Marcelino Menéndez Pelayo

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Marcelino Menéndez Pelayo

Uno de los últimos retratos de Marcelino Menéndez Pelayo, realizado por el fotógrafo Kaulak.
Información personal
Nombre en español Marcelino Menéndez y Pelayo Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 3 de noviembre de 1856
España Santander
Fallecimiento 19 de mayo de 1912 (55 años)
España Santander
Nacionalidad española
Religión Iglesia católica Ver y modificar los datos en Wikidata
Familia
Padre Marcelino Menéndez Pintado Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educado en
Información profesional
Ocupación filólogo, crítico literario, historiador, filósofo, poeta
Cargos ocupados
Empleador Universidad Central Ver y modificar los datos en Wikidata
Alumnos Ramón Menéndez Pidal Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de
Distinciones
Firma

Marcelino Menéndez Pelayo (Santander, 3 de noviembre de 185619 de mayo de 1912[1]​) fue un escritor, filólogo, crítico literario e historiador de las ideas español.

Consagrado fundamentalmente y con extraordinaria erudición reconstructiva a la historia de las ideas, la interpretación crítica y la historiografía de la Estética, la literatura española e hispanoamericana y a la filología hispánica en general, aunque también fue político, cultivó la poesía, la traducción y la filosofía. Hermano del escritor Enrique Menéndez Pelayo. Fue nominado al Premio Nobel de Literatura.

Biografía

Estudios, evolución, docencia

Marcelino Menéndez Pelayo nació el 3 de noviembre de 1856 en el municipio cántabro de Santander; hijo de Marcelino Menéndez Pintado, catedrático de Matemáticas en el Instituto de Santander y alcalde de la ciudad durante el bienio progresista, y de María Jesús Pelayo y España;[2]​tuvo tres hermanos: Enrique, Jesusa y Agustín.[3]

Estudió el bachillerato en el Instituto Cantábrico de su ciudad natal, donde destacó por su buena memoria. Posteriormente, completó su formación en la Universidad de Barcelona (1871–1873) con Manuel Milá y Fontanals, en la de Madrid (1873), donde una arbitrariedad académica del catedrático Nicolás Salmerón, que hizo repetir curso a sus alumnos sin ni siquiera haberlos examinado, le habría de enemistar a muerte con el krausismo postkantiano y los hegelianos en general, y en Valladolid (1874), donde intimó con el que sería su gran amigo, el conservador Gumersindo Laverde, que le apartó de su inicial liberalismo y le orientó hacia el partido más conservador, el de los llamados neocatólicos. Hizo un viaje de estudios a bibliotecas de Portugal, Italia, Francia, Bélgica y Holanda (1876–1877) y ejerció de catedrático de la Universidad de Madrid (1878) tras pasar por un tribunal en el que estaba otro gran culto y crítico, Juan Valera, a cuya tertulia nocturna, en su casa, acudiría posteriormente.

Cargos más relevantes

Fue elegido miembro de la Real Academia Española (1880), diputado a Cortes (1884–1892), propuesto para el Premio Nobel en 1905, miembro de la Real Academia de la Historia en 1882, con el discurso La historia considerada como obra poética. En esta institución fue bibliotecario desde 1892 y director desde 1910. Entró en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas en 1889 y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en 1892. Finalmente, entre 1898 y hasta su muerte en 1912, fue director de la Biblioteca Nacional de España, sucediendo en el cargo a Manuel Tamayo y Baus.

Pensamiento

Antes de morir volvió a su inicial liberalismo, si bien anclado en puntos de vista sólidamente cristianos, y corrigió muchos de sus primitivos juicios desfavorables sobre Gaspar Núñez de Arce o Benito Pérez Galdós, que terminó por ser su amigo y al que apoyó en su acceso a la Real Academia Española de la Lengua.

