Salmonella

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Salmonella

Microscopía electrónica de Salmonella typhimurium
Taxonomía
Dominio: Bacteria
Filo: Proteobacteria
Clase: Gammaproteobacteria
Orden: Enterobacteriales
Familia: Enterobacteriaceae
Género: Salmonella
Especies

Salmonella (también «salmonela»[1]​ en español) es un género de bacterias que pertenece a la familia Enterobacteriaceae, formado por bacilos Gram negativos, anaerobios facultativos, con flagelos perítricos y que no desarrollan cápsula (excepto la especie S. typhi[cita requerida]) ni esporas. Son bacterias móviles que producen ácido sulfhídrico (H2S). Emplean glucosa por poseer una enzima especializada, pero no lactosa, y no producen ureasa ni tienen metabolismo fermentativo.

Es un agente productor de zoonosis de distribución universal. Se transmite por contacto directo o contaminación cruzada durante la manipulación, en el hogar.

Algunas salmonelas son comunes en la piel de tortugas y de muchos reptiles, lo cual puede ser de cuidado cuando se manipulan este tipo de mascotas a la vez con alimentos.

El hábitat natural de esta especie normalmente es en los intestinos de cualquier tipo de lugar.

Taxonomía

El género Salmonella es de taxonomía difícil, modificada en estos últimos años por el aporte de estudios moleculares de homología de ADN que han clarificado el panorama taxonómico de las enterobacterias.

Para la bacteriología clínica, la Salmonella es un bacilo patógeno primario (como Shigella, Yersinia y ciertas cepas de E. coli), anaerobio facultativo, algunos móviles y no fermentan la lactosa. S. typhi es la única serovariedad que no produce gas en la fermentación de los azúcares.

Clásicamente se distinguían tres únicas especies patógenas primarias: S. typhy, S. cholerae-suis y S. enteritidis. A su vez, según la serotipificación de Kauffman y White, estas se clasificaban en más de 2000 serotipos con base en antígenos flagelares H (proteicos) y antígenos somáticos O (fracción polisacárida del lipopolisacárido bacilar). La S. typhi posee además un antígeno de virulencia (Vi).

El tratamiento taxonómico actual de Salmonella ha simplificado el espectro y reagrupado así todas las cepas (patógenas o no) en dos únicas especies: S. enterica y S. bongori. Esta última (antes subespecie V) no es patógena para el ser humano.

La especie S. enterica tiene seis subespecies (a veces presentadas como subgrupos bajo numeración romana):

  • I enterica
  • II salamae
  • IIIa arizonae
  • IIIb diarizonae
  • IV houtenae
  • V S. bongori, ya incluida en una especie distinta
  • VI indica

Cada subespecie a su vez, se conforma de diversos serotipos, habiéndose identificado hasta la fecha más de 2500. Uno de ellos es S. enterica subsp. enterica (o subgrupo I), que se divide en cinco serogrupos: A, B, C, D y E. Cada serogrupo comprende múltiples componentes o serovariedades (serotipos).

Esta clasificación implica una terminología de uso poco práctico en la clínica bacteriológica; por lo tanto, en términos médicos, la nomenclatura es diferente y simplificada pues se consideran los nombres de los serotipos (serovaridades) de Salmonella como si fuesen nombres de especies. Por ejemplo, "Salmonella enterica subgrupo entérica serotipo Typhimurium", se refiere como "Salmonella typhimurium". Estas denominaciones, aunque menos correctas desde el punto de vista taxonómico estricto, tienen aceptación mundial.

Importancia clínica epidemiológica: las más de 2000 serovariedades de Salmonella pueden agruparse en tres divisiones ecológicas (spp. son subespecies):

  1. Salmonella spp. adaptadas a vivir en el ser humano, entre ellas, S. typhi, S. paratyphi A, B y C;
  2. Salmonella spp. adaptadas a hospederos no humanos, que circunstancialmente pueden producir infección en el hombre, entre ellas, S. dublin y S. cholerae-suis;
  3. Salmonella spp. sin adaptación específica de hospedero, que incluye a unas 1800 serovariedades de amplia distribución en la naturaleza, las cuales causan la mayoría de las salmonelosis en el mundo.

