Rodrigo de Triana

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Rodrigo de Triana

Homenaje al marinero en el Barrio de Triana, Sevilla.
Información personal
Nombre completo

Juan Rodríguez Bermejo
Rodrigo Bermejo

Rodrigo Pérez Acevedo
Nacimiento

1469
Discutido entre:
• Lepe
• Barrio de Triana, en Sevilla
• Los Molinos, en Sevilla
• Coria del Río

Andalucía. España.
Fallecimiento

1535
¿Islas Molucas, Indonesia

Magreb?, África?.
Nacionalidad Español
Religión Catolicismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Pareja Catalina Muñoz
Información profesional
Ocupación Marinero, vigía.

Rodrigo de Triana fue un marinero español de finales del siglo XV, acompañante de Cristóbal Colón en su primer viaje del descubrimiento de América. Según la historiografía, gritó ¡tierra! cuando avistó el que luego sería el Nuevo Mundo.

Nacimiento y procedencia

Lugar de nacimiento

Existen dudas acerca del lugar de nacimiento de Rodrigo de Triana. Sin embargo, las principales hipótesis apuntan a que pudo haber nacido en Lepe (Huelva), Triana (Sevilla) o Coria del Río (Sevilla).

Lepe

El diario de a bordo de Cristóbal Colón menciona que un marinero ve tierra a las 2 de la mañana, afirmando posteriormente que el que primero ve tierra es Rodrigo de Triana.

Gonzalo Fernández de Oviedo señala el municipio onubense de Lepe como el lugar de nacimiento de la persona que avistó América, viendo lumbres, osease, candelas en la costa, en la noche, en Historia General y Natural de las Indias de 1535. La obra atribuye a Rodrigo de Triana el avistamiento de América al amanecer.

El primer volumen de La historia de las Indias y conquista de México (el nombre de la obra varía según la edición), publicado en 1552 y escrito por Francisco López de Gómara posee información referente al origen del marinero.

En el capítulo XVI: El descubrimiento de las Indias que hizo Cristóbal Colón, se lee:

Prosiguió su camino, y luego vio lumbre un marinero de Lepe y un Salcedo. A otro día siguiente, que fue 11 de octubre del año de 1492, dijo Rodrigo de Triana: "Tierra, tierra", a cuya tan dulce palabra acudieron todos a ver si decía verdad; y como la vieron, comenzaron el Te Deum laudamus, hincados de rodillas y llorando de placer. Hicieron señal a los otros compañeros para que se alegrasen y diesen gracias a Dios, que les había mostrado lo que tanto deseaban. Allí viérades los extremos de regocijo que suelen hacer marineros: unos besaban las manos a Colón, otros se le ofrecían por criados, y otros le pedían mercedes. La tierra que primero vieron fue Guanahaní, una de las islas Lucayos, que caen entre la Florida y Cuba, en la cual se tomó luego tierra, y la posesión de las Indias y Nuevo-Mundo, que Colón descubría por los Reyes de Castilla.

En el capítulo XVII: La honra y mercedes que los Reyes Católicos hicieron a Colón por haber descubierto las Indias, se aprecia otra referencia al origen de Rodrigo de Triana:

De donde sospecho que la reina favoreció más que no el rey el descubrimiento de las Indias; y también porque no consentía pasar a ellas sino a castellanos; y si algún aragonés allá iba, era con su licencia y expreso mandamiento. Muchos de los que habían acompañado a Colón en este descubrimiento pidieron mercedes, mas los reyes no las hicieron a todos. Y así, el marinero de Lepe se pasó a Berbería, y allá renegó la fe, porque ni Colón le dio albricias ni el rey merced ninguna, por haber visto él primero que otro de la flota lumbre en las Indias.