Elogios

Provisto de una gran capacidad de trabajo, de inteligencia superdotada, dominador de ocho lenguas antiguas y modernas y poseedor de una portentosa memoria fotográfica, en sus análisis de la forma y el fondo de la cultura española identificó la raíz de lo español con la tradición católica, en especial la del humanista Juan Luis Vives, pese a lo cual no negó, ocultó ni dejó de estudiar todo cuanto de poco ortodoxo engendró la cultura española ni de evaluar su importancia intrínseca. Como poeta, su obra es una de las muestras más logradas de estilo clásico en su siglo.

Legado

Murió en su ciudad natal, a cuyo municipio legó su rica biblioteca particular de cuarenta mil volúmenes. Su paisano el cardenal Ángel Herrera Oria, quien se consideraba en cierta medida su discípulo, resumió su labor de forma lapidaria: «Consagró su vida a su patria. Quiso poner a su patria al servicio de Dios».

Discípulos

De entre sus discípulos quepa recordar: Adolfo Bonilla y San Martín, editor de las Obras completas de Cervantes, entre otros trabajos; el reformador de las Escuelas de Magisterio, Rufino Blanco; el hispanista y biógrafo alemán Ludwig Pfandl; el fundador de la filología hispánica como disciplina científica, Ramón Menéndez Pidal; el catedrático de Estética de la Universidad Complutense de Madrid, José María Sánchez Muniaín, que compiló la Antología General de Menéndez Pelayo. Entre las escritoras, su discípula más aventajada fue Blanca de los Ríos.

Crítica

Considerado como la figura más egregia de la línea casticista es el máximo representante de la escuela nacionalista en la historiografía española.

Perfecto conocedor de la cultura europea, trabajador infatigable, escritor de una corrección y de un nervio insuperables, va a llevar a cabo un gigantesco esfuerzo de investigación y de exposición de nuestra cultura nacional, con la que se muestra radicalmente identificado.[4]

Sus estudios y trabajos constituyen la más seria aportación de la época de la Restauración al conocimiento de historia de España.

La consideración del catolicismo como eje y nervio de nuestra cultura nacional; el formidable esfuerzo de documentación que respalda cada una de sus afirmaciones; el talante polémico y apasionado de muchas de sus páginas, explicable por la circunstancia histórica en que hubo de forjar su obra; la amplitud de espíritu y el esfuerzo permanente de comprensión humana son, tal vez, los caracteres más notables de su personalidad y de su trabajo.[5]
Estatua de Marcelino Menéndez Pelayo en el vestíbulo de la Biblioteca Nacional de España.

Obra

Escribió La ciencia española (1876), reivindicación de la existencia de una tradición científica en España. Horacio en España (1877) es un análisis de las traducciones de Horacio en la literatura española, muy acorde con los gustos clasicistas de su autor. Es justamente famosa su Historia de los heterodoxos españoles (1880–1882), todavía hoy en día muy apreciada, donde estudia la tradición cristiana a través de la historia de España, desde la Edad Media hasta finales del siglo XIX, y desmenuza la labor de todos los pensadores y escritores perseguidos por la tradición católica española, asumiendo el punto de vista del catolicismo. En su segunda edición corrigió algunos de sus puntos de vista, pero no, por ejemplo, sus jocosos comentarios e ironías contra los krausistas y los hegelianos, en especial contra Emilio Castelar. Historia de las ideas estéticas en España (1883–1891) son cinco tomos muy actualizados en los que explora, compendia y reinterpreta la bibliografía existente sobre estética literaria y artística en distintas épocas de la tradición cultural española.

