 1824 partió hacia el puerto de El Havre, Francia. Tenía 45 años y era Generalísimo del Perú, Capitán General de la República de Chile y General de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Luego de un breve período en Escocia, se instalaron en Bruselas y poco después en París. Su única obsesión era la educación de su hija Mercedes. En 1825 redactó las Máximas para Merceditas, donde sintetizaba sus ideales educativos.
Ofreció sus servicios a las autoridades argentinas con motivo de la guerra con Brasil, sólo después de la renuncia de su despreciado enemigo Rivadavia a la presidencia; pero la guerra ya había prácticamente terminado.
En marzo de 1829 intentó regresar a Buenos Aires, aunque no llegó a desembarcar: al saber que había vuelto a estallar la guerra civil, permaneció a bordo de incógnito, aunque fue descubierto. El general Juan Lavalle, antiguo subordinado suyo, había derrocado y fusilado al gobernador Manuel Dorrego, pero ante la imposibilidad de vencer en la contienda, le ofreció la gobernación de la provincia de Buenos Aires. San Martín juzgó que la situación a que había llevado el enfrentamiento sólo se resolvería por la destrucción de uno de los dos partidos. [12] Entonces, respondió a Lavalle que
el General San Martín jamás desenvainará su espada para combatir a sus paisanos
Luego se trasladó a Montevideo, donde permaneció tres meses, para finalmente volver a Europa.
Durante los años en que duró su exilio, San Martín mantuvo contacto con sus amigos en Buenos Aires, tratando de interiorizarse de lo que sucedía en su país. En 1831 se radicó en Francia, en una finca de campo cercana a París. Por esos años tiene lugar su afortunado encuentro con su ex compañero de armas, Alejandro Aguado, marqués de las Marismas, quien, convertido en un exitoso banquero, designó a San Martín tutor de sus menores hijos, con una generosa paga. Tres años más tarde y gracias al dinero ahorrado trabajando con su amigo y a la venta de las fincas con que lo habían premiado el gobierno de Mendoza y el de Perú, San Martín se mudó a una casa que compró en Grand Bourg.[13]
Recibió la visita de varios personajes argentinos, en general jóvenes románticos y liberales, exiliados de su país, como Juan Bautista Alberdi (en 1843) y Domingo Faustino Sarmiento, (entre 1845 y 1848), que viajó a Europa por encargo del gobierno de Chile y se encontró con San Martín en Grand Bourg en varias oportunidades. Hasta sus últimos años mantuvo correspondencia con su gran amigo Tomás Guido, quien le mantenía informado sobre la situación política en Argentina y América.
Testamento y muerte
Fechó su testamento ológrafo en París el 23 de enero de 1844, dejando como única heredera a su hija Mercedes de San Martín, casada con Mariano Balcarce (quien se desempeñaba como embajador argentino en París). Entre sus claúsulas establecía:
- Que Mercedes otorgue a su tía María Elena una pensión hasta su fallecimiento.
- Que a la muerte de María Elena le otorgue una pensión a la hija de ésta, Petronila.
- Que su sable corvo favorito, el de Chacabuco y Maipú, fuera entregado al gobernador porteño Juan Manuel de Rosas, "como una prueba de la satisfacción que, como argentino, he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla[14]."
- Prohibió la realización de funerales y de acompañamientos hasta el cementerio, "pero sí desearía que mi corazón fuese sepultado en Buenos Aires."
- Declaraba como su primer título el de Generalísimo del Ejército del Perú.
En marzo de 1848, al estallar la revolución de ese año en París, se traslada a la ciudad costera de Boulogne-sur-Mer, estableciéndose en una habitación alquilada. Allí falleció a la edad de 72 años, a las tres de la tarde del 17 de agosto de 1850, en compañía de su hija Mercedes y de su yerno.
Sus restos
En 1861 sus restos fueron trasladados a la bóveda de la familia González Balcarce, ubicada en el cementerio de Brunoy, Francia. Posteriormente hubo varios intentos de repatriarlos. Durante la presidencia de Nicolás Avellaneda se creó la Comisión encargada de la repatriación de los restos del Libertador, hecho que finalmente se produjo el 28 de mayo de 1880.
