Historieta en Chile

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Federico Von Pilsener y su perro Dudelsackpfeifergeselle, de fray Pedro Subercaseaux (Lustig), considerado el primer personaje del cómic chileno.

La historieta o cómic en Chile tiene una historia de 117 años. Su origen se remonta al 24 de junio de 1906, cuando apareció la tira de prensa «Un alemán en Chile»,[1]​ cuyo protagonista es considerado el primer personaje del cómic chileno.[2]

En la tradición de la prensa ilustrada europea (1900-1946)

Las primeras historietas, que compartieron espacio con versiones noveladas de clásicos de la literatura o artículos de interés para escolares, se publicaron en revistas como Zig-Zag (1905-1964) o El Peneca (1908-1960). Entre ellas, destacó la serie «Un alemán en Chile»[1]​ (1906-1907), obra de fray Pedro Subercaseaux bajo el seudónimo Lustig,[3]​ cuyo protagonista Federico Von Pilsener es considerado el primer personaje del cómic chileno.[2]

Los periódicos pronto empezaron a publicar ellos mismos segmentos humorísticos —casi todos de origen estadounidense, con títulos y nombres traducidos al español—, comenzando por La Estrella de Valparaíso en 1922. Ya para 1931, en un momento de crisis política causada por los efectos de la crisis económica de 1929, la mayoría de los periódicos del país publicaban tiras cómicas todos los días, incluso El Diario Ilustrado y El Mercurio publicaban cada domingo secciones en color dedicadas a la narrativa gráfica. Ese año nació la revista Topaze, dedicada a la sátira política. Pobre Diablo (1946-1952) sería otra revista del mismo cariz.

En octubre de 1941, la misma Editorial Zig-Zag comenzó a editar la revista El Cabrito, con un formato semejante a El Peneca, pero con mayor presencia de historietas nacionales. Esta publicación terminó con el número 362 de septiembre de 1948.

La Edad de Oro (1947-1968)

Condorito y su perro Washington, de Pepo, considerado el personaje más conocido del cómic chileno.

A finales de los años 1940, surgieron personajes clásicos del cómic chileno, como Pepe Antártico (inicialmente en Noticias de Última Hora, en 1947) de Percy y Condorito (en la revista Okey, 1949) de Pepo. Ambos llegaron a protagonizar revistas como Risas de Pepe Antártico (1951-1984) y Condorito (1955). Otras revistas que surgieron en esta época fueron la deportiva Barrabases (1954), de Guido Vallejos, que acogió a la serie del mismo nombre y a otros personajes de Themo Lobos, como Cicleto y Ñeclito. También se comenzó a editar El Pingüino (1956-1969), del mismo Vallejos.

Ya en los años 1960, cabe destacar las revistas Rocket (1965), dedicada a la ciencia ficción, y Mampato (1968), con la serie homónima, en cuya gestación y desarrollo participaron Oskar y Themo Lobos, además de Eduardo Armstrong.

A partir de 1962, la editorial Zig Zag comenzó a publicar localmente varias revistas de Walt Disney, como Las aventuras del Zorro, Tío Rico y Fantasía. También editó historietas de creación propia o adaptaciones de guiones extranjeros, como algunas bélicas (Guerra), de aventuras en la jungla (Jungla, Mizomba), de vaqueros (El jinete fantasma) y de terror (El siniestro Doctor Mortis).

Entre las publicaciones políticas, a la tradicional Topaze, con abundantes caricaturas, se sumó a partir de 1968 la revista La Chiva, creación colectiva de Alberto y Jorge Vivanco, Palomo y Hervi. La prensa diaria, por su parte, incluyó abundantes historietas extranjeras y algunas nacionales, como «Perejil» de Lugoze, «Homobono» de Alhué, «Artemio» de Pepe Huinca (Jorge Vivanco) y «Don Memorario», creada por Lukas en 1967, por citar algunas.

La creciente polarización política se convirtió en una carga para la prensa, con las historietas nacionales presentando más contenido político, mientras que la inflación de los años 1970 provocó la reducción y luego la desaparición de los clásicos suplementos dominicales, los cuales han sido revividos en variadas ocasiones, sólo para cancelarse tras poco tiempo debido a la crítica situación que aún presenta la prensa de Chile y Latinoamérica, la cual se magnifica con cada recesión.

La decadencia (1973–1989)

Después del golpe militar de 1973, varias revistas fueron canceladas por su contenido considerado «subersivo» (pese a que la mayoría de las publicaciones censuradas no tenían temas políticos, aunque en los Estados Unidos y en Gran Bretaña también hubo campañas similares hacia 1950), lo que redujo el número de revistas, situación que se agravó con el paso de los años con la crisis económica heredada —la inflación existente desde 1972 hacía totalmente imposible pagar las regalías a los distribuidores extranjeros—, con más publicaciones desaparecidas como Mampato en 1978. Sin embargo, se mantuvieron por algún tiempo algunas historietas, como «Don Memorario», y se crearon nuevas, como «Supercifuentes, el Justiciero» (1978) de Hervi, «Palomita» (La Cuarta, 1984), de Eduardo de la Barra, y la revista Bandido (1988).