Menéndez Pelayo emprendió tres largos trabajos que le ocuparán casi hasta su muerte. Uno es la publicación de las Obras de Lope de Vega (1890–1902) en 13 tomos; el segundo es la Antología de poetas líricos castellanos (1890–1908), otros 13 tomos consagrados a la poesía medieval salvo el último, dedicado a Juan Boscán, y que, pese a su título, integra también poesía épica y didáctica, convirtiendo la Antología en una verdadera Historia de la poesía castellana en la Edad Media, como la tituló al reimprimirla en 1911. El tercero es su estudio sobre Orígenes de la novela, tres tomos publicados en 1905, 1907 y 1910, con un cuarto tomo póstumo donde se examinan las imitaciones a que dio lugar en el siglo XVI La Celestina. Simultáneamente, publica Antología de poetas hispano-americanos (1893–1895), 4 tomos que son en realidad una Historia de la poesía hispanoamericana como la tituló al reeditarla en 1911. Corrigió en esta edición sus apreciaciones sobre el Perú después de un contacto con el Marqués de Montealegre de Aulestia. El de 1911 es un estudio general de toda la poesía hispanoamericana que sirvió para congraciar a las ex colonias con la antigua y decadente potencia peninsular, y reimprimió en 5 tomos sus Estudios de crítica literaria (1892–1908) y unos Ensayos de crítica filosófica (1892) de forma paralela, a su nombramiento como director de la Biblioteca Nacional de Madrid.

Las Obras completas

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas publicó sus Obras completas en 1940, en 65 volúmenes, sin incluir sus epistolarios y notas. Existe, por otra parte, una edición en CD que comprende, además de sus Obras completas, su Epistolario y su Bibliografía.

Fotografía realizada por Kaulak y publicada con motivo del fallecimiento de Menéndez Pelayo

Historia de los heterodoxos españoles

Impulsada bajo la iniciativa de Gumersindo Laverde, se remonta a sus años de estudiante. Laverde pensaba solamente en que su discípulo escribiese una serie de semblanzas de herejes o heterodoxos españoles célebres. Pero, como siempre, en manos de Menéndez Pelayo fue mucho más. La obra resultó de ocho tomos de un promedio de más de 500 páginas cada uno. El primero es una historia completa de la vida espiritual de España hasta el siglo XV, en lo que se separaba de las enseñanzas de la Iglesia. Los siguientes se refieren a la época del Renacimiento, y analiza detalladamente el brote y extensión de las ideas protestantes en España, su represión por la Inquisición, y continúa con los judaizantes y las hechicerías durante los siglos XVI y XVII.

Por último, se refiere a los afrancesados del siglo XVIII, su filosofía y política, y la penetración de la acción anticatólica en España; la influencia de la Revolución francesa y del liberalismo progresista, y se enfrenta con las doctrinas e ideas de sus contemporáneos, que él considera inadmisibles con frases llenas de vigor, reprochándoles aquello que él considera como actividades antiespañolas.

Historia de las ideas estéticas en España

Se trata de una de las obras fundamentales no ya de su autor, sino de la historiografía moderna en general, como Historia de las Ideas, y de la historiografía de la Estética, no española sino occidental, pues en gran medida se ocupa de esta última como preparación de aquélla. La obra es resultado del compromiso adquirido por el autor con su maestro, a quien la dedica, Manuel Milá y Fontanals, padre de la Estética en España como disciplina moderna, y está destinada a fundamentar teóricamente la Historia de la Literatura Española, objeto central del proyecto inacabado de Menéndez Pelayo.

Antología de poetas líricos castellanos

Recoge la poesía lírica desde su comienzo hasta el Renacimiento; comprende, pues, toda la Edad Media española, y su propósito era continuarla para que hubiese constituido una Historia general de la Poesía Lírica Castellana. La antología comienza en el tomo IV de la edición del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que consta de diez; los tres primeros (más de 1.100 págs.) están dedicados a estudios introductorios, biográficos, críticos e históricos. De su pluma nos quedan quizá los mejores retratos que se han hecho del Arcipreste de Hita, de Enrique de Villena, de Jorge Manrique, etc., habiendo sido capaz de revivir y animar el ambiente de lejanas épocas y penetrar en la raíz de los sucesos.