Una teoría sostiene que la Iglesia Católica se habría opuesto a que se depositaran sus restos en la Catedral de la ciudad de Buenos Aires, frente a la Plaza de Mayo, que es donde descansan actualmente. Según la versión, la Iglesia Católica, apoyándose en los cánones apostólicos romanos y en virtud de la supuesta filiación masónica del General San Martín no podría consentir la petición, pues la Iglesia sancionaba la pertenencia a la masonería con la excomunión. Por este motivo no podría ser alojado en un templo consagrado [15]. Tras largas negociaciones se habría alcanzado un acuerdo, en virtud del cual el féretro descansa en un mausoleo fuera de la planta principal de la Catedral, e inclinado con su cabeza hacia abajo, como símbolo de una supuesta condena infernal a la que estarían expuestos los masones según la iglesia. Esta teoría ha sido negada por importantes autoridades sobre el tema, tal es el caso de Jorge Estol, presidente del Instituto Sanmartiniano, que al respecto de la inclinación que presenta el cajón ha dicho que: “El espacio fue construido con menor espacio al que correspondía y cuando llegó el ataúd desde Francia, que tenía doble cobertura, no pudo ser acostado totalmente por un simple error de cálculo”
Reconocido como Libertador de tres naciones, los americanos recuerdan y recordarán siempre de él, lo que está escrito en su tumba: "Triunfó en San Lorenzo, afirmó la Independencia Argentina, pasó los Andes, llevó su bandera emancipadora a Chile, al Perú y al Ecuador."
Máximas para Merceditas
Éstas Máximas para su hija Merceditas le enseñan, en cierto modo, el carácter que debe tener en diversas etapas de su vida:
- Humanizar el carácter y hacerlo sensible aun con los insectos que nos perjudican. Stern ha dicho a una mosca abriéndole la ventana para que saliese: "Anda, pobre animal, el mundo es demasiado grande para nosotros dos..."
- Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
- Inspirarle una gran confianza y amistad, pero unida al respeto.
- Estimular en Mercedes la Caridad con los pobres.
- Respeto sobre la propiedad ajena.
- Acostumbrarla a guardar un secreto.
- Inspirarle sentimientos de indulgencia hacia todas las religiones.
- Dulzura con los criados, pobres y viejos.
- Que hable poco y lo preciso.
- Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
- Amor al aseo y desprecio al lujo.
- Inspirarle amor por la Patria y por la Libertad.
San Martín en la polémica
Masonería
Existen dos teorías en torno a la supuesta filiación Masónica del General San Martín que generaron polémicas durante varios años.
Si bien diversos historiadores, entre los cuales algunos son partidarios de la Iglesia y en cierto modo de tendencia antimasónica, afirman que en ningún momento ingresó en una Logia Masónica regularmente constituida, hay otros que sugieren pruebas que demostrarían lo contrario. Entre los primeros, se argumenta que la totalidad de las Logias con las que mantuvo contacto a lo largo de su vida, principalmente la Lautaro, no eran estrictamente masónicas, sino que habrían sido únicamente grupos revolucionarios que tomaron como base de su organización elementos y símbolos masónicos que serían funcionales a su carácter de Sociedad Secreta[16]. Los documentos, no obstante, demuestran que se trataría de una Logia Operativa, no en el sentido literalmente constructivo como es el caso de las cofradías medievales, sino que ostentaría objetivos revolucionarios.
Por su parte, el historiador Emilio J Corbiere, señala que José de San Martín dio sus primeros pasos en la masonería iniciándose en la Logia Integridad de Cádiz, luego pasaría a formar parte de la Logia Caballeros Racionales Nº 3, donde, el 6 de Mayo de 1808, le será otorgado el 3º Grado de la masonería simbólica, accediendo de este modo al título de Maestro Masón. Tras renunciar a su carrera militar en España, viajó a Inglaterra donde se reunió con Carlos María de Alvear, un reconocido miembro de la Logia Lautaro que trabajaba con la Logia Flor de los Americanos. En una de las Tenidas (o reuniones) se decidió abatir columnas y regresar a suelo americano para llevar a cabo la campaña que allí se habría gestado. Mientras tanto, Simón Bolivar era iniciado por Francisco de Miranda. Al poco tiempo, San Martín, Alvear y Zapiola obtenían el Grado 5º.
