Diferencia entre revisiones de «Asiria»

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Su sucesor fue su hijo [[Salmanasar III]] (858-824 a. C.) cuyo reinado duró treinta y cinco años a lo largo de los cuales llegó a realizar treinta y dos batallas. Venció a Siria e Israel que se habían aliado contra su enemiga Asiria y les obligó a pagar tributo. Existe como testimonio un [[obelisco Negro|obelisco negro]] encontrado en las ruinas de [[Calach]]; en él se representa a [[Jehú]] de Israel besando los pies de Salmanasar; también se encontraron unas placas de bronce batido que se conocen como [[Balawat|Puertas de Balawat]]{{sfn|Asimov|2017|p=106}}<ref >E.Cassin,J.Bottéro,J.Vercotter. ''Los imperios del antiguo oriente. La primera mitad del primer milenio'', pp. 21 y 23</ref>
Su sucesor fue su hijo [[Salmanasar III]] (858-824 a. C.) cuyo reinado duró treinta y cinco años a lo largo de los cuales llegó a realizar treinta y dos batallas. Venció a Siria e Israel que se habían aliado contra su enemiga Asiria y les obligó a pagar tributo. Existe como testimonio un [[obelisco Negro|obelisco negro]] encontrado en las ruinas de [[Calach]]; en él se representa a [[Jehú]] de Israel besando los pies de Salmanasar; también se encontraron unas placas de bronce batido que se conocen como [[Balawat|Puertas de Balawat]]{{sfn|Asimov|2017|p=106}}<ref >E.Cassin,J.Bottéro,J.Vercotter. ''Los imperios del antiguo oriente. La primera mitad del primer milenio'', pp. 21 y 23</ref>
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Hasta mediados del {{SIGLO|VIII||s}} Asiria se vio envuelta en una guerra civil que junto con la peste estaban devastando el país, y muchas de las colonias más septentrionales de Asiria en Asia Menor habían sido arrebatadas por [[Urartu]]. Asiria se debilitaba pero en 746 a. C. el general asirio que se hizo llamar [[Tiglatpileser III]] (744-727 a. C.) se hizo con el poder y la situación cambió de tal manera que el país llegó a alcanzar la categoría de imperio mundial. El nuevo rey no pertenecía a la realeza pero supo ejercer muy bien como tal empezando por adoptar el nombre de Tiglatpileser en recuerdo de [[Tiglatpileser I|aquel que había sido un antiguo conquistador]]. {{sfn|Asimov|2017|p=115 y ss}}
Hasta mediados del {{SIGLO|VIII||s}} Asiria se vio envuelta en una guerra civil que junto con la peste estaban devastando el país, y muchas de las colonias más septentrionales de Asiria en Asia Menor habían sido arrebatadas por [[Urartu]]. Asiria se debilitaba pero en 746 a. C. el general asirio que se hizo llamar [[Tiglatpileser III]] (744-727 a. C.) se hizo con el poder y la situación cambió de tal manera que el país llegó a alcanzar la categoría de imperio mundial. El nuevo rey no pertenecía a la realeza pero supo ejercer muy bien como tal empezando por adoptar el nombre de Tiglatpileser en recuerdo de [[Tiglatpileser I|aquel que había sido un antiguo conquistador]]. {{sfn|Asimov|2017|p=115 y ss}}

Revisión del 19:30 14 jun 2018

Imperio asirio

Imperio

(1270 a. C.) Bandera
(1595 a. C.) Bandera

1813 a. C.-609 a. C.

Bandera (609 a. C.)

Ubicación de Asiria
Ubicación de Asiria
En rojo, la región original de Asiria. En naranja, en tiempos de Assurbanipal (668-627 a. C)
Capital Assur, Nínive
Idioma principal El acadio, con sus dos variantes: el asirio y el babilonio.
Otros idiomas Arameo, Cananeo, Neoegipcio
Religión Politeísta, siendo Assur su dios principal.
Gobierno Monarquía
Historia
 • Establecido 1813 a. C.
 • Disuelto 609 a. C.