Epidemiología

Véase también: Salmonelosis

La Salmonela recibe su nombre por Daniel Elmer Salmon, un patólogo veterinario estadounidense; aunque fue su colega y contemporáneo Theobald Smith (conocido por su trabajo con anafilaxis) quien descubrió la bacteria en 1885, aislándola de cerdos infectados de cólera.[2][3]​ La salmonelosis entérica suele causarla la Salmonella enterica subespecie enterica, con más de 2000 cepas descritas,[4]​ que cobra importancia en países en desarrollo, donde su incidencia viene en aumento; y en algunos la enfermedad es endémica.[5]

La salmonelosis es una enfermedad de transmisión alimentaria, en especial por alimentos de origen animal; pueden aparecer en brotes en escuelas, guarderías, restaurantes y residencias de ancianos. El período de incubación es por lo general entre 12 y 36 horas, a veces hasta 6 y 48 horas.

El tamaño del inóculo de Salmonella requerido para causar enfermedad sintomática en adultos sanos no está bien establecido. En general, se necesita una inoculación relativamente grande, entre y organismos.[6]​ En un humano voluntario, apenas 25 organismos fueron suficientes para producir la enfermedad. En otro estudio con 12 voluntarios que ingirieron entre 17 y organismos, en más de la mitad de los casos, fueron suficientes menos de 1000 organismos.[7]

Al ser estas bacterias muy poco resistentes a los medios ácidos, no sobreviven en el estómago. Sin embargo, un pH estomacal artificialmente elevado, poco ácido, reduce enormemente el número de organismos necesario para provocar síntomas. Los microorganismos que llegan hasta el intestino se topan con otras dos defensas: la rapidez del tránsito intestinal y la flora bacteriana normal. Los que logran vencer estas defensas, se adhieren a la mucosas y producen bien algún patrón: bien uno secretor (diarrea aguda acuosa), bien uno invasor (enfermedad clínica conocida como fiebre entérica, fiebre tifoidea o fiebre paratifoidea).[6][7]

La salmonella habita normalmente en la superficie de los huevos, la piel de tomates y de aquellos frutos y verduras que tienen contacto con la tierra.

La fiebre tifoidea es otra de las enfermedades que pueden ocasionar las bacterias del género Salmonella. Habitualmente esta enfermedad la provocan cepas de Salmonella enterica susp. enterica serotipo Typhi (Salmonella Typhi). El único reservorio de la Salmonella Typhi es el hombre, de modo que se transmite de persona a persona.[8]

La fiebre paratifoidea tiene ciertas similitudes con la fiebre tifoidea; pero tiene un curso más benigno. Esta enfermedad la suelen producir los serotipos Paratyphi A, Paratyphi B y Paratyphi C. Las infecciones por S. Paratyphi A son comunes en África; la paratifoidea B, más frecuente en Europa, se presenta como una gastroenteritis severa, y la paratifoidea C es una infección rara, generalmente vista en el Extremo Oriente que se presenta como una septicemia.

Microbiología

Salmonella crece con facilidad en agar sangre formando colonias de 2 a 3 milímetros. En laboratorios de microbiología clínica se aísla con medios selectivos —Selenito, Hektoen, SS o XLD— para inhibir el crecimiento de otras bacterias patógenas y de la flora intestinal saprofita. Tienen los siguientes antígenos:

  • Somático O, del lipopolisacárido en la pared celular, termoestable y es la base de la clasificación en subgrupos.
  • Flagelar H, de la proteína flagelina, termolábil, es la base de la clasificación de especies.
  • Envoltura Vi, termolábil, responsable de la virulencia de varias especies patogénicas.