Poco después de su llegada, en 1812, junto a sus Hermanos Masones Carlos María de Alvear y José Matías Zapiola funda un Triángulo Masónico que constituiría la base de la futura Logia Lautaro. En ese entonces la Orden ya estaba implantada, con la Logia Independencia que funcionaba desde 1795, pues su llegada al Río de la Plata data de finales del Siglo XVIII, con una importante influencia de la masonería española y no así de la inglesa, como se creyó en un momento. Con el mismo nombre, Independencia, se funda en 1810 una nueva Logia, también conocida como Logia de San Juan, bajo las órdenes del doctor Julián Alvarez que colaboraría enormemente en los comienzos de la Lautaro.
Siguiendo la antigua tradición de adoptar nombres simbólicos o iniciáticos, José de San Martín era conocido entre los lautarinos como Hermano Inaco.
En una carta dirigida al General Guillermo Miller, respondiendo a preguntas concernientes a la Logia de Buenos Aires, San Martín escribe:
"No creo conveniente hable Ud. lo más mínimo de la logia de Buenos Aires. Estos son asuntos enteramente privados, y que aunque han tenido y tienen una gran influencia en los acontecimientos de la revolución de aquella parte de América no podrían manifestarse sin faltar por mi parte a los más sagrados compromisos. A propósito de logias, sé a no dudar, que estas sociedades se han multiplicado en el Perú de un modo extraordinario. Esta es una guerra de zapa que difícilmente se podrá contener, y que hará cambiar los planes más bien combinados".
La Logia de Buenos Aires, de acuerdo a las palabras del investigador y escritor masónico Albert Gallatin Mackey, sería destinada a los Grados Superiores y determinaría las decisiones políticas que deberían ser implementadas.
El General Tomás de Iriarte en sus memorias declara que tanto la Logia Lautaro como la Logia de Julián Álvarez eran masónicas. Sin embargo, Bartolomé Mitre, masón grado 33, escribió en su "Historia de San Martín y la Emancipación Sudamericana" que la Logia Lautaro era una sociedad secreta de carácter netamente político, que no pertenecía a la masonería.
En 1825, en Bruselas, San Martín recibe una medalla masónica con su efigie por parte de la Logia belga La Parfaite Amitié (La Perfecta Amistad), en reconocimiento a su labor desempeñada en la revolución americana. Esta medalla suele ser utilizada para demostrar la pertenencia de San Martín a la masonería, cosa que no está probada documentalmente.
En todo caso, todo parece indicar que si bien es muy probable que San Martín haya sido iniciado en Europa, su relación con la masonería se diluyó con el paso de los años. La polémica seguirá abierta entre quienes defienden un punto de vista y otro, ambas posturas son desde luego respetables y exhiben sus respectivos argumentos.
Por último, cabe destacar que una gran mayoría de las afirmaciones, tanto en pro como en contra de su filiación masónica han carecido de objetividad, tratándose temas de fondo que trascienden la cuestión e incluso proyectándose ideas en contra o a favor de acuerdo a la ideología personal de los investigadores.
Filiación polémica
En 2000, el escritor José Ignacio García Hamilton en su libro Don José expone una versión controvertida acerca del origen mestizo de San Martín. En toda su vida surgieron anécdotas sobre la tonalidad oscura, morena del prócer.
La versión de mestizo se basó en otra del historiador argentino Hugo Chumbita, en donde el general sería hijo del español Diego de Alvear (padre de Carlos María de Alvear) y de una joven guaraní llamada Rosa Guarú. Según Chumbita, Alvear habría entregado a José al matrimonio formado por Juan de San Martín y doña Gregoria Matorras, quienes lo bautizaron dándole su apellido. Para estas afirmaciones Chumbita se basó en un libro de memorias de María Joaquina de Alvear y Sáenz de Quintanilla (1823-1889), hija de Carlos de Alvear quien en sus escritos trataba a San Martín despectivamente de "el indio".