Asiria fue un imperio de la antigüedad situado en el suroeste asiático, que ocupaba el norte de la antigua Mesopotamia en el valle del río Tigris, mientras Babilonia ocupaba la parte sur. Sus límites fueron: al norte una extensión de terreno en terrazas hasta llegar a la región armenia; al sur Caldea; al este la Media y los montes Zagros; al oeste Siria y la llanura de Mesopotamia.[1]​. También fue conocido como Subartu y, tras su declive, como Athura, Syria (griego antiguo), Assyria (latín) y Assuristan.

La ciudad más importante se hallaba a orillas del Tigris, en el altiplano de caliza de la Alta Mesopotamia, al lado del templo de su principal divinidad Assur; la ciudad tomó el nombre de Assur o El-Assur (Al-Shargat) dando lugar al nombre del país: Asiria. Otras ciudades importantes fueron Nínive (destruida en 612 a. C. (sobre gran parte de sus ruinas se asienta Mosul), Harrán, Calakh y Dur Sharrukin (actualmente Jorsabad). Assur llegó a ser la capital del imperio en el siglo xiii a.C.[2]

Geografía

El territorio donde se asentaron los asirios era una extensa llanura aparentemente lisa pero interrumpida en algunas zonas por terreno ondulado y por el afloramiento de algunas rocas grises. Tenían tierra fértil en las riberas de los ríos pero además consiguieron mantener huertos y sembrados gracias a un sistema de riego por canales que llevaban agua tomada de los ríos.[3]

El clima de la parte baja de esta región era seco y agobiante. En la comarca se producía el cereal (sobre todo trigo); no había árboles. En los valles de los afluentes del Tigris crecían los bosques de nogales, plátanos, encinas y sicomoros. Durante tres meses había lluvia abundante y a veces incluso nieve en las montañas. En el término se encontraban las magníficas canteras de arenisca blanda, alabastro fácil de trabajar y sacar lajas, y mármol. En las montañas del noreste se encontraban las minas de hierro, cobre, plomo y plata. Contaban con una abundante fauna de animales salvajes en las llanuras del desierto: leones, leopardos, avestruces, gacelas; en las montañas podían encontrase osos, gamos y rebecos.[3]

Historia

Antecedentes históricos

Oriente Medio hacia 2300 a. C.

Entre las cuencas fluviales de los ríos Eúfrates y Tigris fueron apareciendo los primeros asentamientos de nómadas semíticos que conquistaron la región y desarrollaron una gran cultura. Por los años 3000 a. C. surgieron muchas poblaciones pequeñas que fueron evolucionando a ciudades estado, establecidas en una tierra fértil que con el tiempo se conocería como Mesopotamia. La historia de estas ciudades estado se desarrolló formando dos nuevos imperios: Babilonia en el sur y Asiria en el norte junto al río Tigris y en su centro la ciudad de Assur. Durante el III milenio a. C., la región de Asia Occidental estuvo bajo la influencia de la civilización sumeria establecida en la llanura sur de Mesopotamia. Con los sumerios se inició la escritura sobre tablillas de barro que se cocía y se conservaba como un registro que comprendía diversos temas. Al crear la escritura los sumerios crearon el concepto de Historia.[4]​.

Gracias al gran invento de la escritura y sus consecuencias Sumeria adquirió un gran poder y las regiones del norte de Mesopotamia quedaron más atrasadas en cuanto a cultura y civilización y tuvieron que someterse a los sumerios.[5]​. Es posible que algunos colonos sumerios se desplazaran hacia el norte del río Tigris tras una hipotética catástrofe climatológica y allí fundaran la ciudad de Assur que dio nombre a toda la región. Fue entonces el nacimiento de Asiria.[6]​.

