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El período de los [[Reinos Combatientes]], por el contrario, estuvo marcado por las guerras entre los diferentes estados, que acabaron negando la autoridad de la corte Zhou. Tras la muerte del último rey Zhou en [[256 a. C.|256 a. C.]] se prolongó esta situación de guerra constante, el gobierno central perdió poder y se separo en 7 grandes estados; hasta que el Estado occidental de Qin conquistó a los demás.
El período de los [[Reinos Combatientes]], por el contrario, estuvo marcado por las guerras entre los diferentes estados, que acabaron negando la autoridad de la corte Zhou. Tras la muerte del último rey Zhou en [[256 a. C.|256 a. C.]] se prolongó esta situación de guerra constante, el gobierno central perdió poder y se separo en 7 grandes estados; hasta que el Estado occidental de Qin conquistó a los demás.

En china los chinos se masturban con las patas de los perros Boxer


== Era Moderna ==
== Era Moderna ==

Revisión del 01:15 9 sep 2009

Mapa político animado de la historia china: Dinastías.
China, Taiwán y los países ligados a su historia cultural, a saber, Corea, Japón, Mongolia, Vietnam y los territorios adyacentes del Sureste Asiático y Asia Central.

La historia de China, como cronología de una de las civilizaciones más antiguas del mundo con continuidad hasta la actualidad, tiene la dinastias avanzadas en el año 2012 sus orígenes en la cuenca del Río Amarillo, donde surgieron las primeras dinastías Xia y Shang . La existencia de documentos escritos desde muy antiguo han permitido el desarrollo en China de una tradición historiográfica muy precisa, que ofrece una narración continua desde las primeras dinastías hasta la edad contemporánea.

La enorme extensión del territorio ocupado por el estado actual de la República Popular China hace que, inevitablemente, la historia de todo este territorio abarque, en sentido amplio, a un gran número de pueblos y civilizaciones. Sin embargo, el hilo conductor de la narración tradicional de la historia china se centra, en un sentido más restringido, en el grupo étnico de los chinos han, y está íntimamente asociada a la evolución de la lengua china y su sistema de escritura basado en los caracteres. Es esta continuidad cultural y lingüística la que permite establecer una línea expositiva de la historia de la civilización china, que, desde los textos más antiguos del I milenio a. C., como los clásicos confucianos, y pasando por las grandes historias dinásticas promovidas por los emperadores, ha continuado hasta el presente. Los descubrimientos arqueológicos del siglo XX, muy en especial los de los huesos oraculares, que recogen las primeras manifestaciones escritas en lengua china, han contribuido en las últimas décadas a un conocimiento mucho más detallado de los orígenes de la civilización china.

La narración tradicional china de la historia se basa en el llamado ciclo dinástico, mediante el cual los acontecimientos históricos se explican como el resultado de sucesivas dinastías de reyes y emperadores que pasan por etapas alternas de auge y declive. Este modelo del ciclo dinástico ha sido criticado por muchos autores[1]​ por dos razones fundamentales. En primer lugar, por su simplismo, ya que el modelo adopta un patrón recurrente en que los primeros emperadores son heroicos y virtuosos, mientras que los últimos emperadores son débiles y corruptos. Esta visión está sin duda influida por la interpretación de las propias dinastías reinantes, que encontraban en la degradación de la dinastía precedente una legitimación de su propio ascenso al poder. En segundo lugar, el modelo dinástico ha sido también criticado por presentar una visión nacionalista artificial, pues lo que en una interpretación alternativa podría verse como una sucesión de diferentes estados y civilizaciones en un mismo territorio, aparece como una mera alternancia de regímenes de gobierno en el marco imperturbable de una entidad nacional única.

A pesar de estas críticas, el modelo del ciclo dinástico permite ver los acontecimientos históricos que han llevado a la formación de la China actual como una estructura lineal de fácil comprensión, lo cual ha mantenido su vigencia entre los historiadores hasta la actualidad. Otra razón principal por la que el estudio de las dinastías y sus emperadores ha sido fundamental entre los chinos en el análisis de su propia historia es el sistema tradicional de datación de fechas, en que cada emperador establecía sus periodos de reinado como marco para contabilizar los años. Así, el año cristiano de 1700 corresponde en el sistema tradicional chino al año 38 de la era Kangxi, mientras que el año 1750 sería el año 15 de la era Qianlong. Incluso hoy en día, en Taiwán al año 2007 se le designa en contextos formales como año 96 de la República. Este uso de las dinastías y sus emperadores para la propia datación de los años ha hecho imprescindible en la tradición cultural china el dominio de la cronología dinástica para adentrarse en el estudio de la historia.

Prehistoria

Prehistoria de China

Cultura de Longshan.