Si bien no existe una lista completa de los marineros que llevó Colón en su primer viaje, la historiadora Alice Bache Gould logró elaborar una lista de 90 marineros profusamente documentada,[1]​ que es la más completa que se conoce. En dicha lista de pasajeros solamente hay un vecino de Lepe, llamado Pedro Izquierdo, que fue grumete en la Santa María. Además, hay un vecino de La Redondela, pueblo costero muy cercano a Lepe, que se llamaba Pedro Lepe y que no regresó a España ya que formó parte de los españoles que dejó Colón apostados en el Fuerte Navidad y que murió junto a los demás compañeros de la empalizada en un ataque de los nativos.[1]

Triana

Otra hipótesis es el nacimiento en Triana, un barrio de Sevilla, donde desarrollaría su vida antes de enrolarse en la expedición de Cristóbal Colón que zarparía desde el Puerto de Palos, en Palos de la Frontera, provincia de Huelva. La Provincia de Sevilla es una provincia limítrofe con la Provincia de Huelva y Triana está junto al Río Guadalquivir, el cual es navegable, lo que haría de él un barrio de marineros. Todo esto hace razonable que un trianero estuviera embarcado en el Primer Viaje de Cristóbal Colón a América, si bien esta versión carece de apoyo documental.

Coria del Río

Finalmente, se baraja que pudiera nacer en Coria del Río (Sevilla).

Nombre de pila

Se barajan dos hipótesis sobre su nombre de pila, relacionada la segunda de ellas directamente con su lugar de nacimiento.

Rodrigo Pérez de Acevedo

Es el nombre que se le atribuye en el municipio de la Provincia de Huelva de Lepe. El autor Gonzalo Fernández de Oviedo, en su obra Historia general y natural de las Indias, islas y tierra-firme del mar océano, de 1535, y Francisco López de Gómara en Historia General de las Indias, de 1552, afirman que este marinero era natural de Lepe. De ahí se extrae que su apodo "de Triana" fuera debido a que se trasladara y pasara gran parte de su vida en barrio sevillano de Triana, en Sevilla.

Juan Rodríguez Bermejo

Según esta hipótesis, Rodrigo de Triana fue hijo de un hidalgo morisco (musulmán convertido al cristianismo) dedicado al comercio de alfarería. Según la misma, su padre fue quemado en la hoguera por comerciar con judíos mientras él realizaba el viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo.[cita requerida]

El nombre de Juan Rodríguez Bermejo se lo atribuimos gracias a un testigo de una de las carabelas, llamado Fernando García Vallejos, que es interrogado por un fiscal en 1515 y que declara:

En esto aquel jueves en la noche aclaró la Luna, y un marinero que se decía Juan Rodríguez Bermejo, vecino de Molinos, de tierra de Sevilla, como la luna aclaró, del dicho navío de Martín Alonso Pinzón vido una cabeza blanca de arena, e alzo los ojos e vido la tierra, e luego arremetió con lombarda e dio un trueno: ¡Tierra! ¡Tierra![2]

Otro testigo, llamado Manuel de Valdovinos, se explica del siguiente modo en el interrogatorio con el fiscal:

[...]e yendo navegando al cuarto vido la tierra un Juan Bermejo de Sevilla, e que la primera tierra fue la isla de Guanahani.[2]

Descubrimiento de América

Fue el primer español que avistó el nuevo continente desde su puesto de vigía en la carabela La Pinta. Este primer avistamiento es narrado en el diario de a bordo de Cristóbal Colón, compendiado por Fray Bartolomé de las Casas. El diario salta inmediatamente del día 11 al 13 de octubre de 1492, entendiéndose los hechos narrados como del 12 de octubre:

"Y porque la caravela Pinta era más velera e iva delante del Almirante, halló tierra y hizo las señas qu'el Almirante avía mandado. Esta tierra vido primero un marinero que se dezía Rodrigo de Triana [...]

Rodrigo divisó una pequeña isla del archipiélago de las Lucayas (conocido hoy como Bahamas), en el Mar Caribe. La isla en concreto era conocida por los indígenas como Guanahani y fue bautizada por Cristóbal Colón como San Salvador, en honor a Jesucristo y a la salvación que implicaba encontrar tierra tras aquella larga travesía.