Con la llegada del pueblo nómada de los acadios por el sur de Mesopotamia y el gobierno de su rey llamado Sargón ambos pueblos (sumerios y acadios) se fusionaron. Los acadios adoptaron la cultura sumeria dando lugar a una cultura sumero-acadia. Después el prestigio de la lengua acadia empezó a tomar importancia mientras se iniciaba la decadencia de la lengua sumeria.[7]​.

Sargón I de Acad murió c. 2215; llegó a dominar Sumer, Acad y Asiria. Su nieto Naram-Sin, llamado "rey de las cuatro partes del mundo" continuó la labor de su abuelo y llevó a su pueblo hasta lo más alto. Después de su muerte se fue sucediendo la llegada de los nómadas conquistadores, pueblos que estuvieron siempre a la expectativa hasta encontrar el momento propicio de irrumpir y guerrear.[8]​ Así sucedió la embestida de los Guti desde los montes Zagros, la supremacía de los elamitas más tarde hacia el año 2000, y de los semitas llamados amurro o amorreos procedentes de Siria que conquistaron casi todo el territorio de Mesopotamia incluida Asiria.[9]

Muchos de estos pueblos nómadas del norte de Mesopotamia, conquistadores, se fueron uniendo hacia el 1500 a. C. hasta constituir un reino llamado Mitani (o Mitanni) que llegó a ser una gran potencia.[10]​ Incluso Asiria se vio obligada a rendir tributo a pesar de que su vieja monarquía seguía sosteniéndose. Tal situación se prolongó hasta que subió al trono el asirio Ashur-uballit I (1365 a. C.-1330 a. C.) que invadió y saqueó la capital del reino mitani en un momento de su historia en que ya se encontraba debilitado. Con este rey se inició la fuerza y el poder de Asiria.[11]​. Entre 1318 y 1050 los asirios organizaron su imperio, el llamado en la historiografía «imperio medio asirio».[12]

El pueblo asirio

Eran de la misma raza que el pueblo caldeo que habitaba más al sur, es decir, semitas. Se desconoce la composición étnica de los primeros asentamientos prehistóricos pero se cree por los estudios realizados que tal vez pertenecieran a un pueblo conocido como subarios que hablaban una lengua aglutinante. Después llegarían los nómadas semitas que al conquistar la región cambiarían dicha lengua por la suya flexiva que era muy parecida a la babilonia, hablada en tierras caldeas. También la escritura asiria era muy parecida a la escritura cuneiforme de Babilonia. Escribían sobre tablillas de arcilla.[13]

En el siglo VII a.C., este pueblo era ganadero y agricultor. Construían como vivienda unas chozas de arcilla bien compactada, algunas bastante grandes, con cuatro habitáculos y un horno redondo. Sabían tejer y trabajaban la obsidiana y el sílex para fabricar herramientas y otros utensilios. También modelaban muy bien la arcilla, muchos de cuyos objetos han llegado hasta nuestros días. Solían enterrar a sus muertos en flexión, con las rodillas cerca del pecho. No tenían un lugar determinado que utilizasen como cementerio sino que los enterraban en los espacios cercanos a las chozas.

El pueblo asirio obedecía a su rey que a la vez era gran sacerdote del dios Assur. Al principio de su historia estos reyes fueron tributarios de los caldeos (de Babilonia), pero después consiguieron hacerse independientes e incluso llegaron a someter a los reinos de alrededor. El rey era además comandante en jefe del gran ejército que llegaron a tener; en teoría era monarca absoluto, aunque los nobles y gobernantes de las tierras conquistadas asumían casi siempre las decisiones en su nombre. Esta situación fue decisiva en los últimos reinados pues se sucedieron las revueltas e intrigas palaciegas, debilitando de este modo la organización y la administración del Estado que poco a poco fue perdiendo todo poder. Asiria se fue convirtiendo en el centro de un nuevo imperio. Los reyes de los pequeños reinos vecinos no tenían otra opción que declararse súbditos del rey asirio y de pagar a modo de regalo grandes cantidades de oro, plata y piedras preciosas.

