Navarroaragonés

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Esta es una versión antigua de esta página, editada a las 08:03 11 abr 2009 por 77.193.114.218 (discusión). La dirección URL es un enlace permanente a esta versión, que puede ser diferente de la versión actual.

El navarroaragonés era una lengua romance hablada en el valle del Ebro durante la Edad Media, con reductos actuales en el Pirineo aragonés, conocidos como aragonés y préstamos en el castellano de La Rioja, Comunidad Foral de Navarra (primordialmente la variante hablada en la Ribera de Navarra), Aragón y Comunidad Valenciana, con diferentes gradaciones.

Tiene su origen en el Latín vulgar, sobre un acusado sustrato vascón. La lengua recibe, en su período medieval, la denominación entre los lingüistas de "navarroaragonés", por abarcar los romances afines aragonés y navarro, así como el riojano. A veces[1] incluido en el grupo Pirenaico-Mozárabe.

Batalla de Roncesvalles en 778. Muerte de Roldán, en las Grandes Crónicas de Francia, ilustradas por Jean Fouquet, Tours, hacia 1455-1460, BNF

El origen

La expansión del Reino de Navarra sobre tierras musulmanas y cristianas, con la consiguiente repoblación con cristianos del Reino de Navarra, llevaría consigo el idioma por todo el territorio conquistado. La anexión por el Reino de Navarra de los condados aragoneses supuso una importante influencia de la lengua navarroaragonesa sobre los territorios posteriores de la Corona de Aragón. La primera constancia escrita de la lengua está en las Glosas Emilianenses, en el Monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja).

El navarroaragonés es la evolución del latín vulgar en la zona comprendida entre la Rioja Alta y la Ribagorza, comarca de Huesca, zonas bajo influencia vasca. Sobrarbe tuvo una lengua romance, que no diptongaba, tal como se puede ver en un documento del siglo XI, en los Orígenes del Español de Ramón Menéndez Pidal.

La existencia de unos cerretanos (vascones) occidentales en el Pirineo medio se comprueba en las fuentes islámicas de los siglos VIII-IX, en esa época existían aun como pueblo diferenciado, según G. Fatás en Ibn Hayyan, "Muqtabas"; Al'Udri, "Tarsi". En ellas se encuentra referencias a la tierra de los Certaniyyin o Sirtaniyyin, es decir, los habitantes de la tierra Certana. El lugar se localiza cuando las misma fuentes hablan del río Gállego que nace en las montañas de dichas tierras.

Por otro lado, la "Chanson de Roland", cuando refiere el conocido episodio de Carlomagno, nos permite deducir cómo las tropas musulmanas que salen a su encuentro, lo hacen siguiendo la calzada romana de Zaragoza a Bearn, que atravesaba la tierra certana y los puertos de Siresa.

Dentro de los elementos prerromanos el componente celta del actual aragonés es minoritario respecto al vasco, y en ocasiones se remonta al gálico en vez de al celtíberico: bruco (brezo), arañón (endrino), artica, borda (cuadra), garmo (pradera en la montaña), garra. Estos vascones venían de la Gascuña y trapasaron la barrera de los Pirineos.

La expansión medieval y su retroceso

Los reinos de taifas en 1031

La expansión medieval

El navarroaragónes se extendió hacia el sur con la Reconquista y repoblación navarra y aragonesa fluyendo por el Valle del Ebro. Se habló un tiempo en el este de Soria, (conviviendo con el castellano), en casi toda la provincia de Zaragoza, en casi todo Teruel, en comarcas del interior de Castellón, (Alto Palancia y Mijares), y del interior de Valencia, Canal de Navarrés con Enguera como capital, zona repoblada con navarros. En la costa de Valencia se impuso el catalán, traído por repobladores catalanes. También se baraja que hubo enclaves de lengua aragonesa en el reino de Murcia. El aragonés de los repobladores estuvo en contacto con lenguas parecidas de otros repobladores y con el románce de los mozárabes y muladíes nativos. Según la visión tradicional, esto hizo que perdiera muchos rasgos genuinos y facilitase su castellanización posterior. Como se ha visto con la sonorización de las sordas intervocálicas en la época de Alfonso I el batallador, pero en menor grado de lo que se piensa, ya que el mozárabe del valle del Ebro era similar al navarroaragonés, (cuando no una rama de éste), y la mayor parte de los repobladores no aragoneses eran occitanos y catalanes, que no harían sino alejar al aragonés del castellano. Los residuos de aragonés que encontramos en Teruel y Zaragoza son coincidentes con lo que se habla en Huesca, y abundan los casos de conservación de palabras que se dan en aragonés, y también en occitano y catalán, y esto implica que el aragonés que se habló en el centro y sur era más o menos el mismo que el que se hablaba en Huesca fuera de los valles altos, donde la lengua evolucionaba a un dialecto por cada valle.

La teoría de las Glosas Emilianenses

Glosas Emilianenses. Página 72 del Códice Emilianense 60. Se aprecia la glosa al margen.