Patogenia

Produce salmonelosis con un período de incubación de entre 5 horas y 5 días, diarrea y dolor abdominal. A través de las heces (excremento) del enfermo se elimina gran cantidad de bacteria, y se presenta fiebre entérica con un periodo de incubación de 7 a 28 días, causante de dolor de cabeza, fiebre, dolor abdominal y diarrea, erupción máculo-papulosa en pecho y espalda. Los enfermos presentan un período de convalecencia entre 1 y 8 semanas y las personas curadas eliminan Salmonella. También puede ocasionar fiebres entéricas o infección intestinal por intoxicación con algunos alimentos. Se reproducen por biparticion.

Virulencia

La Salmonella, al igual que otras bacterias Gram negativas, usa un sistema secretor especializado (denominado tipo III) para inyectar dentro de células eucariotas ciertas proteínas efectoras que manipulan las vías de señalización celular y de la bacteria. Se ha observado la entrega de la proteína SipA a células que debilitan la maquinaria intracelular del huésped y promueven la virulencia en mamíferos en aproximadamente 10 minutos, para dejar a la bacteria virtualmente desprovista de SipA, efectivamente establecer un nicho para su multiplicación intracelular.[9][10]

Profilaxis

La prevención de Salmonella como contaminante de alimentos implica asear eficazmente las superficies de contacto con los alimentos. El alcohol ha sido efectivo como agente desinfectante tópico en su contra, así como el cloro. La comida que contenga huevos crudos debe ser cocinada adecuadamente antes de consumirla.

Cualquier alimento cocinado de manera imperfecta o no cocinado, especialmente en carne, aves, huevos (porque este sale por el mismo conducto de las heces y como la salmonella es una enobacteria, se contamina el huevo, por eso es importante tener prácticas de higiene en la manipulación) y leche, es un buen vehículo de transmisión.

Su tiempo de supervivencia en alimentos a temperatura ambiente es de varios días llegando incluso a los límites siguientes:[cita requerida]

Existen métodos destinados a evitar la proliferación de este género en los alimentos; por ejemplo, destruir la bacteria en los alimentos mediante cocción, evitar la contaminación cruzada durante la manipulación, y almacenar los alimentos a baja o alta temperatura para evitar que aquella prolifere.

Fiebre entérica

Son cuadros en los que la clínica sistémica predomina sobre la digestiva: sudor blanquecino (que suele ser el signo más precoz), cefalea, leucopenia sin eosinofilia, dolor abdominal, esplenomegalia y bradicardia relativa (según temperatura corporal). Se debe a bacterias que penetran la mucosa intestinal intacta (por eso producen escasa clínica a nivel digestivo), alcanzan las placas de Peyer de la submucosa y ganglios linfáticos peridigestivos, y desde ahí pasan al torrente circulatorio, lo que da lugar al cuadro sistémico; a este grupo pertenece la Yersinia enterocolitica (que puede producir dolor en fosa ilíaca derecha y odinofagia), así como Salmonella typhi y para-typhi, que producen la fiebre tifoidea (en definitiva, un tipo de fiebre entérica como la descrita).

El cuadro sistémico descrito se puede acompañar de un exantema macular (roséola tifoidea) en tórax y abdomen (que cede de forma espontánea en pocos días) así como de alteraciones del nivel de consciencia en la fiebre tifoidea (que aparecen sobre todo al inicio de la segunda semana). Puede existir perforación intestinal en un 5% de los casos, complicación que se deberá sospechar en presencia de dolor abdominal brusco y rápida elevación del recuento leucocitario.