Juan Bautista Alberdi, que trató personalmente con San Martín en 1843, sostuvo que la frecuente descripción como indio no se compadecía con su verdadera apariencia física. [17]
Su lugar en la construcción de la identidad nacional argentina
La figura de San Martín tiene el primer lugar dentro de la versión de la historia que ha circulado en las escuelas argentinas, a través de las cuales se ha conformado la identidad de muchos de los ciudadanos y ciudadanas de este Estado latinoamericano. A San Martín se lo ha considerado "Padre de la Patria", fundamentalmente a través de la ingente obra de Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y de la Emancipación Americana y de la de Ricardo Rojas, El Santo de la Espada. Es por esto que siempre se lo ha considerado argentino, ya que en la explicación mitrista, la nación, el pueblo argentino, existe con anterioridad a la constitución del Estado, es por eso que sin problema se lo podía considerar a San Martín, argentino, e inclusive correntino, pese a haber nacido mucho antes de la Constitución del Estado Argentino y de la Provincia de Corrientes. Desde otras perspectivas historiográficas actuales, se considera que la Nación es una construcción ideológica que sirve de fundamento para la legitimación de los Estados. Es decir, la identidad nacional se da con anterioridad al Estado. Ciertos historiadores como Rodolfo Terragno o Luis Alberto Romero sostienen que tenía a lo sumo un ideal americanista y no una identidad argentina ya que no podía ser parte de algo que aun no existía [18].
Obras sobre San Martín
Libros
Si bien la bibliografía dedicada a San Martín es muy extensa, se pueden mencionar los siguientes:
- Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana - de Bartolomé Mitre
- José de San Martín, El libertador cabalga - de Agustín Pérez Pardella
- Campañas del Libertador General Don José de San Martín - del Instituto Nacional Sanmartiniano (1978)
- El santo de la espada - de Ricardo Rojas
- Don José, la vida de San Martín - de José Ignacio García Hamilton
- Hijos del país, San Martín, Yrigoyen y Perón - de Hugo Chumbita
- Maitland & San Martín- Terragno, Rodolfo H. Universidad Nacional de Quilmes.
- Narrar a San Martín- Martín Kohan, Adriana Hidalgo editora
- El Misterio de San Martín - de Carlos S. McDonell
- La guerra terrestre y la acción continental de la revolución argentina - San Martín y la independencia de Chile – de Leopoldo Ornstein
- Batallas por la libertad – de Pablo Camogli[19]
- Campañas militares argentinas - de Isidoro J. Ruiz Moreno[20]
Películas
Entre las películas argentinas que han retratado en todo o en parte la figura de San Martín se citan las siguientes:
- El santo de la espada, dirigida por Leopoldo Torre Nilson (1970)
- Juan Manuel de Rosas, dirigida por Manuel Antín (1972)
- El general y la fiebre, por Jorge Coscia (1992)
- O'Higgins, vivir para merecer su nombre, de la saga Heroes, UC films (2007)
- Videos publicados por diario Clarín.
Juegos
José de San Martín también forma parte de juegos didácticos:
- Nabuko Generales y Conquistadores, un juego de mesa en el que San Martín aparece entre los más grandes personajes de la historia universal, junto a Julio César, Alejandro Magno, Washington, entre muchos otros.
Notas y Fuentes
- ↑ "Logia Lautaro," Enciclopedia Microsoft Encarta Online 2007
- ↑ Fernández, Alejandro E., Jáuregui, Aníbal y Roldán, Darío, Un golpe militar en el camino hacia la independencia, Revista Todo es Historia, nro. 192.
- ↑ Lapolla, Alberto J. «El origen mestizo del General San Martín». Nuestra América, 2 de enero de 2007. Consultado el 14 de diciembre de 2007.
- ↑ La batalla no ocurrió exactamente frente al Convento, donde hoy se encuantra el llamado Campo de la Gloria, sino algunos cientos de metros más al norte.
- ↑ Esta división entre aristócratas y librales es muy relativa; los jefes de ambos partidos eran de clase alta, y las posiciones que adoptaban sus seguidores no tienen una exacta correlación con las divisiones ideológicas - y menos aún con las actuales.
- ↑ Al parecer, San Martín tenía, efectivamente, orden de incorporar Chile a las Provincias Unidas; pero ni siquiera lo intentó. Varios políticos en Buenos Aires lo censuraron por ello, e incluso hoy en día hay historiadores argentinos (por ej. Juan B. Sejean, San Martín y la tercera invasión inglesa, Ed. Biblos, Bs. As., 1998) que lo critican por no haber agrandado la Argentina contra la voluntad del pueblo chileno.
- ↑ Véase O'Donell, Pacho Monteagudo, Ed. Sudamericana, Bs. As., 2000.
- ↑ Más tarde, sería también acusado de haber ordenado asesinar a Manuel Rodríguez
- ↑ La caída del gobierno central en 1820 significó la desaparición de un gobierno único para toda la Argentina, por lo menos, hasta 1852.
