Parados: Edgardo Andrada, Carlos Griguol, Aurelio Pascuttini, José Mesiano, Otto Sesana, José Jorge González, Daniel Carnevali; hincados: Enzo Gennoni, Ricardo Palma, Aldo Poy, Adolfo Bielli, Luis Giribet.
La temporada 1967 fue la vigesimoséptima para el Club Atlético Rosario Central participando de los torneos de la Primera División de la Asociación del Fútbol Argentino desde 1939. El plan del presidente Adolfo Boerio comenzó a dar sus frutos, ya que el conjunto auriazul exhibió durante toda la temporada un gran nivel competitivo que lo llevó a ser habitual partícipe de los primeros puestos de la tabla. En este año se produjo un importante cambio en la organización de los torneos de la Primera División: para comenzar a integrar a los equipos de tierradentro, ignorados históricamente por AFA, ya que solo rosarinos y santafesinos tuvieron oportunidad de participar de sus torneos de liga hasta 1966 inclusive, se creó el Campeonato Nacional, mientras que a la continuidad del certamen que se venía jugando se lo denominó Metropolitano. En este último Rosario Central logró protagonismo en su grupo, al punto de quedar fuera de la posibilidad de jugar las semifinales del torneo al caer en la última fecha versus River Plate; en el Nacional, los canallas repitieron las buenas actuaciones y finalizaron en cuarto puesto. A principios de este 1967 desembarcó un hombre que desempeñaría un papel vital en la idea de Boerio de dar un gran impulso futbolístico al club: Miguel Ignomiriello, técnico platense que llegó para coordinar el trabajo de las divisiones juveniles y que al tiempo se hizo cargo de entrenar a la primera. Tomando la base de la temporada anterior, solo se realizaron tres incorporaciones, que fueron el retorno de César Luis Menotti y la llegada del delantero brasileño Alfonso Silva Araujo y un juvenil Roberto Gramajo. Ninguno de los dos primeros tuvo mayor participación, ya que el Flaco solo disputó el Metro y dejó el club por desavenencias con Ignomiriello por la forma de trabajo que éste imponía, mientras que si bien Silva se mantuvo un año y medio en el club nunca logró continuidad; en tanto Gramajo sumaría sus primeros minutos y lograría grandes campañas en los años sucesivos. El nuevo entrenador impuso una mayor disciplina en los entrenamientos y tomó medidas tendientes a mejorar el nivel de profesionalización, tanto en el primer equipo como en inferiores. El once centralista habitual contó un año más con Edgardo Andrada como custodio de su valla; en la zona defensiva, los marcadores centrales fueron José Casares y el juvenil Aurelio Pascuttini, aunque el primero fue perdiendo terreno al no entrar en el gusto futbolístico del técnico, mientras que los marcadores de punta continuaron siendo el Negro González y Otto Sesana; en el mediocampo se asentaron Carlos Griguol (el patrón del equipo), José Agustín Mesiano y Ricardo Palma; en ofensiva se consolidó Aldo Pedro Poy, junto a Adolfo Bielli y otro juvenil, Luis Giribet, con activa participación de Enzo Gennoni y Héctor Pignani, quienes también se desempeñaron en la línea media.[1][2][3]
Visión general de la temporada
Mes de marzo
Tras caer en la jornada inicial del Metropolitano ante Independiente como local, la comisión directiva del canalla le ofrece una vez más a Ignomiriello la conducción del primer equipo, siendo aceptada esta vez por el oriundo de La Plata. Este cotejo fue dirigido por José Minni, quien cumplía un interinato desde mediados del año anterior. El propio Ignomiriello había propuesto semanas antes los nombres de Renato Cesarini, Alejandro Scopelli y Enrique Fernández Viola, pero ante la negativa de estos finalmente accedió a conducir al primer equipo.[4] En su segunda presentación al frente de la Academia, vence a Newell's Old Boys en el clásico por 1-0 en Arroyito con gol de Adolfo Bielli.[1]
Mes de abril
El día 30, tras caer versus Banfield 2-0, cierra su peor etapa del certamen en cuanto a resultados se refiere, ya que entre las fechas 5 y 9 empata sus dos partidos jugados como local y pierde en sus tres visitas.[1]