El territorio que actualmente ocupa la República Popular China ha estado poblado desde hace miles de años. Se han encontrado restos de homínidos que constituyen los antepasados más remotos del hombre. Así lo demuestran los restos hallados pertenecientes al hombre de Renzidong; el hombre de Yuanmou; el hombre de Nihewan; el hombre de Lantian; el hombre de Nanjing o el hombre de Pekín. Posteriormente surgirían otras culturas, como el hombre de Dali; el hombre de Maba; el hombre de Fujian o el hombre de Dingcun.

El Homo sapiens hace su aparición hace unos 40.000 años. Hace unos 10.000 años se empieza a cultivar arroz en el río Yangtsé y poco después mijo en la provincia de Henan. En el VIII milenio a. C. las culturas de la zona del valle del río Amarillo se hicieron sedentarias. Un milenio después comenzaría la domesticación de animales.

Entre el VII y VI milenio a. C. surgen las primeras culturas neolíticas, Peilikan y Cishan, precursoras de la cultura de Yangshao, que se fusionaría con las de Dawenkou y Hongshan para dar lugar a la cultura de Longshan, comienzo de la unidad territorial y política de Llanura del Norte de China.

Era Antigua

Los Tres Augustos y los Cinco Emperadores

Son los gobernantes mitológicos de China anteriores a las primeras dinastías históricas. Existen discrepancias sobre sus identidades. Los tres augustos pudieron ser Fuxi, Nüwa y Shennong y los cinco emperadores el Emperador Amarillo, Zhuanxu, Diku, Tangyao y Yushun.

Dinastía Xia

Extensión territorial de la dinastía Xia.

Según las Memorias históricas de Sima Qian, la primera dinastía china fue la dinastía Xia, que se habría prolongado desde alrededor del año 2100 a. C. hasta alrededor del 1600 a. C. (XXI a de C. - XVI a de C.), y habría ocupado el curso medio del Río Amarillo. Sus 17 soberanos establecieron las sedes del gobierno en lo que hoy son el sur de la provincia de Shanxi y el oeste de la provincia de Henan.

Los nombres de los reyes de la dinastía son nombrados por Sima Qian con los años de reinado de cada uno. Debe tenerse en cuenta, en todo caso, que Sima Qian escribió su obra más de quince siglos después, por lo que sus datos, basados en las tradiciones que llegaron a esa época, deben tomarse con cautela. Ni siquiera hay pruebas concluyentes de que haya existido la dinastía Xia. Luego de poner fín a las catástrofes que provocaron las crecidas anuales del río Amarillo, Da Yu (Huang Di, el Emperador Amarillo), funda la primera dinastía China, con el apoyo de varias tribus, conquista las mejores tierras de China en la parte norte, expulsando a sus oponentes, entre ellos a los antepasados de los actuales Miao; y se transforma en una sociedad esclavista en la que se admitía la propiedad privada. En la dinastía Xia se elaboró el primer calendario Chino; donde se computan los doce meses según la posición de la Osa Mayor, se explicaba sobre la astrología, los meteoros y otros fenómenos naturales, y se determinaba las labores agricolas y sus actividades políticas de acuerdo a cada mes.

Dinastía Shang

Monedas de las épocas Shang y Zhou.

Según el relato de Sima Qian, en el que se basa toda la historiografía china posterior, la segunda dinastía fue la dinastía Shang, que se extendió en el tiempo desde alrededor del 1600 a. C. hasta alrededor del 1100 a. C., otros sostienen que la Dinastía Shang gobernó entre 1766-1045 aC. La existencia de la dinastía Shang también fue puesta en duda por muchos historiadores, en particular los no chinos, hasta que en el siglo XX se produjeron descubrimientos arqueológicos que permitieron comprobar la veracidad de la existencia de muchos de los reyes mencionados por Sima Qian. Los reyes de esta dinastía practicaban artes adivinatorias utilizando los llamados huesos oraculares, omóplatos de buey y caparazones de tortuga, sobre los que inscribían textos en los que se expresaba el resultado del ritual de adivinación. Estos textos inscritos en los huesos oraculares son la forma más antigua conocida de la escritura china (甲骨文 jiǎgǔwén). La confirmación arqueológica de la existencia de los reyes Shang que mucho más tarde mencionaría Sima Qian confirma la meticulosidad con que los chinos registraban el paso del tiempo y los acontecimientos. Esto hace verosímil que también la dinastía Xia haya tenido existencia real.