La Isla Watling, situada en las mismas Bahamas, se propuso en el siglo XIX como la isla donde Colón desembarcara en 1492. De este modo, en 1925 se le retiró el honor a otra isla que anteriormente se consideraba el San Salvador original y que ahora se llama Cat Island, para poner a la Isla Watling el nombre de San Salvador, que hoy conserva. Finalmente, en 1986 la National Geographic Society apuntó a que la isla avistada y donde desembarcó Colón por primera vez en América es Cayo Samaná, otra pequeña isla también en Las Bahamas. Cayo Samaná es una pequeña isla alargada, hoy deshabitada, con 16 kilómetros de largo y aproximadamente 3 kilómetros y medio de ancho.

La hora del descubrimiento según el diario de a bordo de Cristóbal Colón serían "dos horas pasada la media noche", esto es las 2 de la madrugada del 12 de octubre de 1492, cuando se encontraban a dos leguas (marinas).

El ya citado libro Historia General y Natural de las Indias de Gonzalo Fernández de Oviedo, de 1535, en su Libro II, capítulo V, aporta mucho a este momento. En él se narra que primero, en la noche, Colón vio candelas en tierra, avisando a un par de tripulantes. Posteriormente, y aún de noche, un marinero vigía de Lepe avistó las candelas. Posteriomente cuenta que, a la mañana siguiente, en el amanecer, un marinero llamado Rodrigo de Triana fue el primero en ver tierra. Además, traslada el descubrimiento a la mañana del 11 de octubre, en lugar de situarlo en el 12 de octubre.

E aquel mesmo día que el almirante Colom estas palabras dijo, conosçió realmente que estaba cerca de tierra, en semblante de los celajes de los cielos; e amonestó a los pilotos que, si por caso las carabelas se apartasen, por algún caso fortuito, la una de la otra, que pasado aquel trance corriesen hacia la parte o viento que les ordenó, para tornar a reducirse en su conserva. E como sobrevino la noche, mandó apocar las velas y que corriesen con solos los trinquetes bajos; e andando así, un marinero de los que iban en la capitana, natural de Lepe, dijo: "¡Lumbre!... ¡Tierra!..." E luego un criado de Colom, llamado Salcedo, replicó diciendo: "Eso ya lo ha dicho el Almirante, mi señor"; y encontinente Colom dijo: "Rato ha que yo lo he dicho y he visto aquella lumbre que está en tierra." Y así fue: que un jueves, a las dos horas después de medianoche, llamó el Almirante a un hidalgo dicho Escobedo, repostero de estrados del Rey Católico, y le dijo que veía lumbre. Y otro día de mañana, en esclaresciendo, y a la hora que el día antes había dicho Colom, desde la nao capitana se vido la isla que los indios llaman Guanàhaní, de la parte de la Trotamontana o Norte. Y el que vido primero la tierra, cuando ya fue de día, se llamaba Rodrigo de Triana, a once días de octubre del año ya dicho de mill e cuatrocientos y noventa y dos.

[...]

Tornando a la historia, aquella isla que se vido primero, segund he dicho, es una de las islas que dicen de los Lucayos. Y aquel marinero que dijo primero que veía lumbre en tierra, tornado después en España, porque no se le dieron las albricias, despechado de aquesto, se pasó en Africa y renegó de la fe. Este hombre, segund yo oí decir a Vicente Yáñez Pinzón y a Hernán Pérez Mateos, que se hallaron en este primero descubrimiento, era de Lepe, como he dicho.

Tierra sin premio

De acuerdo con el diario del primer viaje de Colón, los Reyes de España prometieron una recompensa de 10.000 maravedís al primero que avistara tierra. Al estar resultando el viaje mucho más extenso de lo inicialmente previsto Colón ofreció además como recompensa por su parte un jubón de seda.