Imperio antiguo. Dinastía Amorrea

Entre los años 1814 y 1781 a. C., Asiria alcanzó la categoría de imperio. Fue el primer Imperio asirio, de la mano del amorreo Shamshiadad I hasta que en el año 1760 a. C., Hammurabi de Babilonia derrotó y conquistó a los asirios que pasaron a formar parte del Imperio de Babilonia.

Los amorreos fueron unos nuevos invasores que llegaron del oeste y del sur. Hablaban una lengua semítica tan parecida a la acadia que no les costó nada asimilar ésta cuando se asentaron en Mesopotamia; esta cuestión lingüística fue uno de los motivos para que los amorreos fueran aceptados en lugar de considerarlos extranjeros.[14]

El amorreo Shamshiadad I (1813-1781) se hizo con el poder y creó una dinastía que se mantuvo hasta c. 1726. Su mandato dio lugar a la formación de una Asiria muy fuerte y temida y su dominio se extendió por toda la Mesopotamia septentrional.[15][16]​ Pero a la muerte de este rey subió al trono su hijo Ishme-Dagan (1780-1741 a. C.) que fue derrotado por el rey Hammurabi de Babilonia en 1760 y tuvo que someterse y pagar tributo.[15][17]​ Aun así conservó el trono y la dinastía de Shamshiadad se salvaguardó hasta Asinum (c.1726 a. C.).

Imperio medio asirio o Periodo medio asirio

El siglo XVI a. C. fue un periodo de invasiones y gran confusión por toda Mesopotamia. Asiria se vio bajo el control de unos y otros invasores (los mitani y los hititas sobre todo); pero en el siglo XIV apareció otra figura de gran empuje, el rey Ashur-uballit I que reinó entre 1364 y 1328 a. C; se liberó de sus opresores e incluso llegó a agrandar los límites de sus tierras. Los sucesores de este rey, en especial su nieto Salmanasar I —o Sulmanu-Asarid— (1274-1245 a. C.) ampliaron más las fronteras y supieron enfrentarse a los pueblos de alrededor: urarteos, hititas, babilonios y lullubis.[15]​ Bajo el mandato de Salmanasar (casi treinta años de reinado) Asiria recuperó todo el territorio que había llegado a poseer en tiempos del primer rey amorreo. Las conquistas fueron grandiosas y los botines cuantiosos así como la captura de esclavos que se empleaban en obras de embellecimiento de las dos ciudades importantes: Asur y Nínive. No conforme con la grandiosidad de estas ciudades, Salmanasar fundó a orillas del río Tigris una más que la hizo capital y que recibió el nombre de Calach.[18][19]

Oriente Próximo hacia 1400 a. C.

Tukultininurta I (1244-1208 a. C.) fue su sucesor con cuarenta años de reinado. Sus campañas guerreras llegaron hasta los montes Zagros, hasta las estribaciones del Cáucaso. Por el sur derrotó a los casitas sometiéndoles a tributo, se hizo con el territorio de Elam y debilitó el poder de los hititas. Fue un rey muy prestigioso y afamado en su época, protagonista de poemas épicos.[20]​ A Tukultininurta se le ha llegado a relacionar con Nemrod, el robusto cazador que se menciona en los relatos bíblicos (Génesis 10, 8-11). Murió asesinado por su propio hijo en 1208.[21]