La dinastía Shang tuvo su capital cerca de la actual ciudad de Anyang, en el Valle Juang He, el reino Shang era una sociedad altamente desarrollada, gobernada por una clase hereditaria de aristócratas. El reino en sí no constaba de un territorio consolidado, sino más bien de una suerte de red de ciudades que respetaban la autoridad del rey. Estas ciudades que compartían cultura vivían junto a otros pueblos que no formaban parte del mundo Shang. Precisamente uno de estos pueblos, procedente de una ciudad de nombre Zhou, derrotó militarmente a los Shang. Tras matar al último rey Shang, el rey de este pueblo ocupó su puesto como soberano, fundando la nueva dinastía Zhou. Estaba dividida en dos clases sociales, la nobleza y los plebeyos, guiados por un sacerdote rey. Realizaron delicadas tallas en jade, tejidos de seda y trabajos en bronce, también durante este período fueron desarrollados los carros de guerra tirados por caballos, y un sistema de escritura; el sistema de escritura Shang usaba más de 3.000 símbolos, tallados en trozos de hueso o caparazón de tortuga. Esta lengua de “oráculo”, evolucionó más tarde en los caracteres usados en el idioma chino. Veneraban a sus ancestros y a un panteón de dioses, practicaban el sacrificio humano y enterraban vivos a los esclavos, en las tumbas de sus amos. La Dinastía Shang terminó cuando una rebelión de esclavos derrocó al último emperador, que se lo consideraba un déspota.

Dinastía Zhou

La dinastía Zhou gobernó China desde 1045-256 aC. En el año 1045 aC, la China Zhou Occidental derrocó a los Shang y estableció de esa forma su propia dinastía. La sociedad Zhou tenía un sistema de clases parecido al de los Shang, con aristócratas y plebeyos, y agregaron la clase esclava. La Dinastía Zhou controlaba solamente partes del norte de China, dividiendo el reino en varios estados, cada uno de los estados estaba controlado por un gobernador local, que hacía cumplir la autoridad central. Pasado el tiempo, estos estados crecieron cada vez más independientes, y el poder de la dinastía se debilitó.

En el año 771 aC, una invasión extranjera forzó a los Zhou a abandonar su capital y trasladarse hacia el este, comenzando el período Zhou Oriental. Las ciudades crecieron, creando una clase comercial que usaba dinero en vez del trueque. La fabricación del bronce alcanzó un pico artístico y técnico; hubo grandes pensadores y filósofos durante este tiempo, tales como Confucio y Lao Tzu y durante este período se produjeron cantidad de grandes libros, incluyendo el I Ching o Libro de los Cambios, el Shijing o Libro de los Poemas, el Shujing o Libro de la Historia, el Liji o Libro de los Ritos, y el Chunqiu o Anales de la Primavera y el Otoño.

Los Zhou establecieron dos capitales principales, una en el oeste, Zhouzong, cercana a la actual Xi'an, y otra en el este, Chengzhou, cerca de la actual Luoyang. La primera fue la capital principal de los Zhou hasta el año 771 a. C. En ese año, la corte se traslada definitivamente a Chengzhou. En la cronología tradicional china se divide a la dinastía en dos partes: Zhou Occidental, hasta 771 a. C., y Zhou Oriental desde 771 a. C. hasta 256 a. C., año en que muere el último rey Zhou.

La época de los Zhou Orientales se puede a su vez dividir en dos partes: El periodo de las Primaveras y los Otoños, que abarca de 722 a. C. a 481 a. C., y el periodo de los Reinos Combatientes, que va desde 480 a. C. hasta 221 a. C. El primer periodo toma su nombre de un libro de anales, cuya recopilación la tradición atribuye a Confucio, en el que los capítulos se delimitaban por el comienzo de la primavera y el otoño. De ahí que los dos caracteres 春秋 (chūnqiú) con que se encabezaban los capítulos asumieran el significado de "anales" y dieran nombre al libro. Esta época fue un periodo en el que los reyes Zhou conservaban una autoridad religiosa como poseedores del mandato del Cielo, y ejercían una autoridad política bastante limitada sobre un número de estados en gran medida independientes. Fue también una época de gran esplendor cultural en la que vivieron y escribieron sus obras algunos de los principales pensadores chinos de la antigüedad como Confucio, Mencio o Zhuangzi.

El período de los Reinos Combatientes, por el contrario, estuvo marcado por las guerras entre los diferentes estados, que acabaron negando la autoridad de la corte Zhou. Tras la muerte del último rey Zhou en 256 a. C. se prolongó esta situación de guerra constante, el gobierno central perdió poder y se separo en 7 grandes estados; hasta que el Estado occidental de Qin conquistó a los demás.

Era Moderna

República de China

Sun Yat-sen, primer Presidente de la República de China.

El 10 de octubre de 1911 se produce el Levantamiento de Wuchang, rebelión contra la dinastía Qing en la actual ciudad de Wuhan, que provoca la Revolución de Xinhai, que acabará con el derrocamiento definitivo del último emperador Qing, Puyi, en 1912.