Rodrigo de Triana avista tierra a las 2 de la madrugada del 12 de octubre de 1492 (según el diario de a bordo de Colón, ya que de acuerdo con Historia General y Natural de las Indias, libro historiográfico de 1535, Rodrigo de Triana ve tierra al amanecer, correspondiendo el avistamiento a las 2 de la madrugada a un lepero el día 11 de octubre), sin embargo, Colón argumenta que a las 10 de la noche del 11 de octubre, unas cuatro horas antes, él había visto por la ventana de su camarote luces que subían y bajaban en el horizonte, que él interpretó que podrían ser candelas en tierra, y que tras ver aquello avisó primero a Pero Guitiérrez, que dijo que podía ver las candelas también, y luego a Rodrigo Sánchez de Segovia, que dijo que no veía nada de eso, argumentando Colón que esto se debía a que Rodrigo Sánchez de Segovia estaba situado en un lugar donde no se podía ver lo que él quería mostrarle. De este modo, Rodrigo de Triana no cobraría la sustanciosa recompensa. El diario narra los hechos del siguiente modo:

[...] puesto que el Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa, vid lumbre; aunque fue cosa tan çerrada que no quiso affirmar que fuese tierra, pero llamó a Pero Gutiérrez repostero d'estrados del Rey e díxole que pareçía lumbre, que mirasse él, y así lo hizo, y vídola. Díxolo también a Rodrigo Sánchez de Segovia, qu'el Rey y la Reina embiavan en el armada por veedor, el cual no vido nada porque no estava en lugar do la pudiese ver. Después qu'el Almirante lo dixo, se vido una vez una vez o dos, y era como una candelilla de cera que se alçava y levantava, lo cual a pocos pareçiera ser indiçio de tierra; pero el Almirante tuvo por çierto estar junto a la tierra. Por lo cual, cuando dixeron la Salve, que la acostumbran dezir e cantar a su manera todos los marineros y se hallan todos, rogó y amonestólos el Almirante que hiziesen buena guarda al castillo de proa, y mirasen bien por la tierra, y que al que le dixese primero que vía tierra le daría luego un jubón de seda, sin las otras mercedes que los Reyes avían prometido, que eran diez mill maravedís de juro a quien primero le viese. A las dos oras después de media noche pareçió la tierra, de la cual estarían dos leguas. Amainaron todas las velas, y quedaron con el treo que es la vela grande, sin bonetas, y pusiéronse a la corda, temporizando hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los lucayos, que se llamava en lengua de indios Guanahaní.

De acuerdo con la obra Historia General y Natural de las Indias (1535), al ver el lepero negada su recompensa reniega de la fe y se va a vivir a África. En Historia General de las Indias (1552) menciona que se fue a Berbería, o sea, al Magreb.

Otras expediciones

Rodrigo Bermejo aparece como marinero en varias expediciones realizadas por el Rey de España en el siglo XVI.[1]​ Entre ellas, participó en la expedición Molucas,[1]​ en el sudeste asiático, en 1525 junto a García Jofre de Loaisa. En dicha expedición se encontraba Juan Sebastián El Cano, el cual había completado en 1522 la primera circunnavegación de la Tierra, iniciada por Fernando de Magallanes. La expedición de las Molucas duraría de 1525 a 1536, y su viuda, Catalina Muñoz,[1]​ recibiría los salarios de su marido fallecido antes de 1535,[1]​ por tanto Rodrigo Bermejo murió durante esa expedición. De ser Juan Rodríguez Bermejo y Rodrigo Bermejo la misma persona, se deduce que debió haber participado en la expedición de Colón de 1492 muy joven.

Trascendencia

El ser humano llegó a América en la prehistoria, hace 9.000 años, en una expedición desde Asia hacia Alaska a través del Estrecho de Bering y desde ahí se fue asentando más al Sur del continente americano. Existen indicios, gracias a excavaciones arqueológicas realizadas en la década de 1960, de que en el siglo X una serie de expediciones vikingas lograron fundar una serie de pequeños asentamientos en Groenlandia y en la isla de Terranova, al Norte de Canadá, sin embargo los vikingos abandonaron estos asentamientos siglos después sin que esto tuviera repercusión en la cultura europea.