Algunas fuentes, como José Angel Varona Bustamante, en su obra Montes Obarenes, o Federico Hanssen en "Sobre los pronombres posesivos de los antiguos dialectos Castellanos" (1898) o más recientemente Philippe Wolff (Western Language, AD 100 1300, publicado en 1971) estipulan con que las Glosas Emilianenses de San Millán de la Cogolla no están escritas en castellano sino en navarroaragónes, en su variedad riojana. Para éste hecho se parte de la base de que La Rioja no fue parte del reino de Castilla durante el s.X, en que fueron escritas las glosas emilianenses, sino que fue incorporada a éste en el s.XI, siglo en el que comienza su castellanización. Este hecho de por sí no dice nada, pues la expansión política de un reino no tendría nada que ver con la expansión lingüística de una lengua. Las glosas emilianenses, de este modo, mostrarían algunas evoluciones fonéticas del navarroaragonés, vistas en las palabras: lueco (luego), get (es, actual aragonés ye), plicare, feito, que no son propias del castellano, (luego, es, llegar, hecho).

El riojano (precastellano)

Fue la rama más occidental de navarroaragonés. La Rioja formó parte del Reino de Navarra y compartió con ella su romance, hasta que, tras la conquista castellana, se fue imponiendo esta lengua en los siglos XI-XIII.

El navarro

En el sur y este de Navarra se habló navarro durante toda la edad media, alternando con el euskera y con el occitano llegado del otro lado del Pirineo. Como ejemplo se puede citar un pueblo en Navarra de nombre navarroaragonés, Pueyo, que en castellano habría dado "Poyo", como derivado de Podium. A su vez, la palabra Javier es una castellanización de una palabra en navarro, Xavier, que a su vez se remonta al vasco Etxe berri, casa nueva. En aragonés dio Xabierre y luego Chabierre.

El alto-aragonés

Los condados de la Marca Hispánica tienen su historia entrelazada de leyendas en la época de Íñigo Arista de Pamplona primer rey de Navarra y al parecer conde de Sobrarbe.

En el siglo X el condado de Sobrarbe fue absorbido por el condado de la Ribagorza. Sancho el Grande de Navarra aprovechó las dificultades del territorio, usando sus derechos como descendiente de Dadildis de Le Pailhars para realizar la anexión en 1016-1019.

El romance navarroaragonés aun hoy, se habla en algunos pueblos del Alto Aragón, y se denomina con el nombre aragonés. El aragonés se sigue hablando en el Alto Aragón, tercera de las zonas en las que surgió en la alta Edad Media, pero en vías de desapararición. Hay muchos topónimos prerromanos cuyo origen se remonta a una lengua del grupo vasco. Se baraja [cita requerida] que la sierra de Guara podría venir del vascuence gora, arriba, o de goi-haran, valle alto. Algunas diferencias en pronunciación y léxico entre el pirineo occidental aragonés y el pirineo oriental aragónes coinciden con la división de la zona entre jacetanos y cerretanos en la antigüedad, pero que podrían deberse a ser dos áreas geográficas e históricas distintas, una que gravita hacia Jaca y Navarra y otra que gravita hacia Barbastro y Cataluña. En el occidente dicen "pro", "baxo", "almadía", "a ormino", y en oriente "prou", "baixo", "nabata", "asobén".

El retroceso

A partir del s. XV, el navarroaragonés comienza a ser sustituido por el castellano en Navarra, Aragón y provincia de Castellón. Primeramente se castellanizó la Corte, luego las clases altas de las ciudades grandes del centro, como Zaragoza, y del este, seguidamente las clases populares del centro, este, sur, y zonas más llanas y mejor comunicadas. En el siglo XVI aún hablaban aragonés los moriscos aragoneses de la zona del Jalón, Calatayud. En el siglo XIX todavía se hablaba aragonés en casi toda la provincia de Huesca (excepto en la franja oriental) y zonas limítrofes de Zaragoza. El área de distribución se ha reducido drásticamente y se ha cuarteado en los años 50 y 60 del siglo XX, cuando ha dejado de ser enseñado y transmitido a las nuevas generaciones en el 80% del poco territorio que quedaba. En pocos valles, como el Valle de Hecho o Gistaín, es posible encontrar niños que hablen aragonés, estando además estos últimos reductos inconexos entre sí.

Restos [cita requerida]

Palabras que el castellano general ha tomado del navarroaragonés, con su correspondiente equivalente castellano actual, son: "fajo" (haz), "faja" (haza), "pleito" (plecho), "sisallo" (sisajo), "chepa" (giba) y "boina". En zonas donde se habló aragónes hay muchos más restos léxicos, y esporádicamente podemos ver topónimos como el nombre Valdefierro, de un barrio de Zaragoza, lo cual tampoco es tan frecuente, ya que la mayoría de la toponimia romance en Zaragoza y Teruel, es mozárabe; de hecho tanto la palabra "Zaragoza" como "Teruel" son formas mozárabes. Esta toponimia mozárabe fue poco modificada por la etapa en la que se habló aragonés, y luego frecuentemente los topónimos, fueran mozárabes o aragoneses se castellanizaron. Muchos de los topónimos que acaban en -E actualmente como Castellote, Tauste, Caspe, Jarque... en la provincia de Zaragoza, carecían de E final cuando se hablaba aragonés.

Véase también