- ↑ Plantilla:Ref-internet
- ↑ Estanislao López, caudillo de Santa Fe, le escribió ofreciéndole llevarlo con sus tropas hasta el centro de la ciudad de Buenos Aires si no le permitieran ir allí. Gianello, Leoncio, Historia de Santa Fe, Ed. Plus Ultra, Bs. As., 1986.
- ↑ La historia le daría la razón a San Martín, la guerra civil continuó indefinidamente, hasta la destrucción definitiva de toda oposición federal y de todo intento de los unitarios de gobernar sin escuchar a las provincias del Interior.
- ↑ Nagore, María del R., Los ingresos de San Martín, Revista Todo es Historia, nro. 361.
- ↑ Se refería al bloqueo al que fue sometida la Argentina desde 1845 hasta 1849 por los gobiernos de Gran Bretaña y Francia. Castello, Antonio E., El gran bloqueo, Revista Todo es Historia, nro. 182.
- ↑ Hubo enfrentamientos primitivos entre la Iglesia y la masonería, que se produjeron entre otras varias cuestiones, por la expulsión de los jesuitas del Río de la Plata.
- ↑ San Martín no fue masón Por Mario Meneghini
- ↑ Yo le creía un indio, como tantas veces me lo habían pintado, y no es más que un hombre de color moreno, de los temperamentos biliosos. Entrevista de Alberdi y San Martín, París, 14 de septiembre de 1843
- ↑ San Martín: ¿espía inglés o patriota?
- ↑ No es una obra dedicada a las campañas de San Martín exclusivamente, pero dedica muchas páginas a las batallas en que participaron San Martín y sus subordinados. Camogli, Pablo, Batallas por la libertad, Ed. Aguilar, Bs. As., 2005.
- ↑ Tampoco se dedica exclusivamente a analizar las campañas de San Martín, pero lo hace en profundidad con una visión actual. Ruiz Moreno, Isidoro J., Campañas militares argentinas, Tomo I, Ed. Emecé, Bs. As., 2004.
Bibliografía
General
- Mitre, Bartolomé (Edición 1990). «Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana». El Tacurú de Corrientes. ISBN 978-950-99585-0-0.
- «Campañas del Libertador General Don José de San Martín». Buenos Aires, Instituto Nacional Sanmartiniano. 1978.
- Zárate, Julio Olmos (2005). «Las Seis Rutas Sanmartinianas». Buenos Aires, Instituto Nacional Sanmartiniano. ISBN -.
Sección Sus restos
- Corbiere, Emilio J. (Edición 2004). «La masonería I - Política y sociedades secretas». Buenos Aires, De Bolsillo. ISBN 987-566-010-8.
- Lappas, Alcibíades (Edición 2000). «La masonería argentina a través de sus hombres». Buenos Aires, Editorial Masónica.
Sección Filiación polémica
- García Hamilton, José Ignacio (2000, 10ª Edición). «Don José, la vida de San Martín». Buenos Aires, Editorial Sudamericana. ISBN 978-950-07-1801-1.
- Chumbita, Hugo (2004). «Hijos del país San Martín, Yrigoyen, Perón». Buenos Aires, Emecé Editores. ISBN 978-950-07-1801-1.
Precedido por: Manuel Belgrano |
General en Jefe del Ejército del Norte 1814 |
Sucedido por: José Rondeau |
Precedido por: ninguno |
Protector del Perú 1821 - 1822 |
Sucedido por: Francisco Xavier de Luna Pizarro |
Precedido por: José Miguel Carrera |
General en Jefe del Ejército de Chile 1817 - 1819 |
Sucedido por: Bernardo O'Higgins |
Precedido por: Marcos Balcarce |
Gobernador Intendente de Cuyo 10 de agosto de 1814-24 de setiembre de 1816 |
Sucedido por: Toribio de Luzuriaga |
Véase también
- Combate de San Lorenzo
- Expedición Libertadora del Perú
- Cruce de los Andes
- Seis Rutas Sanmartinianas
- Desembarco de San Martín
- Logia Lautaro
- Padre de la Patria
Enlaces externos
Encontrá más información de o sobre José de San Martín en: | |
---|---|
Frases célebres en Wikiquote | |
Obras originales en Wikisource | |
Imágenes y contenido multimedia en Wikimedia Commons |