Fue la expedición de Cristóbal Colón de 1492 la que realmente tuvo una continuidad histórica, ya que a través de esta se iniciaron una serie de viajes sucesivos casi instantáneos de descubrimiento del continente americano creándose la noción de Nuevo Mundo. Colón pensaba que se encontraba en Asia, a donde había intentado acceder navegando hacia el Oeste con patrocinio de los Reyes Católicos. El avistamiento de Rodrigo de Triana de América marcó un antes y un después en la historia de la humanidad, iniciando de lleno en y en un instante la Edad Moderna.

Homenajes

Monumento de arte contemporáneo en la Plaza de Chapina, barrio de Triana, Sevilla. El título de la obra artística es "Monumento a los ángeles trianeros".Fue realizado en 1992 por Gabriel Mozas. El mural el bronce muestra a Colón y a un grupo de marineros. El de la derecha levanta la mano para despedirse de Triana, distinguida por el relieve de la torre de la Iglesia de Santa Ana. Junto al mural existe una placa de cerámica que conmemora a Rodrigo de Triana, Rodrigo de Bastidas, Andrés de Morales y a los trianeros anónimos que contribuyeron en el descubrimiento y exploración de América.

En la Exposición Iberoamericana de 1929 se creó un monumento a Rodrigo de Triana para ser colocada en la Plaza de los Conquistadores de la muestra. En la España de principios del siglo XX existía un intenso movimiento revolucionario, sobre todo anarquista, y la estatua de Rodrigo era de un hombre con boina levantando el puño izquierdo. En el año 1948, en pleno franquismo, la estatua fue colocada en la Plaza Chapina y el brazo le era a menudo arrancado. En los años 70 del siglo XX se encargó otra estatua de Rodrigo, que fue colocada a comienzos de los años 80 al final de la calle de Puente y Pellón, del barrio de Triana.[3]

El monumento levantado en el barrio sevillano de Triana recuerda y honra la figura de Rodrigo de Triana. El monumento es una estatua donde se le muestra señalando tierra sobre un pedestal donde leemos "¡Tierra!".

En Lepe se honra la figura de lepero que según la historiografía avistó América y que en la localidad es conocido por Rodrigo Pérez de Acevedo. De esta forma, en Lepe una urbanización, un colegio y una de las principales calles del casco histórico se llaman Rodrigo Pérez de Acevedo, además de aparecer en el escudo de la ciudad en el momento de divisar el Nuevo Mundo.

Juan Rodríguez Bermejo posee una calle en Dos Hermanas, municipio de la Provincia de Sevilla. En la ciudad de Sevilla tiene una calle llamada Rodrigo de Triana, en el barrio sevillano de Triana, y es mencionado en un monumento en la Plaza de Chapina, colocado en 1992, dedicado a los trianeros que contribuyeron al descubrimiento y exploración de América.

Galería de imágenes

Bibliografía

  1. a b c d e f Ropero-Regidor, Diego (1996). «Identidad del marinero que advirtió de la presencia de la primera tierra americana». Archivo Histórico Municipal de la Biblioteca Iberoamericana de Moguer. Historia de Lepe, una proyección hacia el futuro. Disponible en http://www.archivolepe.es/index.php?opcion=1&id_nodo=426. 
  2. a b Mariano Fernández Urresti (24 de febrero de 2006). «Colón, el Almirante Sin Rostro: Una Biografía Heterodoxa». 
  3. Juan José Cabrero Nieves, Blog Exposición Iberoamericana de 1929. «La Plaza de los Conquistadores». 
  • Fernández de Castillejo, Federico (1945). Rodrigo de Triana. Buenos Aires (Argentina). Editorial: Clydoc
  • Alonso, Juan Ramón (2006). Rodrigo de Triana. Zaragoza. Editorial: Luis Vives. ISBN 84-263-5896-

Enlaces externos