El líder revolucionario chino Sun Yat-sen, al tener noticia del levantamiento de Wuchang, vuelve a China desde Estados Unidos. Aunque Sun llega a ser nombrado Presidente de la República de China, el país se encuentra dividido, dominado por dirigentes locales, y llega a un acuerdo con el destacado militar Yuan Shikai, que controlaba los restos del ejército Qing en el norte, para que éste sea presidente.

La ambición de Yuan Shikai, que llegaría a autoproclamarse emperador en 1915, hace crecer la oposición a éste. China se encontraba aún dividida, y Sun Yat-sen vuelve del exilio para instalarse en Cantón, desde donde dirige el Kuomintang, el partido político que él había fundado. En Cantón, Sun Yat-sen funda la Academia Militar de Whampoa, en la que se formará el ejército que, bajo el mando de Chiang Kai-shek, sucesor de Sun Yat-sen al frente del Kuomintang, conseguirá conquistar gran parte de China y establecer en Nanjing la capital de la República de China, cumpliendo la ambición de Sun Yat-sen.

Chiang Kai-shek se convierte en presidente de la República y, desde el principio, tendrá que enfrentarse a dos problemas. Por un lado, el Partido Comunista Chino, a pesar de varios periodos de colaboración con el Kuomintang, lucha por establecer un régimen comunista. Por otro lado, el imperialismo japonés presiona a China. En 1931 Japón conquista Manchuria, y establece allí el estado títere de Manchukuo. En 1937 el ejército japonés inicia una invasión a China.

Durante la invasión japonesa, el gobierno de Chiang Kai-shek abandona la capital Nanjing, ocupada por Japón, y se repliega al interior, estableciéndose en la ciudad de Chongqing.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, Japón abandona sus conquistas en Asia, y China recupera Manchuria y Taiwán.

Cuando parecía que el gobierno de Chiang Kai-shek podría ya lograr consolidar la estabilidad de la república, se reanuda el enfrentamiento con los comunistas. Éste se convierte en una guerra civil total a partir de 1947.

En contra de las previsiones, los comunistas logran vencer al ejército de la República. El gobierno del Kuomintang, junto a parte del ejército y muchos de sus simpatizantes, se va a Taiwán, desde donde confiaba en poder reconquistar el continente. Esta situación, sin embargo, acabaría manteniéndose y la República de China continúa existiendo en la actualidad en la isla de Taiwán.

República Popular China

Imagen del presidente Mao en la Puerta de Tian'anmen en Pekín.

El 1 de octubre de 1949, el líder del Partido Comunista Chino Mao Tse-Tung proclama la República Popular China desde la puerta de Tian'anmen de la Ciudad Prohibida de Pekín.

Mao fue el líder máximo de China hasta su muerte en 1976. Su periodo de gobierno estuvo marcado por profundas conmociones sociales y políticas, como las campañas del Gran Salto Adelante o la Revolución Cultural.

Tras la muerte de Mao, el sucesor elegido por éste, Hua Guofeng, no consiguió consolidar el poder, que acabó en manos de Deng Xiaoping.

Deng Xiaoping inició un proceso de reformas económicas y apertura comercial al resto del mundo. Desde entonces, la economía china ha conseguido crecer a un ritmo espectacular. A pesar de estos éxitos económicos, la represión política se manifestó de una manera especialmente trágica en 1989, con la intervención del ejército para acabar con las protestas de la Plaza de Tian'anmen.

Tras la muerte de Deng, su sucesor Jiang Zemin mantuvo el poder hasta que entre los años 2002 y 2004 fue sustituido en todos sus cargos por el actual Presidente de la República Popular China Hu Jintao.

Bibliografía

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  • Ceinos, Pedro (2006). Historia breve de China. Madrid: Silex ediciones. ISBN 978-84-7737-173-1. 
  • Domenach, Jean-Luc (2006). ¿A donde va China?. colección Paidós Historia Contemporanea. Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica. ISBN 978-84-493-1841-2. 
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  • Martinelli, Franco (1975). Historia de China. dos volúmenes. Barcelona: Editorial de Vecchi. 
  • Olle I Albiol, Manel (2005). Made in China: el despertar social, político y cultural de la China contemporánea. colección Imago Mundi. Barcelona: Ediciones Destino. ISBN 978-84-233-3769-9. 
  • VV.AA. (2003). El despertar de la nueva China: implicaciones del ingreso de China en la organización mundial del comercio. Madrid: Asociación Los Libros de la Catarata. ISBN 978-84-8319-169-9. 
Notas
  1. Véase Hansen (2000), p. 9.

Véase también

Enlaces externos