Los Pueblos del Mar

Hacia el año 1200 a. C., una oleada de pueblos procedentes de la península balcánica, conocidos como los Pueblos del Mar fueron los causantes del final del Imperio hitita y del debilitamiento del Imperio egipcio. Uno de estos pueblos, llamado mushki, se asentó al este de Anatolia y fue una constante amenaza para Asiria. Otro pueblo nómada y semita, el arameo, hostigaba continuamente a los asirios por el oeste. Asiria se hizo fuerte y resistió el empuje de estos pueblos, y endureció su ejército que a partir de entonces fue famoso por su crueldad y temido por sus enemigos, de tal manera que al verse amenazados y ante su proximidad no les quedaba más remedio que huir; la gente que quedaba en las aldeas o las ciudades atacadas era masacrada o llevada a Asiria como esclavos. Las ciudades eran saqueadas y después arrasadas, pero no se anexionaban al Estado asirio.[22][15]

Imperio Nuevo Asirio o Neoasirio

Este sistema de lucha y conquista fue variando con el tiempo. A finales del siglo X a. C. los reyes asirios ya anexionaron varios territorios de los arameos que estaban situados al este del río Jabur (en el valle central del Éufrates) y de los de la región de los ríos Gran Zab y Pequeño Zab.[23][15]

A comienzos de este siglo X, en 911 a. C. y bajo el mandato de Adad-nirari II, (911 a. C. - 891 a. C.) Asiria anexionó para sí el estado arameo con todos sus principados creados en la Media Luna Fértil. Durante este periodo los asirios contaron con más suministros de hierro lo que favoreció en gran medida la fabricación de armas y por tanto el fortalecimiento del ejército. El empleo del hierro fue acrecentando y cuando subió al trono el hijo de Adad-nirari llamado Tukultininurta II (891-883 a. C.) con la ayuda del ejército que estaba muy bien equipado con esas armas de hierro consiguió una gran fama guerrera. Asiria fue desde entonces y durante dos siglos el terror de sus enemigos.[23][15]

Fragmentos de las puertas de Balawat del Walters Art Museum

Tan importante como el uso el hierro fue para los asirios el cambio de táctica de guerra y asedio de ciudades. Hasta el momento era muy difícil tomar una ciudad por asalto y por eso el sistema preferido era aislar e impedir la admisión de alimentos lo cual suponía una larguísima espera y el consiguiente debilitamiento por ambas partes. El nuevo sistema de ataque consistió en la invención de nuevas máquinas pesadas y con ruedas, blindadas y protegidas y equipadas con arietes. Los soldados aprendieron su manejo y eran capaces de abrir grandes fisuras en las murallas dando paso a la entrada del resto del ejército. Los sitiados caían así en una trampa de la que no podían salir victoriosos, añadiendo además la imposibilidad de huir. A continuación se desataba el pillaje, el abuso, el saqueo y todo tipo de crueldades. Con Asurnasirpal II (883-859 a. C.), hijo del anterior se emplearon estos métodos de guerra con gran éxito.[24]​Este rey reconstruyó la ciudad de Kalhu y la nombró su capital, en sustitución de la antigua Aššur. La arqueología llevada a cabo en este lugar ha dado un verdadero tesoro en inscripciones halladas en los monumentos, sobre el devenir de este rey. Se sabe de él entre otras cosas que sus campañas bélicas fueron numerosas, devastadoras y brutales.[25][15]

Emisario del rey Jehu u Oseas del antiguo y norteño Reino de Israel, o acaso uno de ellos, rinde tributo ante Salmanasar III. Reconstrucción del segundo registro del Obelisco Negro

Su sucesor fue su hijo Salmanasar III (858-824 a. C.) cuyo reinado duró treinta y cinco años a lo largo de los cuales llegó a realizar treinta y dos batallas. Venció a Siria e Israel que se habían aliado contra su enemiga Asiria y les obligó a pagar tributo. Existe como testimonio un obelisco negro encontrado en las ruinas de Calach; en él se representa a Jehú de Israel besando los pies de Salmanasar; también se encontraron unas placas de bronce batido que se conocen como Puertas de Balawat[26][27]

Siglo VIII
Expansión del Imperio asirio entre 824 a. C. y 671 a. C.