En los años 1980, surgió un movimiento underground muy influido por el español,[4]​ con revistas como Matucana (1984) y Trauko (1988), que incluía las aventuras de Checho López, y autores como el surrealista Clamton. Estas rompieron varios esquemas existentes hasta ese momento, pese a que tenían calidad y periodicidad variables, y eran usualmente repartidos de forma gratuita en las universidades, sin llegar a la decena de ediciones.

Hasta fines de los años 1980, las revistas de cómics aún tenían buenas ganancias, con Themo Lobos lanzando nuevas revistas como Cucalón (1986-1993) o Pimpín (1990), y El Mercurio publicaba «Garfield» y «Snoopy», mientras que en Las Últimas Noticias se encontraban «Condorito», «Calvin y Hobbes» y «Ñoñobañez», y en La Tercera de La Hora aparecían «Pepe Antártico» y «Olafo el vikingo».

Últimos años (desde 1990)

La década de 1990 trajo cambios en la sociedad con los sectores populares (conocidos como el «segmento 'D'») convirtiéndose en los más importantes en ella, acarreando grandes consecuencias en los medios, con las historietas decayendo cada vez más, al ser provenientes de la América angloparlante y Europa, no pudiendo adaptarse a la idiosincrasia del latinoamericano, tomando en cuenta las diferencias sociales y formativas.

Desde entonces, a excepción de «Condorito» y «Pepe Antártico», las historietas en Chile, tanto nacionales como extranjeras, no han tenido mucho éxito, siendo distribuidos en librerías y tiendas especializadas, surgiendo el fanzinismo y la autoedición entre los nuevos autores, como Brian Wallis («El Brujo»), Guillo, JuccaAnarko») o Pedro PeiranoChancho Cero»), a pesar de la existencia de revistas antológicas como Caleuche Comic (2005), nuevos sellos como Mythica Ediciones y libros como Dosis diarias, Capítulo treinta y tres y Rokunga.[5]​ Se lanzan también novelas gráficas como Juan Buscamares (1993) de Félix Vega y Road Story (2007) de Gonzalo Martínez.[6]​ Muchos, como Genzo y Gabriel Rodríguez trabajan para el mercado estadounidense.[7]

Algunos de historietistas ha optado por Internet como principal medio de difusión para sus creaciones, lo que ha incitado a la aparición de webcomics; entre estos se encuentran ilustradores, guionistas y diseñadores gráficos como Freddy Merkén, Gatón, Matias Ospital, Paul Badilla, Eduardo Andrade, Grotesco, Compulsivo y Victoria Rubio, entre otros.[cita requerida]

Por otro lado, a principios de la década de 2010 apareció el denominado cómic autobiográfico chileno con Marcela Trujillo como exponente, al que se unirían Lucía Rodríguez, Francisca Meneses, Verónica Rodríguez y Felipe Lira.[8]

En diciembre de 2012, el historietista Hernán Vidal, más conocido como Hervi, recibió el premio La Catrina al «mejor humorista gráfico de Latinoamérica».[9]

Referencias

  1. a b «Un alemán en Chile» (PDF). Zig-Zag (Santiago: Zig-Zag) 2 (71). 24 de junio de 1906. Consultado el 8 de octubre de 2011. 
  2. a b Meliwaren Comics (s/f). «Personajes del cómic chileno: Federico Von Pilsener». meliwaren.cl. Consultado el 21 de febrero de 2011. 
  3. Memoria Chilena (s/f). «Pedro Subercaseaux (1880-1956): el Barón Von Pilsener». memoriachilena.cl. Consultado el 21 de febrero de 2011. 
  4. Pérez Santiago, Omar. «Treinta años de cómics chilenos. Desde el golpe de Pinochet a hoy». Tebeosfera (tebeosfera.com). Consultado el 25 de marzo de 2011. 
  5. Letelier, Jorge (30/08/2008). Hoy parte primer encuentro de Ilustración y Emprendimiento, "La Tercera".
  6. Guerrero, Pedro Pablo (14 de noviembre de 2010). «El boom de la gráfica chilena». El Mercurio (diario.elmercurio.com). Consultado el 25 de marzo de 2011. 
  7. Bisama, Álvaro (5 de noviembre de 2010). «Las llaves del reino» (HTML). quepasa.cl. Consultado el 25 de marzo de 2011. 
  8. Andueza, Carlos (19 de enero de 2013). «Cómics autobiográficos chilenos: Las historietas también pueden ser diarios de vida». Actividad Cultural. El Mercurio. Consultado el 10 de julio de 2013. 
  9. EFE (1 de diciembre de 2012). «Caricaturista chileno Hervi recibe premio La Catrina 2012 al mejor humorista gráfico de Latinoamérica» (SHTML). www.latercera.com. Consultado el 2 de diciembre de 2012. 

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