El diagnóstico de elección de la fiebre tifoidea es el cultivo, ya sea mediante la obtención de hemocultivos en las dos primeras semanas (es el procedimiento más rentable para el diagnóstico precoz, con mayor rentabilidad en la primera semana) o mediante el cultivo de las heces a partir de la tercera semana. Debido a la aparición de cepas de S. typhi resistentes a diversos antibióticos, el tratamiento recomendado actualmente son las fluoroquinolonas o cefalosporinas de tercera generación (de elección en presencia de bacteriemia). En las formas más graves puede ser útil asociar esteroides. Si bien el cloranfenicol demuestra menor tasa de resistencia y menor incidencia de estado de portador crónico, el riesgo de desarrollo de anemia aplásica idiosincrásica irreversible (en uno de cada 20.000 tratamientos) limita su empleo en nuestro medio. A pesar del tratamiento correcto, la tasa de recaídas en los sujetos inmunocompetentes llega al 10%. 

Además, la salmonela puede quedarse acantonada en el aparato digestivo, sobre todo en la vesícula biliar y más frecuentemente en mujeres con colelitiasis, así crea portadores crónicos que eliminan bacterias continuamente por las heces, lo que tiene gran transcendencia a nivel epidemiológico. La pauta de elección para el portador crónico es el tratamiento prolongado con fluoroquinolonas(ciprofloxacino); en caso de que exista colelitiasis, puede llegar a ser necesaria la colecistectomía. El diagnóstico en general de las diarreas bacterianas se realiza mediante coprocultivo. El tratamiento de la diarrea bacteriana depende de la gravedad del cuadro y del grado de deshidratación que produzca; lo más importante es mantener una adecuada hidratación del paciente; por vía intravenosa en casos graves o por vía oral si es posible (suero de rehidratación oral de la OMS).

Véase también

Referencias

  1. Real Academia Española. «salmonela». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 24 de diciembre de 2014. 
  2. WhoNamedIt.com - Salmonella
  3. WhoNamedIt.com - Daniel Elmer Salmon
  4. Ryan KJ; Ray CG (editors) (2004). Sherris Medical Microbiology (4th ed. edición). McGraw Hill. ISBN 0-8385-8529-9. 
  5. I. Méndez, N. Mossos, D. Mogollón, R. Poutou, S. Máttar. Epidemiological relationships among strains of Salmonella enterica subsp. enterica isolated from humans, poultry and food. Universitas Scientiarium - Revista de la Facultad de Ciencias. Vol. 11, No. 1, 5-13. enero-junio de 2006. [1]
  6. a b Raúl Romero Caballero; Ismael Francisco Herrera Benavente (2002). Síndrome diarreico infeccioso. Ed. Médica Panamericana. pp. 120 ss. ISBN 9789687157993. 
  7. a b Sherwood L. Gorbach; John G. Bartlett; Neil R. Blacklow (2004). Infectious diseases (en inglés) (3ª edición). Lippincott Williams & Wilkins. pp. 623ss. ISBN 9780781733717. 
  8. BRAVO PÉREZ, Rigoberto, PUGA TORRES, Mario Santiago, BARREIRO VIERA, Dionys et al. Presentación de un caso atípico de fiebre tifoidea. Rev Cub Med Mil. [online]. ene.-mar. 2002, vol.31, no.1 [citado 31 octubre de 2007], p.54-57. Disponible en la World Wide Web: [2]. ISSN 0138-6557.
  9. Markus C. Schlumberger, Andreas J. Müller, Kristin Ehrbar, Brit Winnen, Iwan Duss, Bärbel Stecher, and Wolf-Dietrich Hardt. (30 de agosto de 2005). «Real-time imaging of type III secretion: Salmonella SipA injection into host cells.». Proceedings of the National Academy of Sciences. PNAS 102 (35): 12548-12553.  [3]
  10. Citado en: Editors' Choice: Highlights of the recent literature. Science 2 September 2005:Vol. 309. no. 5740, p. 1459. DOI: 10.1126/science.309.5740.1459a. [4]
  • Farreras Valentí P & Rozman C (et al.): Medicina Interna, Harcourt, 2000.
  • Eustaquio Roch U.: Bactereologia y virologia médicas: 1955.

Enlaces externos