Hasta mediados del siglo VIII Asiria se vio envuelta en una guerra civil que junto con la peste estaban devastando el país, y muchas de las colonias más septentrionales de Asiria en Asia Menor habían sido arrebatadas por Urartu. Asiria se debilitaba pero en 746 a. C. el general asirio que se hizo llamar Tiglatpileser III (744-727 a. C.) se hizo con el poder y la situación cambió de tal manera que el país llegó a alcanzar la categoría de imperio mundial. El nuevo rey no pertenecía a la realeza pero supo ejercer muy bien como tal empezando por adoptar el nombre de Tiglatpileser en recuerdo de aquel que había sido un antiguo conquistador. [28]


Organización territorial Asiria a la muerte de Asurbanipal, en verde oscuro se muestran los pahitu/pahutu (provincias), en amarillo los matu (reinos sujetos), en color crema el reino de Babilonia, los puntos amarillos muestran otros reinos sujetos, los puntos negros las provincias de Babilonia, y las letras café provincias que existieron anteriormente


El ejército asirio

Los asirios supieron organizar un gran ejército compuesto por infantería y caballería. Estaba nutrido por militares que se habían educado para la guerra y que se habían especializado en diversos grupos de buenos profesionales: soldados de infantería, arqueros, soldados con espadas (todos estos protegidos por un escudo, casco cónico, coraza de metal), caballeros con lanza y espada corta, zapadores, artilleros con sus máquinas de guerra (carros y arietes). El jefe máximo del ejército era el propio rey que mandaba al frente del Estado Mayor. [29]

Un gran ariete asirio de ruedas con una torrecilla de observación ataca las paredes derrumbadas de una ciudad sitiada, mientras que los arqueros de ambos lados intercambian flechas

Fue el primer ejército conocido que utilizó armas de hierro que tenían siempre preparadas para sus campañas y que eran muy numerosas. En las excavaciones se llegaron a encontrar en una sola habitación de un edificio de Sargón veinte toneladas de estas armas de hierro.[30]

La infantería estaba integrada por arqueros y piqueros que vestían protegiendo el cuerpo con una coraza hecha con trozos de cuero; la cabeza estaba defendida por un casco o yelmo de metal coronado por una cimera (se llama así a la cima del yelmo, generalmente adornada de plumas u otros ornamentos). El escudo era redondo. Empleaban como armas un arco curvado, flechas cortas, lanza y espada también corta.[31][32]​ La caballería contaba con unos caballos de poca alzada y cola ancha. No usaban estribo, ni silla, aunque a veces ponían una manta especial sobre el animal.[33]​ Fue Assurnasirpal II (883-859 a. C.) el primero en introducir en el ejército la caballería que poco a poco fue sustituyendo a los carros, no solo por ser un caballo más fácil de manejar sino por cuestión económica.[34]​ Introdujo además las dos máquinas de guerra las torres de asedio y los arietes móviles.[35]​ Los guerreros más ricos peleaban sobre un carro de guerra de dos ruedas, tirado por dos o tres caballos que iban espléndidamente enjaezados. El carro era muy ligero y estaba cerrado por delante.[33]​ Empleaban también algunas máquinas de guerra como el ariete, que consistía en una viga gruesa que terminaba en una figura de cabeza de ser fantástico y monstruoso. Se daba a la viga un movimiento de vaivén para que la cabeza diese contra el pie de la muralla con el fin de abrir una perforación. Otra máquina era la torre cuadrada, hecha de madera y muy alta para poder dominar la cerca enemiga; los guerreros se trasladaban dentro de este artefacto, que se deslizaba sobre una plataforma con ruedas. Abrían galerías subterráneas que llegaban hasta los muros defensivos y trincheras que situaban frente a la fortaleza.[36]

Grabado del ejército asirio durante el reinado de Tiglatpileser II.