Listados de obras fundamentales

  • La novela entre los latinos (Santander, 1875). Fue su tesis doctoral.
  • Estudios críticos sobre escritores montañeses. Telesforo Trueba y Cosío (Santander, 1876).
  • Polémicas, indicaciones y proyectos sobre la ciencia española (Madrid, 1876).
  • La ciencia española, 2ª edición refundida y aumentada (Madrid, 1887–1880).
  • Horacio en España (Madrid, 1877, 2ª ed. 1885).
  • Estudios poéticos (Madrid, 1878).
  • Odas, epístolas y tragedias (Madrid, 1906).
  • Traductores españoles de la Eneida (Madrid, 1879).
  • Traductores de las Églogas y Geórgicas de Virgilio (Madrid, 1879).
  • Historia de los heterodoxos españoles (Madrid, 1880–1882).
  • Calderón y su teatro (Madrid, 1881).
  • Dramas de Guillermo Shakespeare traducción (Barcelona, 1881).
  • Obras completas de Marco Tulio Cicerón, traducción (Madrid, 1881–1884).
  • Historia de las Ideas Estéticas en España (Madrid, 1883–1889).
  • Estudios de crítica literaria (Madrid, 1884).
  • Obras de Lope de Vega (1890–1902).
  • Antología de poetas líricos castellanos desde la formación del idioma hasta nuestros días (1890–1908).
  • Ensayos de crítica filosófica (Madrid, 1892).
  • Antología de poetas hispano-americanos (1893–1895).
  • Historia de la poesía hispano-americana (Madrid, 1911).
  • Bibliografía hispano-latina clásica (Madrid, 1902).
  • Orígenes de la novela (Madrid, 1905–1915).
  • El doctor D. Manuel Milá y Fontanals. Semblanza literaria (Barcelona, 1908).
  • Obras completas (iniciadas en 1911).
  • «Biblioteca de traductores españoles», en Obras completas (Madrid: CSIC, 1952–1953).

Véase también

Notas

  1. Fallecimiento de Marcelino Menéndez y Pelayo Hemeroteca de La Vanguardia. Edición del martes, 21 de mayo de 1912, página 11
  2. Madariaga de la Campa, B., p. 29
  3. Anes y Álvarez de Castrillón, G., p. 88
  4. > José María Jover, pág. 324
  5. > José María Jover, pág. 324

Referencias

Bibliografía monográfica

  • Pedro Aullón de Haro, "La recepción de la obra de Menéndez Pelayo y la creación de la Historia de las Ideas", en Analecta Malacitana, XXXVII, 1-2 (2014), pp. 7-39.
  • Javier García Gibert, "Humanismo y genio crítico en Marcelino Menéndez Pelayo", en Liburna. Revista de Humanidades, 5 (2012), pp. 57-120.
  • Antonio Lago Carballo (ed.), Sobre Menéndez Pelayo, II, Santander, UIMP, 2004.
  • José Luis García Delgado (ed.), Sobre Menéndez Pelayo, Santander, UIMP, 2003.
  • Pedro Laín Entralgo, Menéndez Pelayo y el mundo clásico, Madrid, Taurus, 1963.
  • Dámaso Alonso, Menéndez Pelayo crítico literario o las palinodias de Don Marcelino, Madrid, Gredos, 1956.
  • José María Sánchez de Muniáin, Antología general de Menéndez Pelayo, Madrid, La Editorial Católica, 1956. Nueva edición Madrid, BAC, 2007, 2 vols.
  • Archivum, Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Oviedo, VI, núms. 1 y 2 (1956).
  • Florentino Pérez Embid (ed.), Estudios sobre Menéndez Pelayo, Madrid, Editora Nacional, 1956.
  • Pedro Laín Entralgo, Menéndez Pelayo, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1952; 2ª ed. Madrid, Espasa-Calpe, 1952.

Enlaces externos

Plantilla:Cervantes Virtual author Plantilla:BDCL


Predecesor:
José Moreno Nieto
Real Academia de la Historia
Medalla 22

1882 - 1912
Sucesor:
Gabriel Maura y Gamazo