El día 4 vence nuevamente a Newell's, esta vez en el Parque Independencia; fue por 2-1 y lo hizo por segunda ocasión consecutiva en terreno rival (2-0 en 1966), con tantos de Giribet y Poy (este último también había marcado en aquel triunfo).[1] Al día siguiente se produce la inauguración de la Ciudad Deportiva, sita en Granadero Baigorria, la que actualmente lleva el nombre de Adolfo Boerio, ideólogo y realizador de la obra.[5]
Mes de julio
Tras el nuevo logro en el clásico, Central cosecha una muy buena cantidad de puntos entre las fechas 15 y 21, logrando cuatro victorias (una de ellas en el El Gasómetro ante San Lorenzo de Almagro y otra por goleada versus Chacarita en Villa Maipú) y tres empates, lo que le permite llegar a la última fecha igualado en la primera posición con Platense e Independiente con 26 unidades, teniendo en cuenta que clasificaban dos a las semifinales; Central cayó como local contra River Plate 1-0, mientras que el Calamar ganó su cotejo y el Rojo igualó en el suyo, superando ambos en las posiciones a los canallas.[1] En el partido jugado en Rosario se dio una circunstancia curiosa: el marcador de punta centralista Otto Sesana recibió en los minutos previos al inicio un pelotazo que lo afectó en el tendón de Aquiles de su pierna izquierda, debiendo jugar en su lugar Jorge Ainsa, quien ya había disputado el partido de reserva.[6]
Mes de agosto
El delantero auriazul Enzo Gennoni disputa el que sería su único partido defendiendo la camiseta de la Selección Argentina; en el cotejo de carácter amistoso disputado el día 22 en el Estadio Azteca frente a México convierte el gol de su equipo en la derrota 1-2, a los 62 minutos de juego.[7]
Mes de septiembre
De cara al comienzo del Nacional, Ignomiriello afianzó a un grupo de futbolistas como titulares para afrontarlo, al punto de utilizar solo 14 jugadores para los 15 partidos que disputó Central. Logró un inicio excelente, venciendo en sus cinco primeras presentaciones; además tres de ellas fueron en calidad de visitante, las cuales sumadas las dos últimas conseguidas en dicha condición por el Metro, se constituyeron en la mejor racha del canalla jugando a domicilio por Primera División de AFA hasta ese momento.[1]
Mes de octubre
Dentro del fulgurante comienzo de campaña, Central había derrotado a Chaco For Ever y Central Córdoba de Santiago del Estero, cuadros provenientes del Regional; al tercer equipo de estos que le tocó enfrentar fue San Martín de Mendoza. Lo hizo el día 18 en Arroyito y sorpresivamente el cuadro rosarino sucumbió ante los mendocinos por 2-1; cuando el cotejo ya ostentaba dicho marcador, el delantero visitante Benito Valencia sacó un remate que sobrepasó al Gato Andrada, y que se dirigía a convertirse en el tercer gol de su cuenta personal, pero imprevistamente ingresó al campo de juego un hincha canalla, Orlando Turco Espip (integrante de la llamada Barra del bombo), quien se interpuso a la trayectoria del balón y salvó la caída de la valla de su equipo. Luego salió jugando con la pelota al pie, se acercó al árbitro Bossolino para reclamarle por sus fallos y rápidamente volvió a la tribuna evitando ser apresado por la policía.[8][9]
Mes de noviembre
Entre el 6 y el 12 Central obtiene una sola victoria, con tres empates y dos derrotas, resultados que lo dejan fuera de la posibilidad de pelear por el título.[1]
Mes de diciembre
El día 3 derrota a San Lorenzo por segunda vez en el año como visitante; cabe destacar que hasta 1966, Central había logrado solo tres victorias en 26 visitas a los cuervos. Luego de igualar ante Vélez Sarsfield por la 14.°, cierra el torneo derrotando en Arroyito a Boca Juniors por 2-0 el día 15, con ambos tantos de Enzo Gennoni. De esta forma finalizó compartiendo el tercer puesto con Vélez, quedando relegado respecto de los de Liniers por diferencia de gol. Durante esta temporada revierte la histórica tendencia negativa que tuvo el club en estos torneos jugando como visitante, al obtener 7 victorias, 6 empates y 5 derrotas.[1]