Cuando estaba bien definido el campamento militar lo rodeaban y protegían con un muro construido con tierra. En este recinto se organizaban las tiendas de tela sostenidas por un palo. Se saben todos estos detalles y más gracias a los bajorrelieves encontrados en las excavaciones, en que se pueden ver escenas cotidianas: los soldados dentro de sus tiendas, un soldado preparándose la cama y otro que coloca objetos sobre una mesa.[33]

Cada año por primavera el rey al frente de su ejército emprendía una campaña guerrera que consistía en la invasión de un pequeño reino el entorno. Como primera medida procedían a talar los campos. Si los asirios salían triunfadores demostraban su fiereza y crueldad con una serie de actos que se convirtieron en costumbre por lo que los reyezuelos de estos pequeños reinos optaron por no pelear y en su lugar pagar un tributo. Por lo pronto decapitaban a los enemigos muertos y encadenaban a los prisioneros; algunos llevaban colgadas de su cuello las cabezas decapitadas de sus jefes. La mayoría de estos prisioneros se convertían en esclavos o sencillamente eran ejecutados. Una vez terminada la batalla campal los hombres asirios vencedores entraban en la capital y se dedicaban al pillaje en templos, palacios y casas. Reunían a los ciudadanos junto con los animales y los llevaban al paso de los prisioneros. Recogían el botín de enseres, incendiaban lo que quedaba de la ciudad y emprendían el regreso a casa. A su alrededor solo quedaban campos yermos y desolación. En Asiria repartían el pillaje entre el rey y los guerreros.[37]

Este gran ejército contribuyó a que entre los años 1318 a. C. y 1050 a. C., el Imperio asirio se convirtiera en el primer gran imperio militar de Mesopotamia. Con su gran profesionalidad consiguieron llegar hasta el lago Van en Armenia y por el oeste hasta el mar Mediterráneo. El gran imperio finalizó con la muerte de Tiglatpileser I (1116 a. C.-1077 a. C.).

La industria

Los pueblos de Oriente comenzaron a utilizar el bronce hacia el año 2000 a. C. Fabricaron sus armas con esta aleación, haciéndolas mucho más eficaces. Los hititas propagaron el hierro hacia el siglo X a. C., así es que los asirios en su época de apogeo del siglo VIII a. C. estaban ya bien abastecidos con las nuevas y destructoras armas hechas con este metal que eran más duraderas y proporcionaban mejores resultados.[30]

El algodón o árbol de la lana, se conocía en la India desde tiempos remotos. Fue introducido en Asiria por el rey Senaquerib (hijo de Sargon II), que reinó desde el 705 a. C. al 681 a. C.[30]

Religión

Los dioses eran muy numerosos en todo el territorio de Asiria. Eran muy parecidos a los hombres en muchos aspectos, pero tenían una autoridad ilimitada. Era común a todos los pueblos de esta región el temor a los dioses. Asiria estaba llena de grandes templos donde los sacerdotes ofrecían sacrificios. Había siempre una construcción mayor, un templo que sobrepasaba en altura a los demás, con forma de torre escalonada; es lo que se conoce como zigurat.

La religión en general en toda Asiria no era como la de Egipto, optimista y con esperanza en el más allá. Por el contrario se vivía con un temor permanente y miedo a los espíritus malignos y la muerte era muy temida pues el espíritu del hombre se marchaba a una penumbra eterna donde de ningún modo era feliz.

En Asiria el dios principal era Assur que dio nombre a la región, a la tribu y a una ciudad. El símbolo de Assur era el árbol de la vida, pues él era el dios de la vida vegetal. Más tarde cuando Asiria fue ya un imperio militar, Assur se convirtió en un dios guerrero y se le identificó con el Sol. Su símbolo fue entonces un disco con alas, el mismo que tenían los hititas y que a su vez habían recibido de Egipto. La diosa principal era Ishtar, diosa del amor, de la guerra y la fecundidad. Se le daban las advocaciones de «Primera entre los dioses», «Señora de los pueblos», y «Reina del cielo y la tierra» entre otras.

En la ciudad asiria de Nínive se encontraron unas listas pertenecientes a la biblioteca de Asurbanipal en que se podían contar hasta 2500 nombres de divinidades, entre las que había pequeñas deidades locales. Los dioses mayores que se adoraban en las ciudades eran: Anu dios del cielo, Enlil señor de los vientos y tempestades, Ea señor de las aguas. El dios-sol Shamash era señor de la luz que asegura la vida y permite juzgar las acciones humanas con claridad. Era por tanto el dios de la justicia. Marduk era un dios de Babilonia, pero fue adoptado y adorado en toda Mesopotamia. Llegó a ser un dios universal, dueño del mundo y primero entre los dioses.

Existían además unas criaturas al servicio de los dioses: los genios y los demonios que podían ser tanto benefactores como maléficos. Su misión era proteger o castigar a los hombres. Estos demonios cuando castigaban lo hacían de manera cruel y atormentadora. Podían golpear a los hombres convirtiéndose en fantasmas, hombres de la noche, devoradores de niños, etc.

Arte

Escultura asiria.

El arte asirio (escultura, arquitectura, pintura y cerámica) se conoce a través de las excavaciones y posteriores estudios hechos en Nínive (Mossul) y otras ciudades del norte de Mesopotamia, que formaron parte de la civilización del pueblo asirio. Los arqueólogos que trabajaron en Mesopotamia estudiaron antes las antigüedades asirias que las babilónicas por razones de simple facilidad. Les era más sencillo acceder y seguir el rastro de las excavaciones de la ciudad de Nínive, donde se conservaban los cimientos en piedra casi intactos que en Babilonia, donde abundaba el adobe muy destruido por el paso de los siglos. Después de los estudios exhaustivos de los palacios, templos y trazados de las ciudades asirias fue más fácil para ellos seguir un plan practicado de antemano en ciudades mesopotámicas demolidas y casi totalmente destruidas.[38]

Los verdaderos creadores del arte mesopotámico fueron los antiguos sumerios (pueblo del que tan solo se sabe que su origen no es ni semita (ni siquiera pertenecen a la macrofamilia afroasiática) ni tampoco indoeuropeo ni tampoco elamo-drávida (grupo, este último, al que pertenecían los elamitas, por ejemplo)), quienes poblaron estas tierras hacia el año 4000 a. C. El estilo de estas gentes fue asimilado después (desde el año 3000 al 1500 a. C.) por el pueblo semita de los acadios que también llegó a habitar esta región y se fundió con los habitantes anteriores y fue asimilado igualmente por los babilonios. Entre los siglos XI y VII a. C. el estilo sumerio adquiere pleno desarrollo con la civilización asiria y la neobabilónica.[39]

Véase también

Referencias

  1. Seignobos, 1930, p. 106.
  2. Leick, 2002, p. 239.
  3. a b Seignobos, 1930, p. 101-102.
  4. Asimov, 2017, pp. 32 a 35.
  5. Asimov, 2017, p. 35.
  6. Asimov, 2017, p. 52.
  7. Asimov, 2017, pp. 51 a 52.
  8. Asimov, 2017, p. 55.
  9. Leick, 2002, p. 174.
  10. Leick, 2002, p. 337.
  11. Asimov, 2017, pp. 84 y 88.
  12. Ogg, 1987, p. 24.
  13. Pijoán, 1931, p. 202.
  14. Asimov, 2017, p. 66.
  15. a b c d e f g Enciclopedia Encarta, 2001, p. 3.
  16. Asimov, 2017, p. 68.
  17. Asimov, 2017, p. 69.
  18. Leick, 2002, p. 332.
  19. Asimov, 2017, pp. 89-90.
  20. Asimov, 2017, p. 90.
  21. Asimov, 2017, p. 91.
  22. Asimov, 2017, p. 93.
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Bibliografía

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